Access Opening Ceremony Speech. Héctor Omar Vallejo Castillo. Hello everybody, my name is Héctor Vallejo and I am fighting for a better future. Estoy luchando por un mejor futuro, un mejor futuro para mí mismo, para nuestras y nuestros hijos, pues estas niñas y niños son los verdaderos dueños de México… lucho por un mejor futuro para mis alumnos de Access, pues serán ellos los líderes que estarán a cargo de corregir nuestros errores, de mejorar las cosas buenas que hemos creado y de cargar con las culpas que les heredemos.
La tarea y el compromiso al que ellos se han sujetado al decidir formar parte del programa “Access Microscholarship Program” no es cualquier cosa, en realidad, es tal vez la más difícil de muchas más que están por venir, pues no solo los obliga a cumplir lineamientos, trabajos y tareas, ¡los responsabiliza!. A ellos como alumnos a dar lo mejor de sí, a ser sensibles, empáticos, solidarios, atentos, educados, autónomos… a ser líderes responsables, dueños de sus ideas, de sus actos y de su tiempo. Los hace seres humanos libres.
Pero Access no solo compromete a sus alumnos, compromete a sus padres y a sus maestros.
Los padres, ahora más que nunca tienen que ser amorosos, sensibles, críticos y justos, guías y escuchas atentos de los espíritus que les fueron encomendados y a las cuales llaman hija o hijos. Tiene que estar, ahora más que nunca a pendiente de sus obligaciones escolares y familiares, pero también de las necesidades de sus hijos, de que hayan comido y dormido, bebido agua, de que sean jóvenes alegres y felices, de que tengan lo que necesitan pero no más de lo necesario, que rían, que se diviertan, pero de que siempre aprendan.
Y a nosotros, sus maestros o facilitadores compañeros míos, nos obliga ser no solo fuente de conocimiento, sino también ejemplo de sabiduría y demostración de inteligencia. Cito a mi compañero Eduardo cuando digo: “Nuestro rol de espectadores ha quedado atrás”. No somos los que fuimos, pues ahora somos mejores que ayer… somos y debemos ser la inspiración que transmite a nuestros alumnos la pasión la vida. Cada uno de nuestros actos debe ser tan claro y potente que impacte a nuestros alumnos más allá de los ciento veinte minutos cada tercer día que tenemos con ellos. Debemos ser tan fuertes que los inundemos de ansias por leer, aprender, mejorar, por ser ellos mismos. Debemos lograr