Construcción ciudadana y educación artística Florisabel Rodríguez
Este capítulo busca sentar las bases conceptuales para la discusión sobre el papel de las artes en la construcción de la ciudadanía. Para ello plantea, en primer lugar, la concepción de ciudadanía y democracia. Discurre luego hacia el proceso de formación ciudadana y finaliza con el análisis del papel de la enseñanza del arte en el desarrollo del civismo. CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA La ciudadanía y la democracia son dos conceptos que se han desarrollado en forma paralela, ya desde hace varios siglos (Rodríguez y Rosales, 2007). Conforme se extendía el concepto de democracia, también lo hacía el de ciudadanía y viceversa. Para ambos conceptos se pueden distinguir tres dimensiones: un mínimo, un concepto ampliado y un ideal. El concepto mínimo de ciudadano abarca un conjunto de derechos y responsabilidades civiles y políticas de las personas pertenecientes a una sociedad. Este conjunto se relaciona con la capacidad de incidir en decisiones colectivas, donde el voto es un pilar. Sus dimensiones se han ampliado, conforme avanza el desarrollo democrático, con adiciones de origen ético que varían por sociedad y por época, conformando así un concepto de ciudadanía ampliado con más derechos individuales o colectivos. Finalmente, la ciudadanía puede ser definida en términos de aspiración, es decir, según un ideal hacia el cual debería dirigirse el proceso de construcción política colectiva. Lo mismo sucede con el concepto de democracia. Las condiciones mínimas institucionales han sido definidas en relación con regímenes no democráticos y son de carácter procedimental: elecciones periódicas del ejecutivo y legislativo, al menos dos grupos que luchen por el poder político, derecho ciudadano a emitir un único voto, garantía del ejercicio del poder hasta las próximas elecciones para quien las gana, inalterabilidad del período de gobierno por parte de quien lo ejerce para alterar su propio período de gobierno. Este mínimo ha sido ampliado con aspectos sustantivos, justificados por razones éticas. Esta ampliación ha de ser garantizada institucionalmente. Por último, la democracia puede ser un ideal inalcanzado y, en esa medida, un norte para el desarrollo institucional de las sociedades. Se debe distinguir entre las ampliaciones y los dilemas estructurales. Las ampliaciones, generalmente, son producto de luchas y han permitido un mayor y más profundo desarrollo democrático. Por ejemplo, en el campo de la participación ciudadana, se han dado enormes ampliaciones de carácter incluyente en los derechos ciudadanos al extender el voto a las personas pobres y a las mujeres o al otorgar los mismos derechos a las personas de diferentes razas. Los dilemas estructurales de las democracias, que adquieren soluciones históricas distintas, son acuerdos institucionales para la toma de decisiones. Hay tres dilemas relevantes. Dos son de carácter procedimental y se refieren a los ámbitos de participación y representación y al manejo del consenso y el disenso. Un tercer dilema es en materia sustantiva: libertad e igualdad.
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