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El placer de compartir lecturas
Por Roger Chartier , John Banville , Guillermo Arriaga , Manuel Gil , Claire Armitstead , Marisol Schulz , Lluís Miquel Palomares , Basilio Baltasar , Javier Celaya , Valerie Miles ...
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bra un libro, en papel o digital. Cierre los ojos. Invéntelo. Suéñelo… Todo lo que ve es la sombra de lo que será. Las posibilidades son infinitas e insondables en este minuto uno de la era digital donde empiezan a fundirse el mundo analógico y el ciberespacio. Todo se redefine y recoloca. Y lo que saldrá del soporte de un arte tan maravilloso como la escritura que deriva en otro mágico como la lectura no
tiene respuesta. Por eso laten preguntas como ¿qué es un libro en el siglo XXI? ¿qué es el libro? WMagazín, revista literaria digital global e itinerante, ha invitado a creadores y profesionales a reflexionar sobre el concepto y definición del libro. Una antología de sus argumentos queda recogida en esta edición especial impresa con motivo de la 76ª Feria del Libro de Madrid.
VERANO 2017
EN VIVO
2 verano 2017
Escritores, expertos y profesionales de la creación literaria y editorial aceptaron la invitación de WM Roger Chartier
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os historiadores siempre han sido profetas pobres y sus predicciones a menudo han demostrado ser erróneas. Así que no tengo ni la seguridad ni la imaginación sobre el futuro del libro. Esto requeriría de varios requisitos previos. En primer lugar, responder a la pregunta: ¿es un libro electrónico un libro? Tal vez, pero sólo cuando se niega, paradójicamente, oportunidades digitales y se respeta el texto literario y su estabilidad. En este sentido, como se ve en los contratos de edición y ediciones electrónicas, el libro electrónico bien puede ser también un libro a la manera impresa. La distancia surge cuando el “libro” digital se convierte en un objeto multimedia, en un texto en movimiento, en una obra sin propieta-
John Balville El libro es uno de los grandes inventos de la civilización. Este hecho es ciertamente evidente. Es en los libros, más que en la palabra hablada, que el lenguaje de un pueblo es preservado, atesorado, modificado, enriquecido. ¿Importa la forma que toma el libro? Me encanta el libro como un objeto estético, pero otros pueden obtener más placer de un libro electrónico, entregado a través de un juguete brillante gracias a la tarde del Señor Jobs. Les deseo lo mejor. Pero para mí, nada puede reemplazar esa maravillosa mina de información, ideas, inspiración, imaginación y poesía, que está impresa en papel y contenida entre cubiertas de cartón. Así que atesoremos el libro, la librería, la biblioteca. Porque puede llegar un día en que Internet y todas sus obras se desvanezcan en el ciberespacio con un ¡pop! Seguirá un escalofrío de silencio estático y bendito. Entonces será el tiempo, otra vez, para inclinarse ante un buen libro… * Escritor irlandés autor de obras como El mar y con el seudónimo de Benjamin Black de la serie de novelas policiacas en Alfaguara.
rio del copyright y, por lo tanto, no es un libro… En segundo lugar: comprender el contraste, por un lado, entre el liderazgo en el mercado de la edición de libros impresos (incluso en Estados Unidos, donde la proporción de libros digitales se ha estabilizado en poco más de 20%) y, por otro lado, la profunda crisis de las principales instituciones de la cultura impresa: librerías que desaparecen, la competencia de Amazon; bibliotecas que mueren (a veces); periódicos de papel algunos (especialmente en Estados Unidos) de los cuales ya solo se publican en digital. La cuestión esencial es aquella que plantea la idea de que existe una equivalencia entre lo digital y lo impreso. Amazon o librería, siempre se trata de la compra de un libro. En la biblio-
temente amplia como para dar cabida a todo tipo de formatos. “Se considera libro cualquier obra científica, artística, literaria o de cualquier otra índole que constituye una publicación unitaria en uno o varios volúmenes y que puede aparecer impresa o en cualquier otro soporte susceptible de lectura. Se incluyen por lo tanto los libros electrónicos y los libros que se publiquen o se difundan por Internet o en otro soporte que pueda aparecer en el futuro”. Con esta definición en la mano, la inclusión de realidad aumentada, realidad virtual, imagen, texto, sonido, movimiento, y cualquier otra tecnología que surja, queda bajo el amparo del “concepto libro”. Lo que cambia es la arquitectura de la “narratividad”. Tanto la tecnología como el medio determinan el mensaje y su textualidad. El libro es hoy un producto transmedia, y en un futuro cercano puede ser que se parezca mucho más a un videojuego que al libro de offset actual. Las pantallas (todas), como medio cuasi natural de lectura hoy determinarán la conformación del producto libro. * Director de la Feria del Libro de Madrid.
Claire Armitstead
Lluís Miquel Palomares Balcells
1a: Un libro es un artefacto portátil que consiste en una serie de signos seleccionados de los recursos semióticos disponibles en la cultura (palabras e imágenes, por ejemplo). Su composición rara vez -si nunca- es el trabajo de una sola persona e implica decisiones y elecciones sobre el orden material, secuencial y espacial que son convencionales y están abiertos a la modificación ya la transgresión. Tiene un potencial que está disponible para ser realizado – hecho significativo – por los lectores previstos y no previstos. 1b: Un libro es una cápsula de pensamiento creada en común, producto de un antiguo deseo humano de hacer historias, de ser visto y de ser testigo, que un día puede ser leído por un marciano. O no puede. * Editora de libros de los periódicos The Guardian y Observer.
