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EDITORIAL

Innovación sustentable

Plantear como eje la temática de la innovación conecta técnica con creatividad, sustentabilidad con sociedad, utopías con soluciones. Abre un camino a través de un mundo de ideas e iniciativas que queremos compartir con ustedes. En el marco de lo que se está haciendo en la Argentina, es la oportunidad para difundir, gracias a la colaboración con el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) y al aporte de la Unión Industrial Argentina (UIA), los cambios llevados adelante por las empresas grandes y medianas; dar a conocer la política del Gobierno; quedar deslumbrados por el trabajo de Andrea Juan en la Antártida; acompañar las reflexiones de Ricardo Hara sobre el agro y de Renato Tarditti sobre el sector automotriz; compartir el primer festival de innovación social, y descubrir la inventiva cocina de Dante Liporace. Como no nos limitamos al ámbito local, también incorporamos miradas de expertos e iniciativas a nivel internacional: Bernard Kahane y PierreBenoît Joly aportan sus opiniones críticas desde Francia; nos llega de Chile la novedosa appsGreenup y un estudio sobre las TIC como parte de la solución al cambio climático; aprovechamos el espíritu práctico de los canadienses, y nos codeamos con el futuro en marcha en Qatar. En suma, todos estos temas confirmar que la innovación y la sustentabilidad, lejos de competir entre sí, producen efectos multiplicadores de los cuales ya podemos ver resultados. Como dice Bernard Kahane en esta misma revista, “no sabemos prever el futuro porque el futuro es siempre más rico de lo que somos capaces de imaginar”. n

Equipo editorial Revista Ecosistema

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SUMARIO 2·

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INNOVAR CONCIENTIZAR PROMOVER

P. 28. Renovación y cambio

P. 8. Guía para innovadores. Réseau Entreprise et développement durable, Una asociación canadiense de sustentabilidad empresarial, elaboró una guía para ejecutivos con vocación de cambio. P. 14. “Solo financiamos proyectos que sean innovadores”. Entrevista a Ruth Ladenheim, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Produtiva.

MITIGAR

P.14. entrevista a Ruth Ladenheim

P. 4. La innovación, una ventana al futuro. Entrevista a Bernard Kahane director de la ENSCI -les Ateliers.

P. 20. Las dos caras de las TIC. Al mismo tiempo que contribuyen al cambio climático, las tecnologías de la información la comunicación (TIC) también son herramientas esenciales para paliar los efectos colaterales que ellas mismas producen en el medio ambiente.

PARTICIPAR

SUMARIO

P. 28. Renovación y cambio. Diez casos exitosos revelados por el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible.


P. 54. El espejismo de Qatar. En poco más de una década se convirtió en una enclave de modernidad en medio del desierto. Ensaya alternativas innovadoras para enfrentar sus mayores problemas a través de la desalinización del agua de mar, la energía solar y los cultivos hidropónicos.

COMPETIR

P. 50. Ciencias y arte en el Continente Blanco. Andrea Juan es la responsable del Programa Cultural Antártica que se delineó en 2004. P. 72. El sabor de la libertad. Discípulo del gran chef catalán Ferrán Adriá, Dante Liporace, utiliza novedosos métodos, lo último en tecnología gastronómica y su inagotable imaginación.

P. 60. Innovación en clave Pyme. Un informa elaborado por la UIA, la CEPAL y la GIZ analiza las oportunidades que tienen las pequeñas y medianas empresas de sumarse al desafío global de innovar para mejorar la competitividad y reducir el impacto ambiental.

PROYECTAR

P. 46. Un desafio para el agro. A pesar de los avances en materia tecnológica, es imprescindible repensar el sistema alimentario y buscar nuevos paradigmas éticos y ambientales.

P. 46. un desafio para el agro

P. 66. Los autos buscan su destino. Lentamente, y de la mano de la innovación tecnológica, la industria automotriz busca adaptarse a los nuevos tiempos.

CONSUMIR

DEBATIR PENSAR CREAR DESCUBRIR

P. 42. Biocapitalismo y tecnopolítica. Los avances producidos en las últimas décadas en el agro llegaron de la mano de un nuevo sistema de licencias y de un intenso trabajo de lobby para instalar el concepto de innovación sustentable.

P. 70. Una aplicación verde. Nacida en Chile, promueve el cuidado del medio ambiente y premia a quienes adhieren a una vida más sustentable. La app allGreenup logró interesar a gigantes de la industria, como Microsolft, que la sumó a su incubadora de negocios.

P. 50. Ciencias y arte en el Continente Blanco

P. 54. El espejismo de Qatar

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INNOVAR

La innovación, una ventana al futuro

Director de la Escuela Nacional Superior de Creación Industrial de Francia, Bernard Kahane dice que para poder innovar no solo hay que tomar riesgos y pensar de manera diferente. También se debe tener en cuenta las necesidades y las herramientas de la época, pero con un ojo en el futuro. Por Andrés Criscaut

¿De qué hablamos cuando hablamos de innovación? ¿Es sinónimo de creatividad, de avance científico y técnico? No, están conectados, pero puede haber una innovación que no tenga nada que ver con la ciencia o la técnica. Innovar es una nueva forma de concebir algo que va a ser utilizado y recreado por otro. Un ejemplo reciente es el sistema público de bicicletas, o los vuelos aéreos a bajo costo. Ambos sin dudas fueron innovaciones, no cambiaron la aeronáutica ni el urbanismo pero sí la concepción de la utilización del avión o del espacio público. No fueron descubrimientos científicos pero sí innovaciones interesantes que cambiaron la relación de la venta de tickets de aviones e impusieron nuevas formas de consumo. Cambiaron la forma de relacionarse de la sociedad con lo cotidiano. La innovación sería algo así como un juego de muñecas rusas: dentro de ella tenemos ciencia, técnica y creatividad, que son parte pero no son el todo. Foto: Véronique Huyghe/Ensci-Les Ateliers

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INNOVAR

¿Y qué más hace falta, existe una manera de hacerse innovador, de fomentar la innovación?

ZOOM Bernard Kahane, es doctor en Medicina. Trabajó como investigador para el prestigioso Instituto Pasteur. Volvió a los estudios y egresó de Sciences Po Paris y completó su formación en la Escuela Superior de Comercio (HEC). Trabajó en un laboratorio del CNRS (equivalente francés del Conicet) y en el Institut Francilien de Recherche Innovation Société (IFRIS), entre otras instituciones, en geopolítica de la innovación en el ámbito público y privado. Hoy es director de la ENSCI–Les Ateliers.

Es una pregunta muy recurrente. Sin dudas hay culturas, educaciones y sociedades más favorables o más reticentes a la innovación. Seguramente existen personalidades más innovadoras, a las que se suma la influencia de factores personales, culturales e institucionales. Tomar riesgos y pensar de manera diferente son dos premisas cruciales para que se produzca la innovación. Pero no son suficientes. Las condiciones en las cuales se produce la innovación son también importantes: se necesita capital, tener acceso a competencias ajenas y captar el interés de un público específico, listo para aceptar lo que se le propone. Caricaturescamente, podemos estar seguros de que no hay la misma predisposición al cambio y tampoco la misma apetencia a la innovación en Corea del Norte o del Sur: ya no es una cuestión de genes o de cultura, sino de política aplicada y de institucionalidad. Steve Jobs, si hubiera crecido en Siria, de donde es oriundo su padre, no sería el hombre que conocimos. Lo mismo se podría decir de Serguei Brin, fundador de Google, si no hubiera llegado a emigrar de Rusia. Es cierto que en circunstancias difíciles existe una incitación a la innovación, pero las limitaciones destruyen mucho más de lo que fomentan. Además, el tipo y el impacto de la innovación están condicionados por las posibilidades y el contexto en la cual se desarrolla. Un preso puede innovar en su marco carcelario, pero el impacto que produce es de corto alcance. Personas pobres también pueden ser innovadoras en su vida cotidiana pero eso no crea mucha riqueza para los otros. Sin embargo, existe lo que se llama la “innovación frugal”. Y varias empresas apuntan a esta franja de población sin muchos recursos. Por ejemplo, el celular sería de gran ayuda para el campesino africano. ¿Se debe entonces concebir una versión simplificada y accesible del smartphone (un desafío al nivel del diseño) o solo hace falta esperar que los costos de producción bajen (un desafío económico) para que él también lo pueda usar?

Pero existe y se puede enseñar un proceso que lleva a la innovación. Seguro, pero hay que entender que no es posible innovar si no se acepta previamente la apuesta de correr riesgos. No se puede hacer 6·

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nada si vamos a intentar controlar todo. En ese sentido, acá en Francia hay todo un debate en torno al principio de precaución, ese concepto que evalúa y previene la suma de riesgos que podría acarrear para la salud pública y el medio ambiente un producto nuevo. Cuanto más innovador es algo más difícil es evaluarlo y proyectarlo en el futuro. Asegurar todas las garantías y que no habrá ningún riesgo es limitar el margen de maniobra o, peor aun, es desincentivar y cerrar las ganas de cambiar las cosas. ¿Cómo medir y proyectar de antemano las posibles consecuencias de algo nuevo? La idea es cambiar este principio de precaución por uno de responsabilidad.

¿Cómo se articula la innovación con las esferas pública y privada, con la sustentabilidad y con el desarrollo?

La importancia actual del desarrollo sustentable es un ejemplo de que los sistemas de valores hay cambiado porque las sociedades han cambiado. Hace cien años se consideraba que la naturaleza estaba a nuestra disposición, que podía ser explotada. Hoy sabemos que los recursos son limitados y se agotan. Hay ahora niveles, y la innovación refleja esto. La concepción del auto es un ejemplo: en los años ‘50 del siglo pasado el auto estaba pensado para ir más rápido y el tema era la potencia; en los ‘80 pasó a ser la seguridad y ahí aparecieron el airbag o los frenos asistidos; ahora el desafío es la contaminación y la economía del consumo de energía y la innovación busca cómo reducir el consumo o la emisión de gases tóxicos. Pero, más allá de este ejemplo, el desarrollo pasa hoy en día por instrumentos inesperados como Twitter, Facebook y otras redes sociales. Lo que importa en estos casos no es tanto la concepción, sino la puesta a disposición y la recepción. Las primaveras árabes y las manifestaciones en Hong Kong muestran la potencialidad y los límites de la innovación para el desarrollo.

¿Y cómo evaluar esos adelantos cuando lo que prima es la ganancia, como por lo general ocurre en el sector privado? El tema es ver cómo la investigación que se hace en el sector público, por ejemplo en las universidades, es luego presentado al sector privado para que vea sus ventajas, no siem-


pre son cuestiones de rédito inmediato. El problema es cuando existe un monopolio que puede frenar y dirigir todo tipo de investigación. Pero lo interesante es que en los últimos años cada vez se democratiza más la innovación. Hoy la tenemos a mano, con las cada vez más poderosas computadoras portátiles y la tecnología, herramientas y potenciales inconcebibles hasta hace poco. Quizá con las nuevas impresiones en 3D en poco tiempo podamos hacer y diseñar productos impensables.

El sistema de bicicletas públicas es genial, pero en París da pérdidas y genera mucha polémica. ¿Es que la innovación es exclusiva de sociedades ricas que pueden solventar estos proyectos?

Es que el Velib (sistema de alquiler de bicicletas) no solo fue una idea, sino la aplicación de esa idea, que llevó muchísimo tiempo: diseñar los materiales, elegir los lugares, el sistema de pago, el precio, las sendas, etc. Digamos que la idea es la parte simple, lo complicado es llevarla a la realidad. Pero la resistencia siempre es un tema básicamente cultural. La resistencia a la procreación asistida, por ejemplo, es distinta en los países latinos que en los escandinavos. La resistencia a los OGM (organismos genéticamente modificados) o al fracking se inscribe en modelos de propiedad, institucionales y legislativos diferentes entre Estados unidos y Europa, por ejemplo. Sin embargo, la innovación es como Jano, tiene dos caras, aporta beneficios y pérdidas. El fuego permitió al hombre prehistórico calentarse a la vez que generar

incendios. Por lo general, cuando la innovación aumenta el poder de los usuarios y brinda cierta sensación de libertad, como Twitter o Facebook, la resistencia es menor, y cuando se la percibe como algo ajeno, como el sistema terriblemente centralizado de la producción de energía atómica, se la resiste más.

