Al recorrer el Centro Histórico, vivimos y nos transportamos al pasado, nos maravillamos con el presente y soñamos con el futuro, tanto como cuando ingresamos en las páginas de este nuevo libro ya en sus manos, que captura la esencia e historia de la Ciudad de Guatemala a través del Art Déco, estilo arquitectónico emblemático que dejó huella indeleble en las calles y avenidas de nuestra casa, porque la ciudad es nuestra casa, y el Centro Histórico, el origen y punto de confluencia.
Esta nueva obra es parte de la colección A, titulada “Art Déco-Edificios”, porque da a conocer los edificios construidos con dicho estilo entre las décadas de 1920 y 1950.
Este aporte, congruente con la colección, es testigo de la creatividad e innovación permanente en nuestra ciudad. A lo largo del siglo XX, los guatemaltecos experimentamos la audacia artística de la época en nuestra arquitectura, que enriqueció nuestro patrimonio cultural.
Las investigaciones estuvieron a cargo de la Dirección del Centro Histórico, a través del arquitecto Arturo Portillo Rodas, y se enriqueció con los gráficos del diseñador Eddy Flores y el aporte fotográfico de Ismael Meneses, y que también contó con la asistencia en corrección ortográfica y de estilo del comunicador Roberto Villalobos Viato.
El producto final es un libro donde el lector podrá apreciar imágenes reales y vectorizadas de edificios Art Déco del Centro Histórico, mientras descubre las sorprendentes historias detrás de cada construcción y se informa sobre los arquitectos que las imaginaron.
En la Municipalidad de Guatemala estamos comprometidos con la preservación de las contribuciones culturales de nuestros antepasados, y dedicados a dar a conocer a los vecinos las maravillas patrimoniales que nos rodean, para que las apreciemos y sintamos orgullo por nuestras raíces. Este nuevo libro es una invitación a reflexionar sobre la belleza e importancia de la arquitectura Art Déco, porque está en nuestras señas de identidad, y es un legado más que testimonia el fruto de la diversidad cultural y artística de nuestra ciudad.
Espero que la lectura de esta obra inspire a los vecinos y sus familias a apreciar y conocer cada día más su casa, porque la ciudad es la casa común, para cuidarla, quererla y contagiar el espíritu entusiasta a las nuevas generaciones.
Ricardo Quiñónez
Alcalde de la Ciudad de Guatemala
El siglo XX iniciaba en Guatemala y la ciudad aún estaba embebida en la estética francesa impuesta con bulevares; al norte, la Avenida Simeón Cañas (1879) y al sur, el 30 de Junio o Paseo de la Reforma (1892- 1895), y elementos neoclásicos como el Palacio de la Reforma u otros centros educativos de factura historicista del periodo de Manuel Estrada Cabrera, poco sospecharía de las sacudidas y cambios que pronto darían un vuelco a la fisonomía de sus casas y calles.
Constructores como Alberto Niquet , quien diseñó la Casa Rodríguez o Mozárabe (1900) o Henry Morgan y su edificio Louvre, Bonifasi o Edwards (c.1900), aún hacían reverencia a la decoración al estilo de los antiguos clásicos. Estas formas pronto pasarían a un proceso de abstracción, se simplificarían y darían entrada a nueva ornamentación y a un universo de materiales y tecnología, resultado de la creatividad y los cambios sociales, económicos y políticos de la era.
Si volteamos la hoja, podemos comparar la planificación de Urrutia y Gómez con lo que se ejecutó, que ya con numerales para cada zona, renombran los antiguos cantones de la ciudad. El Art Déco y la arquitectura moderna, de influencia funcionalista, pero con elementos decorativos o líneas de la corriente náutica, pueden encontrarse en las numerosas zonas que se poblaron durante las décadas de 1930, 1940 y los 1950, casi hasta llegar a 1960.
