Una Nueva Espiritualidad

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Una Nueva Espiritualidad

El Guía Interno

Una espiritualidad sin dogmas ni intermediarios nos abre la puerta de nuestro mundo interior y sus extraordinarias experiencias. Una de ellas es: el Guía Interno.

Por Víctor Piccininni Datos del Autor: Es miembro del Centro Mundial de Estudios Humanistas (www.cehba.org), de La Comunidad -para el desarrollo humano- (www.lacomunidadmundial.org), y participa en las Comunidades del Mensaje de Silo (www.elmensajedesilo.net ). Contacto: vpiccininni@gmail.com // blog: www.lamiradainterna.org

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La religión interior ¿Cómo crecer internamente? ¿Cómo darle coherencia y unidad a la propia vida en un mundo en donde aumenta el caos, la desorientación, donde se caen las referencias y los modelos, donde los bandos de una misma religión luchan entre si, las religiones unas contra otras, y los líderes contradicen sus propias afirmaciones? Estamos acostumbrados a escuchar y relacionar religiosidad o espiritualidad con rituales, dogmas o distintos tipos de intermediarios y jerarquías que ofician de enlaces con Dios, con los dioses o con aquello que consideramos Sagrado. ¿Podremos dejar de depender de elementos o factores externos y poner en práctica una espiritualidad que se apoye fundamentalmente en nuestra interioridad y que nos permita interpretar libremente nuestras experiencias profundas? Una espiritualidad que no intente unificar ni imponer sus particulares creencias, sino que impulse la diversidad y las incluya en un mismo espacio de trabajo y reflexión. Hablamos de encontrar una Religión Interior donde lo trascendental sean las experiencias internas que tenemos o buscamos, y la libre interpretación que de ellas podamos hacer. Una espiritualidad que nos impulsa a descubrir y conectar con lo mejor de nosotros mismos a la par que podemos libremente ayudar a otros en el mismo sentido. Hablamos aquí de una sensibilidad y de un nuevo horizonte espiritual que se expresa con multiplicidad de formas en el mundo de hoy. www.elmensajedesilo.net

El Guía Interno A veces, en momentos de duda o desorientación apelamos a una especie de conversación con uno mismo con el fin de aclarar la situación que se vive y encontrar la mejor respuesta a un determinado problema. Hay personas que dirigen imaginariamente sus preguntas y sus pedidos a otras personas consideradas ejemplares, sin importar si están vivos o no, y hay otros que establecen dicho diálogo interno con seres imaginarios en quienes depositan su confianza y esperanzas. Todas estas experiencias responden a un mecanismo interno muy útil que denominamos: el Guía Interno. Nuestras búsquedas y pedidos pueden encontrar las respuestas más sabias si le damos claridad y perfeccionamos este mecanismo que todos tenemos y utilizamos, pero que pocas veces perfeccionamos. El Guía Interno corresponde a una imagen con la cual establezco internamente una relación especial de acompañamiento, consultas, pedidos y agradecimientos que más se fortalece a medida que avanzo en la comunicación y relación con esta imagen guía. No importara que sea una representación humana, una forma cualquiera o simplemente la sensación de una “presencia”. Lo importante es el registro de acompañamiento y confianza que tengo con ella, y la actitud de entrega y profunda comunicación que se establece. Esta imagen del Guía Interno es la síntesis de lo mejor de uno mismo, lo mejor de los demás, de la historia y de la vida misma. Es la imagen sintética que unifica en sí misma nuestra Fuerza interna, las mejores virtudes y las profundas aspiraciones personales. Para que esta imagen y este mecanismo sea útil para mi vida debe cumplir con ciertas cualidades y atributos hacia los cuales puedo orientar mis reflexiones si aspiro a configurarlo del modo correcto.

Los atributos Tres cualidades debe poseer la imagen del Guía Interno para que nuestra relación y nuestras reflexiones sean positivas y encontremos en ella las respuestas que buscamos. Ellas son: 1° Una Nueva Espiritualidad: El Guía Interno

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sabiduría, 2° bondad y 3° fuerza. Si faltara alguno de ellos, nuestra relación con esa imagen no es constructiva y mi trabajo interno debería orientarse a ubicar aquello que complete y fortalezca estas tres cualidades.

Configuración del Guía Interno El punto de partida para ir configurando mi Guía Interno será en primer lugar el registro de necesidad de contar con este mecanismo interno. En segundo lugar, una disposición de afecto para relacionarme con dicha imagen cada vez que intento el contacto con ella. Sincera necesidad, afecto y confianza en que iré conectado con el Guía Interno son requisitos básicos para avanzar en su configuración. Transcribimos a continuación una experiencia guiada que nos puede ayuda en el ejercicio de ir configurando a nuestro Guía:

