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Canadá finaliza con todos

"Representa una oportunidad en nuevos terrenos y le da certeza a las inversiones y el comercio en curso, pero, insisto, se requiere en el caso de México que se manden otro tipo de señales a las que se han mandado", manifiesta.

Como una de las causas "de mayor preocupación", la CANCHAM cita el "cambio súbito" en la política energética, que limita las energías limpias y aumenta las tarifas de porteo para las centrales eléctricas renovables.

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Reposicionar a México

La pandemia de COVID-19 y las reglas de origen más estrictas del T-MEC, que exige más insumos de origen norteamericano, son una oportunidad para reposicionar a México dentro de las cadenas de valor, afirma el representante de AMCHAM.

El especialista ve como sectores "ganadores" en México al agroalimentario y manufacturero.

"Hay un ganar-ganar porque vamos a tener que desarrollar nuestros propios insumos. Eso va a generar, naturalmente, una atracción de inversiones, pero también el desarrollo de mano de obra especializada y mejor remunerada", señala De Rosenzweig.

Los tres países deben aprovechar el nuevo acuerdo para profundizar su integración regional, exhorta. "Eso les va a permitir competir en el nuevo mundo, el que quede después de esta pandemia, en la nueva normalidad, hacerles frente a otras regiones muy pujantes, sobre todo lideradas por China", menciona.

Los pendientes

El principal cambio, destaca De Rosenzweig, son las reglas de origen que aumentan de 62.5% a 75% el contenido regional de los automóviles, además del acero, aluminio y electrodomésticos.

"No todas las reglas de origen entran en vigor al día siguiente de su inicio, es decir, a partir del 1 de julio, sino que vienen periodos de gracia o transición, y eso nos permitirá traer estas cadenas de producción que requerimos con insumos para el desarrollo", matiza.

Otro pendiente, coinciden, es la revisión de las reglamentaciones uniformes para que los productores obtengan los certificados de origen.

Ambos prevén una gran transformación para la manufactura, que representa el 87% de los productos mexicanos vendidos al exterior, de acuerdo con el Consejo Empresarial Mexicano del Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE).

Fuente: El Universal

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T-MEC: eslabón de recuperación económica en el contexto del COVID-19

Por Káren Dávalos

Te recomendamos leerlo porque expone los impactos favorables que dejó el TLCAN en América del Norte, así como las oportunidades del T-MEC en el actual contexto de crisis sanitaria y económica por COVID-19 para reactivar la economía regional y ayudar a la recuperación de la economía mexicana.

¿Sabías que? Antes de la pandemia, la United States International Trade Commission estimaba que el T-MEC aumentaría 5% el comercio de Estados Unidos con México y Canadá una vez terminada su implementación. Pero con la crisis sin precedentes del COVID-19, los beneficios al comercio podrían demorarse o ser menores. D espués de más dos años de negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) llegó la hora de que su sucesor, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entre en vigor el próximo primero de julio, esperando que sea la palanca de reactivación económica para las tres naciones miembros, sobre todo, en el actual contexto de crisis sanitaria y económica originada por la pandemia del COVID-19.

Antes de que surgiera la pandemia, la United States International Trade Commission (USITC) –una agencia federal independiente de Estados Unidos especializada en comercio–, estimaba que el T-MEC aumentaría 5% el comercio de Estados Unidos con México y Canadá desde los niveles que se tenían en 2017. Tal incremento tendría como efecto un aumento adicional de 0.35% en el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos aproximadamente para 2026. Dada la estrecha relación entre la economía estadounidense y la mexicana, la completa implementación del T-MEC conduciría a un aumento adicional del PIB de México de 0.2% en el mejor de los casos, según estimaciones de la firma Deloitte.

Sin embargo, la pandemia tomó por sorpresa a muchas economías del mundo, sin que América del Norte quedara exenta de ello. El confinamiento ya marcó negativamente el intercambio comercial de la región que se venía registrando en los últimos años. Solo en abril de 2020, el intercambio comercial de bienes entre Estados Unidos y México registró una fuerte caída anual de 46.2% y el comercio de bienes entre Canadá y Estados Unidos tuvo una contracción anual de 42.8% (ver cuadro 1).

