Revista Universitaria N°145

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145 Técnico 2.0: La nueva vía al desarrollo

Dossier

Técnico 2.0: La nueva vía al desarrollo talento Público

Guillermo Piedrabuena: las lecciones del primer Fiscal Nacional sello de origen

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El mejor profesor de Chile: elegido para enseñar miramundo

Prefecto Dario Edoardo Viganò tras el mensaje del Papa Francisco chilenos todos

Bomberos de Chile: todavía quedan héroes

2017


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21-04-17 11:47 p.m.


editorial

Relevar la educación superior técnico-profesional El nuevo dossier de Revista Universitaria apunta a un desafío nacional de creciente relevancia: el fin del ciclo de los commodities. Las nuevas tecnologías y los mercados en evolución nos exigen transformar nuestra economía y, en especial, la educación superior técnico-profesional. El llamado de quienes diseñan políticas económicas, acerca de la necesidad de agregar valor a los productos básicos de exportación, ya es parte del paisaje. Esto no se logra con la formación masiva de profesionales sobrecalificados. Ellos requieren de equipos de trabajo complementarios, formados por personas que operen como profesionales prácticos, con conocimientos especiales que no responden a una simple rutina, tal como se ha definido la técnica. Un dato revelador en este sentido es que el promedio OCDE que grafica la relación entre profesionales y técnicos es de 1 a 3-4. En Chile, esa relación es inversa. A menudo se ha dicho que esta modalidad de educación superior es una herramienta fundamental contra la desigualdad o un mecanismo directo de movilidad social. Sin embargo, debemos reconocer El nuevo contexto mundial que nuestra cultura no ha logrado asimilar e incorporar su relevancia y, ahora, su necesidad. A cinco siglos de los inicios de la Edad Moderna, ciertos usos y costumbres de los caballeros implica una preparación, medievales parecen sobrevivir a los cambios culturales que se han verificado. Uno de ellos es adaptación y flexibilidad que, el desdén por el trabajo manual, práctico y, por tanto, sin políticas públicas adecuadas que transformen esta mentalidad en el ethos nacional. Además, la pertinencia y la adecuación de la como sociedad, no hemos educación superior técnico-profesional a la realidad de un mercado laboral en mutación constante logrado hasta ahora. La y vertiginosa, no son las apropiadas. Necesitamos mejorar este sistema, porque es fuente de esperanza para miles de familias chilenas. educación superior técnico- Como se indica en esta publicación, cerca del 80% de sus estudiantes constituye la primera que accede a la educación superior y, en efecto, sus perspectivas de ingreso son profesional es un tema prioritario generación mayores a las que tuvieron sus padres. Es algo que, desde allí, debemos cuidar y desarrollar en estos tiempos de economía consistentemente. referente a analizar con interés, al respecto, es Canadá, país donde los programas cambian cambiante, globalizada y cada vez Un de región en región, de acuerdo a sus realidades, pero siempre, en diálogo con las empresas más tecnificada. locales a la hora de diseñarlos. Los programas se adaptan también a diferentes etnias y llegan a los rincones más remotos de ese vasto país. Lograr una mayor valoración social de la educación técnica, tantas veces relegada a un camino secundario y no considerada una vocación diferente, es el primer paso. Su complejidad radica en que implica un cambio cultural. En Un espejo trizado, José Joaquín Brunner sostiene que los cambios culturales son casi siempre muy lentos en nuestros países. En contraposición a las naciones industrializadas. Somos culturalmente pacientes, pero políticamente impacientes, lo cual a su vez es un desafío en el campo legislativo. El nuevo contexto mundial implica una preparación, adaptación y flexibilidad que, como sociedad, no hemos logrado hasta ahora. La educación superior técnico-profesional es un tema prioritario en estos tiempos de economía cambiante, globalizada y cada vez más tecnificada. Ignacio Sánchez DÍAZ Rector


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Las opiniones vertidas en los artículos no representan forzosamente el pensamiento de la Pontificia Universidad Católica de Chile o de la Revista Universitaria y son responsabilidad exclusiva de su autor / ISSN 0250-3670 / ©Pontificia Universidad Católica de Chile, 1996|Prohibida su reproducción / Revista Universitaria es citada: ULRICH, International Periodicals Directory /

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revista universitaria

contenidos 6 Talento público

Testigo de la nueva justicia POR MIGUEL LABORDE DURONEA

Guillermo Piedrabuena, un integrante histórico del Consejo de Defensa del Estado, entre 1963 y 1996, y el primer Fiscal Nacional en 1999, es un actor privilegiado de los desafíos y atolladeros de la justicia chilena en el último medio siglo.

12 Sello de origen

Elegido para enseñar

24 Argumento

Investigación en el pregrado: la apuesta por los estudiantes POR BERNABÉ SANTELICES GONZÁLEZ

Para el autor, Premio Nacional de Ciencias Naturales de Chile 2012, los avances científicos realizados en las últimas décadas han modificado la distinción clásica entre investigación básica y aplicada, sugiriendo sistemas alternativos de clasificación. Aquí destaca el tipo orientado a la formación de personas, en cuanto incide directamente en el perfeccionamiento del capital humano, tan necesario para el progreso del país como los adelantos tecnológicos.

Por VIRGINIA SOTO-AGUILAR CORTÍNEZ

“El mejor profesor de Chile” fue escogido entre más de siete mil profesionales nominados por la ciudadanía. El ganador de la primera versión del Global Teacher Prize Chile 2016, Eligio Salamanca, lleva 29 años como docente de la Escuela Básica de Quelhue, en la IX región.

18 Miramundo

El Papa Francisco “en directo”

POR MIGUEL LABORDE DURONEA Y CARLOS OLIVA VEGA

Conversamos con el prefecto Dario Edoardo Viganò, el hombre detrás de las comunicaciones del Sumo Pontífice. Hace dos años se inició una revolución en todos los medios del Vaticano, con la creación de la Secretaría para la Comunicación y una cuenta de Twitter que tiene más de 20 millones de seguidores.

Chilenos todos

30 Todavía quedan héroes

POR CAMILA CARREÑO CARRASCO

Bomberos de Chile es la organización de la sociedad civil más reconocida por la población, según una medición desarrollada por el Centro de Políticas Públicas de la UC en 2016, realidad que se confirma tras los incendios forestales del verano pasado, en los que cumplieron un rol estratégico. Reportaje

36 La filantropía en la academia POR ANTONIO ROSSELOT VALDÉS

Varias universidades chilenas, que han sido una contribución a su región y al desarrollo del país, fueron fundadas gracias a los aportes económicos de empresarios, amigos, exalumnos y distintas organizaciones; ejemplos de ello son las de Atacama, Austral de Valdivia, Concepción y Técnica Federico Santa María.


42 DOSSIER

Técnico 2.0: La nueva vía al desarrollo Capital humano para el futuro Por Sergio Urzúa sosa

Las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales enfrentan el desafío de disminuir y, ojalá eliminar, los efectos de la desconexión con el mercado laboral. Este alejamiento tiene importantes implicancias sociales, ya que limita la posibilidad de que los sistemas educativos contribuyan a terminar con la transmisión intergeneracional de la desigualdad.

Crisis de identidad en la educación técnica Por CAROLINA LOYOLA ESTAY

Este modelo de enseñanza ha transitado por un camino plagado de desvíos y experimentos que lo han afectado en su esencia: preparar a los jóvenes para contribuir con el desarrollo del país. Ahora con institutos profesionales y centros de formación técnica, Chile enfrenta una nueva posibilidad para esta alternativa educativa.

Las batallas urgentes RICARDO PAREDES MOLINA

La enseñanza superior técnicoprofesional requiere de una permanente actualización y adaptación a las condiciones del mercado laboral, una adecuada integración con los liceos y la implementación de políticas públicas que faciliten a sus alumnos el acceso a posgrados, especialmente los de naturaleza tecnológica.

El prodigio canadiense Por Denise Amyot

La nación norteamericana ha desarrollado uno de los modelos de educación superior técnico-profesional más exitosos del mundo. Descentralizado y altamente sensible, ha sido capaz de adaptarse a las necesidades de comunidades diferentes, a sus empleadores e industrias, y también de complementarse con los programas de las universidades tradicionales.

Protagonistas de la revolución digital POR PAULINA VALENZUELA GERLACH

El salto al desarrollo requiere de equipos de perfiles diversos y, para ello, el país debe potenciar la educación superior técnicoprofesional, para que sus representantes asuman un rol más central, tanto en la innovación como en el impulso de áreas de mayor valor agregado.

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Si tienes interés en colaborar en la revista o proponer algún tema, todas las opiniones son bienvenidas en el mail runiversitaria@uc.cl Revista Universitaria disponible en

76 EL LIBRO QUE ME MARCÓ

Los extremos del alma humana Por Ramón López Cauly

El autor se remonta a su adolescencia y vuelve a los 17 años, en 1963, cuando un simple trabajo escolar sobre alguna obra de literatura contemporánea, le abrió un mundo insospechado. Se trataba del libro Cristo de nuevo crucificado, de Niko Kazantzakis. Según Ramón López, la capacidad descriptiva de Kazantzakis es infinita y entrega el detalle minucioso de cada uno de los personajes.

78 La Trastienda

La escena que captura un momento detrás de cada edición de Revista Universitaria, y del acontecer de la Universidad Católica .

Fe de erratas Revista Universitaria 144, “Viajera de mar adentro”: Página 14 Donde dice, en relación a su MBA: “ya son 23 los programas similares en el mundo”; debe decir que “ya está ubicado entre los 23 mejores programas similares en el mundo”. Página 15 Donde dice que fue “jefa” de gabinete de la ministra Soledad Alvear; debe decir que integró el gabinete de la ministra y fue jefa de gabinete del ministro Ignacio Walker.

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talento pĂşblico

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revista universitaria


Testigo

de la nueva justicia La figura de Guillermo Piedrabuena Richard es un símbolo, como expresidente del Consejo de Defensa del Estado en años tempestuosos y el primer Fiscal Nacional en 1999. Su abultada trayectoria reúne los últimos hitos de la reforma procesal penal en Chile. En ese papel, revela las presiones a las que han sido sometidos los fiscales y la falta de recursos para desarrollar adecuadamente su labor: sueldos inferiores a los jueces y largas jornadas de trabajo. A su juicio, el Ministerio Público recién está delimitando su territorio y avanza lento hacia el viejo y deseable principio de la separación de los poderes del Estado. Por Miguel Laborde Duronea Fotografías Karina Fuenzalida Barraza 7


Figura protagónica. Guillermo Piedrabuena adquirió gran notoriedad en 1999, cuando fue nombrado primer Fiscal Nacional. Desde ese cargo debió liderar la implementación del nuevo sistema de justicia criminal en Chile. En la fotografía aparece en uno de los salones del Club de Unión. 8 la revista universitaria


talento público

os recibe en Huérfanos 1117, en la misma oficina a la que ha regresado una y otra vez, entre cargo y cargo. La que Guillermo Piedrabuena Richard (80 años) comparte con su hijo homónimo. Es un edificio símbolo de los poderes públicos de Chile, el mismo donde está la Biblioteca del Congreso Nacional. Ahora camina más lento por un accidente en un pie que lo tiene de oscuro traje elegante, pero con zapatillas, y porque está trabajando menos. Es tiempo de hacer lo que quiera, como revisar su trayectoria y preparar su legado. El año 2009 ya publicó 33 años de Historia del Consejo de Defensa del Estado (1963-1996) y en 2011 sus Memorias del primer Fiscal Nacional. Estos libros son aportes para comprender las relaciones del Estado chileno con la justicia, desde los días cuando colaboró con el Estatuto de Garantías Constitucionales que firmó en 1970 el candidato electo, Salvador Allende. Actualmente y libre de deberes, Piedrabuena (casado, 6 hijos), investiga las historias de sus antepasados, como la de su abuelo Enrique Richard, tercer decano de Derecho en la UC. Era un joven de ideas claras y voluntad independiente, por lo que no siguió sus pasos y entró a la Universidad de Chile: “En esos tiempos se consideraba importante la labor de evangelización para un católico, ir al encuentro del mundo laico. Mi decisión causó sorpresa en la familia, pero yo tenía la convicción. Además de que entonces la calidad era superior allá, con profesores más afamados. —Cuando era estudiante, ¿siempre se planteó una trayectoria judicial? —Pensaba en una carrera docente, yo era alumno de 6 y 7. Comencé como ayudante de Máximo Pacheco y después por concurso asistí al destacado jurista Avelino León. Esa fue una buena partida. Luego se abrió un concurso de profesor adjunto y lo gané, pero en 1971 estaba todo politizado y un candidato le reclamó al gobierno, por lo que mi incorporación se fue dilatando con evasivas y, al final, todo quedó en nada. En marzo de 1963 entró al Consejo de Defensa del Estado y se inició su cercanía con la Universidad Católica, donde hizo clases por décadas. Ahí pudo compartir sus experiencias en una justicia chilena que, ya en los años 60, se percibía incapaz de responderle al país.

Una reforma tardía Dentro de su vasta trayectoria laboral, en 1962 trabajó en San Miguel, defendiendo a personas de escasos recursos. Sin embargo, no fue una buena experiencia: “La Corporación de Asistencia Judicial estaba a cargo del Colegio de Abogados y quienes recurrían a ella recibían ayuda y buen trato, pero había corrupción en el juzgado local y preferí alejarme”.

“Costó mucho crear esta reforma, tuvo bastante oposición de juristas muy connotados, por lo que fue decisiva la insistencia de la ministra Soledad Alvear”.

—En esa época ¿Chile tenía una cultura de servicio público? ¿Importaba el prestigio? —En el Consejo de Defensa del Estado era así, con juristas y abogados muy destacados. Seguían de docentes y en el ejercicio privado, pero consideraban un orgullo ser defensores del Estado, como Pedro Aguirre Cerda y Juan Esteban Montero. —De sus libros parece desprenderse que el Estado de Chile podría haber sido mejor defendido de contar con más recursos; ¿es así? —Es muy cierto lo de la falta de recursos, no había nada en nuestro caso, ni oficinas del Consejo por mucho tiempo; por supuesto, los resultados habrían sido mejores al tener más apoyo. Hubo un cambio mucho después, recién con Patricio Aylwin. —¿Qué opinión le generó la Ley Nº166.604 de 1966, sobre corrupción en las municipalidades? —Había muchas irregularidades y dictaron una norma para amnistiar toda la malversación pasada, lo que me indignó. Fue una clara violación de la igualdad ante la ley. El que se manifestó en contra públicamente fue Eduardo Novoa Monreal, pero todos los partidos estuvieron a favor. Hay áreas en las que el gobierno y los parlamentarios se ponen de acuerdo y, si se trata de políticos conocidos, uno experimenta la presión. No es que llegue una orden de no investigar, pero vienen las preguntas: “¡cómo puede ser!, ¡si es una persona tan honorable!”. —Desde los años 60 que se habla de la reforma de la justicia, ¿a qué se debió tanta demora? —Estuve de asesor jurídico del Ministerio de Justicia entre 1966 y 1970. El escenario era complicado, entre lo que se quería y lo que se podía hacer, y el ministro Pedro Jesús Rodríguez era un gran jurista, pero poco decidido. Hubo otros ministros, Jaime Castillo Velasco, William Thayer y Gustavo Lagos. Este último logró impulsar una reforma con la creación del Tribunal Constitucional, muy interesante, porque sirvió cuando elaboramos el Estatuto de Garantías que firmó Allende antes de asumir. También hubo un proyecto excepcional para lo procesal penal, de Rubén Galecio. Se aprobó en la Cámara pero vino la Unidad Popular, proclive a la justicia popular, vecinal y todo quedó relegado. 9


Fotografía libro 33 años de historia del Consejo de Defensa del Estado (1963-1996).

talento público

Fotografía libro 33 años de historia del Consejo de Defensa del Estado (1963-1996).

La presidencia. En la fotografía vemos la celebración de los 95 años del Consejo de Defensa del Estado en 1990. De izquierda a derecha aparecen Guillermo Piedrabuena como presidente del Consejo; Patricio Aylwin, Presidente de la República y Francisco Cumplido, ministro de Justicia.

Por los pasillos de la justicia. En la imagen Guillermo Piedrabuena a los 29 años, cuando fue designado asesor jurídico del Ministerio de Justicia.

“Cuando se hizo la reforma se dividieron los senadores, luego se produjo el debate interpretativo del año 2002 y ahora no sé en qué va a terminar esto (los casos Penta y Soquimich), porque es un problema gordo. Yo creo que le corresponde a la Fiscalía, porque su rango constitucional le da más autonomía”. 10

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—¿Qué opinión le merecen los “resquicios legales” de Eduardo Novoa Monreal, creados en el gobierno de Allende? —Él era inmensamente capaz e incisivo. Él mismo le pidió a Allende que lo nombrara presidente del Consejo de Defensa y ahí se revolvió el ambiente. En lo formal sus proyectos eran legales, pero en lo del cobre, por ejemplo, se ponía de acuerdo con el ministro Pedro Vuskovic para expropiar y seguir adelante con resquicios. Philippi lo enfrentó y hubo una huelga de consejeros, de no asistir a una reunión y ahí renunció. Allende lo nombró con un cargo en el extranjero, pero siguieron los conflictos así es que los consejeros fueron a renunciarle al presidente Allende, que no los dejó hablar. Los hizo salir de la oficina y cuando iban saliendo a la calle se asomó a su balcón y les gritó: “¡Ustedes están complotando!”.

La hora de los pinocheques Antes del 11 de septiembre de 1973 comenzaron los movimientos para designar al nuevo presidente del Consejo: “Fue una reunión privada, algunos no fueron invitados, y el propio día 11 ya apareció Lorenzo de la Maza, públicamente, como el nuevo”, relata Piedrabuena. Como no era de derecha ni de izquierda, a Piedrabuena lo alejaron del Consejo y lo enviaron al Ministerio de Justicia: “Hubo abogados que llegaban a las oficinas de uniforme militar. Pinochet se reunía con los 3 o 4 de su confianza, así es que los demás prefirieron alejarse”. —Usted fue presidente del Consejo de Defensa del Estado de 1990 a 1994; ¿se logró avanzar hacia una mayor autonomía frente al Poder Ejecutivo? —El propósito de la Ley Nº 19.202 de 1993 fue ese, que la relación con el gobierno de turno fuera a través de Hacienda y no de Justicia. Este ministerio tenía mucha influencia, no era fácil resistirlo. La prueba de fuego la vivieron con los pinocheques: “Todos andaban asustados, en el gobierno querían que nos hiciéramos los lesos. Fue un periodo duro para mí y más para Luis Bates que me sucedió. El presidente Aylwin y el ministro Francisco Cumplido nos respetaron, pero no así otros ministros. Las presiones apuntaban a que, para salvar la transición, había que pasar ese trago amargo y cerrar el caso”. Fue una de las razones, recuerda, para no seguir presidiendo el Consejo. Pero, piensa, se avanzó: “En la actualidad, un presidente o un ministro la piensan mucho antes de presionar.”


Imagen pública

Son largas las jornadas de los fiscales y sus remuneraciones inferiores a las de los jueces. “Varios han renunciado”, advierte Piedrabuena, luego de que el país invirtiera mucho en prepararlos.

Antepasados ilustres. Su abuelo Enrique Piedrabuena Richard fue un destacado jurista y personaje de relevancia nacional. Vemos un recorte de una de sus apariciones en el diario El Ilustrado.

Mundo plano —La defensa del Estado en un mundo global ha debido adaptarse a los casos internacionales. ¿Cómo se logró actuar a ese nivel? —Había que tener un gran conocimiento del Derecho Internacional y sus prácticas, una experiencia que no teníamos, debimos viajar muchas veces y entrar en contacto con oficinas de abogados de otros países. En el famoso caso de las uvas envenenadas, mi impresión, sin plena prueba, es que no se envenenaron en Chile, sino antes de entrar a Estados Unidos; que fue una advertencia de ese país al gobierno militar por los problemas de derechos humanos. También considera que hay avances tras la reforma de la justicia. Aunque exista en el país la percepción de que hay “puerta giratoria” y “mano blanda”. —¿Cómo ve usted la reforma y sus resultados? —En el sistema antiguo el juez investigaba y fallaba, lo que era injusto, ya sin precedentes en el resto del mundo. Costó mucho crear esta reforma, tuvo bastante oposición de juristas muy connotados, por lo que fue decisiva la insistencia de la ministra Soledad Alvear. Yo vi desde lejos el proceso. En el gobierno de Aylwin se empezó a hablar pero implicaba cambios a la Constitución, por lo que recién se logró en 1997. Luego se agregó el Código de Procedimiento Penal, el año 2000. Sin embargo, reconoce que hay temas pendientes, como las diferencias relativas a los casos Penta y Soquimich, que se refieren a la intervención de Impuestos Internos o de la Fiscalía: “Cuando se hizo la reforma se dividieron los senadores, luego se produjo el debate interpretativo del año 2002 y ahora no sé en qué va a terminar esto, porque es un problema gordo. Yo creo que le corresponde actuar la Fiscalía, actuar porque su rango constitucional le da más autonomía”.