La RAE ofrece una definición perfectamente válida del libro con una deliberada imprecisión, y es que a la luz de los cambios tecnológicos, en efecto un libro ha dejado de ser esa cosa tan fácil de definir como era hasta no hace tanto. Cualquier definición válida no debería partir tanto del libro como de la palabra escrita. El libro sería una de las paradas del trayecto, como lo fueron el papiro, el códice o lo será el e-book o el audiobook. Lo esencial es la palabra escrita cuando posee un valor literario, científico, social o comercial o “de cualquier otra índole”. Habría una etapa anterior a la palabra escrita, que sería la del valor de la palabra oral. Sin embargo, hasta que esta no queda fijada por escrito ninguno de los que trabajamos en el mundo del libro podemos hacer nada con ella. La Ilíada, que se transmitía por la tradición oral, empieza a ser libro cuando es grabada en una vasija uno de los cantos. Un capricho metonímico nos ha llevado a definir genéricamente el valor de la palabra escrita con el mismo nombre que empleábamos para designar el que ha sido su soporte material en los últimos siglos. Me gustaría seguir llamando libro al libro y la tarea que se nos presenta consistiría en desligar de la definición los distintos soportes, los contenedores del contenido, que es la palabra escrita cuando esta posee un valor intrínseco. * Director de la Agencia Literaria Carmen Balcells
Manuel Gil
La historia del libro es la historia de una mutación por combinación, es decir, la irrupción y disrupción tecnológica ha ido cambiando el “producto” pero no así su concepto y/o definición. Se ha pasado, en su intrahistoria, de formatos relativamente sencillos a productos que contienen hoy en día una enorme carga tecnológica, pero el concepto narrativo (contar algo) sigue invariable. En España, la Ley del Libro recoge una definición que considero lo suficien-
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teca o en frente de la pantalla, el texto ofrece la misma lectura. Y es el mismo periódico publicado en una forma u otra. Es en contra de estas ideas espontáneas y generalizadas donde están las diferencias sobre los métodos de apropiación y comprensión del lenguaje involucrados en diferentes formas de registro, transmisión y uso de la escritura (e imágenes). Cada una de estas modalidades tiene su lógica, sus operaciones, su razón de ser. El libro tal como lo conocemos va a sobrevivir y, sin prestar, necesariamente, formas y fórmulas al mundo digital. Pero la partida no está ganada. Mientras celebramos el nombre de un gran inventor, Gutenberg de Maguncia, hay que reconocer que los cambios más profundos de la cultura escrita han
Paulina Flores No sé si hay mucha diferencia entre el libro digital y material. Empecé a leer en Ipad y es muy práctico. Un libro en el siglo XXI, y siempre, es una puerta de salida o de entrada. Leer un libro para quedar aún más en el mundo, para imbuirse aún más en el mundo. * Escritora chilena autora de los cuentos Qué vergüenza (Seix Barral).
Javier Celaya La implantación de todo tipo de dispositivos inteligentes, como tabletas y móviles táctiles, está transformando los hábitos de acceso a la cultura, la información y el ocio de muchas personas. En este contexto, muchos profesionales del mundo del libro nos estamos preguntando cómo serán los libros en el siglo XXI. ¿Seguirá siendo el texto el principal lenguaje para contar una historia? ¿Qué otros lenguajes (audio, vídeo, imágenes, etc.) se utilizarán para contar historias? Al igual que los editores fueron capaces de atraer la atención de los lectores en la era analógica descubriendo a los autores de esa época, el reto para el sector editorial es apostar por la creación nuevas historias en múltiples formatos y lenguajes digitales que atraigan el interés de los lectores en pantallas. * Socio-fundador de Dosdoce.com
Blue Jeans Un libro es una puerta de papel (o digital) a otro mundo; uno de los inventos más maravillosos que el hombre ha creado. Yo tengo la suerte, además, de poder disfrutarlo desde dos puntos de vista. Como lector, los libros suponen una válvula de escape que me permite explorar lo que otra persona ha experimentado o ha imaginado en su mente. Como autor, ha significado encontrar el camino en la vida y en torno a él giran las veinticuatro horas de cada uno de mis días y cuanto me rodea. El libro y el lector son los auténticos y verdaderos protagonistas. * Escritor español autor de Algo tan sencillo como estar contigo (Planeta).
Guillermo Arriaga El libro, lo dice Gabriel Zaid, es un objeto perfecto. Portátil, posible de personalizarlo, rayarlo, maltratarlo. Llevarlo bajo el sobaco. Resiste caídas. Se puede leer a la luz de una vela. Pero es también un objeto con filo. Puede cortar.
sido siempre colectivos y anónimos. La aparición del códice, la revolucionó de la lectura, las prácticas digitales estaban y están en este orden, las transformaciones son lentas o rápidas, universales o desiguales. Se pueden pedir discursos, convencer o preocuparse. Pero, en última instancia, son las prácticas de libertad de expresión las que modifican o inventan la realidad. * Roger Chartier es historiador del libro y director de la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales (EHESS), de París. Autor de títulos como Historia de la lectura en el mundo occidental (Taurus) y El mundo como representación (Gedisa).
O ser un objeto contundente y golpear. En ocasiones es pétalo y acaricia. A momentos son fauces y muerden. La lectura no siempre debe ser placentera. Puede confrontar, molestar, enfurecer. Los libros son puentes que a veces cruzamos para encontrarnos a nosotros mismos. * Cineasta y escritor mexicano es autor de El salvaje (Alfaguara).
Marifé Boix García Un libro son muchas cosas: una historia, diferentes textos pequeños que se pueden leer en diferentes formatos. Pueden ser formatos con realidad aumentada, bancos de datos, metadatos. Vamos en esa dirección con los libros. Todo lo que es contenido que se pueda leer en formato digital o impreso para mí es un libro. *Subdirectora de la Feria del Libro de Fráncfort
Valerie Miles Desde el principio de los tiempos las palabras importan. Llamar al libro digital “libro” es desacertado. Deberíamos buscar otra manera de definirlo. Libro viene del “liber” en latín, que quiere decir parte interior de la corteza de los árboles. Sería buena idea buscar una nueva palabra y así distinguir entre los dos soportes. El hecho de que el texto no se fije hace que el llamado “libro digital” o electrónico sea otra cosa, y merece otra palabra. Es una nueva vía, abre posibilidades sugerentes, maravillosas, y creo que forma parte de una revolución y cambio de paradigma histórico de primer orden que sólo ha empezado. * Editora, autora y directora de la revista Granta en español.
