nano 152:Pauta viasual 2 columnas 12/09/11 21:02 Página 8
Este trabajo me mata
Cómo hacerse rico con esto del diseño (1) Texto: Nano Trias (www.obaku.es/zenblog) ¡Cómo! ¿Que aún no sabíais cómo haceros ricos con esto del diseño? Pues es relativamente fácil. Más aún en los tiempos que corren. Por si no os habíais dado cuenta todavía, el truco no está en saber diseñar. Eso ya sabíais hacerlo, y aún no sois ricos. El truco está en el dominio del lenguaje. El problema de las escuelas de diseño es que centran sus esfuerzos en la creatividad, sin dedicar el tiempo suficiente a una asignatura que debería llamarse “Retuertos y entresijos del lenguaje”. Por suerte para vosotros, yo estudié marketing, una carrera en la que insisten denodadamente en la “forma de decir las cosas”, de modo que os haré de traductor. Esto no quiere decir que estos “truquitos” los hayan inventado los marketineros ¡ni mucho menos! Esto es una evolución dospuntocero de métodos que han regido las relaciones comerciales desde el principio de los tiempos. Ahora sólo se les ha cambiado el nombre para que den unas ganas locas de apuntarse a todos ellos. Iremos desgranando algunos en los próximos meses, comenzando por (redoble, por favor):
Las prácticas Una excelente idea ¡y tremendamente barata! Coges a varios chicos y chicas, recién salidos de las mejores escuelas de diseño de la ciudad, cargados de ilusión y de buenas ideas, y los pones a trabajar para ti. Como se trata de que esto salga barato, no les pagas, pero les prometes que les darás una carta diciendo que han hecho prácticas en tu empresa. Los jóvenes, que tienen la teoría y necesitan la práctica, no sólo no se quejan ¡si no que te lo agradecen! Coge a tantos como ordenadores tengas disponibles. No seas bobo y te quedes corto, que ya te hemos dicho que son gratis.
Tienes una cuota de gente en prácticas pero no te desanimes, cualquier gestor te puede dar unos consejos muy ventajosos. El suministro de nuevas manos currantes es ilimitado: todos los años salen nuevas promociones deseosas de tener sus propias prácticas. Asegúrate de no tenerlos contigo más tiempo del que te permite la ley sin hacerles contrato. ¡Sí, claro!... la ley está de tu lado. Además, como no pagas a tus trabajadores –o les pagas una miseria–, puedes ofertar precios estupendos en el mercado, dificiles de superar por las empresas con trabajadores que sí cobran. ¡El mercado es tuyo! Ahora andan revueltos con una nueva ley que regule el tema, pero no tenéis de que preocuparos: el 20N está ya cerca. Cuando no existía una enseñanza específica, las profesiones se aprendían trabajando gratis para alguien que te las enseñase. Es lo que se llamaba “aprendiz”. Cuando comenzaron las escuelas profesionales y las universidades, los jóvenes ya sabían la profesión antes de trabajar. Hubo que cambiar la denominación y llamarlo “prácticas”, para dejar claro que lo que tenías era la teoría, pero que tenías que pagar aún tu cuota de curro gratuito. Funcionó, y las empresas que nunca hubieran cogido a un trabajador porque le faltaba experiencia, empezaron a llenar sus empresas de estos mismos jóvenes cuando se enteraron de que no había que pagarles. Podría mencionaros una serie de importantes empresas de publicidad que ocupan carísimos edificios gracias a esta ancestral técnica. Si ellos pueden, vosotros también. Pero no todo es un camino de rosas. Siempre hay algún trasnochado que se opone al progreso económico; asociales que usarán todo tipo de argumentos para que no consigas tu objetivo de enriquecerte en este sector. No te preocupes: en este pequeño manual también te anticipamos algunos de
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estos pueriles argumentos y cómo debes contestar si te molesta alguno de estos comeflores: Marxista trasnochado: “Las prácticas son para adquirir la experiencia que les falta. Si no les pagas, al menos dedícales el tiempo suficiente para que aprendan; dedica unas horas al día a ‘evaluar’ sus progresos e incentivar las áreas que deben reforzar”. Respuesta: ¡Para perder todo ese tiempo, no los tienes en prácticas! Además, es bastante probable que tú no sepas hacer el trabajo que han hecho ellos, y eso nos metería en un jardín que no queremos pisar. Ponles a hacer artes finales o estudios de mercado; eso siempre queda bien y tiene poco peligro: los artes finales te los corrige tu imprenta de confianza y los estudios de mercado todo el mundo sabe que no valen para nada. Si fuesen útiles nunca se habría inventado la Cherry Coke. Otro alegato recurrente es el relacionado con el dinero: “Ofertar precios irrisorios porque no pagas a parte de la mano de obra no solo es amoral, sino que incide en precios a la baja, menor calidad del producto final y un mercado más empobrecido y desleal”. Respuesta: ¡Nooooooooo! Lo que yo le doy a esos chicos es formación ¡y no les está costando ni un duro! Por otro lado, compito con buenos precios en un mercado de precio libre. ¿Mercado empobrecido? ¿Empobrecido para quién? Con esto acabamos la primera lección. Podéis ir pensando cómo ponerla en práctica, pero no cantéis victoria aún. Os faltan importantes conocimientos que os facilitaremos en posteriores números, como la maravilla del crowdsourcing o los concursos de diseño. ¡Id pensando que yate queréis alquilar para vuestras próximas vacaciones! Liberalismo y salud para todos. ß