¿Cómo diseñar entonces para los tiempos presentes y futuros?

Hoy el diseñador debe tener una visión no solo racional de su objeto diseñado sino también sensible. Debe prever, intuir, cierto tipo de manipulación y de relación con el objeto. Debe tener competencias muy particulares, hasta podríamos decir raras, que no se encuentran en el ámbito pensado por el ingeniero o el científico. Su función es imaginar los objetos cotidianos y su funcionalidad inmaterial. Por ejemplo, anticiparse a las nuevas funciones y diferencias. Hay que adaptarse y ser versátil a todo ese abanico inmenso de los diferentes registros de lo cotidiano, que va desde productos para sectores masivos a gente con alto poder que paga por eso. Y si el desafío a la adaptación es inmenso y complicado, el tema es que cuando se intenta hacer proyecciones futuras sobre las innovaciones casi siempre nos equivocamos: no hubo fin de la historia de Fukuyama, no hubo tercera ola de Alvin Toffler. Por lo general se piensa el futuro como una amplificación del presente: computadoras más grandes, autos más voluminosos. No sabemos prever el futuro porque el futuro es siempre más rico de lo que somos capaces de imaginar. n

La educación es fundamental

Foto: Véronique Huyghe/Ensci-Les Ateliers

En la escuela se enseña a resolver ecuaciones. Perfecto, nadie niega que es importante saber el método para resolver un problema, pero es tan o más importante explorar y descubrir que las cosas no tienen respuestas únicas. Codificar es hoy en día una actividad tan creativa como escribir poesía, pero su impacto en nuestra vida cotidiana es otro. Se pude fomentar en los alumnos las ganas de experimentar cosas de las cuales obviamente no estamos seguros, enseñar la idea de que no está mal equivocarse. Aprender, construir, experimentar, trabajar en grupo… Así es como trabajamos en la ENSCI-Les Ateliers para encontrar soluciones originales. Desarrollamos capacidades innovadoras y fomentamos las condiciones para que se concreten. Si no empujamos la puerta, jamás sabremos lo que hay del otro lado.

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Después de analizar los riesgos, obligaciones y oportunidades en materia financiera, social y ambiental de las compañías, una asociación canadiense de sustentabilidad empresarial elaboró una guía para ejecutivos con vocación de cambio. Aquí, cómo innovar sin perjudicar los ingresos de las compañías, la vida de las personas y la salud del planeta.

Foto: Montreal, Quebec.

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CONCIENTIZAR

nbs.net

fica cambiar intencionalmente los productos o procesos organizacionales que generan ventajas ambientales o sociales, además de un valor económico. “La innovación, el desarrollo sustentable y la rentabilidad constituyen una combinación potente”, afirma Grete Bridgewater, directora de Sistemas de Gestión del Ambiente en Canadien Pacifique. “Si la búsqueda puede ayudar a nuestras empresas a considerar los modelos de negocios con otra mirada, y a alentar innovaciones sustentables significativas, entonces seremos capaces de aprender, de adaptarnos y de inspirar el cambio”.

empresas ambidiestras

Guía para innovadores L

a Red Empresarial y de Desarrollo Sustentable de Canadá (REDD, por su sigla en francés) elaboró una guía dirigida a todos aquellos que son conscientes del potencial que presenta la innovación para desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocios que beneficien a las personas y al ambiente. Pueden ser responsables de innovación, de desarrollo sustentable, directores de explotación o directores de desarrollo de producto. También creadores, ingenieros, arquitectos, artistas, emprendedores y jefes de empresas. Innovar para el desarrollo sustentable signi-

Por le Réseau Entreprise et développement durable Universidad del Quebec

Las actividades de una empresa no necesariamente están en una misma etapa. Las “empresas ambidiestras” están constituidas por una unidad operacional o un servicio particular que experimenta una etapa de innovación más avanzada, mientras que el resto de la firma prosigue con sus actividades habituales. Este proyecto piloto de desarrollo sustentable ofrece una gran flexibilidad y permite experimentar sin cambiar el conjunto de la empresa. Este enfoque es ideal para las grandes compañías ya establecidas.

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CONCIENTIZAR

Innovación sustentable en 3D Las empresas en busca del desarrollo sustentable pueden situar sus actividades de innovación en tres dimensiones: según esté centrada en la tecnología o en las personas, según la manera en que la firma es percibida con relación a la sociedad y según las repercusiones de la innovación en el seno de la empresa.

El cuadro ilustrativo se apoya sobre estas tres dimensiones y presenta un nuevo modelo para evaluar y planificar el acercamiento de su empresa en materia de desarrollo sustentable. Los jefes de empresa pueden utilizar este cuadro para evaluar sus actividades actuales al nivel de productos individuales, de gamas de productos y de unidades operacionales o de armado de la empresa. Las posiciones de la compañía con relación a cada una de las dimensiones corresponden a los tres pasos siguientes: optimización operacional (“eco-eficacia”), transformación organizacional (“nuevas oportunidades de mercado”) y elaboración de sistemas (“cambio social”). Las compañías situadas en la etapa 1 integran los criterios ambientales y sociales con los criterios existentes de calidad y beneficio. ¿El resultado? De este modo reducen el 10 ·

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daño causado por sus actividades habituales. Las empresas que se sitúan en el paso 2 son conscientes de las nuevas oportunidades de mercado que puede representar la producción de nuevos productos o servicios que sirven a las necesidades humanas o benefician al ambiente. Podríamos decir que estas empresas conciben un modelo de negocios basado en la voluntad del “buen hacer”. Por su parte, las empresas situadas en la etapa 3 son agentes de cambio positivo que se perciben como parte de un ecosistema interconectado: existen para mejorar el cambio y para cambiar la sociedad. A medida que el lector avanza en la lectura del cuadro de izquierda a derecha, las empresas se acercan al ideal de genuinamente sustentables, es la etapa de la elaboración de sistemas. Sin embargo, este ideal sigue estando fuera de la portada de la mayoría de las compañías convencionales. Por ejemplo, un constructor de automóviles no será jamás completamente sustentable mientras fabrique vehículos que consuman combustibles fósiles no renovables, que son fabricados a partir de metales no renovables extraídos de la tierra y que producen contaminantes peligrosos para el ambiente y la salud humana. La mayoría de las empresas podrán constatar que se sitúan en la primera etapa del cuadro, esto es la optimización operacional. Y aún tienen mucho camino por recorrer en esta primera parte. Las empresas pueden evolucionar de una etapa a otra de diversas maneras. No todas las compañías empiezan por la primera etapa: un gran número de empresas sociales, cooperativas y organismos constituidos específicamente para sostener el desarrollo sustentable arrancan directamente en la etapa 2, de transformación organizacional. También, la transición de la etapa 1 a la 2 y de la 2 a la 3 (elaboración de sistemas) necesita cambios de mentalidad radicales. De esta manera, usted podrá inspirarse en el cuadro para ayudar a su empresa a avanzar a una nueva etapa, o podrá igualmente usar las prácticas presentes en este informe para maximizar su potencial de innovación y mejorar su impacto sobre la sociedad, sin importar la etapa en la que esté situado.


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CÓMO UTILIZAR EL CUADRO

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A continuación se describe en detalle cada etapa del cuadro. Determine la que mejor se adecúa a sus objetivos en materia de desarrollo sustentable de su empresa y tome conciencia de las prácticas descriptas para alentar la innovación en esta etapa.

1. Optimización operacional

(“hacer mejor las mismas cosas”) Cumplimiento de las normas u optimización de la performance mediante el aumento de la eficiencia. En la etapa de optimización operacional la empresa reduce activamente su impacto ambiental y social actual sin modificar drásticamente su modelo de negocios. Dicho de otra manera, una empresa situada en esta etapa innova bajo el objetivo de “reducir los daños”. Las innovaciones son generalmente progresivas y atacan un problema a la vez. Tienen, igualmente, la tendencia a privilegiar las “soluciones tecnológicas” –esto es, utilizar las novedades en tecnología para atenuar el impacto mientras continúa con su operatoria habitual. Por lo general, la innovación

se centra en términos de desarrollo y resultados a nivel interno; en esta etapa, las compañías suelen apelar a sus recursos internos para innovar, y las innovaciones resultantes están enfocadas en la empresa. Ejemplos de innovación En la empresa: • Lucha contra la polución • Horarios flexibles/teletrabajo • Redireccionamiento de residuos • Consolidación de las instalaciones • Iluminación ecoenergética • Uso de energías renovables • Reducción en el consumo de papel En los productos: • Reducción de embalajes • Disminución en el uso de materias primas • Reducción/eliminación de materiales peligrosos • Optimización del tamaño/peso de productos a enviar En el servicio: • Parque de vehículos eléctricos híbridos • Transformación de las cajas de entrega de uso único en cajas de uso múltiple


(“hacer el bien por hacer cosas nuevas”)

Creación de nuevos productos y servicios innovadores considerando a la sustentabilidad como una oportunidad de mercado. Más que esforzarse por “reducir los daños”, los transformadores organizacionales creen que su empresa puede obtener ventajas financieras por sus esfuerzos en pos de “hacer bien”. Ellos constatan las oportunidades para ofrecer nuevos productos sustentables en mercados nuevos o bien abordan mercados nuevos con modelos de negocios concebidos para crear un impacto positivo neto, de tal manera que haga salir a las personas de la pobreza o produzca fuentes de energía renovable. Los transformadores organizacionales pueden concentrarse más sobre la prestación de servicios que sobre la creación de productos, que por lo general tienen un impacto ambiental inferior. Con frecuencia producen innovaciones que son, a la vez, técnicas y sociotécnicas –concebidas para mejorar la calidad de vida de las personas dentro y fuera de la empresa. Los transformadores permanecen esencialmente concentrados en el ámbito interno, ya que consideran su empresa como una figura independiente en el seno de la economía. Sin embargo, ellos recorren la cadena de valor de arriba a abajo y colaboran estrechamente con las partes externas interesadas. Ejemplos de innovación • Nuevos productos innovadores que cambian los hábitos de consumo, como una estufa de camping que transforma todo tipo de biomasa en fuente de calor híper eficaz y donde las ventas subvencionan la distribución de modelos más baratos en países en vías de desarrollo. • Nuevos productos innovadores que benefician a la gente, como tomógrafos portátiles, durables y dotados de un mínimo de funciones, de manera que sean útiles y asequibles para los proveedores de servicios de salud en países en vías de desarrollo. • Reemplazar productos por servicios, como alquilar y hacer el mantenimiento de alfombras por un tiempo determinado en lugar de venderlas. O compartir vehículo y bicicleta en centros urbanos, con el fin de reducir

la polución, mientras aumenta la movilidad general. • Reemplazar servicios físicos por servicios electrónicos, como reducir el consumo de papel al enviar facturas por correo electrónico en lugar del servicio postal tradicional. • Servicios acompañados de ventajas sociales, como una aplicación para smartphones que recompensa a las personas que practican la caridad, al ofrecerles cupones que pueden utilizarse en comercios locales.

3. Elaboración de sistemas (“hacer el

bien por hacer cosas nuevas con otros”). Colaboraciones estrechas e interdependientes entre varias organizaciones que crean un impacto positivo en las personas y el planeta. Los elaboradores de sistemas consideran que su actividad económica forma parte de la sociedad, en lugar de constituir un elemento distinto. En el plano individual, prácticamente ninguna empresa es sustentable. Pero tomadas colectivamente, los sistemas pueden sostenerse mutuamente. Los elaboradores de sistemas extienden su forma de pensar más allá de las fronteras de la empresa, de manera de incluir a socios en los dominios o empresas que a priori no tienen relación entre sí. Dado que el concepto de elaboración de sistemas refleja un paradigma económico poco convencional, muy pocas empresas o industrias ocupan esta esfera.

