La formación de profesores de arte: prácticas docentes Lucia G. Pimentel, Rejane G. Coutinho y Leda Guimarães
INTRODUCCIÓN El arte, como área de conocimiento, puede ser enseñado y aprendido. Para que esto se haga con seriedad es necesario invertir fuertemente en la formación de profesores que sepan de arte y que sepan enseñar arte. Enseñar y aprender arte es una tarea compleja y un desafío, pues necesita la coordinación de acciones y emociones. Al trabajar con el arte se trabaja con conocimientos específicos, con sensibilidad y con emoción, con identidad, con subjetividad y con el pensamiento. En la enseñanza y el aprendizaje del arte se hace necesario garantizar una práctica artístico-pedagógica consistente, responsable y significativa. Es importante que se fomente la construcción de conocimientos específicos del arte, desarrollando percepción y pensamiento artísticos. Uno de los puntos que puede destacarse es la conexión de la enseñanza del arte con la vida. Esto ha sido algunas veces mal entendido, llevado a la simplificación de que solo deben ser tratadas obras o asuntos que estén a disposición de los medios de comunicación y del contexto social restringido del aprendiz. No se trata de eso. Sin duda, es necesario que haya una aproximación entre lo que se enseña y la vida cotidiana del alumno. Pero expandir los límites del contexto social más allá de aquel al cual pertenece el individuo o grupo es importante para que ocurran experiencias significativas y una efectiva construcción de conocimiento. La escuela también forma parte de lo cotidiano del alumno, y las experiencias y vivencias que esta fomenta ayudan a componer el repertorio de ese cotidiano. El desafío es saber cómo escoger aquello que se seleccionará para posteriormente ser trabajado. Que pueda crear procesos y trayectorias significativos en la formación del alumno como sujeto y como parte de un grupo. En ese sentido, dos son los puntos que deben ser abordados: 1) el de la subjetividad colectiva, toda vez que la enseñanza del arte supone un movimiento colectivo, y 2) la importancia de la enseñanza del arte en todos los niveles, toda vez que el arte consiste en un área de conocimiento. El profesor de arte en cualquier nivel de enseñanza debe ser, en primer lugar, una persona que como forma de vida tenga alrededor un contexto artístico. Es esencial que la experiencia estética sea un componente importante de su vida cotidiana. El conocimiento de la producción humana en el pasado necesita estar comprometido con la acción de una educación contemporánea, que tenga en cuenta las manifestaciones de arte que estamos viviendo. Que preste atención a lo cotidiano social, cultural, individual de quien enseña o aprende. Por tanto, es necesario que los pro-
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