Rm39

Page 1

39

N IO

O DEL CO ISM L

E

O SAN

GABRIEL

monta単a

GI

El hombre y la

RUPO ASCE GR NS

agosto de 2014

1944




EDITORIAL

Seguimos caminando

E

ditar la Revista Montaña se parece cada vez más a subir a la montaña. Quizás por esa razón en este número hablamos mucho de un sentimiento que puede ser la fuente de energía que nos motive a seguir cultivando en nosotros la pasión por la montaña, el contacto con la naturaleza; en suma, lo que hacemos. Estamos poniendo mucho sentimiento en los artículos, en la fotografía; quisiéramos que nuestra publicación ayude a fomentar el aprendizaje de lo que no resulta obvio cuando practicamos montañismo. Cultivar un sentimiento no siempre es fácil, y conviene compartirlo con otros. Como todo en la vida, si lo que hacemos fuese fácil, no sería tan cautivador ni interesante. La edición de la Revista Montaña avanza cuesta arriba, con todas las dificultades de una empresa que se basa en gente que hace aportes, y con la característica de que se requieren actividades significativas para compartir con la audiencia. Esto, como en la montaña, no depende de nosotros solamente, eso sería como esperar que haya buen clima para subir a la montaña, que la naturaleza nos preste su ayuda para alcanzar la cima. Pero seguimos caminando y encontrando conexiones, temas que son de relevancia para nuestra audiencia. Seguimos buscando la ruta para mantener a la Revista Montaña como el medio de comunicación sobre montañismo y aventura más importante, y de esa forma ayudar a la comunidad.

En este número la temática es El hombre y la montaña. Un tema bastante complicado y que en lugar de agotarse en una conversación, se abre continuamente a nuevas perspectivas. Invitamos a los lectores a disfrutar de la lectura de los artículos que hemos puesto en conjunto y que, pensamos, permiten una aproximación a nuestro asunto. Sabemos, por experiencias personales, que hay matices en la actividad de la montaña y que encontrar las verdaderas razones para ser montañero o aventurero de la naturaleza hacen parte de la misma. La elaboración de esta edición ha resultado muy valiosa para nuestro equipo. Hemos tenido la oportunidad de sentarnos a conversar con Marco Cruz. Hemos retomado las ideas de Hernán Rodríguez Castelo, y hemos puesto nuestro propio punto de vista para definir el impacto que tiene la montaña en el hombre. De esta forma brindamos a nuestros lectores otro número, un número con nuevas características, muchas novedades en diferentes aspectos, incluido el rediseño de la portada. Agradecemos a los auspiciantes y colaboradores que tan generosamente han compartido con nosotros esos pedacitos de su propia experiencia y de su vida, para que podamos, ojalá, ver las cosas con más claridad. Que esos pensamientos y esas definiciones que presentamos nos sean de ayuda cuando vayamos la próxima vez a la montaña, que estén con nosotros en nuestras próximas aventuras y faciliten nuestro caminar. Que el viento sea menos duro, el caminar menos agitado, y que la tenacidad se vuelva una herramienta de la que podamos disfrutar, y que la podamos usar cotidianamente con sencillez. Milton Moreno Salas



contenido EDITORIAL

4

SEGUIMOS CAMINANDO Milton Moreno Salas

COMENTARIO

8

DESDE EL VIVAC Marcos Serrano Dueñas

NOTICIAS

10 NUEVOS CURSOS DE LA ESGUIM 10 UN ECUATORIANO ROMPE RÉCORD MUNDIAL DE SPEEDCLIMBING EN EL KILIMANJARO 11 ECUATORIANOS ASCIENDEN LA GRAN TORRE DEL TRANGO ESPECIAL

12

EL HOMBRE Y LA MONTAÑA

14 24

El montañismo como forma de vida Hernán Rodríguez Castelo Ser montañero Marcos Serrano Dueñas

PERSONAJE

O DEL CO ISM LE

GR

GABRIEL SAN

RUPO ASCE

N IO

EL SENTIMIENTO QUE GUARDA LA MONTAÑA Milton Moreno Salas entrevista al legendario montañero Marco Cruz

O GI

NS

28

Foto de Milton Moreno Salas.

19 4 4

GRUPO ASCENSIONISMO COLEGIO SAN GABRIEL


CRÓNICA

36

CAYESH. EL LLAMADO.THE CALLING. Andrés Herrera

GALERÍA FOTOGRÁFICA

46 EXPOSITORA SOFÍA LÓPEZ

Foto de PORTADA Milton Moreno Salas Número 39 agosto de 2014 Producción

TÉCNICA

54

RAID RESCUE. RESCATE VERTICAL. 4a EDICIÓN Roberto Narváez Collaguazo

ESCALADA

58

EL GRINGO DEL TANGÁN Milton Moreno Salas

Taller de Comunicación Audiovisual

Dirección y edición Milton Moreno Salas Consejo editorial Oswaldo Freire Joshua Jarrín Milton Moreno Salas Sara Palacios Marcos Serrano Dueñas Edición gráfica Fabrizio Moreno Salas

EQUIPO

62 CRAMPONES Marcos Serrano Dueñas CULTURA

64 70

LOS LLANGANATI, INHÓSPITO PARAJE PARA EXPLORADORES Jorge Juan Anhalzer NUEVAS PISTAS SOBRE LA MUERTE DE PÁJAROS EN OZOGOCHE Margaret Stern

NUESTRAS MONTAÑAS

72

CUSIN, PÁRAMO DE FÁCIL ESCALADA 4.012 msnm Marco Suárez Carrera

CARTELERA DEL CLUB

74

DOS SEMANAS DE EXPEDICIÓN AL PERÚ Fátima Serrano

CARRERA

76 80

AVENTURA, UN PROYECTO DE VIDA Proyecto Aventura MI DESAFÍO ANDES6000, 42 K Bernardo Sevilla

PEDALEANDO

84

RUTA MOJANDA Ruta Cero Adventure Travel

Diseño y diagramación Laly Moreno Salas Corrección de estilo Marcia Cevallos Distribución y ventas VivaImagen Impresión EDIECUATORIAL 15100 Articulistas Jorge Juan Alhalzer Marcia Cevallos Andrés Herrera Milton Moreno Salas Roberto Narváez Collaguazo Sara Palacios Hernán Rodríguez Castelo Marco Suárez Carrera Fátima Sererano Marcos Serrano Dueñas Margaret Stern Proyecto Aventura Ruta Cero Adventure Travel Bernardo Sevilla Fotografía Jorge Juan Alhalzer Fernando Benalcázar Gabriel Cadenas Roberto Gutiérrez Sofía López Milton Moreno Salas Andrés Pallares Fátima Serrano Tito Villacís Proyecto Aventura Ruta Cero Adventure Travel Los textos pueden ser reproducidos, de manera total o parcial, siempre que se cite la fuente. Se prohibe la reproducción de las fotografías sin la autorización del editor. Las opiniones son responsabilidad de los autores de los textos y no comprometen a MONTAÑA.

Revista MONTAÑA Veracruz N34-38 y Av. América Quito - Ecuador Teléfonos: 2246537 / 0987458340 montana@vivaimagen.org publicidad@vivaimagen.org


COMENTARIO

Marcos Serrano en el Chimborazo. Foto de Tito Villacís.

Desde el vivac

Marcos Serrano Dueñas

H

asta el cierre de esta edición de Revista Montaña, la situación de los tres principales refugios de montaña en el país continúa siendo lamentable. Los refugios del Chimborazo están abandonados desde hace tres meses, el del Cotopaxi sigue en obras, y el del Cayambe, aunque supuestamente terminó su remodelación, aún no está abierto para los montañeros. Llegaron las autoridades con arbitrariedad, prepotencia y necedad. Emprendieron la expropiación, y comenzaron los arreglos o remodelaciones. Personas sin ninguna idea de lo que significa construir en la altura han fallado del medio a la mitad en todo: en la planificación y en la ejecución. Sin entrar en mayores detalles, por ejemplo en el Cotopaxi, nadie puede entender que hayan subido bloques y adoquines de piedra, dejando de lado el material abundante de la zona. Ahora se levanta una enorme estructura, más propia de un paradero que de un refugio de montaña. No hay estudios del impacto ambiental, peor de mitigación o remediación. Sí, llegaron necios, arbitrarios y prepotentes. Las consecuencias las hemos sufrido los montañeros y las agencias de turismo; ellos seguirán en sus puestos, cobrando los sueldos que pagamos con nuestros impuestos todos los ecuatorianos. Sí, llegaron ellos sin ninguna idea de la montaña.

8

MONTAÑA agosto 2014


SIROCCO

Photo Š Kalice

165 gramos, el apeso pluma que At 165 grams, featherweight encaja los golpes that can take the hits.

Distribuido en Ecuador por: DOTALTURAS Equipos e Implementos www.petzl.com.ec

www.petzl.com/SIROCCO www.petzl.com/SIROCCO


NOTICIAS

Nuevos cursos de la ESGUIM

L

a Escuela de Guías de la Aseguim (Esguim) llevó a cabo en marzo, abril y mayo, los cursos de Aspirante a Guía y Guía de Montaña, luego de los cuales la asociación cuenta con 20 nuevos aspirantes que continuarán su proceso de formación. De la misma manera, la escuela graduó a un nuevo guía de montaña. La Escuela de guías de la Aseguim abre una nueva carrera: Guía de Roca, orientada a quienes deseen formarse profesionalmente en escalada en roca, tanto en outdoors como en gimnasios. Quienes aprueben esta carrera recibirán una certificación de Guía de Roca, que los capacitará para llevar a turistas a escalar, dar clases de escalada a principiantes y trabajar como aseguradores. Para más información sobre requisitos y fechas, los interesados se pueden comunicar a la siguiente dirección: aseguim.escuela@gmail.com. La directiva de la Aseguim continua trabajando, en conjunto con los ministerios de Turismo, Ambiente y Deporte, en el proceso de estandarizar y profesionalizar el oficio de guianza de montaña en el país.

Un ecuatoriano rompe récord mundial de speedclimbing en el Kilimanjaro

K

arl Egloff rompió el récord mundial de speedclimbing en el Kilimanjaro, con un tiempo de seis horas y 42 minutos. La marca anterior fue impuesta por Kilian Jornet, en 2010, con un tiempo de siete horas y 14 minutos. Karl ascendió hasta los 5.895 msnm recorriendo más de 40 kilómetros, el pasado 13 de agosto, logrando así un récord que será otorgado por la Unesco, y que se registrará como la mejor marca en toda la historia.

Karl, cuya hazaña contó con el auspicio de Explorer, comentó a través de sus redes sociales: “No encuentro palabras para describir lo que siento. Hoy es un día lleno de suerte... Sufrí, me acalambré varias veces, me caí, pero di todo, y corrí con alma de guerrero por todos ustedes. Vencerle a Kilian de subida, de bajada y en el récord absoluto, que ha sido oficializado hoy, no tiene palabras. Esto va por ti Ecuador, pues todos tenemos derecho de soñar con algo grande”.

10 MONTAÑA agosto 2014


Ecuatorianos ascienden las Torres del Trango

L

os ecuatorianos Felipe Guarderas y Roberto Morales sumaron las emblemáticas Torres del Trango, de Pakistán, a su proyecto de coronar las 14 paredes verticales más exigentes del mundo, abriendo una nueva ruta. El ascenso, que los coloca como los primeros suramericanos en lograrlo, requirió de una escalada técnica y de altura, a lo largo de 2.000 m de pared vertical. Los escaladores han realizado varias expediciones en conjunto durante los últimos años, en diferentes regiones del globo. Por el momento han alcanzado las cimas de El Capitán, La Esfinge y el Fitz Roy, empresa a la que ahora se suman las Torres del Trango.


ESPECIAL

Foto de Milton Moreno Salas.


El hombre y la


El montañisno E como forma de *

vida

Hernán Rodríguez Castelo

Pocas veces se nos presenta la oportunidad de publicar en Revista Montaña un artículo de tanta relevancia como el que escribiera nuestro amigo Hernán Rodríguez Castelo, a propósito de los 40 años de la fundación del Ascensionismo del Colegio San Gabriel. Con su reedición, tres décadas después, nuestra intención es aportar a la reflexión sobre el impacto que el ejercicio de subir las montañas tiene en sus practicantes, y argumentar que las definiciones centrales permanecen, a pesar de la desglaciación, del avance de la tecnología y de nuevas formas de ver las montañas. Milton Moreno Salas

14 MONTAÑA agosto 2014

s casi un lugar común decir del ajedrez que es demasiado juego para ser ciencia y demasiada ciencia para ser juego. Y quienes encarecen los términos de la paradoja, acaso no han pensado en todo lo serio que es el juego dentro de la vida del hombre, auténtico “homo ludens”. Pero ello no nos toca, porque lo nuestro no es ni juego ni ciencia, aunque, por ser algo más que juego y ciencia, integre en su ser también juego y ciencia. En lo nuestro, que es la relación libre y jubilosa de unos seres humanos con la montaña, es otra la antinomia: diríamos que hay demasiado de forma de vida para poder hablar de deporte; pero hay, también, demasiado de deporte como para hablar de forma de vida. El ascensionismo es deporte. Deporte es reto lúdico para un esfuerzo físico extraordinario y ejemplar. A lo uno y lo otro, es decir, a lo extraordinario del esfuerzo y a su ejemplaridad contribuye la emulación. Frente a su andarivel, esperando el disparo que los lanzará como flechas hacia la meta de los cien metros, esos atletas saben que el hombre luchó casi veinte años para bajar la marca que impuso Jesse Owens en las Olimpiadas de 1936 –esos 10 segundos dos décimas que parecieron entonces casi increíbles–, pero la bajó. Y que ante ellos está la posibilidad de llevar ese límite del poder humano una décima de segundo más allá. Saben que el mundo entero está atento a esos segundos que van a precipitarse tan veloces como ellos mismos, pero más implacables. Y saben también, cada uno, con obscura ilusión que si lograsen bajar en una décima, en una sola, la actual marca, el mundo entero saltaría de sorpresa y júbilo. Y con todo ellos, bulléndose en inteligencia y emoción, en consciente y subconsciente, se disparan hacia la meta. Eso es deporte. También el montañismo registra crónicas de esas hazañas que han ido marcando el triunfo del hombre sobre sucesivos retos a su poder físico y moral. 1786: Balmat corona el MontBlanc; 1865: Whymper conquista el Cervino; 1883: Graham domina los 7.416 metros del Kabru en el Himalaya; 1879: Whymper conquista el Chimborazo… Y no solo cuenta el llegar a una cumbre aún no dominada. En 1858 Barrington conquistó la cumbre del Eiger, el agudísimo pico de los Alpes Berneses. Pero entonces se buscó treparlo por su cara más difícil, la peligrosísima cara norte. Y en 1938 se logró la hazaña. Entonces se logró dominar aquella gigantesca pared, casi lisa, en invierno, con no más de dos horas de un sol frío por día…

Javier Salas , escalando. Cristina Matheus, asegurando junto a Johannes Biederbick.


Hay en el montañismo deporte, no cabe duda. El muchacho que, brillantes los ojos, señala la cumbre del Chimborazo al amigo y le dice: “Sí, lo coroné”, está haciendo una proclama deportiva. Ufanías así configuran el ámbito del deporte. Pero en el montañismo hay más. Hasta en esa misma empresa de trepar el Eiger por la pared norte en pleno invierno –que es el caso del montañismo más cercano al puro deporte que se pueda imaginar– hay más que el tratar de romper un “récord” movidos por emulación: hay allí todo un largo y sostenido ejerci-

cio de vida en común, toda una suma de vivencias que nunca llegarán a los fastos deportivos, porque no pertenecen a ese mundo. Esos dos hombres encordados sobre el vacío, confiando en cada paso el uno al otro la vida, y acaso sin pensar más que en que competían, han vivido un increíble tramo de existencia; uno de esos momentos de existencia humana donde el riesgo, la exaltación suprema, la constante inminencia de la muerte y el contacto con una naturaleza poderosa y grandiosa, desvelan extraordinarias dimensiones del ser humano.

Esto y más, mucho más, no lo puede entender el deporte. Nunca el montañismo podrá ser entendido desde los miradores, a veces tan superficiales y frívolos, del deporte. Por otro lado vamos a irnos esta noche buscando celebrar estos cuarenta años del Ascensionismo con la inteligencia más honda de por qué estos cuarenta años nos han enriquecido tanto y han significado para todos nosotros tantos de los más limpios y vibrantes tramos de nuestro itinerario terrestre. ***

agosto 2014 MONTAÑA 15


Dicen que el hábito no hace al monje. Pero sí lo hace, ¡claro que lo hace!, cuando el monje sabe por qué lleva el hábito y para qué lo lleva. Y, al revés, las gentes por la vestimenta rastrean ya la naturaleza o magnitud de ciertas empresas humanas. Para dar brillo a sus a veces tan turbias empresas los soldados han amado vestirse de colores vivos, adornar con plumas sus morriones y sus hombros con charreteras de flecos dorados. ¡Qué atuendo el de nosotros los montañistas cuando nos ponemos de camino para nuestras empresas de altura, las de las nieves eternas! Cuenta Gabriela Mistral que de chiquilla veía pasar expediciones de montañistas camino del Aconcagua por el valle del Elqui. Lo cuenta así: “Nuestras aldeas les ven pasar con las anteojeras obscuras caladas, los jerseys ceñidos, para que el viento no juegue con el cuerpo, con los

16 MONTAÑA agosto 2014

gorros de nuqueras espesas y las botas no menos herradas que la mula, para que aseguren contra la traición de la gran fluida. Sus caras son lo rojas y duras que hace la Madre formidable a sol y a viento; las piernas sueltas son las mismas de los pioneros de selva, de agua grande o de cumbres. Y los gritos de todas las lenguas, halalíes, ayes, helás y juramentos que se mandan las partidas dan, a nuestros arrieros que las oyen desde el valle, la capacidad de pecho y resuello de los nuevos conquistadores. Los equipos van seguidos por una tropilla de mulos, o por un mamotreto ligero que carga las provisiones de semana o de meses. “Miré estas partidas de exploradores sintiendo un espanto mezclado de sorna, en mi valle de Elqui, y después en el de Aconcagua; les vi pasar como esperpentos o buzos metidos en escafandras caricaturescas…”.


