Edición Número 46 - Noviembre de 2020 - Publicación del Gimnasio Vermont Bogotá - ISSN 2256 - 1722
El Gimnasio Vermont desde los ojos de sus estudiantes
4 ::: NUESTROS EXALUMNOS ESCRIBEN
El fracaso
no es como lo pintan
Laura López Periodista
Exalumna Promoción 2008-2009
Todos
conocemos las grandes historias de quienes han triunfado. Los exitosos. Los que se encuentran en la cima de sus áreas de estudio o trabajo. Nombres y nombres de personas a quienes hemos admirado en algún momento. Sabemos esas historias de memoria. Soñamos con ser, como dicen, “el dueño del aviso”, el de la firma importante, el de renombre. “Lo tienen todo”,
Selección femenina mayores. Año 2006
pensamos, sin saber que detrás de su éxito hay muchas veces dosis importantes de suerte, pero sobre todo de fracasos.
temido resultado contrario. La puerta que se cierra. La llamada que no llega. La mala noticia. El momento en que la espada toca la pared.
Sí. Esas son las historias de las que les hablaría a quienes aún están estudiando. Especialmente a quienes tienen esa espinosa incertidumbre ante el futuro. Todos hemos sido estudiantes temerosos del mañana, pero confío en que poner las cosas en perspectiva tenga un ligero efecto calmante para algunos.
El primer paso para convivir con el fracaso es entender que no es contrario al éxito. Es ese pequeño gesto de inteligencia emocional el que hace toda la diferencia. Cuando “fracasamos”, en realidad nos encontramos cara a cara con la verdad de una situación. Nuestro plan no estaba funcionando, y admitir que no teníamos el sartén por el mango puede dar más miedo que vivir el fracaso per se.
No hemos hablado lo suficiente de todo lo que pasó antes de los aplausos y las medallas de esos “exitosos”. Ya nos han enseñado la importancia de ganar y ser los primeros, pero rara vez nos hablan de cómo sobrellevar los fracasos. El
Cuando no pasamos un examen, la tragedia no es obtener una mala nota. Es admitir que no estamos usando la mejor metodología para estudiar o,
Noviembre 2020
NUESTROS EXALUMNOS ESCRIBEN ::: 5 peor, admitir con crudeza que no estudiamos en absoluto. Más adelante, en la vida universitaria, perder un semestre no solo implica una pérdida enorme de dinero en casa, sino también la aceptación de que hay algo que nos impide conectarnos con lo que nos exige el estudio de la carrera elegida.
El primer paso para convivir con el fracaso es entender que no es contrario al éxito. Es ese pequeño gesto de inteligencia emocional el que hace toda la diferencia Vernos al espejo y aceptar la verdad. Hacer un alto en el camino. Tomar aire. Empezar de nuevo, tal vez. Eso es lo que el fracaso nos pide que hagamos. Siempre hay un camino, aunque no sea el que habíamos contemplado al inicio y los fracasos son una manera agridulce de abrir los ojos. “¿Qué debo aprender de todo esto?”, dice una buena amiga cuando las cosas le salen mal. No se queda lamentando lo ocurrido. “¿Qué voy a hacer para que este año sea diferente y mejor?”, esas son, al final, las reflexiones útiles que nos dejan las equivocaciones. Reinventarnos, cuestionarnos, ser honestos con nosotros mismos. Esto
Noviembre 2020
es, de hecho, algo que comparten las
Cuando entendemos cómo funciona,
Curso 5ºB. Año 2002
artes y el método científico: la experimentación. El famoso “ensayo y error” que no sería posible si los grandes pensadores y creadores de la humanidad se hubiesen petrificado ante la sola idea de fallar. Un error, como muchos sabrán, permitió descubrir la pasteurización (Louis Pasteur) que nos permite proteger los alimentos del crecimiento descontrolado de bacterias. Muchos intentos fallidos permitieron a Edison descubrir la bombilla. Incontables caídas llevaron a Catherine Ibargüen a aprender a volar y quedarse con las medallas de oro que son orgullo del país en el exterior. Una vida de puertas que se cerraban llevó a pintores como Cézanne, uno de los padres del arte moderno, a tener el coraje de defender su visión artística hasta el final. Y es que el fracaso tiene ese encanto.
a equivocación ya no nos llena de rabia ni de miedo, sino de coraje. De ganas de encontrar una mejor manera de hacer las cosas. Al final no teníamos la razón, y eso también está bien. Ese fracaso que parecía el apocalipsis y el fin del mundo conjugados es una oportunidad de oro para encontrar una idea aún mejor. Una forma más efectiva de hacer las cosas. Los fracasos son los desvíos de la vida, y no indican el final del camino. Los errores están ahí para que sepamos en qué somos buenos, en qué somos malos (¡pésimos, tal vez!), y en qué somos excelentes. La única manera de saberlo es fallando, sabiendo que somos mucho más que nuestras equivocaciones, que somos únicos y que tenemos algo para decir, sin importar cuántas veces hayamos “fracasado”.