Basilio Baltasar La innovación disfruta de un prestigio inmerecido. Se nos pide rendir pleitesía a lo que aparece como novedad, pero nuestra obligación intelectual es hija del viejo escepticismo. Seamos críticos. Mejor recelar de todo aquello cuyas consecuencias no han sido calculadas. El ebook (dejemos que en su esperada agonía lleve su nombre en inglés) constata la ingenuidad de una sociedad dispuesta a aplaudir la innovación como si los productos mercantiles de la tecnología pertenecieran a la redención del género humano. Esta confusión (entre tecnología y cultura, novedad y progreso, invento y curación…) es el síntoma del fetichismo supersticioso que gobierna a una sociedad falsamente moderna. * Director del Área de Cultura de la Fundación Santillana
3 verano 2017
agazín a definir el concepto de libro en un momento de grandes cambios para la cultura y la sociedad
HALLAZGOS
Los autores debutantes o poco conocidos en entrevistas donde ellos empiezan por presentarse a los lectores en primera persona para luego dar las claves de por qué hay que leerlos. Artículos completos en wmagazin.com
Mariana Enriquez. “Soy Mariana Enriquez y nací en Buenos Aires,
Iván Repila. “Me llamo Iván Repila. Mi apellido se escribe sin tilde por-
Siempre fue una niña muy lectora. Hija única rodeada de libros. Muy pronto descubrió que estos eran la mejor compañía para derrotar la soledad, los silencios y las ausencias y descubrir el sentir de las emociones de la vida. Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) ganó este año el premio Ciutat de Barcelona por sus cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego y este invierno se ha recuperado para España su primer volumen de relatos, de 2009: Los peligros de fumar en la cama (ambos en Anagrama).
La voz de Iván Repila parece salir de otro cuerpo distinto al suyo. Su voz grave, su tono pausado y sus reflexiones de fondo crean en el cerebro a un profesor experimentado. Y no a este editor, gestor cultural y escritor de 38 años que demuestra menos años que ríe y bromea como un adolescente. Habla de su novela Prólogo para una guerra (Seix Barral), su tercera novela tras Una comedia canalla (2012) y El niño que robó el caballo de Atila (2013), cada una de ellas está escrita en un estilo diferente.
que es palabra llana, nací en Bilbao en diciembre de 1978 y aprendí a leer con los tebeos de Mortadelo y Filemón. Más tarde vinieron otras lecturas, un poco por la pequeña biblioteca que había en casa y otro poco por un profesor de lengua que se empeñó en que miráramos el mundo. Nunca sentí la llamada de la vocación: empecé a escribir de niño, para divertirme, y creo que aún guardo lápices de aquella inercia. A veces, cuando releo mis libros, adivino algo profundamente violento en mí”.
Lisbeth Salas Lisbeth Salas
Editorial Tusquets
Lisbeth Salas
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pero crecí en el suburbio de Lanús y después en La Plata. Publiqué mi primera novela a los 21 años: no sabía entonces si quería o no ser escritora, si me interesaba la literatura. Lo supe muchos años después, cuando escribí una novela que tiré porque era muy mala, cuando publiqué otra, cuando empecé a robarle tiempo al trabajo y la vida para escribir cuentos de madrugada. Soy periodista y en los últimos años me he inclinado por los cuentos, aunque ahora mismo estoy escribiendo una novela bastante larga que cuesta y cuesta. Pero lo disfruto mucho”.
Jorge Galán. “Nací en San salvador, en 1973, y no me puse Jorge
Han Kang. “Hacer preguntas, eso es para mí escribir. No escribo respues-
Pero ha sido una tragedia real que él ha convertido en novela lo que lo perseguirá para siempre. La tituló Noviembre (Tusquets). Jorge Galán reconstruye una historia que conmocionó a medio mundo: el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, el jueves 16 de noviembre de 1989. El gobierno culpó a la guerrilla del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), después se supo que fueron los militares. Tras un juicio los autores materiales fueron amnistiados. Veinticinco años después, el presidente de entonces, Alfredo Cristiani revela aquí los nombres de los autores intelectuales.
En cambio, quien cuenta esa historia sí quiere ser parte del mundo. Es Han Kang (Gwangju, 1970), la surcoreana de voz dulce sacada del silencio hace un año cuando obtuvo del premio Man Booker International por la novela La vegetariana (Rata). La obra es de 2007 pero se tradujo al inglés en 2015 y a España esta primavera. Poco a poco, su voz personal y literaria se propaga por los diferentes idiomas con la presentación de esa historia que sigue los pasos de aquella mujer que se abisma a la muerte para ser un canto a la vida. La vegetariana invita a replantear el modelo básico de existencia, de convivencia y de comprensión entre los seres humanos. Se pregunta sobre el porqué de la violencia.
Galán, me llamo así. Galán es mi segundo apellido. El primero es Portillo, y ambos son los de mi madre. La literatura para mí no empezó en los libros sino en la sombra de las tardes lluviosas, cuando, protegidos en la oscuridad de la casa, mi abuelo me contaba extrañas historias que, según él, había vivido cuando joven. Aquellas historias me cautivaron, me mostraron una manera de contar, y, sin saberlo, me marcaron para siempre”.
tas, simplemente me afano por responder preguntas, trato de permanecer mucho tiempo dentro de ellas. De rodillas, arrastrándome otras veces, espero llegar hasta el final, hasta el centro (aunque sea imposible). Esta novela es también una pregunta imposible. Hay una mujer, un ser humano que ya no quiere formar parte de la humanidad…”.
EN ESPAÑOL
Narradores, poetas, ensayistas y creadores de cómic y novela gráfica relevantes del español repasan su trayectoria y analizan los temas sobre los cuales se levantan sus obras. Artículos completos en wmagazin.com
Piedad Bonnett. La orfandad de seis tulipanes de colores en un
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Álvaro Pombo Justo al lado del sol de la tarde que entra por la ventana, Álvaro Pombo fuma un cigarrillo con la elegancia de los actores de las películas en blanco y negro. Está sentado en el sillón de un rincón de su biblioteca anexa a su piso-camarote de barco en Madrid. A sus 77 años está más delgado. Habla con voz más serena, más pausada, pero, eso sí, sus palabras continúan impregnadas de reflexiones filosóficas que empiezan con una idea que se bifurca en otra, y esta a su vez en otras, hasta que de manera milagrosa vuelven a la idea matriz. Como si nada.
hotel se parece a los inicios poéticos de Piedad Bonnett. “En la pérdida de mi infancia y a instancias del dolor se gestó mi poesía”, confiesa la escritora colombiana junto a un florero perdido de la mano de Dios en un hotel madrileño. Seis tulipanes cerrados que dejan entrever sus colores, amarillo, rojo, blanco… Es la única decoración que acompaña a Piedad Bonnett. De fondo, el murmullo de los huéspedes que llegan o se van. La poeta, narradora y dramaturga ha venido a Madrid al Festival Poemad y a presentar su libro Poesía reunida (Lumen). Bonnett (Amalfi, Antioquia, 1951) se sorprende al descubrir que ya son 27 años desde su primer poemario: De círculo y ceniza. Sabe que fue en 1989, “pero no había hecho cuentas del número de años”. Al descubrirlo, sus cejas se encaraman tras sus grandes gafas y sonríe. Es una mujer pequeña, de cabello corto muy fino cuyo corte rejuvenece su cara redonda. No le gusta la literatura estridente. Teme a lo sentimentaloide. Busca la médula de la emoción verdadera. Del sentimiento a la palabra, sin pirotecnia.