Impacto del TLCAN en la economía regional

Durante los 26 años que han trascurrido desde que el TLCAN entró en vigor en enero de 1994, los tres países han desarrollado profundas relaciones comerciales, productivas y de inversión que han beneficiado la eficiencia de muchas cadenas productivas, la competitividad de la región y a millones de trabajadores.

En ese sentido, el TLCAN ha posicionado a la región de América del Norte como una de las áreas de libre comercio más importantes a nivel global y que permitió la integración de dos economías avanzadas con una en desarrollo, que es México. De acuerdo con información de la Secretaría de Economía, en 2018 el valor del PIB de la región fue de 23.4 billones de dólares, lo que representa el 27.6% del PIB mundial. El valor del comercio fue de 1.16 billones de dólares, lo que equivale al 11.9% del comercio mundial. Además, la región contempla un mercado de consumo de 489 millones de personas, esto es el 7% de la población mundial, así como una fuerza laboral de más de 200 millones de personas.

De manera particular, entre los impactos económicos favorables que dejó el TLCAN en la economía mexicana, destacan los siguientes:

• Apertura económica. El TLCAN significó para México un catalizador de su apertura económica, que había comenzado en 1986 cuando se adhirió al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT por sus siglas en inglés).

• Impulso económico. Para México, el TLCAN ha sido un pilar del crecimiento económico y del desarrollo de varias regiones del país al impulsar la competitividad de las exportaciones y atraer inversiones a diversos sectores, en especial a las manufacturas, que realizan grandes volúmenes de producción y generan miles de empleos.

• Intercambio comercial. Los crecientes niveles de intercambio comercial han posicionado a Estados Unidos como el primer socio comercial de México y a Ca-

nadá como su tercer socio comercial. Las exportaciones de México hacia Estados Unidos y Canadá se multiplicaron por ocho entre 1993 y 2018, aumentando de 44,474 millones de dólares (mdd) a 372,365 mdd. Las importaciones de México provenientes de dichos países se multiplicaron por cinco, pasando de 46,470 mdd en 1993 a 226,600 mdd en 2018.

• Flujos de inversión. Estados Unidos es el principal inversionista en México, ya que el 47.8% de la IED total recibida entre 1999 y 2018 provino de dicho país, al totalizar 260,172 mdd. Por su parte, Canadá es el tercer inversionista en México, pues la IED sumó 37,588 mdd, lo que representó el 6.9% de la IED total recibida en México en el mismo periodo.

A pesar de que el TLCAN fue el acuerdo de libre comercio más completo en el momento en que fue firmado, años después los países miembros consideraron necesario modernizarlo, de modo que el T-MEC ampliará los alcances de su antecesor para adecuarse a los retos actuales como son el comercio digital, las reglas de origen, el medioambiente, la integración de los mercados laborales, la protección de la propiedad intelectual, la consolidación de la inversión extranjera, el uso de las telecomunicaciones, la participación de las pymes en el comercio regional, la mejora de los mecanismos de solución de controversias, entre otros aspectos.

El confinamiento provocó que, en abril de 2020, el intercambio comercial de bienes entre México y Estados Unidos cayera 46.2% anual y que el de Canadá y Estados Unidos bajara 42.8% anual.

La principal intención es (o hasta hace poco era) reposicionar a América del Norte como una de las regiones más competitivas del mundo. Pero el COVID-19 surgió inesperadamente, poniendo en duda todas las expectativas que se tenían debido a la constante incertidumbre por la propagación de los contagios y la consecuente paralización de actividades, lo cual ha trastocado la economía, la inversión y el empleo en todo el mundo. Ahora, con el COVID-19 inmerso en la vida económica, parece ser que las expectativas depositadas en el T-MEC apuntan a que sea el motor de la reactivación económica de la región.

