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Biblia-Misal (Comprada en el Mercado de los Encants).
Notas sobre el canon del diseño ¿Qué tienen en común el Boletín Oficial del Estado, la portada de Sticky Fingers, el logo de Fedex o los títulos de crédito de la película Fahrenheit 451? Todos ellos son algunas de las referencias clave de cuatro destacados diseñadores gráficos de la ciudad condal. Cada uno de los invitados a la tertulia Top 10, organizada recientemente el Club de Creativos en el Disseny Hub Barcelona, tenía que seleccionar diez trabajos que marcaron o influenciaron su trayectoria profesional. Estos trabajos podían variar desde un logotipo o una identidad corporativa, hasta una tipografía o una portada de disco, un cartel o una revista. Como bonus track final, cada diseñador enseñaba un trabajo personal. A lo largo de dos horas, Mario Eskenazi, Albert Folch, Astrid Stavro y Mucho (Pablo Juncadella y Marc Català) explicaron, desde la mayor subjetividad, las razones de cada una de sus selecciones. Texto: Astrid Stavro La ocasión de escuchar a estos cuatro ponentes exponer sus referencias e influencias en un mismo acto es un lujo que no se presenta cada día. El formato de conferencia en la que un diseñador gráfico presenta sus trabajos es un ‘dèja vu’. Pero la oportunidad de ver cómo estos diseñadores desvelan sus referencias y rinden homenajes a sus maestros, explicando desde una perspectiva profesional el porqué de su criterio, convirtió a este evento en un verdadero caramelo. Conocer las influencias de otros diseñadores a los que admiramos produce, por resumirlo en dos palabras, mucho morbo. Cuando me propusieron formar parte de la tertulia acepté encantada. Compartir la cartelera con diseñadores a los que aprecio y admiro era no sólo un honor, sino una oportunidad única para intercambiar opiniones y
aprender. También me daba mucha curiosidad ver si coincidiríamos en algo, si las referencias serían antiguas o modernas, si serían más o menos obvias, si descubriría algo que no conozco... El resultado fue positivo en todos los sentidos. Lo que más me sorprendió, y en esto coincido con las opiniones a posteriori de algunos de los otros ponentes, no fueron tanto las selecciones en sí, sino el perfil particular de cada una de ellas. La selección final nos hizo sufrir a todos. ¿Qué dejar fuera y por qué? ¿Qué tiene éste , que éste otro no tiene? ¿Por qué ‘vale más’ éste que el otro? ¿Qué mensaje quiero comunicar? ¿Qué tono le voy a dar? Destilar la esencia de la historia del diseño gráfico y nuestras trayectorias profesionales en diez proyectos emblemáticos no fue nada fácil. Fue un ejercicio de reflexión personal que consistía en tra-
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zar el árbol genealógico de nuestra forma de pensar y trabajar. Estas cuatro listas deberían representar qué tipo de diseñadores somos o, por lo menos, de qué agua nos gusta beber.
Albert Folch “No soy nada mitómano” “Creo que el resultado final respondió perfectamente al perfil de cada uno de nosotros”, opina Albert. “Astrid me dejó perplejo por la cantidad de referencias increíbles que mostró, dando fe de su meticulosidad y perfeccionismo estético/conceptual de su trabajo. Mucho fueron mucho más académicos, no me sorprendieron sus referentes, pero sí demostraron el porqué de su buena ejecución en su trabajo. La presentación de Mario Eskenazi me resultó muy tierna, reflejando su dilatada expe-
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Los Top 10 de Albert Folch Folch Studio (www.albertfolch.com) 1. Biblia-Misal (Comprada en el Mercado de los Encants) 2. Fotografía: Anuschka Bommers & Niels Schumm 3. Publicación: Boletín Oficial del estado (B.O.E.) 4. Corporativo: MOOG (Josep Bagà) 5. Arte Contemporáneo: Ignacio Uriarte 6. Industrial: Rietveld House 7. Dirección de arte: Cornel Windlin, catálogos de Vitra 8. Editorial: The Sunday Times Magazine, (1968) 9. Ilustración: Martin Morck 10. CD: Stereolab, Emperor Tomato Ketchup Bonus Track: Libro del FAD
The Sunday Times Magazine”, (1968).
