por: Eduardo Antonio PĂŠrez
Eduardo Antonio Pérez
Año Cero, o sobre la huída de Esponjoso WorstSeller Ediciones / One Shots México 2014
Tras un largo sueño de 100 años, Esponjoso, un experimento creado dentro de las hoy día deshabitadas instalaciones de un laboratorio de experimentación biomecánica, despertó.
Así fue como, confundido, desorientado y lo más importante: ¡hambriento! el roedor mutante decidió echar un vistazo a su alrededor, percatándose que estaba atrapado, y tras horas de morder el candando de la jaula se dio por vencido
Aún con hambre, Esponjoso decidió quedarse en calma a esperar qué es lo que pasaba, y tras días sin ocurrir nada, decido echar un vistazo una vez más. Fue cuando descubrió que el candado se había destruido de tan viejo que este era.
Como si no existiera un mañana, Esponjoso echó la carrera en busca de comida, fue cuando se percató que en el lugar no estaba solo, si no que infinidad de seres lo acompañaban, enfrascados o enjaulados todos permanecían inmóviles.
Criaturas horrorosas, no solo feas ÂĄsino lo que le sigue!, algunas repulsivas, todas modificadas genĂŠticamente, al parecer con el fin de ser mĂĄs feos.
Seres unidos a extremidades, 贸rganos y partes de otros seres, extremidades, unidas a otras extremidades, todo era raro en ese lugar.
Algunos, además de la repulsión parecieran como si se hubieran esforzado en hacerlas tan tétricas que ni siquiera ellas mismas serían capaces de verse ante un espejo
Todas hay sin moverse, atrapadas en un sue単o, tal y como lo estuvo Esponjoso.
Ninguno parec铆a tener movimiento por lo que Esponjoso decidi贸 intentar algo loco.
Así que decidió ver si alguna de aquellas criaturas sabría bien a pesar del aspecto, así que tomo aquel que tuviera mejor apariencia y se viera al menos comestible , pero algo salió mal y aquel experimento dentro del frasco consiguió escapar.
Alarmado y zurrándose del susto, Esponjoso, intentó ver si conseguía,charlar con el extraño pero al mismo tiempo repulsivo ser, para saber si él tenia idea de lo que ocurría, o al menos echarle un mordisco.
Fue así como cuerpo de lombriz, le explicó que su nombre era Cuerpo de lombriz, y que aquel era un laboratorio abandonado desde hace ya varios años, pero que jamás se había atrevido a salir solo.
Así que, Esponjoso después de haberlo tratado de masticar de nuevo, le propuso que ambos salieran al exterior, para buscar quién los creo y lo más importante: ¡Qué rayos había ocurrido!
Cuerpo de Lombriz lo dudó, pero al echar un vistazo nuevamente y ver a aquellas criaturas decidió aceptar, ya que si no, se lo comía Esponjoso, o lo haría alguno de esas cosas… y desde luego, prefirió a Esponjoso.
AsĂ que, evitando toparse con alguna de esas criaturas, ambos sigilosamente emprendieron la huida, gritando como un par de imbĂŠciles y tirando todo lo que encontraran a su paso.
Con cada dĂa que pasaba, ambos comenzaban a aceptar su realidad; salir de ese lugar era imposible. AdemĂĄs de inmensas criaturas que los devorarĂan en segundos
Desnutridos y sedientos, después de varios días de vagar consiguieron toparse con una salida. Aquella no se encontraba sellada, pero sí cubierta de un líquido verdoso y aguado, como todo lo que había dentro.
AsĂ que emocionados llorando de la emociĂłn empujaron aquella puerta sin importar que se ensuciaran de esa cosa. Pero al abrirla, se llevaron una gran sorpresa: no habĂa nada del otro lado, ni comida ni agua y al parecer ni una sola vida.
Obra protegida por Creative Commons. Editada por la cooperativa editorial WorstSeller Ediciones. MĂŠxico, 2014
«Tras un largo sueño de 100 años, Esponjoso, despertó.»