En esta página mostramos, como complemento al estudio de edificios o construcciones de uso mixto que se presentan en el libro, algunos ejemplos sobresalientes en otras zonas de la ciudad. De la zona 2, un edificio en Jocotenango; en la 3, un comercio en esquina de la colonia Domergue & Cirici; de la 4, una fábrica; de la 5, la sede de una farmacia; en la 6, la que estaba planificada a ser el ingreso a una colonia obrera; de la 8, un detalle de esquina; en la 9 y 10, propiedades privadas; mientras que de la 12 y 13, obra pública (escuela y pabellón de exposiciones). El mapa de la expansión de la ciudad por décadas; también es una guía para el encuentro con la arquitectura Art Déco guatemalteca.
CINE COLÓN
A la primera ola de cines guatemaltecos, la mayoría ubicados estratégicamente en el centro de la ciudad, siguieron los que se abrieron en la entonces periferia de la capital, entre ellos, cubriendo la parte oriental, en las cercanías del Parque Colón, un cine que compartía nombre con la farmacia, el mercado y en fin... una nueva construcción que ya durante la década de 1950 no solamente formaba parte del paisaje urbano, sino que además era el sitio predilecto para el entretenimiento local.
El cine, como otros de la ciudad, tenía funciones matutinas y vespertinas; vecinos del sector, como Ricardo Hidalgo , recuerdan las películas de la época; en su caso, vendía helados a los asistentes, lo que le daba la oportunidad de “colarse” a las funciones. El Colón proyectó grandes producciones de Hollywood como “Los Diez Mandamientos” (1956), pero también destacó por una programación más ligera encaminada a las risas.
La competencia de la televisión empezó a hacer mella en Estados Unidos, pero tardaría algunos años en mermar las visitas a los cines guatemaltecos; sin embargo, es interesante ver la primera foto nocturna del Cine Colón después de colocado su rótulo luminoso en el que destaca la publicidad del Cinemascope.
Dos películas pueden verse en cartelera, ambas de 1954; la primera y con su rótulo desplegado en la esquina es “Un americano en Roma” , justo remarcando la necesidad de los grandes estudios de filmar en locaciones atractivas pero más económicas que en Norteamérica; la segunda es “Los líos de Barba Azul” , con Germán Valdés y Verónica Loyo. Al cine acudirán las películas más populares, entre ellas “El pequeño samurái” (Japón, 1959). Aún en los sesenta, artistas como Mili y Pili llegaron al cine a firmar autógrafos y a hacer promoción de sus filmes.
Con el decaimiento del cine, la edificación ha tenido otros usos, entre ellos religiosos y políticos, pero no por ello ha perdido el interés de quienes aman la arquitectura. En el 2010, el fotógrafo alemán Jan Molitor inició un recorrido alrededor del mundo buscando ejemplos en más de 110 países de construcciones con influencia de la Bauhaus alemana y la fachada del Cine Colón le dio la vuelta al mundo en fotografías y documentales.
Su parecido con el Cine Popular nos hace pensar que esa esquina redondeada y la simplicidad de sus ventanas y bordes superiores son obra de René Larrave. Su reciente proceso de restauración deja ver parte de su esplendor arquitectónico original; ahora solo falta ingresar y revivir sus espacios.
Construcción 1949
Arquitecto René Larrave?
Ubicación
7 calle y 12 avenida, zona 1 Estilo Art Déco - Funcionalista
Elementos sobresalientes
TEATRO VARIEDADES
SAGRARIO
El Teatro Variedades abrió sus puertas en 1908 y, a pesar de no ser el teatro pionero de la ciudad, pronto fue del gusto de los ciudadanos. Ubicado a pocos metros de donde se encuentra actualmente, en la 6 calle, entre la 3 y la 4 avenidas (banda sur), el teatro recibió a artistas de talla internacional. En 1916, por ejemplo, recibió a la cantante operática Amelita Galli-Curci 89, así que será de imaginar la oferta cultural antes de los terremotos de 1917 y 1918. La cantante de ópera, nacida en Milán, interpretó en Guatemala “La Traviata” ; tan solo escuchar un momento de su canto en cualquier plataforma con audio actual da una idea del impacto que su voz causaría en el público local.
