6 minute read
6.6. Evaluación auto instructiva – danza
mágicos-religiosos, presagios, castigos divinos, milagros, sueños, encantamientos, brujerías y hechicerías, magia de la maldición, etc. g.- Medicina folklórica: Curanderos, plantas medicinales, curaciones por medio de animales: cuyes, gallinas, perros negros, zorrino; curaciones con insectos: opur- opure, cantarida, laqato; plantas dormitantes, plantas conservadoras, enfermedades de niños, enfermedades de adultos, partos, caídas y corazones volteados, kiucha, layqasqa, urijasqa, etc. h.- Poesía, música, bailes y juegos tradicionales: Cantos tradicionales de amor, de odio, de jolgorio, de tristeza, de burla, de infidelidad, cantos infantiles cantos de reuniones sociales, cantos religiosos, bailes y danzas tradicionales, cantos religiosos, carnavalescas, hayllis, huayños, etc. Poesías indígenas, juegos infantiles de pasatiempo de contar. i.- Religion, filosofia y moral: Dios, la virgen, los santos, cruces, capillas, almitas, cielo, purgatorio, infierno, la vida y la muerte, el diablo sus formas, el bien y el mal. j.- Agricultura: Ganadería, caza, pesca, etc.
k.- Vivienda, alimentación, vestido y formas de habla.
Advertisement
6.6. Hechos que se pueden ser considerados como folklore.
QUECHUA
a.- HALLPA HAPISQA b.- ANIMO QARKUSQA c.- LAIQASQA d.- K’ISWASQA e.- UKKU TRUKA f.- URIHASOA g.- HAMPAT’U T’IWKASQA h.- MACHU WAIRASQA i.- PUNKISQA j.- HANQ’U T’AQASQA k.- KKAIQASQA l.- AYA WASI GINTIL ll.- UKHUPACHA m.- ATUQWAN LLUTHUWAN
CASTELLANO
a.- Agarrado de la tierra. b.- Espíritu espantado (Susto). c.- Hechizado – embrujado. d.- Corazón volteado. e.- Truquería del alma. f.- Le hizo daño el muerto. g.- Cuando chupa el sapo. h.- Le dio sopladura (mal viento) i.- Hinchazón del cuerpo. j.- Dislocadura k.- Cuando coge la noche l.- Culto a las casas antiguas ll.- Mundo del más allá m.-. Cuento; el zorro y la perdiz
7.1. Globalización y Folklore.
Las Tradiciones en la Post modernidad.
La globalización es un fenómeno actual del que no podemos aislarnos. Implica, entre otras cosas, una creciente presencia de elementos de la tecnología de punta: grabadoras, filmadoras, televisión, satélites, computadoras, etc. Avance de ciencia y técnica que ingresa a diario en nuestro quehacer social y que produce cambios más o menos profundos en la económica, la industria, el trabajo, el transporte de productos y la difusión de las ideas. Cambios que han precipitado la erradicación de principios estéticos, morales, políticos, etc.
El modo como estas transformaciones de la llamada posmodernidad influyen en las formas culturales tradicionales, es variado, a veces difuso y, muchas veces, mal comprendidos.
Cuando estamos enfrentando tareas de investigación, es evidente que los recursos de la tecnología moderna son invalorables. Los primeros registros, por ejemplo, de las tradiciones orales, fueron registradas de conformidad a las formas mentales de los europeos que llegaron a nuestras tierras, con una cultura distinta y no supieron comprender bien los significados de formas específicas de llamar a las cosas, así y solo como ejemplo, en el siglo XVI las ideas en torno al cielo y al infierno se habían desarrollado en la edad media e impregnaban el pensamiento las misiones y conquistadores, y fue fácil confundir la presencia de fuerzas tecnológicas de la mentalidad andina con los personajes demoníacos de la tradición Judea–cristiana. No hubo, evidentemente, mala intención en ello, pero ocurrió. El color negro era usado en vestiduras de deudos que mostraban su pesar por algún pariente fallecido, así que cuando vieron a la capullana con largos vestidos oscuros, creyeron que era una viuda y no una matriarca. De otro lado la ley sálica prohibía a las mujeres hispanas ocupar cargos de gobierno y aquí había un pueblo – los tallanes – que eran comandados por una mujer. Para los que observaban y se tomaban el tiempo para escribir, eran notas apresuradas las que se lograban y muchos aspectos de la vida diaria quedaron obliterados o deformados por el
recuerdo parcial de lo oído y visto. Es afines del siglo XIX que se puede contar con registros en cilindros de cera, que por cierto se deforman con el transcurrir del tiempo y la contracción o dilatación del elemento de base empleado. Así se grabó por Brunning una serie de informes de la sierra de Piura, los que se conservaban parcialmente en Caracas, Venezuela.