La figura de los fiscales devino protagónica ante el público. Pero a pesar de ser el primer Fiscal Nacional, desde 1999, Piedrabuena siguió caminando por Ahumada y Huérfanos como uno más de traje y corbata, discreto a pesar de su muy elevada y sólida silueta. Debió liderar la puesta en práctica del nuevo sistema de justicia criminal en Chile, el de juicios orales. Pero en las encuestas de opinión pública se vería aumentar la percepción de que la delincuencia aumentaba. Y la seguridad ciudadana comenzó a aparecer entre las principales preocupaciones de los chilenos. Lo que no veían los ciudadanos, comenta, era la precariedad: “En Chile siempre faltan los medios para tener, de partida, los fiscales que se requieren. Era tanta la escasez al principio, que tuvimos que ocupar unas salas que me prestaban en el Club de la Unión. Algunos no alcanzan a cumplir sus tareas, archivan los delitos menores, le piden al particular que investigue”. Son largas las jornadas y sus remuneraciones inferiores a las de los jueces. “Varios han renunciado”, advierte Piedrabuena, luego de que el país invirtiera mucho en prepararlos. En cuanto a la delincuencia, resalta otra carencia: “Falta un ministerio de Seguridad Pública. Se planteó en el primer gobierno de Bachelet, pero los parlamentarios no avalaron que el Ministerio del Interior se apartara de los delitos y las policías. Al final es un subsecretario el que actúa y no es lo mismo para lograr recursos e impulsar proyectos. La misma Defensoría de Víctimas, por ejemplo, es un proyecto que no avanza. —¿Las policías chilenas están capacitadas? —También les ayudaría un Ministerio de Seguridad Pública. ¿Investiga Carabineros? Lo hace, a veces bien y a veces mal; no nació para eso pero le han sumado funciones. ¿Deben investigar los fiscales? Miguel Otero decía que no, que solo deben dirigir a las policías, pero dirigen e investigan a través de las policías y de su propia gente. Según el caso escogen una, o en otras ocasiones lo hacen ellos mismos, para evitar filtraciones por ejemplo. Hay hechos complejos, como los de terrorismo: ¿Quién y cómo se demuestran que se ha creado un clima de temor en la sociedad? —Hay quienes hablan de grupos terroristas en la Araucanía, ¿ha fallado ahí el sistema? —Es algo muy difícil. Yo viajé mucho a Temuco y creo que el problema surgió como algo diferente y no se supo responder. La agencia estatal, Conadi, con sus compras y ventas de tierras no funcionaba como corresponde; se comentaba que algunas se entregaron a comuneros que eran bastante aguerridos. Está el problema social, cultural y el económico. Hay tráfico de armas desde Argentina y Colombia y no se enfrenta. Yo cumplí con hacer entrega de los antecedentes a las autoridades responsables, pero no he visto un camino definido para enfrentarlo. Y no hay especialistas. —¿Se siente conforme con la autonomía del Ministerio Público? —En los primeros tiempos hubo intentos de la Corte Suprema para someter a los fiscales, incluso con órdenes de detención, pero eso se ha ido superando. Ahora ellos investigan y los jueces fallan, lo que es muy superior al sistema antiguo; aunque haya problemas. El Ministerio Público está delimitando su territorio. Avanza lento hacia el viejo y deseable principio de separación de los poderes del Estado. Piedrabuena nos despide tranquilo, en su tradicional oficina donde el tiempo parece no transcurrir. Parece convencido de que la justicia tarda, pero llega. 11


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REVISTA UNIVERSITARIA


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Elegido para

enseñar A sus 49 años, Eligio Salamanca nunca se ha movido de la región de la Araucanía. Estudió Pedagogía en el campus Villarrica de la UC y lleva 29 años como profesor de la Escuela Básica de Quelhue, a 8 kilómetros de Pucón. En ese establecimiento imparte educación medioambiental e inclusiva a niños que, en más de un 50% de los casos, tienen necesidades educativas especiales. Lo que más le apasiona es perseguir nuevos desafíos y comprobar que los ideales que propone a sus estudiantes se van cumpliendo. Por VIRGINIA SOTO-AGUILAR CORTÍNEZ Fotografías de CRISTÓBAL SAAVEDRA ESCOBAR

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CUENTOS QUE SANAN. Por medio de la escritura y el dibujo, los alumnos de Eligio Salamanca expresan aquellos problemas que ven a su alrededor y buscan desahogarse o solucionarlos de manera creativa.

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REVISTA UNIVERSITARIA

l año pasado había una niña llamada Camila, su hermano Diego, y una mujer, conocida como Natalia. Ellos eran maltratados por Guillermo, que era el papá de los niños y el esposo de la señora Natalia. Cada vez que el hombre se emborrachaba, Camila, Diego y Natalia tenían mucho miedo”. Este relato titulado “La familia dañada”, que aborda la historia de un padre alcohólico y violento, pero que termina con un final esperanzador, es uno de los muchos que han escrito los alumnos de Eligio Salamanca y que han sido publicados en documentos que se pueden leer en la biblioteca de Pucón. Ese es el estilo educativo de Eligio. Lleno de detalles, símbolos y actividades orientadas a promover el desarrollo integral de sus estudiantes. Con 49 años, este educador se caracteriza por un alto compromiso y por los recursos pedagógicos creativos utilizados en el aula de la Escuela Básica de Quelhue, ubicada a 8 kilómetros de Pucón. Aprender matemáticas al cultivar un huerto, reforzar la esperanza por medio de la redacción de cuentos con soluciones o empezar cada jornada con una lectura que destaque los contenidos del día, son algunas de las iniciativas que hicieron que fuera “el elegido” –que es el significado de su nombre– como el mejor profesor de Chile. Él fue distinguido entre más

de siete mil docentes nominados por la ciudadanía al Global Teacher Prize Chile 2016 (a través de su sitio web). Esta es la primera versión del premio en nuestro país, y su objetivo es reconocer pública y masivamente el trabajo que realizan los docentes. Además, el certamen tiene una categoría internacional a la que llegan candidatos de todo el mundo. Este año el certamen se celebró en Dubai, ciudad a la que viajó Salamanca en marzo pasado.

HACERSE MAESTRO Nacido en Villarrica, nunca se ha movido de la región de la Araucanía. Estudió Pedagogía en el campus de la UC, de esa ciudad, y lleva 29 años como profesor de la misma escuela en Quelhue. —¿Cuándo comenzó a manifestarse su vocación? —Estudié en colegios rurales con cursos combinados, es decir, con niños de primero a sexto básico en una misma sala. Cuando cursaba segundo básico, tuve una maestra ejemplar. Mientras trabajábamos en grupos, ella atendía a otros en forma personalizada. A menudo me daba la oportunidad de explicar y dar lecciones de lectura a compañeros más pequeños e incluso de sexto. Ella despertó mi vocación. Posteriormente, en mi vida escolar tuve muchos maestros buenos y otros no tanto. Eso me hizo ratificar mi decisión de dedicarme a la docencia y, especialmente, tratar siempre de ser el mejor profesor posible.

“Promovemos que los niños escriban relatos que recojan problemáticas sociales, tales como el maltrato infantil o la convivencia escolar, y que ellos mismos presenten soluciones”.


—¿Qué lo ha inspirado?¿Cuál ha sido la motivación en su carrera? —Siempre estudié en instituciones públicas. Afortunadamente tuve facilidades académicas y, como el sistema educativo superpone lo cognitivo e intelectual por sobre cualquier otra área de desarrollo, tuve esa ventaja. Sin embargo, vi la segregación en cada curso en donde quedaban compañeros rezagados, aunque eran excelentes dibujantes, deportistas, buenos amigos, etcétera. Eso fue otro factor potente que despertó mis ganas de ser profesor, para buscar un mayor equilibrio y equidad en la enseñanza de los niños que requieren más apoyo para lograr aprendizajes. Salamanca recuerda también sus tiempos de estudio de Pedagogía en la UC: “Valoro la dedicación de los académicos, asistentes y administrativos de la universidad. También la relación que esta casa de estudios mantenía entre la teoría y la práctica. Personalmente realicé varios reemplazos y prácticas docentes de algunos días en escuelas cercanas, lo que me ayudó mucho”, comparte. De esta experiencia rescata la enseñanza de la ética a través de los juegos de roles, para apreciar el ejercicio de los valores y antivalores; el trabajo científico en el laboratorio; la Historia y la Matemática que se aplicaba a través del diseño y la construcción de materiales didácticos que se utilizan en los primeros años de docencia; la Sociología, Sicología y Filosofía de la educación para conocer el desarrollo de los niños, la personalidad y el comportamiento. Eligio recuerda las lecciones recibidas del Padre Paul Wevering, quien tuvo un importante rol en el campus Villarrica, cuya sede ahora lleva su nombre. Y también destaca las clases prácticas con Sor Clara, una religiosa reconocida por su excelencia académica.

TRES DÉCADAS AL SERVICIO DE QUELHUE. Hoy asisten 33 alumnos a la escuela de Quelhue, localidad que se ubica a ocho kilómetros de Pucón (IX región). Eligio Salamanca lleva 29 años como profesor del mismo establecimiento. En la imagen aparece junto a su esposa y una de sus hijas.

ANCLADO A QUELHUE Hace tres décadas Eligio se demoraba varias horas en llegar a la Escuela Básica de Quelhue, porque los caminos eran distintos. Incluso a veces se quedaba a dormir en la zona y volvía a Villarrica el fin de semana. Hoy se tarda solo 15 minutos desde su casa en Pucón, donde vive con su esposa y sus tres hijos: César (23), Gabriela (18) e Isabela (5). Actualmente en su colegio estudian 33 niños de primero a sexto básico en una misma sala. Además trabajan dos docentes, una asistente de aula, una educadora diferencial que va dos días y algunos profesionales que asisten por horas, como un profesor de educación física, una psicóloga y un fonoaudiólogo.

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VIDA EN EL HUERTO. La tierra y la naturaleza son elementos que se utilizan para enseñar biología, matemática, lógica y mucho más.

—¿Cuál es el mayor desafío que presenta su escuela? — De los 33 alumnos que tengo en este momento, 10 tienen necesidades educativas especiales (de carácter transitorio o permanente), por lo que pertenecen al Programa de Integración Escolar (PIE), del Ministerio de Educación. El Decreto 170 del año 2009 que rige estos proyectos, establece un máximo de estudiantes por curso. Por tal razón, otros 8 niños con las mismas características no pueden ser ingresados al PIE. Sin embargo, nosotros les disponemos igualmente apoyo especializado directo e indirecto, a través de una educadora diferencial que trabaja durante 22 horas semanales con nosotros. En definitiva, un 54, 5% de los alumnos que componen nuestra matrícula actual, presentan alguna necesidad educativa especial. Esto implica desarrollar una metodología más vinculada a la práctica. Además, trabajamos bastante en aplicar contenidos curriculares en situaciones prácticas, como el cultivo en invernaderos, salidas pedagógicas, investigaciones a través de internet, lectura al aire libre, la producción de textos y libros que hemos publicado y que se encuentran en la Biblioteca de Pucón, entre otras actividades. La escuela tiene Nivel de Excelencia en Educación Medioambiental –reconocimiento otorgado por el Ministerio del Medioambiente–, y una hectárea de áreas verdes en donde hemos ido plantando diversos árboles, siempre vinculando teoría y práctica.

La pasión de Eligio se ve reflejada en su creatividad para buscar métodos pedagógicos diariamente. 16

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El docente también incorpora los aspectos culturales mapuche al aula, dado que varios niños pertenecen a esa etnia. Por eso desarrollan encuentros y festividades en una ruca escolar ubicada en el patio; se ha instalado un rehue (altar mapuche) rodeado de canelos y se imparten cuatro horas semanales de lengua indígena, entre otras actividades. Salamanca cuenta que algunos de sus antiguos alumnos han trabajado junto a él como educadores en el colegio, lo que lo gratifica especialmente al ver concretarse las enseñanzas que él ha entregado.

LOS MÉRITOS TRAS UN PREMIO Eligio recibió con sorpresa y gratitud la noticia de que era el ganador del Global Teacher Prize Chile 2016. Sin embargo, los hechos avalan este importante galardón. En su carrera no solo se ha capacitado enormemente sino que ha innovado de forma reiterada en su quehacer. Además de estudiar Pedagogía Básica en el campus Villarrica de la UC, cursó un postítulo en Educación para el Desarrollo Rural y otro en Trastornos Específicos del Aprendizaje. Ha desarrollado más de cuatro mil horas de perfeccionamiento en metodologías de enseñanza didáctica, evaluación, planificación curricular, gestión y administración educacional. A esto se suma la obtención del Nivel Destacado en Evaluación Nacional Docente los años 2006, 2010 y 2014. También recibió el máximo nivel (25%) en la Prueba de Conocimientos Disciplinarios en Asignación Variable de Desempeño Individual, del Ministerio de Educación, en 2007 y 2015; y la Asignación de Excelencia Pedagógica entre 2003 y 2013 y desde 2014 a la fecha.


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FOTOGRAFÍA GENTILEZA DE ELIGE EDUCAR

En la cumbre de la educación A uno de los países más ricos del mundo viajó Eligio Salamanca en marzo de 2017. Llegó a Dubai para participar en la premiación final del Global Teacher Prize International, un galardón que desde el 2014 rescata lo mejor de la docencia y que es conocido en el mundo entero como el “Nobel” de la enseñanza. Además participó junto a 150 docentes en el foro educativo internacional Global Education & Skills Forum. El profesor, quien ganó en Chile entre siete mil nominados en la primera versión del concurso en el país, cuenta que fue una experiencia realmente enriquecedora: “Los asistentes a ese encuentro eran los mejores del mundo. Sus historias y estrategias educativas eran muy interesantes, al igual que las exposiciones. Lo comparo con la ascención a la cumbre de un volcán, desde ahí todo se ve mejor y diferente. Así me sentí, porque pude apreciar la realidad de la educación en el planeta”.

EDUCACIÓN INTEGRAL. El mejor profesor de Chile opina que los docentes de nuestro país han desarrollado muchas herramientas y creatividad, pero se enfocan más en los resultados cuantitativos que en la formación de la persona.

—¿Qué cree que lo convirtió en el ganador del Premio Global Teacher Prize Chile 2016? —Pienso que hubo un conjunto de elementos que les gustaron, tales como mi historia, mi trayectoria con varios hitos de excelencia educativa, mi vasta carga de perfeccionamiento docente, los impactos en los aprendizajes en el aula y en la comunidad, el trabajo pedagógico con pares, pero principalmente las innovaciones que he realizado en mi sala de clases y en nuestro entorno. Esto último es lo que ha llevado a mi escuela a transformarse en un referente en el ámbito local y nacional.

EDUCAR CON CREATIVIDAD Entre sus herramientas educativas innovadoras, se puede mencionar la lectura diaria al comenzar el día. “En la lectura se integran cosas de distintos ramos, por ejemplo, se puede revisar algo relacionado con lo que se va a estudiar en ciencias ese mismo día”, explica. La aplicación práctica en el huerto es otra iniciativa destacable. Este punto es muy relevante, puesto que se toma aquella temática que es cercana a los niños: la tierra, los cultivos, y la jardinería. Ellos saben de eso ya que muchos viven en el campo, entonces la enseñanza va de la mano de la realidad en que viven. “Tomamos ejemplos del invernadero para explicar algo de matemáticas y así nos aseguramos de que lo hayan aprendido bien. Por ejemplo, reconocer en terreno rectas, paralelas y perpendiculares”, dice. Eligio, amante de la jardinería, de conocer lugares y de viajar, también utiliza los paseos como un método de formación. En algunos casos organiza una gira pedagógica por una calle o investiga, junto a sus alumnos, fenómenos naturales utilizando el entorno. “Creo que cualquier educación desvinculada del medio en que viven y vivirán los niños, no tiene sentido. Ellos son muy concretos y esto les permite desarrollar aprendizajes más significativos”, enfatiza.

“Otro factor potente que despertó mis ganas de ser profesor fue buscar un mayor equilibrio en la enseñanza de los niños que requieren más apoyo para lograr aprendizajes”. La producción de textos también es una estrategia relevante para este docente. “Promovemos que los niños escriban relatos que recojan problemáticas sociales, tales como el maltrato infantil o la convivencia escolar, y que ellos mismos presenten soluciones. El desenlace es una solución y lo que les permite desarrollar la creatividad para resolver problemas a futuro”, explica. Según relata Salamanca, en la sala se utilizan computadores y tablets para no quedarse atrás en el uso de la tecnología. A través de ella, por ejemplo, se busca información que diga relación con ver con los temas que se están estudiando. “Es importante que aprendan a tener un justo equilibrio entre el empleo de la tecnología y la vida al aire libre. Y que sepan usar las herramientas básicas para escribir textos o preparar presentaciones en PowerPoint”, detalla. La pasión de Eligio se ve reflejada en su ingenio para buscar métodos pedagógicos diariamente. Y también en esa enorme fidelidad a su Escuela de Quelhue, a la cual se ha esforzado por mejorar cada día. “Nos tiene muy satisfechos que sea un referente en la región, esto se ha ido consiguiendo poco a poco, principalmente por la educación medioambiental que se hace en ella”, señala. Y agrega que, si bien las dificultades de aprendizaje de muchos de sus estudiantes representan un problema para algunos profesores, para él reflejan la urgencia de ayudar. “Si no estoy yo ahí, ¿quién lo hará? Los niños necesitan a alguien”. Y así es, tienen a Eligio, el elegido. 17


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FOTOGRAFĂ?A L'Osservatore Romano


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El Papa Francisco

“en directo”

Conversamos con el prefecto, monseñor Dario Edoardo Viganò, de la Secretaría para la Comunicación del Vaticano, a meses de la visita del Sumo Pontífice a Chile en enero próximo. Hace dos años se inició una reforma estructural en todos los medios vaticanos. Revolución que hoy tiene a su Santidad con alrededor de 20 millones de seguidores en su cuenta de Twitter, y que lo ha convertido en uno de los líderes de opinión más seguidos del mundo, junto a Barack Obama. Por Miguel Laborde y Carlos Oliva

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os recibió en su tercer día en Santiago, en medio de una recargada agenda. Y es que era grande el interés por conocer al energético sacerdote y profesional responsable de la nueva etapa de los medios vaticanos, monseñor Dario Edoardo Viganò. El aula magna de la Casa Central fue sobrepasada por el público el día que él inauguró la IV versión del Seminario de Comunicaciones de Iglesia. Los medios están en el centro de la nueva cultura vaticana. El propio Papa Francisco, al intervenir el año pasado en la 50ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, destacó el servicio que pueden prestar en bien de recomponer las confianzas y acercar a las personas. Algo que la cultura contemporánea, en esta época, parece necesitar con urgencia. Eso sí, cuando nos sentamos a conversar una tarde en Casa Central, Viganò hizo ver, con un dejo de humor irónico en su mirada, que la novedad no es tanta: “¿Acaso los apóstoles no eran unos comunicadores?”. Viganò se ve menor de lo que es. De familia italiana que emigró a Brasil en los años 50 del siglo pasado –nació en Río de Janeiro en 1962-, es portador de una sangre y cultura empática, expresiva, ideal para su cargo. Y si de inmersión en la modernidad se trata, para reaccionar a las nuevas tecnologías, lo ayuda su formación: creció cerca de Milán, la cosmopolita capital económica e industrial de Italia, ciudad donde se convirtió en sacerdote. Desde joven se interesó en los medios, hasta ser un destacado doctor en comunicaciones sociales de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, profesor y autor en temas de periodismo digital, semiología del cine, e-learning y teología de las comunicaciones. Un verdadero especialista escogió su Santidad para liderar la total transformación medial de la iglesia.

FOTOGRAFÍA DE KARINA FUENZALIDA

“Frente a este uso compulsivo de los medios digitales, debemos transformar la necesidad de estar conectados para vivir las redes sociales de una manera más humana. Este es un gran desafío”.

Pontífice@pontifex A lo largo de la historia, el Papa pontificaba y la feligresía internalizaba sus palabras. Solo en 1967, hace justo medio siglo y por iniciativa del Concilio Vaticano II, se celebró la primera Jornada Mundial de la Comunicación Social. Fue una opción de los obispos del mundo, interesados en que la palabra de la Iglesia posconciliar llegara al corazón de las personas y se irradiara de la mejor manera por el mundo. Un mundo más rebelde que el antiguo. 20

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Nuevo escenario mediático. La Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede se constituyó en 2015 para actuar en un contexto marcado por la convergencia digital y responder mejor a las exigencias de las audiencias. El prefecto Dario Edoardo Viganò debe coordinar la oficina de prensa de la Santa Sede; el sitio web; radio Vaticano; el centro televisivo; el diario L'Osservatore Romano, la tipografía vaticana; el servicio fotográfico y la Librería Editora Vaticana.