Antonio Colinas. Una maraña de voces y de tintineos de cubiertos,
copas y platos orquestan el momento cumbre del luminoso y amplio restaurante del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Es la hora de la comida. A un lado de la escultura de El salto de Léucade está Antonio Colinas en un viaje evocador por su literatura. Cualquiera podría pensar que este poeta de estirpe clásica reservó la mesa más cerca a esta obra en la que Afrodita busca salir renacida de la herida del amor ante la pérdida de Adonis. No es así. Ha sido el destino que lo ha puesto ahí para que desandara, con ella como testigo, su romance que funde vida y creación literaria. Otra prueba de que Colinas no ha ido donde ha querido, sino donde la vida lo ha llevado. Ahora está en el centro del restaurante y de la creación poética hispanohablante al ser distinguido con el máximo galardón del género en español y portugués: el 25º Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. La antología con la que Antonio Colinas celebra este galardón y lleva al lector por su creación la ha titulado Lumbres (Ediciones Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional).
Lisbeth Salas
Editorial Siruela
Lisbeth Salas
Editorial Destino
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Y, en la ruta, como siempre, algunos versos recitados. De Rilke, por ejemplo. Y su risa sonora y empatía, también, como siempre, siguen intactas. De pronto, el escritor y académico español apoya una respuesta con la lectura de un texto suyo, como si tuviera un auditorio delante: “Juan Caller heredó una casa, con un pequeño jardín delante y otro trozo rectangular detrás”. Es la lectura que hace del comienzo de su nueva novela, La casa del reloj (Destino). Luego revelará el origen, el instante en que se le ocurrió escribirla.
Guillermo Arriaga. El pasado propio no es una presa fácil de
cazar. Cerraba los ojos y ahí estaba. Abría los ojos y buscaba la manera de ser escrito. Los ojos azul aguamarina fijos en el teclado han tratado de capturar aquella vida escurridiza en una pieza de teatro en la adolescencia, un volumen de cuentos, tres novelas, cinco guiones de cortometrajes, cinco guiones de películas y un largometraje escrito y dirigido por él. Hubo aplausos. Hay aplausos. Pero nada. Hasta que 45 años después Guillermo Arriaga ha podido contar la historia que lo ha traído hasta aquí: El Salvaje (Alfaguara). Por fin el cazador ha podido cazar el corazón de su pasado. Lo ha hecho en una novela “basada en hechos reales que nunca existieron”. Ocurrieron cuando entre los años 60 y 70 el boom latinoamericano estaba en plena pirotecnia y él no sabía de eso. Un niño empujado a la adolescencia descubría la dureza del mundo y los zarpazos de los múltiples sentimientos y sensaciones de la vida en la azotea de su casa de la colonia Unidad Modelo de Ciudad de México. No podía saber que cada uno de aquellos sucesos inolvidables eran eclipsados muy rápido por otros hasta formar un tropel de vivencias.
FOTORR
C
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oetzee lleva el silencio dentro. Es un monje que todo lo que dice lo dice con sus libros. No hace falta más. Apenas habla. Observa, no pierde detalle del mundo que lo rodea. Hay tanto ruido aquí. Su silencio no es intimidatorio, invita a seguirlo. A las seis y media de la tarde del miércoles 26 de abril, el ruido de la 30ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) estaba de fiesta en el auditorio José Asunción Silva. Llevaba veinte minutos en una espiral de voces, risas, carraspeos, pisadas… Era un amasijo de todos los sonidos producidos por los adolescentes, sobre todo, mientras buscaban un puesto en el auditorio. El micrófono se encendió, una voz dijo algo, pero el ruido no se enteró. Cuando unos minutos después Giuseppe Caputo, director de contenidos de la FILBo, anunció: “Demos la bienvenida a Coetzee” los aplausos subieron el ruido que acompañaron la entrada del Nobel de Literatura surafricano hasta el centro del escenario donde estaba un atril. -Buenas noches, dijo en español. Fue como si el silencio que él llevara dentro se alojara de golpe en las casi 500 personas que habían hecho cola durante varias horas para coger los mejores sitios. Entonces eran unos de pie leyendo sus libros. Otros sentados en el suelo hablando sobre él. Unos cuantos solos sin nadie con quien hablar. Hasta que J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) dijo en el escenario: “Buenas noches”. Palabras que inauguraron un silencio reverencial durante los siguientes 50 minutos que duró su conferencia sobre el comportamiento de los humanos y su relación con los animales. Del trato inmisericorde que se les da con el fin de alimentar a la especie humana. *** El penúltimo capítulo de esa hora había empezado 45 minutos antes en el hotel donde se alojaba el escritor. Un carro de la FILBo lo traslada hasta el auditorio de la Feria. Lo acompañan Soledad Costantini, directora de Malba-Literatura, de la Fundación Costantini de Buenos Aires, y editora argentina de El hilo de Ariadna, y Giuseppe Caputo, de la FILBo. El carro llega a la parte posterior del auditorio de una tarde veraniega de Bogotá que empieza a dar el relevo a una noche otoñal. Coetzee saluda a quienes lo esperan con una sonrisa tímida, amistosa. *** La puerta metálica se abre y pasa al backstage del auditorio. Un túnel. Paredes y techo negros iluminados desde el techo por dos bombillas con luz blanca pálida. Coetzee pide ir al escenario vacío para conocer el lugar