Cómo hablar de sexualidad con nuestros hijos adolescentes

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CÓMO HABLAR DE SEXUALIDAD CON NUESTROS HIJOS ADOLESCENTES

Introducción Hasta hace no mucho tiempo, la sexualidad era un tema tabú para la sociedad, y también en el seno de la familia. Por el contrario, hoy en día la mayoría de padres son conscientes de la importancia de hablar con sus hijos sobre sexo, y están predispuestos a hacerlo… pero no saben exactamente cómo. La sexualidad, como cualquier otro tema relacionado con el desarrollo de los hijos, va muy unido al estilo educativo de la familia: amaremos de acuerdo a cómo nos hemos sentido queridos. La expresión de la intimidad pasa por enseñar a un hijo a mostrar sus sentimientos, acostumbrarle a ponerles nombre: enojo, dolor, deseo…, a saber identificar las emociones y, en esto, los padres son modelos significativos. Nuestra meta debe ser enseñarles que los sentimientos son parte de la información que interviene en cualquier decisión interpersonal.


El amor y el sexo son sentimientos en el sentido más puro de la palabra

Cuando se hacen mayores, las cosas que les preocupan son más complicadas de afrontar. Hablar de sexo con un adolescente no es fácil, lo sabemos. A menudo, se cierran en banda y prefieren resolver dudas con los amigos. Pero debemos estar a su lado en este momento tan importante y hacérselo saber. En este artículo repasaremos las principales pautas que los padres deben conocer para hablar con sus hijos sobre sexualidad sin necesidad de pasar un mal trago.

La importancia de sexualidad con los hijos

hablar

de

¿Por qué es importante hablar con los hijos sobre sexualidad? Muchos de nosotros nunca hemos hablado del tema con nuestros padres, y, a pesar de ello, hemos acabado sabiendo todo lo necesario por otras vías. Sin embargo, es muy beneficioso para los jóvenes encontrar en su propio seno familiar un espacio donde puedan expresar libremente sus dudas sobre sexualidad, y donde reciban una información de calidad. Mejor recibir educación de los padres, que recibir mala educación de los medios de comunicación, de sus iguales o de terceros en general. Ten en cuenta estas poderosas razones:


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Los hijos necesitan aprender sobre sexo. Hablar de sexo crea confianza entre padres e hijos. Los hijos necesitan disfrutar plenamente de sexualidad sin miedos ni inseguridades.

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La “ignorancia sexual” lleva a los adolescentes a vivir su sexualidad con confusión y malestar, y puede llevarles a cometer graves errores en sus relaciones (enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados). Además, cuando los hijos no tienen suficiente información, son fácilmente influenciables.

Los padres tienen en su mano la mayor herramienta de prevención: la información. Muchas veces, por la incomodidad de no saber cómo sacar el tema de la sexualidad con los hijos, los padres confían en que en el centro educativo les prestará la educación sexual necesaria, o bien la aprenderán por sus propios medios. Y no se equivocan: ¡Es así! Recibirán información por medio de diversas vías, y la vía que más les enseñará será, sin duda, su propia experiencia.


Pero eso no resta responsabilidad a los padres de educar a sus hijos en una sexualidad sana. Todas las informaciones que reciban son complementarias: algunas más técnicas, otras más coloquiales… pero todas necesarias. No así aquellas que proceden de fuentes sin filtrar o elaborar, incluso peligrosas, como algunas que aparecen en internet (acceso a páginas para adultos, informaciones poco fiables, etc.) Te interesará saber que un reciente estudio ha demostrado que hablar con tus hijos sobre sexo es beneficioso para ellos. Este estudio, llevado a cabo por Laura Witman de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, afirma que hablar de sexo con los padres, especialmente con las madres, tiene un efecto positivo en el comportamiento sexual más seguro de los adolescentes, especialmente entre las chicas. Laura Witman explica: “Hablar de sexo con tus hijos es una manera de protegerles. Empezar este tipo de conversaciones, pese a que puedan parecer un poco incómodas, van a ayudar a tu hijo y van a hacerle sentir que pueden confiar en ti”. Además, Witman añade: “En el estudio hemos encontrado que los hijos de los padres que les hablaban sobre temas como los preservativos o las enfermedades de transmisión sexual, eran más propensos a tomar precauciones durante el acto sexual”. La autora del estudio también explica que la razón por la que las charlas sobre sexo en la familia son más productivas entre madre-hija es porque las mujeres tienen más facilidad a la hora de comunicarse que los chicos y los hombres. Por otro lado, “también podría ser que la sociedad sea más protectora con las chicas en este sentido, por eso los padres procuran protegerlas”.