La lógica parece indicarnos que la demanda de espacios culturales creció con la popularidad del cine en la década de 1930 en la ciudad, y por tanto se asume que en el siguiente decenio, su fundador, Ramiro Fernández Xatruch , acudió al alemán Roberto Höegg para que diseñara un local adecuado a las necesidades teatrales y cinemáticas. Así, el cine se traslada a su ubicación actual, la esquina noreste del crucero de la 6 calle y 4 avenida.
Fernández Xatruch era descendiente de Florencio Xatruch, héroe de la guerra en la Mosquitia. La familia se afincó en Honduras de tal forma que algunas versiones aseveran que el apelativo “catracho”
que se utiliza para llamar a los hondureños, viene de simplificar la pronunciación del apellido catalán 90 Es más, el mismo Ramiro había nacido en Honduras. Ya para los veinte, Xatruch hacía tomas de algunas tradiciones guatemaltecas, siendo pionero del cine en nuestro país; asimismo, en su teatro, después de los terremotos, quizá para levantar el ánimo de los capitalinos, se proyectaban imágenes del cómico Fernando Flaquer 91
El nuevo edificio contó con un rótulo en concreto en la esquina, aunque luego se hizo necesario el nombre en luminoso. El vestíbulo de ingreso está también en la esquina, con las carteleras en los laterales y un segundo nivel que sobre la calle es de diseño simétrico, pero que en la avenida proyecta un par de líneas (siete en total) de azulejos, para dar la impresión de una estela de movimiento.
La fachada original con escalonamiento en el borde superior no se pudo preservar, pero la reproducimos en el dibujo vectorizado para que se admire cómo lucía el teatro al ser inaugurado; hoy un techo inclinado lo sustituye. Los vanos del segundo nivel para el ingreso a la sala son numerosos para proveer ventilación e iluminación, pero en el tercer cuerpo la cantidad disminuye considerablemente. Su reciente restauración (2015) le ha devuelto el brillo de antaño.
Construcción
1941
Estilo Art Déco
Arquitecto Roberto Höegg
Ubicación
6 calle 4-11, zona 1
Elementos sobresalientes
Tipografía y remate
EDIFICIO DE SANIDAD
Desde que los efectos en la salud de la población se hicieron visibles durante la Revolución Industrial, una creciente preocupación por las condiciones higiénicas impulsó a los gobiernos a tomar medidas para brindar las condiciones adecuadas a la población que servían. Fue así como en 1848, el Parlamento Inglés aprueba una ley de sanidad pública 147 y décadas después se redoblan esfuerzos para la limpieza en las calles, la recolección de basura y la purificación del agua, entre otras muchas medidas.
En tanto en Guatemala, los terremotos de 1917 y 1918 mostraron la vulnerabilidad de la población hacia los sismos y el difícil manejo de las condiciones de higiene cuando los imprevistos desbordan las capacidades de cobertura de los servicios gubernamentales. Entonces, no es extraño que durante la presidencia de Jorge Ubico se tuviera como prioridad dotar a la Institución de Sanidad Pública tan pronto como en 1933.
El documento “Comentarios sobre el edificio de Sanidad Pública” (Tipografía Nacional, 1937) hace un relato después de la inauguración del edificio: “El señor Presidente, personalmente se ha dignado ocuparse intensamente de este asunto y contando ya con el hermoso predio situado en el corazón de la ciudad... así como una base económica firme, se ha ordenado ya la formación de planos”.
El diseño del edificio de Sanidad estuvo a cargo de Roberto Cordón y Rafael Pérez de León ; a sus planos se harían revisiones por parte de Carlos Malau , y la supervisión de obra correría a cargo de Roberto Moreno
Debido al desnivel del terreno, el edificio cuenta con un nivel más en la colindancia de la 10 avenida y una altura máxima de 17.5 metros en ese sector, que es la parte posterior. El ingreso principal está sobre la 9 avenida, aunque pensando en las funciones, el edificio se retrae de la alineación de la ciudad para dejar espacio a jardines, sumado a las 358 ventanas que proveen a sus interiores una magnífica ventilación e iluminación natural 148
Sus fachadas están compuestas de líneas verticales que dan un aire imponente, y aunque los actuales jardines han dejado que los árboles cubran parte de sus volúmenes, si nos acercamos podremos visualizar los pequeños detalles Art Déco. La verticalidad se enfatiza con la proporción de las ventanas, las lámparas exteriores y los bajorrelieves que rematan la fachada, poco visibles desde el suelo. Un juego de lujosas lámparas iluminaba los laterales del ingreso principal. En la más típica tradición francesa, la puerta de acceso está adornada con lo que parecen ser macetones con una exuberante vegetación.
