Arte, revolución tecnológica y educación Lucina Jiménez “El problema de la comprensión se ha vuelto crucial para los humanos. Y por esta razón debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro. Recordemos que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet, aporta por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitarse. Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.” Edgar Morín
ARTE, TECNOLOGÍA Y MODOS DE PENSAMIENTO Y LECTURA Uno de los grandes errores de la modernidad fue separar el arte de la ciencia y de la tecnología en la educación, a pesar de que entre ellos ha existido siempre y existe una relación intrínseca. Sin el desarrollo tecnológico no existiría la fotografía, la gráfica, el cine, el videoarte, las películas en 3D, ni tampoco los Imax, menos aún el arte electrónico, el videoarte o el Netart. Tampoco se hubiera revolucionado la escenotecnia hasta llegar a los sistemas de iluminación robótica de los teatros o de los grandes espectáculos. Hoy no se estaría experimentando, en el diseño contemporáneo, con las estructuras orgánicas del DNA. La tecnología y el arte se transforman mutuamente. Los actuales dispositivos portátiles y para el hogar que transmiten o reproducen audio, imagen y video no se habrían diversificado tanto sin el impulso y el poder de la música, la popularización de la fotografía y el interés por el cine entre millones de personas y, especialmente, entre los jóvenes. Otra dimensión del vínculo entre arte y tecnología en la escuela es el relativo a la creación de dispositivos y recursos didácticos que apoyen al maestro en su tarea de enseñanza de las artes en el aula o en espacios de educación no formal. A este respecto hay mucho que analizar, proyectar y experimentar. Desde la enseñanza de la lectura musical a través de la animación o el video, ya en marcha en algunos países como Brasil o España, hasta la extensión de los todavía pocos programas de educación a distancia especializados en educación artística, como el Canal 23, el Canal de las Artes y la Red de las Artes, creada en el Centro Nacional de las Artes en México, o bien como las iniciativas canadienses, españolas o argentinas que funcionan a través de Internet. Estas son algunas de las múltiples dimensiones del vínculo arte y tecnología, las cuales no se remiten solo a un tema de soporte o de formato, ni tampoco de dispositivos aplicados a la creación, producción o difusión artísticas, si bien estos pueden marcar la diferencia entre diversas
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