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MEJOR EN FAMILIA

Cuando los hijos se van a la GUARDERÍA

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Muchos padres ven a las guarderías como una forma segura de cuidar y estimular la atención y el aprendizaje de los niños pequeños. Pero no siempre es fácil dejar a un bebé que nunca has dejado antes con otras personas.

Por eso, si eres nueva mamá o estás considerando llevar a tu bebé a la guardería, aquí te damos nuestras recomendaciones para ese gran momento en que dejamos al hijo en la guardería:

1. Planear con anticipación

El número de plazas de guardería disponibles es a menudo inferior a la demanda. Planea con mucha antelación para evitar quedarte sin lugar justo antes de que regreses al trabajo. Investigua y elige la mejor guardería para tu bebé, lo más recomendable es que esté cerca de tu trabajo. Realiza los trámites correspondientes con anticipación para que no te tomen por sorpresa.

2. Prever cuidados alternativos

Uno de los principales inconvenientes de las guarderías es que no aceptan a los niños que están enfermos, desde resfriados, fiebres y enfermedades estomacales que son tan comunes en los niños pequeños, hasta enfermedades infecciosas como la varicela. En estos casos tienes dos opciones: tomarse un tiempo libre para cuidar de tu hijo o asegurarte de que puedes contar con personas que te ayudarán a cuidarlo, por ejemplo: sus abuelos o una niñera.

3. Establecer una buena relación con el personal de la guardería

Aunque no es una relación tan personal como con una niñera, la relación con las personas que cuidan de tu hijo en la guardería es esencial. La persona encargada de la guardería será tu principal punto de contacto: pregúntale cualquier cosa que necesites saber y proporciónale todos tus datos para que te avisen en caso de que haya algún problema. Conoce a las asistentes de cuidado infantil pues son las que van a estar conviviendo con tu hijo en el día a día. Ellas podrán decirte cómo están pasando el tiempo con tu bebé. Habla con ellas acerca de los hábitos del bebé: cuando duerme, lo que le gusta comer, qué le gusta hacer, entre otras cosas.

4. Adaptarse a la guardería

No vas a dejar solo a su bebé en la guardería de un día para otro. Todas las guarderías tienen un período de adaptación: de 3 a 5 días (dependiendo de la guardería) de pasar tiempo gradualmente en lo que se acostumbra a su nueva forma de vida. Una buena opción será empezar pasando el tiempo con tu bebé en la guardería, luego dejarlo durante una hora, luego dos, luego de una comida, una siesta y finalmente, un día entero. Empieza planeando el período de adaptación varias semanas antes de que regreses al trabajo para evitar las prisas con tu bebé.

5. Mantener enterado al bebé de lo que va a pasar

Tu bebé necesita saber exactamente lo que va a pasar. Independientemente de la edad que tenga, debes explicarle que necesitas volver al trabajo y que sólo tiene que estar un par de horas al día en la guardería, pero que siempre vas volver a recogerlo. No te escabullas cuando lo dejes: siempre avísale que ya te vas. No dejes que la despedida se prolonguen durante mucho tiempo: un abrazo, un beso y te vas. Se valiente, incluso si llora las primeras veces, probablemente se calmará una vez que te hayas ido.

6. Y a relajarse

Los primeros días en la guardería son a menudo más difíciles para ti que para tu bebé. Tu hijo es muy consciente de sus emociones por lo tanto es muy importante que estés lo más tranquila posible para que ellos no sientan tu ansiedad. No tengas miedo de hablar con el personal de la guardería si te sientes molesta o preocupada, hay muchas maneras que te ayudan a sentirse más calmada, por ejemplo puedes hacer una llamada rápida durante el día para comprobar que todo está bien. También puedes acudir con el papá las primeras veces, será más fácil dejar al bebé si van juntos.

El dejar a los hijos en la guardería puede ser difícil al principio, por apego o por inseguridad, pero la final tu bebé estará bien. Los niños adquieren un desarrollo importante en estos lugares. Son estimulados y maduran mucho más rápido que los niños que son cuidados en casa. Así que ten tranquilidad y confianza de que las guarderías son un lugar ideal para el cuidado de sus hijos.

INFIDELIDAD O ENGAÑO DIGITAL ¿Vale la pena reparar lo que un Like rompió?