Como esperpento o buzo caricaturesco… así me vi un día cuando entré en la catedral de Ambato y comencé a pisotear las grandes baldosas con unos enormes zapatones herrados, y las gentes se volvía a ver a ese bárbaro con el rompevientos enorme, todo él enlodado y con unas gafas obscuras colgándole del cuello. Menos mal que recordaron que había unos japoneses perdidos en el Chimborazo y había otros tipos no menos raros que ellos buscándolos. Hay también otras actividades humanas que han consagrado atuendos peculiares; pero a menudo ¡qué artificiosos son! Tienden a la disciplina convencional del uniforme y multiplican, junto a rasgos útiles, los que no son sino rezagos de épocas que amaron más que la nuestra el adorno y la singularidad. El montañismo, no. Aquí todo es simple y práctico. El vestido se ordena hasta en el último detalle a un gran fin: a hacer posible al ser humano su supervivencia en lo más difícil de la naturaleza. Los pies, que estarán por largas horas, por días acaso, caminando por nieve, hielo, agua y roca han de calzarse con gruesos zapatos impermeables, y han de protegerse con calcetines de lana, cuanto más calientes, mejor; las manos, que deberán soportar inclemente intemperie sosteniendo cargas, llevando la piqueta, asiéndose de rocas, se protegen del frío con guantes de lana y de la lluvia con recios mitones de lona. La cabeza, que no está hecha para tales fríos y vientos, requiere un buen gorro de lana, que se alargue hasta los frágiles pabellones de las orejas. Y a los ojos hay que defenderlos del traicionero brillo de la nieve con gafas obscuras. Y el tórax, que aloja esas frágiles maravillas de los pulmones y el corazón, pide también que se refuercen sus naturales defensas contra un frío que puede llegar a ser paralizante. Con todo ello el hombre recupera la protección natural que tuvieron sus antepasados en la hora de las glaciaciones y tienen ahora los hombres que habitan en los polos. Nada supérfluo. Todo vital. Tan vital como la vida misma. ***

agosto 2014 MONTAÑA 17


18 MONTAÑA agosto 2014


Eso es lo que nos dice del montañismo el vestido. Y nos sugiere ya que este ámbito de lo humano desborda largamente el puro deporte y se abre a una novedad de vida. Ahora bien, ¿cuál sería esa novedad de vida? Algo nos va a decir la casa. Porque el montañista, a más de ese atuendo peculiar, tiene su casa. O mejor, no tiene casa. Deja su casa, con todo lo que ella le da de instalación segura y cómoda, para confiarse al precario refugio de una carpa que se plantará Dios sabe dónde y cómo, apenas para ampararse de los terrores de la noche y sobrellevar sus rigores. Hay dos maneras de perder la seguridad que le ofrece al hombre la casa. La una es violenta: el destierro, la expulsión, el desalojo. Esta manera produce en el ser humano la vivencia del desarraigo y llega a enfrentarlo con el absurdo de una condición humana que han tenido por siglos, por milenios, a la satisfacción de esa necesidad básica de un lugar seguro en el mundo y, cuando piensa que la ha satisfecho, se encuentra, otra vez, a la intemperie y en el vacío. El desarraigo y lo que Charles Moeller ha llamado el “complejo de la madriguera”, característico del pueblo judío, tantas y tantas veces echado de sus casas, está a la raíz de la visión de un mundo absurdo y casi desesperado que dan “El Castillo” y “El proceso” de Kafka. La otra manera de dejar la casa pertenece a la decisión del ser humano. Y, por ello, aunque recia, heroica a veces, no violenta sus aspiraciones. Tiene un aire libérrimo, y, en el fondo, más que una simple pérdida, es un trueque: la seguridad conocida por la promesa de nuevas satisfacciones, nuevos espacios, nuevas maneras de vivir. Dentro de esta segunda manera de salir de la casa está el montañismo –y, claro, no sólo el montañismo, sino el excursionismo más arriesgado y los viajes de descubrimiento o exploración–. En el montañismo se trueca la seguridad y comodidad de la casa por paisaje abierto, aire libre y ásperas revelaciones de una naturaleza grandiosa y tremenda.

agosto 2014 MONTAÑA 19


Pero no solo su casa es lo que deja el montañista que se va, con su elemental casa a cuestas, en busca de las cumbres. Deja la casa común de los hombres, que son las ciudades. Deja ese mundo donde todo lo protege; donde todo tiene su explicación racional –hasta las más lamentables lacras sociales– y parece que a todo se le puede dar remedio –incluido el aburrimiento y vaciedad de espíritu–. Siempre que el hombre ha dejado la ciudad lo ha hecho, o para sumirse en el vaivén de la aventura, o para sondear la fascinante obscuridad de lo primitivo, o para buscar las altas iluminaciones y exaltantes vivencias que solo se dan en el silencio y la soledad. Este último es el caso del montañista. Hay en sus empresas un componente de acción –todo lo que el montañismo entraña de lucha, hazaña y riesgo; pero se reduce a momentos–. A horas extremas que rematan largos días de vida, aunque menos vibrante, no menos intensa y rica. Y esos largos días, en cuánto experiencia de vida, tienen aún mayor plenitud. Están iluminados por un sol que hace todas las cosas nuevas. El más pequeño trozo de pan, vuelto alimento imprescindible y precioso, recupera una dignidad y nobleza que en la ciudad filistea hace mucho que perdió; la sed extrema sabe apreciar cuán precioso es el hallazgo del pequeño arroyuelo de montaña. El pan, el agua, un trozo de carne, el fuego, una olla, un momento de descanso, una sombra… Todo en esos días de largos silencios y extensas soledades parece adquirir un sentido casi religioso. La noche vuelve a ser sobrecogedora, la compañía humana reconfortante y la salida del sol alegre y luminosa como una resurrección. Dice Mircea Eliade, el gran estudioso de la historia de las religiones, que “el espacio contiene partes que son cualitativamente diferentes de las otras”. Eso los montañistas lo sabemos por experiencia. Casi diríamos que sentimos el momento en que pasamos de un espacio vulgar y prosaico al iluminado y tenso de la montaña. Y ello acontece tras haber traspuesto los primeros inmensos atrios de silenciosa soledad.

20 MONTAÑA agosto 2014


Yo lo sentí en Asís, cuando de una ciudad atestada de un turismo rutinario, bullicioso y vacío, hui al monte Subasio, donde por horas y horas no me topé con gente alguna. En el Subasio, que tantas veces lo recorrió a solas con sus amadas criaturas, su señor sol y las aves del campo, hallé el espíritu de Francisco. Y otra vez, en Alemania, después de tres semanas de tráfago intenso –coloquios, entrevistas, visitas a museos, conciertos, comidas y comidas, y un ir de un lado para otro en aviones y buses–, el guía me anunció que teníamos una tarde sin programa y me preguntó qué quería hacer. ¿Entre qué podía elegir? Pues ir en un barco por el Rin, ir a tomar unas cervezas en algún lugar muy típico (con esos buenos alemanes siempre cantando), subir a una montaña… Esto, dije sin vacilar. Y a la montaña fuimos. Allí, al borde de Selva Negra. Parte en autobús, parte en un trenecito de cre-

mallera y la última a pie. El aire transparente de la larga tarde de verano comenzó a exaltarme. Empecé a caminar rápido para dejar atrás al guía y llegar solo a la cumbre que parecía cercana. Y al llegar… aquello parecía el parque de El Ejido en feriado: sólo faltaban los vendedores de helados. Los helados no. Había allí montones de gentes que comían y se divertían. Y, para subir al último promontorio rocoso, hacían cola. ¡Claro, quién se iba a ir de allí sin su foto de recuerdo! Ese espacio había dejado de ser sacro. Allí no se le revelaba a uno nada. Aquello no era más montaña que una montaña rusa. La montaña ha de ser silenciosa y solitaria, con silencio y soledad defendidos por escarpados farallones y gigantescos glaciares, por penosos arenales y ásperos contrafuertes rocosos. ***

El primero y más hondo hallazgo que el montañista hace en la montaña es el de sí mismo. Un gran poeta dio a este hallazgo de uno mismo en la soledad su fórmula más feliz: ¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Así comenzó fray Luis de León su oda a la vida retirada. Y en otro verso nombró expresamente la montaña: ¡Oh monte! ¡Oh fuente! ¡Oh río! Y en otro iluminado verso definió lo que quería, así: un día puro, alegre, libre quiero Y en otro, finalmente, resumió en asombrosa fórmula de tres palabras lo más alto y hondo de la aspiración: vivir quiero conmigo.

agosto 2014 MONTAÑA 21


El sabio agustino salmantino pensaba en vida campestre y en pobre mesa “amable paz bien abastada”. Y para su espíritu contemplativo y abismalmente religioso aquello era bastante. Para hombres que han de arrancarse al bullicio ávido y a las concupiscencias absorbentes de la enmarañada ciudad moderna –con maraña electrónica de la que nadie escapa–, hace falta una fuga más radical, apasionada y fuerte. Una conquista más ardua de ese clima donde es posible el hallarse a uno mismo y vivir con uno mismo. Este hallazgo de uno mismo en la montaña tiene varios niveles de conciencia. Desde el júbilo secreto del que cree que el nuevo modo de ver y sentir lo debe al aire enrarecido, al sol luminoso y a la satisfacción del esfuerzo realizado, hasta la grave reflexión sobre la contingencia de lo humano y la desoladora pequeñez de las ciudades que quedan en el valle, como minúsculas manchas en la piel de un pequeño planeta que no es sino un grano de arena entre torbellinos de soles y planetas inmensamente más grandes. Todos aquellos sentimientos purgan al hombre de cualquier escoria de ilusas vanidades y fáciles autocomplacencias. Pero, y esto es lo maravilloso de la montaña, no lo deprimen ni abruman. Más bien, le confieren fortaleza, reciedumbre, ímpetu vital, amor a sus semejantes y a todas las criaturas. La ascensión a la cumbre se convierte en un auténtico símbolo de la gran ascensión en la que la vida de todo hombre debería consistir.

22 MONTAÑA agosto 2014


Ya se ve queridos amigos y compañeros de montaña cuánta grandeza hay en la celebración de esta noche. Cuarenta años de montaña, ¡qué infinidad de revelaciones sobre la nobleza esencial del corazón humano, sobre la grandeza de su destino y pequeñez de todo el bullicioso ajetreo de la ciudad moderna! ¡Cuántos gestos de la más entrañable humanidad! ¡Cuántos actos de indomable valor, de modesto heroísmo! ¡Cuánta vida, en fin, en su más alta y honda expresión! Por ello, el Ascensionismo ha sido en el Colegio San Gabriel uno de sus nervios espirituales; un auténtico pulmón que se iba de tiempo en tiempo a respirar el aire que purificaría la vida de todos y daría nueva tensión al flujo sanguíneo del gran cuerpo. Pienso que todos lo entendían, aunque solo fuese muy obscuramente. Después de cada período largo de vacaciones, ese puñado de rostros quemados por soles y nieves; esas manos callosas de manipular cuerdas, de cocinar y lavar platos en los helados arroyos de la montaña; esos ojos irritados, pero aún brillantes de horizontes, daban a las aulas un aire especial al cual nadie podía ser insensible. Los otros –que siempre fueron los más– habían descansado, habían bailado, se habían divertido, habían hecho deporte y habían descansado. Esos otros, los ascensionistas, no habían hecho nada… Sólo subir y subir, y amargarse la vida, y comer mal, y dormir en carpas por las que se filtraba el agua. Y habían regresado, como siempre, todos ellos enlodados, flacos, febriles. Diciendo que habían coronado el Iliniza, el Corazón, el Cotopaxi… Pero, ¿qué buscaban allí? ¿Qué podían hallar allí? Esta noche he levantado un poco el velo para mostrar lo que podían hallar allí. Lo que todos nosotros, ascensionistas y montañistas de ayer y de hoy, hemos hallado allí. Lo que buscábamos y hallábamos era vida. Una forma superior de vida. Por eso, de regreso, apenas podíamos exhibir hechos o sucesos. Porque aquello que había acontecido era tan simple como la vida. Que se vive. Que, una vez que la hemos elegido, nos vive a nosotros. Si alta, con altura; si baja, con ordinariez; si iluminada, luminosamente; si fuerte y noble, con reciedumbre y grandeza. ¡Hago votos porque este espíritu al que el colegio San Gabriel debe tanta vida, tan alta, iluminada, fuerte y noble vida, aliente a otros cuarenta años más, y cien y cien más… mientras este mundo nuestro tenga montañas que sean como la montaña debe ser, como nosotros, los montañistas, que amamos que la montaña sea! Y cuando ya no nos queden en la agobiada tierra montañas, que las busquemos en los nuevos mundos del hombre, en los desolados horizontes de la Luna o Marte. Alangasí, 1 de junio de 1984 *Publicado inicialmente en Revista Montaña No. 15. Fotos de Milton Moreno Salas y archivo Grupo Ascensionismo Colegio San Gabriel

agosto 2014 MONTAÑA 23


Ser

montañero

R

esulta difícil determinar qué es “ser montañero”; primero que nada diferenciarlo del montañés, es decir de la persona que vive en las montañas. El segundo punto es más complicado, porque resulta muy difícil aceptar que el montañismo sea un deporte. Empecemos diciendo que como actividad, empieza donde terminan los deportes. Por ejemplo, un maratonista, la noche previa a su competencia, descansa, se alimenta, se hidrata, y todo ello de la mejor manera. El día previo a la ascensión a una cima, el montañista duerme muy mal, si duerme; a veces no tiene qué comer, y se ha hidratado de una manera muy precaria. Por otro lado, no hay competencia, y si le van mal las cosas, la posibilidad de ser ayudado es muy escasa. Con ello nos vamos situando en el terreno mismo de la actividad: las montañas, que son y serán lugares peligrosos por su propia naturaleza. Alejadas, altas, frías, con circunstancias climáticas complejas. La ascensión discurre por un terreno complicado: inclinación, riesgos; requiere estar en forma física, psico-

24 MONTAÑA agosto 2014

Marcos Serrano Dueñas lógica y técnica, un equipamiento particular y, sobre todo, un conocimiento que se adquiere de la lectura, del estudio, de la realización de prácticas, y del análisis de las experiencias reales. Así se va adquiriendo una experiencia positiva, en el sentido de ir corrigiendo errores, fortaleciendo aciertos y desarrollando “un saber estar en la montaña”. Con todo lo anterior, para mí, la mejor definición está dada por eso de que el montañismo es una afición, una pasión y a veces una compulsión. Resulta que ahora es muy común encontrarse con los “coleccionistas de cumbres”: los “extreme”, y generalmente en la misma persona. Sí, a veces uno en el refugio oye conversaciones curiosas. Un par de chicas que recién llegaban al mismo, perfectamente equipadas, comentaban que una de ellas estaba un poco “descompensada” porque no se había hidratado lo suficiente. Realmente estaba sorprendido, hidratarse lo suficiente para subir al refugio, y descompensarse por ello, me parecía y me parece un absurdo.


Foto de Milton Moreno Salas.

Y ese otro que se vanagloriaba de que ya había subido cuatro veces al Cayambe, y en condiciones extreme, porque siempre son extreme. Cuando, conversando con él, le pregunté si alguna vez había subido abriendo la huella y la vía y de puntero en la cordada, mirando para otro lado, dijo que nunca. Y, esa tarde, en el glaciar, cuando le pedía que él tomara la delantera y fuera buscando el camino, definitivamente dijo que eso no era lo suyo. Ese individuo me hizo pensar en algo leído hace mucho: “las montañas no han marcado su impronta en él, él no ha escuchado su voz”. Colecciona cumbres y es extreme, monta bici de manera extreme, corre endurance extreme, a veces hace parapente, pero no es un montañero. ¿Qué buscará? No lo sé. Pero no creo que busque ese diálogo con la montaña que marca definitivamente una forma de ver la vida y una manera de actuar. Se es montañero en la montaña y en la ciudad, cuando se es montañero, esta es la esencia del propio ser.