Líder de opinión. Twiplomacy ha escogido al Papa Francisco como el líder más influyente del planeta los años 2013, 2014 y 2015. Pero como no todo se reduce a un tuit, su Santidad le ha dado un nuevo impulso y sello a las diversas plataformas de comunicación del Vaticano.

Pero en años recientes, con la explosión de las redes sociales, la interactividad, el aumento de soportes y plataformas, el panorama cambió aún más. Por todo eso, el Papa Francisco decidió crear el año 2015 la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede. El propio Pontífice ya había iniciado esta revolución medial dos años antes al crear la cuenta oficial @Pontifex. Twiplomacy, la agencia que mide el impacto de los tuits de los líderes mundiales, lo designó entonces como la persona más influyente del orbe los años 2013, 2014 y 2015. En 2016 fue segundo, tras Barack Obama, con 31 millones de seguidores. Pero no todo es tuiteo, como creen algunos otros líderes planetarios. Por eso el Sumo Pontífice decidió crear una secretaría a cargo de un prefecto responsable de coordinar a todos los medios vaticanos. De ahí la designación de Viganò, quien ya había dirigido, y con buenos resultados, el Centro Televisivo Vaticano (CTV). —¿La Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede fue creada por una necesidad de recuperar confianzas, credibilidad? ¿En qué momento surgió? —Los motivos por los cuales se llega a su constitución no tienen como objetivo principal recuperar la credibilidad por parte de la Iglesia, la que podrá mejorar en tanto la Iglesia misma se reforme, como quiere el Papa. De lo que se trata es del modo de actuar en un contexto cultural marcado por la convergencia digital, el que hace necesario un sistema de comunicación que responda mejor a las exigencias de las audiencias, para estar más cercanos y más unidos. El proceso nace antes del Gran Jubileo del año 2.000, cuando se comenzó a captar que era necesaria una suerte de coherencia de los medios de la Iglesia. La idea continuó desde entonces, a veces más lento por el tema de la coordinación, otras por el costo económico de todo que es muy grande, pero es el punto de partida de un camino muy largo. —¿Esto ha significado el contrato de profesionales expertos en el tema? —Cuando su Santidad nos pidió hacer esta reforma, también solicitó que ningún puesto de trabajo se perdiera. Por lo tanto, algo que hemos hecho al principio es un mapa del per-

“Él no sigue una estrategia de comunicación, somos nosotros los que estamos al servicio de su modo de comunicar”. sonal y de sus competencias. Después comenzamos un fuerte proceso de información con algunas universidades presentes en Roma, para cursos de management, de periodismo digital, de gestión de la cultura, porque nuestros periodistas vienen de los medios tradicionales, mientras que hoy procedemos en un contexto que será multimedial, de noticias por videos, fotos y también textos escritos donde, por ejemplo, serán muy importantes los tags, las etiquetas. —¿Además de la gestión administrativa y de la coordinación de los medios, también se tendrán que coordinar distintas realidades, por ejemplo, que el diario L’Osservatore Romano sea más lento que la televisión? —La fuente oficial de información será Vatican.va, que es el sitio con todos los documentos oficiales del Papa. Los demás portales se convertirán en uno solo, el news.va tendrá una dirección editorial con una serie de redacciones multilingüísticas y multiculturales. El diario L’Osservatore Romano queda como el periódico oficial porque generalmente los textos del Sumo Pontífice ya están en vatican.va, así como los nombramientos y los artículos de política internacional aprobados por la Secretaría de Estado. —Entonces, ¿en este medio hay un espacio de reflexión propia, autónoma? —En el sentido que usted dice se debe considerar su edición semanal, creada este año, donde hay una autonomía de pensamiento respecto de la Secretaría de Estado. 21


—El Papa Francisco es un comunicador muy espontáneo; ¿cómo se concilia eso con una estrategia general y coordinada, o es un tema aparte? —Él no sigue una estrategia de comunicación, somos nosotros los que estamos al servicio de su modo de comunicar. Si se confrontan sus entrevistas más sus mensajes de video, se ve que el discernimiento y la decisión son siempre y solamente suyos y, por lo tanto, nosotros disponemos nuestros instrumentos a su carga comunicativa. —¿Eso responde también a que hace 40 años las comunicaciones seguían una tendencia corporativa y centralizada, de crear una visión y buscar difundirla en el medio y, ahora, todo es más interactivo y participativo? —Yo creo que en la comunicación, sobre todo hoy, es verdadero el hecho que no hay reglas sino solamente riesgos. Como dice el Papa Francisco, es mejor ser una Iglesia accidentada que una que es una pieza de museo. No basta con oír y hacerse oír, también hay que sentir con el otro; la sociedad es sociabilidad, la persona existe en cuanto se relaciona con el prójimo y, como hoy esto es más débil, aumenta la soledad. Estamos muy vinculados pero no comunicados.

VOLVER A CONECTARSE. “No basta con oír y hacerse oír, también hay que sentir con el otro; la persona existe en cuanto se relaciona con el prójimo y, como hoy esto es más débil, aumenta la soledad. Estamos muy vinculados pero no comunicados”.

El método Disney

“Como dice el Papa Francisco, es mejor ser una Iglesia accidentada que una que es una pieza de museo”.

—¿Por la actual capacitación en management de algunos miembros de la secretaría, se debe entender que había una necesidad de reorganizar los medios como una empresa? —Al menos como una empresa. Teníamos todos los medios compartimentados, la radio, la televisión, el diario, y debimos organizar la estructura en grupos funcionales para alcanzar mejor los objetivos. Se habla de una visión de organización holocrática, basada en teorías de los sistemas complejos, ya no jerárquica. Esto es útil porque el personal se comparte y está la posibilidad para algunas personas de dar frutos de acuerdo a sus estudios, porque muy habitualmente podía pasar que uno aceptara un trabajo porque es en un lugar que le interesa, pero no necesariamente correspondía a sus competencias. Ahora es posible hacer crecer estas destrezas, dentro de un contexto en que estas se comparten. —¿Como en los equipos de fútbol, donde el entrenador planifica su estrategia a partir de los talentos individuales de los jugadores? —Exacto. Es como un proceso motivacional, desde lo individual de los recursos, las competencias, los propios deseos que cada uno tiene para desarrollar, y entonces hay que ayudarlos dentro de un cuadro que es integrador. 22

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Lo que debe coordinar el prefecto Viganò es mucho y, para ello, se ha apoyado en expertos de varias universidades romanas. Lo suyo incluye a la oficina de prensa de la Santa Sede, el sitio web, radio Vaticano, el centro televisivo, el diario L’Osservatore Romano, la tipografía vaticana, el servicio fotográfico y la Librería Editora Vaticana. A este método de trabajo “holocrático” u horizontal, de compartir la tarea de reflejar en todos una visión multimedial él lo llama “Sistema Disney”. —¿Cómo se produjo su relación con el mundo de Disney? —(Se ríe) Cuando se desarrolla un proyecto creo que es muy importante estudiar aquello que han hecho los otros al respecto. Al tratar de pensar un nuevo modelo de comunicación leímos muchos manuales y, entonces, individualizamos el de Disney como muy útil para nosotros, lo que no significa que estemos pensando en comunicación de entretención o en películas. Un modelo es un parámetro y es más útil tener uno que tratar de sobrevivir con la arrogancia de la autoreferencia. El de Disney me ha convencido por ser funcional a una visión holocrática, con una producción multimedial que tiene algunos soportes muy diferentes. —La cuenta twitter del Papa es muy inmediata y veloz. Eso también exige que otro tipo de estrategia más arriesgada y hay que tomar decisiones. ¿Cómo se maneja esto? —El sistema funciona así: preparamos varios tuits posibles cada mes, teniendo en cuenta las diversas jornadas que van a acontecer o los hechos pasados y luego se los presentamos. Él los lee todos y, a veces, modifica un verbo, una palabra y pone su pequeña F en la hoja y por lo tanto lo aprueba. Es impensable que su Santidad prepare todo, pero le gusta mucho saber que detrás de esas palabras está él, con su deseo de encontrarse con los fieles. —¿De acuerdo a qué estrategia se decidió la asesoría del jesuita James Martin, editor de la revista América, y Michael Barso, ejecutivo principal de un popular canal de televisión EWTN, fundado por la Madre Angélica? —Así lo hemos hecho con los consultores, con aquellos que tenían relación con el pontificio consejo de las comunicaciones


miramundo sociales. Habíamos visto que era importante mantener algunas relaciones con mundos específicos, por ejemplo, el de la radio BBC, porque tenemos una gran tradición radiofónica y la queremos desarrollar. Ya somos una humanidad medial, vivimos la naturalización de la tecnología, ella es omnipresente y no está frente a nosotros sino en nosotros. Es parte nuestra, no separada. Hasta mi tarjeta de crédito es parte de mi persona y es lo que hay que considerar, porque las redes pueden ser puentes para encuentros, pero también pueden no serlo. Y esto ya depende más de la antropología que de la tecnología. —¿Y eso cómo se puede aplicar, cómo lo hacen ustedes? —El Papa busca romper el círculo vicioso de las malas noticias, para superar la angustia que lleva a la desesperanza. Puedes relatar un terremoto incluso, pero incluir rescates y actos solidarios que salvaron vidas. Es decir, la formación va junto a la información. —Hay un tema muy interesante que se relaciona con que los mensajes no solamente deben ser apropiados, sino además bellos. Había una tradición católica de siglos de un diálogo cercano con este atributo, pero se había olvidado a fines del siglo XIX. Ahora aparece un regreso a ese valor. —La Iglesia tiene una gran tradición de búsqueda de la belleza porque en ello se manifiesta lo verdadero y lo bueno. Tiene razón usted cuando dice que, en cierto punto, pareciera que esto se hubiese olvidado en favor de un pragmatismo que no recuerda esa demanda. Cuando se habla de belleza de la comunicación hoy significa, sobre todo, que un periodista tenga disposición, una capacidad

semántica de poner distintos grados, matices para evitar que todo sea igual a sí mismo y para educar a las personas en grados diversos de juicios. Belleza también es saber relatar un hecho trágico sabiendo que la conclusión debe hacer reposar la mirada del corazón sobre una imagen de esperanza. Pienso por ejemplo en los terremotos en Italia; si cierro un artículo contando el encuentro de una niña o de un niño sacado vivo desde las ruinas, yo ofrezco como última palabra la esperanza. —Usted ha escrito sobre la necesidad de vivir los deseos de una manera más humana… —Le voy a dar un ejemplo. Yo tengo la necesidad de alimentarme, todos los animales vivientes viven de necesidades y consumen por ello, pero el hombre no consume solamente por eso, consume como hombre, para llenar un deseo que tiene, la inagotable nostalgia de algo que nos realiza. Entonces, cuando una persona hace una cena con amigos está afirmando su voluntad de que aquel vacío que tiene en el corazón pueda ser rellenado, colmado en parte por la relación con los camaradas con quienes comparte. En este sentido, frente a este uso compulsivo de los medios digitales, debemos transformar la necesidad de estar conectados para vivir las redes sociales de una manera más humana. Este es un gran desafío. Lo dejamos con su lista de pendientes en una agenda sin pausa, concentrado en una misión que culmina el próximo año. Es en 2018 cuando, según su propio cronograma, veremos en operación los cambios más importantes de su reforma vaticana a los medios. Un año que, de nuevo tendrá a Chile en la agenda de monseñor Viganò, con la venida del Papa Francisco a nuestro país en el mes de enero.

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Investigación en el pregrado:

Apostar por los estudiantes Los avances científicos realizados en las últimas décadas han modificado la distinción clásica entre investigación básica y aplicada, sugiriendo sistemas alternativos de clasificación. Aquí se describen tres tipos: por curiosidad, para el desarrollo socioeconómico y orientado a la formación de personas. Respecto de este último, el autor destaca la relevancia de involucrar a los alumnos universitarios antes de titularse. Esto incidiría directamente en el aprendizaje y el perfeccionamiento del capital humano, tan necesario para el progreso del país como los adelantos tecnológicos.

Por Bernabé Santelices González Fotografías César cortés dellepiane y karina fuenzalida barraza

Bernabé Santelices González. Es biólogo de la Universidad Católica y doctor en Botánica Marina por la Universidad de Hawaii, Estados Unidos. Es profesor titular de la Facultad de Ciencias Biológicas y Premio Nacional de Ciencias Naturales 2012. Fue presidente del Consejo Superior de Ciencias de Fondecyt y vicepresidente del Consejo de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).

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Experiencia internacional. Un modelo de participación estudiantil en investigación, desarrollado con éxito en el mundo, es el “Research experience for undergraduates program”, un plan regular de proyectos que financia anualmente la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

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n Chile existe un creciente consenso de que el desarrollo integral del país, incluyendo el crecimiento, la productividad y la sustentabilidad, dependen cada vez más de la generación y aplicación de nuevo conocimiento. A su vez, este proviene fundamentalmente de la investigación y sus posibilidades de generar innovaciones y progreso. Sin embargo, un análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación en el país muestra una diversidad de problemas de importancia. En las discusiones generales sobre el tema, las dificultades a menudo se simplifican, concentrando la atención y las demandas sobre los recursos económicos. Pero la situación real es bastante más compleja. Pareciera haber un desconocimiento generalizado sobre los factores que determinan el avance de la Ciencia, Tecnología e Innovación (C, T + I) en Chile, y una escasa capacidad para reconocer que el término “investigación” involucra varias clasificaciones, con propósitos y productos distintos. Sin esta información, no se pueden diseñar vectores apropiados que, de acuerdo a las prioridades actuales y futuras de progreso de esta nación, estimulen diferenciadamente cada una de las distintas categorías.

La motivación del investigador Recordemos que la investigación es el trabajo teórico o experimental que se lleva a cabo para adquirir nuevos conocimientos. Sobre esa base se distingue entre ciencia básica y aplicada. La primera se orienta a los fundamentos que sustentan los fenómenos observables, mientras que la segunda se realiza para adquirir proyectos con aplicabilidad. Sin embargo, hay otros sistemas de clasificación de este ámbito. Por ejemplo, si se considera el interés que motiva al investigador aparecen tres categorías de actividades: una que

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se origina y cultiva a partir de la curiosidad personal. También aquella en que la búsqueda de conocimiento se orienta a resolver problemas de importancia para el desarrollo socioeconómico de un área geográfica dada (región o país); un tercer aspecto se realiza con un interés principal en la formación de personas. A continuación se describen en forma breve las características de estas tres categorías y se comparan sus respectivos estados de avance en Chile.

El impulso de la curiosidad Cuando la curiosidad es el motor de la actividad científica, el propósito principal es descubrir nuevo conocimiento y contribuir al conocimiento universal. Históricamente se originó en ámbitos externos a las universidades (por ejemplo, en museos), pero desde principios del siglo XIX, su mayor despliegue ha ocurrido al interior de las casas de estudio. La experiencia muestra que existe una importante superposición entre ciencia básica e investigación por curiosidad, pero la relación no alcanza el cien por ciento. Estimaciones realizadas por la Comisión Asesora Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile (2015), indican que una mayoría (alrededor de un 90 por ciento de lo que se hace hoy en Chile) corresponde a este tipo de iniciativas. Se espera que su importancia relativa disminuya en forma gradual hasta un 70 por ciento en el año 2030, a fin de incrementar la representación de estudios para el desarrollo. Al proyectar tales cambios, se debe recordar que contiene porcentajes importantes de ciencia básica y que, con frecuencia, estos estudios se requieren para la realización de investigación aplicada. Las inversiones, de bastante magnitud, que se realizan periódicamente en naciones con un notable avance tecnológico, tales como Japón o Corea, constituyen una demostración práctica de esta dependencia entre ciencia básica y aplicada.


argumento

Contribuir con el desarrollo Otra categoría de investigación se orienta a la creación de conocimiento con aplicabilidad, que tenga potencial para originar innovaciones transferibles a las personas. En países con niveles altos de progreso, tanto el Estado como la empresa privada contribuyen con cantidades importantes de recursos para su impulso. En naciones con exportaciones principalmente de materia prima, como es el caso de Chile, la demanda de conocimientos por parte de las industrias es más bien baja, al igual que sus contribuciones económicas para esta materia. Por su parte, en estos lugares el Estado no contribuye mayormente debido a limitaciones económicas derivadas de los ciclos de producción y precios de las materias primas. Este conjunto de factores sugiere la necesidad de cambios significativos en su matriz productiva, tendientes a un mayor crecimiento exportador y a un mejor aprovechamiento de la capacidad científico-tecnológica. Estimaciones oficiales indican que esta clase de investigación en el país representa alrededor de un 10 por ciento del total, y se esperaría que su importancia relativa aumente a un 30 por ciento hacia el año 2030. A primera vista sorprende su baja representación, sin embargo, se debe considerar que no todas las investigaciones con orientación aplicada pueden ser catalogadas como estratégicas para el desarrollo. Para ello requieren resultados no solo con aplicabilidad, sino que además permitan la generación de innovaciones de productos o servicios. Se deben incorporar, además, consideraciones de mercado, caracterizando la competitividad potencial de los hallazgos o, alternativamente, valorando su contribución a la sustentabilidad de los sistemas. Idealmente la investigación se debería enmarcar en las políticas de avance en Ciencia y Tecnología formuladas para la región o país, pero estas no siempre existen, o son lo suficientemente amplias como para incorporar una diversidad de temas relacionados con este ámbito.

Las ventajas que estas iniciativas aportan a los alumnos del pregrado son tan evidentes, que en la actualidad varias universidades norteamericanas y europeas desarrollan trabajos de este tipo, orientados a complementar la docencia.

Relevar el talento científico de los estudiantes En la Universidad Católica se han desarrollado algunas iniciativas que pretenden incorporar a los estudiantes, en etapas tempranas de su carrera, en la producción científica universitaria. Por ejemplo, la Escuela de Ingeniería ha creado el Programa de Investigación en Pregrado, en el cual los alumnos pueden desarrollar competencias diferentes que les permiten destacarse entre sus pares a nivel nacional e internacional. Con el fin de potenciar y mostrar estos trabajos, desde 2011 se realiza la revista I3-Journal de Investigación en Pregrado: Investigación, Interdisciplina, Innovación. A partir del año 2016 esta se publica en forma simultánea en español e inglés. Por su parte, la Dirección de Pastoral en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación, organizan cada año el Concurso de Investigación y Creación para Alumnos. El objetivo es incentivar que los estudiantes contribuyan con la misión evangelizadora de esta casa de estudios, presentando propuestas que busquen la verdad, el bien común y la belleza, en un camino de fe y razón. Paralelamente la Vicerrectoría de Investigación convoca al Concurso de Investigación para pregrado (temporada invierno o verano), en proyectos en todas las áreas del conocimiento o de creación artística, para trabajos que cuenten con el respaldo de un académico guía.

Beneficios concretos. En otros países se han comprobado resultados positivos para los universitarios que pueden vivir una experiencia concreta de investigación. Entre ellos, el mejoramiento de sus capacidades de aprendizaje y el aumento del número de jóvenes que luego continúan con estudios de posgrado.

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argumento

Dada la naturaleza eminentemente formativa de las universidades, corresponde que este tipo de investigación empiece a ser desarrollada pronto en el país.