“Boletín Oficial del estado”, (B.O.E).
riencia en la profesión. Me sorprendió, más que por los referentes de antaño, por los de hoy día. Me parece que oír hablar de Daniel Eatock por alguien como él significa tener una gran dosis de sensibilidad por lo nuevo, por lo distinto, y eso le hace más grande”, concluye. Al no ceñirse exclusivamente a diseño gráfico, los Top 10 de Albert fueron los más amplios en su concepción. Sus referencias incluían fotografía, ilustración, arquitectura y arte. Lo que más me gustó fue su forma de mostrar los elementos en común que comparten todas las disciplinas creativas. Sobre las fotografías de Anuschka Bommers y Niels Schumm, por ejemplo, explicó que “el ejercicio que han hecho ellos podría partir del briefing de un diseñador gráfico que les encarga una campaña de comunicación. Para mí es la misma forma de pensar”.
“Lo que intenté en todo momento fue mostrar una selección mucho más subjetiva de mis inspiraciones, sacrificando referentes mucho más reconocibles por otros mucho más íntimos y personales”, explica, “lo realmente complicado fue encontrar la frontera entre lo íntimo y lo absurdo”. Los referentes que más me llamaron la atención fueron precisamente éstos, trabajos seleccionados no por su diseño sino, todo lo contrario, por su falta de diseño. Rescatar estas piezas me pareció un ejercicio sano y entrañablemente poético. Del Boletín Oficial del Estado, por ejemplo, comenta que “en su interior no hay ninguna intención pero ésa es precisamente la gracia, además cumple perfectamente su función”. Y sigue con la BibliaMisal que compró en el Mercado de los Encantes por un euro. “El que la diseñó no era
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un diseñador gráfico sino un tío que trabajaba en la imprenta y a mí eso me llama mucho la atención”. Algo parecido ocurre con el diseño del Sunday Times Magazine (1968) “Igual es precioso precisamente por las limitaciones técnicas. Al no tener ninguna herramienta digital y tener pocos recursos de composición tipográfica y fotográfica, al final las soluciones son muy simples y muy sinceras”. La dirección de arte de Cornel Windlin para los catálogos de Vitra encaja perfectamente con esta forma de pensar. En estos catálogos Windlin “enseña un producto caro, de lujo, en la más absoluta normalidad (...) No hace falta que tengas toda la casa de super lujo pero sí puedes tener alguna pieza, algún capricho. En este sentido yo creo que hace un favor muy importante (...) Los papeles suelen ser pobres, no son satinados o estucados brillantes, le saca
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El País de las Tentaciones.
“The Guardian”, (rediseño de David Hillman). Portada de “New Order”, Peter Saville.
mucho provecho a materiales muy rústicos y no caros”. Como bonus track, Albert enseñó el libro del FAD, uno de los trabajos emblemáticos de su estudio y merecedor de un Trofeo Laus en el 2008. Explica que fue “muy complicado darle una intención de diseño que tenga cierta coherencia con su contenido, porque contenido no tiene más allá de que es un álbum de cromos de todos los diseñadores del FAD (...) Cortar un libro es un pecado para un diseñador gráfico pero en este caso está muy justificado”.
Mucho “El diseño gráfico es un lenguaje” La selección de Mucho fue de las más obvias en sentido icónico, pero resultó muy intere-
sante entender cómo y por qué cada uno de estos iconos ha influenciado (y sigue influenciando) su trabajo. Quizá esta falta de intención conceptual en cuanto al tono de la selección hizo que esta presentación fuese de las más directas y transparentes. Pablo explicó que “muchas veces diferimos en cuanto a nuestra influencias pero sí que hay ciertas verdades absolutas. Este Top 10 son cosas que para nosotros son verdades absolutas”. Marc añade que “son referencias muy reales y muy presentes en el día a día, especialmente cuando atacamos proyectos”. Entre las “verdades absolutas” estaban el logo de Fedex, las portadas de George Lois para Esquire, MüllerBrockmann, y la portada de Peter Saville para New Order, entre otros. De éste último se declaran “fans absolutos”.