Las indiscutibles facilidades que existen ahora para llegar a la montaña: equipo en innumerables tiendas, caminos cada vez más lujosos, refugios, guías y empresas que realizan estas actividades de manera comercial –y no es que estén mal, para nada–, todas estas facilidades no están ayudando a formar montañeros, están ayudando a coleccionar cimas para vanagloriarse de ellas al calor de unas copas, para recibir su dosis de emoción, y para poquito más que satisfacer las necesidades de los consumidores. Ahora es moda haber subido a alguna montaña, el Cotopaxi especialmente. Cuando esta moda sea cambiada por otra: se me ocurre bucear en algún banco de coral caribeño, las montañas volverán a estar bellas en su soledad y en su austeridad, ojalá. Y quienes las amamos, que nos enamoramos de ellas por mil razones o sinrazones, podremos volver a gozarlas y disfrutarlas, nunca conquistarlas, en el mejor de los casos ejercer en sus dominios la búsqueda de esa pasión, de ese conocimiento en armonía con ellas y con su espíritu.

agosto 2014 MONTAÑA 25


Kavelis

Hand Crafted Gifts El nuevo concepto en artesanías

Velas aromáticas personalizadas Contenedores de cerámica reusables Artesanías y regalos únicos Luz, aromas y cerámica

Exposición y Ventas

Ruiz de Castilla 749 Y Cristóbal de Acuña telf. (02)223 6244 móvil 0999 000670 marcev00@yahoo.com

Atención médica, investigación y educación sobre las enfermedades de la piel

Horario de atención Lunes a viernes: 08h00 a 12h30 y 15h00 a 19h00 Sabados: 08h00 a 12h30


Contigo en tus desaf铆os

MARISCAL: Juan Le贸n Mera y Veintimilla 路 EL BOSQUE: Centro Comercial - Local 21 PB


PERSONAJE


El sentimiento que guarda

la monta単a

Milton Moreno Salas entrevista al legendario monta単ero MARCO CRUZ Fotos de Milton Moreno Salas


E

n los nuevos tiempos que vive el montañismo conviene no solo contar historias sino ir un poco más allá; preguntarse por qué la gente sube a los cerros, cuál es su motivación y cuál es la fuente de esa motivación. Esa fue una de las razones que nos llevaron a sentarnos con Marco Cruz –en presencia de un Chimborazo encubierto detrás de una nube de ceniza del Tungurahua–, para conversar sobre su experiencia de 54 años de montañismo. En una mesa del Mountain Lodge que construyó al pie del volcán, y que constituye una de sus últimas aventuras, hablamos del espíritu montañero que lo acompaña desde niño, del sentimiento de la vida que comparten quienes disfrutan de la naturaleza y la montaña, y de los cambios que vemos sucederse en nuestra actividad día a día.

Milton Moreno Salas. Esta edición de la Revista se refiere al hombre y la montaña. Ocurre, a veces, que quienes suben a la montaña aprenden ahí sus límites y al regresar a la ciudad descubren que algo ha cambiado en ellos, que no son la misma persona, que han aprendido a hacer las cosas por razones diferentes, por eso queremos preguntarte: ¿qué es la montaña para ti ahora, después de tantos años? Marco Cruz: Lo que fue para mí toda la vida, mi razón de ser. Encontré la 30 MONTAÑA agosto 2014

montaña a los 10 años, cuando los padres salesianos me llevaron por primera vez a ver la nieve mientras me preparaba para hacer la primera comunión, y esa sensación muy íntima que tuve entonces, la sensación de estar ante la belleza intrínseca de la montaña, la siento hasta ahora, y por ello doy gracias a Dios. Me considero un ser afortunado, pues durante los más de 54 años que he estado relacionado con la montaña, he tenido ese mismo sentimiento. ¿Cuál es la fuente de ese sentimiento?

La montaña ha sido para mí un fundamento, porque resume la naturaleza. Soy un hombre muy creyente, y veo la mano de Dios en todo esto. De niño vivías cerca del Chimborazo, ¿cuándo subiste a la montaña por primera vez? Ah. Era un día precioso, y realmente me transformó. Ver la nieve, ver el orden que llevaban los padres, ver que todo podía hacerse con orden y no con el relajo al que estábamos acostumbrados como guaguas, que podíamos subir caminando despacito. Me cansé,


desde luego, porque era la primera vez que subía, y cuando bajé recuerdo que me topé con un montón de gente, y hasta pensé que me estaban buscando a mí porque me había retrasado, pero en realidad eran los hieleros del Chimborazo que bajaban con cientos de burros cargados de hielo al mercado de Riobamba. A partir de

subían. En una ocasión, cuando ya estaba clarito, me fui detrás, y a partir de entonces comencé a subir, al principio hasta ese lugar en que las cosas se ponían ya difíciles, y ahí me quedaba. Era una experiencia maravillosa, estar solo con el miedo, que no es miedo, porque en realidad quieres quedarte e ir más arriba. Y el viento… Todo eso

los reverberos y el olor nos mataba, de modo que llegamos fatal al campamento, pero me recuperé, y el invitado del padre que iba con nosotros me propuso: “acompáñame tú, tú sí conoces”. Yo le contesté: “hasta las murallas rojas he subido yo calladito, pero no más”. Me prestaron el equipo, me enseñaron a andar en crampones, a amarrarme en

ese momento, con los padres que eran amigos de mi familia porque papá era fotógrafo y les ayudaba con las fotografías, veníamos en unos camiones larguísimos desde Riobamba hasta el Chimborazo. No me atrevía a pensar siquiera en subir a la cumbre, pero me gustaba mucho estar aquí…

me llamó muchísimo la atención, me llenó. Hasta que una noche, uno de los padres se enfermó y me dijo: “quieres subir vos”, y le dije: “bueno”. Y me preguntó: “¿vos sabes por dónde se sube?”, y le dije que sí, porque lo sabía. Iba a tener 14 años, era el año 58 cuando por primera vez subí a la cumbre. Así se transformó mi vida.

el hielo, y salimos a las seis de la mañana. Llegamos a las dos de la tarde a la cumbre. Ese padre ya no podía caminar y yo iba saltando delante de él.

Y todavía te gusta, aquí estamos sentados… Así es. Al principio, con los padres, preparaba la carpa, iba a traer el agua, cocinaba con leña, y me quedaba cuidando el campamento mientras ellos

¿Cómo fue esa primera cumbre? Fuimos por la antigua vía del noroccidente, por nido de cóndores. Ahí hicimos el campamento. En realidad yo les ayudaba a llevar un tarro de gasolina para

Entonces pensé en que tengo que buscar la manera de hacerme andinista como estos señores. Ese padre me mandó luego un libro: El primero de la cuerda, y otra vez me dije: “yo quiero ser como él”. A los pocos años me di cuenta de que yo estaba en la montaña guiando a los poquísimos gringos que llegaban a Riobamba. Ellos me daban una propina, me regalaban una chomagosto 2014 MONTAÑA 31


pa, un par de polainas, porque yo no podía pagarme el viaje, mi papá no me podía dar los 10 sucres para el fin de semana y ellos me pagaban, por lo menos los costos. Yo estaba encantado con el Chimborazo, y así poquito a poquito fui aprendiendo, experimentando. A los 18 años había subido a todas las montañas de Ecuador, y fui el primer ecuatoriano en llegar a la cima de El Altar, en diciembre de 1963. Claro que sí, por el Obispo… Pero antes acompañé a los italianos. Un día me llamó el padre Martini, de los salesianos, para decirme que unos paisanos querían ir a El Altar. Me preguntó si yo conocía El Altar, y yo le contesté: “claro”, porque ya había ido al pico Carmelo, que más tarde se llamó Campamento Italiano, y una vez ahí, les lloré para que me llevaran con ellos, creo que hasta les amenacé, pero me dijeron: “tú no puedes”, y a lo mejor no estaba en capacidad, y ellos subieron a la cumbre. Pero ustedes subieron cinco meses después… Sí, y no teníamos ni clavos. Fui a sacar los clavos que dejaron los italianos. En Chambo me preparé, y nos fuimos con dos compañeros de Nuevos Horizontes. Los italianos subieron a las cinco de la mañana y llegaron a las once a la cumbre. Nosotros pusimos el campamento más arriba, en el glaciar, y llegamos casi a las siete de la noche. En diciembre pasado celebramos los 50 años de ascenso a El Altar. Todas esas vivencias maravillosas, me han servido para poder viajar, para ser un guía de montaña y vivir en la montaña. ¿Cómo te convertiste en guía? Ah, para eso fue una suerte enorme conocer a la gente del Colegio San Gabriel. Conozco al padre Rivas unos 53 años. En esa época, en el grupo del colegio San Gabriel todos eran unos jovencitos con ideales muy profundos, por la educación, por la religión, por la devoción a la Virgen. Era un grupo muy selecto de chicos muy especiales, pero no estaban todavía en ese proceso de conquistar las montañas. Iban al Ruco Pichincha, iban al Corazón, pero no hacían todavía alta montaña. Fabián Zurita, aspirante al sacerdocio y que trabajaba en Riobamba, me hizo el contacto para acompañar al padre Rivas, en diciembre de 1962, y para mí eso fue una maravilla porque Riobamba era un medio muy limitado y no sabíamos nada de montaña, ni teníamos facilidades económicas. Ese contacto nos dio la apertura para conocer las montañas del Ecuador. Me convertí en amigo de ellos, en el guía, y conmigo subieron a todas las altas montañas. Fue una suerte para mí, y para ellos. Fuimos al Chimborazo, al Antisana… Y fomenté un gran respeto y admiración por el padre Rivas y por varias generaciones de chicos del Colegio San Gabriel, del Ascensionismo, que se han destacado en la vida 32 MONTAÑA agosto 2014


privada. Todos son buenos profesionales, gente honrada. Ahí está un ejemplo de la formación de la montaña. Hoy en día, los alpinistas que se han destacado en Ecuador, que han llegado al Everest y a otras montañas en el extranjero, son de la escuela del padre Rivas y del Ascensionismo del Colegio San Gabriel. Fue una gran oportunidad que yo tuve, y guardo en mi corazón un gran cariño por todos ustedes. ¿Para ti la montaña es un don? ¿Es algo que te ha sido dado? Sí, digamos que yo encontré la montaña, pero en la medida en que he subido me he hecho un concepto de la montaña. Me he ido formando en todo sentido. Primero, físicamente, para ser resistente y poder subir con ilusión, gracias a ciertas facilidades físicas que evitan cansarse. Más adelante, me fui haciendo un criterio sobre la naturaleza, la historia natural, las plantas, la historia del alpinismo, y he aprendido muchísimo con lecturas que he tenido ocasión de hacer. También he tenido ocasión de viajar por todo el mundo. Y aunque ahora tenga un concepto más general, el sentimiento es el mismo que surgió en mí siendo un niño. La montaña te cambia, la montaña cambia. Después de 54 años has mantenido ese sentimiento intacto, ¿cómo lo cultivas? El sentimiento estuvo en mi corazón cuando niño, cuando joven, y lo he ido fomentando a través del conocimiento de la montaña y de las experiencias que he vivido, y eso me ha servido como un motor para esforzarme personalmente, tanto en la montaña como en la vida. La montaña es una escuela de vida, lo que uno es en la montaña, lo es en la vida. Toda la actividad que he desarrollado ha sido a través de la montaña o por la montaña. Otras personas tienen una profesión, otra actividad, y la montaña les ayuda muchísimo en su formación, en su trabajo, porque el esfuerzo que uno tiene que hacer en la montaña, lo hace también en la vida. Ahora hay una nueva generación de guías de montaña, gente que quiere

solamente guiar, pero hay también un grupo de guías montañeros… Es así, y considero que convertirse en guía, debe ser el final. Es la meta que uno se ha trazado en la vida: hacerse profesional con lo que a uno le gusta. Es el sueño de un guía, vivir por la montaña y para la montaña. Desgraciadamente, por la situación económica o la necesidad de ganarse un dinero, de buscarse un trabajo, mucha gente va a la montaña sin ese sentimiento. Va a hacer un trabajo como cualquiera, y debe ser muy duro pasar frío y miedo, sin tener amor por la montaña. Diría que en el caso del Ascensionismo del Colegio San Gabriel, nuestro camino ha estado bastante marcado. Me refiero a las etapas que hemos pasado: las primeras veces que fuimos a El Altar, o cuando el Suco (Padre Rivas) estaba en contra de que hagamos montaña técnica porque no lo veía necesario… O la etapa de los jóvenes que van al Everest… Sí, ha sido un proceso enorme, un proceso muy bueno, muy serio. Es lo que debemos hacer los guías de montaña. Conviene hacerse guía de montaña como final de un proceso, y no después de la primera ascensión; no a la primera. ¿Cómo se aprende eso? Fomentándolo, como se hace con las cosas buenas de la vida. En el arte, por ejemplo, si tienes habilidades para el dibujo y no te dedicas con pasión, no vas a ser sino un dibujante del montón, pero si aprovechas esa facilidad innata, puedes llegar a ser un gran artista. ¿Crees que debiera ponerse energía en las nuevas generaciones? ¿Qué debe aprender la gente que practica montañismo? En primer lugar, el respeto por la naturaleza, el respeto por la historia del montañismo y por los sentimientos. No puede una persona de forma espontánea aprender todo, tiene que formarse. Tiene que leer. ¡Cuántos libros hay! Para mí fue importante leer un primer libro en francés. Lo leí con un diccionario, letra por letra, y pro-

bablemente no entendí ni la mitad de lo que había leído, pero fue fundamental. Era el libro El primero de la cuerda, de Roger Frison-Roche, y me dije: quiero ser como ese señor. Aprender de esa literatura enorme, de alpinistas que han desarrollado el alpinismo en el mundo, de grandes escaladores, de grandes exploradores. Aprender ese sentimiento profundo, ese respeto enorme a la montaña, es fundamental. Con la comercialización de la montaña, sin que esto sea necesariamente un aspecto negativo, es cada vez más claro que no todos guardan el mismo sentimiento por la montaña. En el club hemos hecho esa distinción, pero ¿crees que por fuera se hace algún intento por alcanzarla? No hay ningún intento, y eso pueden hacerlo ciertamente los clubes. Pero no hay ninguna iniciativa por parte del Gobierno. Si bien hay la Aseguim, enseguida salió otro grupo reclamando los mismos derechos, sin la debida formación. Ese otro grupo ha planteado un recurso de amparo constitucional reclamando que si la Aseguim hace guía de montaña, ellos también tienen el derecho de hacerlo. No reconocen que para hacerse guía hay que formarse técnica y físicamente, pero más que nada moralmente, en los aspectos de la montaña. No puedes ser un buen guía sin ser un buen alpinista. Como en todo en la vida unos hacen un trabajo más modesto y otros uno más destacado, pero la riqueza radica en el fundamento. Aunque uno sea un modesto guía de montaña, debe tener respeto por la montaña, por las gentes y por esta actividad. Hay quienes hacen este trabajo sin saber para qué va la gente a la montaña. ¿Cuál es la cualidad que debe tener un buen guía de montaña? Haber sido un buen montañista. Hay grandes alpinistas que no son buenos guías, porque nos les gusta compartir, no les gusta enseñar a la gente, y no tienen esa particular vocación de llevar a la gente a la montaña. Hay grandes alpinistas que prefieren subir solos. Es agosto 2014 MONTAÑA 33


bien sacrificado, yo me hice guía por la necesidad de estar en la montaña. Cuando leí El primero de la cuerda, no me figuraba cómo alguien podía vivir de la montaña. En esos tiempos, con esas limitaciones que teníamos en Riobamba para venir al Chimborazo había que hacer un esfuerzo terrible. Mis padres eran gente muy modesta, muy sencilla, no podían darme el dinero para el equipo o para cubrir los gastos. No había plata, éramos nueve hermanos. Pero me daba modos, convenciendo a los amigos, creándome un club, andando por los hoteles cuando venía algún gringo. Les pedía que si van a subir me llamen, y así me fui formando, y creo que tuve una suerte enorme de encontrar mi verdadera vocación y profesión en la montaña, y haber podido hacer en un buen momento en Ecuador este proyecto, aquí, en el Chimborazo. Cuando fui a Europa fui en un barco bananero sin ninguna expectativa, sin saber lo que quería, pero la montaña me abrió horizontes en todos los lados, en los macizos más importantes del mundo. ¿Qué le decimos a la nueva generación de guías? Que para ser guía de montaña tienen que ser buenos montañistas, no en el sentido técnico de que hagan cosas difíciles, sino que sean gente entregada a la montaña, y así van a encontrar muchas formas de vivir, siempre con respeto por la naturaleza y dedicándose a la gente. Es una misión que tenemos, como la de sacerdote; el guía es el que conduce, el que lleva a la gente. ¿Se aprende a ser guía? Sí se aprende. Yo soy un romántico de toda la vida, y por eso he tratado de mantener la pinta de andinista desde la primera vez que me vestí así, porque tiene un gran significado para mí, y he tratado de ser auténtico, sin vanidad ni poses. He tratado de ser lo más auténtico dentro de ese sueño que cuando niño era una ensoñación que parecía tan difícil de realizar. Cuando venía de guambra al Chimborazo, cómo iba

34 MONTAÑA agosto 2014

a imaginar que sería guía en los Alpes, en África, en Groenlandia, ni se me ocurría. Voy a cumplir 70 años, y aunque cada cual tiene un motivo para subir a la montaña puedo decir que tengo la misma fantasía y felicidad de estar en la montaña que cuando estaba de guambra en una carpa del ejército. Dios permitió que pueda construir estas cosas con muchísimo esfuerzo. Profesionalmente estoy dedicado desde el 72 a recibir grupos de personas. Al principio aquí y luego en el extranjero, en Colombia, Perú, Bolivia. ¿Qué transmites a la gente que llevas a la montaña? Primeramente, el entusiasmo hacia la montaña, el pensamiento de que hay que hacer buen montañismo, de forma espontánea, pero con sacrificio. También el gran amor que tengo por Ecuador. Lo que a mí me mueve es que yo conocí un país maravilloso, y eso he tratado de transmitir a mis clientes, al hablar sobre sus montañas, las plantas, la historia, las etnias indígenas, y ojalá lo haya logrado. Es reconfortante ver a la gente feliz, que quiere regresar... Cuando subes a una montaña, la cumbre no es todo… Es el hecho de ir, sentir la satisfacción de haber hecho bien las cosas y servir bien a la gente y de mantener esa lucha conmigo mismo. En la montaña se comparte la experiencia con otra gente, pero ahora vemos como ciertos guías ni siquiera hablan con los clientes... Cuando se es un guía por vocación, uno se hace amigo… Lo que me pasó con el Colegio San Gabriel, con el padre Rivas, es lo que me está pasando hoy con la gente que acompaño. Yo he hecho buenos amigos… Cuando subimos al Cariguairazo no hace mucho, con los Juveniles, volví a pensar en que uno debe saber con quién sube, y si lo hace como guía o como pana... En la montaña todos suben juntos, y uno debe saber quié-

nes son las personas que lo acompañan, sus fortalezas y sus debilidades. La definición de guía es la de alguien a quien la gente sigue. En el camino los vas descubriendo. Porque tu vida y la de otros, puede estar en peligro… Dos avalanchas muy graves que me ha tocado vivir, sucedieron por no decir que no. Sabía que tenía la razón y no lo dije, y sobrevino la avalancha. En las manos de uno está mucha gente, y a veces no solamente vienen montañistas a subir la montaña, a veces es solo un turista que sube al Chimborazo. A veces viene gente que cree que pagando puede llegar a la cumbre, y eso no es así. Entonces ¿eres guía de montaña o montañero? Yo soy un guía de montaña profesional, pero quisiera que se me recuerde como un buen montañero, como un hombre de montaña, consecuente con los pensamientos que tuve toda mi vida, con respeto por la gente y por la montaña. Ojalá haya sido capaz de eso, no de las grandes ascensiones que son cosas circunstanciales, sino de haber hecho bien mi papel de montañista. En mi fantasía quiero vivir con eso. Todos los días me levanto pensando en que soy alpinista. Y te pones la ropa de alpinista… Y me pongo el gorro de alpinista, y quiero ser alpinista. Aquí en Ecuador tenemos muchas posibilidades de hacer diferentes tipos de excursiones, no solamente de gran alpinismo. En la medida de nuestras posibilidades uno debe conocer el país. Eso nos abre el camino a la naturaleza, a las plantas, a los animales, al hombre. Desgraciadamente, en Ecuador lo menospreciamos, hemos alterado mucho la naturaleza. Hemos hecho carreteras en todo lado, el hombre ha cambiado muchísimo, estamos perdiendo nuestra identidad, y cada vez tenemos una menor identificación con el país. Gracias a la montaña, me siento muy orgulloso de ser ecuatoriano, de ser mestizo, de nuestra historia, de nuestras culturas.


