La evaluación en arte: algunos principios para la discusión Lucia G. Pimentel
INTRODUCCIÓN La educación escolar consiste en un proceso de formación, tanto para profesores como para alumnos, en el que están presentes valores éticos y juicios de valor. El proceso enseñar-aprender supone complicidad y colaboración, pues envuelve movimientos externos –ambiente, herencia cultural– y movimientos internos del sujeto que enseña-aprende. Una de las cuestiones importantes de la educación es percibir el contexto en el que se desarrolla y cuál es la intencionalidad del acto educador. Tradicionalmente, la evaluación tiene en el área educativa la connotación de exclusión: los “buenos” alumnos son separados de los incapaces, de los que no quieren estudiar o simplemente no consiguen acompañar al grupo por factores circunstanciales. Cambiar esa connotación no es fácil, forma parte del sentido común de los padres y de la sociedad en general. Contemporáneamente, con un compromiso en la educación democrática, la evaluación pasa a tener como perspectiva incluir al sujeto en el proceso educativo. Para ello es necesario que la evaluación sea participativa y solidaria, y que contribuya a la construcción de la autonomía del educando en su proceso de aprendizaje, dando importancia a su trayectoria personal y al resultado cualitativo. La evaluación es un tipo de control. Es necesario saber en qué principios y valores se basa y cómo se orienta, ya que los procesos de evaluación deben conducir al desarrollo y no únicamente al control. A partir de los principios ético-políticos que sostienen la evaluación, es necesario valorar el beneficio o perjuicio social que cada modalidad puede producir. El arte fue tratado durante mucho tiempo como momento de relajación o cuestión de tener “don”. No se concebía el arte como un área de conocimiento, se justificaba la imposibilidad de ser evaluado, puesto que el arte sería consecuencia de la libre expresión y no de un proceso cognitivo. Se han divulgado estudios sobre el arte que ya estaban siendo realizados por investigadores a partir del reconocimiento del arte como área de conocimiento, y se han llevado a cabo nuevas investigaciones y debates sobre este tema en diversas instancias. Cuando se habla de evaluación en arte, hay que analizar la cuestión de lo que significa evaluar en un contexto escolar. Evaluar era considerado tradicionalmente una acción pedagógica que solo el profesor realizaba y que tenía como objetivo atribuir valor a las actividades de los estudiantes. Estudios efectuados a partir de la segunda mitad del siglo xx demuestran que ese modo de evaluar no es el más adecuado a la nueva concepción de educación y a la nueva idea de enseñanza. Evaluar también es una reflexión sobre los modos que usa el profesor para enseñar.
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