Ejemplos de innovación • Simbiosis industrial. Varias empresas colaboran para crear una “economía circular” en la cual los desechos de una se transforman en los recursos de otra. Por ejemplo, una empresa constructora utiliza los desechos de cristal de otra firma; las sinergias que se crean implican ventajas ambientales y económicas para todos los participantes. • B Corporations. Estas empresas, concebidas en los Estados Unidos pero que hoy existen en todo el mundo, están legalmente obligadas a proporcionar ventajas a la sociedad. Ejemplos conocidos de B Corporations comprenden al productor de cremas heladas Ben & Jerry’s, la plataforma de comercio electrónico Etsy o los fabricantes de productos de limpieza Method y Seventh Generation. n

simbiosis industrial

2. Transformación organizacional

Como parte de una iniciativa multisectorial en Suecia, el programa de simbiosis industrial Landskrona reunió a más de 20 empresas y 3 organismos públicos para encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que plantea el desarrollo sustentable. En un caso, las aguas residuales utilizadas por un fabricante de ventanillas para automóviles reemplazaron al agua potable usada por una imprenta para su precipitador por vía húmeda, que elimina los compuestos orgánicos volátiles de gases de combustión.

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PROMOVER

“Solo financiamos proyectos que sean innovadores” ZOOM Ruth Ladenheim Doctora en Química por la Universidad de Buenos Aires, en 1994 obtuvo un Master en Economía y Finanzas en el Institut D’Etudes Politiques de París. Se desempeñó como investigadora, tanto en la Argentina como en Francia, en las áreas de Biotecnología y Biología Molecular. Entre 2003 y 2007 fue coordinadora de la Unidad de Promoción Institucional en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y desde 2007 es la titular de la Secretaría de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Por Laurence Thouin

Desde su cargo en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Ruth Ladenheim promueve la investigación, la creación de consorcios público-privados y el vínculo entre el mundo académico y las necesidades del sector productivo. Fotos: Gentilza Mincyt.

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PROMOVER

Habla de la importancia de la ciencia argentina a nivel latinoamericano, ¿en este momento es un punto de atracción para investigadores de la zona?

capacidad científica

¿Qué está haciendo el Ministerio en materia de tecnología, innovación y desarrollo sustentable?

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En la Argentina tuvimos tres Premios Nobel, ningún otro país de la región ha tenido eso. El nivel científico de los argentinos en diferentes disciplinas es de excelencia. Hubo en los 90 una gran fuga de cerebros, un desfinanciamiento, un abandono del sistema. Por eso fue muy importante la recuperación que desde 2003 hizo el Gobierno de las capacidades científicas y tecnológicas. Y buscamos que esas capacidades se vinculen con las necesidades del tejido productivo y social del país.

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Para entender lo que hacemos, es bueno mirar la actividad de planificación que orienta la proyección de estas políticas hacia el futuro, pero también da cuenta de las políticas actuales. El plan tiene una primera parte que tiene que ver con el fortalecimiento de capacidades. Lo que buscamos es que la ciencia argentina sea de excelencia. Desde el año 2003 se produjo un fuerte aumento en la inversión en ciencia, investigación y desarrollo, un 939%: hay más de 16 mil millones de pesos invertidos en este momento en investigación y desarrollo en el país. Es una inversión que hace fundamentalmente el Estado Nacional y que se concreta a través de ingreso de recursos humanos al sistema. Se hizo un gran esfuerzo para incluir jóvenes en las carreras de investigación, no solo en el Conicet, sino también en las universidades. Se busca crear una base amplia de jóvenes dedicados a la investigación, y por otro lado también esa investigación se cristaliza también en equipamiento, que hoy en día en ciencia es muy caro y costoso y es permanente la adecuación que hay que hacer. Funciona a través de lo que llamamos sistemas nacionales, no es que un laboratorio de Buenos Aires compra un equipo y ya está, sino que ese equipo es compartido por quienes lo necesitan en todo el país. Hay una inversión en lo que llamamos plataformas tecnológicas, que son plataformas de alto nivel. Tenemos una muy buena plataforma de células madres, que son células que crecen en placas de tectrix, pero son modelos muy buenos de tejidos humanos, entonces se puede hacer investigación en células antes de pasar a ensayos en animales. En la Argentina hay grupos de investigación, los mejores de Latinoamérica en células madre están acá.

Sí, hay muchísimo intercambio, hay investigadores de Latinoamérica que vienen a la Argentina, también argentinos que van a otros países de la región, esto aumentó bastante con Becs.ar, que es un programa de becas para jóvenes para que hagan una capacitación de cuatro meses, y uno de los lugares donde se van a capacitar es Brasil, pero también van a Corea, Estados Unidos y a diferentes lugares en el mundo. Es posible ir a hacer esta capacitación y esto fomenta el intercambio también. Pero buscamos fomentarlo aún más. En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en Ciudad Universitaria, hay un centro en construcción que va a estar específicamente destinado a recibir becarios de países latinoamericanos, es una buena manera de contribuir desde la Argentina a elevar el nivel de la ciencia en la región.

Cómo se vincula el sector público con el sector privado?

En mi gestión desarrollé un instrumento de financiamiento nuevo, que solo se consigue si el laboratorio de investigación se asocia con una empresa, y viceversa. Lo llamamos consorcio público-privado, que a veces está integrado por varios miembros, tanto empresas como centros de investigación. Elegimos los sectores más estratégicos del país. Energía, Salud, Agroindustria, pero también otros sectores industriales, y dos que tienen que ver con algo más social: Desarrollo Social y Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable. El plan cruza tecnología con sectores estratégicos, o sea que siempre que nos reunimos hay alguien de Biotecnología, alguien de Nanotecnología, que se cruzan con los problemas de, por ejemplo, Desarrollo Sustentable y ahí nacen prioridades que nosotros ponemos a la hora de financiar los consorcios. Es decir que cuando financiamos un consorcio, este tiene que ser público-privado, pero a la vez tiene que responder a las priorida-


En todos los consorcios cuando se habla de tecnología e innovación, ¿se está contemplando desde un punto de vista de la sustentabilidad?

Estamos obligados porque esto está financiado por el Banco Mundial. Para poder acceder a estos financiamientos, los proyectos tienen que ser sustentables a nivel ambiental. Hay una unidad en la Agencia Nacional de Promoción Científica Tecnológica que se encarga de eso: si no pasa la cuestión ambiental, no pasa el proyecto. Es una condición de aprobación de los proyectos. Además de eso hay un sesgo muy ambientalista en nuestra gestión, nos gusta mucho la diversificación de la matriz energética. No depende de nosotros esta política, pero lo que hacemos es que la Argentina esté preparada para que tengamos capacidades

de desarrollo de distintos enfoques de diversificación de la matriz energética. En los consorcios público-privados, por ejemplo, financiamos muchísimo a partir de biomasa, porque la Argentina es muy rica en biomasa pero muchas veces se la desecha en actividades agrícolas o ganaderas y contamina el medioambiente y eso para nosotros es terrible, es una pérdida económica. Hay muchos consorcios que usan biomasa local y la transforman en energía. Por ejemplo, con la cascara de maní en Córdoba se vende el maní y se desecha la cáscara, y eso es ambientalmente complicado, pero ahora hay un proyecto que con esa cáscara se genera energía. Eso es una vertiente, después tenemos varios consorcios en energía eólica, estamos financiando palas de molinos en Invap, que es una empresa del Estado que funciona en Bariloche, que hoy está haciendo satélites, como el Arsat-1, reactores nucleares y radares. Toda la radarización de aeropuertos se hizo con tecnología argentina. En reactores, hay todo un plan nuclear, ahora Atucha II que se está terminando y Atucha III y IV que se está planeando y hay un pequeño reactorcito que se llama Carem. Lamentablemente estas cosas no salen en muchos medios.

POLO CIENTÍFICO TECNOLÓGICO

des del plan nacional. Hay 80 consorcios en este momento aprobados y desarrollando proyectos que llamamos de desarrollo. No son investigaciones, eso lo hacen los laboratorios, el Conicet. Acá se trata de resultados de investigaciones que tienen que aplicarse a problemas concretos del sector productivo o de los sectores sociales en la Argentina.

El Polo Científico Tecnológico es un centro de gestión, producción y divulgación del conocimiento. En el Polo Científico Tecnológico se emplazan las sedes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y sus organismos dependientes: la Agencia Nacional de Promoción Científica Tecnológica (La Agencia) y, en una segunda etapa, el CONICET. Construido en los terrenos abandonados que pertenecieron a las ex bodegas Giol, los edificios mantienen las fachadas originales de las estructuras preexistentes.

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PROMOVER

Acá se trabaja con innovación, por eso para nosotros las tecnologías que son agentes impulsoras de la innovación son la informática, telecomunicaciones, biotecnología, nanotecnología y también un poco la electrónica. En el tema agrícola, que es fundamental en la Argentina, ¿hay una reflexión sobre la tecnología de transgénicos? Nosotros estamos estudiando el impacto ambiental de la sojización. Hay un estudio que estamos financiando que está bastante avanzado y es muy serio que está siendo encarado por varias universidades. En el modelo se está tomando Pergamino donde, junto con el municipio, se realizan muestras de suelo, de agua y de sangre y orina de la población, se está viendo todo el impacto; si hay o no problemas de glifosato, que está siendo muy cuestionado, si realmente está siendo mal aplicado. Hay cuestionamientos de si permanece o no en el suelo, estamos estudiando de manera totalmente independiente. Muchas veces los medios vinculan al glifosato con problemas de salud, pero hay muchas cuestiones, son centros de agroindustria muy fuertes donde hay otros fertilizantes y agroquímicos que a lo mejor son más peligrosos que el glifosato mismo y que no los tienen en cuenta, para decir que hay problemas de salud causados por la soja. Hay una denominación del glifosato que estamos estudiando en particular. Además están los problemas de cómo se aplica, hay reglas para aplicarlo y muchas veces no se respetan las reglas, por eso estamos investigando y Pergamino es una ciudad muy interesante porque es muy sojera. Además, tenemos muchos proyectos hídricos que tienen que ver con estudiar los ríos, para que no se contaminen, y si se contaminan saber con qué se contaminan.

¿Hay algún proyecto para destacar de los que están funcionando? Ya conté el del maní. Hay otro de lactosuero que me encanta, que es de PyMes de lácteos que producen queso o distintos produc18 ·

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tos y estaban desechando el lactosuero y lo volcaban a un río o a un arroyo produciendo contaminación. Es un subproducto muy útil para producir otros productos pero se lo descartaba por ausencia de conocimiento científico tecnológico. Estamos financiando un consorcio de Pymes de lácteos donde además del consorcio está la Cámara, y así todos van a tomar conciencia de la importancia de la red del reciclado del lactosuero. Es un caso interesante donde se transforma un desecho en un subproducto y además tiene un valor económico. Este proyecto también es de biomasa, solo que en lugar de producir energía produce otros productos alimenticios. Es como la idea de la biorefinería, que es otro de los núcleos del plan que fomentamos muchísimo, que consiste en producir bioplásticos. En lugar de tomar un plástico que viene de la refinería del petróleo, que surja de la biorefinería. Hay caminos químicos a partir de desechos o cultivos energéticos, que se cultivan para transformarlos en bioproductos.

¿Cómo se trata el concepto de innovación dentro del Ministerio?

El concepto es transversal, igual que el concepto ambiental, es lo que atraviesa todos los sectores. Todos estos proyectos público-privados necesitan algo innovador porque de otro modo no son financiables. Este es un ministerio de innovación, y para que un proyecto sea financiable tiene que tener innovación, porque para otro tipo de proyectos, para otros procesos productivos, hay otros ministerios. Acá se trabaja con innovación, por eso para nosotros las tecnologías que son agentes impulsoras de la innovación son la informática, telecomunicaciones, biotecnología, nanotecnología y también un poco la electrónica. Estas son las tecnologías que intentamos desarrollar y cruzar con todos los sectores, y de esa manera son vectores de innovación. Solo financiamos proyectos que sean innovadores. No es necesario que esa innovación sea transformacional y global, necesitamos también financiar proyectos de empresas que sean innovadoras a escala nacional, regional, provincial, no tenemos por qué pensar que tienen que transformar el mercado global. n


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Las dos caras de las TIC Al mismo tiempo que contribuyen al cambio climático, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) también son herramientas esenciales para paliar los efectos colaterales que ellas mismas producen en el ambiente. 20 ·

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MITIGAR Este nuevo ecosistema tecnológico conlleva grandes desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible. Aunque las potencialidades y los desafíos a que hoy se enfrentan las TIC, han y siguen siendo ampliamente estudiadas, su capacidad para hacer frente al cambio climático es un tema que todavía no ha sido suficientemente abordado.