¿Cuándo debo comenzar a hablar con mis hijos acerca de la sexualidad? No hay una edad que sea especialmente adecuada para hablar con los hijos sobre sexualidad. Más bien se trata de una conversación que dura toda la vida, ya que la sexualidad está presente en todas las fases de nuestra evolución vital, sólo que de diferentes maneras. Desde el pequeño que pregunta con inocencia de dónde salen los bebés, al adolescente que comienza a tener atracción sexual por otros iguales, pasando por el niño que explora con curiosidad su propio cuerpo: todos necesitan aprender sobre este tema. La mejor opción es ir hablando poco a poco, respondiendo a las necesidades de información que tenga tu hijo en cada una de las etapas de su vida, contestando sus preguntas y añadiendo lo que creas que es importante que sepa. Así, tu hijo comprenderá que en casa existe un clima de confianza en torno a ese tema y se sentirá libre para plantear sus dudas, descubrimientos, curiosidades… Por todo esto, lo mejor es comenzar a hablar con los hijos sobre sexualidad a edades tempranas (alrededor de cinco años), aprovechando su curiosidad por su cuerpo y el de los demás como una oportunidad natural para construir un ambiente de respeto y confianza en torno al propio cuerpo y a la sexualidad. Es en la pubertad (en torno a los 10-12 años) cuando los niños empiezan a necesitar una información sexual más específica. En la adolescencia, con el despertar hormonal, es cuando los adolescentes suelen rehuir hablar del tema con los padres: sin embargo, es cuando más lo necesitan, de cara a tomar decisiones responsables cuando comiencen a ser activos sexualmente.


Cómo hablar sexualidad

con

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hijos

sobre

A muchos de nosotros nos cuesta vernos hablando de estos temas con nuestro hijo o hija adolescente. Unos por inseguridades, otros porque estamos seguros de que nuestros hijos no aceptarán una conversación sobre estos temas con nosotros. Los chicos y chicas adolescentes merecen y valoran la información y, lo que es más importante, las conversaciones con los padres. Pero no siempre nos lo ponen fácil. Es bueno que conozcan como pensamos respecto a la sexualidad. Definir nuestras propias ideas sobre el sexo nos permitirá comunicar nuestras convicciones a los hijos en términos sencillos y directos. Conseguir poner palabras a nuestras ideas sobre este tema nos ayudará a ordenarlas y nos permitirá enseñar de forma clara, respondiendo constructivamente las cuestiones conflictivas que nos plantean los hijos con frecuencia. La gestión de los conflictos a lo largo de nuestra historia juntos nos dará un estilo de hacer frente a los desacuerdos frente la sexualidad. No olvidemos que la adolescencia es un momento donde los desacuerdos son muy presentes. Por otra parte, no importa tanto si la conversación es con el padre o la madre, lo que sí importa es que la conversación se haga. Para conseguir el esperado diálogo es importante que él o ella sepan de qué nos gustaría hablar en concreto…, después ser pacientes, saber esperar, no perder el sentido del humor y no desistir. También ayuda recordar que ésta es una edad en la que nuestros hijos toman


decisiones cada vez más difíciles (¿quién tiene razón: mis padres o los amigos? ¿Qué pensarán mis amigos si no soy como ellos?) Es un tema complejo para los padres, pero también lo es para los hijos. En definitiva, a la hora de hablar con los hijos sobre sexualidad, es importante tener en cuenta cuatro cuestiones: la actitud, el contexto, qué decir y qué no decir.