Ese respeto por la cultura, debemos fomentarlo nosotros. Muchas cosas han cambiado en el montañismo y tú lo has podido experimentar… Sí, muchas cosas auténticas del montañismo han cambiado debido a la vanidad, al exhibicionismo. Hay muchas cosas que se hacen para los demás, y no para uno mismo. Cuando las haces para ti mismo, te quedas contentísimo, calladísimo, y duermes a pierna suelta. No sé cuánto podrá vivir uno, si no hace las cosas auténticamente. ¿Cuáles son las virtudes que cultivas en la montaña? La montaña nos santifica a todos. Yo, como todos, quiero ser un hombre bueno, puro, y hacer las cosas bien. Virtudes son el esfuerzo, la constancia. No tener envidia. Ojalá lo haya logrado, de forma muy profunda, y no se haya quedado solamente un buenas intenciones. Sí, el montañismo ha cambiado mucho también porque detrás de toda esta actividad, hay una industria gigantesca que tiene grandes intereses económicos.

A mí me gusta la simpleza, la sencillez de la montaña. En la montaña tienes a un pana a lado, una pata delante de otra, y si está ventoso te pones algo y si no te sacas, y sigues subiendo hasta cuando puedes. Así es, y el rato de hacer una hazaña se trata de un asunto de supervivencia. En un sitio muy difícil nadie toma fotos, y uno se queda con eso en el corazón. Hay algo que se queda en uno. En la montaña hay momentos en que conoces tu propio límite. Eso es algo que no puedes comprar, no te pueden enseñar y tienes que ir a la montaña para saberlo. No siempre pasa. De pronto la montaña te lleva a topar ese límite, y eso te enamora y eso te cambia… Una de las experiencias más grandes que he tenido es estar en una avalancha, porque ahí se ve la limitación enorme que tenemos. Un solo pedazo de nieve que se derrumba acaba con todo, no se puede hacer absolutamente nada. No somos nada respecto de la naturaleza. Cuando haces un campamento en nieve, mientras más frío se pone,

más pilas te pones, porque no hay otra posibilidad. Y no puedes decir ya no sigo haciendo el espacio para el campamento en el glaciar… Por eso creo que la montaña debe ser una escuela de nuestra conducta, de nuestro proceder ante la sociedad, en la vida cotidiana. ¿Eres en la montaña lo que eres en la ciudad? Bueno, en mi caso he vivido siempre en la montaña, pero trato de aplicarlo aquí. En muchas cosas materiales y morales, uno debería de aprender de la montaña. Es claro que lo técnico se puede aprender, se puede comprar, pero el espíritu no. Si la vanidad está encima de todo y se convierte en la motivación, la montaña pasa a ser simplemente un instrumento. El montañismo es algo sin respuesta, que no tiene una forma fija. Solo sigues yendo a la montaña… Como has dicho, la sencillez es lo contrario de la vanidad. Es un mundo completamente diferente el de la montaña.

agosto 2014 MONTAÑA 35


CRÓNICA

Cayesh. El llamado. The calling. Andrés Herrera*


Glaciar del Cayesh. Fuimos a ver las opciones de rutas y a dejar un dep贸sito de equipo al pie de la pared.


E

ra una mañana soleada de mayo cuando recibí una llamada telefónica desde Huaraz, Perú. Un amigo con una agencia de turismo me ofrecía trabajo: dictar un curso de montañismo en la Cordillera Blanca. Así que decidí tomar mi jeep para ir hasta Huaraz, un viaje que manejando desde Quito significa un recorrido de aproximadamente 1.900 km y 26 horas (non stop). Publiqué en Facebook una nota preguntando si algún amigo escalador quería ir a trepar en tierras peruanas. Al poco tiempo recibí un mensaje de alguien dispuesto a unirse a la aventura; era el alumno de la Escuela de Guías de Montaña (Esguim) Pablo Moreta, aspirante a guía Aseguim. Pocos meses antes había tenido una participación satisfactoria, desde mi punto de vista de instructor en la primera parte de su formación, como guía de montaña. El 10 de junio por la noche partimos hacia Cuenca como primera escala, y al día siguiente continuamos hacia Huaraz. Viajamos hasta salir del verde Ecuador para enseguida contemplar los vastos desiertos peruanos y llegar después de 23 horas a nuestro destino en el departamento de Ancash, seis horas en dirección norte desde Lima. Lo primero que hicimos fue parar con el jeep en la parte alta del páramo de la Cordillera Negra, para apreciar la maravillosa Cordillera Blanca. A lo largo de mi vida he preferido no planear proyectos ni venderlos, y he optado más bien por volar libre entre las montañas sin presión. ¡Donde hay buen clima hacemos grandes escaladas!, sin la posible frustración

38 MONTAÑA agosto 2014

de un fracaso por factores externos como el clima, y disfrutando mucho del momento y de la amistad... sin estrés. El plan era dictar 15 días de curso en la montaña con clientes, y el resto de tiempo escalar para nosotros mismos. Seguir al destino, dejando que las cartas tomen forma, junto con el tiempo y los ánimos. ¡Muy importante! Decíamos que regresaríamos a mediados de julio, pero no fue verdad y terminamos nuestro viaje completando casi dos meses. Estuvimos de vuelta en Ecuador a comienzos de agosto, ¡pues no te quieres ir del paraíso! Durante una parada en el jeep, sentados en el páramo, mientras contemplábamos las montañas sagradas (Apus) de la Cordillera Blanca, recuerdo muy claramente haberle dicho a Pablo: ¡Mira, mira, ese es el Cayesh, la montaña más linda y dura que he escalado aquí en Perú! ¡Imagínate si la subiésemos!, dije a modo de broma. Y en el fondo siempre supe que todas las posibilidades estaban abiertas, al fin y al cabo estábamos preparados para cualquier montaña que quisiera recibirnos, y ésta era una de las más bonitas y difíciles no solo de Perú sino de Suramérica y el mundo. ¡Ese fue el primer llamado!. El Cayesh, que significa en lenguas autóctonas llamado y hielo negro, se imponía frente a nosotros como el primer objetivo que vieron nuestros ojos, sin saber que pasaríamos por ahí, por sus tres cumbres en un llamado de hermandad. Una vez instalados en Huaraz, salimos a trabajar en las montañas. Dicté el curso con Pablo como mi asistente en las mon-

Primer largo, cruzando la Rimaya. Puro Dry tooling.


tañas Yanapacha (5.460) y Chopicalqui (6.345). Terminado el curso nos encontramos en Huaraz con Sebastián Carrasco (guía de montaña ecuatoriano), con quien decidimos irnos de Rock Trip a escalar por una semana cuatro zonas buenas de escalada en Perú: Los Olivos, Inkawakanka, Hatun Machai y Antacocha; todas ubicadas a pocas horas al sur de Huaraz. Después de esta experiencia, el Sebas entraba a guiar nuevamente. Pablo y yo decidimos ir a La Esfinge. Esta vez apareció en nuestro destino Milena Terán (escaladora deportiva y boulder ecuatoriana), quien se moría de ganas de hacer el mismo ascenso. Nos decidimos a llevarla, el plan era subir con ella la ruta de 1985, para después escalar con Pablo otra. Preparamos la logística para cinco o seis días en la montaña, y nos fuimos. La Esfinge: 6h30m, ida y vuelta Escalamos La Esfinge, por la vía del 85 (6b+/6c), totalmente a vista y en libre. Fuimos un poco lento, pero finalmente la subimos en 12 horas, esperando a Milena y todo. Ésta fue la primera montaña de su vida, nunca antes había estado en una morrena ni nada por el estilo. Pese a todo, demostró ser muy fuerte, por lo que lo hicimos en un solo día. Después de una jornada de descanso en la roca del vivac, en la base de la montaña, volvimos a escalar la pared con Pablo. Ésta vez sí, a un mejor ritmo: seis horas y media, ida y vuelta. Escalamos la misma vía del 85 hasta la repisa de las flores, pero tomamos una línea variante y desconocida desde ahí hasta la cumbre, con la intención de ir más rápido

Tercer largo después de escalar en simultáneo 300 metros.

y no repetir la ruta del día anterior. En realidad salió un poco más difícil de lo que imaginábamos; con un largo de hasta (6c+) y con buenos run outs. Una vez en Huaraz, bañados y bien comidos, nos encontramos con más amigos guías de montaña ecuatorianos, por lo que decidimos ir en un solo grupo al nevado Cayesh. El grupo estaba conformado por siete personas: Pablo Moreta y Andrés Herrera, para escalar una nueva ruta en la cara Oeste, y Estalin Suárez, David Trujillo, Jaime Vargas, Alejandro Coradeghini y Fabián Bustillos, para escalar la German route (TD+), situada en la misma cara Oeste. Yo había escalado esta ruta en el 2006, por lo que toda la información que les facilité era de suma importancia para escalar una montaña de tales magnitudes. Ésta fue también la ruta por la que rapelaríamos Pablo y yo, después de escalar nuestra vía y hacer la integral del Cayesh. Cayesh, el segundo llamado Hace poco más de un año (el 28 de julio del 2013), mi amigo y hermano de montaña Miguel Gamarra Maza, falleció en el nevado Huantsan, durante una avalancha aparatosa y dramática, mientras abría una ruta nueva con su sobrino y aprendiz Henry Fernández Gamarra. Miguel inició este proyecto cuando subimos juntos la German route del Cayesh, en 2006, cuando solo éramos dos aspirantes a guía UIAGM. El pasado mes de julio, se conmemoraba un año de su muerte y el destino me había puesto ahí para ir a su misa y regresar a la montaña que con su llamado nos inició juntos.

agosto 2014 MONTAÑA 39


Cuarto largo.

¡Cayesh! es una montaña iniciadora (el llamado). Cuando la escalas, nunca vuelves a ser la misma persona ni el mismo escalador. Cayesh te cambia la vida. ¡Y nos la cambió a todos!

pués de descansar un día y escalar la ruta nueva el cuarto día, al amanecer, el grupo de Estalin atacaría al mismo tiempo la German route.

Pasaron muchas cosas en los intermedios de las montañas. Una de ellas fue que nos robaron dos mochilas con equipos, todos los documentos personales y del vehículo. Sin dejar que las cosas negativas nos bajasen la moral, nos despabilamos y emprendimos el viaje hacia la montaña que nos esperaba, después de que incluso en la comisaría, los mismos policías, le bajaron tres llantas al jeep. La moraleja es: solucionar cualquier situación sin pensar en el drama. Siempre seguir adelante, igual que en las montañas.

Lamentablemente estábamos muy tarde para instalar el campo morrena, cocinar y dormir lo suficiente para una jornada de 16 o 20 horas, al día siguiente. El hecho de que hayamos encontrado el carro en la comisaría de Huaraz con tres llantas bajas, esa misma mañana, nos retrasó dos horas y media, que fueron cruciales en el plan A.

Fuimos en vehículo dos horas pasando por Piteg hasta el portón de la quebrada Quilcaywanca. Una vez cargados, los burros comenzamos a caminar para a continuación entrar por la quebrada Cayesh hasta el campo base, en aproximadamente tres horas, punto donde los burros emprenderían su regreso. Después, con ayuda del arriero y un porteador, subimos hasta el campo morrena, a 4.900 m de altura aproximadamente, en dos horas más. Como llegamos al comenzar la noche, fue imposible ver la pared y el glaciar ya que la montaña siempre está escondiéndose entre valles, morrenas, glaciares y otras montañas. El plan era llegar temprano para ver la pared y subir la German route al siguiente día; solamente Pablo y yo. Des-

40 MONTAÑA agosto 2014

Nos dio mucha pereza a Pablo y a mí salir en la madrugada sin haber visto el glaciar y la pared con anticipación. Entonces decidimos dormir bien y, al siguiente día, ir a ver cómo está la montaña con un poco más de humildad. Fue bueno tener un día extra para un plan B. Salimos al siguiente día y fuimos al glaciar a reconocer las rutas y las opciones que presentaba la montaña. Fijé con Pablo el primer largo para cruzar la rimaya, era un mixto maravilloso de puro dry tooling (roca), de 85 y 90 grados, con salida en hielo. Dejamos un par de avalakovs para fijar la cuerda. Teníamos algo de los deberes adelantados para la ruta que íbamos a intentar al siguiente día. También fue de utilidad la cuerda fija para el otro grupo que se dirigía a la German route. Originalmente el Cayesh se escala, como La Esfinge, en dos días con un vivac en la pared. Pero ahora el reto es hacerlo en un solo día. ¡Al puro estilo alpino!


Séptimo largo comprometido a 550 metros desde el piso. El segundo largo fueron 300 metros en simultáneo. (M6)mixto, (w15)hielo, 65 metros.

Finalmente eran las 5:30 am y estábamos en la base de la pared después de haber cruzado el glaciar desde el campo morrena en aproximadamente 45 minutos. Pablito subió a la reunión para cobrarme el primer largo. Me llevé una cinta del otro grupo, y mientras Estalin abría su propio camino por la derecha de la rimaya, fijé una cuerda para que el grupo de David ganara tiempo. Emprendí el segundo largo, que realmente no fue un largo sino 300 m en simultáneo, sobre terreno variado, sostenido y vertical y en su gran mayoría mixto; hielo, nieve y unas cuantas cornisas le daban un toque agreste al paisaje. ¡Muy bonito! Cuando entré a la sección de dry tooling, hallé una roca grande que, sabía, era delicada. Me apoye un poco y se cayó sobre mi pecho, rompiéndome la chompa de GoreTex. Me asusté sobre todo por las cuerdas de abajo, pues se podían romper; por Pablo no me preocupé porque él estaba aún en otro corredor. Seguí escalando en simultáneo hasta encontrar algo donde asegurarme, pero el terreno era muy delicado, inestable y cada vez más vertical. Logré poner unas micro nuts y un C3 verde, para hacer una estación sobre un pedazo de hielo vertical, y debajo de un extraplomo bien pronunciado de roca, cobré a Pablo, con mi cara muy seria, y ni un chiste. Realmente, la escalada era comprometida. Durante toda su formación de guía de montaña y en general en los anteriores pegues de escalada, Pablo nunca me vio ni muy serio ni asustado. Pero esto era diferente, era extremo, a veces había peligros objetivos; era largo, técnico, frío, intimidante, nuevo y misterioso. Una vez recuperado todo el material salí en

modo de largos (pitchs de 65 m) ya que el terreno era tan técnico y vertical, con mixtos, cascadas de hielo, roca pura de difícil protección, slabs (placas) y run outs bien largos. Lanzamos largos y largos sobre este tipo de terreno con protecciones rebuscadas. Toda una lucha para resolver cada largo. Normalmente calculaba 30 minutos por largo, pero en estos me demoraba una hora y a veces más. Después de superar los 600 m de pared propuse a Pablo continuar en simultáneo nuevamente para ganar tiempo y terreno, pero en ese momento ya no era tan seguro hacerlo. Pablo afirmó que prefería seguir a modo de largos (pitchs), pues cansados como estábamos, a esa altura (5.600 msnm), no podía haber ni un solo error. Respetando y admirando su franqueza seguí liderando la cordada en largos. Era una escalada maravillosa y técnica, con un paisaje muy aéreo y salvaje. El clima comenzó a dañarse conforme llegó la noche, al final del penúltimo largo. Lo primero que sientes es estrés y angustia por el hecho de enfrentarte a una montaña tan dura por una ruta desconocida y a obscuras, solo con la luz de tu linterna. Después piensas: tranquilo Andresin, por esta ruta siempre tuvimos claro que no hay retorno. La posibilidad de abandonar no era una opción. Teníamos que llegar sí o sí a la arista para hacer la travesía de las tres cumbres y bajar por la German route que tiene rapeles con clavos instalados, y que ya conocía. ¡Pero la montaña siempre cambia, pilas! agosto 2014 MONTAÑA 41


Ahí viene el cambio de “chip” mental. Tranquilos, tenemos que ir a la cumbre, me dije. No sabíamos si era un largo, quizá dos o tres. Así que seguimos ya con la mentalidad de subir a como diera lugar, para bajar por la German route que era la opción más segura. En ese mismo largo llegué a la cumbre escalando sobre nieve y hielo, de condiciones bien pobres y verticales, con un total de tres seguros, máximo cuatro, en 70 m. Era la primera cumbre. ¡Cumbre!, grité para motivar a mi compañero. Respondió satisfactoriamente con un grito. Cobré a Pablo directamente al cuerpo como en muchas ocasiones, sostenido directamente con mi arnés de un anclaje. Esto no debería sorprendernos en montañas duras, cuando tienes el material contado y de difícil protección. Cuando Pablo llegó a la cumbre había algo que me hizo pensar mucho en la vida y en la muerte. Primero, estaba extremadamente nublado desde que nos cogió la noche, hacía mucho frío y todo era inhóspito. En medio de eso Pablito preguntó si podíamos bajar por la misma ruta, pero estaba claro que no era una opción. Así que comencé a pensar ¿qué pasaría si alguno de nosotros no tiene la fuerza de bajar, con el frío y la noche? ¡Not a easy way out!. Era muy difícil de evacuar. ¡Era el límite de la tolerancia! Incluso nos daban ganas de vomitar. Pero el panorama dejó de ser trágico cuando seguí escalando y crucé una grieta para montarme en un hongo vertical de nieve y llegar a la cumbre máxima. Escalé hasta la cumbre, alcé mis brazos mientras caminaba por tremendo y escarpado pico, y seguí hacia la tercera cumbre para cobrar a Pablo y evacuar la montaña por la German route. Fueron cinco segundos en la cumbre máxima, nada más. Después, desde la cumbre máxima y la cumbre suroeste, cobré nuevamente a mi compañero, mientras filmábamos los breves momentos en este lugar. Sin duda era uno de los momentos más dichosos de nuestras vidas. Pero aún teníamos que bajar, así que después de un buen abrazo nos fuimos a la tercera cumbre para emprender el rapel. Nuestra ruta: subimos por la izquierda de la montaña y bajamos los rapeles por la derecha.