México frente a la entrada en vigor del T-MEC

A unos días de la entrada en vigor del T-MEC y en un contexto de alto riesgo por contagios del COVID-19, la pregunta

es ¿en qué condiciones México iniciará esta nueva etapa del comercio trilateral? La respuesta causa inquietud, debido a los siguientes factores, con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS):

• Contracción económica. En los primeros meses de este año, la actividad económica del país continuó manteniendo la debilidad que venía mostrando desde mediados de 2018. En consecuencia, en el primer trimestre de 2020, el

PIB de México tuvo una contracción anual de 2.2%.

• Caída de la inversión. Antes de la emergencia sanitaria, en marzo de 2020, la Inversión

Fija Bruta, que permite conocer el comportamiento de la inversión en el corto plazo, tuvo una reducción anual de 11.1%, cifra no observada desde octubre de 2009.

• Descenso de la actividad industrial. Ya en el primer mes de confinamiento, durante abril de 2020, la actividad industrial presentó una diminución anual de 29.6%, su caída más profunda en la historia. Todas las industrias registraron caídas, pero la construcción y las industrias manufactureras fueron las más afectadas, con contracciones anuales de 38.4% y 35.5% respectivamente. • Comercio exterior debilitado. Por la pandemia, a finales del primer trimestre de 2020, el comercio exterior de bienes comenzó a resentir las restricciones de los flujos comerciales. En abril, las exportaciones totales retrocedieron 40.9% y las importaciones totales cayeron 30.5% respecto al mes de abril de 2019.

• Repercusiones en el mercado laboral. En abril pasado se reflejaron las primeras afectaciones de la emergencia sanitaria en el nivel de empleo, pues salieron de la fuerza laboral 12 millones de personas que prácticamente pasaron de estar ocupadas (formales e informales) a inactivas, y sin percibir ingresos ni estar seguros de regresar a su trabajo. Simplemente, en cuanto a empleo formal, se perdieron 1,030,366 puestos de trabajo registrados en el IMSS durante marzo, abril y mayo del año en curso.

Oportunidades del T-MEC aun con el coronavirus

Ante tal panorama adverso, el T-MEC constituye uno de los eslabones que contribuirían a subsanar la actividad económica en ciertos sectores, sobre todo los relacionados a la exportación y sus cadenas de suministro. Las previsiones originales de USITC señalaban que México aumentaría las exportaciones a Estados Unidos en 3.8% y las importaciones provenientes del mismo país en

T-MEC reactivará cadenas de producción regionales y es un eslabón para la recuperación de la economía mexicana. Pero no es suficiente. Se requieren políticas contracíclicas, participación público-privada y cumplir la Reforma Laboral.

6.7% una vez que el acuerdo se implementara en su totalidad (ver cuadro 1).

A causa de la crisis económica global sin precedentes en la que vivimos, posiblemente dichas estimaciones se reflejarán en el comercio de forma tardía o en niveles inferiores. Por ello, es crucial que se aprovechen las oportunidades que acompañan al T-MEC para que la recuperación económica sea más rápida y fructífera, entre ellas destacan las siguientes:

a. Impulsa a las pequeñas y medianas empresas (pymes)

El Tratado busca alentar una mayor participación de las pymes en las cadenas de suministro regionales orientadas a la exportación. Millones de empleos creados por las pymes dependen del comercio en la región, pues éstas constituyen más del 90% de los exportadores de bienes y servicios en los tres países miembros, según un análisis de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El T-MEC permite crear nuevas oportunidades de inversión y comercio para las pymes en América del Norte, teniendo un efecto positivo en el empleo. En este proceso, las instituciones y las políticas públicas que respalden las inversiones, el crédito, la certificación y los trámites transfronterizos son fundamentales.

b. Alienta la inversión

El acuerdo brinda mayor certeza a las empresas porque elimina aranceles entre los países miembros, con lo que se esperaría una recuperación de la confianza empresarial para generar planes de inversión, aunque ésta no se vería reflejada en el corto plazo. Especialmente en México, la inversión se vería limitada por factores como la recesión económica, la evolución del coronavirus, la situación de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y las finanzas públicas, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, entre otros.