La actitud Intenta que tu actitud cuando hables de temas sexuales no sea excesivamente alarmista, ya que puedes generar temores en tu hijo que le lleven a rechazar la sexualidad o a vivirla de forma poco natural. Sí es importante darles una visión responsable del sexo, y también informarles de forma realista sobre los riesgos, pero sin inducir temores. Procura mantener una actitud abierta y transmitir confianza y libertad para expresar con sinceridad las cuestiones más íntimas. Muéstrate disponible: que tu hijo sienta que, para ti, sus dudas son una prioridad a resolver. Una actitud cercana y cálida le ayudará a expresarse con mayor facilidad.

El contexto El consabido “hijo, siéntate aquí, que vamos a hablar sobre sexo” no suele tener demasiado éxito. Los adolescentes reciben esta charla como un sermón paterno. Además les pilla desprevenidos, lo que les hace sentirse incómodos y avergonzados. Es poco habitual que se muestren realmente interesados y se abran a esa situación planificada por los padres y tan forzada para todos. Más bien les generará rechazo y ganas de acabar con ello cuanto antes. La vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades para hablar de la sexualidad, y lo cierto es que los niños y jóvenes aprenden más y mejor de esta manera. Se pueden aprovechar situaciones diarias para iniciar conversaciones con los hijos, como por ejemplo: escenas de series de televisión, publicidad que sobrevalora la imagen corporal, en la sala de espera del médico (da pie a conversar


sobre enfermedades), al ver pasar una vecina embarazada o ver por la calle una pareja homosexual. Son momentos educativos que ocurren todos los días y que pueden ayudar a que la conversación sea fácil y natural, tratándose de un aprendizaje más integrado.

Qué decir En general, cualquier tema es importante, siempre que tu hijo así lo considere. Algunos de los temas en torno a la sexualidad que puedes abordar son, entre otros: -

Los cambios de la pubertad:físicos, emocionales, intelectuales. El amor por el propio cuerpo. Normalización de la masturbación. Diversidad de orientaciones sexuales.

- Enfermedades de transmisión sexual. - Prevención de embarazos no deseados. - Colocación y uso correcto del preservativo.

Qué no decir (ni hacer) De la misma forma que es interesante saber qué decir y qué hacer, también es útil saber qué conductas resultan contraproducentes para tener una buena comunicación con los hijos sobre sexualidad. Presta atención a algunas de las cosas que no debes decir o hacer: - Nunca ridiculices el aspecto de un adolescente ni hagas bromas sobre ello.


- Si no quiere hablar contigo sobre sexualidad, no le presiones: cada uno tiene su propio ritmo. - No te rías de sus dudas, curiosidades o preguntas sobre sexualidad, pues sentirá que las estás menospreciando, y para él son importantes. - No intentes retrasar sus relaciones o su interés sexual. Si ve que no estás de acuerdo, lo hará igualmente, pero con pesar y ocultándotelo. Es mejor confiar en su propia decisión y transmitirle la máxima seguridad. - No le cargues con valores retrógrados de “sexo como pecado”: sólo llevan al malestar y a la culpabilidad. - No pretendas que tu hijo cuente con tu aprobación para cada cosa que haga; limítate a mostrarte abierto y disponible para cuando te necesite. Ser buen padre es diferente a ser el mejor amigo de tu hijo. - No le juzgues. Es lo más importante.

Pautas para hablar de sexualidad con un adolescente 

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La sexualidad es positiva y así se lo puedes hacer ver. Si lo primero que le dices es “¡no lo hagas!”, la desconexión está asegurada. Normaliza sus pensamientos, sensaciones, dudas y miedos en torno al sexo. Tú también los sentiste cuando tenías su edad. Puedes aliviar la vergüenza que supone hablar sobre sexo, precisamente reconociendo esa sensación. Un ejemplo: “Sé que es un poco incómodo para los dos hablar de esto, pero es importante que lo aclaremos. ¡No hay nada de lo que avergonzarnos!”. Adapta tu forma de hablar a la edad de tu hijo y a su nivel de comprensión. Invítale a que pregunte todo lo que desee. Por ejemplo, dile: “Puedes preguntarme lo que quieras sobre sexualidad, en el momento que quieras, y yo te responderé lo mejor que sepa”. De esta forma, también sabrá que cuenta con tu apoyo cuando lo necesite.


