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Naïve. Más genialidad que ingenuidad A finales del Siglo XIX el naïve rompió los esquemas de los críticos más ortodoxos por su desconcertante combinación de ingenuidad y falta de academicismo. Con el tiempo, dicho movimiento ha sido asimilado socialmente hasta el punto de empapar otras muchas disciplinas, por ejemplo, el diseño gráfico. Texto: Eduardo Bravo
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Desde el punto de vista artístico, el término naïve, naive, naif o naíf vendría a designar aquélla producción realizada por personas sin formación académica en el campo del arte. Siguiendo esta definición, el arte naïve mantendría una peculiar relación con elementos propios del arte ortodoxo o académico como la perspectiva, el color o las composiciones complejas, dando lugar a obras cuyas características principales serían el uso de una paleta de colores poco elaborada, una composición sencilla, figuras de aspecto
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tosco y un uso bastante discutible de la perspectiva clásica. A pesar de todos estos elementos, el estilo naïve, que en ocasiones también ha sido equiparado al arte folclórico o popular –aunque aquellos que así lo definen tienen más bien en mente el primitivismo–, lejos de ser rechazado por coleccionistas y museos ha logrado dejar una importante huella en la historia del arte occidental a través de figuras como Henri Rousseau el Aduanero, Alfred Wallis, John Cane, Cándido López o
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el murciano García Vivancos. Una repercusión a la que no ha sido ajena el diseño gráfico y que se ha hecho especialmente patente en los últimos años. Editado por la alemana Gestalten, Naïve. Modernism and folklore in contemporary graphic design es un ejemplo de ello. En sus casi doscientas páginas se suceden varios centenares de trabajos inspirados en el movimiento naïve en su expresión menos elaborada y más popular en la que tienen un protagonismo destacado las tex-
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turas, los colores planos, los motivos ornamentales, las rotulaciones con tipografías añejas y textos manuscritos. Un libro tan sorprendente desde el punto de vista gráfico que, a excepción de los nombres de los autores al pie de las obras y sus datos de contacto en las páginas finales, carece de cualquier tipo de texto introductorio o prólogo, dando a entender, con toda razón, que trabajos de semejante calidad, no requieren explicación alguna. l