aun cuando no amanece bien, es agradecida con el Señor y con la santísima virgen, ya que al sentir el dolor tan fuerte que padece reza el “Ave María”. Me ha enseñado a ofrecer el dolor en silencio como medio de conversión.
nos deja luchar solos, su Amor y su compañía es fuerte e incondicional. Con la gracia del Señor me siento muy contenta en el servicio que el señor me ha confiado a través de la Congregación, y de todo corazón agradezco a la Provincia por la formación que me brinda para crecer en todo ámbito. Agradecer también a mi comunidad, a la superiora que de una u otra forma me ayuda a seguir creciendo, brindándome más confianza, y sus sabios consejos que me fortalecen cada día más. Gracias por ayudarme a madurar en la vida consagrada aprendiendo a gustar las cosas que no me gustan y retándome en el compromiso misionero de la salud. Ha sido toda una escuela de aprendizaje.
La realidad que hoy vive nuestra humanidad en muchos casos de violencia, hambre, guerra, desolación, la misma soledad, el abandono a los ancianos, la práctica de la eutanasia, nos tiene que llevar a comprometernos cada día más, en la oración, en el sacrificio, en valorar la vida con las oportunidades, obstáculos que se nos presenten, porque ellos nos ayudan a crecer cada día más. Nadie nace aprendido por eso hay que lanzarnos al desafío de esta pastoral, todos aprendemos en el camino con las caídas y levantadas, porque sabemos que el Señor siempre está con nosotros, que nunca
Gracias de todo corazón.
Nací en Necoclí - Antioquia y viví en el corregimiento el Totumo toda mi niñez y adolescencia. Quiero compartirles acerca de mi experiencia misionera antes y después de ingresar a nuestra casa formativa del Prenoviciado Miguel Ángel Builes, en Bogotá.
LA ALEGRÍA DE EVANGELIZAR Escrito por: prenovicia Karen Tatiana Jiménez O.
Soy la Prenovicia Karen Tatiana Jiménez Ordóñez de Segundo Año.
Pertenecía a la Parroquia del Espíritu Santo del Totumo-Necoclí (Diócesis de Apartadó) colaboraba con la catequesis de primera comunión, formando a los niños para que aprendieran a amar a Jesús y a reconocerlo vivo y presente en el Sacramento de la Eucaristía; proclamaba la Palabra y servía en el altar. Estos servicios eran de gran 23