Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta Desligarnos, crear nuevos caminos, voltearnos al lado oscuro, oculto y a veces prohibido, camino “pecaminoso” para algunos, ininteligible, o en el peor de los juicios, sin sentido e inservible. En el caso de la fotografía, desligarnos del objeto, del tema, del objeto como tema, rey imperante y casi hegemónico de la producción fotográfica a lo largo de sus historia; pero sobre todo desligarnos de la idea de la fotografía como reproductora o captora de la verdad real, de la realidad verdadera, de lo verdadero o, en el mejor de los casos de comprensión, de lo verosímil. Con la fotografía, el hombre logro capturar y hacer suyo, completamente manipulable y portátil, pero sobre todo duradero, aquello que por centurias nos tenia temerosos, el mundo real, tangible, la naturaleza incontrolable, inmodificable e in-manipulable estaba ahora en nuestras
manos, igual de incorruptible, pero capturada a medida del hombre, capaz de ser archivada y duplicada; paso a ser física y simbólicamente miniaturizada de su inmensurable grandeza y majestuosidad, nadie evitaría que todo pudiera ser retratado, solo las limitantes mismas de la naturaleza que el hombre con su industrialización, aseguraba no tardaría mucho en controlar. Pero es en algún punto del siglo pasado, incluso para algunas personas a finales del siglo antepasado como Nietzche, que todo aquello que nos brindaba seguridad certeza y confianza, muere, todo se vuelve relativo. La reproducibilidad, el consumo masivo y lo desechable se vuelven la nueve verdad, su flexibilidad y fluidez propias de todo lo relativo se imponen sobre lo sólido, lo firme, lo universal. Producto de la “modernización” y la industrialización, de la
Hector Omar Vallejo Castillo Hostoria y Teoría de la Fotografía Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta 16 de Frebreo 2011
Hector Omar Vallejo Castillo Hostoria y Teoría de la Fotografía Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta 16 de Frebreo 2011
Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta reproductividad mecanizada, nacida es la fotografía, pero de un padre que la desconoce, y la niega, la solidez aparente del la imagen, del objeto capturado, del objeto que se dibuja a sí mismo. Nacida bastarda, la fotografía no había sabido de que lado ubicarse a sí misma, en de la flexibilidad relativa y de fácil reproductividad, o en el de la solidez de la imagen, lugar en la cual la mayoría de las personas la habían ubicado situado, en el lugar de su padre (el objeto) como todos hacemos con los hijos bastardos, la ubicamos como hija de su padre pero protegida de su madre. Pero como bastarda nos engaña, nos confunde… su halo de facilidad reproducible, su ligereza de creación, ese lado materno que la dio a luz la hace cuestionarse a sí misma como portavoz de sus padre, del objeto, ¿es ese su destino, su obli-
gación? ¿retratar hasta el fin y con precisión milimétrica a su padre? Por años se mantuvo sujeta a ese designio, como niña pequeña y obediente, pero el tiempo la hizo crecer y madurar y evolucionar, pero sobre todo la hizo conciente de si misma, de su capacidad de flexibilidad, de ligereza no solo en su reproducibilidad, sino en su fondo, en su fin, y su libertad como captora de imágenes, pero de que imágenes, ¿debería seguir capturando al objeto, dibujando lo real?, ¿o podía capturar aquello que se oculta tras el objeto, lo que lo rodea, lo que contiene, y lo que no contiene?, se pregunto acerca de si misma después de pasar por las manos tibias de muchos hombre y mujeres, pero sobre todo, después de pasar por miradas desdobladas, desinhibidas y curiosas, a veces morbosas, a veces reflexivas.
Hector Omar Vallejo Castillo Hostoria y Teoría de la Fotografía Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta 16 de Frebreo 2011
Hector Omar Vallejo Castillo Hostoria y Teoría de la Fotografía Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta 16 de Frebreo 2011
Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta
La fotografía sigue buscando su objetivo, su lugar, su razón y su meta, sigue coqueteando con las miradas y jugando con nuestra percepción sobre ella, pero aun no encuentra su lugar, ¿es responsabilidad nuestra asignarle esa responsabilidad, o al igual que ella estamos sujetos al relativismo y flexibilidad, ideológica y tecnológica de está época? Son preguntas que podemos hacernos, y seguramente pasará tiempo antes de encontrar una respuesta, pero mientras la fotografía sigue jugando con nosotros, haciéndonos pensar que somos nosotros quienes jugamos con ella.
Hector Omar Vallejo Castillo Hostoria y Teoría de la Fotografía Ensayo “El beso de Judas” de Joan Fontcuberta 16 de Frebreo 2011