Además, Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y jefe de negociación comercial del T-MEC, logró que en lugar de finalizar el acuerdo cada cinco años (como lo quería el Gobierno de Estados Unidos), la duración base sería de 16 años con revisiones cada seis años, lo que le da durabilidad al acuerdo.

c. Promueve un mayor contenido regional

Las nuevas reglas de origen de contenido regional y laboral que contiene el Tratado, especialmente en sectores importantes como el automotriz y de autopartes, el acero y aluminio y productos químicos, podrían generar costos adicionales para las empresas porque tienen que adecuar sus cadenas de producción, pero a largo plazo, son una oportunidad para aumentar el contenido regional de las exportaciones, lo que generaría nuevas empresas, fortalecería las cadenas de valor y crearía empleos en México.

d. Se adapta a las necesidades actuales

El T-MEC va más allá del comercio, al consolidar la integración de la economía de la región y enfrentar retos actuales. El Tratado incluye nuevos temas como el comercio digital, la protección del medio ambiente, la facilitación del comercio de servicios financieros y, sobre todo, establece un capítulo laboral para que los países adopten y mantengan los derechos laborales fundamentales.

Reflexión final

Sin duda, el T-MEC es un punto de partida para la reactivación de muchas cadenas de producción en América del Norte y un eslabón importante para la recuperación de la economía mexicana. Pero el T-MEC podría no ser suficiente, ya que la dinámica del comercio depende en gran medida del estado de las economías y su capacidad productiva, de tal modo que en el contexto del COVID-19, el Tratado no tendría efectos positivos inmediatos.

Para aprovechar las oportunidades que brinda el Tratado, es necesario implementar políticas anticíclicas para controlar la recesión que se profundizó con la llegada del COVID-19. También, la participación público-privada es recomendable para detonar un ambiente de negocios que impacte a distintos sectores, de forma que se traduzca en generación de valor y empleo.

México ha expresado que ante un rebrote del coronavirus –todavía no cesa la primera ola de contagios– no detendrá su actividad comercial, debido a que los sectores esenciales (construcción, automotriz y minería) continuarán operando. Habría que estar atentos a la evolución del virus, a sus efectos en la economía mundial y a las medidas que tomen los socios comerciales sobre las restricciones al comercio.

Finalmente, un punto clave es cumplir la Reforma Laboral mexicana del 1° de mayo de 2019 (incluye libertad de asociación y negociación colectiva por parte de los trabajadores, así como ejercer la democracia sindical), ya que fue un compromiso de México en las negociaciones del T-MEC. Su incumplimiento conduciría al mecanismo de solución de controversias que podría activar los paneles laborales, emitir sanciones específicas a las empresas y poner en riesgo la marcha del Tratado.

*Karen Dávalos es Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y analista económica en TallentiaMX. karen.davalos@tallentiamx.com

Fuentes:

Deloitte. (2020). T-MEC: nuevos retos y oportunidades. Consultado en: https://bit.ly/2ZezmrI

Secretaría de Economía. Sitio oficial del T-MEC. Disponible en: https://bit.ly/382Oug7

U.S. Bureau of Economic Analysis y U.S. Census Bureau. (2020). U.S. International Trade in Goods and Services, April 2020. Consultado en: https://bit.ly/2NHOFnL

United States International Trade Commission. (2019). U.S.-Mexico-Canada Trade Agreement: Likely Impact on the U.S. Economy and on Specific Industry Sectors. Consultado en: https://bit.ly/3eMwo4B

Vargas, J. y López, J. (2019). Scenarios for small and medium enterprises provisions in USMCA renegotiation. A critical analysis of challenges and opportunities. UNAM. Consultado en: https://bit.ly/3dFTOY0

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