Staf Magazine El sueño hecho realidad Que Madrid y Barcelona sean los centros de negocio del país no quiere decir necesariamente que también lo sean de la creatividad. Desde muchos otros lugares surgen iniciativas y propuestas igual o más interesantes que las de estas ciudades. Ejemplo de ello es Staf magazine, una publicación hecha en Málaga que cumple diez años gracias a su calidad, innovación y constancia. Texto: Eduardo Bravo
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A Juan José Moya le hubiera gustado tener un grupo de rock y ser telonero de Pearl Jam durante la gira de su disco “Ten”, pero como Juan vive en Málaga, más concretamente en el barrio del Perchel, uno de los más machacados del sur de Europa, y no en California, USA, un domingo de hace más o menos doce años, decidió colarse en un instituto de FP y copiar en papel reciclado los cien ejemplares de un fanzine en el que hablaba de los gustos y aficiones de él y sus amigos: temas como el skateboard, el graffiti, el surf, la música y, por supuesto, Pearl Jam. Diez años después, ese primigenio fanzine se ha convertido en una de las revistas de cultura popular más interesantes del país, tanto por contenidos como por su
magnífico acabado y, además, por ser gratuita. Un logro que, como reconoce el propio Juan, no ha sido sencillo pero que le ha permitido hacer realidad sus sueños y vivir de lo que realmente le gusta. “En Andalucía, las revistas gratuitas no reciben subvenciones, las de pago sí. Trabajé un año en los almacenes de Cortefiel... ¡Dios, que calor descargando los trailer Breda en agosto! Con ese dinero me compre un ordenador. Jamás pedí un crédito al banco, ni monté la revista como se ‘montan’ las empresas ‘convencionales’. Ahora ya somos una SL ¡y mis asesores lo flipan con nosotros cada vez que nos reunimos! Jamás estudiamos diseño grafico, o publicidad, empresariales, periodismo… ni siquiera tenemos el COU hecho”.
Son tiempos revueltos para el sector de los medios y la información. Internet, decenas de canales de televisión, cientos de publicaciones en los quioscos... A pesar de que la oferta cada día es más abundante, la calidad no ha aumentado en la misma proporción, los gustos de los clientes se han atomizado en exceso y el negocio está sujeto a unas duras exigencias por parte de muchos de sus elementos, como los grandes grupos empresariales, los distribuidores y los puntos de venta. “En un determinado momento decidimos ser una publicación de pago, con Cd –explica Juan–. Estábamos en todos los aeropuertos, gasolineras de España… ¡y fue una mierda! Si no eres la revista de tendencias mas molona del mercado, y si no eres
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de Madrid o Barna, la distribuidora pasa de ti. Las revistas de pago están bien si lo que te mola es hacer caja y pensar que tu revista es una empresa pero nosotros no tenemos esa mentalidad. Al final decidimos elevar al máximo exponente nuestra idea de ‘independencia’ y ‘hazlo tú mismo’ y ahora lo hacemos todo nosotros. Ganamos menos dinero pero tenemos menos dolores de cabeza”. Dado el carácter gratuito de Staf, la independencia económica de la que disfruta depende en su totalidad de los anunciantes. Por eso es imprescindible transmitir confianza al cliente, algo complicado para cualquier publicación pero que, a la vista del resultado, Staf ha sabido hacer realmente bien. “El secreto es estar cada día al pie del cañón y, por supuesto, hacer un producto de
mucha calidad, innovador, que llegue a la gente. Pero esto no es sólo para ganarte la confianza de los anunciantes, sino la de todo el mundo: de los que entrevistas, de los artistas con los que colaboras... Simplemente tienes que serte fiel, pero eso forma parte de la vida misma, no de hacer una revista. En todo caso, los anunciantes están muy contentos, entre otras cosas porque, ¡qué coño!, tenemos unas tarifas de publicidad que son de risa. ¡Para todo el curro que hacemos tendríamos que tener unos precios el triple de caros!”. En consecuencia, la libertad económica se traduce en libertad creativa, una absoluta capacidad de decisión a la hora de determinar qué temas se incluyen o no en cada número que incluso se extiende a la posibilidad de organizar otras actividades y eventos
relacionados con la temática de Staf, como exposiciones, edición de libros, eventos, camisetas o conciertos a través de la productora “staf thenew.popculture”. “Decidir los temas que se incluyen en cada numero de la revista se parece mucho al lienzo del pintor o a cuando un músico se mete en un estudio a trabajar en un disco. Veo lo que está de actualidad, con quién sueño en entrevistar y aun no lo he hecho, quién se merece nuestro apoyo...”. Así, haciendo números de Staf como si de pintores o músicos se tratase, Juan y ahora también sus compañeros Manolo y Curro han conseguido aguantar toda una década. Tras un breve periodo de descanso, reflexión y disfrute contemplando los logros conseguidos, los cuales se materializarán en una
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muestra retrospectiva, que comenzó en Málaga, irá a San Sebastián para después viajar a Lisboa, en la que se mostrará la historia de la revista y se expondrá su colección de arte urbano. Después de eso, Juan y sus compañeros ya tienen pensados planes para los próximos diez años como “inaugurar nuestra primera oficina, mejorar nuestra forma de trabajo interno, traducir la revista a inglés para moverla por todo el mundo, especialmente USA, países de Europa y Sudamérica, cambiar la web completamente, y hasta tener una galería propia en un futuro para disponer de un buen centro de operaciones para expos, conciertos, presentaciones...”. Algo que muchos considerarían un sueño imposible de no ser porque hace ya una década que se ha hecho realidad. l