donde se encontrará con sus lectores. Al fondo, sillas azules. Sobre la tarima de madera caoba un sillón blanco en el centro lo espera. Al extremo derecho, un atril con micrófono para los presentadores. Pide que se lleven el sillón y pongan ahí el atril. Levanta la cabeza y mira desde detrás del atril el patio de butacas vacío. Vuelve al backstage y pide conocer al intérprete. “Juan Pablo”, se presenta con voz grave este hombre de unos 30 años. El escritor quiera saber qué palabras se van a usar en español para algunas de sus frases. Todo conforme. Quedan solo unos minutos para que empiece su charla. Juan Pablo le hace la última pregunta: ¿Cómo debo pronunciar su apellido? “Cutsí”, contesta Coetzee. *** El Nobel habla con sus acompañantes. Se sienta en uno de los sillones de piel negra. Minutos después, detrás de la gran pared de madera que lo separa del auditorio, un ruido de voces empieza a formarse. Han abierto las puertas al público. Los ruidos irrumpen en tropel. Un haz de luz entra cuando se abre la puerta del backstage. Llega “¡Michael!”, en palabras de sereno entusiasmo de Coetzee. Se pone de pie y charlan un buen rato. *** Hacia las 6.25, el regidor del acto, y que controla los tiempos de todo, exclama con los auriculares puestos: “¡Preparados. Ya vamos a salir!”. Los acompañantes e invitados especiales se despiden de Coetzee, salen de allí y se dirigen a las primeras filas del auditorio. Coetzee queda solo. Se sienta de espalda a donde está el ruido ascendente del escenario. Cruza una pierna, toma la carpeta donde está escrita la conferencia que va a dar. Empieza a leerla sin mover los labios. Con el bolígrafo escribe algo. *** En el escenario, Giuseppe Caputo empieza la presentación del acto. La de uno de los escritores contemporáneos más importantes, asegura. Recuerda algunos de sus libros, entre ellos Desgracia. Recuerda los premios que ha recibido, como el Nobel de
El Nobel surafricano, que apenas da entrevistas y habla co momentos privados. Este es el primero, la hora previa a su
Por Winston Ma Fotografías de
Literatura de 2003. Detrás, en la semioscuridad, Coetzee parece ausente de lo que pasa en el escenario. Sigue centrado en el texto que va a leer. *** El regidor, de pie en el borde las luces del escenario y la oscuridad del backstage pide a Coetzee que se aliste. El Nobel se levanta y se pone detrás del regidor, silencioso a dos pasos de la luz y el ruido. Espera con sus hojas enrolladas entre las manos. Escucha. Sabe lo que están diciendo de él. Entiende un poquito de español.
RELATO
*** “El mundo como es, solo se revela a nosotros, a diferencia de los insectos los seres humanos tenemos una vida dividida entre la emoción y la razón”. Pura emoción y razón. Puro ruido y furia, como dijo Shakespeare, a veces. “Las personas que tienen en su mente el bienestar de los animales se enfrentan a una aventura al procurar que ese bienestar animal tenga un impacto en el mundo y por lo tanto pueda tener una voz que defienda eso”. El silencio reverencial ante su presencia y sus palabras continuarían unos 50 minutos más. *** Coetzee termina lo que tenía que decir. Calla. Un silencio de titubeo entre el público. Aplausos. El escritor se gira para volver sobre sus pasos de una hora atrás. El ruido se restaura torpemente entre aplausos. El hombre de rostro serio y que apenas habla, pero sonríe tímido cada vez que puede, e inclina medio grado la cabeza, atraviesa la frontera entre la luz del escenario y la semioscuridad de su trastienda por donde entran y salen todos los invitados. ***
on la prensa, permitió a WMagazín ser su sombra en tres u encuentro con los lectores de la Feria del Libro de Bogotá
anrique Sabogal
Lisbeth Salas
*** “Demos la bienvenida a Coetzee”, dice Caputo. Los aplausos absorben todos los ruidos posibles y rebeldes. Coetzee sale de la semioscuridad y avanza con paso lento y firme hacia el centro del escenario donde minutos antes había pedido colocar el atril. Habla de pie por respeto a todos los que han ido a escucharlo. Minutos antes, mientras esperaba salir, había sonreído emocionado al escuchar que había no sé cuantos muchachos haciendo cola para ir a su conferencia, mientras algunos leían sus obras.
John Maxwell Coetzee rompió su silencio de nuevo para reforzar una de sus ideas y cruzadas escritas en libros como Elizabeth Costello acerca de la triste relación del ser humano con los animales. Es la persona que nos ha hablado en sus escritos tanta cosas con las cuales reflexionar sin dejar de regalarnos el placer de la lectura. Coetzee, el que dijo: “El arte del escritor, un arte que no se puede estudiar en ninguna parte aunque sí se puede aprender, consiste en crear una forma (un fantasma capaz de hablar) y un punto de entrada que permita al lector habitar en el fantasma”.
7 verano 2017
*** La voz suave y pausada del autor de Esperando a los bárbaros dice en un español claro: “Buenas noches”. Es cuando el silencio que lleva dentro migra a todas las almas que han ido a verlo y escucharlo. Su voz corta el ruido como una cuchara sobre una gelatina. Habla un minuto más en español, para, entre otras cosas, dar las gracias por la invitación de estar en la FILBo. Luego empieza a leer sus páginas en las que recuerda el comportamiento de los humanos y su relación con los animales. Del trato inmisericorde que se les da con el fin de alimentar a la especie humana. “Si el matadero fuera de cristal todo sería distinto”. Pero nadie quiere saber nada. Es el silencio preferido por casi todos respecto a eso.