Perfeccionar el capital humano Las iniciativas que se realizan en los dos tipos de actividades científicas descritas previamente, generalmente involucran a estudiantes en distintos estados de formación. Ello es más frecuente cuando el trabajo se realiza en universidades y se hace con participación estudiantil, generalmente privilegiando los niveles de postgrado y estadios tardíos o terminales de pregrado. Sin embargo, en algunos países (por ejemplo, en Estados Unidos) se ha permitido la participación de alumnos en proyectos de esta índole, durante su formación temprana de pregrado. En estos casos se han reportado cambios significativos de conducta académica, que han llevado a la formulación de instrumentos específicos para desarrollar investigación, como una actividad educativa de pregrado, guiada por un profesor. El análisis de la evidencia acumulada con estas tareas sugiere tres importantes beneficios para ellos, a saber: el incremento significativo en la capacidad de retención de estudiantes de pregrado en la universidad; el mejoramiento de sus capacidades de aprendizaje y del desarrollo de destrezas en los participantes de cada trabajo; el aumento del número de jóvenes que luego continúan con estudios o perfeccionamiento de postgrado. Las ventajas que estas iniciativas aportan a los alumnos del pregrado son tan evidentes, que en la actualidad varias universidades norteamericanas y europeas desarrollan trabajos de este tipo, orientados a complementar la docencia de ese nivel con actividades de investigación. En estas labores, la consecución de las tareas formativas es tan importante como la 28

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originalidad de las hipótesis que se proponen, requiriéndose además que la contribución a desarrollar por el estudiante sea de significación. Un modelo de esta iniciativa es el “Research experience for undergraduates program”, un programa regular de proyectos que financia anualmente la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. En Chile no existen datos indicando la realización de este tipo de investigación en ninguna universidad del país. Como se indicó previamente, los estudiantes pueden participar en estas iniciativas y, de hecho, unas pocas universidades nacionales han desarrollado programas para ayudar a su financiamiento por períodos breves (por ejemplo, cuatro semanas en el verano). Sin embargo, estas no se han diseñado como programas institucionales complementarios a la docencia en los procesos de formación de personas. Estos tampoco son ofrecidos temprano en la vida de los alumnos, a fin de aumentar sus capacidades de aprendizaje e interés por diversas materias, aumentando la retención estudiantil. Dada la naturaleza eminentemente formativa de las universidades, corresponde que este tipo de investigación empiece a ser desarrollada pronto en el país. La capacidad institucional para realizarla debiera ser considerada como un elemento de importancia para acreditar capacidades docentes de calidad, así como de investigación. Aunque en el corto plazo, esta clase de trabajos podría no resultar en un número elevado de contribuciones publicables, considero que incide directamente en la educación y perfeccionamiento del capital humano, el que también es necesario para el desarrollo de Chile, tanto o más que los avances tecnológicos.


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FOTOGRAFÍA LUIS BARRIGA

Arriesgar la vida. "No es sorprendente que los bomberos sean así de valorados, ya que arriesgan su vida frente a una catástrofe y lo hacen de manera voluntaria", afirma Alicia Cebrián, Jefa de la Unidad de Gestión de Riesgos del Ministerio del Interior.

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chilenos todos

Todavía quedan

héroes Es un estilo de vida, más que un voluntariado. Están comprometidos con su labor y no les interesa recibir un sueldo. Bomberos de Chile es la organización de la sociedad civil más reconocida por la población, según una medición desarrollada por el Centro de Políticas Públicas de la UC en 2016. Realidad que se confirma tras los incendios forestales que afectaron al país en el verano pasado. En ese momento clave mostraron, una vez más, el papel fundamental que juegan en las emergencias. Por Camila Carreño Carrasco Fotografías Luis Barriga Abarca de Agencia Latitud Press y César Cortés Dellepiane

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FOTOGRAFÍA césar cortés

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Una década de bombero. Pese a la ardua labor realizada durante los incendios del verano de 2017, el voluntario Juan Morales (en la imagen), se siente orgulloso de haber prestado su servicio durante esta emergencia, en la localidad de San Javier (VII región).

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ra una cosa impresionante. Extensiones de fuego enormes que se propagaban rápidamente de un lado a otro por la carretera. Paraban los autos y te decían ‘¡más allá hay una casa al medio del bosque que se va a quemar!’; o ‘¡hay un grupo de viviendas que están al lado de las llamas!’”. Así describe Juan Andrés Morales, bombero, 30 años, la experiencia de combatir los incendios forestales que se vivieron en las regiones de O’Higgins, Maule y Bio Bío durante el verano de 2017. Integra la Bomba de San Miguel desde los 17 años, es terapeuta ocupacional de la Fundación Rostros Nuevos y fue a apoyar a los voluntarios locales en San Javier. Hasta hoy recuerda el color del cielo de un tono amarillo anaranjado. “Era una cosa horrible el calor y no tenías dónde respirar, si eso era humo todo el día. Humo, humo, humo. Había un momento en que tú querías levantar la cabeza, ver azul y respirar un poquito”. Para Juan Morales, esta experiencia fue agotadora: las jornadas empezaban a las nueve de la mañana y terminaban a medianoche. “El desgaste físico era alto y por lo mismo se hacían turnos para trabajar”, cuenta. Cada cuatro o cinco días llegaba un relevo de ocho personas. La logística se coordinó a nivel nacional. “Establecimos un Sistema Nacional de Operaciones que tiene por finalidad coordinar las emergencias que superan la capacidad de una región”, explica Miguel Reyes, abogado y presidente nacional de Bomberos de Chile desde 2006, quien ingresó a la institución en 1966, cuando tenía 23 años. Después del incendio de Valpa32

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raíso en 2014, aprendieron una lección clave, los voluntarios no pueden actuar sin organización: “Hubo mucho desorden, porque llegó gente que no habían solicitado y se produjo una congestión de carros bomba que lejos de ser beneficiosa para solucionar los problemas impidió un trabajo más eficiente”. La Jefa de la Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias del Ministerio del Interior, quien lleva la relación con esta organización, Alicia Cebrián, explica que dada la magnitud de lo que se vivió en enero y febrero y que las capacidades de los equipos de emergencia se vieron sobrepasadas, se activó la estructura del Sistema Nacional de Operaciones: “Se movilizaron recursos desde distintos puntos del país, a fin de dar respuesta a los siniestros simultáneos que estábamos viviendo”. Así se coordinaron para que colaboraran equipos de bomberos de cinco regiones: Metropolitana, Valparaíso, O’Higgins, Maule y Bío Bío. El apoyo logístico para que el bombero pudiera estar 24 horas trabajando fue responsabilidad de los distintos presidentes regionales, mientras el presidente del consejo de comandantes de la región se preocupaba de los carros, la dotación de hombres y el equipamiento. De los 50 mil voluntarios existentes a lo largo de Chile, se movilizaron cerca de 5.000 personas y 360 carros bombas de distinto tipo. Específicamente, desde la Región Metropolitana acudieron a combatir los incendios forestales de la zona centrosur casi 2.000 bomberos, de los 9.800 que hay en total. Como en esta ocasión las áreas afectadas se ubicaban en zonas rurales, la emergencia debió enfrentarse de una manera muy diferente a la que acostumbran los bomberos de zonas urbanas. Los tiempos de trabajo, la forma de propagación,


chilenos todos Análisis de las organizaciones de la sociedad civil

El estudio “Las organizaciones de la sociedad civil desde la percepción de los chilenos: primer índice de valoración social en Chile 2016” contempló un análisis cuantitativo, que consideró un total de 1.500 casos, y un estudio cualitativo en el que se entrevistó en profundidad a 45 personas vinculadas a organizaciones de la sociedad civil. Después de los Bomberos aparecen las juntas de vecinos y los clubes deportivos como entidades más reconocidas, pues están presentes “en la mayoría de los barrios”. En el caso de los últimos, Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas de la UC señala: “En casi todos los pueblos hay un club deportivo local que puede tener una expresión en disciplinas como la rayuela, el folclore, el fútbol, entre otros”.

Tito Vergara es presidente de la junta de vecinos del Parque Forestal. Para él estos espacios permiten que los gobiernos municipales entreguen solución a las temáticas que los vecinos sienten propias. Opina que estos organismos están absolutamente ligados a lo territorial: “Yo creo que la cercanía con los vecinos es el mayor atributo”. Entre los problemas concretos que han enfrentado menciona el diseño de ciclovías, dificultades con las veredas, y los espacios que ha tomado el comercio “en desmedro de la vida barrial” y el diseño del Parque Forestal, entre otros aspectos. Conoce más sobre el proyecto Sociedad en Acción en www.sociedadenaccion.cl

los peligros que revierten, el tipo de material que se utiliza, el uniforme y la preparación son distintos. Muchos voluntarios viajaron para trabajar de acuerdo a las instrucciones de los expertos locales. Juan Andrés Morales reconoce la gran ayuda y labor que ellos desarrollaron en la zona de San Javier. Pese a esta ardua tarea, en la cual dos bomberos perdieron la vida, él destaca la parte gratificante: “En mi equipo logramos frenar un siniestro que podría haber quemado un caserío y ese era el granito con el que queríamos aportar”, afirma emocionado.

Una labor valorada

“Era una cosa impresionante. Extensiones de fuego enormes que se propagaban rápidamente de un lado a otro por la carretera. Paraban los autos y te decían ‘¡más allá hay una casa al medio del bosque que se va a quemar!’; o ‘¡hay un grupo de viviendas que están al lado de las llamas!’”, dice Juan Andrés Morales.

Reconocidos socialmente. Dentro de los atributos que se les reconoce a los bomberos, están su compromiso y cercanía, ya que se encuentran ubicados en múltiples localidades a lo largo del país.

FOTOGRAFÍA LUIS BARRIGA

Ese rol clave que juegan estos voluntarios en las emergencias no pasa desapercibido. Según el Primer Índice de Valoración de Organizaciones de la Sociedad Civil, realizado en el marco del proyecto Sociedad en Acción del Centro de Políticas Públicas UC y la Fundación Chile Más Hoy (publicado a fines de 2016), el organismo aparece como la institución más conocida por los chilenos.

De acuerdo al Mapa de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), desarrollado por el mismo proyecto, en el país existen 234.502 entidades de este tipo, pero apenas el 18% de la población declara haber oído alguna vez sobre ellas. Las características de estos organismos son que no tienen fines de lucro, son autónomos, voluntarios y privados. “Esta nación la construye el Estado, el sector privado a través del emprendimiento y la empresa, pero también la sostienen fuertemente los individuos que se agrupan en organizaciones de la sociedad civil para empujar una causa”, explica Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC. Por eso quisieron calcular este índice, que constituye “un esfuerzo importante por conocer la valoración que tiene la ciudadanía de estos organismos”. Las tres dimensiones que considera el análisis son: capacidad, adaptabilidad y confiabilidad. “Yo creo que los bomberos son conocidos precisamente por estos ámbitos de la valoración. Ellos aparecen con un mayor nivel de reconocimiento porque, probablemente, en cada pueblo, en cada localidad, en cada barrio de Chile están presentes. Es una de las

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instituciones más unidas en términos de sus funciones y del nombre que las identifica”, señala Irarrázaval. En esto coincide el director nacional de la División de Organizaciones de la Sociedad Civil del Ministerio Secretaría General de Gobierno, Camilo Ballesteros, quien afirma: “Territorialmente tienen mucha presencia, son parte de las comunidades. Además, es muy destacable que esta entidad constituya un espacio de voluntariado en una sociedad como la nuestra, que es bastante individualista; y que todavía existan personas dispuestas a entregar su vida en socorro de otros”. Este compromiso también lo destaca Paula Streeter, coordinadora del proyecto Sociedad en Acción: “No es sorprendente que una OSC como esta sea así de valorada, cuando vemos que arriesgan su vida frente a una catástrofe, lo hacen de forma voluntaria y realmente porque tienen ‘la camiseta puesta’ por su rol en la sociedad y la organización que representan”. Para Alicia Cebrián este primer lugar se debe a que “es un organismo con más de 165 años de servicio a la comunidad, donde la gente reconoce el esfuerzo y trabajo desinteresado que realizan y el aporte en las diversas emergencias que generan impacto en la comunidad”.

Una forma de vida “Lógicamente es un honor que la gente te reconozca como la mejor valorada dentro de todas las otras instituciones”, comenta el bombero Juan Andrés Morales con una amplia sonrisa. Sin embargo, dice que no se creen el cuento. “Yo pienso que la clave es que nunca hemos sobrevalorado la calidad que tenemos, sabemos que somos buenos, pero también sabemos que podemos cometer errores”, asegura. Miguel Reyes, quien antes de ser presidente nacional se desempeñó durante 25 años como superintendente de su cuerpo de bomberos, en la Región del Bío Bío, y como asesor jurídico en la institución, es categórico al decir que el trabajo de los voluntarios se guía por cumplir sus objetivos: extinguir el fuego y atender las emergencias en el menor tiempo posible. “Pero indudablemente el reconocimiento de la ciudadanía nos estimula a seguir cumpliendo nuestra labor con mucha abnegación y sacrificio”, asevera. Cree que la razón por la que los bomberos son tan valorados es porque la institución “está integrada por hombres y mujeres que entregan su trabajo en forma totalmente voluntaria, es decir, ellos actúan movidos por el sentimiento más noble del ser

“Territorialmente los bomberos tienen mucha presencia, son parte de las comunidades. Además es muy destacable que sea un espacio de voluntariado en una sociedad como la nuestra, que es bastante individualista”, opina el director nacional de la División de Organizaciones de la Sociedad Civil del Ministerio Secretaría General de Gobierno, Camilo Ballesteros.

FOTOGRAFÍA gentileza del cuerpo de bomberos de viña del mar

Gran preparación. La carrera de bombero implica mucha preparación. Por ley ellos deben realizar cuatro cursos básicos, ocho para estar operativos y 14 de especialidad.

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FOTOGRAFÍA césar cortés

Larga trayectoria. Con más de 165 años de historia, la comunidad valora el trabajo y aporte permanente de la institución al país, en la superación de todo tipo de emergencias.

humano, que es el sentido de ayudar a la comunidad cuando hay una emergencia”. Para ellos esta labor es más que un voluntariado. “La compañía se vuelve algo indispensable en tu vida y no lo reconocemos como un hobby ni un pasatiempo, yo creo que es un estilo de vida en el que estás acostumbrado a quebrar tu rutina diaria”, explica Juan Andrés Morales. Su jornada depende del llamado “en cualquier momento, a cualquier hora, en cualquier fecha. Cuando te toca, tienes que salir”, enfatiza. A su vez, esta carrera también implica mucho estudio: según lo establece la Ley Marco de Bomberos de Chile, de enero de 2012, deben realizar cuatro cursos básicos, ocho para ser operativo y 14 de especialidad. A Juan Andrés Morales eso no le importa. Lo

De los 50 mil voluntarios existentes a lo largo de Chile, se movilizaron cerca de 5.000 personas y 360 carros bombas de distinto tipo. Específicamente, desde la Región Metropolitana acudieron a combatir los incendios forestales de la zona centro-sur casi 2.000 bomberos, de los 9.800 que hay en total. que le motiva es la familia que tiene en la bomba. Durante tres años, mientras estudiaba en la universidad, fue parte de la guardia nocturna, lo que significaba dormir en el cuartel de lunes a domingo para estar siempre disponible. Aunque uno lleva 15 años de bombero y el otro más de 50, coinciden en que no se les debe otorgar un sueldo. “Hace 166 años que tenemos asumido que nuestra función es totalmente voluntaria y no remunerada. Eso nos permite entregar una colaboración a la comunidad, una ayuda que es mucho más valorada […]. Lo hacemos porque nos nace contribuir a mitigar ese dolor”, recalca Miguel Reyes. “Yo creo que, si tuviéramos un sueldo, esta labor dejaría de gustarnos, porque pierde el valor de lo voluntario, ya que a mí lo que me importa es ayudar”, enfatiza Morales.

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FOTOGRAFร A DE Archivo Patrimonial Universidad de Santiago

Escuela de Minas. La formaciรณn de la Universidad de Atacama estรก ligada a dos instituciones matrices, la Escuela de Minas y la Escuela Normal de Copiapรณ. En la imagen vemos a alumnos de la primera entidad en 1935.

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reportaje

en la academia Gracias a los aportes económicos de empresarios, amigos, exalumnos y organizaciones, varias de las universidades nacionales se hicieron un nombre de prestigio. Importantes donaciones que cimentaron un camino de excelencia en cuanto a la formación técnica y teórica de sus estudiantes. A continuación, revisamos los cuatro casos más destacados de la historia de nuestro país. Por Antonio Rosselot Valdés

i miramos el desarrollo e influencia de las universidades nacionales desde una perspectiva histórica, podemos decir que estas surgieron y se consolidaron con el fin de ayudar a Chile a posicionarse en puestos de avanzada en el continente, por la calidad de sus profesionales. La amplia gama de riquezas que tiene esta nación a lo largo de todo su territorio fue un catalizador para que se levantaran distintas casas de estudios que, en su mayoría, impartieron carreras tomando en cuenta los recursos presentes en cada zona. Sin embargo, mantener un proyecto de la envergadura de una universidad no era fácil, ni lo es aún en nuestros días. En muchos casos, se tuvo que recurrir a la voluntad privada para mantener el barco a flote. La UC no estuvo ajena a esto: además de los aportes que ingresaban desde la Iglesia, en 1927 se creó la Asociación de Amigos de la Universidad Católica, un vínculo entre la institución y las personas que buscaban aportar de forma concreta a su futuro. Su labor fue determinante para la consolidación de la UC como una universidad de excelencia.

Varias casas de estudios se crearon bajo esta filosofía solidaria en Chile, generando una alternativa en las zonas de Santiago y Valparaíso. Para Esteban Valenzuela, magíster en Ciencias Políticas de la UC, político y autor del libro Descentralización ya, el aporte de las universidades regionales al país es claro: “Permitieron ampliar la oferta de educación superior en Chile. Las demandas por la descentralización hicieron ruido y se lograron crear varias instituciones en ciudades por acción de la misma sociedad; gracias a la articulación de personas que amaban mucho su territorio”, señala. El Proyecto Endowment UC que, mediante la creación de un fondo de reserva busca expandir y profundizar la labor de la universidad con autonomía y mirada de largo plazo, nos entrega el contexto para revisar los casos más emblemáticos de donaciones para otras casas de estudios superiores, tradición filantrópica que se extiende por más de un siglo.

Mineros profesionales La Universidad de Atacama –denominada así desde 1981– nació a partir de una necesidad concreta. En 1849, durante el segundo gobierno de Manuel Bulnes, el oficio minero en Copiapó iba en franco declive. Luego de la época gloriosa de la 37


FOTOGRAFÍAS COLECCIÓN BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE, DISPONIBLE EN MEMORIA CHILENA

Apoyo transversal. La Universidad de Concepción se fundó en 1919 bajo el rectorado de Enrique Molina. La masonería tuvo gran influencia en este proyecto educativo, que contó con el apoyo transversal de la sociedad.

FOTOGRAFÍAS UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

Hombres del norte. En las imágenes del Boletín Centenario de la Escuela de Minas de Copiapó (publicado en 1957), se observan distintas instancias formativas de sus estudiantes. Arriba aparecen integrantes del taller de forja durante su labor y, abajo, alumnos del último curso universitario en clase de topografía.

FOTOGRAFÍAS GUÍA DEL VERANEANTE (1945, 1958) DE WWW.TURISMOYARQUITECTURA.CL

mina Chañarcillo –el tercer yacimiento de plata más grande del continente–, vino una época en la cual, ya casi agotado el recurso, había que echar mano a los avances tecnológicos industriales para maximizar beneficios. Pero estos requerían también de una capacitación rigurosa para los trabajadores. De eso se dio cuenta Domingo Vega, emprendedor minero argentino quien, en 1850, propuso a la Junta de Minería de Copiapó la creación de la Escuela de Minas. Como se menciona en su Boletín Centenario, publicado a fines de la década de 1950, esta entidad buscaba “formar peritos instruidos en los principios y reglas de las ciencias naturales y prácticas, y las artes conducentes”. Así fue como, un año después de comenzar a idear un espacio de formación técnica para los jóvenes de la zona, se comenzó a materializar este proyecto con salidas profesionales. Recién en 1857 se oficializó la creación de la Escuela de Minas. La Junta de Minería de Copiapó se hizo cargo de darle vida: después de ocho años de trabajo y, gracias a las utilidades que le entregaron las operaciones del primer ferrocarril en la historia de Chile (que unía Caldera con Copiapó), el organismo pudo financiar la construcción del edificio, instalaciones y mobiliario del establecimiento. 38

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En 1864 la institución alcanzó su mayor notoriedad al asociarse con la Universidad de Chile, para entregar títulos de Ingeniería en Minas a sus alumnos que rendían exámenes en Santiago. Una prueba clara de los frutos que dio el aporte de la Junta de Minería de Copiapó a esa industria, y el desarrollo de profesionales en el sector más productivo de Chile.

las bases de la ciudad universitaria A fines de la década de 1910, Concepción tenía una escueta historia en cuanto a la formación de profesionales. En ese entonces, las únicas instituciones que habían ofrecido estudios superiores eran la Pontificia Universidad Pencopolitana, durante el siglo XVIII; el Seminario Conciliar, que impartía las carreras de Teología y Filosofía, y el Liceo de Concepción, que dictaba cursos de Leyes calificados por la Universidad de Chile. La inquietud de crear una universidad en esa ciudad estaba planteada hace ya un tiempo. Fue en 1917 cuando un grupo de destacados profesionales, intelectuales y educadores penquistas se reunieron para formar un comité prouniversidad, liderado por el médico Virginio Gómez y el profesor Enrique Molina, en ese entonces rector del Liceo de Concepción. Am-


FOTOGRAFÍAS UNIVERSIDAD TÉCNICA FEDERICO SANTA MARÍA

FOTOGRAFÍAS UNIVERSIDAD AUSTRAL

La obra de un filántropo. La Universidad Técnica Federico Santa María es el resultado de los anhelos de Federico Santa María de contribuir con la formación de las personas de menores recursos. Para ello,en 1920, cambió los objetivos de su amplio patrimonio y dejó a sus albaceas encargados de la misión.