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Me llamó la atención un comentario que hizo Marc mientras explicaba otra de las selecciones, el rediseño de Penguin de Jan Tschichold de quien admiran su capacidad de reinventarse y cuestionarse constantemente: “Últimamente o desde hace algún tiempo, una de mis obsesiones es cómo desaprender las cosas que sé, porque de alguna manera me parece la única manera de aprender de nuevas, porque empiezo a tener manías y me preocupa tener manías, porque empiezo a hacer las cosas de la misma manera”. Quizá la selección más interesante y sorprendente fue la del japonés Kenya Hara. Incluir a un diseñador oriental refleja una considerable apertura de miras. Lo que les fascina es la cantidad de registros distintos que se encuentra en su trabajo, algo que Mucho intenta hacer en su propio trabajo
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Portada de “Esquire”, George Lois, (años 60).
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“BIG”, Vince Frost.
Müller-Brockmann.
Logotipo Fedex.
Los Top 10 de Pablo Juncadella, Marc Català Mucho (www.mucho.ws) 1. Logotipo Fedex 2. Penguin (Rediseño de Tschichold) 3. Müller-Brockmann 4. The Guardian (rediseño de David Hillman) 5. Portada de New Order, Peter Saville 6. Portadas de Esquire, George Lois, (años 60) 7. Kenya Hara 8. BIG, Vince Frost 9. El País de las Tentaciones 10. Colors, Tibor Kalman Bonus track: Biosca & Botey Kenya Hara.
para “no aburrirnos y no aburrir a los demás. “Es pluridisciplinar en el sentido más amplio de la palabra”, explica Pablo, “cada pieza es una poesía que en el mundo occidental no sé si entendemos”. Marc añade que “la cultura japonesa, con esta obsesión por la perfección, les lleva a un nivel de intención en los proyectos que para mí es superior”. Entre la selección de trabajos editoriales estaban, entre otros, Colors, El País de las Tentaciones, Big y The Guardian. Refiriéndose al rediseño de The Guardian, Pablo explica que “hay un antes y un después de este periódico, y es algo que no podía haber pasado sin la relación de confianza entre un editor y un director de arte, algo que en prensa se da muy poco”. Esto es justo lo contrario de lo que ha pasado con el mítico El País de las Tentaciones, un proyecto que ense-
ñan, explica Marc, como “una reivindicación, ya que estamos muy tristes con lo que ha pasado con esta publicación”. Sobre Colors, Marc explica que “si existe un lenguaje grafico, que sí que existe, Tibor Kalman dominaba a nivel fotográfico la secuencia de imágenes de una forma increíble. (...) Cuenta historias como lo pueden hacer una película o un libro”. El bonus track de Mucho es el gran trabajo que han hecho para Biosca & Botey a lo largo de tres años, una temporada que definen como “un matrimonio feliz”. Mostraron las distintas formas de reinterpretar gráficamente la iluminación a través de campañas globales de comunicación, escaparates y catálogos. “Picamos mucha piedra”, explica Pablo. Mientras se ganaban la confianza del cliente pudieron “ir exprimiendo la naranja” poco a poco, convirtiendo a la comunicación de
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Biosca & Botey en un verdadero referente a nivel nacional.
Mario Eskenazi “No me interesa el trabajo efímero” Como era de esperar, Mario puso los puntos sobre las íes, en todos los sentidos. Al contextualizar cada uno de los trabajos seleccionados en un tiempo, lugar, y momento específico en la trayectoria de cada diseñador, resultaba fácil entender la grandeza conceptual y formal de cada uno de los proyectos. El orden cronológico se basaba en “cómo yo los he ido recibiendo”. Empezó diciendo que “para mí fue difícil preparar este Top 10 porque llevo vividos los últimos 40 años de la historia del diseño gráfico, he pasado por todas las corrientes desde al año 60 hasta hoy.
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La Cantatrice Chauve, Robert Massin, (1954).
Sticky Fingers (The Rolling Stones), Andy Warhol, (1971).