ESPECIALES
El 5 de junio de 1967 llegó a las librerías de Buenos Aires la novela de Gabriel García Márquez. El año anterior había publicado el primer capítulo en el diario El Espectador. La edición definitiva tuvo más de 50 cambios
8 verano 2017
Por Conrado Zuluaga
“E
ste libro –dice en el colofón– se terminó de imprimir el día 30 de mayo de 1967, en los talleres… Buenos Aires, Argentina”. Seis días después, el lunes 5 de junio, Cien años de soledad, la novela de un desconocido, un tal García Márquez, estaba en todos los kioscos de prensa de la ciudad, junto a otra docena de novedades de la Editorial Sudamericana. Aparte de Paco Porrúa, el editor de Sudamericana; de Luis Harss el escritor chileno autor del libro Los nuestros, (1966), en donde reproducía diez entrevistas realizadas a escritores latinoamericanos –García Márquez fue el último en ser incluido–, de Tomás Eloy Martínez, jefe de redacción del semanario Primera Plana, y unos cuantos más, nadie conocía en Argentina al escritor colombiano Gabriel García Márquez. Habían oído algo de él en las semanas anteriores, por el libro de Harss y su participación en una antología de cuentos. Por los comentarios entusiastas de
Carlos Fuentes, y las primicias de capítulos o fragmentos en El Espectador y las revistas Mundo Nuevo, Eco y Amaru, empezaba a atraer la atención del resto del continente. De modo que los ocho mil ejemplares de la primera edición, que Porrúa tenía previsto vender en seis meses, se agotaron en unas pocas semanas. Son diversas las versiones de su proceso de gestación y, por supuesto, son múltiples los debates y las interpretaciones de cada gesto o declaración: desde la carátula de Iris Pagano, la diseñadora de la editorial, para la primera edición, porque el diseño encargado por el mismo García Márquez a Vicente Rojo no llegó a tiempo, hasta la letra “e” al revés de la palabra soledad en la carátula de Rojo. Se ha debatido sobre todo y han surgido peregrinas versiones y teorías. No son muchos, sin embargo, los que se han percatado de las diferencias, por ejemplo, entre la exclusiva del diario
Maquina de escribir donde García Márquez escribió ‘Cien años de soledad’ entre 1965 y 1966. La familia del escritor la donó al gobierno de Colombia que la tiene en la Biblioteca Nacional. / Fotografía de Lisbeth Salas
colombianjo El Espectador del primer capítulo de la novela, y la versión definitiva en el libro. El Magazín Dominical del periódico titulo así en su primera página del domingo 1 de mayo de 1966: “¡Exclusiva! Cien años de soledad De la novela inédita de Gabriel García Márquez”. Y una foto de pérfil, en blanco y negro, del escritor. Tres páginas enteras (8, 9 y 10), con otras tantas ilustraciones de Osuna, reproducen, íntegro, el primer capítulo. La comparación entre los dos textos no trae mayores sorpresas, pues en esencia son el mismo: se inicia con el recuerdo del hielo en una tarde remota y termina en esa tarde lejana en presencia del hielo. Tampoco los personajes y su carácter varían, de los seis más destacados en todo el libro aquí están cinco: José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán, sus hijos, José Arcadio y Aureliano y, por último, Melquíades. Hay algunas supresiones radicales de explicaciones innecesarias u oraciones ordenadas de otra forma. Lo que sí cambia, en esas trece y pico de páginas que componen el primer capítulo de la novela, son algo más de una veintena de palabras. Él, que habló tantas veces de la adjetivación y que puso freno a sus ímpetus calificativos en varias ocasiones, aquí –como lo hará después en El otoño del patriarca– se permitió como nunca la búsqueda del término exacto, el que mejor reflejara la atmósfera de Macondo y los avatares de sus aldeanos. Entonces es lógico encontrar barro y cañabrava, en cambio de adobe; espantó y no aterró, colonial por español, sofocante por ardiente, bolas de vidrio en vez de piedras, ciénaga por pantano, fantasía por ilusiones, sustancia ambarina y no azucarada substancia color de ámbar, un bloque transparente en vez de un bloque de vidrio húmedo, y atónito por triste. En total ,cincuenta y un modificaciones, además de ocho cambios en la división de párrafos. En una de sus escasas cartas, García Márquez le cuenta a Plinio Mendoza que la primera frase estaba escrita en su cabeza veinte años atrás y que no siguió adelante porque a los 17 años era algo demasiado grande para el muchacho de entonces. Hay que creerle, no es una fanfarronada. Al repasar sus columnas periodísticas de El Universal y El Heraldo, es decir, su producción periodistica, entre 1948 y 1952, ahí están los primeros pasos: el ejecutante invisible de la pianola, el oficio de palmas fúnebres, los animalitos de caramelo, el adiós de Cepeda Samudio, Gabriel y la boticaria y muchas otras cosas más que un lector atento puede percibir. Como periodista o fabulador él sabía muy bien que se trata, al fin y al cabo, de un hombre solo que pretende, con apenas 27 letras, construir un mundo irrepetible en donde nos encontramos todos. * Conrado Zuluaga es editor, experto en la obra del Nobel colombiano y autor de la biografía No moriré del todo. Gabriel García Márquez (Luna Libros).
ESPECIALES
Por Conrado Zuluaga
El Espectador, (pp. 9,9 y 10)
1… una aldea de veinte casas de adobe 2… arrastrando dos pesados lingotes 3… y todo el mundo se aterró 4… y aun las cosas perdidas 5… pregonaba el gitano con áspero acento. 6… relicario de cobre con un dorado rizo de mujer 7… tres pieza de dinero español 8…un cofre de monedas coloniales 9… antes de conseguir, dos años después, una ruta 10… los estudios del monje Hermann, y de los Libros del saber de astronomía, de don Alfonso el Sabio, que dejó a su disposición 11... Olvidado por completo de sus obligaciones 12… la ahuyama y la berenjena, mientras el comejen socavaba los cimentos de la casa. De pronto 13… navegando siempre hacia el oriente. 14… contraídas en sus viajes innumerables 15... El ardiente mediodía en que reveló 16… chorreaba de sus sienes la vaselina 17… imitación del huevo filosófico 18… los procesos del Gran Magisterio 19… trabaja con el mercurio 20… la aldea con toda clase de instrumentos musicales haciendo 21… del más fabuloso descubrimiento de la ciencia babilónica. 22… extremos intolerables. Pero 23… se asombraron de cuánto 24… mayor de 30 años 25… vendiendo piedras contra el dolor 26… en el sopor del pantano 27… la antigua ciudad de Richacha 28… llevárselos de regalo a la Reina Isabel 29… franquearon la sierra buscando una salida 30… se confundía al occidente con los médanos del río de La Magdalena, una extensión una extensión 31… echó en una mochila sus mapas 32… un obstáculo apreciable; descendieron por 33... Al término de la primera semana, distantes mataron y asaron 34... “Aquí nos hemos podrido como los puercos, si recibir 35... Pero esta vez Úrsula se anticipó 36... Trató de seducirla con el hechizo de sus ilusiones 37… ocuparte de tus hijos, replicó 38… a la buena de Dios. Igual que los burros, 39… el dorso de la mano y exhaló un hondo 40… había cumplido 14 años 41... Aureliano, que iba a cumplir 6 años en marzo, era silencioso y retraído. Nació con los ojos abiertos. Mientras le cortaban el ombligo, no habiendo llorado ni siquiera con las tres nalgadas enérgicas que le dio la comadrona, movía la cabeza 42… impulsada por un irresistible dinamismo 43… un fenómeno natural fundado en el poder mental de los niños. 44… consideraba la infancia como la etapa más absurda de la vida por la falta del uso de la razón, 45... Quienes lo conocían bien, habían llegado a creer que odiaba a los niños, inclusive a los suyos, pero la realidad era que nunca había tenido una noción precisa de su existencia antes de esa tarde en que los llamó para que lo ayudaran a desempacar las cosas del laboratorio. Desde entonces les dedicó sus mejores horas. 46... Se había tomado de un golpe una copa de la azucarada substancia color de ámbar, 47… el clima triste de su mirada 48… conocer la portentosa invención de los sabios de Memphis, 49… anunciada a la entrada de una tienda que según decían, perteneció al rey 50 … un enorme bloque de vidrio húmedo 51... “Es el diamante más grande del mundo”. El gigante corrigió: “No. Es hielo”.