Construcción 1937
Estilo Art Déco
Arquitecto Cordón, De León y Malau
Ubicación
9 avenida 14-65, zona 1
Elementos sobresalientes Decoración de vigas y columnas
“Tan magna obra que dotará a la ciudad capital no solo de un edificio arquitectónico majestuoso, sino lo más importante, de un edificio propio al Centro Sanitario de la República, que irradiará desde allí a los departamentos su amplia labor benéfica, con capacidad y nuevas energías”.
Tipografía Nacional, 1937
Al ingresar, un elegante vestíbulo sorprende por lo espacioso y luminoso. Son muy llamativos los capiteles de las columnas, y aunque hoy en día la disposición de la atención al público no cuenta con todo el mobiliario original, se observa en los detalles la influencia norteamericana. Hemos de recordar que, según registro, los mostradores fueron proporcionados por la Art Metal Construction Company de Jamestown, Nueva York 149; estos tienen diseño de “cascadas” Art Déco y sus remates terminan en una silueta muy parecida al Empire State Building.
La Dirección tenía un lugar privilegiado detrás del mostrador principal, con vistas al patio. Alrededor del vestíbulo se distribuían las salas de epidemiología, inspección de farmacias, subdirección, tesorería y contabilidad, comestibles y juzgado de sanidad. Alrededor del corredor que circulaba el patio estaban los laboratorios (malaria, bioquímica y otros).
Para el rápido acceso al segundo nivel, el edificio cuenta con cuatro módulos de escaleras cuyo diseño con marcos de granito martelinada y color gris combinan con el piso veteado y las gradas, también de granito. La herrería de las escaleras es muy elegante y destaca por sus formas circulares. El paso a las gradas está resguardado por unas verjas, también de diseño Art Déco, aunque en esta ocasión, los módulos principales combinan las líneas diagonales con las curvas.
Uno de los elementos más destacados en este nivel es el bebedero, hoy en día fuera de uso. Otros detalles importantes son las lámparas, y si bien ya mencionamos que son elementos de origen estadounidense, también resulta evidente el águila que corona la puerta principal de ingreso; además, es parte de la decoración del mobiliario original atribuido al estudio del señor Winkler 150
1 Planta 2
El segundo nivel contaba originalmente con laboratorios de serología, bacteriología y de alimentos y bebidas en la parte posterior, colindante hacia la 10 avenida. Además, una sala para los inspectores de salud y un espacio para análisis de ingeniería sanitaria.
Sin embargo, el espacio destacado era sin lugar a duda la Sala de Conferencias Públicas , desde cuyo balcón se visualiza la 9 avenida. De amplias dimensiones (17 metros de largo, 14.50 metros de ancho y 7.50 metros de altura) el espacio puede dar cabida a más de 200 personas con comodidad.
Quizá lo impresionante son sus acabados de madera, intactos a pesar del tiempo y de una belleza especial. Fueron elaborados en chichipate ( Acosmium panamense ), madera de muy alta durabilidad gracias a su densidad y de hermosos tintes cafés, rojizos y amarillentos. Una mención especial para el escudo de Sanidad del salón, que además de contar con el quetzal sobre un pedestal, tiene los cinco volcanes que representan a Centroamérica, y la leyenda “Libertad, 15 de septiembre 1821” , mientras que un sol y los típicos rayos de luz que son tan usados en el Art Déco, toman la parte inferior izquierda del escudo, cuyo remate tiene las barras que suelen coronar los edificios con este estilo arquitectónico. Este hermoso trabajo fue elaborado por los talleres de Minondo y Cordón.