EL GUIA INTERNO Estoy en un paisaje luminoso en el que alguna vez sentí una gran felicidad. (*) Alcanzo a ver el sol que se agranda. Lo observo sin molestia. Notablemente, dos rayos se desprenden de él posándose en mi cabeza y en mi corazón. Comienzo a sentirme muy liviano y a experimentar que soy atraído por el astro. De ese modo, siguiendo los trazos luminosos, me dirijo hacia él. Desde el disco enorme que se convierte en una esfera gigantesca recibo esa calidez suave y benéfica. Ya en el interior del sol, aspiro y espiro amplia y profundamente. La luz que me rodea, se introduce en mi cuerpo al ritmo de la respiración, dándome cada vez más energía. Me siento sereno y radiante. Entonces, pido con mis mejores sentimientos, que se presente ante mí el guía interno y que lo haga del modo más propicio. (*) El me dice que representa a mi Fuerza interna, a mi energía y que si sé cómo usarlo tendré dirección en la vida, tendré inspiración y tendré protección. Pero que debo hacer el esfuerzo por verlo bien o por sentir su presencia con intensidad.(*) Pido al guía que pose sus manos en mi frente y las mantenga así unos instantes. Empiezo a sentir que desde el centro de mi pecho crece una esfera transparente que termina abarcándonos a ambos. (*) Digo al guía que haga renacer en mí un profundo amor por todo lo existente y que me acompañe en la vida dándome alegría y paz. (*) Pregunto por el sentido de la vida y espero su respuesta. (*) Pregunto qué es realmente la muerte y espero su respuesta. (*) Pregunto por el valor de mi vida y espero su respuesta. (*) Pregunto, meditadamente, por una situación especial de mi vida y espero su respuesta. (*) Pido al guía que esté siempre a mi lado en los momentos de duda y zozobra pero que también me acompañe en la alegría. El guía se separa de mí y se convierte en una gran flor de pétalos abiertos que contrasta en sus colores con el fondo luminoso del sol. Luego la flor, va cambiando de formas y de tonos como si fuera un armonioso caleidoscopio. Entonces, comprendo que atenderá a mis pedidos. Empiezo a alejarme del brillante sol, pleno de vida y fortaleza. Y por dos trazos luminosos, desciendo al hermoso paisaje, reconociendo en mi interior una gran bondad que busca expresarse en el mundo de la gente.(*) (*) Indican una pequeña pausa de 10 a 15 segundos para acompañar las reflexiones con las imágenes propias que van surgiendo.

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En los momentos de dudas o confusión, poder conectar con el guía interno será de una gran ayuda por las respuestas o la compañía que proporciona.

El Paisaje Interno (Silo) – Cap. XVII . El Guía Interno 1. ¿Quién es tan admirado por ti que quisieras haber sido él? 2. Preguntaré más suavemente. ¿Quién te es ejemplar, de tal manera que desees incorporar en ti algunas de sus particulares virtudes? 3. ¿Acaso alguna vez, en tu pesar o confusión, has apelado al recuerdo de alguien que, existente o no, acudió como reconfortante imagen? 4. Estoy hablando de particulares modelos a los que podemos llamar «guías» internos, que a veces coinciden con personas externas. 5. Esos modelos que quisiste seguir desde pequeño fueron cambiando solamente en la capa más externa de tu diario sentir. 6. He visto cómo los niños juegan y hablan con sus imaginarios compañeros y sus guías. También he visto a las gentes de distintas edades, conectar con ellos en oraciones hechas con sincera unción. 7. Cuanto más fuertemente se hicieron las llamadas, desde más lejos acudieron estos guías que trajeron la mejor señal. Por ello supe que los guías más profundos son los más poderosos. Sin embargo, solamente una gran necesidad puede despertarlos de su letargo milenario. 8. Un modelo de ese tipo «posee» tres importantes atributos: fuerza, sabiduría y bondad. 9. Si quieres saber más de ti mismo observa qué características tienen aquellos hombres o mujeres que admiras. Y repara en que las cualidades que más aprecias de ellos obran en la configuración de tus guías internos. Considera que, aunque tu referencia inicial haya desaparecido con el tiempo, en tu interior quedará una «huella» que seguirá motivándote hacia el paisaje externo. 10. Y si quieres saber cómo se interpenetran las culturas estudia además del modo de producción de objetos, el modo de difusión de los modelos. 11. Importa pues que dirijas tu atención a las mejores cualidades de las demás personas porque impulsarás hacia el mundo lo que hayas terminado de configurar en ti.

Reflexión personal No imagines que estás solo en tu pueblo, en tu ciudad, en la Tierra y en los infini tos mundos. No imagines que estás encadenado a este tiempo y a este espacio. No imagines que en tu muerte se eterniza la soledad. (Extracto de El Camino, del Mensaje de Silo) www.silo.net

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Ejercicio personal o grupal (experiencia guiada) LA DESORIENTACIÓN Y EL GUÍA INTERNO Han concluido mis actividades diarias. Me dirijo a casa del modo en que lo hago habitualmente. Llego. Estoy solo en mi habitación. Me siento abatido. Vivo una situación difícil, que no puede continuar. Debo tomar una decisión pero no se exactamente cuál. (*) Voy hasta un espejo y contemplo mi rostro cansado. Pienso en mí guía interno como si fuera una persona. Concentrándome en mi propia imagen, digo: "oh guía, ¿qué consejo me das en esta situación?" Inmediatamente, trato de aclararme bien cuál es el problema que debo resolver. (*) Observo que mi imagen comienza a esfumarse mientras el espejo se oscurece. Al poco tiempo, veo una luminaria que se desplaza en el fondo y que empiezan a aparecer las personas y situaciones ligadas a mi problema. (*) De pronto, escucho una voz que me explica las dificultades. En el fondo del espejo, veo al guía señalando la dirección que debo tomar. (*) El espejo se aclara y devuelve nuevamente la imagen de mi rostro. Me veo reconfortado y experimento en mí interior, el principio de solución del problema. (*) (*) Indican una pequeña pausa de 10 a 15 segundos para acompañar las reflexiones con las imágenes propias que van surgiendo.

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