No uses demasiados eufemismos, ya que pueden dificultar la comprensión. Tú sabes a lo que te refieres, pero puede que tu hijo no lo sepa. Procura que la información que le des sea cierta, útil y lo más precisa posible. Ajusta lo que dices a lo que tu hijo necesita saber. Para ello, puedes preguntarle: “¿Qué sabes tú sobre este tema?”, “¿Qué has oído sobre eso?”. Escuchar sus respuestas también te será útil para desmentir o corregir algunas ideas erróneas que tenga sobre ciertos temas, las cuales son muy habituales entre los niños y adolescentes. Intenta no abrumarle con demasiada información de golpe. Es preferible dosificar la información a decirle todo lo importante en una sola y eterna conversación. Comprueba que tu hijo entiende lo que le dices sirviéndote de preguntas de clarificación, como por ejemplo: “¿he respondido a tu pregunta?”, “¿hay algo de lo que he dicho que no hayas entendido?”, “¿he usado alguna palabra que no sabes lo que significa?”. Los chicos también necesitan atención. Es más sencillo hablar de sexo con las chicas ya que la llegada de la menstruación hace el camino más fácil. Con los chicos, sin embargo, puede resultar algo violento tratar temas como los sueños eróticos o las primeras eyaculaciones. Pero hay que afrontarlo como algo natural. Explica todo punto por punto. Exponle que la atracción sexual es gradual: comienza con una sonrisa, continúa con besos, luego vienen los tocamientos y todo culmina con la relación propiamente dicha. Los chicos y las chicas necesitan instrucciones diferentes. En el caso del consentimiento, por ejemplo, las chicas tienen que aprender a decir no, mientras que los chicos deben ser advertidos del riesgo que supone asumir un consentimiento. Escúchales cuidadosamente. Cada época tiene una jerga y seguro que es diferente a la que tú utilizabas. Cuanto mejor la aprendas, más bien sabrás por dónde empezar. Deja claros los peligros del sexo oral. A menudo, se ve el sexo oral como una cosa segura que, además, permite no perder la virginidad. Hay que explicar los peligros de transmisión de enfermedades que puede provocar esta práctica. Haz una lista para ayudar a tomar decisiones. Habla de temas básicos: el amor, la presión que pueden ejercer la pareja y los amigos, la influencia del alcohol y las drogas,… este será un buen momento para hablar de valores: cuándo y por qué uno toma la decisión de tener relaciones. Habla de las consecuencias emocionales del sexo. El sexo nos hace más vulnerables, emocionalmente hablando; las


rupturas se viven intensamente a estas edades (“los corazones rotos”), pero son experiencias que les hacen crecer. Padre y madre son igual de importantes. Cada uno aporta su punto de vista. Sólo las madres pueden explicar a los hijos el misterio de las mujeres y los padres pueden explicar a las hijas el comportamiento masculino. Usa todas las herramientas que tengas a su alcance. La televisión, las películas, la prensa, la red,… pueden dar bastante información útil. Cualquier cosa puede ser una buena excusa para hablar de sexo.

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Hablar de sexualidad: desafío superado Si aún no has hablado con tu hijo sobre sexualidad, no te preocupes: no es demasiado tarde. Sabemos que hablar sobre sexualidad con tus hijos puede resultar todo un desafío. Es normal que sea incómodo al principio, pero con el tiempo y la práctica se normalizará y será más fácil. Simplemente, no intentes ponerte al día de una sola vez: es preferible ir introduciendo el tema poco a poco y mostrarte abierto y accesible para que tu hijo sepa que puede hablar contigo cuando lo desee. La clave es que la comunicación entre vosotros sea continua, abierta y fluida. Escucha a tu hijo, presta atención a lo que te dice, valora sus aportaciones y respeta sus sentimientos y pensamientos. Así, le estarás demostrando que te interesa lo que tiene para decirte, que te importa lo mismo que a él le importa. De esta manera, sus preguntas sobre sexualidad surgirán solas. ¡No temas no saber contestarlas! Sólo sé natural y todo fluirá.


Fuentes: Estefanía Mónaco Gerónimo (Psicóloga). – “El Portal del Hombre – Cómo hablar con los hijos de sexo”. Psicoactiva – Infancia y Adolescencia. – “Cómo hablar de sexo con nuestros hijos adolescentes”. Juan Armando Corbin.- Psicología y Mente .


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