Iconos MAC, Susan Kare, (1982).
Hacer el Top 10 que figuraría en los libros me pareció que ya existe. Cualquiera abre un libro de diseño y está Müller-Brockmann, Paul Rand...”. Explicó que un Top 10 debería incluir desde los jeroglíficos egipcios hasta la Biblia de Gutenberg pero “mi decisión fue poner trabajos que me hayan impresionado desde que yo empecé a trabajar hasta hoy. Me impresionaron por calidad, excelencia, fuerza y durabilidad (...) y a día de hoy son válidos”. El amplio abanico de Mario empezó en el año 1954 con la puesta en escena tipográfica de Massin para la Cantatrice Chauve de Ionesco. Nos lleva al año 1963, a la película From Russia with Love. De los títulos de crédito de Robert Bownjohn comenta que “una cosa que para mí es importante en todo trabajo es la economía de medios”. Pasamos a
The Beatles, Richard Hamilton, (1968).
1968, el apogeo del reinado de los Beatles. “Los Beatles tenían portadas soberbias, eran el grupo más conocido y Richard Hamilton dijo: a ustedes no les hace falta nada, y ése es el disco con la portada blanca”, comenta Mario. “Hasta el día de hoy me gustaría hacer algo así, blanco, la nada, o sea, diseño que no contamina, donde el diseño es la idea”. Pasamos a 1971, a la portada Sticky Fingers diseñada por Andy Warhol para los Rolling Stones “La cremallera de Mick Jagger era de verdad, se bajaba... pero para mí la maravilla es la idea, los Rolling Stones eran sexualidad y la figura sexual era Mick Jagger” y, a continuación, a 1982 y a la aparición de los primeros iconos de los ordenadores Mac: “Una de las cosas que me sorprendió cuando empecé a usar ordenadores fueron estos iconos (...). De pronto descubro que hay una señora que es dise-
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ñadora gráfica de píxeles y que con píxeles hace maravillas. (...) Se pueden hacer iconos que no sean obviedades sino ideas. La bomba no existía hasta ese momento, la basura nunca había sido así, hasta el día de hoy creo que son los mejores iconos”. Eskenazi también eligió la comunicación gráfica del restaurante Florent, Nueva York, 1986-1990. “Tibor Kalman es un diseñador, pero es un pensador del diseño. Su intención es, aparte de provocar, recuperar lo cotidiano. (...) Para mí todo eran poemas visuales”. Después pasamos de Scott King al emblemático póster de Sagmeister para su conferencia en Cranbrook en 1999 (“todas esas letras son un acto de amor al diseño”), la identidad de Big Brother, 2000-2007: “Daniel Eatock me parece una de las personas más inteligentes que hay en este momento en el
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Los Top 10 de Mario Eskenazi Mario Eskenazi (www.m-eskenazi.ws) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
La Cantatrice Chauve, Robert Massin, (1954) From Russia with Love, Robert Brownjohn, (1963) The Beatles, Richard Hamilton, (1968) Sticky Fingers (The Rolling Stones), Andy Warhol, (1971) Iconos MAC, Susan Kare, (1982) Florent, Tibor Kalman, (1986-1990) Joy Division (1998), The Rolling Stones (1998), Elvis Presley (2003), Scott King 8. Aiga, Cranbrook, Stefan Sagmeister, (1999) 9. Big Brother, Daniel Eatock, (2000-2007) 10. Frieze Art Fair, Graphic Thought Facility, (2003-2009) Bonus Track: BCNeta!
Florent, Tibor Kalman, (1986-1990).
Big Brother, Daniel Eatock, (2000-2007).
mundo del diseño”, es increíble “cómo a partir de un ojo hizo un sistema”. Por último, la identidad para el Frieze Art Fair diseñada por Graphic Thought Facility en el año 2000. “Para mí GTF son los diseñadores más importantes de los últimos 15 años. Aparte de ser soberbios en sus ejecuciones, en el conocimiento técnico, las ideas, las realizaciones... son inimitables. Cada trabajo que hacen es un mundo diferente y se sabe que es de ellos”. El bonus track de Mario es la emblemática identidad de BCNeta! Explica que “el diseño es fundamentalmente una idea, no me interesa que se note nada decorado, quiero que sea invisible... Siento que lo que tengo que hacer tiene que ser limpio, transparente, no invasor, que se note pero que no se vea o que se vea pero no se note y que se integre en el medio”. Un equilibrio que ha solucionado a la
Joy Division, Scott King, (1998).