Por: Ana Pazos

Estoy segura que la frase: “fue solo un Like” ha roto a más de una pareja en tu círculo de amistades. Los flings digitales se han convertido en una más de las situaciones que el manual de la monogamia tradicional no abarca y por eso si llegamos a enfrentarnos a ellos, es normal sentir que no tenemos las herramientas emocionales y sociales para resolverlo.

Hoy es demasiado fácil encontrar consuelo en las relaciones virtuales cuando sentimos que la nuestra cojea de algún pie; sabes perfecto a lo que me refiero: el rush del “me gusta”, los coqueteos en mensajes, la facilidad con la que van y vienen fotos… en suma; saberte deseada por alguien más.

Hay quienes consideran que darle Like a una publicación de tu ex, chatear todo el tiempo con un compañero de trabajo o coquetear vía redes sociales es a todas luces, pintar el cuerno. Para otras personas, lo que está detrás de la pantalla no es la vida real así que las reglas no aplican y las consecuencias no deberían existir.

Puedes inclinarte de un bando o del otro, pero nadie sabe cómo se siente realmente –o cómo va a reaccionar– hasta que le sucede. Si comienzas a recibir señales de tu pareja que te dan una corazonada negativa, hay mejores maneras de resolver el problema que revisando su celular.

Es normal que si tu pareja de pronto cambia su comportamiento, se aleja o vive pegado al celular, te sientas fatal, empieces a desconfiar, respondas al miedo y a la inseguridad. El verdadero peligro es no enfrentar la situación y vivir en esa angustia que te afecta.

Si sospechas que están a punto de ponerte el cuerno digital o ya te lo ponen, no te avientes a la yugular; analiza primero este comportamiento en tu pareja:

¿Se inquieta si le pides el celular para ver alguna cosa? ¿No contesta llamadas cuando está contigo? ¿Busca mil excusas para estar solo? ¿Se va a la cama más tarde de lo normal o se levanta a mitad de la noche? ¿Sus momentos de intimidad física y sexual han disminuido?

Si te sentiste identificada, respira. No significa que te fue infiel con una cuenta de Facebook, significa que deben tener una platica importante. La comunicación es clave en este momento porque tú te sientes insegura, herida, molesta y tu pareja se sentirá acusada y desconfiada, por eso debes ser lo más asertiva posible. Durante la plática, afronta el problema sin desviarte de la solución:

1. Describe la conducta: “Yo he notado…” 2. Expresa tus sentimientos: “Ante esa situación, siento que…” 3. Crea empatía: “Entiendo qué pudo llevarte a esta situación…” 4. Negocia un cambio: “¿Qué propones hacer para cambiar esa situación?” o “¿Cómo puedo yo ayudarte a resolverlo” 5. Establece consecuencias: tu decidirás si son positivas o negativas.

Perder la confianza en tu pareja es el primer ingrediente para el desastre; si te dejas llevar, no tendrás un momento de paz interior contigo ni con tu pareja, así que lo mejor en platicar sinceramente.

Tal vez lo que escuches no te guste y sea tiempo de tomar decisiones. Puedes elegir trabajar junto con tu pareja, consultar un terapeuta o alejarte.

Si deciden juntos algunas de las opciones anteriores, necesitarán un plan de acción, límites y responsabilidades compartidas. Empiecen por resolver el hecho concreto que los llevo hasta ahí: ¿Qué pasa con esa “relación” virtual? ¿Por qué estás teniéndola? ¿Qué significa? ¿En qué hemos fallado? Su primer límite entonces será: hasta dónde es cuerno y hasta dónde lo toleran. Si en este punto no pueden llegar a un acuerdo que deje cómodos a los dos, es probable que tú llores y patalees pero tu pareja se sienta en libertad de seguir explorando las redes sociales en busca de lo que no encuentra en su relación.

Ojo, ninguno de los dos está mal, simplemente significa que su idea de fidelidad y relación de pareja es diferente. Quizá no quieras leer esto pero si no pueden ponerse de acuerdo en qué significa un Like, probablemente no estén de acuerdo en cosas mucho más fundamentales para tener una relación sana.

Acuérdate siempre: Una relación sana es la única que te mereces. No pelees contigo misma por reconciliarte con quien no está dispuesto a trabajar para mejorar la relación, la relación es de dos.

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