Innovar para la sustentabilidad

Aunque a primera vista la participación de las TIC en las emisiones globales parece ser muy reducida, es demasiado grande para ser mantenida, lo que ha llevado a la industria TIC a realizar importantes esfuerzos en materia de innovación tecnológica orientados a la sustentabilidad económica y ambiental. De hecho, las proyecciones para el 2020 consideran que seguirán teniendo lugar diferentes procesos de mejora orientados a reducir el impacto ambiental de las TIC, tal y como ya se viene haciendo. El aumento previsto de emisiones tiene que ver con la mayor demanda de bienes y servicios TIC, resultado del crecimiento de las redes de teléfonos móviles y computadoras personales en los países en desarrollo y, sobre todo, por las emisiones provenientes de los servidores y/o centros de datos necesarios para satisfacer la nueva cobertura ampliada de dichas tecnologías. La movilidad personal es responsable del 51% de la huella de carbono de un habitante tipo de los países desarrollados, y si países en desarrollo como India, por ejemplo, llegaran a estos mismos niveles, la situación se volvería insostenible, por lo que las TIC cada vez más juegan un rol preponderante en la reducción de emisiones. La cuestión a resolver sería: ¿Hasta qué punto los beneficios de satisfacer

¿qué son las tic?

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urante las últimas cinco décadas, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han contribuido significativamente a la innovación, al bienestar, al crecimiento económico y al desarrollo de los países. En relación a la sostenibilidad, aunque por un lado las TIC contribuyen a la generación de gases de efecto invernadero y a la contaminación ambiental durante su fabricación, uso y residuos, por el otro son una herramienta fundamental para el monitoreo, mitigación y adaptación al cambio climático, así como para enfrentar los retos energéticos y desempeñar un papel importante en la gestión de desastres naturales y emergencias. De esta manera, las TIC abren una nueva fase en la globalización y constituyen un componente fundamental de las estrategias de cumplimiento del séptimo Objetivo de Desarrollo del Milenio: garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. La rápida integración de las tecnologías de la información con los medios de comunicación y las telecomunicaciones se ha traducido en diversos tipos de convergencia, entre las que destacan las redes de comunicación (redes y servicios), los dispositivos de comunicación (equipos móviles multimedia), los servicios de procesamiento y aplicaciones (computación en nube o cloudcomputing) y las tecnologías Web (Web 2.0). Estas nuevas plataformas tecnológicas configuran un nuevo ecosistema TIC, que se caracteriza por un crecimiento acelerado de aplicaciones inalámbricas y móviles a costos cada vez menores, con un aumento exponencial en la capacidad de procesamiento a través de la computación en la nube y que generan nuevos cambios en los patrones de comportamiento de los usuarios mediante las redes sociales asociadas a la Web 2.0.

La definición actual de los TIC contempla a cualquier herramienta basada en computadoras utilizadas para trabajar con información, apoyar a la información y procesar las necesidades de información de una organización. Bajo esta definición, se incluyen las computadoras personales, Internet, los teléfonos móviles, los asistentes personales digitales y otros dispositivos similares. A ello se agregan las TIC tradicionales, como la radio, la televisión y el teléfono fijo, así como los nuevos productos y servicios de banda ancha.

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En busca de la eficiencia

emisiones a nivel global

Las proyecciones para el 2020 consideran que seguirán teniendo lugar diferentes procesos de mejora orientados a reducir el impacto ambiental de las TIC, tal y como ya se viene haciendo.

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En el caso de las emisiones a nivel global, las de la producción y utilización de las TIC en 2007, en términos relativos, significó el 2.1% del total de las emisiones generadas ese año por las actividades humanas7. En un escenario business as usual (BAU), se estima que estas pueden aumentar de forma continua hasta alcanzar las 1.43 GtCO2e en 2020, lo que equivaldría al 2.7% de las emisiones antropogénicas globales. Este valor, de acuerdo lo mencionado por Sergio Scarabino, Director Regional de las Américas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por su sigla en inglés), podría todavía ser mayor y llegar a un 3.5%. Cuando se desagrega el sector y se analizan algunos de sus subsectores, las emisiones relativas a los dispositivos de telecomunicaciones como teléfonos móviles, cargadores, televisores sobre protocolo IP y routers de banda ancha, que representan casi el 60% de las emisiones totales de las TIC, se espera se tripliquen en el 2020. Ya las emisiones relacionadas con los data centers crecerán a un ritmo de 7% al año hasta el 2020, mientras que las de los computadores y monitores crecerán un 5% anualmente.

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la demanda creciente por productos y servicios TIC, para que las economías emergentes alcancen un nivel de cobertura similar al de las economías maduras, son mayores a los impactos de su huella de carbono directa? En un intento por responder a esa pregunta, el papel de las TIC en las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático puede ser analizado desde dos perspectivas, las que han sido denominadas “de las TIC” y “por las TIC”. El primer enfoque significa reducir las emisiones directas de dichas tecnologías en todas las etapas de su ciclo de vida: diseño, manufactura, uso y residuos. El segundo tiene que ver con las soluciones que las TIC pueden ofrecer para minimizar el impacto ambiental de otras actividades y sectores. Las soluciones por las TIC representan, por mucho, la principal contribución del sector a los esfuerzos internacionales para disminuir las emisiones, pudiendo lograr una reducción de 7.8 GtCO2e en 2020. Esta cifra representa el 15% del total de emisiones proyectadas para ese año y cinco veces el equivalente a las emisiones directas de las propias TIC. Sin embargo, es importante subrayar que las estrategias desde y por las TIC no son excluyentes sino complementarias, por lo que los instrumentos de política digitales vinculados al cambio climático deben estar orientados a promover las sinergias entre ambas.

En términos generales, una cuarta parte de las emisiones de las TIC es generada en los procesos de diseño y manufactura, mientras que el 75% restante proviene de las emisiones originadas por su utilización. Por lo tanto, proponer soluciones desde las TIC requiere que la industria continúe mejorando la eficiencia energética de sus productos y servicios, puesto que la demanda seguirá aumentando en el mundo en general, y en países como India y China en particular. Mejoras como los cargadores “inteligentes” (aquellos que se apagan cuando un dispositivo no está conectado) y las pantallas que requieren menos energía, son ejemplos de soluciones que se han ido incorporando para disminuir las emisiones desde las TIC. Sin embargo, para aprovechar el potencial de las TIC en materia de cambio climático, en la actualidad cobra mayor importancia el hecho de acompañar a las innovaciones tecnológicas de un marco fiscal, regulatorio e institucional adecuado para facilitar la implementación de más y mejores soluciones por las TIC, sin que ello implique dejar de fomentar la investigación y el desarrollo para generar avances tecnológicos. Aparte de las emisiones asociadas a la deforestación, la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la generación de energía y del combustible para el transporte. Por este motivo, no resulta sorprendente que el papel más importante que pueden desempeñar las soluciones por las TIC sea ayudar a mejorar la eficiencia energética en la distribución y transmisión de electricidad (redes de suministro inteligentes), acelerar el proceso de innovación para favorecer un mayor uso de fuentes de energía “limpias”, el mejor aprovechamiento de la energía en las edificaciones (edificios inteligentes), optimizar los procesos de producción mediante la automatización industrial (sistemas de motor inteligentes), la disminución del uso del transporte para el suministro de bienes (logística inteligente) y la “desmaterialización” de los productos y actividades (videoconferencias, teletrabajo, comercio electrónico, gobierno electrónico, periódicos en línea, música y libros en formato digital, etc.).


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En términos generales, una cuarta parte de las emisiones de las TIC es generada en los procesos de diseño y manufactura, mientras que el 75% restante proviene de las emisiones originadas por su utilización.

Fuente : “Las TIC y el desarrollo sostenible en América latina y el Caribe: experiencias e iniciativas de política", octubre 2012. Seminario organizado por la CEPAL, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y el Ministerio de Medio Ambiente de Chile. Contó con el apoyo de la Cooperación Alemana (GIZ) y de la Unión Europea, a través del proyecto CEPAL @LIS2.

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Anteriormente se señaló que el principal aumento en las emisiones de las TIC estará determinado en el futuro por las emisiones de los centros de datos requeridos para satisfacer la demanda de más consumidores que, día a día, requieren más información. Por lo general, a medida que aumenta la demanda por productos y servicios TIC, las empresas, instituciones y gobiernos tienden a invertir en nuevos servidores y/o centros de datos para satisfacer las necesidades de sus usuarios. Si el crecimiento continúa al ritmo de la demanda, en el año 2020 el mundo utilizará 122 millones de servidores, en comparación con los 18 millones de 2007, con el consecuente aumento en la energía y la refrigeración. En ese sentido, la computación en nube (cloudcomputing) representa el principal aporte de lastecnologías de información y comunicación en la reducción de emisiones, tanto de las propias TIC como de otras actividades y sectores, pues tiene la capacidad de satisfacer la demanda creciente de información haciendo un uso más eficiente e “inteligente” de la infraestructura de servidores y centros de datos, en términos energéticos y de costos operativos. El uso de la computación en nube, si bien representa un importante avance en materia de reducción de costos e impacto ambiental, ha sido lento. Ello obedece principalmente a preocupaciones por la seguridad y la privacidad de los datos compartidos. No obstante, existen algunos casos de éxito en el mundo que vale la pena resaltar, como el de Amazon, que creó una nube privada a partir de la ca-

pacidad no utilizada por sus servidores. Hoy, ofrece sus servicios a clientes como la NASA, Netflix, empresas farmacéuticas y algunos bancos que, en lugar de incrementar el tamaño y/o capacidad de sus propios centros de datos, utilizan la capacidad no aprovechada de los servidores de Amazon para satisfacer su demanda de información, con las ventajas en ahorro de costos y huella de carbono que ello conlleva. Otras empresas que han incursionado en la oferta de computación en nube son IBM, AT&T y Verizon. Algunos ejemplos de aplicaciones TIC que aprovechan las ventajas de la computación en nube son los servicios de correo electrónico, documentos y colaboración en línea de Google, así como la versión online de Microsoft Office. A nivel global, algunos actores del sector público y privado se encuentran trabajando en este sentido, como la información digital de los miembros civiles y militares de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y el proyecto SMS for Life, que utiliza una nube privada para manejar la información relativa a la entrega de medicamentos y el seguimiento médico de pacientes con malaria en Tanzania. Para lograr que la disminución de las emisiones desde y por las TIC se convierta en una realidad, hay que superar barreras políticas, comerciales y de conducta, por lo que cobra especial importancia avanzar en el establecimiento de un marco fiscal, legal e institucional para favorecer la inversión en fuentes de energía renovables e infraestructura que sea compatible con los nuevos usos de la tecnología, promover la investigación y desarrollo en materia de gestión energética, desarrollar un sistema estandarizado para la medición de las emisiones del sector TIC, así como desarrollar estrategias de educación y concientización de la población sobre las emisiones asociadas a dichas tecnologías y proponer mejores patrones de uso y consumo. n


La búsqueda de Google

Foto: Google

Es una de las empresas tecnológicas líderes en el mercado global y, como tal, pone en práctica herramientas para paliar el impacto de las emisiones de dióxido de carbono. Soledad Lago Rodríguez, responsable de Comunicaciones de Negocio de Google Argentina, explica que políticas llevan adelante para que las TIC puedan tener, a través de la innovación, un papel importante en la lucha contra el cambio climático:

nuevos servidores de repuesto. Antes de comprar nuevos equipos y materiales, buscamos formas de reutilizar los que ya tenemos. Cuando no podemos volver a utilizar nuestro equipo, eliminamos completamente todos los componentes que almacenan datos y, a continuación, revendemos los equipos en el mercado para que tengan una segunda vida”.

