Análisis a domicilio La atención sanitaria a domicilio existe desde los mismos orígenes de las profesiones del Arte de Curar y las razones para solicitarla siguen siendo las mismas: imposibilidad de los y las pacientes para trasladarse al centro sanitario, pero también la comodidad de no hacerlo. Lógicamente hay profesiones y especialidades de las mismas donde la atención domiciliaria resulta más o menos factible; en el caso particular de la Bioquímica, si bien la realización de prácticas analíticas tiene lugar en el marco de laboratorios habilitados (con lo que no corresponde hablar de “análisis a domicilio”) sí es común la realización en domicilios de prácticas preanalíticas consistentes en extracciones de sangre periférica y recolección de diversos materiales biológicos. Estas prácticas constituyen actividades reservadas de la profesión Bioquímica según lo dispuesto por la legislación nacional (Resolución 1254/18) y provincial (Ley 13236) por lo que sólo pueden ser efectuadas por bioquímicos y bioquímicas o personas bajo su supervisión directa, existiendo en lo contrario un claro caso de intrusismo profesional. Es obvio que la prestación del servicio de toma de muestras a domicilio impone a quienes la realizan una exigencia en tiempo y recursos (combustible, estacionamiento, riesgo de accidentes vehiculares, por citar sólo algunos)
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inexistente cuando los y las pacientes concurren al centro de salud. Dichos costos se encuentran contemplados en los códigos 660272 (Domicilio en radio urbano – hasta 2 Km) y 660273 (Domicilio en radio urbano – adicional por Km) de los aranceles establecidos por la Ley Nacional 27232 y si bien el valor concreto de la práctica depende del convenio particular existente entre el laboratorio y el financiador del sistema (pudiéndose tomar la Unidad Ética Bioquímica Mínima como referencia) es en todos los casos una práctica nomenclada, encontrándose su ofrecimiento a título gratuito taxativamente prohibido por el Art 90 de la Ley 4931. Lejos de ayudar a los y las pacientes, la tercerización de los mal llamados “análisis a domicilio” por parte de personas que carecen de la formación específica, la supervisión profesional y las incumbencias legales significa un riesgo para la Salud Pública; similarmente, el ofrecer la práctica a título gratuito constituye en el mejor de los casos publicidad engañosa (cuando los mencionados códigos se facturan a la obra social o empresa de medicina prepaga) pudiendo llegar a conspirar contra la sustentabilidad del Sistema de Salud si es que lo mismos terminan impactando sobre los márgenes cada vez más exiguos de nuestra actividad.