El libro, Sudamericana, 30 de mayo de 1967 (pp. 9-23) … veinte casas de barro y cañabrava … arrastrando dos lingotes … y todo el mundo se espantó … y aun los objetos perdidos … –pregonaba el gitano con áspero acento–, … con un rizo de mujer … tres piezas de dinero colonial … un cofre de monedas de oro … conseguir una ruta de enlace … los estudios del monje Hermann, que dejo a su disposición . ... Habiendo abandonado por completo las obligaciones … la ahuyama y la berenjena. De pronto … navegando siempre hacia el Oriente. … contraídas en sus incontables viajes ... El sofocante mediodía en que reveló …chorreaba de sus sienes la grasa … imitación del huevo filosófico … los procesos del Gran Magisterio … trabajada con el mercurio … recorrieron la aldea haciendo un ruido …del más fabuloso hallazgo de las nasciancenos. … extremos intolerables, pero … se asombraban de cuánto … mayor de treinta años …vendiendo bolas de vidrio para el dolor … en el sopor de la ciénaga … la antigua ciudad de Riohacha … llevárselos a la reina Isabel … atravesaron la sierra buscando … se confundía al occidente con una extensión … echó en una mochila sus instrumentos de orientación y sus mapas … un obstáculo apreciable. Descendieron ... Al término de la primera semana, mataron y asaron ... “Aquí nos hemos de pudrir en vida sin recibir ... Pero esta vez, Úrsula se anticipó ...Trató de seducirla con el hechizo de su fantasía, … ocuparte de tus hijos –replicó–. ... a la buena de Dios, igual que los burros. ... el dorso de la mano, y exhalo un hondo ... había cumplido catorce años ... Aureliano, el primer ser humano que nació en Macondo, iba a cumplir seis años en marzo. Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos. Mientras le cortaba el ombligo movía la cabeza … impulsada por un dinamismo … un fenómeno natural. ... consideraba la infancia como un período de insuficiencia mental, ... Pero desde la tarde en que llamó a los niños para que lo ayudaran a desempacar las cosas del laboratorio, les dedicó sus mejores horas.
... una copa de la sustancia ambarina, …el clima atónito de su mirada ...conocer la protentosa novedad de los sabios de Memphis, …anunciada a la entrada de una tienda que, según decían, perteneció al rey ...un enorme bloque transparente ...–Es el diamante más grande del mundo. –No –corrigió el gigante–. Es hielo.
Hay, además, ocho (8) variaciones en la constitución de los párrafos que no alteran la narración. Un párrafo muy extenso lo abre en dos o, al contrario, una frase breve la une al párrafo anterior. Pero nada que altere el sentido original.
9 verano 2017
1 de mayo de 1966,
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La increíble historia de... Un amigo excepcional (Montena)
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“El sucesor de Roald Dahl que a través del humor invita a los niños de una manera rápida y natural a la lectura”. Clara Echavarría, Librería El dragón lector
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Las jirafas no pueden bailar
Akim corre
El libro de los rostros
María Parr. Traductora: Cristina Gómez-Baggethun Ilustradora: Zuzanna Celej
Giles Andreae. Traductora: M. Gómez Borrás. Ilustrador: Guy Parker-Rees
Claude Dubois
Ana Alonso y Javier Pelegrín
“Es un personaje femenino fuerte y valiente, con valores humanos extraordinarios”. Clara Porras, Librería La Mar de letras
“Una historia divertida que expone que con esfuerzo se puede conseguir lo que uno quiere”. José Luis Pereiro, Librería Tres rosas amarillas
“Nos muestra la cantidad de Akimes que viven muy cerca de nosotros y a quienes no les prestamos atención. Un grito a la conciencia de los europeos. Fernando Valverde, Librería Jarcha
“Un libro que abre los ojos a los jóvenes y reflexiona sobre quiénes somos realmente tras la pantalla del ordenador”. María Ángeles Melero, Librería Camelot
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CÓMIC / NOVELA GRÁFICA
Los viejos hornos (Norma)
Wilfrid Lupano. Ilustrador: Paul Cauuet
“Es una historia divertidísima y muy moderna sobre la vida adulta. Ancianos que lo boicotean todo, y como tienen 70 años nadie les dice nada”. Ismael Contreras, Librería Cómic Generación x
Los surcos del azar (Astiberri) Paco Roca
“Ha habido mucha literatura sobre la Guerra Civil española, pero muy poca sobre este episodio que reconstruye aquí: los españoles que participaron en la Segunda Guerra Mundial”. Lilo Acebal, Phanta Rei
La levedad
(Impedimenta) Catherine Maurisse Traducción: Lluís Maria Todó
“Un testimonio personal, bellísimo, de una sobreviviente de Charlie Hebdó, que te da fuerzas para seguir viviendo a pesar de las cosas terribles que nos puedan pasar”. Daniel Aubareda, Librería Atom
Barrio lejano. Edición definitiva (Ponent Mon)
Jiro Taniguchi. Traductores: Keiko Suzuki y M. Barrera
“Habla de vidas en pequeño, historias anodinas que son universales. Y lo mejor: enseña a aprender a disfrutar la vida”. Goyo Villasevil, Librería Ciudadano Grant
Unahistoria (Salamandra)
Gipi Traductor: Miguel Ros González