Big Brother, Daniel Eatock, (2000-2007).
perfección tanto con este proyecto como con su sucesor, la nueva identidad de Barcelona pel Medi Ambient.
Astrid Stavro “Los mejores trabajos basan la forma en el contenido” Lo que me interesaba era no mostrar, como dijo Mario en su introducción, las obviedades que se encuentran en cualquier libro sobre la historia del diseño, para eso están los libros. Quizá la particularidad de mi selección es que decidí enfocarla alrededor de un sólo tema: libros (portadas, colecciones y libros completos, a excepción de los título de crédito ‘hablados’ de la película Fahrenheit 451). Contrastar un libro con un póster o un logotipo me pareció que sería como mezclar peras
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Aiga, Cranbrook, Stefan Sagmeister, (1999).
con olmos. Por otro lado, el formato libro se adecuaba perfectamente a lo que era la esencia de mi mensaje: los mejores trabajos basan la forma en el contenido. En algunos hay una fusión total entre forma y contenido y, en otros (quizá los más interesantes), el rol del diseñador va más allá que la forma, convirtiéndolo en autor o editor. Lo que tienen en común todos estos trabajos es que son soluciones sencillas e inteligentes a problemas más o menos complejos. Todos ellos comparten una misma forma de pensar. Son trabajos que me hubiese encantado hacer y que consulto más o menos regularmente en el día a día del estudio. Lo que he intentado, sobretodo, es cuestionar y ampliar la lista de lo que consideramos iconos del diseño. Hay libros técnicamente perfectos que son casi como libros
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Baghdad Calling, Armand Mevis & Linda van Deursen, (2008).
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The Dictionary of Visual Language, Philip Thompson & Peter Davenport, (1980).
Unforgettable Imges that Changed our Lives, Peter Davenport, (2003).
Point it, Dieter Graf, (1992). Penguin Education, Derek Birdsall, (1971-1972).
The Book of Common Worship, Derek Birdsall, (2000).
de Tschichold, y reflejan la importancia de los acabados y de los materiales adecuados en diseño editorial, como The Book of Common Worship diseñada por Derek Birdsall y John Morgan en el año 2000. La fusión tipográfica entre lo moderno y lo clásico en esta Biblia es ejemplar. Hay libros brillantes por su sencillez y perfección conceptual, como Point It, un diccionario visual con fotos de todo lo que un viajero pueda necesitar. Este libro encarna uno de los pilares del diseño gráfico: comunicación total y funcional que no tiene fronteras y que se entiende por igual por todos y en todo el mundo. Hay libros que consiguen una perfecta comunión entre forma y contenido, como Baghdad Calling, una crónica fotográfica de la guerra de Irak, impresa sobre papel prensa, que narra la historia a través de foto-
grafías sacadas con los teléfonos móviles de los refugiados iraquíes. Hay libros históricos que definen su momento tanto por su contenido como por su diseño. Es el caso de Ways of Seeing de John Berger, diseñado por Richard Hollis en 1972. Un libro que demuestra cómo los mejores, libros son el resultado del esfuerzo colectivo entre editor y diseñador, donde el rol del diseñador va mucho más allá que la simple forma del libro. Hay colecciones enteras, como Penguin Education diseñada por Derek Birdsall, que mantienen la personalidad e individualidad de cada título y al mismo tiempo tienen presencia y coherencia como colección. Hay libros enteros concebidos, editados y diseñados por diseñadores gráficos. The Dictionary of Visual Language ayuda a comprender las posibilidades del diseño gráfico e ilustra la
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gramática del diseño mediante ejemplos de trabajos de distintos diseñadores. Unforgettable Images that Changed our Lives hace una reflexión sociológica sobre las imágenes que forman parte de nuestra memoria visual colectiva. Es increíble cómo, con tan solo simples pies de página y sin una sola imagen, Peter Davenport nos recuerda el enorme impacto que tienen la fotografía, el arte, y el diseño gráfico. Mi bonus track fue un trabajo que no es ni nuestro favorito ni el más emblemático pero sí uno de los más recientes. En Junio la revista Creative Review nos pidió que diseñásemos la portada. El briefing era que teníamos que ilustrar los contenidos con tipografía. Decidimos grabarlos sobre chapas de plástico, con distintas tipografías para cada uno de los contenidos.