“En Google nos tomamos muy en serio el impacto medioambiental de nuestros servicios. Por ejemplo, para proporcionar a los usuarios un servicio ininterrumpido de YouTube durante tres semanas, utilizamos menos energía de la que usa un lavarropas en un lavado. Si a esto le añadimos las compensaciones y la energía renovable, nuestra huella de carbono es cero. Y seguimos buscando nuevas formas de reducir aun más el impacto de nuestras instalaciones. Para eliminar nuestro impacto en relación con el cambio climático, invertimos en proyectos que reducen las emisiones de carbono de otras fuentes que están fuera de Google. Somos muy exigentes porque queremos asegurarnos de que nuestra inversión tiene el impacto positivo que no podría haber tenido sin nosotros. Por ejemplo, pagamos por reducir las emisiones de un vertedero cercano a nuestros data centers. Al invertir en estos proyectos, nuestro impacto total en el clima se reduce a cero. Además, nuestros productos (Google Maps, Gmail y Google Apps, Google Earth, Google Earth Engine y Google Finance) permiten que los usuarios también ahorren energía. Por otra parte, desde 2007 hemos reciclado los suficientes servidores obsoletos como para ahorrarnos la compra de más de 300.000

“Además de invertir en energía renovable para nuestras propias operaciones, estamos invirtiendo en proyectos de energía renovable para desarrollar la industria en su conjunto. En concreto, hemos invertido cientos de millones de dólares en proyectos a gran escala de energía renovable, como la eólica o la solar. Estos proyectos representan una capacidad total de más de 1,8 GW, mucha más electricidad de la que utilizamos para nuestras propias operaciones. Para poder dimensionarlo, esta electricidad es equivalente a la consumida por más de 350.000 hogares”.

Reducción del impacto ambiental

Uso eficiente de nuevos materiales y energías renovables

Reducción del consumoenergético

“Los productos de Google proporcionan más de tres mil millones de búsquedas al día, mapas móviles para más de 200 millones de usuarios de smartphones y aloja más de cinco millones de empresas en la nube. Además de estar libres de emisiones de dióxido de carbono, los pueden ayudar a reducir el impacto de los usuarios en el medioambiente. Por ejemplo, con la misma cantidad de energía que utiliza una pequeña empresa para alojar su correo electrónico de forma local, 80 empresas aproximadamente podrían estar alojadas en la nube”. 2014 · #13

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10 CASOS DE INNOVACIÓN ABB - ARCOR - DOW - GENNEIA - HENKEL - LEDESMA NATURA - QUILMES - MICHELIN - TETRAPAK

CEADS

Renovación y cambio

Cada vez son más las empresas que aplican criterios de innovación sustentable para el mejoramiento de sus productos o servicios, gestionando de manera conjunta el desempeño económico y el ambiental. Aquí, a pedido de Ecosistema, una selección de casos exitosos relevados por el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible.

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El Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) es el capítulo local del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), una asociación global liderada por los CEOs de más de 230 compañías y dedicada exclusivamente a la vinculación entre la empresa y el desarrollo sostenible.


PARTICIPAR

Por María Virginia Vilariño (CEADS)

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ada vez es más evidente que los desafíos de la sustentabilidad no podrán ser abordados exitosamente sin las empresas como un actor comprometido en la provisión de soluciones sustentables. Y al mismo tiempo, para las empresas, integrar los desafíos de la sustentabilidad en sus estrategias de negocio tiene cada vez más sentido: mejora el desempeño empresarial y ambiental, maximiza el valor social, permite anticipar tendencias reguladoras y de mercado, obteniendo ventajas competitivas y asegurando la generación de valor a largo plazo. En este camino se encuentran cada vez más empresas, no solo a nivel global sino también a nivel nacional. Estas se esfuerzan en la actualidad por integrar cada vez más la sostenibilidad a lo largo de la cadena de valor de sus productos y servicios, fundamentalmente a fin de construir relaciones de largo plazo, que contribuyan con un contexto favorable para el desarrollo de los negocios. Pero también para asegurar la competitividad en mercados e industrias cuyas reglas y condiciones cambian rápidamente. La sostenibilidad entonces se ha movido de una visión a una estrategia y a una realidad diaria para muchas empresas. Y este hecho, junto con muchas evidencias más, demuestran que una visión sustentable del mundo y nuestras sociedades es posible, alcanzable, factible y viable, y contamos hoy con el entendimiento de qué caminos y posibles rutas transitar para alcanzarla. La escala de las medidas y los cambios que demanda y la necesidad de acelerar el paso son hoy la condición clave y el principal reto que enfrentamos para poder encaminarnos en esta visión de largo plazo. Y es aquí donde la innovación cobra protagonismo. La sostenibilidad y la innovación pueden entonces considerarse dos caras de la misma moneda: • Por un lado, para poder proveer las soluciones sustentables en la escala y velocidad necesarias, la innovación será imprescindible. • Por otro, vistos con la lente de los negocios, los desafíos de la sustentabilidad llevan a identificar estrategias y prácticas innovadoras que aportan soluciones y contribuyen a la sostenibilidad, al tiempo que crean valor.

Y no hablamos de innovación únicamente tecnológica, sino también (y probablemente más desafiante) en ámbitos como la medición del progreso a nivel de sociedades y empresas; los modelos de negocio y gestión empresarial; los modelos de relacionamiento, alianzas y trabajo con otros actores, y los nuevos liderazgos en los ámbitos público, privado y de la sociedad en general. Analicemos brevemente lo que puede implicar la innovación sostenible en los modelos de negocios y en los modos de relacionamiento y alianzas. En primera instancia, implica identificar innovaciones en la manera de operar o producir los bienes y servicios por parte de una empresa, para hacerlo de manera más ecoeficiente. Eso quiere decir gestionando de manera conjunta el desempeño económico y el ambiental para crear más valor con el menor impacto ambiental posible, haciendo más eficiente el uso de recursos, revalorizando subproductos y rediseñando tanto procesos como resultados.

Y este hecho, junto con muchas evidencias más, demuestran que una visión sustentable del mundo y nuestras sociedades es posible, alcanzable, factible y viable. La empresa debe no solo gestionar de un modo eficiente el negocio de hoy, sino también generar los productos y servicios para el futuro. Por lo tanto, la innovación no debe limitarse a las mejoras en aspectos específicos de los procesos actuales, sino más bien orientarse hacia productos innovadores, nuevos servicios y una estrategia comercial enfocada hacia la sostenibilidad. Finalmente, la innovación también debe orientar a nuevas formas de comercializar los productos y servicios para hacerlos accesibles en diferentes sociedades, culturas y mercados. La escala y la velocidad de los cambios necesarios demandan la innovación en todo sentido, pero sobre todo en la manera de construir alianzas y trabajar en conjunto entre estos actores. 2014 · #13

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Uso inteligente de los recursos

ABB

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ABB es una empresa multinacional de origen suizo, líder en tecnologías de energía y automatización que permiten a las compañías industriales y de servicios públicos mejorar su desempeño y reducir el impacto ambiental. Fue la primera de la Argentina en contar con un sistema de gestión certificado bajo la norma ISO 50001.

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La reducción del consumo energético y sus beneficios ambientales son los objetivos centrales de un sistema de gestión de la energía diseñado por un equipo multidisciplinario y cuyos primeros resultados son más que auspiciosos.

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n consonancia con su lema “Power and productivity for a better world (Energía y productividad para un mundo mejor)”, la empresa implementa desde el año 2012 un Sistema de Gestión de la Energía en su planta de Valentín Alsina, y desde 2013 en sus instalaciones de Tucumán. Esta iniciativa se enmarca en un contexto en el que el buen uso de la energía es una práctica cada vez más necesaria. El mundo ha dejado atrás la era de la abundancia energética y ha ingresado en un período de limitaciones. Por ello, implementar y mantener un sólido sistema de gestión de la energía es un camino idóneo para reducir el impacto ambiental y poner a la eficiencia energética en el centro de la escena. Vale la pena recordar que, de acuerdo con la encuesta realizada por Pew Global Attitudes (mayo y junio 2009), el 70% de los argentinos considera que el calentamiento global es un “problema muy serio”. Para mitigar este problema, la gestión de la energía propone un control del consumo energético desde la demanda, en forma complementaria a las políticas nacionales que operen sobre la oferta. Frente a esta realidad, ABB se propuso sistematizar la mejora en el desempeño energético (eficiencia energética, uso y con-

sumo de la energía), implementando un Sistema de Gestión de la Energía (SGEn), certificado de acuerdo con la norma internacional ISO50001:2011. Los tres objetivos fundamentales de la iniciativa son reducir el consumo energético específico de su actividad comercial y productiva; reducir en consecuencia la emisión de gases de efecto invernadero, y contribuir a la difusión de los sistemas de gestión y su certificación como medio apto para la mitigación de los efectos nocivos del consumo energético desde el punto de vista de la disponibilidad de la energía, de su costo creciente y del impacto ambiental. Para poder alcanzar estos objetivos se reunió un equipo multidisciplinario de gestión de la energía conformado por 10 profesionales provenientes de todos los sectores de la organización y liderados por un representante de la dirección. En mayo de 2013 el nuevo sistema arrojó resultados superadores de los objetivos planteados al comienzo del período y en ese contexto el ente certificador recomendó el mantenimiento del certificado por la operación exitosa del mismo: el consumo anual objetivo era 2,5% y se logró una reducción del 3,8%; el consumo anual per cápita se redujo en un 5,9%, y las emisiones de CO2 se redujeron en un 3,8%. Un año después se volvió a revalidar la certificación gracias a ahorros energéticos todavía más auspiciosos (cercanos al 10%), gracias al plan de reconversión tecnológica de luminarias que se comenzó a llevar a cabo. Con el desarrollo de esta iniciativa se intenta demostrar que es posible implementar planes con el objetivo de disminuir los costos de energía para las empresas (costos directos) y para la sociedad (subsidios); mitigar los problemas de falta de oferta energética permitiendo a la sociedad diferir inversiones; descargar los sistemas de generación, transporte y distribución de energía eléctrica, para aumentar los niveles de reserva y la frecuencia de mantenimiento con la consecuente mejora en la disponibilidad; disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, y crear una conciencia más responsable en los empleados de la compañía y en los contratistas respecto del uso de la energía y fomentar el efecto multiplicador a través de sus familias.


Un jarabe de bajas calorías El producto, derivado del maíz, fue desarrollado en el marco de un modelo de “innovación abierta” con la participación de distintas áreas del Grupo y junto con instituciones del Sistema de Ciencia y Técnica.

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n 2012, el Grupo Arcor desarrolló en la Planta de Molienda Húmeda de Maíz de Lules, provincia de Tucumán, un jarabe derivado del maíz, rico en oligosacáridos, obtenido por un proceso enzimático. Estos azúcares contienen propiedades prebióticas, de fibra soluble de bajo peso molecular y bajo contenido de calorías. Las sustancias prebióticas son los ingredientes alimenticios no digestibles que actúan beneficiosamente en el organismo. Para lograr el nuevo producto se sortearon diferentes dificultades, entre ellas la escasa información a nivel mundial sobre este tipo de azúcares, el desarrollo y puesta a punto de técnicas de caracterización del jarabe para la determinación de la composición química, el contenido de fibra y el efecto prebiótico. La clave del éxito se basó en el trabajo en equipo con diferentes áreas de la compañía, en especial con la Gerencia Corporativa de Innovación que, aplicando el modelo de Innovación Abierta adoptado por el Grupo Arcor y mediante la conformación de una red de trabajo con instituciones del Sistema de Ciencia y Técnica, logró junto con la Universidad de Buenos Aires determinar las propiedades de fibras solubles del jarabe; con CEPROCOR (Centro de Excelencia en Productos y Procesos Córdoba) se caracterizaron los azúcares que lo componen, y con CERELA (Centro de Referencia para Lactobacilos-CONICET) se determinó su propiedad prebiótica.