Los desafíos de la zona sur. Según el historiador Fabián Almonacid, la Universidad Austral nació con el objetivo de investigar los problemas del sur y se concibió como una institución para el mundo.

bos tenían algo en común, ya que provenían de las dos agrupaciones masónicas de la zona que se comprometieron con el proyecto: la Logia Nº2 “Fraternidad” y la Logia Nº13 “Paz y Concordia”. La relación de la masonería con la educación en Chile es estrecha; desde sus inicios en el país, sintieron una fuerte responsabilidad sobre la formación de profesionales y la construcción de un sistema que entregara oportunidades a todos los niños y jóvenes, con tal de lograr una significativa movilidad social. Por lo mismo, crearon varias escuelas, organizaciones literarias y clubes, entre otros. A su vez, tuvieron una relación cercana con el Partido Radical. Después de dos años redactando leyes y documentos para presentar al Congreso, en 1919 se fundó la Universidad de Concepción. Por decisión del comité, Enrique Molina asumió la rectoría de la institución, reanudando así la vida universitaria en la región. Para Esteban Valenzuela, lo más importante en este proceso fue la transversalidad del apoyo al proyecto. “Se juntaron católicos y masones, liberales y conservadores, socialistas, sindicatos y empresarios para recaudar dinero y fundar esta universidad, que fue la primera en construirse fuera de Santiago”, relata.

“Las demandas por la descentralización hicieron ruido y se lograron crear varias instituciones por acción de la misma sociedad; gracias a la articulación de personas que amaban mucho su territorio”. Su formación gradual no aseguraba el ingreso de recursos. Durante sus dos primeros años, la universidad fue sosteniéndose gracias a aportes de personalidades de la zona hasta que, en 1921, el abogado Luis Cruz creó el sistema de donaciones por sorteo –que sentaría las bases para la Lotería actual–, logrando aumentar el capital de la institución. Así se construyó la icónica ciudad universitaria en 1931, bajo la supervisión del destacado urbanista austríaco Karl Brunner y, posteriormente, sus campus en Chillán y Los Ángeles. 39


reportaje

El espíritu que motiva la creación del Proyecto Endowment UC es expandir y profundizar el quehacer de la universidad, con autonomía y visión de largo plazo. Para cumplir el compromiso de esta casa de estudios con el desarrollo del país.

Una élite generosa Hay dos antecedentes claves para entender la formación de la Universidad Austral en el siglo XX. En primer lugar, la Universidad de Chile, en ese entonces la más grande del país, realizó una escuela de verano en Valdivia en 1953, actividad que tuvo alto impacto en la comunidad. Por otra parte, la intención de crear el primer plantel particular del país, es decir, que no dependiera de la fiscalización del “estado docente” era un anhelo de varios de los integrantes de la élite local. Liderado por el doctor Eduardo Morales, de la Sociedad de Amigos del Arte, quien se dedicó de lleno a buscar financiamiento a partir de donaciones, y el senador Carlos Acharán, que gestionó la asignación de fondos públicos para el proyecto, este grupo logró darle una forma concreta a la iniciativa y, en 1954, se fundó la Universidad Austral de Chile (UACh), con Morales como presidente del directorio. Pero había una piedra de tope: el espacio físico para instalar las salas de clases. Por fortuna, Inés Bischoff von Stillfried, junto a su hija María Inés Haverbeck y su cuñada Elena Haverbeck Richter, donaron un gran predio en el sector de Miraflores donde se comenzaron a impartir las carreras de Bellas Artes, Agronomía, Ingeniería Técnica Forestal y Medicina Veterinaria. Fabián Almonacid, historiador de la UACh, cuenta que la universidad atendió desde un principio la formación de profesionales para esta zona de Chile. “La institución comenzó a investigar sobre los problemas del sur y cultivó la música, la danza y las artes en general. En síntesis, como dijo el rector fundador, se concibió como una entidad para el mundo. Por ello se realizaban todas las funciones que se esperaban de la mejor casa de estudios”, indica. Posteriormente, el aumento del aporte estatal agrandó su presupuesto, permitiéndole comprar residencias en la misma ciudad y el terreno que corresponde al campus Isla Teja.

El sueño de Santa María Si bien la Universidad Técnica Federico Santa María de Valparaíso fue fundada como tal en 1935, sus orígenes se remontan a 15 años antes, con la escritura del testamento de quien le dio nombre a la institución. El empresario, que pasó los últimos 30 años de su vida dedicado al altruismo –lo que se ve reflejado en una serie de obras que legó a Valparaíso–, decidió cambiar los objetivos

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que tenía para su amplio patrimonio. En 1920, instalado en París y dedicado al mundo de los negocios, escribió su testamento, en el cual designó a Agustín Edwards, Juan Brown, Carlos Van Buren y Andrew Geddes como sus albaceas, quienes se encargaría de administrar su fortuna luego de su fallecimiento. La idea del filántropo era entregar más alternativas para surgir a las personas de menores recursos, tal como cita el testamento: “(...) Contribuyo primeramente con mi óbolo a la infancia, en segundo a la escuela primaria, de allí a la Escuela de Artes y Oficios y, por último, al Colegio de Ingenieros (...) para llegar al más alto grado del saber humano; es el deber de las clases pudientes contribuir al desarrollo intelectual del proletariado”. Ya con las labores claras, los albaceas se pusieron manos a la obra. Después de la creación de la Fundación Federico Santa María y la puesta en marcha de una casa de estudios, Agustín Edwards Mac-Clure, fundador del periódico El Mercurio de Santiago, viajó a Alemania en búsqueda de un cuerpo de profesores acorde al proyecto de formación que tenía Santa María. En 1929 se conformó la primera directiva de la institución, con el profesor alemán Karl Laudien, quien luego sería el rector de la Escuela de Artes y Oficios, en ese entonces en construcción. Tres años después se inauguró este establecimiento, junto con el Colegio de Ingenieros José Miguel Carrera, cumpliendo así con la palabra del mecenas. Durante el siglo XX, la universidad fue abarcando cada vez más áreas, tanto técnicas como profesionales. A la creación de los institutos mencionados, en los años 30 se sumaron la Escuela Nocturna, la Radio Universidad Técnica Federico Santa María y la Asociación de Exalumnos, entre otros. Esta última sigue funcionando con el objetivo de perpetuar el legado de Federico Santa María. Uno de sus roles es apoyar, mediante la cooperación económica y vinculación con la comunidad, a los estudiantes que no tengan los medios para financiar sus carreras. Las figuras del pasado nos dejan una enseñanza clara. Ellos asumieron la responsabilidad de aportar parte de sus recursos al crecimiento de las generaciones venideras. Es justamente este espíritu el que motiva la creación del Proyecto Endowment UC: expandir y profundizar el quehacer de la universidad, con autonomía y visión de largo plazo. Para cumplir el compromiso de esta casa de estudios con el desarrollo del país.


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Revoluciรณn digital Cambio cultural

Crecimiento econรณmico

Educaciรณn superior

Valor agregado Trabajo interdisciplinario

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DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

La nueva vía al desarrollo Hace un siglo que se habla de crecimiento productivo, de agregar valor a las materias primas. Pero en Chile, menos del 2% del cobre se transforma en cables eléctricos y cañerías. Ahora, el fin de ciclo de los commodities exige un cambio radical del escenario económico. Sin embargo, algo bloquea el camino: no tenemos una cultura que valore el rol de los técnicos. Y ahora sí que los necesitamos, sin alternativas. En las siguientes páginas queremos poner en valor a la educación técnica. Una que se ha desarrollado sin una identidad definida, relegada a un segundo plano detrás de la exacerbación de lo universitario. La actual discusión de la reforma a la educación superior ha dado luces de sus limitaciones, pero pocas estrategias concretas para enfrentarlas. Hay desafíos urgentes que se deben abordar. Los jóvenes que están apostando de manera creciente por ella, son una demostración de que el país debe estar a la altura de esta revolución.

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FotografĂ­a: Max Donoso-Imagen de Chile.

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DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

Capital humano para el futuro Las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales enfrentan el desafío de actuar para eliminar los efectos de la desconexión con el mercado laboral que han provocado. Tal alejamiento tiene implicancias sociales importantes, como limitar la posibilidad de que los sistemas educativos sean las columnas vertebrales que contribuyan a terminar con la transmisión intergeneracional de la desigualdad. Por Sergio Urzúa soza Fotografías gentileza fundación imagen de chile

sergio urzúa soza. Economista de la Universidad de Chile, master of arts y doctor por la Universidad de Chicago. Es profesor asociado del departamento de Economía de la Universidad de Maryland y coordinador de políticas sociales de Clapes UC. Además, es investigador asociado de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos (NBER) y cumple el mismo rol en el Instituto de Economía Laboral (IZA). También se ha desempeñado como asesor del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) y múltiples gobiernos de América Latina.

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C

hile está experimentado una histórica transformación de su educación superior. No me refiero al aumento en la matrícula agregada (personas que provienen de otra carrera), que es el resultado directo de políticas de financiamiento implementadas por el Estado hace más de una década. Tampoco a los traumáticos cambios forzados por las improvisadas reformas que han remecido recientemente al sector. El cambio ha tenido un origen más virtuoso. Ha sido producto de las decisiones de miles de estudiantes y sus familias, que han optado por la educación superior técnico-profesional por sobre la universitaria. Para entender el fenómeno, es necesario primero mirarlo desde lejos. Se trata de una tendencia global, en la cual las desconexiones entre lo que demanda el mercado laboral y lo que ofrece el sistema educacional se han hecho evidentes. Es un choque de dos trenes en el que recién estamos viendo los daños.

Desconexión entre mercado laboral y sistema educacional

FOTOGRAFÍA: felipe cantillana-imagen de chile

La nueva concepción de lo que entendemos por un “trabajo” se ubica en el centro del creciente atractivo que está tomando la educación técnica y profesional en el mundo. En el año 2012, el libro Desconectados, del Banco Interamericano de Desarrollo, documentó el alejamiento entre las habilidades que demandaba el mercado laboral en Argentina, Brasil y Chile, y la oferta de capacidades que caracterizaban a los jóvenes trabajadores. Los empleadores no buscaban personas con altos niveles de conocimientos específicos en un sector,

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El cambio ha tenido un origen más virtuoso. Ha sido producto de las decisiones de miles de estudiantes y sus familias, que han optado por la educación superior técnico-profesional por sobre la universitaria. sino individuos con capacidades para poder desarrollarse en ambientes laborales dinámicos, siendo preponderantes las habilidades socio-emocionales. Esta compleja realidad se ha amplificado en los últimos años, por las rápidas transformaciones en el mundo del trabajo, generadas por la incorporación de las tecnologías de la información. El mensaje para las políticas públicas es directo: La pertinencia de lo aprendido (más que los años de educación), debe ser la clave en la formación de capital humano. Lamentablemente, tal como lo afirma el texto “Momento decisivo: la educación superior en América Latina y el Caribe”, del Banco Mundial, la evidencia muestra que los sistemas educativos han hecho caso omiso de la idea, esquivando realizar los ajustes necesarios. Tal desconexión, por cierto, tiene implicancias sociales importantes. Por de pronto, puede limitar la posibilidad de que los sistemas educativos sean las columnas vertebrales que contribuyan a terminar con la transmisión intergeneracional de la desigualdad. Si jóvenes provenientes de hogares más vulnerables sufren mayores niveles de desconexión, producto, por ejemplo, de un sistema educativo público


la apuesta por la técnica

El país debe avanzar para transformar la educación técnico-profesional en una fuente de capital humano avanzado. Los estudiantes y sus familias parecen dispuestos a realizar la apuesta, tal como lo demuestran las siguientes cifras.

Evolución de la titulación total del pregrado por tipo de carrera

Evolución de la titulación del pregrado por tipo de institución CFT + IP

100,000

Universidades

120,000 100,000

50,000

80,000 0 2012

60,000 2013

2014

2015

2016

40,000 20,000

Técnico de nivel superior Profesional sin licenciatura Licenciatura no conducente a título Profesional con licenciatura

0

2012

2013

2014

2015

2016

Fuente: “Informe de titulación en educación superior en Chile 2016”, del Servicio de Información de educación Superior de Junio de 2017.

poco enfocado en la pertinencia, sería esperable que estos fuesen los más afectados al momento de entrar al mercado laboral, reforzando entonces las disparidades socioeconómicas a través del tiempo. En este escenario tan negativo, se hace urgente el diseño de nuevas políticas públicas que aborden esta problemática. Las instituciones de educación superior, públicas y privadas, enfrentan el desafío de actuar para aliviar y eliminar los efectos de la desconexión de la que han sido responsables. El creciente interés de los estudiantes chilenos por optar por la educación técnico-profesional superior, debe ser comprendido en ese contexto. ¿Qué explica el notable crecimiento de la educación superior técnico-profesional? En el año 2005, cerca de 650 mil individuos cursaban estudios en el sistema de educación superior. De estos, solo 194 mil (29% del total) lo hacía en alguna de las 3.200 carreras técnico-profesionales del sistema. Una década después la situación es distinta. En 2015, la matrícula total en la educación superior superó el millón 200 mil estudiantes, con más de 511 mil (44% del total) optando por alguna de las más de 6.300 carreras ofrecidas por Institutos Profesionales (IPs) o Centros de Formación Técnicas (CFTs). Las cifras más recientes indican que la tendencia ha sido temporalmente torcida, en parte porque solo en noviembre de 2016 se aprobó la extensión de la cuestionada gratuidad en educación superior a los estudiantes de IPs y CFTs, lo que junto con el cambio demográfico explica la disminución en 2017 de 8.092 estudiantes en la matrícula de las primeras y de 5.742 en las segundas (respecto del año anterior).

El mensaje para las políticas públicas es directo: La pertinencia de lo aprendido (más que los años de educación) debe ser la clave en la formación de capital humano. Se anticipa que la educación superior técnico-profesional continuará su natural expansión. En particular, a la expansión de la matrícula en los IPs, debe seguir un crecimiento de los CFTs, toda vez que estas instituciones pueden jugar un rol crucial no solo en el sistema de educación formal, sino también en la formación continua en el trabajo. Existen al menos dos factores que explican el crecimiento en la última década de la matrícula en instituciones técnicas y profesionales, dos caras de la misma moneda. Primero, la reducción en los retornos económicos de un título universitario ha sido un factor clave. La extensa duración de las carreras y sus altos costos, sumado a los documentados problemas de calidad que afectan a muchas instituciones universitarias, que no solo redundan en cartones poco valorados por el mercado, sino incluso en mediáticos escándalos, han llevado a miles de estudiantes a optar por alternativas más rentables. En segundo lugar, los cambios en el mercado laboral. Cada vez más empresas demandan profesionales con conocimientos aplicados y con una formación pertinente a las necesidades ac-

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El apoyo también debe surgir a partir del levantamiento de una institucionalidad que asegure una educación superior técnico-profesional de calidad.

Ocupaciones con potencial Según el portal mifuturo.cl, las carreras técnicas profesionales poseen altos niveles de empleabilidad. Las de mayor empleo de un CFT (86,9%) superan el empleo medio de un IP (75,8%), e incluso el empleo medio de las universidades (83,1%). A su vez, las carreras de mayor empleo de un IP (93,2%) superan el empleo medio de las universidades (83,1%).

CARRERAS CON MEJOR REMUNERACIÓN Carrera

Área Ingresos en primer año Ingresos en quinto año

Técnico en minería y metalurgia Tecnología

$1.060.397

$1.563.636

Técnico en instrumentación automatización y control industrial Tecnología

$821.496

$1.087.015

Técnico en mecánica industrial Tecnología

$748.680

$1.029.146

Técnico en logística Tecnología

$695.895

$953.735

Técnico en mantenimiento industrial Tecnología

$771.081

$1.171.034

Técnico en topografía Tecnología

$693.661

$949.471

Técnico en administración de empresas Administración y Comercio

$680.665

$1.030.393

Técnico en electrónica y electrónica industrial Tecnología

$671.427

$989.250

Técnico en electricidad y electricidad industrial Tecnología

$636.225

$982.961

FOTOGRAFÍA: felipe cantillana-imagen de chile

Fuente: Ranking Universia a partir de cifras publicadas por el portal Mifuturo.cl (Ministerio de Educación), año 2016.


FOTOGRAFÍA: felipe cantillana-imagen de chile

Los CFT del Estado

tuales, que es justamente lo que entrega un título técnico de calidad. De esta forma, los empleadores han podido convencerse de que esto es más relevante que contratar a un profesional deficiente. Algo que ha sido documentado por la evidencia. Lo anterior, sumado a los cambios que dejó el súper ciclo de los recursos naturales, con aumentos salariales importantes particularmente entre los trabajadores de cargos medios, son elementos que han contribuido al creciente interés por la educación técnico-profesional en Chile.

¿Cómo garantizar la calidad? No basta con el instinto natural de los agentes para seguir fortaleciendo este proceso. Las políticas públicas deben también contribuir al proceso y una prioridad debe ser el concientizar a las familias de que un título técnico-profesional tiene igual o incluso mayor valor (privado y social) que uno universitario. Dicho proceso, si bien ya ha comenzado, es más difícil de lo que parece, pues exige contradecir décadas de promesas políticas que apuntaban a promover “la primera generación de universitarios dentro de las familias”. El apoyo también debe surgir a partir del levantamiento de una institucionalidad que asegure una educación superior técnico-profesional de calidad. Y para esto es importante aprender de los errores pasados. Será necesario un diseño quirúrgico, en donde se exijan estándares de formación, pero sin vestir con camisas de fuerzas a las instituciones. Una excesiva regulación y una pesada burocracia, son elementos que no contribuirían a la vital interacción entre la demanda por trabajo (empresas) y la oferta educativa (instituciones). Por cierto, la nueva insti-

El tema de los Centros de Formación Técnica se agitó a partir de marzo del año 2016, cuando la Presidenta Michelle Bachelet junto a la ministra de Educación, Adriana Delpiano, promulgó la ley que crea 15 Centros de Formación Técnica estatales, los que se fundarían en cada región del país, asociados a las universidades locales. Presentados por la mandataria como un medio de fortalecimiento de la educación pública en todos los niveles y como parte de la reforma de la educación de su gobierno, se anunció que los nuevos CFTs deberán responder a las necesidades del desarrollo económico-productivo de cada región y a los requerimientos de empleo, a corto y mediano plazo. Con una alta inversión pública, estos se implementarán en grupos de cinco comenzando con los de La Araucanía (Lautaro); Maule (Linares); Tarapacá (Alto Hospicio); Los Lagos (Llanquihue) y Coquimbo (Ovalle). A mediados del segundo trimestre de este año se realizará el concurso, vía Alta Dirección Pública, para la selección de los primeros cinco rectores, dos de los cuales debieran ser nombrados por la Presidenta de la República. La iniciativa despertó inquietudes entre los expertos, en cuanto a si la inversión logrará ser un aporte para el desarrollo de todo el sistema de educación técnica nacional, o si se tratará, simplemente, de nuevas instituciones que entrarán a competir en el mismo mercado, contra entidades de larga trayectoria.

tucionalidad debe contar con un sistema de financiamiento estudiantil que informe sobre la rentabilidad privada de las carreras, alejándose de la falacia de la gratuidad. Y en cuanto al financiamiento institucional, el sistema debe promover la competencia, a partir de la entrega de recursos en función del desempeño, incluyendo la empleabilidad de sus egresados, un indicador de la calidad de un título técnico-profesional. En esta agenda, además, es necesario brindar mayor atención al desarrollo de los Centros de Formación Técnica. Las carreras ofrecidas por dichas instituciones tienen un inmenso potencial no solo para las nuevas generaciones, sino para los miles de chilenos que requieren con urgencia ser capacitados laboralmente, muchos precisamente afectados por títulos universitarios de mala calidad. Que la participación en la matrícula agregada de estas instituciones se haya mantenido constante en la última década (en torno al 11%) no es una cifra alentadora. Sin embargo, apostar por una red de CFTs del Estado para revertirla lo es menos. Construir las condiciones para que sean instituciones privadas, conectadas con las necesidades productivas locales, las que revitalicen estas carreras debe ser una de las prioridades. Es de esperar que el Consejo Asesor de Formación Técnico-Profesional constituido por el Mineduc se haga cargo de este desafío. Algo similar se espera de la Comisión Nacional de Productividad. El país debe avanzar para transformar la educación técnicoprofesional en una fuente de capital humano avanzado. Los estudiantes y sus familias parecen dispuestos a realizar la apuesta. Ahora es necesario construir las bases de un sistema que permita satisfacer sus expectativas. De hacerlo bien, esos graduados podrían ser justo lo que le falta al país para reimpulsar su camino al desarrollo.

