Bafona: El Potencial Educativo de la Danza. Concejo Nacional de la Cultura y las Artes

Page 52

En línea con lo anterior, la danza en la educación es esencial para propiciar la resonancia sensorial y perceptiva a la que hace alusión David Le Breton, cuando dice que: El cuerpo es proliferación de lo sensible. Está incluido en el movimiento de las cosas y se mezcla con ellas con todos sus sentidos. Entre la carne del hombre y la carne del mundo no existe ninguna ruptura, sino una continuidad sensorial siempre presente. El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo (Le Breton, 2009, p. 11).

La danza integra todos los sentidos, los que tienen igual importancia, permitiendo que toda percepción sea un elemento válido para movilizarse y experimentar la creatividad. En la medida en que propiciemos ambientes que permitan a los y las estudiantes sentirse estimulados(as) y la creatividad aflore de manera espontánea, estaremos proporcionándoles herramientas para descubrir y adaptarse en el mundo, con las que podrán ir constituyendo su personalidad y su sentido de identidad. Esta idea de la espontaneidad de la creatividad, la recoge el psicólogo Donald Winnicott (2006), al plantear que “la espontaneidad nos lleva naturalmente a la creatividad, ese impulso que, más que ninguna otra cosa, le demuestra al niño(a) que está vivo(a). El impulso creador innato se marchita a menos que se ‘realice’ en el contacto con la realidad externa” (p. 25).

La danza: una arista de la educación artística La danza como disciplina artística que utiliza el ritmo y el movimiento del cuerpo a través de técnicas corporales específicas, puede ser aplicada con fines artísticos, educativos, recreativos y/o terapéuticos. Ya desde los aportes de Laban se entiende que la danza en la escuela procura el efecto benéfico de la actividad creativa sobre niños y niñas antes que la perfección técnica, en este mismo sentido, la enseñanza de la danza como parte de la educación artística está en concordancia con los pilares fundamentales para el desarrollo humano propuesto por la Unesco para la educación del siglo XXI. Estos pilares son según Delors: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Estos pilares son fuertemente abordados desde la danza, al ser esta una disciplina artística que mediante su práctica ofrece la posibilidad de construir aprendizajes desde el hacer junto a otros, favoreciendo que aflore la identidad personal y al mismo tiempo el sentido de pertenencia. Los ambientes educativos que propone la danza deben procurar ser ambientes confiables y flexibles, que estimulen la libre expresividad y la autonomía en cooperación, en los que cada niño, niña y joven se sienta motivado a expresar sus ideas, sensaciones y emociones, a experimentar nuevos desafíos y a dialogar para llegar a acuerdos. El niño inhibido y limitado, acostumbrado a imitar más que expresarse de una manera creativa, preferirá avanzar siguiendo las pautas establecidas. No será capaz de adaptarse con rapidez a nuevas situaciones y tratará de ejercer presión sobre los demás por considerar que es la manera más fácil de salir adelante. Puesto que en general se acepta que el progreso, el éxito y la felicidad dependen en gran medida de la capacidad para adaptarse a nuevas situaciones, es fácil reconocer la importancia de la educación artística para el desarrollo y el crecimiento de la personalidad (Winnicott, 2006, p. 25).

50

Bafona: El potencial educativo de la danza • Cuaderno pedagógico


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.