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2 Arcor La Planta de Molienda Húmeda de Lules produce diariamente 400 toneladas de maíz y 250 toneladas de distintos tipos de jarabe derivados del maíz.

Este modelo de innovación abierta consiste en trabajar con distintos socios externos, que pueden ser otras compañías, universidades o institutos de investigación, con los cuales se desarrollan proyectos de innovación de alto impacto. Arcor es el encargado de coordinar y manejar los distintos proyectos, que surgen a partir de ideas que pueden ser internas o externas, y que luego son aprobadas por la alta dirección de la empresa. Todas las técnicas desarrolladas son inéditas y fueron publicadas en diferentes congresos científicos, transformándose en técnicas oficiales de referencia en nuestro país. A su vez, la legislación argentina no contemplaba el uso de este tipo de azúcares innovadores en los alimentos y, por ello, tras una larga gestión en equipo, se logró la modificación del Código Alimentario Argentino. Esta innovación puede servir tanto para la formulación de nuevos productos como para la mejora del perfil nutricional de los ya existentes. Los logros de este proyecto le darán valor agregado a diversas líneas de productos de Arcor, ya que el jarabe se aplica a golosinas, galletas, helados, chocolates y alimentos, como así también a productos lácteos. Esta innovación permitirá abrir una nueva línea de ingredientes y productos dentro del marco de sustentabilidad y nutrición del Grupo, como así también dar respuestas a las demandas de productos saludables por parte de los consumidores. 2014 · #13

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3 El rediseño del sistema de distribución de polietileno, tanto para el mercado interno como para el externo, implica mayor protección del medio ambiente, flexibilidad operativa, mejoras en el nivel de servicio a los clientes y reducción de costos.

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Una logística eficiente

Dow

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El rediseño del sistema de distribución de polietileno, tanto para el mercado interno como para el externo, implica mayor protección del medio ambiente, flexibilidad operativa, mejoras en el nivel de servicio a los clientes y reducción de costos.

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ow es una compañía de ciencia y tecnología que combina la química y la innovación con los principios de la sustentabilidad para resolver los problemas más acuciantes del mundo: el acceso al agua potable, la generación y conservación de energía renovable y el crecimiento de la productividad agrícola. Dow Argentina produce 615.000 toneladas de polietileno en su Complejo Productivo, en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca. Del volumen producido, 20.000 toneladas se exportan por año desde el puerto bahiense mientras que 35 mil toneladas mensuales se envían a clientes en el Gran Buenos Aires, algunas localidades del interior (centro y norte de la Argentina) y a mercados de exportación, principalmente Brasil. El resto se distribuye a clientes en otras localidades del interior y países limítrofes como Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia. En el marco de la gestión orientada a la sustentabilidad se decidió desafiar el status quo en la búsqueda de un rediseño integral del modelo logístico de distribución de polietileno al mercado interno y externo. La iniciativa del rediseño logístico fue impulsada y liderada por Dow Argentina, incluyendo a Ferrosur Roca, Celsur Logística, la naviera brasileña Log-In (transportadora por vía marítima de contenedores), Terminales Río de la Plata (operador en el puerto de Buenos Aires) y la Administración General de Puertos (organismo de control de las terminales de Buenos Aires). A partir de una inversión conjunta de US$15 millones, repartidos entre la Argentina y Brasil, se logró un nuevo sistema que incluye: redefinición del módulo de carga (cantidad de

producto por pallet) para lograr mayor eficiencia en el movimiento del producto para toda la cadena de valor; articulación de un servicio ferroviario directo de cargas que conecta el Polo Industrial de Bahía Blanca con el Puerto de Buenos Aires, rehabilitando la circulación ferroviaria en el puerto de Buenos Aires, luego de 20 años de inactividad; construcción de una estación modelo de transferencia de carga en Abbott, partido bonaerense de San Miguel del Monte, a 90 km de la Capital, que funciona como nodo para la separación y distribución del polietileno según su destino (parte de la mercadería se envía por camión a los clientes del Gran Buenos Aires y localidades del interior, vía la Ruta 6, el resto continúa por las formaciones de Ferrosur Roca para su embarque final en el Puerto de Buenos Aires); incorporación de un modelo de almacenaje flexible en contenedores que permite adaptar la política de stock en la región a las necesidades de los clientes de cada país tan solo moviendo los contenedores a los distintos puntos de almacenaje de la cadena de distribución, y desarrollo de un centro de distribución contenedorizado en Brasil. El nuevo sistema logístico implica ventajas para el negocio en términos de protección del medio ambiente, flexibilidad operativa, mejoras en el nivel de servicio a los clientes y reducción de costos, con un crecimiento del 4% en el volumen total en la actividad del Puerto de Buenos Aires; el ingreso de 20.000 contenedores anuales adicionales, sin incrementar el tránsito vial; mayor competitividad en las exportaciones argentinas al Mercosur; reducción de emisiones de 6.000 toneladas de dióxido de carbono, equivalentes a 260.000 árboles; creación de 200 nuevos empleos entre origen, transporte y destino; 40% de incremento en el uso del tren; menor tránsito y descongestión logística en la zona metropolitana y el segundo cordón del conurbano bonaerense; 900 camiones menos en las rutas argentinas, y beneficios sociales para la comunidad de Abbott.


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Genneia La energía del viento La construcción del Parque Eólico Rawson, el primero a gran escala de la Argentina, aporta a la diversificación de la matriz energética, disminuye el impacto ambiental de la generación de energía y ratifica las bondades de la articulación público-privada. tico, SCADA, que posibilita controlar al PER de manera remota desde diversos centros de monitoreo. Las posibilidades para replicar este modelo están dadas, pues el PER se erige como una demostración concreta de la viabilidad de proyectos de generación de electricidad a partir del recuso eólico en nuestro país; es, también, el primer parque eólico a gran escala del programa GENREN, hecho que demuestra los frutos de una articulación público-privada con objetivos comunes y beneficios mutuos; genera acciones de educación ambiental, junto con distintos actores sociales que promueven conocimientos y acciones en pos de la energía renovable y del cuidado del ambiente en general. El potencial eólico en nuestro país es enorme. En ese camino, Genneia tiene previsto el desarrollo de otros proyectos similares, como el Parque Eólico Madryn, que contará con una potencia de 220 MW. Con la financiación adecuada se pueden construir proyectos similares y así contribuir fehacientemente a disminuir el gasto de divisas por importación de combustibles fósiles.

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íder en la generación de energía eléctrica basada en equipamientos térmicos, tecnologías de última generación y principal inversor en proyectos de energías renovables en la Argentina, en 2007 Genneia (un vocablo que connota "origen", "generación" y "energía") comenzó a investigar en la Patagonia la posibilidad de desarrollar proyectos eólicos. Dos años después, como parte del programa Genren de la Secretaría de Energía, Enarsa (Energía Argentina S.A.) convocó a Licitación Pública Nacional e Internacional para contratar la provisión de energía eléctrica generada a partir de fuentes renovables. Genneia presentó el plan para el Parque Eólico Rawson (PER), en la provincia de Chubut, que le fue adjudicado. Fue construido en 2011 y produce energía eólica en forma ininterrumpida desde el 1° de enero de 2012. Hoy, el PER —primer parque eólico a gran escala en la Argentina y el más grande a la fecha— produce el 65% de la energía eólica en nuestro país y genera un efecto demostrativo a otras empresas para procurar iniciativas exitosas de diversificación en materia de energía. El PER es toda una propuesta de liderazgo e innovación de cara a la diversificación de la matriz energética argentina. Además, Genneia representa la primera empresa en nuestro país que registra exitosamente parques eólicos de gran escala como emisora de bonos de carbono, contribuyendo así a la mitigación del calentamiento global. Al día de la fecha, la compañía ha completado los trámites para emitir Certificados de Reducción de Emisiones (CER), para su posterior venta a países desarrollados y/o a compañías radicadas en los mismos. Se estima que el PER podrá producir 189.000 CER’s por año, que equivalen a 189.000 toneladas de CO2 no emitidas a la atmósfera. Esta metodología le permite a Genneia medir resultados de manera eficiente, principalmente por la reducción de la emisión de dióxido de carbono y el ahorro de divisas para el país por la sustitución de combustibles fósiles importados. Asimismo, el PER incentiva el desarrollo de mano de obra local especializada en construcción, operación y mantenimiento, como así también el impulso de la industria local proveedora de servicios y componentes específicos. Cuenta con un sistema informá-

Genneia nació en 1991 bajo la denominación de Emgasud y se dedicó durante dos décadas a la distribución y el transporte de gas, la construcción de gasoductos y la generación de energía eléctrica. Hoy desarrolla una serie de iniciativas orientadas a una gestión sustentable, a través de un Comité de Sustentabilidad, integrado por la alta dirección y el directorio, más la creación de un área de RSE; un Sistema Integrado de Gestión aplicado a todos los proyectos y procesos, y un Programa de visitas y sensibilización sobre uso racional de la energía en el PER.

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5 Henkel Residuos para la vida A través de la lombricultura, los desechos biosólidos de una planta industrial se convierten en compost para suelos. Al mismo tiempo, el sistema permite reutilizar el agua en el proceso productivo, reducir costos y disminuir el impacto ambiental.

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La iniciativa permite reutilizar el agua residual para nuevos ciclos industriales; minimizar la generación de desechos y reciclar los residuos y transformarlos en abono orgánico. Se trata de un modelo escalable porque, por un lado, se evalúa realizar este proceso en otras filiales del grupo dentro de la región; y por otro, se realizarán pruebas para incorporar al proceso los residuos orgánicos provenientes del comedor de la planta.

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n su planta de Chivilcoy, donde produce unas 15.000 toneladas de adhesivos por año, la empresa alemana Henkel desarrolla desde hace más de seis años un novedoso tratamiento de residuos biosólidos basado en la lombricultura. Así, transforma los lodos provenientes de la planta de efluentes líquidos en compost para suelos, que sirve de abono para la tierra, al tiempo que se reutiliza el agua en el proceso productivo. El trabajo consiste en procesar los residuos junto con lombrices, que se encargan de generar componentes orgánicos. Además de la implementación de este proceso como parte del funcionamiento diario de la planta, el compost resultante se reparte entre productores agrícolas de la zona o bien se utiliza en eventos de concientización y promoción del cuidado del medio ambiente. Más allá del ahorro económico (el costo de enviar los residuos a un tratador externo), el principal objetivo de esta iniciativa no es comercializar la enmienda orgánica, sino utilizarla para eventos y actividades que promueven el cuidado del medio ambiente o bien obsequiarla a empleados, entidades y públi-

cos de la organización. En el año 2013, este proceso permitió la reutilización de 2.500 metros cúbicos de agua en el proceso productivo y la generación de 50 metros cúbicos de compost que se destinó a la donación para productores agrícolas de la zona y a eventos de concientización ambiental. Adicionalmente, gracias a la implementación y comunicación de este novedoso tratamiento de residuos, Henkel Argentina pudo formar parte del mega evento global RIO + VOS, realizado simultáneamente en 200 ciudades, bajo el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable que luego se desarrolló en la ciudad de Rio de Janeiro. Henkel Argentina aportó 1.500 kilos del compost resultante de la planta de tratamiento de biosólidos para la preparación de los árboles nativos que la organización del “Green Film Fest” entregó de regalo a todos los asistentes al evento, junto con Ecomujeres, Alianza Árboles y el bioartista Miguel Brea. Esta iniciativa contribuye al desempeño de la empresa tanto a nivel cuantitativo como, y sobre todo, cualitativo. El desarrollo de la misma fue pensado para mejorar la labor de ciudadano corporativo y disminuir el impacto ambiental. En lo que refiere específicamente al ahorro de costos, en líneas generales el proceso proporciona un ahorro mensual de agua y de contratación de proveedores externos para el tratamiento de los desechos. El tratamiento de 1 metro cúbico (1.000 kilos) de barro requiere una inversión de $1.900; la práctica de este sistema permite un ahorro de alrededor de $12.000, además de evitar la generación de pasivo ambiental. Esta iniciativa, entre otras, hizo un aporte significativo a la Estrategia Global de Sustentabilidad hacia el año 2030. La posibilidad de tratar nuestros desechos sólidos mediante la lombricultura nos permitió reducir en un 39,2% los residuos generados durante el año 2013, en comparación con 2011. Esto no solo beneficia al cuidado del medio ambiente sino también al desempeño de Henkel como ciudadano corporativo, el cual define a la sustentabilidad como uno de sus valores corporativos. La reutilización del agua también durante el año pasado nos proporcionó resultados muy positivos: pudimos reducir en un 50% el consumo en nuestra planta de producción.