Para leer más Desconectados: Habilidades, Educación y Empleo en América Latina. Banco Interamericano de Desarrollo, 2012. M. Busso, M. Bassi, S. Urzúa y J. Vargas. “Momento decisivo: La Educación Superior en América Latina y el Caribe”. Banco Mundial, 2017. M. Ferreyra, C. Avitabile, J. Botero, F. Haimovich y S. Urzúa. “Heterogeneous Economic Returns to Postsecondary Degrees: Evidence from Chile”. Journal of Human Resources, Primavera 2016, Vol. 51(2). J. Rodríguez, L. Reyes y S. Urzúa.

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Estudiantes trabajando en uno de los talleres de la Escuela de Artes y Oficios, el aĂąo 1935. FotografĂ­a Archivo Patrimonial Usach.


en la

educación técnica

DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

Crisis de identidad En Chile este modelo de enseñanza ha transitado por un camino plagado de desvíos y experimentos que lo han afectado en su esencia: preparar a los jóvenes para contribuir con el desarrollo de Chile. Ha pasado de etapas excesivamente teóricas a otras carentes de contenido, sin lograr una instrucción integral del alumno. Desde la Escuela de Artes y Oficios hasta la creación de los institutos profesionales y centros de formación técnica, ahora el país se enfrenta a una posibilidad real de apostar por esta alternativa educativa. Este hecho se relaciona con la convicción de que desborda el aula, y se inserta en el corazón mismo del sistema económico nacional. Por Carolina Loyola Estay Fotografías gentileza archivo patrimonial universidad de santiago

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on certeza podemos afirmar que la educación técnica formal comenzó en Chile con la creación de la Escuela de Artes y Oficios (EAO) en 1849, siete años más tarde que la universidad estatal y que la escuela normal de preceptores. En una década, el naciente sistema nacional de educación poseía tres de sus grandes instituciones directrices. Una que formaba ciudadanos (los futuros dirigentes políticos de la república); otra que instruía a artesanos para los oficios, y una última encargada de educar a los profesores para las escuelas elementales del país. La casi total inexistencia de un sector fabril durante el siglo XIX, tuvo como corolario directo que la EAO no evolucionara hacia un politécnico y se mantuviera por décadas entregando rudimentos de la actividad industrial. Mientras sus contemporáneas crecían en infraestructura y matrículas, y sus egresados aumentaban la creciente lista de la burocracia estatal, la EAO permanecía quieta, inmóvil y dócil a una enseñanza teórica, que deformó los pocos intentos de capacitar a los trabajadores para una industria más sofisticada que la carpintería o la herrería. Tras este fenómeno se escondía un hecho puntual: el escaso interés de la sociedad chilena por las ocupaciones de orden práctico. En 1884, el directorio de la Sofofa rechazó por unanimidad la propuesta de quien fuera director de la Escuela de Artes y Oficios, Luis Zegers, de crear un instituto industrial. La razón “no (se) consideraba urgente esa necesidad, pues no se sabía si en Chile había alumnos que se dedicaran a esos estudios”. En un orden más práctico, pero en la misma línea, la Iglesia y los propios industriales reclamaban la necesidad de contar con trabajadores de mayor condición moral y no necesariamente capacitados. A eso apuntaba la iniciativa de Monseñor Casanova de crear una Escuela de Artes y Oficios católica, cuyo objetivo sería formar “en un plazo relativamente corto, a obreros verdaderamente hábiles en sus oficios, pero, en primer lugar, al trabajador con una formación integral propia del cristiano”.

Chile necesitaba una juventud que gastara sus energías en el torno, la fragua, el horno o el telar; “y que con sus brazos o con su saber pueda explotar las minas y trabajar los campos, y no que estos esfuerzos se esterilicen en el ejercicio de funciones burocráticas”. 52

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Ya lo señalaba el intelectual chileno Valentín Letelier: “Toda instrucción especial, porque va tras el lucro, propende de suyo a materializar el alma. Es lo que resalta y repugna (de) la cultura general norteamericana”. Esta opinión era generalizada entre sus compatriotas legisladores quienes, al escuchar la propuesta del entonces ministro de Instrucción Pública, Augusto Orrego (1898), sobre la creación de un instituto comercial, reaccionaron con desdén señalando que, “solo fomentaría la flojera, al tratarse de estudios sin importancia y sin la seriedad que da el bachillerato”. Esta actitud transversal de la élite decimonónica se canalizó en el sistema nacional de educación, el cual era más bien teórico y cuyas consecuencias socioeconómicas serán fuertemente criticadas décadas más tarde.

El auge del centenario El impulso económico suscitado tras la Guerra del Pacífico (1879-1883), con la producción salitrera y su impacto en el resto de los sectores productivos, provocó entre las autoridades la idea de aplicar un plan de enseñanza técnica, cuyo objetivo era fomentar la producción nacional mediante la especialización de los trabajadores, de acuerdo a la actividad económica de cada región. Debido a esto, entre 1884 y 1930 esta formación adquirió una promoción nunca antes vista en el país, con la creación de 76 establecimientos educacionales de primera y segunda enseñanza, a los que se añadieron aquellos de enseñanza superior como las escuelas de arboricultura frutal y forestal de Temuco, la Escuela de Medicina y Veterinaria, el Instituto Agrícola –todos de Santiago–, las escuelas industriales de salitre, las escuelas de ingenieros y subingenieros de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica, y las escuelas técnicas de la Armada. En 1910 el sistema estaba teóricamente articulado, de manera que los alumnos recorrieran un circuito formal instruyéndose gradualmente en las destrezas técnicas de un oficio. Por ejemplo, el estudiante matriculado en un establecimiento industrial debía iniciar su instrucción en la escuela elemental para adquirir los conocimientos básicos, luego tenía que continuar en la industrial secundaria, para terminar finalmente en la EAO. El mismo modelo se aplicaba en el caso de la enseñanza agrícola, que comenzaba con la primaria en las escuelas prácticas, luego la secundaria en la práctica de Santiago y la enseñanza superior en el Instituto Agrícola. A su vez, los institutos comerciales estaban estructurados de tal manera que la enseñanza debía confluir en Santiago, donde funcionaba el Instituto Superior de Comercio N°1, el único de los doce establecimientos que contaba con un curso superior de este tipo. Todo este circuito suponía un nivel básico de alfabetización. Algunas escuelas como las prácticas de agricultura y minería perfeccionaban estos aprendizajes con secciones de preparatorias, para luego proceder a la enseñanza de los conocimientos propios de la industria.


Primera convención interna de Escuelas de Aplicación Anexas al Instituto Pedagógico Técnico. Santiago, mayo de 1965. Fotografía Archivo Patrimonial Usach.

El paso por los cursos superiores fue considerado el punto final del recorrido en la formación para el trabajo, grado al que debían aspirar todos quienes optaban por la educación técnica. No se aplicó el mismo circuito en las escuelas prácticas de minería, pues su sistema no contó durante este periodo con institutos superiores, excepto los cursos universitarios de ingeniería en minas, agrimensura o explotación de minas. En teoría, este esquema pretendía articular todos los grados educativos y proveer al mercado del trabajo de profesionales bien formados. En la práctica, era una modalidad de enseñanza muy desorganizada. En efecto durante el periodo no dispuso nunca de un reglamento orgánico que la sistematizara. Solo en 1928 y, a propósito de las reformas educacionales de la época, comenzó a ser dividida en ítems bajo el rótulo de “enseñanza técnica”, propiamente tal, separada de la educación física y la artística. Finalmente, desde 1930 toda la enseñanza que contemplaba la instrucción de un oficio fue considerada como “educación profesional”, desglosada en enseñanza agrícola, vocacional, técnica femenina y comercial. Así funcionó hasta 1966.

Fisco rico, pueblo pobre y analfabeto Pasar de este escenario precario y poco articulado que tuvo el país por décadas, a uno que permitiese que este desarrollo fuese posible, hizo necesario un proceso de reflexión que se desencadenó durante los últimos años del siglo XIX y la primera década del XX. En lo que la historiografía ha denominado “la crisis del centenario”, momento en el que intelectuales

de todas las ideologías reflexionaron críticamente en torno a un país que se había enriquecido con los retornos del salitre, pero que, sin embargo, permanecía sumido en la pobreza. Intelectuales como Francisco Encina, Darío Salas y Emilio Rodríguez apoyaban la noción de que la enseñanza debía focalizarse hacia las actividades económicas del país y dejar de ser tan teórica. Francisco Encina dedicó un libro completo a esta idea: Nuestra inferioridad económica; mientras que el educacionista Darío Salas señalaba que uno de los factores que obstaculizaban el desarrollo del país era el peso de la historia: “No escuchemos en este punto la tradición. Matémosla. Sustraigámonos al encanto de las viejas fórmulas y adaptemos la escuela del país a nuestra propia y presente realidad social”, arremetía en su libro El Problema Nacional. Pero fue Emilio Rodríguez Mendoza quien, en su ensayo “Ante la decadencia”, señalaba con gran acierto que la causa del retraso socioeconómico del país era la “irresistible inclinación” hacia las profesiones liberales y los títulos profesionales que, los anglosajones “en cambio, desprecian”. Escrito en 1899, el texto denunciaba que ese extraño afecto por los títulos no era más que un destello de las sociedades latinas, acostumbradas a vivir bajo una burocracia centralizada. Las críticas a la estructura socioeconómica chilena del centenario –fisco rico, pueblo pobre y analfabeto– tuvieron eco y respuestas concretas. Por lo pronto, la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (1920) y las reformas-contrarreformas a la educación desarrolladas entre los años 1927 y 1930, a la larga pavimentaron el camino para que, al menos teóricamente, la educación técnica tuviese su correlato con la industria y la economía nacional.

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Taller de mecánica de la Escuela de Artes y Oficios, año 1918. Fotografía Archivo Patrimonial Usach.

La reforma a la educación del gobierno de Frei Montalva (1964), señalaba la urgencia de modificar el sistema, con el objeto de alcanzar un mejor y armonioso desarrollo de todos los aspectos de la personalidad del individuo y, sobre todo, capacitarlo para la vida del trabajo. Hacia una orientación práctica de la educación “El país ha sido incapaz de satisfacer sus necesidades más elementales y se ha mantenido (como una) nación consumidora, a pesar de contar con fuentes inagotables de riqueza. Ello se debe, en buena parte, al hecho de que la masa de estudiantes primarios y secundarios egresan de los colegios, sin ninguna habilidad productora que los capacite para luchar victoriosamente en la vida del trabajo”. La afirmación anterior corresponde a Domingo Durán, Ministro de Educación de Arturo Alessandri (durante su segundo periodo). En mayo de 1932, el propio Presidente señalaba la urgencia de darle a la educación, en todos sus grados, una orientación práctica que hiciera de cada alumno “un hombre útil, eficiente y capacitado para ganarse la vida, y nunca ser un parásito social”. A lo anterior agregaba que, “sin descuidar la cultura general, la educación debe procurar convertir a cada alumno en un factor social y 54

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económico, apto para contribuir al progreso general del país y al incremento de la producción, base de la riqueza”. Este ímpetu fue favorecido con la creación de Corfo en 1939 y la materialización de un plan de desarrollo económico hacia adentro (industrialización por sustitución de importaciones, ISI), que fomentaba la industria nacional y la necesidad de trabajadores más cualificados. Un propagandista de las políticas educacionales del gobierno de Aguirre Cerda señalaba, hacia 1941, que el momento estelar de la educación técnica había llegado. Tras años de escaso impulso, incluso por parte de los gobiernos más progresistas. El Presidente Aguirre Cerda era un fiel sostenedor de una enseñanza al servicio de la economía nacional. Al igual que Durán, casi diez años antes, avalaba la idea de que la formación tenía la respuesta para el desarrollo económico. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y sus consecuencias, postraron nuevamente el afán de alinearla con las necesidades de la economía nacional. Básicamente porque el país seguía siendo monoproductor y dependiente de los vaivenes del mercado internacional. En 1959, el Presidente Jorge Alessandri lamentaba que las modificaciones introducidas en el sistema educacional, durante todos estos años, no hubiesen logrado orientarla de acuerdo a las urgencias económicas de ese entonces. Chile necesitaba, según su opinión, una juventud que gastara sus energías en el torno, la fragua, el horno o el telar; “y que con sus brazos o con su saber pueda explotar las minas y trabajar los campos, y no que estos esfuerzos se esterilicen en el ejercicio de funciones burocráticas, o en el desempeño de empleos que muchas veces carecen de una justificación efectiva”. Aquel era el rol de la educación técnica, por el hecho


Escrito en 1899, el ensayo “Ante la decadencia” denunciaba que ese extraño afecto por los títulos, no era más que un destello de las sociedades latinas, acostumbradas a vivir bajo una burocracia centralizada. de estar estrechamente vinculada a una mayor capacitación, para contribuir con eficacia al proceso de desarrollo del país. En la misma línea, la reforma a la educación del gobierno de Frei Montalva (1964), señalaba la relevancia de alcanzar un mejor y armonioso desarrollo de todos los aspectos de la personalidad del individuo y, sobre todo, capacitarlo para la vida del trabajo. Bajo esta lógica, la educación secundaria que, desde entonces, comenzó a denominarse educación media, quedó dividida en dos modalidades: humanístico-científica y técnicoprofesional. Con la reforma, la educación técnica adquirió una “personalidad jurídica”. De esta forma quedó bien definido su objetivo de capacitar al alumno para el desempeño en los distintos oficios y funciones técnicas que requería el desarrollo económico, social y cultural de Chile y prepararlo para la continuación de estudios superiores. El mismo Decreto n°27.952 sobre la reforma educacional, estableció que el modelo debía integrar los estudios medios con los superiores. Tal integración no sucedió. Los jóvenes que egresaron desde una especialidad técnica se insertaron al mercado del trabajo con los rudimentos que arrastraban del liceo. Para ellos, en 1981 fueron creados los centros de formación técnica (CFT) y los institutos profesionales (IP).

El ímpetu restaurador “El Estado busca potenciar la educación técnica y alinearla con las necesidades de la sociedad”. La frase anterior corresponde a un titular publicado meses atrás en un diario de circulación nacional, a propósito de los proyectos gubernamentales enfocados a refundar el sistema nacional de educación. ¿Cuál es la novedad de la actual reformulación?; ¿su carácter refundacional?; ¿la sociedad?; ¿la economía?; ¿el mercado?; ¿qué hace pensar a los actores involucrados que la nueva reforma a la educación técnica va tener el éxito que no tuvieron las antiguas políticas públicas destinadas al sector?; ¿qué implica reformularla en pleno siglo XXI? El ímpetu restaurador involucra nuevos y viejos actores: educación, economía, trabajo, energía, transporte, comunicaciones, tecnología, automatización de procesos, innovación, etcétera. La aglutinación de todos ellos refleja la convicción bien aprehendida, de que la enseñanza técnica desborda el aula y se inserta en el corazón mismo del sistema económico nacional, porque esa es su esencia: formar especialistas para el trabajo en faenas productivas de la economía local.

Contacto: teatroinfantil@uc.cl 22354 6546

extension.uc.cl 55


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revolución

DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

Protagonistas de la

digital

Los equipos de perfiles múltiples constituyen la nueva alineación requerida para impulsar el salto al desarrollo. Para eso, es preciso potenciar la educación superior técnico-profesional y valorizar su aporte, propiciando que sus representantes asuman un rol más central en la innovación y en el impulso de nuevas áreas de mayor valor agregado. Por Paulina Valenzuela gerlach Fotografías karina fuenzalida barraza y César Cortés dellepiane

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Aterrizando ideas. Este es parte del equipo del centro de investigación y desarrollo Telefónica I+D. Este grupo representa la síntesis del mundo de las ideas con el de la aplicación en productos concretos, un ejercicio que requiere el aporte de personas con habilidades distintas y complementarias.

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na muestra de la fisonomía que deberán tener a futuro los equipos de trabajo que añadan valor a lo que Chile genera, es el grupo de investigación liderado por uno de los ganadores del Premio Nobel de Química 2016, el holandés Ben Feringa. Mediante la unión de diferentes piezas, Feringa creó una máquina molecular mil veces más pequeña que el ancho de un cabello, capaz de moverse en forma análoga a un vehículo de cuatro ruedas. El equipo de Feringa es multidisciplinario y heterogéneo respecto al perfil de formación. En él, los especialistas técnicos tienen una participación esencial, y la presentación de cada uno de ellos ocupa un lugar destacado en la página web del grupo investigador. La historia de este Premio Nobel incluye, asimismo, una decisión que fue importante para el resultado de su investigación: la vinculación con la industria. Antes de incorporarse a la Universidad de Groningen, en lugar de cursar un postdoctorado resolvió trabajar seis años como investigador en Shell, algo que ha sido clave en su labor creativa. La experiencia de Feringa no es aislada. En Chile también existen equipos de formación mixta dedicados a la innovación, que reconocen explícitamente el aporte de personas con distintos perfiles, universitarios con grados académicos dedicados principalmente al análisis, diseño y planificación; y profesionales técnicos más enfocados en la ejecución de las ideas y la solución de problemas específicos. Pero los ejemplos no abundan. Álvaro Ossa, Director de Transferencia y Desarrollo de la UC, entidad que busca conectar la investigación aplicada de la universidad con las necesidades de la industria, señala que en

“Ya no es tan determinante la persona que inventa una tecnología, sino aquella que es capaz de aplicarla para desarrollar valor agregado”, afirma Claudio Muñoz, presidente de Telefónica en Chile. Chile todavía es baja la experiencia de trabajo conjunto entre profesionales y técnicos. Una realidad que puede estar asociada a la escasa vinculación entre universidades y empresas. “Más del 95% del presupuesto para investigación de las universidades proviene del Estado, lo que significa que menos del 5% se origina en las empresas. Por lo tanto, la posibilidad de que hagamos ciencia sin orientación a resolver problemáticas puntuales es alta”. Entre los equipos de perfiles múltiples abocados a la innovación, existe uno que es liderado por un profesional formado en la educación técnica superior. Se trata de Urbanatika, un proyecto que un grupo de jóvenes está desarrollando en el Centro de Innovación de la UC. Crearon una máquina que acelera la producción de compost a partir de la basura orgánica de las ciudades, logrando reducir a un mes un proceso que, de no mediar la tecnología aplicada, tardaría nueve. Urbanatika es un grupo interdisciplinario y, a la vez, variado en cuanto a educación terciara. Está integrado por una universitaria con grado de magíster, y por dos especialistas que se formaron como técnicos electrónicos en escuelas industriales y, luego, como ingenieros en ejecución.


Apertura de oportunidades. Cuando Mónica Retamal comenzó a reclutar programadores para la entonces naciente empresa Nisum Chile, constató la dificultad para completar las contrataciones requeridas. Debió traer personas de distintos países, incluidos India y Venezuela.

La disrupción digital está generando una demanda de recursos humanos con destrezas tecnológicas. Pero en Chile hay escasez de técnicos bien formados y con habilidades en el mundo digital, fenómeno que se relaciona con la percepción de que las carreras técnicas son de segundo orden. Diego Elorza, CEO y fundador de Urbanatika, es uno de ellos. Asegura que es importante esta heterogeneidad de perfiles profesionales, porque permite aportes desde diferentes áreas a la construcción del proyecto. La contribución de los técnicos al éxito de esta innovación fue fundamental, cuenta Elorza, “porque aterrizamos una idea mediante la construcción de los prototipos que permitieron validar la hipótesis”. Otro lugar que alberga equipos en los que conviven perfiles con énfasis distintos, más teóricos unos, más prácticos otros, es el centro de investigación y desarrollo Telefónica I+D. El trabajo de profesionales con doctorados que realizan modelamientos, algoritmos y transforman datos en conocimientos, es implementado luego en aplicaciones para objetivos concretos, como eficiencias energéticas en el ámbito de la minería, para responder a las necesidades de clientes reales.