Séptimo largo.

42 MONTAÑA agosto 2014

Hicimos alrededor de once o doce rapeles para llegar al pie de la vía, entre las 5:30 y las 6:00 de la mañana; es decir, 24 horas de pura adrenalina, lidiando con el límite de la tolerancia, en cada instante desde que se hizo de noche el día anterior.


Abajo, en el glaciar, recogimos el depósito que teníamos al pie de vía, nos hidratamos y corrimos como siempre en el glaciar. En 15 minutos estábamos en el campo morrena tomando un café con los panas. Ellos habían subido la mitad de la German route y rapelaron aún con la luz del día, la tarde anterior. Cayesh fue una montaña dedicada a Miguel Maza. ¡Y por él fui! En el campo morrena descansamos unas horas y bajamos al campo base para descansar mejor. Nuestros amigos nos dieron una mano con algo del peso que teníamos que llevar, y al día siguiente partimos a Huaraz. Descansamos un par de días y fuimos a Antacocha, hicimos 18 largos de escalada en esta zona con escaladas de multi pitch de hasta 7b. Tras un día de descanso, salimos al Quillujirca de 5.260 msnm y de 850 m de pared en la quebrada de Rurec, para repetir la nueva ruta abierta por el grupo Somos Ecuador, un mes atrás. Esta ruta tiene un nivel de hasta 7a en tradicional y 6c en las placas de protección mixtas con volts, clavijas y algunos empotradores. Nos demoramos tres días entre ir y volver a Huaraz. Llegó el momento esperado, la misa de Maza. Con su familia me sentí más querido que en cualquier otra parte del mundo. ¡Me regaló una familia! ¡Gracias Maza! Por último, el Churup se puso en el camino para subir, pero el fenómeno de El Niño trajo bastante mal clima esta temporada a la Cordillera Blanca, y no pudimos subir. Al fin salimos para Ecuador, felices de regresar pero con mucha nostalgia de lo que quedaba atrás.

Con 20 horas de viaje llegamos a Cuenca, después de un incidente en el cruce de fronteras. Al entrar a Ecuador una camioneta nos arrancó el guardachoque del carro. Nos tocó amarrar el guardachoque a la parrilla para que aguante el viaje hasta Cuenca. En Cuenca dejamos el carro en la mecánica y nos fuimos a escalar tres días al Cojitambo, que en el plan inicial era uno solo, para relajarnos y seguir el camino hacia Quito. Pero como la moraleja dice: todo es por algo, y nos quedamos tres días en total. El tercer día, justo antes de irme a Quito, al término de la jornada, cerca de las tres de la tarde, el Bagre (Daniel Carrión) junto al Juan Gabriel Carrasco, me dijo: “te tenemos una propuesta”. Esta consistía en ir con el Bagre a romper el récord de la Capacñan (ruta de cinco largos clásica del Cojitambo). Lo dudé bastante, pues el viaje a Quito era largo y ya era tarde. Pero no tardé mucho en decir: ¡vamos cabrón! Pregunté cuál era el récord; me dijeron que 18 minutos, y casi me muero. Lo hicimos en 15:46 minutos, y nos fuimos a Quito después de la respectiva cerveza para festejar la amistad. Una vez más queda la constancia de que los ecuatorianos estamos bien motivados y somos grandes escaladores, dejando un registro de la ruta realizada en el Libro Rojo de la Casa de Guías AGMTP-UIAGM. También queda constancia del buen trabajo que desarrollamos a lo largo de las Cordilleras, no solo en la Blanca sino en los Andes y el mundo. Dejamos en alto el país, como grandes profesionales y humanos, en todo el sentido de la palabra.

Colmadas de intensas experiencias para los escaladores ecuatorianos, las montañas de Perú nos reciben nuevamente. El Cayesh es una montaña iniciadora, que cambia a quien la sube. ¡Y nos cambió la vida a todos!

Cumbre, 8:30 pm, nublado, frío, viento, ¡qué mal clima en la cumbre!

agosto 2014 MONTAÑA 43


Agradezco a Pablo Moreta, compañero de cordada, a mi familia y amigos que siempre están presentes. También extiendo mis agradecimientos a empresas que siempre me han apoyado: Magma Equipos, MonoDedo y Petzl.

*Andrés Herrera Instructor de guías UIAGM-IFMGA-ASEGUIM

Excelente ruta de escalada en hielo y terreno mixto de protección escasa. Escalamos la ruta que normalmente se hace en 2 días con un vivac en la pared, solo en 24 horas, ida y vuelta, desde el campo morrena.

Topo: Ruta ecuatoriana e integral de las 3 cumbres del Cayesh. Andres Herrera Cotación: Cayesh 5721msnm, ED, 800 metros de escalada, M6 (escalada en terreno mixto), WI 5 (escalada en hielo), VII (compromiso y exposición), Descenso 10 rapeles, por la German Route.


On-time ready-to-implement assistance when disaster strikes Data collection Parametric MIS for systematic data collection

Cash transfers

Information System

Pre-assembled hardware kits with up-to-date technological tools Tested program processes for data collection and cash transfer delivery Efficient implementation provides on-time support for affected households

a product of

Visit our websites to find out more:

ayalaconsulting.us ayalaconsulting.com.ec


GALERÍA FOTOGRÁFICA

Expositora

Sofía López

46


Con raz贸n nuestros ancestros adoraban a la luna, el sol, el agua y las monta帽as.

Limpiopungo.

47


Jancarurish y Rinrijirca.

48


Chopicalqui.

49


50

Pastoruri.


Cashan y Huants.

51


52

Glaciar hermoso.


53


TÉCNICA


Raid Rescue Rescate Vertical 4a Edición

Roberto Narváez Collaguazo*

Fotos de Roberto Gutiérrez


L

a intervención de las diferentes unidades de rescate en el país se ha tecnificado y perfeccionado a lo largo de los años. En el ámbito concreto de las áreas agrestes y el rescate vertical, la intervención ha incluido tanto un crecimiento de la ejecución de procesos técnicos, como la incorporación de equipos de protección personal modernos.

Era común ver a las unidades de rescate improvisando equipos y elementos de rescate o utilizando material y equipo en mal estado, incluso equipos de protección personal no homologados, así como empleando técnicas de rescate riesgosas. Esas prácticas han ido disminuyendo y cada vez es más común ver a los miembros de los equipos con mejores condiciones y capacidades para intervenir. Hoy en día podemos afirmar que varias unidades de rescate del país cuentan con equipos de intervención, que realizan sus acciones con un mayor nivel de eficiencia y seguridad, que se encuentran con mayor nivel de equipamiento y que han incorporado las últimas y mejores tecnologías en sus procesos. En este contexto, el Raid Rescue buscó abrir un espacio de intercambio y exhibición de técnicas de intervención y rescate en áreas agrestes. Desde su primera edición, invitó a diferentes grupos de rescate del país, para que exhibieran el trabajo que realizan en equipo y las técnicas de trabajo y procedimientos que utilizan en su actuación. Las múltiples pruebas que han formado parte del Raid Rescue permitieron a los equipos participantes hacer uso de sus conocimientos, habilidades y destrezas, exigiendo en cada una de las ediciones la incorporación de técnicas más analíticas y eficientes e incentivando el uso de equipos con mayor desarrollo tecnológico para la ejecución de sus actividades. Cada edición del Raid Rescue exigió un proceso de preparación y entrenamiento de los equipos participantes, de manera que en ese espacio de exhibición se pudo apreciar el desarrollo técnico de cada uno. Raid Rescue se ha convertido en algo más que un evento que surgió en un marco competitivo, y ha logrado hacer aportes al trabajo de los grupos y unidades de intervención y rescate, incentivando el entrenamiento, la práctica y perfeccionamiento continuos, e impulsando el trabajo en equipo como fórmula para que cada uno de los grupos de rescate pueda realizar su labor y cumplir sus objetivos. La primera edición del Raid Rescue incluyó el rescate vertical urbano y búsqueda y rescate en áreas agrestes. En su segunda edición, se desarrollaron diferentes prácticas en cables, estructuras deportivas y verticales. En el tercer año, existió un despliegue logístico de mayor nivel, que exigió de los equipos la exhibición de destrezas en el rescate en diferentes condiciones en áreas agrestes, relacionadas principalmente con los deportes de aventura. En su última edición, Raid Rescue abrió las puertas de su casa: la infraestructura para capacitación de Acceso Vertical que fue desarrollada pensando en las necesidades de capacitación que existen en el país, tanto en el ámbito de los trabajos verticales como del rescate en diferentes especialidades. De esta manera, el aporte del

56 MONTAÑA agosto 2014


Raid Rescue es integral, no solo como un espacio de intercambio de experiencias y técnicas, sino como un espacio para difusión de técnicas con estándares internacionales y con un equipo técnico con formación y certificaciones internacionales, que ahora está al servicio del país. Hoy, los resultados del Raid Rescue se ven en cada una de las intervenciones de las Unidades de Rescate del país, en la atención que prestan a las víctimas, en la evacuación y traslado de las mismas en áreas agrestes y verticales, y, sobre todo, en que cada uno de los miembros de las unidades de rescate regresan a su casa, a su cotidianidad y al calor de un hogar que está esperando por ellos. Las exigencias que han existido en cada una de las ediciones del Raid Rescue han llevado a tener equipos más preparados, con una constancia en la práctica y en el entrenamiento, que redundan en el servicio que prestan en diferentes situaciones de emergencia que suceden en el país.

* Acceso Vertical Work & Rescue Training

www.accesovertical.com.ec gerencia@accesovertical.com.ec (02)2237 301 09 99 735 418

Contamos con nuestro propio centro de capacitación técnica en: trabajos en altura, acceso por cuerdas, rescate con cuerdas, búsqueda y rescate en áreas agrestes, atención pre hospitalaria en áreas agrestes, búsqueda y rescate en alta montaña.


ESCALADA

Tangรกn

El gringo del Milton Moreno Salas


Steve Lozano en Tangan. Foto de Edgar Aulestia.


E

Steve Lozano: “Tangan es mi paraíso, ahí me siento como en mi casa, es una de las razones por la que vivo en Ecuador”.

l “Gringo” Steve Lozano viene de una escuela tradicional de escalada en formaciones de roca granítica. Más tarde en su vida tuvo la oportunidad de subir a extraordinarias columnas de roca que le enseñaron a escalar fisuras increíbles usando su potencial físico y practicando la resistencia. Steve es un purista en su vida personal y sobre todo como escalador; nos cuenta que en su primer día de escalada su mentor solo le hablo de ética y de respeto por la montaña y la naturaleza. Cuando vino a Ecuador hace un año y medio, su esposa, quien es ecuatoriana, le recomendó no traer fierros de esca-

lada tradicional porque aquí las vías ya estaban equipadas, pero él se propuso encontrar el sitio donde lo tradicional y lo puro se pudieran practicar. Después de empezar la página de facebook climbersofecuador, que le permitió ser parte de la comunidad escaladora, tuvo la suerte de encontrar Tangan. En la página de facebook, donde los escaladores comparten su material gráfico, vio un día el primer video cortísimo de la pared de Tangan. Las paredes de roca le impresionaron profundamente. No podía creer que esas columnas, tan parecidas a las que había escalado antes, estuvieran cerca de Sigchos (Cotopaxi). Entonces supo que esas paredes tenían que ser escaladas. Con la ayuda de su esposa encontró primero al autor del video, quien no sabía exactamente donde se encontraban las paredes. Con simplemente el nombre y una descripción vaga de su locación fue como empezó la búsqueda. Fue así como un día algunos gringos y un ecuatoriano decidieron empezar la exploración de Las Torres Tangan. Después de algunas indicaciones contradictorias de gente del área se encontraron, ya en la tarde, con una señora a caballo que los mandó a cruzar un valle indicándoles que al final del mismo encontrarían unas rocas. Mientras cruzaban el valle caminando se hallaron con otra persona que les indicó un camino y hasta se ofreció a llevarlos a cambio de que le dejaran en su casa. No podían creer que su último informante hubiera parado el auto en su casa, para decirles simplemente que sigan unos diez minutos hasta las rocas. Inicialmente no encontraron nada, pero Steve recordó que en el video había visto una cascada. El riachuelo les dio la pauta: “Estamos encima de las rocas, el agua va hacia la cascada, pero hay tanta vegetación que no se pueden ver desde arriba”, les dijo a sus compañeros. Bajando entre la vegetación Steve logró encontrar la cascada y luego “esas columnas de roca apiladas una a lado de la otra”. Su impresión de lo que el gru-

60 MONTAÑA agosto 2014

Roberto Morales en Tangan. Foto de Jack Bermeo.


po había hecho era comparable a la de haber encontrado un tesoro. La idea de que este tesoro, tan cerca de Quito, no hubiera sido escalado antes y solo fuera conocido por los habitantes del área, era para emocionarse intensamente. Sin pensar mucho en que ya era tarde y en que tenían que regresar, empezaron a buscar la forma de bajar haciendo camino entre la maleza hasta “ese enorme paraíso de lo que a mi me gusta escalar: fisuras tradicionales de todo el largo de la roca”. Sin poder parar de admirar lo que habían encontrado, les sorprendió hallar una casita rudimentaria en la que no había nadie. Las columnas y las fisuras seguían siendo descubiertas una tras otra. Las fisuras uniformes de todas las anchuras no les permitían parar. “Tenía que tocar cada columna y escalar un poquito para ver como era la roca, sabiendo que el tiempo se había terminado y había que regresar”. Estaba previsto regresar a los EEUU en dos semanas, pero Steve comunicó a su esposa que se quedaban en el Ecuador por más tiempo, pues las Torres de Tangan se habían convertido en su obsesión y su nuevo proyecto. Con la ayuda de sus auspiciantes en los EEUU y la comunidad de escaladores ecuatorianos, empezaron la ardua tarea de limpiar y equipar tradicionalmente las torres de roca, causando el menor impacto posible. “Cada vez que voy allá con mis amigos veo que hay un sentimiento especial ahí. En realidad es un sitio mágico, que tiene el espíritu sagrado de la tradición de la zona, y lo queremos respetar”. “Me da mucho orgullo ser parte de lo que esta pasando en Tangan, y quisiera que el resto de los escaladores respeten la roca, la gente y sus alrededores. No son mis torres, muchos de los escaladores ecuatorianos hemos invertido tiempo en ellas, pero son las torres del Ecuador y de todos

Roberto Morales en Tangan. Foto de Jack Bermeo.

los escaladores del mundo. El sentimiento, la energía, el poder que hay en Tangán, son de todos”, comenta. El trabajo que se ha hecho en Las Torres de Tangan tiene el propósito de mantener el área de una forma tradicional. Es importante denotar que además de la limpieza de la maleza, en la roca solo se han montado estaciones de seguro para ayudar a los escaladores. También se han abierto rutas para todos los niveles de escalada, dando oportunidad a escaladores de menos experiencia, para que puedan disfrutar del espíritu de la torres. Los esfuerzos de la comunidad, incluyendo al dueño de la propiedad, incluyen la implementación de un jardín de vegetales que los escaladores pueden disfrutar cuando se encuentran disfrutando de la roca, un baño de compost natural y la limpieza constante del lugar. “Queremos mantener el área, y todos podemos colaborar para preservar la zona”, dice Steve. Para poder disfrutar de la escalada de las torres de la mejor manera, se recomienda a los escaladores que tengan: single rack of nuts del mismo tamaño y dobles o triples camelots, de medidas que van desde la #3 a la #4. Esto es porque las fisuras son sostenidas y de una uniformidad impresionante. Hay seguros al inicio y al final de las fisuras, pero los seguros intermedios en la fisura misma se tienen que poner y sacar de la manera tradicional de escalada. Quisiéramos invitar a todos a que se unan a este sentimiento de lo que es Tangan, y que ese sentimiento se respete. Que nos unamos a los esfuerzos de Steve y de la comunidad de escaladores para mantener este nuevo tesoro como lo encontraron, con la actitud de ejercer el menor impacto en esta zona sagrada.

agosto 2014 MONTAÑA 61


EQUIPO

1

Crampones

Marcos Serrano Dueñas

2

Antes de que aparecieran los crampones, las botas claveteadas y las grapettas de cuatro puntas eran el equipamiento básico para el hielo y, claro, la talla de peldaños; para ello estaban diseñados los piolets, como apoyo (el piolet bastón) y para cortar el hielo. Hacia 1909, el ingeniero inglés Oskar Eckenstein hizo fabricar en un taller de Courmayeur (Italia), a Laurent Grivel, el primer modelo de crampón tal y como lo conocemos. Posteriormente, en 1932, Grivel, trabajando y diseñando, coloca las puntas frontales. Estos crampones con puntas frontales se hicieron de uso relativamente frecuente, sobre todo entre montañeros de élite, especialmente en los Alpes orientales, el Tirol (de hecho, en la primera ascensión de la norte del Eiger, los austriacos llevaban estos crampones y sacaron una buena ventaja a la cordada alemana en los sitios con hielo).