El poder del azúcar La biomasa se obtiene de las hojas y residuos agrícolas que quedan en el campo tras la cosecha de la caña de azúcar. Con este recurso energético renovable, la empresa ya sustituye el 10% del gas que consume anualmente.

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n busca de fuentes renovables de energía, los productores están atentos a todo tipo de novedad. Como la biomasa, un recurso que se genera con toda materia de origen biológico. Por ejemplo, caña de azúcar, maíz, mandioca, trigo, cultivos oleaginosos como la soja o materias producidas a partir de residuos agrícolas y leñosos. En el caso de los ingenios azucareros del NOA se utiliza la fibra de la caña de azúcar, y en los últimos años se han agregado nuevas alternativas como la malhoja de la caña, que son las hojas y residuos agrícolas que quedan en el campo después de la cosecha. Como la caña de azúcar tarda solo un año en volver a crecer, es una fuente de energía fácilmente renovable. De esta forma, se genera energía con la misma materia prima que se obtiene de la tierra y con la que se produce azúcar, papel, alcohol, etanol y energía. Además, se están incorporando “bosques energéticos”, con eucaliptus que proveen madera utilizable en la formación de biomasa. ¿Cómo surge la idea de buscar nuevas fuentes de energía en la cadena de valor de la caña de azúcar? Tradicionalmente los ingenios azucareros cogeneran energía a partir de la fibra de caña de azúcar, que sustituye los combustibles fósiles como el gas y el fuel-oil. Más cerca en el tiempo, en 2010, empresas como Ledesma dieron inicio a proyectos de aprovechamiento de la biomasa, por el cual incorpora a su matriz energética la hoja de la

caña que queda en el campo luego de la cosecha y la madera de plantaciones. En este proyecto se invirtieron 25 millones de dólares, incluyendo una nueva caldera de alta presión, una nueva planta de procesamiento de biomasa y todo el proceso de recolección de los restos agrícolas en las fincas productivas. La malhoja o biomasa vegetal se recolecta del campo luego de la cosecha de la caña de azúcar gracias a la incorporación de la “cosecha en verde”, que no solo minimiza el uso del agua y herbicidas, sino que reduce el impacto sobre el aire. La malhoja se acordona en el campo y es enfardada o bien transportada al complejo industrial de Ledesma, o se cosecha con unas máquinas especiales para biomasa. Este sistema aporta unas 14 toneladas de residuos vegetales con alto valor energético por hectárea. De ese total se recolecta la mitad, y el resto queda como cobertura de los suelos bajo cultivo para conservación de la humedad y preservación de la tierra. En 2012 Ledesma reemplazó 15 millones de metros cúbicos de gas natural. Esto representa un 10% del gas que es consumido anualmente por la empresa, que apunta además a seguir creciendo en esta sustitución por biomasa. Por otra parte, gracias al aprovechamiento de la fibra, hidroelectricidad de usinas hidroeléctricas y este proyecto de biomasa, hoy el 40% de la energía que usa Ledesma es renovable.

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6 LEDESMA El final es el principio, podrían decir en el complejo industrial de Ledesma en Jujuy. Es que en el predio de reciclado de la empresa se generan nuevos bienes para introducir al mercado y, además, energía renovable. De esta manera, los subproductos de un proceso industrial vuelven a tener valor de uso gracias a que la empresa los clasifica en origen, los reutiliza, les agrega valor y los devuelve al mercado. El objetivo del reciclado responsable es convertir los residuos en nuevos bienes con utilidad para su venta, lo que además tiene un beneficio directo en el medioambiente, ya que no se adiciona basura a los puntos de disposición municipal. Gracias a la técnica de reciclaje, vidrio, aluminio, papel y botellas de plástico se transforman y generan un importante ahorro de energía y materias primas.

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En busca del impacto positivo

Natura

La Nueva Visión de Sustentabilidad de la empresa, ya en marcha, comprende 34 indicadores socioambientales y 23 compromisos públicos para el año 2020. Están asentados en tres pilares: Marcas y Productos, Red de Relaciones y Gestión y Organización.

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esde su creación, Natura Cosméticos comprendió la necesidad de contribuir al desarrollo sustentable. El compromiso con la evolución positiva de la sociedad llevó a la empresa a expandir las fronteras y proponerse en 2014 una Nueva Visión de Sustentabilidad, en la que expresa la voluntad de ir más allá de simplemente reducir o compensar los efectos de sus actividades, para conducir sus acciones hacia la generación de Impacto Positivo. ¿Qué significa impactar positivamente? Que las decisiones empresariales que buscan reducir la huella de carbono, compensar la generación de residuos y mitigar los impactos en el medio ambiente fueron válidas y necesarias, pero ya dejaron de ser suficientes. Hoy, es necesario hacer algo más que neutralizar los impactos generados por su negocio y promover el bien social, ambiental y económico. “Natura busca convertirse en un generador de impacto positivo social, ambiental y económico, entregando valor a toda su red de relaciones, en todos los negocios, marcas y geografías donde estén presentes, por medio de sus productos, servicios y canales de comercialización”, dice Pedro Gonzales, Gerente General de Natura Argentina. Este cambio de mirada cobra sentido pleno en el momento histórico actual. El paradigma productivo de extracción, producción y descarte finaliza con un resultado negativo para el planeta y para las personas. En unas

décadas seremos más de 9 mil millones de habitantes y el consumo irá en ascenso generando una mayor demanda frente a una cantidad limitada de recursos naturales. La nueva Visión de Sustentabilidad de Natura, con mirada hacia 2050, comprende un total de 34 indicadores socioambientales y 23 compromisos públicos para 2020 agrupados en tres pilares esenciales: Marcas y Productos, Red de Relaciones y Gestión y Organización. Las Marcas y Productos estimulan valores y comportamientos. La propuesta es partir desde allí para generar modelos de producción ecoefectivos y paradigmas de consumo responsables. En ese sentido, el compromiso de la compañía es que el 40% de las unidades facturadas correspondan a envases ecoeficientes y que el 75% de cada envase sea de material reciclable. En la Red de Relaciones, la propuesta es contribuir positivamente al desarrollo humano y social, fomentando acciones de emprendedorismo por medio de plataformas colaborativas. Es por esto que, por ejemplo, en el año 2020 el 50% de los cargos de liderazgo en Natura deberán ser ocupados por mujeres. A su vez, se trabajará en un indicador que refleje el desarrollo humano de los consultores y consultoras. Desde la Gestión y Organización se profundizará la integración de los impactos económicos, sociales y ambientales en la cultura organizacional y en todos los procesos y prácticas empresariales. Algunas ambiciones son implementar la valoración de las externalidades socioambientales, considerando toda la cadena de valor, así como apoyar la discusión y el debate público de temas relevantes para el bien común de la sociedad y su desarrollo sustentable. “La nueva Visión de Sustentabilidad implica un gran desafío para toda la compañía a nivel global y en cada uno de los países donde opera. Pero estamos seguros que será un primer paso para generar un cambio cualitativo en la manera de entender el rol y la responsabilidad de las empresas en la sociedad. Esperamos que esta visión pueda convertirse en un modelo que escale en otras empresas, el estado y las ONG y sirva como camino para encontrar nuevas maneras de hacer, generar, descubrir e innovar para impactar positivamente”.



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8 MICHELIN Reciclado de cubiertas

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La empresa francesa participa de un programa público-privado de reutilización de las 40.000 toneladas anuales de neumáticos fuera de uso que generan la Ciudad y la Provincia. Lo hace junto con otras compañías, la CEAMSE y el INTI.

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En paralelo, la casa matriz de Michelin anunció este año el desarrollo de su iniciativa denominada TREC (TyreRecycling) y cuyo fin es amortizar los neumáticos usados dándoles dos salidas útiles en materia de reciclaje: la primera es la regeneración del compuesto de goma que servirá para fabricar neumáticos nuevos, y la segunda, bautizada “Alcohol”, permitirá producir un componente químico indispensable para sintetizar las materias primas que son necesarias en la fabricación de neumáticos. El proyecto, que tendrá una duración de ocho años y parte con un presupuesto total de 51 millones de euros, se llevará a cabo gracias a la colaboración de las compañías tecnológicas SdTech, Protéus, Michelin, ADEME (Agencia Francesa para el Medio Ambiente y Gestión de la Energía) y CEA (Comisión de Energía Atómica y Energía Alternativa de Francia).

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n el marco de su estrategia de sustentabilidad industrial, Michelin adhirió a comienzos de esta década al innovador programa de reciclado industrial de neumáticos fuera de uso (NFU) de la Cámara de la Industria del Neumático, del que participan también otras empresas asociadas como Bridgestone, Pirelli y Goodyear. El modelo de articulación público-privada de gestión sustentable permitió llevar adelante un proyecto CEAMSE-Regomax-INTI cuya concreción es la planta de Regomax S.A., que opera en el predio del Complejo Norte III de la CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado). Cada año se generan 40.000 toneladas anuales de NFU entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. Su disposición incorrecta genera problemas de seguridad vial y focos de infección, sin contar que los neumáticos no son biodegradables y su descomposición es muy lenta (500 años). Las municipalidades son entonces las

responsables de la recolección de los NFU, considerados residuos sólidos urbanos. Para optimizar el reciclado de este producto, se suman al programa varios eslabones de la cadena de uso de los neumáticos, desde las propias empresas productoras hasta gomerías, compañías de transporte, empresas de carga, flotas de todas las entidades oficiales nacionales y provinciales, etc. La tecnología que aplica Regomax es mixta, importada de los Estados Unidos y Alemania. Mediante procesos de trituración, separación y molienda fina, los componentes de los neumáticos (caucho, acero y nylon) pueden ser reutilizados, por ejemplo en la fabricación de pisos deportivos para canchas de fútbol, creación de gránulos de cauchos coloridos para pistas de atletismo y de carreras de caballos, construcciones civiles, asfalto modificado, productos moldeados y membranas impermeables para techos, entre otros. El CEAMSE aportó 2 hectáreas de terreno por 20 años para la instalación de la planta de trituración, a la que deriva los neumáticos de desecho que llegan al relleno. No cobra tasa de disposición final y a partir del punto de equilibrio de la empresa, el excedente de rentabilidad generará un canon que será destinado a las empresas sociales que financia el CEAMSE. Por su parte, Regomax instaló una planta de trituración de neumáticos con capacidad modificable. Los NFU son sometidos a procesos de corte, trituración, molienda mecánica y separación de sus componentes obteniendo 80% de polvo de goma, 15% de acero y 5% de fibras textiles. Luego comercializa los productos y paga un canon anual al CEAMSE. En tanto el INTI (Instituto nacional de Tecnología Industrial) realiza controles anuales a la planta y tareas de auditoria técnica. También se encarga de la difusión institucional a través de campañas educativas y de concientización.


9 Quilmes Heladeras ecológicas La empresa cervecera promueve el uso de estos refrigeradores, que permiten ahorrar un 35% de energía, en los puntos de venta directa de sus productos en todo el país. Lo hace en el marco de su plataforma de comunicación Vivamos Responsablemente.