Revolución digital Claudio Muñoz, presidente de Telefónica en Chile, considera que para que el país logre dar el gran salto hacia el desarrollo, es preciso ir más allá que solo agregar valor a los productos tradicionales. La revolución tecnológica digital, que después de la revolución industrial es el cambio más relevante en el perfil del trabajador del mundo moderno, abre esa oportunidad. “Ya no es tan determinante la persona que inventa una tecnología, sino aquella que es capaz de aplicarla para desa-

rrollar valor agregado, y cómo transformamos el talento para, por ejemplo, exportar servicios”, afirma Muñoz. La disrupción digital, que está cambiando los modelos de negocios y la forma de producir en las industrias en todos los sectores, está generando una demanda de recursos humanos con destrezas tecnológicas. Pero en Chile hay escasez de técnicos bien formados y con habilidades en el mundo digital, fenómeno que se relaciona con la percepción de que las carreras técnicas son de segundo orden. En 2016, los envíos de cobre representaron el 46% de las exportaciones de Chile. En este escenario de fuerte concentración en un commodity, una noticia positiva es el dinamismo que están exhibiendo algunos sectores no cobre, como las exportaciones de TIC´s que crecieron 8% el año pasado. Mónica Retamal, empresaria chilena que exporta servicios tecnológicos, explica que Chile está atrayendo empresas interesadas en prestar desde aquí servicios digitales a Estados Unidos, por las ventajas que ofrece nuestro país, como seguridad jurídica y la infraestructura disponible. Pero la piedra de tope es la disponibilidad de expertos debidamente capacitados. “El gran problema es que no tenemos suficientes técnicos en programación, en telecomunicaciones, analistas de bases de datos, todo lo que sustenta la economía digital”. Así lo constató por experiencia propia. Luego de formar un joint venture con un empresario estadounidense, para exportar servicios digitales a Estados Unidos, buscó en nuestro país 59


Exitoso invento. Diego Elorza, fundador de Urbanatika, se formó como técnico electrónico en una escuela industrial y luego, obtuvo el título de ingeniero en ejecución. Elorza lideró la creación de una máquina que acelera la producción de compost a partir de basura orgánica.

“Si Chile quiere agregar valor en una economía del conocimiento, no puede hacerlo solo con una élite de profesionales de universidades. Tenemos que masificar la educación de calidad para las personas que van a estar trabajando en toda la cadena productiva”, cuenta Gonzalo Vargas, rector de Inacap.

trabajadores capacitados en tecnologías de la información, para conformar en un plazo de un mes un equipo de 60 personas. No los encontró en número suficiente y tuvo que reclutar extranjeros y trasladarlos a vivir en Chile. “Trajimos a cerca de cincuenta personas, todos programadores, y los países de procedencia más importantes fueron India, Venezuela, Argentina, Uruguay y Cuba”, dice Mónica Retamal. La empresaria, que además es directora de Kodea, una fundación que promueve el desarrollo de competencias digitales, aboga por instalar en Chile una cultura digital que vaya más allá del consumo y apunte a la creación tecnológica. “Implica capacitar desde el entorno escolar. Los niños en Chile tienen una alta exposición a las tecnologías a través de los teléfonos móviles y los computadores, pero desconocen qué hay detrás de lo que consumen, no entienden cómo funcionan y, en consecuencia, no lo ven como una materia a estudiar o una proyección laboral. El mundo técnico debe tener una revalorización, y en la sociedad del conocimiento esto ocurre”. Comparte esta visión el rector de Inacap, Gonzalo Vargas. “Si Chile quiere agregar valor en una economía del conocimiento, no puede hacerlo solo con una élite de profesionales de universidades. Tenemos que masificar la educación de calidad para las personas que van a estar trabajando en toda la cadena productiva”. Existe otra razón que torna crítico el asegurar que la formación del capital humano responda a un nuevo entorno: la pérdida de puestos de trabajo. Los cambios tecnológicos como

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las automatizaciones reemplazan algunas tareas humanas y aumentan la demanda por otras habilidades. Estas transformaciones pueden ser muy intensas. En 1910 en Estados Unidos había 12 millones de trabajadores agrícolas. Cien años más tarde, la población del país era tres veces mayor y los trabajadores agrícolas habían descendido a apenas 700 mil. Hoy se estima complejo predecir el impacto total de la revolución digital en las próximas décadas. Por ello, los sistemas educativos tienen que proveer competencias transversales que preparen a las personas para desempeñarse en empleos que posiblemente todavía no existen. Y los trabajadores tendrán que actualizar y mejorar sus habilidades en forma frecuente a lo largo de sus vidas laborales, a través de la educación continua.

Tender puentes El presidente de Telefónica en Chile, Claudio Muñoz, plantea que el país debe potenciar la educación técnica y generar una mayor vinculación entre esta y las empresas. “Tenemos que invitar a los jóvenes a que vean que el mundo técnico tiene un desarrollo con mucho futuro. Nuestra experiencia es que los buenos técnicos pueden lograr retribuciones y saberes superiores a los de un profesional promedio del mundo universitario. Da lo mismo si provienen de un tipo de educación o de otra. Lo que importa es que estén preparados para los desafíos que enfrenta la compañía”, destaca Muñoz.


Crear puentes entre la academia, las instituciones de educación y las empresas para trabajar en forma conjunta en el desarrollo del talento, es clave. Y cuando se habla de talentos no se alude solo a profesionales del mundo universitario tradicional con grados académicos. El talento está distribuido en toda la población. Las historias de profesionales técnicos que han conseguido logros notables así lo demuestran. Luis Miranda Valderrama (34 años), egresado de un liceo industrial y topógrafo, comenzó a trabajar desde que cursaba el primer semestre de su carrera. “Tengo que partir como sea, pensé, y con una huincha de medir empecé prestando servicios planimétricos”. Hoy tiene su propia empresa que, además de realizar topografía, se dedica a otros servicios como movimientos de tierra y mantenciones eléctricas, y sus ingresos por concepto de sueldo superan a los de un médico con 9 años de experiencia. En sus tiempos de alumno en el DUOC, durante una clase propuso crear una réplica del instrumento de medición llamado nivel láser. La idea fue recibida con carcajadas por sus compañeros de curso que la consideraron disparatada por el nivel de dificultad que implicaba. No así por la profesora, que le dio su apoyo. Usando elementos domésticos, en un semestre construyó el instrumento que por muchos años funcionó perfectamente. Ricardo Aguirre, que comenzó estudiando la carrera de Analista Programador, para trasladarse luego a Ingeniería en Informática, creó una solución tecnológica en principio concebida para que los bomberos interactúen con la comunidad, y que ha recibido varios premios, incluyendo Startup Chile 2017. “Las carreras son herramientas, depende de uno cómo las utilice”, dice Aguirre. A Claudia Ibarra le resultó difícil estudiar en sus tiempos de alumna de educación básica y media, en un establecimiento con pocos recursos y muchos alumnos, carente de apoyo para niños con discapacidades. Ya en esa época avanzaba inexorable su pérdida de visión, que hoy alcanza a un 80% y la obliga a movilizarse con ayuda de un bastón para ciegos. En el Instituto Icel se tituló de diseñadora gráfica y publicitaria y uno de sus primeros trabajos fue diseñar la decoración de

Es complejo predecir el impacto total de la revolución digital en las próximas décadas. Por ello, los sistemas educativos tienen que proveer competencias transversales que preparen a las personas para desempeñarse en empleos que posiblemente todavía no existen.

El ejemplo de Alemania En Alemania la educación superior técnico-profesional es profundamente respetada por la sociedad, y se le considera un factor clave en el desarrollo de su robusta economía. Más del 60% de los ingenieros alemanes se forma en instituciones llamadas Fachhochschule -una universidad especializada en ciertas áreas, comparable a una escuela técnica superior-. En cambio en Chile, el 21% de la población económicamente activa posee un título de nivel terciario y, por cada técnico de nivel superior hay dos profesionales universitarios. Pese a que las carreras técnicas son más cortas, más baratas y que sus tasas de desocupación son más bajas, se mantiene la preferencia por carreras que conducen a grados académicos.

salas de jardines infantiles. Lo que marcó un punto de inflexión en su vida fue la asesoría que realizó a la Unión Nacional de Instituciones de Ciegos de Chile. Su labor consistió en seleccionar juegos didácticos y proponer las adaptaciones para convertirlos en elementos de aprendizaje para niños no videntes. Así, por ejemplo, propuso la solución técnica para incluir lenguaje braille a los cubos con letras y números en relieve, y a un reloj de madera. El paso siguiente fue realizar su propio microemprendimiento, financiado con los fondos que obtuvo al ganar un concurso de juegos didácticos inclusivos. Ese reconocimiento le permitió realizar innovaciones mediante diseños propios, como un kit de apresto para el aprendizaje del braille. Sus clientes son los colegios para discapacitados visuales, o con sistema de integración, y también los educadores diferenciales. Aunque en principio puede parecer un contrasentido que una persona con discapacidad visual haya optado por la carrera de Diseño, asegura que fue una excelente elección. Ella conoce las múltiples necesidades que las personas con esta limitación enfrentan en la vida cotidiana y lo mucho que queda por avanzar, pese a adelantos como la escritura en braille en los pasamanos de estaciones del metro, las aplicaciones en los teléfonos móviles que ofician de lazarillos parlantes, o el dispositivo que se instala en el borde de un vaso y que emite un sonido para avisar que se detenga el vertimiento de líquido porque el vaso se llenó; por mencionar algunos ejemplos. Claudia proviene del mundo técnico que enfatiza cómo responder con soluciones concretas a los problemas. Y desde esa aproximación, siente que tiene mucho que aportar.

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FOTOGRAFĂ?A pixabay

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urgentes

DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

Las batallas La llegada masiva de jóvenes a la educación superior en los últimos años impone nuevos desafíos a las instituciones que la imparten. En particular, la enseñanza técnicoprofesional requiere de una permanente actualización y adaptación a las condiciones del mercado laboral, una adecuada integración con los liceos y la implementación de políticas públicas orientadas a facilitar a los alumnos el acceso a posgrados, especialmente de naturaleza tecnológica. Por Ricardo Paredes Molina

RICARDO PAREDES MOLINA.Es rector de Duoc UC. Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile; master of arts y doctor en Economía por la Universidad de California, Estados Unidos. Académico del departamento de Ingeniería Industrial y Sistemas en la UC. Fue decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile (1998-2002) y profesor en la misma casa de estudios. Ha publicado más de 40 artículos en revistas indexadas y cuatro libros.

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FOTOGRAFÍA karina fuenzalida

Un equipo integral. En el laboratorio del profesor Luciano Chiang, de la Facultad de Ingeniería de la UC, ha cobrado gran relevancia el trabajo complementario con personal técnico. En la imagen vemos al profesor junto a Ignacio Lagos, técnico superior en mantenimiento industrial.

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a cantidad de jóvenes que en la actualidad acceden a la educación superior en Chile ha dado un salto que, si bien se ha producido también en otros países de Latinoamérica, no tiene comparación en magnitud con lo ocurrido en nuestro país. Las razones de este fenómeno son bastante claras: En primer lugar, el notable aumento de la población que alcanza una educación media completa, lo que a su vez posibilitó un mayor número de egresados interesados en entrar a la educación superior. En segundo lugar, el acceso de jóvenes de menores recursos, gracias a la política estatal de financiamiento; y la ausencia de barreras que generó un aumento de vacantes, satisfaciendo así el incremento de la demanda generada por los primeros factores. Una de las consecuencias de esta llegada masiva de jóvenes a los planteles de estudios superiores, es el acceso extendido de alumnos que antes no completaban la educación media. Estos se caracterizan por provenir de familias de estratos bajos, que constituyen la primera generación de

estudios y que poseen un menor capital cultural que los postulantes a las universidades. A su vez, el aumento de cupos se produjo por la constitución de universidades de menor calidad y por el de instituciones técnico-profesionales que, al menos inicialmente, no necesitaron acreditarse para funcionar. Además, el mero incremento del número de titulados redujo la escasez relativa y los salarios de quienes, en otro tiempo, eran parte de un grupo selecto. Esto ha ocasionado altos grados de frustración, en sectores que esperaban cumplir las mismas expectativas generadas por los universitarios en el pasado. La masificación de la educación terciaria requiere hoy otra mirada. Históricamente (y hoy aún se hace), se concibió a la educación técnico-profesional como aquella destinada para el trabajo, mientras que la universitaria, nacida para la Teología y la Filosofía, se asociaba a una suerte de “saber profundo”, a una apreciación de las artes, al desarrollo de las humanidades y de las ciencias. Tal separación hoy no tiene sentido, pues ambas están orientadas al trabajo, aunque existen diferencias y sinergias que obedecen a las necesidades del mundo moderno.


Desafíos del mercado laboral Los procesos automáticos, la robótica y la inteligencia artificial se han desarrollado de manera abismante en el mundo actual. Es así que, por ejemplo, un robot humanoide es capaz de correr a partir de instrucciones tan simples como: “Trasládese desde el punto A al B, en el menor tiempo posible”. Aprenden como lo hace un niño sin hermanos mayores, después de un conjunto reducido de iteraciones. Este hecho da luces sobre la forma en que la educación superior técnico-profesional debe adaptarse a las necesidades del mercado laboral. La pregunta que sigue es cómo enseñar en este mundo donde “aprender a aprender” y a adaptarse es clave. En Duoc UC nos basamos en el modelo Tuning América Latina y la Uni-

versidad de Deusto, España. A través de este parámetro determinamos nueve competencias y, de ellas, tres prioritarias que ya estamos incorporando transversalmente en nuestras carreras. Estas son la capacidad para identificar y resolver problemas; el trabajo en equipo y “aprender a aprender”. Además, debido a la obligación de una permanente actualización en las competencias disciplinarias se requiere de una formación modular, flexible y para toda la vida. Esta necesidad la estamos abordando mediante un esquema complementario entre el pregrado y módulos de educación posterior que conducen a certificaciones y diplomados. Sin embargo, creo que es fundamental la elaboración de una política pública que facilite a los alumnos de educación superior técnico-profesional acceder a posgrados, especialmente de naturaleza tecnológica. Para ello, es necesario que los egresados del sector tengan grados equivalentes a las licenciaturas que hoy se restringen a las universidades.

Una buena receta. El desarrollo de la gastronomía en el país ha beneficiado a los especialistas técnicos de esta área. En la fotografía se observa el intenso trabajo que se desarrolla en la cocina del restaurante Boragó. El equipo liderado por el chef Rodolfo Guzmán ha sido destacado en rankings internacionales, entre los 50 mejores sitos del mundo. FOTOGRAFÍA gentileza restaurante boragó

El escenario actual y el futuro tienen elementos previsibles, como la imposibilidad de determinar los trabajos específicos que se necesitarán en el corto plazo. Por ello, el conocimiento de la técnica concreta y específica de cada oficio vigente tiene una obsolescencia alta. De ahí que es fundamental la formación de capacidades, entre otras, la de aprender.

El mero incremento del número de titulados redujo la escasez relativa y los salarios de quienes, en otro tiempo, eran parte de un grupo selecto. Esto ha ocasionado altos grados de frustración.

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FOTOGRAFÍA césar cortés

Elevar la calidad de los liceos técnicos. Un desafío clave es la vinculación que debe existir entre los niveles medios y superiores. De manera creciente los egresados de liceos no entran directamente a trabajar, debido a la necesidad de desarrollar mayores competencias. En la imagen dos técnicos del área informática, de gran relevancia en los últimos años.

El escenario actual y el futuro tienen elementos previsibles, como la imposibilidad de determinar los trabajos específicos que se necesitarán en el corto plazo. CARRERAS técnicas CON MEJOR empleabilidad Las carreras técnicas ofrecen alta empleabilidad, menos años de estudio y buenos sueldos. Una prueba de ello es este gráfico, que muestra elevados porcentajes de contratación por parte de las empresas, en el primer y segundo año. Fuente: Ranking Universia a partir de cifras publicadas por el portal Mifuturo.cl (Ministerio de Educación), año 2016.

Primer año

100

92% 80

90,4%

87% 87,7%

88,2% 87,5%

90,6% 86,8%

80,9% 86,9%

85,1%

84,9%

84,3%

83,2%

81,9%

80,6%

Técnico en Química (análisis e industrial)

Técnico en Electrónica y Electrónica Industrial

Técnico en Topografía

Segundo año

86,6%

85,1%

79,7%

81,7%

Técnico en Electricidad y Electricidad Industrial

Técnico en Mecánica Industrial

60

40

20

0 Técnico en Logística

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Técnico en Refrigeración y Climatización

Técnico en Administración Financiera y Finanzas

Técnico en Técnico en Instrumentación, Procesos Automatización Industriales y Control Industrial


El modelo Tuning América Latina El proyecto Alfa Tuning América Latina busca “afinar” las estructuras educativas de la región. El objetivo es iniciar un debate cuya meta sea identificar e intercambiar información y mejorar la colaboración entre las instituciones de educación superior para el desarrollo de la calidad, efectividad y transparencia. Es una iniciativa independiente, impulsada y coordinada por universidades latinoamericanas y europeas. Entre sus metas destacan: contribuir al desarrollo de titulaciones comparables y comprensibles en una forma articulada en toda América Latina; facilitar la transparencia en las estructuras educativas e impulsar la innovación a través de la comunicación de experiencias y la identificación de buenas prácticas.

Educación integrada desde el colegio

Piezas fundamentales. El área técnica ha tenido un gran desarrollo en el sector de la salud, donde su participación es fundamental y muy variada. En la fotografía personal técnico en enfermería realizando procedimientos en el área de urgencia del Hospital Clínico de la Red de Salud UC-CHRISTUS.

FOTOGRAFÍA césar cortés

Otro desafío particularmente importante es la vinculación que debe existir entre los niveles medios y superiores. Los egresados de educación media técnico-profesional representan cerca del 40% del total de estudiantes chilenos. Adicionalmente, debido a que esta alternativa es escogida por jóvenes de estratos más vulnerables y, a su escasa valoración, existe un evidente rezago en el sector. Así, crecientemente los alumnos egresados de liceos no entran directamente a trabajar lo que, en parte, obedece a la falta de competencias, a la no pertinencia de su formación con lo que desean hacer y al mayor acceso y posibilidades que encuentran en la educación superior. Los dos primeros factores requieren cambios muy fundamentales, como desarrollar habilidades en lenguaje, comunicación, matemáticas y cultura, aspectos que el currículo técnico de media tiene limitado. Pero además, se debe fortalecer la educación técnica, muchas veces mal provista y en áreas que no son de interés para los estudiantes. Esto último se explica porque, el tamaño relativamente pequeño de los liceos técnico-profesionales, hace extremadamente costoso disponer de talleres y de infraestructura para una amplia gama de especialidades. La política pública, sin duda, puede ayudar a abordar este problema y, para ello, se requiere de un diagnóstico acertado, el cual no se ha logrado hasta ahora. La falta de reflexión ha llevado a que analistas recomienden medidas contrarias para el mismo objetivo: fortalecer la educación media técnico-profesional. Por ejemplo, se ha propuesto que el liceo termine en segundo medio y la educación superior parta en tercero medio en una institución como el Duoc UC o similar; también se postula que la educación técnico-profesional comience exclusivamente en el nivel superior. Creemos que hay caminos intermedios que permitirían resolver el problema de articular la enseñanza media superior, formar en habilidades generales y optimizar los escasos recursos con los que cuenta el país. Por el momento, lo más conveniente parece ser potenciar la educación científicohumanista entregada por los liceos técnico-profesionales. También liberar horas pedagógicas, para que sus alumnos puedan experimentar este aprendizaje en centros que aprovechen economías de escala en su infraestructura de talleres. Esos lugares pueden ser los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales de alta acreditación, que tienen ventajas comparativas para la enseñanza técnicodisciplinaria. Que el país pueda dar estas y otras batallas es urgente. Instituciones como Duoc UC, con una historia unida al desarrollo del país, tienen una posición privilegiada para impulsar y priorizar algunas de ellas. En ese sentido, se debe avanzar en la vinculación con el sector productivo, que es el que mejor identifica las necesidades laborales del futuro. Esta integración resulta fundamental para otorgar a Chile los técnicos que requiere.

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Columna

Un motor de desarrollo Claudio Duce Julio

Director general de vinculación con el medio y comunicación, Duoc UC. Es magíster en comportamiento del consumidor de la Universidad Adolfo Ibáñez. También ocupó el cargo de director central de comunicaciones y marketing Duoc UC.