3

Posteriormente caen en desuso, en Chamonix, Armand Charlet lleva hasta el purismo máximo la técnica del empleo de todas las puntas. A fines de los 60, dadas las exigencias de dificultad en la escalada en hielo, se vuelve a los modelos con puntas frontales. Desde esos años no se ha detenido la innovación en cuanto a diseño, pero el fundamento sigue siendo el mismo empleado por Laurent Grivel.

Foto 1. Modelo de bota claveteada con los llamados clavos Tricouni. Foto 2. Crampones Grivel con puntas frontales, modelo de 1932. Foto 3. Crampones clásicos de 10 puntas. Foto 4. Detalle de la modernidad, crampones de 12 puntas y el modelo monopunta, especial para cascadas de hielo y dry tooling.

4



CULTURA


Llanganati

Los , inh贸spito paraje para exploradores Texto y fotos de Jorge Juan Anhalzer


Estas apartadas montañas, sin huellas ni caminos, son un patrimonio de las tierras salvajes del mundo. Con poca suerte buscadores de tesoros se han internado en la zona siguiendo el eco de antiguas historias y conducidos por guías escritas hace siglos.

C

ajamarca, Aypate, Ingapirca, Paredones

Esta historia toma cuerpo con el imperio Inca, no digo que comienza con los incas, porque viene desde antes, desde los pueblos que los incas conquistaron: puruháes y panzaleos e inclusive los que los precedieron. Son sucesos antiguos encadenados en eslabones desde un tiempo inmemorable. El imperio Inca abarcaba partes importantes del lo que hoy son Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Se olvida fácilmente lo que los indígenas andinos fueron capaces antes de la conquista española, pero definitivamente no se hubiera podido manejar semejante extensión territorial tan eficientemente, sin una sofisticación cultural y tecnológica. Cuando Pizarro llega por primera vez a las fronteras del Tahuantinsuyo deja inadvertidamente contagiada la bacteria de la viruela entre los nativos que no tenían ninguna resistencia. Para su tercer viaje, la enfermedad había diezmado a la población y hasta es probable que Huayna Cápac haya muerto a causa de ella. Muerte prematura que provocó una guerra civil

66 MONTAÑA agosto 2014

entre sus herederos Huáscar y Atahualpa. La viruela, junto a la caballería, la pólvora y el acero, facilitó enormemente la caída del imperio andino. Atahualpa había recientemente librado una batalla con su hermano Huáscar y se dirigía desde el norte de lo que hoy es el actual Ecuador hacia el Cusco, a celebrar la victoria. Fue a medio camino, en Cajamarca, donde se topó con la pequeña avanzada española. Confiado e incauto cayó preso de los invasores en una refriega en la que murieron miles de indígenas y ningún extranjero. Ofreció entonces un cuarto lleno de oro y dos cuartos llenos de plata hasta donde llegara su mano levantada, para que sus captores respetasen su vida y lo liberaran. Los templos del imperio comenzaron a ser desmantelados y las caravanas cargadas de piezas de oro fluyeron hacia Cajamarca. La operación demoró algunos meses debido a lo vasto del imperio. Cuentan los cronistas que los conquistadores saltaban sobre las piezas y adornos fabricados en delgadas láminas para que compactadas cupiesen más en el cuarto del rescate. Atahualpa les decía que en vano lo hacían

porque él podía darles mucho más de lo ofrecido. Con el paso de los meses Pizarro se impacientaba y temía un levantamiento indígena. Temeroso decidió contra su promesa, no esperó más por el resto del rescate y ejecutó a Atahualpa, decapitando exitosamente a todo el imperio. Las caravanas que ya se hallaban cargadas de oro en camino hacia Cajamarca, se devolvieron. En la zona norte, Rumiñahui, el célebre general inca, organizó la resistencia y el eventual ocultamiento de los tesoros no entregados y del cuerpo momificado del Inca. Año y medio le tomó a Sebastián de Benalcázar recorrer desde Cajamarca hasta Quito. Las escaramuzas y batallas de los nativos demoraron el viaje. Los españoles persiguieron a Rumiñahui sin descanso y cuando finalmente lo capturaron, éste no confesó el sitio donde ocultó los tesoros. La tortura lo mató, pero no aflojó su secreto. Benalcázar hubo de conformarse con lo que sobró en algún que otro templo. Eventualmente él y sus huestes se dedicaron a la explotación de los vencidos, en vez de andar tras tesoros perdidos.


Spruce, Valverde, Latacunga, Píllaro, Llanganati, Guapa Durante los siglos siguientes el tesoro de Atahualpa perteneció más al campo de la leyenda. Se rumoraba de algunos probables escondites y el de Llanganti siempre estaba presente. Hubo suficientes exploradores que siguieron las varias pistas, hicieron caso a los rumores y enfilaron para donde sus corazonadas les dirigían, algunos hasta parece que encontraron algo. En 1858 el asunto da un giro. El botánico Richard Spruce se encontraba en la profundidad de la Amazonía imbuido en su profesión, cuando recibió la orden del gobierno de su majestad Victoria de viajar a tierras de Quito y conseguir semillas de la cinchona para sembrarla en territorios afines, pero propios. Las colonias británicas en tierras tropicales tenían un grave problema de salud con sus poblaciones; la malaria asolaba y el único remedio conocido era la quinina que provenía de la corteza del árbol de la cinchona. Tan valiosa planta crecía solamente en la Real Audiencia de Quito. La América española mantenía un monopolio sobre el remedio abusando de su precio y haciendo una poco eficiente oferta.

tañas de Llanganati y, en siete días de camino, llegar a donde los incas ocultaron el tesoro que se destinaba para el rescate de Atahualpa. Spruce publicó en sus diarios el documento, transformando el antiguo rumor en historia. Escrito en 1582 y dirigido al rey de España, el Derrotero narraba con precisión geográfica una ruta por estas hostiles y deshabitadas montañas. Pedro de Valverde fue al parecer un soldado español que hizo, como el mismo relata, “vida maridable” con la hija del cacique de Píllaro, y es seguramente esta rela-

ción la que le abrió las puertas al escondido tesoro. Píllaro era entonces un pequeño pueblo adyacente a los Llanganati, y por ahí manda Valverde seguir. Acto seguido dice que sobre la loma de Guapa, que así se llama hasta nuestros días, “si el día fuere despejado pudieras ver al pueblo de Hambato y vistas las espaldas a dicho pueblo, veréis los tres cerros de Llanganati, a una parte de la bajada de estos cerros encontrareis una laguna que es hechura de los indios, dentro de sus aguas los cargadores arrojaron juntas mil cargas de oro”.

Spruce, sin dilaciones, tomó el camino más recto al punto encomendado y trepó a los andes quiteños remontando las aguas del Amazonas. Asomó en nuestra tierra subiendo por las orillas del Pastaza hacia Baños. En pocos años Spruce identificó, estudió y germinó semillas de la cinchona. La contrabandeó con todo éxito al lejano Oriente, donde creció sin dificultad. Aparte, Spruce describió un sin fin de plantas en nuestro territorio, muchas de las cuales llevan su nombre, y siendo hombre curioso se interesó por otros asuntos varios. Entre estos últimos descubrió en los archivos de Latacunga una peculiar guía, junto a un edicto real. Se trataba del ahora ya famoso Derrotero de Valverde, un documento que describía cómo entrar a las mon-

agosto 2014 MONTAÑA 67


Corregidor, el Gole y el Padre Longo Junto al Derrotero había un edicto real por el cual se ordenaba al corregidor de Latacunga ir a verificar si lo descrito en dicha guía era cierto. Por alguna razón desconocida pasaron casi dos siglos entre que Valverde escribió su guía y el Rey mandó a verificarla. A la época hacía de gobernador o corregidor de Latacunga don Antonio Martín Segura Pastor, Marqués de Llosa, nombre que cabe recordar porque retornara en la historia. El rey de España enviaba además que un clérigo acompañe la expedición, seguramente a manera de garantía moral. A los pocos meses el corregidor elevó un informe al Rey, donde contaba que nada de lo descrito era cierto y que el padre había muerto al cruzar uno de los tantos ríos que en esa comarca existían. El Rey creyó en su representante en Latacunga y por un tiempo el asunto cayó en relativo olvido, hasta que Spruce asomó. El botánico trabajaba con otro británico ilustre, se trataba de Alfred Russel Wallace, celebre colega de Charles Darwin en el desarrollo de la teoría de la evolución. Entre ambos, Wallace y Spruce convinieron

68 MONTAÑA agosto 2014

en contratar a un par de aventureros para que se internen a Llanganati provistos del Derrotero. Mapa, tomas aéreas Los Llanganati son montañas muy arrugadas, la mitad cubiertas de páramo y la mitad de selva. Ocupan un cuadrado de más o menos 50 kilómetros por lado. Se trepan desde la Amazonía y su pico más alto, el Cerro Hermoso, se cubre de nieve con cierta regularidad. De valles boscosos profundísimos y aristas de roca desnuda, afiladas y barridas por el viento y la neblina, cruzadas de torrentes y sembradas de riscos verticales, estas montañas son poco exploradas en la actualidad. Son los buscadores de tesoros quienes más se han adentrado. Claro que los indígenas de antaño parecían conocerlas muy bien, pues de su presencia hay vestigios en toda la comarca. De cómo me enteré de estos asuntos Algo quedó en lo más profundo de mi memoria de aquellas noches de mi infancia en el campo, cuando en Radio Nacional Espejo pasaban una radionovela que relataba la historia de unos valientes que se internaban a Llanganati tras las pistas del tesoro. Había

en la historia rufianes malos llenos de ambición, aguerridos indígenas protectores del patrimonio de Atahualpa, bellas vírgenes del sol y, claro, un héroe capaz de todo lo bueno e incapaz de algo torcido. El guionista, en contubernio con el locutor, describía las más emocionales aventuras en los paisajes más exóticos. Desde entonces, aunque se borraron detalles, quedó la imagen de la leyenda sembrada en mi imaginación. Con el tiempo conocí a alguno de los exploradores reales y la leyenda se fue matizando con historia. Alguna vez mientras guiaba a un cliente norteamericano a la cumbre del Cotopaxi, fuimos sorprendidos por una tormenta. El viento inclemente que levantaba la nieve impidiendo toda visibilidad, nos obligó a refugiarnos en la profundidad de una grieta. Al amparo de las estalactitas y para que el gringo no se muera congelado le conté lo que entonces sabía de la fabulosa historia de Llanganati. Al rato el gringuito no quiso ya saber de las cumbres nevadas y enfiló su energía para Llanganati. Y para allá fui yo también ayudándolo en tan peregrina empresa. Muchos viajes y desvaríos, investigaciones sesudas y


exploraciones fatigosas nos condujeron después de varios años a mayor conocimiento y fascinación, pero jamás a un tesoro. Nuevamente Spruce, los marineros, otros exploradores Barth Blake llamose el aventurero que sobrevivió el periplo, pues su compañero sucumbió en el intento. Blake contó una historia diferente que la del corregidor al decir que todo lo relatado en el Derrotero era verdadero, “que ahí había… tanto que ni mil hombres lo pudieran cargar”. El hallazgo de Blake le da todavía más veracidad a la fantástica historia de la leyenda. Sin embargo, como tantos otros, Blake también murió al poco tiempo. Como se verá más adelante, los desaparecidos y muertos son tantos que hay quienes suponen que Rumiñahui sigue guardando celosamente el tesoro a través de una maldición.

La profesión de guía, el alma de la exploración y el verdadero valor de Llanganati Yo mismo he guiado en el pasado varias expediciones de buscadores de tesoros. Iba más con el afán de conocer tan apartadas montañas que son un patrimonio de las tierras salvajes en el mundo y una de las pocas áreas tan recónditas que le queda a nuestro Ecuador. Los Llanganati son uno de los pocos sitios donde se puede vivir la aventura y la exploración en su nivel más puro. Aquí no hay caminos ni huellas, ni letreros o basura. No hay más guía que la de Valverde y más seguri-

dad que la prudencia y el conocimiento propios. Cada paso hay que meditarlo, realidad tan lejana a la actividad de montaña comercial y masiva que hasta en las más altas hay que seguir en fila india las cuerdas puestas de antemano. El valor de Llanganati está también en su peculiar y variada fauna, así como en su prístina flora. Lo inhóspito de la zona ha mantenido a raya a cazadores y potenciales colonos. Hoy en día el área está, además, protegida bajo el sistema de Parques Nacionales.

Llanganati es una zona muy montañosa, cruzada por altísimas aristas que el viento y la lluvia barren continuamente. Las alturas de piedra desnuda están intercaladas por profundos valles donde la vegetación amazónica se trepa. Sin amedrentarse hay varios exploradores que se han enfrentado a los peligros de Llanganati armados de los papeles de Valverde o de Blake. Tras ese rastro han andado más extranjeros que nacionales, algunos fallecidos mientras andaban por Llanganati y otros ya por el paso de los años. Cabe mencionar las historias de Brooks, Blomberg, Bosqueti, Andrade Marín y Brunner. Entre los vivos nos queda uno de los legendarios que es Andrés Fernández Salvador, que le ha dedicado su peculiar vida prácticamente al asunto del tesoro. Suficientes han perdido la vida en estas correrías como para que se haya difundido la creencia de una maldición. Otros tantos encontraron la muerte afuera, mientras intentaban volver con más equipo o refuerzos.

agosto 2014 MONTAÑA 69


Nuevas pistas sobre la muerte de pájaros en

Ozogoche La Bartramialongicauda. Foto Dario Niz - http://avesdeuruguay.blogspot.ch/

E

n el sureste de la provincia de Chimborazo, dentro del Parque Nacional Sangay, a aproximadamente 3700 msnm, un sistema de 45 lagunas se encuentra escondido entre volcanes y páramos. Conocido técnicamente como el conjunto lacustre Atillo-Ozogoche, es uno de los más extensos y espectaculares paisajes de pajonales y lagunas de origen glacial de los Andes ecuatorianos. Está ubicado en las estribaciones de la Cordillera Real (u Oriental), en la parroquia Achupallas del cantón Alausí, a 90 km de Riobamba. La laguna más grande y conocida es Ozogoche o Cubillina. Con una extensión de 12 km, en su dirección sureste se halla conectada a una cadena de lagunas más pequeñas. Hacia el norte inmediato se encuentra la laguna Mactayán y 12 km más adelante la laguna de Atillo, hecha famosa por los puruháes, quienes congelaban o ahogaban allí a los criminales condenados a muerte. Una serie de lagunas pequeñas emergen también de Atillo (Steinitz-Kannan 1997). Las lagunas del Parque Nacional Sangay, como las de otras áreas protegidas andinas ecuatorianas, son importantes por la concentración de fauna y por su función hídrica, incluyendo la provisión y regulación del flujo de agua. Muchas tienen valor histórico, arqueológico y cultural; algunas son consideradas sagradas por la gente indígena que ve en ellas el espíritu del agua. Las lagunas atraen a turistas por su valor escénico, diversidad biológica y algunas por la pesca de la trucha. La región Atillo-Ozogoche es un refugio para osos de anteojos, pumas, lobos, venados, el cóndor andino, curiquingues, gaviotas andinas y patos, entre otra fauna y flora. Todos los años, al final de septiembre o principios de octubre, un gran número de cuvivíes (o chorlitos) caen del cielo a los páramos de Ozogoche cerca del volcán Ayapungo (puerta de la muerte). La creencia indígena local encuentra en ese fenómeno misterioso un tributo sagra-

70 MONTAÑA agosto 2014

Margaret Stern pegstern@gmail.com do que los moradores celebran con una fiesta en honor a las aves. Cuentan los abuelos que los cuvivíes llegan en esa época del año cuando los vientos son fríos, la neblina espesa y la lluvia viene acompañada de truenos y relámpagos (El Comercio 2013). El nombre cuviví se explica por el silbido repetido de “cuvicuvi”, que se escucha penetrante como un aullido de lobo, cuando cientos de estos pájaros llenan el espacio antes de tumbarse a las aguas heladas de las lagunas Ozogoche y Atillo, entre otras de la región. El nombre Ozogoche viene de “ushu” que significa glotón, deseoso de comer, y “juchi”, que significa estar solo y que se refiere a la ofrenda de aves a la laguna sagrada. Es un nombre que proviene de la imaginación de los observadores para explicar el fenómeno natural. El cuviví fue identificado en las últimas décadas como un ave migratoria que se reproduce en las praderas de Norteamérica durante el verano. Su nombre científico es Bartramialongicauda, y pertenece a la familia Scolopacidae; es pariente de las aves playeras pero esta especie es de pradera, no de playa. Caminan en los pastizales buscando insectos, como escarabajos y saltamontes, y pequeñas semillas para comer. El nombre formal en español es el Pradero Colilargo y en inglés Upland Sandpiper. Es un ave de 30 cm de largo, con cabeza pequeña con relación a su cuerpo, cuello esbelto y cola larga; la envergadura de las alas es de 50 cm (Ridgely&Greenfield , 2001). Esta especie, de entre 100 y 200 g de peso, emigra muy largas distancias hacia el sur, entre agosto y octubre, y va de regreso al norte entre abril y mayo. Las aves vuelan durante día y noche de sus áreas de reproducción en las praderas grandes del norte de los Estados Unidos y Canadá, a las pampas del noreste de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, donde luego permanecen siete u ocho meses durante el verano austral.


