diseño sostenible

Page 1

Xenia 142:Pauta viasual 2 columnas

14/1/10

16:02

Página 6

Diseño sostenible y políticas de diseño Texto: Xènia Viladàs (http://xviladas.blogspot.com) Hace cosa de un mes tuvo lugar en Valencia Dishechos’09 (www.dishechos.net), unos encuentros sobre “diseño y reutilización creativa”. El evento lo organizaba un colectivo muy implicado en el ecodiseño, Flou-Flou (www.flouflou.es), y se celebró en la Cámara de Comercio de Valencia. Los demás participantes en la mesa eran Rafael Mossi, Jefe de Industria y Medio Ambiente de la Cámara, Patricia Boquera, del Departamento de Materiales y Medio Ambiente de Aidima (el Centro Tecnológico de la Madera y el Mueble de Valencia). Moderaba la sesión Manuel Lecuona, catedrático de Gestión del Diseño de la Universidad Politécnica de Valencia. Fue una sesión muy concurrida, con gente abarrotando la pequeña sala de la Cámara, y una discusión muy viva. La representante de Aidima comentó la transformación producida en las empresas. Si antes se consideraba la legislación medioambiental como una imposición que se cumplía a disgusto, ahora se percibe como una oportunidad y hay verdadero interés en lograr una producción lo más limpia posible. La cuestión es que a veces eso supone un sobrecoste y la demanda no siempre acepta pagar la diferencia. Por lo tanto, las empresas reclamarían una mayor sensibilización de cara al usuario para que sus esfuerzos se vean recompensados en el mercado: se habla mucho en la calle pero, a la hora de elegir, manda el bolsillo... A raíz de esto surgió el tema de la producción en países terceros y de la polémica sobre si deben o no cumplir las exigencias que se aplican en el resto del mundo. ¡Cuánta hipocresía y qué duros somos juzgando a los demás! Cuando nos quejamos del dumping, de las copias, de la legislación ambiental laxa y del contrabando, olvidamos algunas de las grandes palancas de crecimiento de la economía española en los años del desarrollo. Lo malo es que ahora lo hacen los chinos, que son más, ¡y que nos afecta a nosotros! Por supuesto que todas estas cuestiones tienen una deriva política, pero no parece que nuestro sistema de partidos sea capaz de ofrecer una respuesta contundente a los interrogantes que plantea la sostenibilidad. No hay más que ver cómo se retrataron todos los países en la cumbre de Copenhague, con gobiernos de todos los signos, y qué tibias las posi-

ciones dentro de nuestro país, con diferentes administraciones. Estoy de acuerdo con Lecuona cuando concluyó que existen iniciativas en la sociedad a favor de la sostenibilidad (el movimiento Slow, por ejemplo) pero que en el ámbito político y administrativo no se ofrecen soluciones. ¿Y qué tiene que ver esto con el diseño? Pues todo porque, una buena política de diseño, debe ir a favor del diseño sostenible la cual, en mi opinión, tiene que tener 3 patas: • Lo primero es la formación de los diseñadores y la investigación. Esto, por supuesto, lleva al tema de la enseñanza del diseño, pero no voy a insistir más sobre un tema del que he hablado mucho últimamente. • Una vez la profesión tiene una buena formación, se puede estimular el que las empresas incorporen servicios de diseño avanzado: diseño de servicios, de interacción, diseño para el usuario y ecodiseño. • Para que los esfuerzos de la empresa se vean recompensados, hay que llevar a cabo tareas de sensibilización acerca del público. Para mí, la labor de sensibilización más eficaz se hace a través de políticas de compra pública que incorporen criterios de diseño y, por supuesto, de ecodiseño. La profesora Gisèle Raulik-Murphy, especialista en políticas de diseño, insiste en que además es necesario que las medidas se combinen entre sí para reforzarse. Esto es, que la política de diseño esté vinculada por un lado con la I+D y, por el otro, con las medidas para internacionalizar la industria. De hecho, algunos países ya desarrollan estas políticas: • En el Reino Unido, donde tienen, no una política de diseño, sino una política de buen diseño (que por supuesto es sostenible, si no no es bueno) se dieron cuenta hace tiempo de que esto podría sacarles de la situación de estancamiento en la que se encontraban y, para ello, el diseño adquirió lugar relevante en la agenda política del país. • En Finlandia, donde la política de diseño se aplica de forma telescópica y multidisciplinar, desde la unidad empresarial hasta el conjunto del país, incluyendo todos los niveles administrativos, se fundó la Universidad Alvar Aalto, que reúne estudios de economía, arquitectura y diseño.

visual 6

China, por supuesto, da mucho que hablar en temas medioambientales pero, a la velocidad que van, seguro que lo resuelven antes que muchos países occidentales. Para empezar, han identificado que el diseño puede ser un motor de crecimiento del país, como lo fue en Corea, y están programando inversiones millonarias en áreas de educación, promoción e internacionalización de su diseño. Y ojo: detrás de la deslocalización de la producción sigue la del diseño, ¡ya se está empezando a notar! En otros lugares, y como decía Johan Valcke, director del centro de diseño de Flandes (www.designvlaanderen.be), parece como si el destinatario último de la política de diseño no fuera el ciudadano, ni siquiera la empresa, sino el político y, para ello, se hacen programas cuya fecha de caducidad es la de las elecciones. Pero este es otro asunto. El problema de la sostenibilidad, en general, y del diseño sostenible, en particular, tal y como se comentó en esa sesión de Valencia, viene de la contradicción del propio sistema: si queremos hacer las cosas bien, hemos de minimizar, reutilizar y reciclar, lo cual no es muy friendly de cara a los demás productores. Por ejemplo, si pongo en mi comedor unas sillas viejas de tasca madrileña encontradas en la calle, además de ser un poco snob, estoy siendo sostenible. Sin embargo, Santa & Cole (www.santacole.com), que ha contratado a La Granja (www.lagranja.it) para que haga las sillas Belloch, todo un ejemplo de sostenibilidad, no me lo agradece; Andreu World (www.andreuworld.com) ganador del Premio Nacional de Diseño a base de hacer miles de sillas junto a un gran elenco de diseñadores, tampoco. Por tanto, estoy perjudicando a mis clientes. ¿Qué hacer entonces? Será cosa de dejarlo en manos del mercado que, como me enseñaron en la Facultad, acabará encontrando el equilibrio. Pero como parece que el mercado está un poco terco últimamente (privatizando ganancias y socializando pérdidas, como recordaba Lecuona), esta idea no suena muy bien. Volvemos a lo del desarrollo versus crecimiento. Habrá que olvidar a A. Smith, estudiar a R. Sennett y seguir haciendo sesiones como la de Valencia, a ver si entre todos logramos avanzar. l


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.