L

a reciente discusión sobre la reforma a la educación superior y, el surgimiento en ella de focos ligados a la educación superior técnico-profesional, nos lleva a comprender la importancia que tiene la segunda. Esto debido, entre otras razones, al aumento de la matrícula de la educación técnica en más de 300.000 alumnos a partir del año 2011, superando el 50 % del total (según el Servicio de Información de Educación Superior 2016). Dado lo anterior, cabe preguntarse dónde se ubican los institutos profesionales y los centrosde formación técnica en este nuevo orden. Bajo una mirada paradigmática, muchos académicos ven la educación superior técnico-profesional como una formación de segundo orden, destinada a aquellos que no pueden entrar a la universidad porque requieren una trayectoria previa, que les permita nivelar sus conocimientos antes de ingresar. En razón a la verdad, esta mirada dista mucho de la realidad, ya que hoy este es un camino paralelo y complementario a la formación profesional. Además, es el sector donde mayor movilidad social se genera, dada la inmediatez de sus resultados (carreras más cortas, de menor arancel y rápida empleabilidad) y su capacidad de mejorar el ingreso familiar (duplicarlo al menos después de un año de titulación). Esta virtud es propia de su esencia: educar para el mundo del trabajo. Es decir, su modelo educativo se basa en uno de formación por competencias, que permite entrenar en habilidades concretas que facultan a sus a

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estudiantes para hacer una tarea. Y eso se ve reflejado en los altos índices de inserción laboral durante el primer año que tienen las instituciones de calidad del sector, que bordean el 75 % aproximadamente (mifuturo. cl). Ello constituye para muchas familias una fuente de optimismo, que permite creer que con la educación sí se puede generar el cambio social y económico al que las personas legítimamente aspiran. Lo anterior ha llevado a que hoy la valoración social de este tipo de enseñanza esté aumentando, y con ello, más alumnos ingresen a esta formación antes de dar la PSU. A su vez, la virtuosidad de la educación superior técnicoprofesional se expande también a aquellos alumnos que no han logrado asimilar adecuadamente la metodología de enseñanza tradicional (científico-humanista), pero que sí son capaces de aportar desde una mirada más pragmática. Con esperanza podemos ver que nuestra población de jóvenes “nini” podría tender a disminuir, ya que esta opción educativa les aporta una mirada diferente, desafiante, con un método más ad-hoc a sus capacidades y virtudes. Desde esta perspectiva, cuesta entender que los colegios particulares, de élite, todavía bloqueen la posibilidad de mostrarles estas alternativas a sus estudiantes. Al hacer esto, desconocen que, al menos entre un 15 y un 20 % de sus alumnos pueden tener mayor éxito en la vida gracias a esta vía educativa (según Duoc). Finalmente es importante resaltar que no podemos seguir

pensando que las universidades van a resolver la desigualdad. Claramente nuestra sociedad está compuesta por una diversidad de personas y, desde esa dimensión, el ámbito técnico juega un rol clave en el progreso de una enseñanza superior armónica, equilibrada y que funciona de acuerdo a las necesidades de la sociedad. Con una valoración social histórica, la educación superior técnico-profesional se pone a la vanguardia, al contar con instituciones que han demostrado tener un sello de calidad y que constituyen un motor de desarrollo para el Chile que queremos construir.

No podemos seguir pensando que las universidades van a resolver la desigualdad. Claramente nuestra sociedad está compuesta por una diversidad de personas y, en ese sentido, el ámbito técnico juega un rol clave.


Carreras técnicas: un factor de movilidad social Osvaldo Larrañaga JimÉnez

Director de la Escuela de Gobierno de la UC. Es economista de la Universidad de Chile y doctor en Economía por la Universidad de Pensilvania. Especializado en políticas sociales, desigualdad, pobreza y mercado del trabajo. Ha sido profesor y vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y coordinador del área de equidad de la oficina del PNUD en Chile.

L

a educación técnica de nivel superior es un engranaje importante del proceso de movilidad social asociado al sistema educacional. El análisis de la cohorte que egresó de la educación media en 2005, muestra que un 81% de quienes accedieron a carreras técnicas de nivel superior son alumnos de “primera generación”, es decir jóvenes cuyos padres no cursaron estudios superiores de ningún tipo y, en la mitad de los casos, ni siquiera completaron la enseñanza media. La información proviene de registros administrativos individualizados del sistema educacional, que permiten vincular las trayectorias de los estudiantes con la condición socioeconómica de sus familias. La remuneración bruta promedio de los técnicos de nivel superior a los cinco años de titulación asciende a $695.000. De acuerdo a los datos para el año 2015 del portal mifuturo.cl, este ingreso es inferior al obtenido por los profesionales, pero excede con creces la remuneración que reciben quienes no siguieron estudios superiores. En promedio, el referido sueldo es un 83% mayor al que reciben los jóvenes de la misma generación con “cuarto medio rendido”, y un 46% más alto que el percibido actualmente por la generación de sus padres (50-55 años), con estudios medios completos. La movilidad social refiere no solo a los ingresos monetarios, sino también al status o prestigio social. En Chile, así como en la generalidad de los países, el nivel educacional es un marcador de status social. Por su parte, la Sociología ha desarrollado índices que asocian ocupaciones y prestigio social. Estos indicadores muestran que los técnicos ocupan la tercera posición entre un total

de 12 grupos ocupacionales, después de los directivos y los profesionales. Las disciplinas técnicas constituyen una valiosa alternativa para quienes desean proseguir estudios después del egreso de la educación media, pero que no cuentan con las calificaciones exigidas en las carreras profesionales. En efecto, los datos longitudinales de la citada cohorte muestran que los jóvenes que siguieron estudios técnicos de nivel superior obtuvieron en el Simce de segundo medio un promedio de 245 puntos en la prueba de lenguaje y 232 en matemáticas; en ambos casos por debajo del percentil 50 de la distribución de los resultados. Solo un 55% del grupo rindió la PSU y, quienes lo hicieron, obtuvieron un puntaje promedio de 433 puntos, bastante por debajo del promedio (500 puntos). Se trata, por tanto, de estudiantes que no tienen una preparación analítica que les garantice cursar con relativo éxito estudios profesionales y que no cumplen con los requisitos de acceso. Las carreras técnicas constituyen también una buena opción para quienes deben conciliar trabajo y estudio. De hecho, la mitad de estos estudiantes asisten a cursos vespertinos, la mayoría de las veces porque trabajan remuneradamente durante el día. Asimismo, estos estudios son demandados por quienes ingresaron al mercado inmediatamente después de cursar cuarto medio, pero deciden más tarde fortalecer sus competencias laborales. Así, casi un 50% de quienes trabajan y estudian carreras técnicas es mayor de 25 años (Encuesta Casen 2015). Las profesiones técnicas han hecho posible la continuación de estudios para un importante segmento de jóvenes

que, de otra manera, habría quedado solo con cuarto medio. Para la mayoría de ellos, el título de técnico de nivel superior representa una puerta de ascenso social. A futuro, sin embargo, hay dos riesgos de envergadura que pueden modificar sustancialmente el panorama descrito. El primero es específico para Chile y dice relación con que en los últimos diez años el PIB de la economía ha venido creciendo muy por debajo del número de alumnos en educación superior. Un cálculo aritmético simple muestra que, en este escenario, es muy difícil que los nuevos titulados –técnicos o profesionales– consigan los empleos y las remuneraciones esperadas por ellos y sus familias. El segundo factor de riesgo tiene carácter global y se refiere a la creciente automatización de los procesos productivos. Las estimaciones del Banco Mundial y otras instituciones calificadas señalan que alrededor del 60% de las actuales ocupaciones están en riesgo de ser sustituidas por tecnologías en las próximas décadas en países similares a Chile. Ello abarca todo el espectro de ocupaciones, desde los trabajos más rutinarios a muchos de alta especialización. Este escenario futuro está mucho más cerca de lo percibido comúnmente y representa un desafío de proporciones para las sociedades.

DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

Columna

Las profesiones técnicas han hecho posible la continuación de estudios para un importante segmento de jóvenes que, de otra manera, habría quedado solo con cuarto medio. Para la mayoría de ellos, el título de técnico de nivel superior representa una puerta de ascenso social.

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FOTOGRAFÍA DE NOVA SCOTIA COMMUNITY COLLEGE

Denise Amyot Presidenta y directora general de CICAN (Colleges and Institutes Canada) desde el año 2013, entidad que congrega a instituciones donde estudian 1.5 millones de alumnos y que asesora a 25 países. Es una funcionaria pública que ha trabajado en numerosos servicios, incluyendo el desarrollo de recursos humanos y asuntos indígenas de Canadá.

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DOSSIER técnico 2.0: la nueva vía Al desarrollo

prodigio La nación norteamericana ha desarrollado uno de los modelos de educación superior técnico-profesional más exitosos del mundo. A 50 años de su creación, ha consolidado un sistema descentralizado y altamente sensible, capaz de adaptarse a las necesidades de comunidades diferentes, a sus empleadores e industrias, y que es complementario a los programas ofrecidos por las universidades tradicionales. Proximidad y diálogo han sido los conceptos cruciales para el establecimiento de programas eficientes y han llevado a que nuestra sociedad sea inclusiva e innovadora en el presente. Por Denise Amyot Fotografías gentileza de colleges and institutes canada

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Un modelo descentralizado La formación consiste, finalmente, en empoderar a las personas; de ahí la importancia de hacer la enseñanza superior lo más accesible posible. En Canadá, un paso clave para lograr este objetivo fue la creación en los años 60 de una moderna red de institutos profesionales y técnicos. Esta organización se centraba en los alumnos y estaba diseñada para llevar conocimiento a las comunidades, grandes o pequeñas, a través de todo el país. En esa época una rápida industrialización creaba la necesidad de una nueva clase de trabajadores especializados. Mientras los empleadores buscaban personal de un nivel determinado y reconocido por las autoridades, los ciudadanos comenzaron también a demandar un mayor acceso a la enseñanza superior.

FOTOGRAFÍA DE FLEMING COLLEGE

on un mundo y su economía moviéndose cada vez más rápido, los educadores de todos los continentes están apurando el paso, para proveer a sus estudiantes de las habilidades y conocimientos que requieren para tener éxito en este nuevo contexto. Esto es especialmente cierto en la educación técnica, donde las nuevas tecnologías y los mercados en evolución pueden cambiar por completo el conocimiento requerido en un sector determinado. Aunque puede significar un desafío para la enseñanza superior, también es una oportunidad de construir modelos más flexibles, que serán útiles para las personas y sus comunidades. De esta forma, ellas podrán adaptarse y prosperar de un modo más sostenible. Canadá ofrece un valioso modelo de enseñanza orientada al empleo, que permite empoderar a sus alumnos y es suficientemente ágil como para considerar las necesidades cambiantes de los empleadores y la industria. Este es un ejemplo que hemos estado compartiendo internacionalmente hace ya cuatro décadas, incluyendo a Chile, donde la asociación Colleges and Institutes Canada, que yo dirijo, ha facilitado la creación de muchas colaboraciones entre instituciones de educación superior de ambos países.

El modelo canadiense es considerado en todo el mundo como exitoso, debido a la cercana aproximación a la industria y, por tanto, a la realidad del mercado laboral.

Empoderar al estudiante. Canadá ofrece un valioso modelo de enseñanza orientado al empleo, que permite empoderar a sus alumnos, y considera las necesidades cambiantes de la industria.

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FOTOGRAFÍA DE FANSHAWE COLLEGE

FOTOGRAFÍA DE NOVA SCOTIA COMMUNITY COLLEGE

En respuesta a esta necesidad, Canadá creó un sistema de educación técnica descentralizado y altamente sensible, capaz de adaptase a las necesidades de comunidades diferentes, a sus empleadores e industrias, complementario a los programas ofrecidos por las universidades tradicionales. Cincuenta años después, estoy orgullosa de decir que este enfoque está entre los más exitosos del mundo. Según el reporte del año 2016, Education at a Glance de la OCDE, Canadá tiene la mayor cobertura o participación en educación terciaria entre los países miembros. Un 55% de la población tiene algún tipo de formación terciaria. Esto se relaciona, en gran medida, con las tasas alcanzadas en el nivel técnico-profesional. Aunque contamos con un sólido sector universitario, lo que nos sitúa en este lugar respecto de otras naciones industrializadas, es el alcance de estos establecimientos y la fuerza de sus focos aplicados a la investigación de los ecosistemas. Incluso sus graduados tienen una tasa de empleabilidad de más del 95%, de acuerdo a la Encuesta Estadística Nacional de Graduados. Una de las características clave del modelo canadienses es que es muy descentralizado. Está ramificado por la estructura del país como una federación. En tanto la educación es una responsabilidad provincial, la administración y regulación de los institutos y centros de formación pueden variar de un territorio a otro. No obstante sus directrices se mantienen en todos. Entre ellos está el foco orientado a la colaboración con expertos locales y empleadores del lugar, para asegurarse que los pro-

Un vínculo fuerte con la industria, especialmente con las pequeñas y medianas empresas, es crucial para el conocimiento aplicado y asegura que los estudiantes obtengan experiencias de aprendizaje integradas al trabajo.

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Trabajadores más especializados. En los años 60, en Canadá se creó una moderna red de institutos profesionales y técnicos, centrados en los alumnos y diseñados para llevar conocimiento a las comunidades grandes o pequeñas.

gramas estén actualizados y que los estudiantes adquieran las habilidades que necesitan para construir su carrera. Los buenos resultados de quienes imparten enseñanza técnico-profesional pueden atribuirse, de hecho, a esta aproximación concreta y a la colaboración de conocimientos entre instituciones de educación, empleadores y socios estratégicos. Es por eso que el modelo canadiense es considerado en todo el mundo como exitoso, debido a su cercanía con la industria y, por tanto, a la realidad del mercado laboral. Un vínculo fuerte con la industria –especialmente con las pequeñas y medianas empresas (pymes)– es crucial para el conocimiento aplicado y asegura que los estudiantes obtengan experiencias de aprendizaje integradas al trabajo, a través de estadías y colaboraciones, o mediante la participación en proyectos de investigación. De hecho, la mayoría de los centros e

FOTOGRAFÍA DE NORTHERN ALBERTA INSTITUT OF TECHNOLOGY

FOTOGRAFÍA DE NOVA SCOTIA COMMUNITY COLLEGE

institutos técnicos han implementado alguna forma de pasantía, generalmente ofrecida en conjunto con un empleador local. Los acuerdos para investigación aplicada son también muy comunes. Solo en el año 2016, estos establecimientos educacionales colaboraron con más de 6.300 compañías, para ayudarlas a encontrar soluciones innovadores a una variedad de desafíos, mientras aportaban a los estudiantes una experiencia valiosa. Prácticas como las señaladas preparan mejor para el mercado laboral a los alumnos de estos establecimientos, que los programas de las universidades tradicionales. Otorgan a los estudiantes el dominio de una serie de habilidades y la capacidad de aportar innovación en la industria. Lo anterior asegura que centros e institutos sigan siendo los más flexibles del sistema postsecundario canadiense, capaz de adaptarse rápidamente a nuevos paisajes económicos y sociales.

La presencia de lugares que imparten educación superior técnico-profesional en una amplia variedad de comunidades, junto a su vocación colaborativa, han permitido la movilidad social. 74

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La relación cercana con la industria también asegura que centros e institutos sigan siendo los más flexibles del sistema postsecundario canadiense, capaz de adaptarse rápidamente a nuevos paisajes económicos y sociales.

El Programa de Comités Consultivos, que integra a empleadores locales, permite que los establecimientos técnicos operen en el borde de la avanzada, para identificar habilidades, tendencias económicas y variaciones de los mercados. Como los empresarios actuales buscan contratar candidatos con calificaciones prácticas, que acompañen conocimientos teóricos, estos organismos aseguran a los contratantes una fuerza de trabajo calificada, con los conocimientos que buscan. El espíritu de colaboración también involucra a las universidades, las cuales junto con institutos y centros trabajan para ofrecer a los estudiantes caminos educativos diversos. A través de acuerdos articuladores están en condiciones de facilitar la movilidad o, en algunos casos, ofrecer grados conjuntos. De hecho, los institutos y centros de Canadá están brindando grados e incluso posgrados de manera independiente o en colaboración con casas de estudio, incluyendo grados de licenciado y máster. Cada vez más profesionales están en busca de experiencias de aprendizaje más prácticas, para completar su formación universitaria. Su flexibilidad también significa que institutos y centros pueden otorgar a canadienses de necesidades diversas las habilidades que requieren, a través de programas de vanguardia, para sectores minoritarios o grupos vulnerables. Esto ha implicado trabajar programas con indígenas, para mejorar las oportunidades de capacitación y acceso al empleo, así como proyectos innovadores, que promuevan la inclusión de mujeres e inmigrantes al mercado laboral. La presencia de lugares que imparten educación superior técnico-profesional en una amplia variedad de comunidades, desde las grandes ciudades hasta algunos de los sitios más remotos del país norteamericano, así como su vocación colaborativa, han permitido la movilidad social. La proximidad y el diálogo han sido cruciales para el desarrollo de programas eficientes, que respondan a las necesidades de comunidades específicas. Esto fue así en los años 60, cuando estas entidades permitieron el nacimiento de una clase media moderna. Y en el presente permiten que Canadá sea una sociedad inclusiva e innovadora.

FOTOGRAFÍA DE NORTHERN LIGHTS COLLEGE

UNA SOCIEDAD INCLUSIVA

Unir fuerzas. Los acuerdos para investigación aplicada son también muy comunes en Canadá. Solo en el año 2016, nuestros establecimientos técnicos colaboraron con más de 6.300 compañías para encontrar soluciones innovadoras en una variedad de desafíos.

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el libro que me marcó

Fotografía césar cortés dellepiane.

Un pensador fundamental Extracto de Cristo de nuevo crucificado, de Niko Kazantzakis.

Los extremos del alma humana

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RAMÓN LÓPEZ CAULY Profesor titular de la Escuela de Teatro, Facultad de Artes

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l recibir el encargo de recordar algún libro que me haya marcado me remonté hacia mi adolescencia. Cristo de nuevo crucificado, de Niko Kazantzakis es uno de los primeros textos cuyo impacto se mantiene vívidamente en mi memoria. Creo haberlo leído a los 17 años, en 1963. Yo estaba en el colegio y lo elegí porque había que hacer un trabajo sobre alguna obra de literatura contemporánea para exponer en el curso. En esa época, me inquietaba y me cuestionaba muchos temas, tanto religiosos como políticos, que estaban en el aire y en la contingencia. Cuatro años antes había ocurrido la revolución cubana. También escuchaba sobre algunos sacerdotes, como Camilo Torres Restrepo (1929-1966), que tenían nuevos planteamientos o que optaban por la lucha social, produciéndose un cruce entre Iglesia y marxismo. Entonces la novela de Kazantzakis me ponía en una nueva perspectiva frente a estos hechos, ya que los abordaba en una ficción que se desarrolla en torno a la Pasión de Cristo y mediante un paralelismo con la vida de una comunidad de un pequeño pueblo al interior de Grecia ocupado por los turcos. La historia es simple, en Licovrisi se representa la Pasión de Cristo cada siete años, y los personajes del Evangelio se reparten entre los habitantes, en una suerte de transmutación bíblica. Así se establecen las analogías de los personajes con Manolios-Cristo; Michelis-Juan;

Yannakos-Pedro; Kostandis-Santiago; Katerina-María Magdalena; PanayotarosJudas. También están los notables del pueblo, el Pope Grigoris y el poder invasor, que una vez fue romano, pero ahora es el aga turco quien se desliga del acontecer de los súbditos, sumergido en los placeres, la diversión y la sensualidad. Después llegaba a los alrededores un grupo de griegos harapientos, encabezados por su Pope Fotis, que huían de la destrucción que su pueblo sufrió por parte de los turcos, buscando un lugar para asentarse. Se produce entonces un conflicto entre los habitantes de Licovrisi. Liderados por su propio Pope Grigoris se dividen entre quienes quieren ayudar a estos nuevos inmigrantes y quienes pretenden que sigan su éxodo, para no compartir el campo ni las cosechas. Esto desatará el gran conflicto y la plácida calma mediterránea se quebrará irreversiblemente. La capacidad descriptiva del autor es infinita y recuerdo el detalle minucioso de cada uno de los personajes y el paisaje. Todo esto nos pone frente a un mundo sensorial exótico pero arcaico, en el cual se exaltan los extremos del alma humana. Posteriormente descubrí que Kazantzakis era filósofo y que también fue el autor de La Última tentación de Cristo. Además no tuvo suerte con el Premio Nobel, el cual perdió por un voto en 1956. A pesar de las polémicas de su vida, creo que es un libro fascinante y se lo recomiendo a los estudiantes que no lo conozcan.

Textos sociológicos escogidos Pedro Morandé Ediciones UC 2017

Editados por Andrés Biehl y Patricio Velasco, aquí encontramos 19 artículos de uno de los pensadores chilenos más trascendentes de los últimos años. Morandé es un autor profundamente inquieto ante el devenir de un hombre latinoamericano que, arrojado a una modernidad compleja y demandante, se ve estremecido en su fe, en las relaciones de familia y en su identidad cultural.

Un renacimiento Diario íntimo Luis Oyarzún Ediciones UV 2017

Este libro constituye una obra fundamental de la cultura chilena, escrita por un pionero en la defensa de los paisajes. El texto de alto vuelo poético y, al mismo tiempo, propio de un ensayista de pluma suelta y mirada aguda, al fin vuelve a editarse y corregirse tras 22 años de espera. Fue publicado en 1995 y luego reconocido con el Premio Municipal de Ensayo, en 1996.


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A medio siglo de la reforma universitaria, se organizó un seminario y se inauguró la exposición “365 Días de Reforma 1967”, con una serie de fotografías de archivo, recortes de prensa y el relato histórico de los acontecimientos. Este tema será revisado en profundidad en el próximo número de Revista Universitaria. Casa Central 11 de agosto de 2017 Fotografía de Karina Fuenzalida Barraza

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