Su ruta migratoria las lleva por México, Centroamérica y el interior del continente suramericano, donde se las pueden encontrar tanto en la región andina como en las playas de los ríos amazónicos. Aunque no hay muchas observaciones, se cree que su ruta migratoria hacia el norte es parecida. En los Andes ecuatorianos no es común el avistamiento de la Bartramialongicauda, más allá de los cientos o miles de individuos que mueren en el área de las lagunas de Ozogoche y Atillo durante su migración hacia el sur. Para explicar el fenómeno natural, más allá de un tributo sagrado, los indígenas dan distintas versiones sobre el origen del hecho. Algunos dicen que la laguna atrae a los cuvivíes, los cuales caen y mueren en las aguas heladas, o que las olas los atrapan cuando se paran en la orilla para beber agua. Áreas de residencia y la ruta migratoria de Bartramialongicauda

ción camuflada por los pastos altos del páramo, los cadáveres son más fáciles de encontrar y recolectar en las orillas de las lagunas dónde se juntan. Igual que los antiguos cazadores de las praderas norteamericanas que buscaban aves de esta especie por su carne apetecida (Houston &Bowen 2001), la gente de Ozogoche y sus alrededores aprecia la carne sabrosa para su alimentación (El Universo 2010). El estatus de conservación de la Bartramialongicauda no es bien conocido por ser variable en los distintos países y áreas de su residencia y migración durante las diferentes épocas del año. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la especie está enlistada en la categoría de “least concern” (poca preocupación) (Schulenberg2010). En EEUU, las poblaciones de la especie se redujeron durante el siglo XX, entonces se considera la especie una preocupación nacional de conservación (Vickery et al. 2010). En las pampas de Argentina, Uruguay y Brasil, la transformación masiva de pastizales naturales a campos agroindustriales y el uso de pesticidas, podría tener un fuerte impacto negativo en las poblaciones de aves praderas. En el páramo de Ozogoche, el impacto de la creciente presencia de personas debido a la mejora de la carretera y el aumento del turismo durante los últimos años, seguramente ha influido en la reducción de la intensidad del fenómeno de la muerte de aves en la laguna del mismo nombre. Sin embargo, los moradores aseguran que este hecho sigue realizándose en las lagunas más lejanas e inaccesibles en lo alto del páramo (El Universo 2010).

Áreas de reproducción Rutas de migración Áreas de residencia fuera de fase reproductiva Fuente: Schulenberg, 2010

Con el conocimiento relativamente reciente de que los cuvivíes son aves migratorias, las causas potenciales de su muerte parecen ser un clima inhóspito con fuertes vientos y lluvias, que coincide con una debilidad para mantenerse volando debido a la larga distancia desde el inicio de la migración. Estudios científicos en otras partes del mundo han demostrado que la migración de aves está asociada con una alta incidencia de mortalidad, frecuentemente debido a la muerte en vuelo causada por tormentas u otros climas extremos en ruta, usualmente sobre cuerpos de agua, y afectando a veces a miles de aves (Newton 2007). Entonces, en la región andina de Ozogoche es posible que las aves enfrenten factores climáticos difíciles que impiden el vuelo y provocan cansancio, quizás principalmente en individuos mayores o débiles. Condiciones topográficas y climáticas podrían producir un cambio de presión en la atmósfera, vientos laterales o torbellinos, ocasionando que las aves se estrellen contra el suelo. Se sabe que las aves caen y mueren sobre un área amplia de tierra y agua, pero por su colora-

Referencias El Comercio. Ozogoche prepara un festival para recibir a los cuvivíes. 27 de septiembre de 2013. http://www.elcomercio.com/actualidad/ ecuador/ozogoche-prepara-festival-recibir-cuvivies.html El Universo. Cada vez menos cuvivíes se sacrifican en Ozogoche. 28 de sept de 2010. http://www.eluniverso.com/2010/09/28/1/1447/cada-vez-menos-cuvivies-sacrifican-ozogoche.html Houston, C. S. and D. E. Bowen, Jr. 2001.Upland Sandpiper (Bartramialongicauda). In: Poole, A. and F. Gill (Eds.). The Birds of North America, Philadelphia, PA. Newton, I. 2007. Weather-related mass-mortality events in migrants. Ibis 149: 453-467. Ridgely, R. S. and P. J. Greenfield.2001. The Birds of Ecuador. Vol. II. Cornell University Press, Ithaca, NY. Schulenberg, T. S. (Ed.). 2010. Upland Sandpiper (Bartramialongicauda). Neotropical Birds Online, Cornell Lab of Ornithology http://neotropical.birds.cornell.edu/portal/species/overview?p_p_ spp=150421 Steinitz-Kannan, M. 1997. The lakes in Andean protected areas of Ecuador. The George Wright Forum 14(3): 33-43. Vickery, P. D., D. E. Blanco and B. López-Lanús. 2010. Conservation Plan for the Upland Sandpiper (Bartramialongicauda). Version 1.1. Manomet Center for Conservation Sciences, Manomet, Massachusetts. agosto 2014 MONTAÑA 71


NUESTRAS MONTAÑAS

CUSIN,

páramo de fácil escalada (4.012 msnm) Marco Suárez Carrera Fotos de Milton Moreno Salas

H

istoria: Cuenta la leyenda que muchos años antes de que lleguen los Otavalos a poblar el valle, existía en la zona una tribu muy guerrera. Uno de sus jóvenes había sufrido en batalla tantas heridas en el rostro, que lo dejaron desfigurado, por lo que no era del agrado de la gente del pueblo y vivía alejado y solitario en una cueva. Una mañana al oír unos gritos pidiendo auxilio, corrió hacia lo profundo de la quebrada y encontró a una doncella que era arrastrada por la corriente. Con mucha valentía salvó a la doncella y se hicieron amigos. Desde ese momento pasaban horas enteras recorriendo los bosques, arroyos y cascadas de los alrededores. Era tal la alegría y felicidad del guerrero que sus risas y festejos se podían oír a grandes distancias. Un día ella no llegó y él la espero días, meses, años. Decepcionado y triste se encerró en su cueva y fue tal el dolor que sentía, que su cuerpo se fue transformando, y día tras día la cueva se iba hinchado hasta que se formó este cerro al que le llamaron Cusin, en honor de este joven guerrero. (Me lo contó el guardián de las oficinas del Ierac de Otavalo, en 1975).

72 MONTAÑA agosto 2014


Situación geográfica: Se encuentra ubicado en la provincia de Imbabura, 45 km al noreste de Quito y 16 km al sureste de la ciudad de Otavalo. Sus coordenadas son: 0° 9’45”N; 78° 9’18.02” O, y es uno de los volcanes que rodean al lago San Pablo. Geología: Éste es un estratovolcán extinto, su caldera es de aproximadamente 2,5 km. En su momento de actividad, una explosión lateral y algunas avalanchas originaron el actual cono volcánico. Está circundado por algunos conos de escoria, el efecto de las lluvias y la erosión de antiguos glaciares esculpieron en el lado norte del volcán dos profundas quebradas que se pueden apreciar desde el lago San Pablo. Acceso/horarios: Desde Quito a Otavalo, por la Panamericana Norte, hasta el desvío a la parroquia Gonzales Suárez, y por éste al pueblo San Pablo del Lago. Desde ahí, tomar la carretera que va hacia Zuleta y al llegar al caserío de Angla y seguir 1 km más. Tomar el camino de tierra que se encuentra al lado derecho, continuar por este 3 km hasta el bosque de eucaliptos y desviarse hacia la derecha siguiendo el camino que va a la toma de agua (5km a 3500 msnm), sitio en el que se pueden dejar los vehículos. Es importante anotar que el carretero es de tierra, y en verano se puede llegar en camioneta sin doble transmisión. Ruta de ascensión: De la toma de agua tomamos el sendero que está a la izquierda siguiendo el límite del bosque de polilepis hasta llegar al borde del cráter a 3600 msnm, (30 minutos). Continuar ascendiendo por éste, siguiendo la línea de cumbre hasta llegar a la misma (2 horas aproximadamente). Etimología: Posiblemente del quichua o del quechua: Cushi: alegre, contento, feliz, regocijado. Kusin: alegría, dicha.

Comentario: Esta ascensión se puede realizar en un solo día. No hay dificultad de escalada ya que todo es páramo, sin embargo es necesario tomar precauciones con el clima, vehículo, horarios y participantes, para no tener sorpresas. Recordar que todas las montañas tienen su peligro y dificultad.

agosto 2014 MONTAÑA 73


CARTELERA DEL CLUB

Dos semanas de expedición al Perú Fátima Serrano

Miembros del GACSG en el campamento morrena del Artesonraju. Foto de Tito Villacís.

El Grupo de Ascensionismo del Colegio San Gabriel (GACSG) estuvo de expedición en Perú, en la Cordillera Blanca. No había un plan específico, aunque se tenían en mente muchas opciones. Mi sueño ha sido siempre ir a Perú para subir sus montañas, y cuando finalmente lo logré, quedé absolutamente enamorada del lugar. Durante el viaje de dos semanas pudimos hacer el trekking de Santa Cruz, la cumbre del Vallunaraju, y un intento de cumbre en el Artesonraju y el Yanapaccha. La Cordillera Blanca es uno de los lugares más increíbles para hacer escalada en roca, andinismo, parapente, trekking, ciclismo, etc. Tiene aproximadamente 180 km de longitud y a no más de 50 km de distancia se encuentra la Cordillera Negra sin ningún pico nevado, donde se realiza exclusivamente escalada en roca. Es un lugar mágico, con una vista increíble. El cielo es azul claro y los atardeceres rojizos se divisan todas las montañas a lo lejos. Además de lo precioso que es, el lugar ofrece facilidades de acceso y movilización para cualquier parte de la Cordillera, y desde las quebradas existe la posibilidad de subir a algunas montañas y no solo una. La ciudad de Huaraz está ubicada en la parte central del callejón del Huaylas, de modo que es una ciudad céntrica en relación con la cordillera, y desde la cual se tiene acceso a cualquier parte de la misma. Allí encuentras de todo, literalmente todo lo que necesites está ahí, desde artesanías hasta cabinas telefónicas, bancos, casas de cambio, etc. Es una ciudad muy bonita y llena de turistas, por lo que es fácil conseguir guías, transporte y mucha información de cualquier montaña.

Durante el viaje, 19 integrantes del Grupo de Ascensionismo del Colegio San Gabriel hicieron el trekking de Santa Cruz, la cumbre del Vallunaraju, y dos intentos de cumbre más en la Cordillera Blanca.

comparan con las montañas ecuatorianas, las peruanas son significativamente más frías. Las aproximaciones a la mayoría de las montañas son largas, lo que da un valor agregado a las ascensiones. Existen más de 35 montañas de 6.000 m de altura, y también muchos 5.000. Los valles, lagunas y quebradas son hermosos, el agua tiene un color característico, muy llamativo, en algunas es verde esmeralda, en otros es un turquesa marino. Es agua glacial, de modo que es pura y muy refrescante. Hay mucho ganado, vacas, toros, ovejas, llamas, alpacas, burros y caballos que te acompañan en el recorrido. En los caminos te encuentras con muchas personas amables, generalmente arrieros y porteadores, muchos de los cuales como hablan en quechua solo te dicen “amiga” y “hola”. Al leer esto pensarán que la Cordillera Blanca solo tiene atracciones para quienes gustan de las montañas, pero sea uno andinista o no el paisaje, la flora y la fauna son espectaculares, y hay muchas actividades para todo tipo de personas con todos los gustos posibles. Con solo sentarse y observar, uno queda completamente satisfecho. En realidad Perú tiene mucho potencial. Por ejemplo, por la quebrada de Parón hay unas paredes de roca enormes,

Las montañas peruanas son únicas, tienen un aire mágico, casi celestial, son enormes, en verdad son muy grandes, en altura y en anchura. Tienen muchos niveles de dificultad y paredes gigantes y muy empinadas. Hay una variedad increíble. La nieve y el hielo son muy consistentes; bueno, casi siempre. Pero es muy frío. Si se 74 MONTAÑA agosto 2014

Fátima Serrano en la cumbre del Vallunaraju. Foto de Fernando Benalcázar.


son casi tres kilómetros aproximadamente de pared de roca, hay muchas montañas y picos vírgenes, hay vías que solo han sido subidas una vez. Entonces, Perú resulta ser un lugar mágico para escalar y hacer cualquier tipo de deporte de aventura. Es el sitio ideal al que todos queremos viajar para conocer, o volver. El trekking de Santa Cruz dura cuatro días. Se sale desde Cashapamba y se llega a Vaquería. El punto más alto por el que se pasa se denomina Punta Unión, y está a 4.700 m. Durante el trekking nos acompañaron las siguientes montañas: Alpamayo, Paria, Tayamana, Pucajircas, Taulliraju, Quitaraju, Rinrijirca, etc. El primer campamento es en un sitio denominado Llamacorral, el segundo en Taullipamba, el tercero en Cachinapamba. Todos estos están por sobre los 3.500 m de altura. La distancia total es de 45 km, y la duración media de cada jornada de entre seis y ocho horas. Es el trekking ideal para aclimatarse y conocer un poco del Parque Nacional Huascarán. 17 miembros del GACSG pudimos compartir entre amigos esta experiencia tan increíble. Después de terminar el trekking nos dirigimos hacia el Vallunaraju, una montaña de aproximadamente 5.686 m de altura, ubicada en el Valle de Llaca. Es una montaña ideal para aclimatarse, y ascender montañas más elevadas. El campo morrena o campo base está ubicado a 4.760 m. La aproximación al mismo es una subida muy empinada, y nos tomó alrededor de dos horas llegar al campamento. Ahí pudimos descansar, comer e hidratarnos. 19 miembros del GACSG nos dirigimos a la cumbre en la madrugada del sábado 12 de julio, y a las 10 de la maña-

na la alcanzamos. Es una montaña increíble, y tuvimos la suerte de que el clima estuviera espectacular, muy despejado. Desde el Vallunaraju pudimos ver toda la cordillera, y un montón de montañas como la Oschapalca y Ranrapalca. Al terminar la jornada regresamos a Huaraz y descansamos allí el domingo. El lunes salimos a alrededor de las seis de la mañana al Artesonraju. Entramos por la quebrada de Parón, desde donde tuvimos una vista increíble de la laguna del mismo nombre. Además, se podía ver la Pirámide, el Chacraraju, Paira y el Artesonraju. El martes descansamos en el campamento, y la madrugada del miércoles salimos a la cumbre. La nieve estaba muy floja, por lo que no se nos permitió subir más allá de los 5.000 m, pero como dijo mi papá alguna vez: “la montaña siempre va a estar ahí”, de modo que con solo estar en este lugar tan mágico ya estaba satisfecha. Ese mismo día nos regresamos, desarmamos el campamento y bajamos al lugar donde nos había dejado el carro. Lastimosamente no encontramos ninguna convi o taxi, de modo que dos amigas del grupo bajaron unos 16 km en busca de algún transporte, y para no alargar más el cuento a las nueve de la noche logramos llegar a Huaraz, todos muertos de cansancio. El jueves nos levantamos aún cansados, por lo que permanecimos ese día en Huaraz. Comimos como reyes, dormimos, nos relajamos. Decidimos intentar el Yanapaccha, y el viernes partimos. Salimos a las once de la mañana de Huaraz, y alrededor de las cuatro de la tarde estuvimos en el campamento, donde encontramos bastantes personas. Hicimos el intento de llegar a la cumbre, pero desafortunadamente no encontramos paso. Las condiciones climáticas no nos favorecieron de modo que bajamos de regreso al campamento y de vuelta a Huaraz. Me resulto un viaje sumamente enriquecedor, no solo en la parte espiritual; como montañera aprendí mucho. Fue una experiencia inolvidable, estoy enamorada de la Cordillera Blanca, quiero y voy a volver, para seguir disfrutando de la montaña. Además como me dijo mi pana Ossy: “Nuestro club es especial porque se comparte la montaña entre panas”, y eso no tiene precio. Diana y Oswaldo subiendo al campamento del Artesonraju. Al fondo, el Artesonraju visto desde Parón. Foto de Fátima Serrano. Vista desde la cumbre del Vallunaraju. Foto de Fátima Serrano.

agosto 2014 MONTAÑA 75


CARRERA


P

royecto Aventura es una empresa reconocida en el ámbito del deporte en Ecuador, por su innovadora propuesta de generar un espacio para la práctica de deportes no tradicionales, a través de las carreras de aventura o de expedición. Creada hace once años, fue idea de un grupo de cuatro amigos de la universidad, quienes se divertían organizando salidas y explorando las montañas cercanas a la ciudad de Quito durante los fines de semana. Lo que buscaban era disfrutar de la naturaleza y compartir todo lo que el ambiente puede ofrecerle a una persona cuando visita la montaña: tranquilidad, retos, diversión, adrenalina y más. Un día de enero de 2003 se nos ocurrió planificar una competencia de aventura nacional para generar una experiencia de expedición en estado puro y descubrir el Ecuador, motivados por un deseo de cambiar su estilo de vida. Así surgió el Huairasinchi, una competencia tipo nonstop (sin paradas obligatorias), con una duración aproximada de cuatro días, durante los cuales equipos mixtos conformados por cuatro personas planifican una estrategia que les permita alcanzar la meta en el menor tiempo posible.