“Estéticamente es una genialidad. Narra la vida paralela entre un nieto y abuelo con imágenes que parecen cuadros”. Ignacio Arizmendi Librería de Cómic Co
NOVELA / CUENTO
Ese mundo desaparecido
Canción dulce
Dennis Lehane. Traductor: Enrique de Hériz
Leila Slimani. Traductora: Malika Embarek López
(Planeta)
Juan Gómez Bárcena
(Alfaguara)
Eva García Sáenz de Urturi
Lucia Berlin
“Para los amantes del género negro es un libro indispensable. Lehane es un verdadero especialista en pergeñar este tipo de tramas”. Rodrigo Rivero Arbalejo. Librería Lé
“Empieza por el desenlace. A partir de ahí reflexiones sobre las responsabilidades que cedemos y a quién metemos en casa”. Alfonso Tordesillas, Librería Tipos Infames
“Te mantiene en vilo desde la primera hasta la última página. Valeria Cheremmysh. Librería Casa del Libro
“Un autor joven que escribe con mucha personalidad, en este libro narra en segunda persona con soltura y buen ritmo”. Óscar García, Librería Cervantes y Compañía
(Salamandra)
(Cabaret Voltaire)
El silencio de la ciudad blanca
Kanada
(Sexto Piso)
Manual para mujeres de la limpieza “Probablemente el libro más sorprendente de los últimos años. Una voz muy propia y personal. Sabe cómo reírse de uno mismo”. Antonio Méndez. Librería Méndez
RECOMENDADOS
WMagazín preguntó a los protagonistas de la 76ª Feria del Libro de Madrid cuáles han sido para ellos los hallazgos literarios que más les han gustado en los últimos tres años. Treinta libreros han contestado en diferentes apartados: Infantil y juvenil, Cómic/Novela gráfica, Novela/Cuento, Poesía, Ensayo y Libros especializados
POESÍA
Este libro es de mi madre
Aunque tú no lo sepas
Tu vida rompiéndose
Movilidad exterior
Erich Hackl Traductora: Pilar Mantilla
Luis García Montero
Raúl Zurita
Carlos Nazario
Elvira Sastre
“Sastre nos lleva a sentir e interpretar la vida por medio de una gran metáfora, eso es precisamente lo que hace la buena poesía”. Juan Egea, Librería Antonio Machado
“Este libro tiene una fuerza brutal, primero por su prosa poética y segundo por su capacidad de poner las palabras de su madre en él”. Santiago Palacios, Librería Sin tarima Libros
“En un solo libro está toda la visión de la obra de este magnífico poeta, su lenguaje próximo, fácilmente identificable”. José Luis García, Librería Visor
“Hace un trabajo de torsión del lenguaje muy interesante, un poeta extraordinario que ha estado silenciado durante muchos años en España”. Alez Cerrudo, Librería La Central-Callao
“Transmite poéticamente de una manera que llega hondo la situación de las generaciones que han tenido que marcharse para buscar un mejor futuro”. Juan Miguel Salvador, Librería Diógenes
(Visor)
(Papeles Mínimos)
(Visor)
(Lumen)
(Fractal poesía)
ENSAYO
La España vacía
Utopía para realistas
Calibán y la bruja
El Dios ausente
Yihadismo
Sergio del Molino
Rutger Bregman Traductor: Javier Guerrero Gimeno
Silvia Federici
Germán Huici
Miguel ángel Ballesteros
Editorial Traficantes de sueños “Hacía falta un libro que revisara el capitalismo desde una perspectiva de género”. Carolina León, Librería Traficantes de sueños
“Una historia de dinero en la que mezcla estética, sicología social y simbolismo y acaba en la España actual”. Jesús Trueba, Librería La Buena Vida
“Un ensayo escrito en español que trata con mucha subjetividad, de una manera breve y sencilla, un tema tan delicado”. Philippine González – Camino, Librería Los Editores
(Turner)
“Es una excelente aproximación a la realidad actual que despeja varias de las incógnitas que tenemos como país”. Ramón Alba, Librería Polifemo
(Salamandra)
(Traficantes de sueños)
“Solamente con las tres propuestas que tiene la portada viviríamos en un mundo más feliz”. Pedro Bermejo, Librería El buscón
(Alba)
(La Huerta Grande)
LIBROS ESPECIALIZADOS
De puertas para adentro. Disidencia sexual y disconformidad de género en la tradición flamenca
(Egales) Fernando López Rodríguez
“Enfrenta el miedo para darle paso a la liberación”. Mili Hernández García, Librería Berkana, especializada en temas LGTB
Tea Rooms. Mujeres obreras
La comemadre
La noche a través del espejo La música invisible (Reino de Cordelia)
(Fórcola)
(Hoja de lata)
Roque Larraquy
“Novela absoluta para los que se quedaron con ganas de más después de leer Las Hortensias de Felisberto Hernández”. Andrés del Arenal, Librería Juan Rulfo. (Libros latinoamericanos).
Fredric Brown Traductora: Susana Carral
Stefano Russomanno
Luisa Carnés
“Aporta mucho sobre la historia de las mujeres en España, desde un enfoque testimonial fuerte y con tintes didácticos”. Alba Varela Lasheras, Librería Mujeres
(Turner)
“Mezcla perfecta entre realidad y fantasía. Sorprendente. Te gustaría que ese mundo existiese”. Juan Salvador López. Librería Estudio en Escarlata, Especializada en novela negra.
“Un libro que conecta la música con la naturaleza como algo estético de múltiples obras y compositores”. Jesús Gil Hernández, Librería El Argonauta
11 verano 2017
La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida
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Por OMAR KHAN
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