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The Work of Art in the Age of Mechanical Reproduction, David Pearson, (2008).
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Ways of Seeing, Richard Hollis, (1972).
Colección Arcoiris, Suhrkamp, Willy Fleckhaus, (1963). Los Top 10 de Astrid Stavro Estudio Astrid Stavro (www.astridstavro.com) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Fahrenheit 451, François Truffaut, (1966).
El diseño como continua evolución Una de las cosas a destacar a posteriori, aparte de los distintos enfoques de cada ponente, es la falta de repeticiones que hubo en las selecciones de estos cuatro diseñadores. El debate sobre el canon del diseño despierta opiniones acaloradas y dispares por parte de diseñadores gráficos de todo el mundo. Sobretodo porque en realidad no existe un canon del diseño como tal, sino un consentimiento común pero en ocasiones variable sobre los trabajos que son icónicos y los que no lo son. Un canon es una lista de trabajos individuales que, según los historiadores y profesionales del diseño, reflejan los conceptos clave, técnicas o cambios filosóficos de la profesión. Son iconos visuales no tanto por su
Fahrenheit 451, François Truffaut, (1966).
The Book of Common Worship, Derek Birdsall, (2000) Point it, Dieter Graf, (1992) Baghdad Calling, Armand Mevis & Linda van Deursen, (2008) Colección Arcoiris, Suhrkamp, Willy Fleckhaus, (1963) Ways of Seeing, Richard Hollis, (1972) Penguin Education, Derek Birdsall, (1971-1972) The Dictionary of Visual Language, Philip Thompson & Peter Davenport, (1980) 8. The Work of Art in the Age of Mechanical Reproduction, David Pearson, (2008) 9. Unforgettable Images that Changed our Lives, Peter Davenport, (2003) 10. Fahrenheit 451, François Truffaut, (1966) Bonus Track: Portada de Creative Review, (Junio 2009)
estética, sino por el espíritu con el que fueron creados. Trabajos influyentes que no envejecen y que cambiaron los valores de su tiempo. Pero definir lo que convierte a un trabajo particular en icónico es problemático. La cuestión radica que el canon puede crear la impresión (a alguien nuevo a la profesión) de que no hace falta profundizar más, que los mejores trabajos se conocen y que no vale la pena conocer el resto. Según Rick Poynor lo que resulta alarmante no es la cantidad de diseñadores canónicos que conocemos, sino la cantidad de grandes diseñadores que desconocemos. La pregunta del millón es cómo y con qué criterio/s, entre los miles de nuevos trabajos que los diseñadores gráficos creamos cada año, sólo un diminuto porcentaje pasa a ser considerado como trabajo realmente
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emblemático e influyente, trabajo que merece un lugar sobresaliente en la historia del diseño y eso sólo se entiende cuando se estudia el contexto en el que fueron creados. Por supuesto, tanto los diseñadores invitados a esta tertulia como los otros tienen su propia percepción de la realidad y visión subjetiva de lo que significa la comunicación. A lo largo de nuestras vidas profesionales estos principios se van gestando y definiendo. Es precisamente esta diferencia la que nos enriquece. La historia del diseño debería ser un debate constante y no una serie de reglas. Todos tenemos que encontrar nuestras verdades absolutas, pero lo importante es seguir descubriendo nuevas verdades absolutas y seguir cuestionando las que ya tenemos. Como dice Mario, “el diseño, y eso lo he vivido en carne propia, es una continua evolución”. l