Aventura un proyecto de vida Proyecto Aventura

Huairasinchi es una palabra kichwa que traducida al español significa: la fuerza del viento. Mucho más que una competencia de aventura, es una experiencia de vida mediante la cual es posible alcanzar retos y desafiar los límites físicos y mentales. Huairasinchi ha sido el evento pionero de aventura en el país y ha marcado la vida de muchas personas. Gracias a él, muchos han hecho del deporte y de la montaña una forma de vida. En cada nueva edición –hasta hoy se han realizado once– recorre lugares recónditos del Ecuador, sitios muy significativos no sólo por su naturaleza sino por su gente y su historia. Cada año, los caminos por los que atraviesa son diferentes; nunca se ha repetido una ruta. Este es otro de los retos que propone el deporte de aventura

agosto 2014 MONTAÑA 77


no sólo a los competidores sino a sus organizadores, pues año a año se ven ante el desafío de encontrar un nuevo lugar por descubrir. Cada Huairasinchi es único y nunca se repetirá. Con la primera válida del Huairasinchi llegaron los participantes llenos de expectativas y de nuevas ideas. Entonces se pensó en cómo mejorar esta prueba, y en cómo articular valores que fueran de la mano del respeto a la montaña y al ambiente. Así, la organización del evento se planteó que en el desarrollo de cada una de sus competencias, no sólo se asegurarían de presentar como escenarios los lugares más espectaculares y hermosos de la geografía ecuatoriana, sino que pondrán en práctica la filosofía no dejar rastro. Leave no trace o No dejar rastro es un mensaje de conservación que el Proyecto Aventura transmite a todas las personas que participan en sus eventos. Como deportistas practicantes, sus organizadores han asumido el compromiso de crear espacios para el deporte de aventura de la mano del cuidado del ambiente, con el objetivo de que cada lugar que visitan, en cada una de sus competencias, se preserve en estado natural para que futuras generaciones puedan vivir y disfrutar de estos. Como organización son muy cuidadosos con el número de participantes que manejan en cada competencia,

con el fin de no generar amenazas a la montaña y sus pasos naturales: senderos, chaquiñanes y pequeños caminos que muchas veces están llenos de historia de asentamientos remotos. También son exigentes con los competidores, ya que cuentan con reglamentos para cada una de sus carreras que hacen hincapié en el hecho de cuidar la montaña y la naturaleza. Los equipos o participantes pueden ser sancionados si no cumplen con las reglas de manejo de desechos en ruta, espacios de silencio, mantenimiento del paso por lugares establecidos, y de no recoger ni mover elementos que se encuentren en la ruta y que pertenezcan al ecosistema. En otras ocasiones, como parte de su aporte a la conservación, realizan pequeñas jornadas previas de reforestación y concienciación. Para Proyecto Aventura, la naturaleza y los competidores son el eje central de su trabajo. Actualmente, Santiago López y Rodolfo Peralta lideran este emprendimiento. Explican su compromiso de este modo: “Nos sentimos orgullosos de pertenecer a un país lleno de bellezas naturales y de lugares inexplorados a ser descubiertos. Cada día buscamos llegar a un mayor número de personas, sin distinción de edad o de sexo, para que a través de la aventura conozcan el Ecuador y se enfrenten a

retos deportivos que proyectan un crecimiento personal. Queremos promover un estilo de vida sano, lo que se logra sólo con el planteamiento de metas personales. Para nosotros, la aventura es un motor de cambio y en este país, es una forma de vida”. Desde sus inicios, Proyecto Aventura buscó fomentar el turismo ecológico entre los participantes y sus familias, al igual que el desarrollo local de las comunidades por donde atraviesan sus rutas de carrera. Para esto, siempre han mantenido comunicación con las autoridades de cada población, con el fin de coordinar acciones en favor de estos grupos locales, dar a conocer su cultura o apoyarlos en alguna necesidad. Asimismo, desde su origen, se planteó la posibilidad de posicionar al país como un referente mundial de vida sana, de buen manejo de recursos naturales y precursor del deporte de aventura, responsable de la salud de los competidores y el ambiente. Luego de una década de esfuerzos, los objetivos trazados se van cumpliendo, y a pesar de que queda camino por recorrer, Ecuador ya es reconocido a nivel mundial por su riqueza natural y su potencial para hacer turismo de aventura. En 2014, el Huairasinchi será la sede del Campeonato Mundial de Aventura 2014, un evento deportivo que viene desarrollándose desde hace 13 años alrededor del mundo. La competencia acogerá a 60 equipos, 240 participantes en total, pertenecientes a diferentes países, los cuales representarán por primera vez a su bandera, en una competencia que tendrá una duración de hasta ocho días. Por esta razón, la tradicional ruta de 400 km se extenderá a aproximadamente a 700 km. La competencia se cumplirá entre el 9 y el 17 de noviembre, y cruzará las tres regiones continentales de Ecuador. El Campeonato Mundial de Aventura será cubierto por la prensa nacional e internacional y, sin duda, marcará un hito para

78 MONTAÑA agosto 2014


la historia del deporte de aventura en el país. Así, Ecuador se sumará a la lista de naciones anfitrionas, organizadoras de un Mundial de Carreras de Aventura. El Mundial de Aventura 2014 llega a nuestro país, tras varios años de esfuerzo y dedicación en lo que se refiere a la organización, luego de que en 2013 compitió con Suiza por convertirse en la sede del evento, y de que dos equipos ecuatorianos lograron ubicarse en buenas posiciones en el Mundial de Aventura realizado en Costa Rica, durante ese año. Desde la experiencia de Proyecto Aventura, este deporte está tomando fuerza y presencia en el ámbito deportivo del país y, por eso, cada vez comparten la satisfacción de observar, desde su rol de promotores del deporte de aventura, la participación de nuevos jóvenes, tanto hombres como mujeres, en esta actividad que busca fomentar el amor por la naturaleza y la montaña. En 2015, continuará con su propósito de impulsar un estilo de vida saludable entre los ecuatorianos mediante la práctica de deportes no tradicionales, en lugares que descubren la belleza de nuestro Ecuador. Para esa ocasión, prevé presentar nuevas competencias de montaña. Los invitamos a seguir sus pasos a través de proyectoaventura.com.

Con la fuerza del viento, Huairasinchi propone una experiencia de vida por los caminos del Ecuador, promoviendo el respeto por la naturaleza, la historia y su gente.

agosto 2014 MONTAÑA 79


Mi desafío

ANDES6000 42K Bernardo Sevilla

80 MONTAÑA agosto 2014

Foto de Gabriel Cadenas.


C

orrer trail se ha convertido en mi pasión. Entre este deporte y yo existe una conexión espiritual enorme, pues supone recorrer los caminos, estar en contacto con la naturaleza, trabajar cada día para vencer mis límites y lograr los objetivos planteados al inicio de cada temporada. Este año, saber del lanzamiento del campeonato trail running ANDES6000 fue una alegría: dentro del cronograma anual se incluyeron las carreras 42k, un excelente nuevo reto. A los pocos días de la primera válida del campeonato, el clima estuvo muy frío y húmedo por la temporada invernal de la Sierra. Las lluvias constantes y el frío de nuestras montañas hicieron que contraiga una fuerte afección gripal. Y ¿ahora?, me pregunté, sabiendo que cada carrera es una nueva oportunidad para compartir, conocer nuevos lugares, gozar de la adrenalina de la competencia y probar hasta dónde puedo llegar. Decidí correr y probar una nueva modalidad de competencia ¡contra mi propio estado de salud!

La carrera comenzaba a pocos kilómetros de la población de Lloa (3.300 msnm), en las faldas del majestuoso volcán Guagua Pichincha, emblemático para quienes vivimos en Quito. Sabíamos por los datos previos de la organización que tendría un desnivel acumulado de 2.491 m. Por los perfiles de altimetría publicados, esto implicaba el primer reto a vencer: mucha cuesta y mucha bajada, como debe ser un buen trail, sin chance a respiro alguno. Antes de la partida había un gran ambiente; cientos de corredores hablando, sonriendo, gran camaradería, todos calentando motores, música... Comenzamos, y desde el primer segundo de competencia todos los corredores salimos a buscar el primer lugar: adrenalina a mil, una fuerte bajada de tierra y piedras donde parecía que la carrera tendría solo 10 km o 15 km de duración. Cuando se acabó la bajada, empezó lo bueno. Entramos a varios potreros donde comenzaba la subida; subida y más subida en césped. Los corredores en fila india. Al regresar a ver hacia atrás, había cientos de personas, cada una luchando por subir, lograr ritmo y no claudicar con este inicio de jornada.

Foto de Andrés Pallares.

agosto 2014 MONTAÑA 81


Este año, el trail running ANDES6000 incluyó en su cronograma anual las carreras 42K, una oportunidad para los competidores de plantearse nuevos objetivos.

Fueron alrededor de 5 km de cuesta inicial. Luego salimos a un camino empedrado que nos condujo hacia el norte, en dirección a las faldas del Rucu Pichincha. La vista era espectacular, se veía el valle de Lloa. El camino poco a poco se iba perdiendo y se convertía en un sendero de montaña lleno de vegetación andina a los lados. Había bruma y escasos rayos de sol, lo que hacía que todo fuera mágico. Empecé mi competencia en esos precisos momentos ya que los síntomas gripales empezaban a mermar mi condición: mucho catarro, tos y el corazón arriba, en lo alto. Entonces volví a mi plan de carrera. Varios corredores compartíamos el camino. Cada vez subía más y más, pero esta vez estábamos dirigiéndonos nuevamente hacia el sur, hacia las faldas del Guagua. Alcanzamos los 3.700 msnm. Algunos de los competidores presentaban contracturas o calambres. En mi caso, mantenía mi ritmo y mi plan de competencia. Comenzaron las bajadas, varias, por caminos de tierra y piedras; la vista era espectacular hasta que llegamos a chaquiñanes y potreros con bastante lodo. En esta parte compartimos ruta con corredores de las otras distancias que se corren en la ANDES6000 (21k y 10k). Bajamos a la máxima velocidad posible por varios chaquiñanes, y luego de pasar por el interior de una quebrada, volvimos a subir. Pasamos a varios corredores que daban ánimo y fuerza a los 42k. El camino volvía a subir, casi en vertical. Ahí estábamos, varios corredores de las distintas distancias venciendo a la gravedad, cada uno con mayor ímpetu. Al salir de este último chaquiñán, tomamos varios caminos de tierra que subían nuevamente. Dejamos atrás a los corredores de otras distancias, y ahí estábamos los de los últimos 10k. La tarea para mi fue más mental que física; sentía mis piernas pesadas y el corazón por encima de mi nivel de esfuerzo normal. ¡Esto es el trail! Cada día debes competir contra ti mismo, y aprender de ti. Así me repetía y me ponía en manos de mi Dios a cada paso. Continúe adelante. Pasé la última estación de abasto; los siguientes 6 km eran bastante planos, por un camino espectacular que conduce nuevamente al sector de la llegada, pero siempre hay que esperar el final. En este caso, a 2 km de la meta el postre era una subida de unos 700 m. Subía con el mejor ritmo posible, aunque muy desgastado, hasta que al final de la cuesta escuche un: “dale papi, dale Berni”, “tú puedes”, palabras mágicas de mis hijos que en ese momento hicieron que mi corazón, piernas y mente empezaran a volar. Bajamos hasta la meta nuevamente: “volaba”. Estaba listo para cruzar y vivir una de las mejores carreras, recibir el beso de mi esposa a la llegada y el abrazo de oso de mi hijo. Esto fue la mejor recompensa, además de todo lo que los organizadores de esta carrera hacen por cada corredor o ganador: una excelente ruta con varios tipos de camino, paisajes espectaculares, puntos de abastecimiento bien provistos, seguridad a lo largo de toda la carrera, excelentes trofeos y la oportunidad de probar nuestros límites.

82 MONTAÑA agosto 2014

Foto de Gabriel Cadenas.


incubation

preservation

sterilization

Guide to Laboratory Equipment Advanced Products and Technologies for Life Science, Pharmaceutical, Biotechnology, Clinical and Industrial Laboratories

Panasonic… the new name for SANYO www.panasonic.com/biomedical

Jorge Washington E8-20 y Av. 6 de Diciembre Quito - Ecuador · EC170143 Telefax: 2903160 falme442@uio.satnet.net

No siempre lo barato sale caro

IMPORTACIONES Mejor Calidad y Precio · Abrillantadoras y aspiradoras · Lava alfombras y pisos duros · Suministros de limpieza · Servicio Técnico AV. 6 de Diciembre N20-50 y Jorge Washington · Telf.: (02) 2522-553 Cel.: 0987-075929 · E-mail: marco.suarez@importacionesmsc.com.ec


PEDALEANDO

Ruta

Mojanda

Texto y fotos de Ruta Cero Adventure Travel

E

l páramo de Mojanda y su complejo lacustre presentan una composición típica de origen glaciar. En el límite provincial entre Imbabura y Pichincha, el área está formada por tres lagunas permanentes: Grande de Mojanda o Caricocha, Negra o Yanacocha y Chiquita o Warmicocha, entre otras pozas estacionarias.

Su paisaje se caracteriza por picos que superan los 4.000 msnm, de los cuales se destacan el Fuya (4.279) y el Cerro Negro o Yanaurco (4.263), como las elevaciones más altas de la zona. Una vegetación de entre cinco y siete m de altura -que por efectos de las condiciones climáticas crece de forma torcida y ramificada- le confiere un aspecto muy particular a la zona. El ecosistema ocurre en forma de parches aislados y constituye uno de los últimos remanentes de su tipo en la zona. Los páramos y bosques de Mojanda están habitados por aves como los quilicos, halcones, águilas, colibríes, curiquingues y cóndores, que pueden verse en ciertas ocasiones. Entre los mamíferos hay lobos de páramo, osos de anteojos, venados, conejos de monte... Estas características hacen de Mojanda uno de los escenarios cercanos a Quito de mayor belleza escénica y de más fácil acceso. Es perfecto para la práctica del ciclismo de montaña y para recorrer caminos en medio de increíbles paisajes.

84 MONTAÑA agosto 2014

La ruta Tabacundo-Mojanda-Cochasquí es óptima para superar cuestas in-

terminables y disfrutar de descensos rápidos, con una increíble vista del Nudo de Mojanda y sus lagunas. Datos técnicos: Distancia de la ruta: 45 km; tiempo estimado de la ruta: 6 horas; nivel físico: medio-alto; nivel técnico: medio-bajo; altura máxima: 4.050 msnm; altura mínima: 2.875 msnm; terreno lastre y lastre con piedra suelta. Principales atractivos: Lagunas de Mojanda, Cerro Negro, Cerro Fuya Fuya, Pirámides de Cochasquí, Flora y fauna representativa del páramo andino, Vista panorámica de las elevaciones aledañas. Kilómetro a kilómetro Cero: La ruta comienza en Tabacundo, ascendiendo por un camino de lastre que conduce a las lagunas, y del cual cualquier persona del pueblo puede dar cuenta. Durante el tramo inicial pasas por un par de desvíos y una hacienda, debiendo continuar por el camino principal sin desviarte. Km 1,9: Cruzas una intersección junto a un canal de agua, y a continuación tomas el camino principal donde en-


contrarás más desvíos y entradas de hacienda, que se deben obviar. 12: Luego de ascender un tramo zigzagueante llegas a una bifurcación desde la cual se debe subir por la derecha; estamos ya a menos de un kilómetro del mirador. 12,5: En el mirador puedes descansar y comer algo, mientras disfrutas de una increíble vista de la Laguna Grande de Mojanda y de las montañas que la rodean. Luego se debe continuar por el camino que desciende hacia las lagunas. 15,5: Tras un emocionante descenso, arribas a un desvío en forma de T, debiendo continuar hacia la izquierda, bordeando la laguna Grande, un tramo con subidas y bajadas. 17,5: En este punto encontrarás una Y. Se debe ahora continuar por la izquierda hacia la Laguna Chiquita. El camino de la derecha nos lleva a la base del Fuya Fuya y Otavalo. 19: Luego de pasar junto a la Laguna Chiquita, nos encontramos con dos

nuevos desvíos. En el primero se debe tomar el camino de la izquierda, y unos 30 metros más adelante el de la derecha. Luego de este último tenemos un pequeño ascenso, para luego iniciar un largo descenso hasta Chochasquí.

Tabacundo. Continuar por la izquierda en dirección a Tabacundo, y mantenerse en el camino principal, pues existen varios desvíos pequeños. Este último tramo es una larga travesía de 15 km con subidas y bajadas.

23: Te encuentras con un desvío; ahora se debe continuar descendiendo por la izquierda.

45: Llegas nuevamente a Tabacundo finalizando el circuito.

29: Pasas junto al Complejo Arqueológico Cochasquí. 29,7: En este punto salimos a un camino más amplio que une Malchinguí y

Qué llevar: Ropa cómoda y abrigada, chaqueta impermeable, gafas y protector solar, ropa de recambio para dejar en Tabacundo, al menos dos litros de agua, comida de marcha rica en carbohidratos, cámara de fotos.


COMUNICACIÓN

Producción: Editorial Fotográfica Audiovisual Cine experimental

Servicios complementarios: · Diseño gráfico publicitario, editorial e institucional · Filmación y edición de video institucional y documental · Digitalización de diapositivas y negativos fotográficos · Digitalización de video a partir de formatos magnéticos Veracruz N34-38 y Av, América - Quito, Ecuador Teléfonos: (593-2) 2 600 513 / 0987458340 E-mail: milton@vivaimagen.org Web: www.vivaimagen.org




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.