Hoy contamos con excelentes grabadoras, que permiten – con gran nitidez – grabar voces y música, sin distorsiones y aun sin que los entrevistados o portadores de hechos folklóricos se sientan afectados por la presencia de elementos que distraigan su discurso. Igual ocurre con los elementos visibles. Al comienzo, Guamán Poma de Ayala, Morúa y otros, recurrieron a la tinta y el carbón para dibujar lo que veían o creían ver, como ocurre hasta tiempo de Martínez de Compañón , quien dibuja a una serie de personajes, vestuarios, costumbres, pero con una visión distorsionada por su propia forma de ver las cosas, aunque recoge pentagramas parte de las interpretaciones musicales que logra recoger – o quizá, que simplemente le gustaron -, los viajes ilustrados del siglo XIX siguen el mismo modo de registro, con mayores luces que sus antecesores, pero acuarelas y dibujos solo permiten una visión fugaz de las cosas, detenidas en el tiempo, nos muestran por ejemplo danzas, que al no tener una secuencia no sabemos como se interpretaban , lo que da pie a conjeturas que muchas veces se alejan de lo que se quería mostrar. La fotografía y el cine significa por ello una enorme ayuda, invalorable, pues se puede no solo mostrar un instante en el tiempo, sino la secuencia de ritos, danzas, gesticulaciones, etc. , que se puedan recoger en colores y con voces que posibilitan una comprensión mayor del fenómeno cultural en estudio. El avance notable de la nanotecnología permite citar hoy con cámaras digitales diminutas y con cámaras de video, precisas, manuables, que no requieren de grandes destrezas para su empleo y no alteran al informante en lo absoluto.
Sin ligar a dudas, la prensa escrita es un elemento a tener siempre en cuenta. Lamentablemente la gran mayoría de los periodistas o quienes escriben en diarios y revistas, no solo están adecuadamente informados de los significados culturales y en consecuencia, distorsionan en vez de informar adecuadamente sobre los fenómenos folklóricos. Por cierto, hay posibilidad de cambiar este panorama, pues se puede pensar en preparar
revistas especializadas de conocedores de los temas a tratarse y con la preparación científica adecuada que permita la difusión del caso. No es lo mismo escribir sobre un partido de fútbol que sobre una danza, en ambas se debe saber qué se está tratando, pero si alguien se equivoca con el fútbol nada pasa, mientras que en los asuntos culturales, un error puede
llevar a confusiones y distorsiones que luego significaran incluso conceptualizaciones erróneas de la realidad social.
El desarrollo de los medios audiovisuales: radio, televisión, video y otros similares, implica la posibilidad no solo de un registro correcto y fiel de sucesos, también puede ser empleado para difundir adecuadamente las formas culturales especialmente aquellas relacionadas con la música, la danza, el teatro tradicional, etc. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el espectáculo armado para el set de televisión o cine, significan un estrechamiento físico del ambiente original donde discurre tradicionalmente la danza o el teatro folklórico. No sería económico para nadie presentar piezas tradicionales en un set de TV, así que debemos encontrar una solución al problema. Reducir tiempos es lo más fácil, lo difícil es saber que parte del hecho folklórico puede ser cercenado para adecuar la pieza a los requerimientos de tiempo y espacio que son imperativos en una empresa de carácter económico, desacralizada por ende, que difiere enormemente de lo que se presenta en las comunidades tradicionales, en que el sentimiento sacralizado, socialmente admitido y sancionado., es lo más importante. De otro lado, no olvidemos que los comportamientos urbanos adquieren carácter diferente al modo campesino de actuar, añadiéndose una singular característica que muchas veces no entendemos a cabalidad en la ciudad.
Por cierto no debemos dejar de lado la enorme importancia que ha adquirido la computadora, cuya presencia puede ser de gran valor para el registro y estudio de los hechos folklóricos.
Ahora bien, lo que es de veras preocupante es que el Estado, como tal, pese a los convenios internacionales de la producción popular, no se preocupa mayormente de este asunto. Las universidades, tienen limitaciones respecto al tema, pero en general, es pobre hacer cátedra del folklore en el sistema; menos investigaciones serias sobre estos aspectos que, sin embargo, tiene una enorme importancia para comprender la