A pesar de contar con unas puertas de ingreso de diseño sobrio, los cielos son un derroche de detalles. Los casetones tienen hacia el centro decoración en forma de abanicos que crean cuatro triángulos, en cuyo centro destacan lámparas originales de la época. Los encuentros de las vigas están rematados con elementos decorativos en disminución y los laterales y capiteles tienen diseños geométricos típicos del Art Déco.
El salón tiene acceso por su lado norte a la Biblioteca y a la Sala de Consejo, otro espacio diseñado con detalle y delicadeza. Aquí, los capiteles y las molduras superiores de las paredes cuentan con diseños de elementos geométricos y florales que denotan el apogeo del estilo. Recordemos que el edificio fue diseñado en 1934 e inaugurado en 1937, por lo que es contemporáneo de la Gran Exposición de los Lagos de Cleveland, lo que denota la influencia estadounidense en acabados, mobiliario y detalles. A pesar de eso, las sillas y mesas de estilo moderno fueron diseñadas en Frystát , hoy República Checa 151, mientras que la madera de los muebles es de factura nacional como se mencionó con anterioridad; en tanto, el mobiliario que resguarda las fichas de catalogación es de fábrica estadounidense.
La terraza tiene espacio para archivo y en su momento sirvió para las jaulas de animales y el depósito de agua, mientras que del lado de la 10 avenida, el sótano daba cabida a cuatro ambulancias en su garaje, la guardianía, un espacio de desinfección y los establos.
La obra tuvo un costo de Q169 mil 189.02 y fue inaugurada con la asistencia del Cuerpo Diplomático, empleados de Gobierno, miembros de Sanidad y con el acompañamiento musical de la Banda Marcial que interpretó el Himno Nacional, y la Marimba de la Policía 152
Planta
FARMACIA KLÉE
Fundada en una calle del barrio de San José por José Rosendo Klée Orellana (“ Papá Chendo ”) y su hermano Óscar 163, el pequeño negocio familiar se convirtió pronto en una cadena de tiendas que se diversificó: de vender medicamentos a la vieja usanza, con boticario incluido, pasó a ser un sitio selecto para encontrar perfumes y productos de belleza importados.
Durante su apogeo en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, las farmacias Klée contaron con tiendas sobre la Sexta Avenida: en la 6, 9, 12, 14 y 18 calles. Un emporio con gran visibilidad en la vía principal de la capital guatemalteca, aunque no todas estuvieron en servicio al mismo tiempo. En este tomo nos detendremos a revisar la arquitectura, sencilla en este caso, de la tienda de la 9 avenida y 18 calle, justo en la esquina cercana a la Plaza Barrios.
Sucesora de otro comercio dedicado a la venta de medicinas, la sucursal de la Farmacia Klée de la 9 avenida no tenía líneas de iluminación neón como en la 12 calle, ni grandes rótulos con tipografía de la época, ni azulejos que poblaran sus paredes; pero su ubicación, junto a la estación del tren y la terminal de buses de la 18 calle, la hicieron popular entre todas las tiendas de la marca.
El ochavo es ciego y es en los laterales donde se encuentran las puertas de ingreso. El apellido Klée resulta omnipresente, ya que desde la esquina aparece una primera vez y se hace visible en la calle y la avenida contiguas, y también desde la Plaza Barrios.
No hay gasto superfluo para esta tienda. Los pisos y las paredes son sencillas. El comercio actual no preserva los estantes de madera y vidrio de la farmacia original. Aunque se desconoce la fecha exacta de esta nueva edificación, son conocidas las fotografías del inmueble que hasta la década de 1940 se encontraba en el mismo sitio y cuya fachada era historicista, por lo que asumimos que al igual que otras tiendas de los Klée, esta fue renovada en algún momento al final de esa década o a principios de la siguiente.
En la primera fotografía observamos los frascos de esencias, y en la parte inferior los de FLIT , el conocido insecticida desarrollado por la Standard Oil Company en 1923.
“Si nos fijamos en los estantes, no se ven cajas. Se ven los frascos en los que se guardaban las esencias que servían para curar. Los boticarios (así les llamaban a los dependientes) eran los que preparaban las mezclas para cualquier mal. Me recuerdo de la tintura de Benjuí, de la esencia de eucalipto, del agua de menta y muchos más”.