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ervecería y Maltería Quilmes trabaja para promover el consumo y la venta responsables de bebidas con alcohol; sumar valor a las comunidades vecinas a sus establecimientos, e implementar políticas para reducir el impacto de sus operaciones sobre el medio ambiente, trabajando a lo largo del proceso productivo. En esa línea, establece objetivos medioambientales relacionados a la producción, para disminuir las emisiones de dióxido de carbono, aumentar la tasa de reciclabilidad y reducir el consumo de agua y energía. En esa línea, y en el marco de la plataforma Vivamos Responsablemente, su campaña más reciente e innovadora es una acción desarrollada junto a Fundación Vida Silvestre Argentina que contempla la distribución de guías entre los comerciantes de sus puntos de venta, con consejos para el uso eficiente de las ecoheladeras, que permiten ahorrar un 35% de energía. Se trata de una acción nacional para promover el uso eficiente de la energía, alcanzando a más de 48.000 puntos de venta directa con mensajes que apuntan a generar conciencia ambiental entre los comerciantes y consumidores. Para ello, a partir del Día Mundial del Ahorro de la Energía, celebrado el 21 de octubre, la fuerza de ventas de Cervecería y Maltería Quilmes distribuyó durante un mes una guía con los beneficios y consejos para el uso eficiente de las más de 22.361 heladeras ecológicas (ecoheladeras) que integran el parque provisto por la compañía en todo el país. Estos refri-

geradores amigables con el medio ambiente cuentan con tecnologías innovadoras que permiten hacer un uso racional de los recursos energéticos: permiten ahorrar un 35% de energía en comparación con una heladera regular. Las ecoheladeras están integradas por una serie de tecnologías innovadoras, entre ellas un controlador de temperatura electrónico que ahorra 577 kWh/año por cada heladera; LEDs, iluminación de de bajo consumo, que ahorran 197 kWh/año por cada heladera, y gas refrigerante de menor impacto (R290). Los ahorros energéticos fueron estimados por Cervecería y Maltería Quilmes considerando 0,0003660 tonelada de CO2 por kWh. Con el uso de estas heladeras, se estima que entre 2009 y 2014 se alcanzará un ahorro acumulado de 39.000 toneladas de CO2. Este número es equivalente a las emisiones producidas por 50.000 automóviles que viajan a Bariloche ida y vuelta o por 20 vuelos ida y vuelta de Buenos Aires a Nueva York. La optimización en el consumo de la energía es uno de los ejes en los que la compañía trabaja en su plataforma de sustentabilidad. Este año, las metas medioambientales consisten en reducir el consumo de agua en un 2,30%; mantener la tasa de reciclabilidad en un 99%, y disminuir un 6,10% el uso de energía. Estos desafíos se suman a los logros alcanzados en los últimos años, especialmente en el manejo del agua, cuyo consumo se redujo un 35,5% entre 2009 y 2013. 2014 · #13

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Tetra Pak Un edificio sustentable El uso del terreno, el empleo de materiales preexistentes y amigables con el medio ambiente y el uso racional y eficiente del agua y de la energía son las características salientes de esta construcción innovadora que cuenta con certificación internacional.

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ace poco más de un año, Tetra Pak fusionó sus oficinas porteñas con el centro de servicio técnico, en el partido de San Fernando, en un único predio: el Edificio Victoria. Se trata de un edificio sustentable que cuenta con la certificación LEED for Building Design and Construction: New Construction and Major Renovations, que establece lineamientos de sustentabilidad en el diseño, construcción, funcionamiento y mantenimiento. En el techo se colocaron placas de poli-aluminio prensado, fabricadas con material de envase reciclado, que permiten recolectar el agua de lluvia, que luego se utiliza para riego y sanitarios. Tetra Pak es la primera planta industrial que alcanzó el nivel Gold en la Argentina. El Victoria es un edificio cómodo para los 150 empleados que trabajan allí diariamente, construido bajo un lineamiento totalmente sustentable, en el que se separa la basura en origen y se entregan los reciclables a la Cooperativa Creando Conciencia; se reutiliza el agua de lluvia, y se ahorra el agua bajo griferías especiales, entre otras medidas.

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Muchos recursos se optimizan en el Edificio Victoria. Todo esto tiene que ver con ciertas costumbres que se generan desde adentro, para luego contagiarlas a la comunidad y para que sean aplicadas por cada empleado en su hogar, con su familia. Desde Tetra Pak creemos que el cambio comienza desde adentro y nuestras oficinas sustentables tienen estrecha relación con el modo en que trabajamos todos los días, ofreciendo envases que garanticen seguridad alimenticia y que protejan al medio ambiente. Para la construcción de este edificio sustentable se utilizó un criterio de uso del terreno que es ecosistémico (no ocupa tierras de valor ecológico, hay accesibilidad al transporte público, adecuado balance entre construcción, tierras parquizadas y suelos absorbentes, diseñados para colectar agua de lluvia y con capacidad para 200 personas); se emplearon materiales de construcción sustentables y se reutilizaron materiales preexistentes; hay un uso racional y eficiente de la energía y del agua; consta de calidad ambiental del aire interior y vistas al exterior; se cuenta con la incorporación de un sistema solar para el calentamiento del agua. Los resultados se miden en términos de cantidad de envases que reciclamos, en toneladas de residuos que logramos separar en origen y así colaborar con los recuperadores urbanos y cooperadoras. En agua ahorrada, en lluvia recolectada, etc. Lo que se genera en las oficinas de Victoria es un modelo, una forma de trabajar y de ser, que requiere de un esfuerzo y trabajo continuo por la protección del medio ambiente. Se trata de cierta conciencia por la importancia de cuidar lo que nos rodea y de la relevancia del granito de arena que cada uno puede brindar para tener un medio ambiente más sano. Es así que, en cierto modo, lo que el Edificio Victoria requiere son constantes desafíos medioambientales en el que no hay techo para nuestro aporte. n


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Biocapitalismo y tecnopolítica

Los avances producidos en las últimas décadas en el agro llegaron de la mano de un nuevo sistema de licencias y de un intenso trabajo de lobby para instalar el concepto de innovación sustentable en la cuestionada manipulación genética. Por Pierre-Benoît Joly ZOOM Pierre-Benoît Joly Ingeniero agrónomo y doctor en Economía, es Director de Investigaciones en el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia INRA(por su sigla en francés), /SenS et IFRIS, Université Paris Est. Foto: Jack Dykinga, gentileza del USDA. Cebada que lleva un gen que puede ayudar a las plantas a resistir el ataque de virus del enanismo amarillo. Universidad de California.

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as técnicas sin precedentes que se vienen produciendo en el mundo agroalimentario durante las últimas tres décadas en materia de innovación genética han producido el surgimiento de un nuevo sistema. Un conglomerado de grandes grupos representa hoy un biocapitalismo mundial que posee las licencias que permiten el desarrollo de las nuevas técnicas biomoleculares y reorganiza la relación de la sociedad con los seres vivos. Estos grandes oligopolios juegan un rol fundamental en la definición del orden económico y político asociado al uso de los organismos genéticamente modificados (OGM).

El pasaje de la molecularización de los seres vivos viene acompañado de un cambio fundamental que involucra la propiedad de las innovaciones biotecnológicas y los recursos genéticos. Dos conceptos son importantes para entender la situación actual. El primero de ellos es la transformación de los sistemas de innovación, ese conjunto heterogéneo de normas que regulan el conocimiento en todas sus etapas: producción, regulación, utilización y consumo. El segundo es el concepto de tecnopolítica, llevado adelante por actores a su vez ligados a poderosas maquinarias de producción tecnológica, y que se encuentran enfrentados a la necesidad de legitimar sus operaciones de transformación de los regímenes de innovación, adaptados a sus estrategias. El primer sistema de innovación surge de la creciente sustitución de técnicas derivadas de las investigaciones de la agronomía y de su utilización, del know-how y de una inte44 ·

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gración de las explotaciones agrícolas con el mercado: los agricultores compran sus medios de producción a las empresas especializadas, para lo cual deben recurrir a préstamos. Esta adaptación de la agricultura a los tiempos modernos se ha realizado con sobresaltos y de manera muy heterogénea. Es un período en el cual la semilla pasó a ser percibida como una mercancía y los híbridos se convirtieron en una forma ideal ya que les confieren a las grandes empresas el monopolio técnico de la producción de semillas. Hay que tener en cuenta que este cambio de innovación pudo darse por el rol central que tuvieron las Land Grant Universities en los Estados Unidos y los Institutos Públicos en Europa, que brindan el apoyo esencial para el esfuerzo de la investigación. Su rol no se limita solo a la producción de conocimiento, sino también a la gestión de fuentes genéticas y a la mejoría de las plantas; desde la gestión de pools genéticos hasta la creación de variedades vegetales. De esta manera, la innovación pasó a ser considerada como un bien público ya que la debilidad del financiamiento privado hacía de las estrategias de apropiación algo bastante marginal. Pero si las fuentes genéticas son ahora un bien común, estas nuevas variedades vegetales no se encuentran protegidas con patentes de invención, sino por la ley de obtenciones vegetales, un derecho sui generis creado en 1961 por la Convención de la Unión Internacional para la Protección de Nuevas Variedades de Plantas (UPOV). La gran particularidad de esta ley es que protege la producción vegetal como un conjunto original, pero le confiere a su vez a la misma un status de bien público en tanto recurso genético.

Peligro rojo y revolución verde

Este cambio se produjo en un contexto geopolítico marcado por la Guerra Fría, cuando los esfuerzos del campo occidental se orientaron hacia la difusión de técnicas agrícolas en los países del Sur, subdesarrollados y en vías de desarrollo, continuando así con una tradición colonial y contribuyendo a la estabilidad politica de regiones amenazadas por el “peligro rojo”. Es así que las “variaciones de alto rendimiento” constituyen la punta de lanza de la “revolución verde”, creadas por los Centros Internacionales de Investigaciones Agrícolas que operan en los países del Sur bajo la égida del Banco Mun-


La innovación, privatizada

El pasaje de la molecularización de los seres vivos viene acompañado de un cambio fundamental que involucra la propiedad de las innovaciones biotecnológicas y los recursos genéticos. Cuando esta tecnología, de facto o de jure, se encontraba excluida del campo de las patentes industriales, las promesas y las perspectivas comerciales ligadas a la biotecnología comenzaron a presionar sobre las legislaciones de los países. Porque cuando la capacidad de innovación es privatizada, el poder de las empresas es inmenso. Esto también se produce porque la regulación de estas actividades por el mercado es insuficiente en sí misma ya que el propio mercado no tiene la capacidad de sancionar a la sociedad. Así, los discursos y las prácticas de innovación responsable apuntan a llenar ese vacío, pero estos son más el síntoma de un enorme problema que la llegada de verdaderas soluciones.

Es que las empresas globalizadas no pueden seguir contando con esa fuente esencial de legitimidad propia de los países democráticos, con esa legitimidad racional y legal que es característica de un Estado-Nación. En ausencia de la legitimidad democrática, estas empresas juegan con una mezcla de hechos consumados, promesas, objetivos mensurables y evaluaciones de eficacia de sus actividades. Su única fuente de legitimidad reside en su producción, en su “soberanía económica”, como la clasificó el sociólogo alemán Ulrich Beck. Estos cambios han generado un desplazamiento de las formas de comunicación tradicional hacia un trabajo de fondo orientado a definir la legitimidad de la actividad, apropiándose de la noción de desarrollo sustentable. La literatura sobre el rol de estas grandes firmas mundiales pone en evidencia la emergencia de nuevas formas de regulación que se apoyan en la autoregulación de las actividades industriales, en la soft law (conjunto de códigos de conducta y de líneas directrices) y en la creación de instrumentos de mercado para tener en cuenta los efectos no mercantiles (especialmente medioambientales) de sus actividades industriales. Estas formas de regulación apuntan a la vez a limitar las reglamentaciones estatales, ya de por sí pesadas y costosas, y a proteger a las empresas contra los riesgos de campañas organizadas por la sociedad civil que puedan afectar su reputación. El futuro nos dirá si esta traducción resistirá la crítica. Sin embargo, una cosa es cierta: la capacidad de innovación de estas compañías oligopólicas será puesta a disposición de este concepto de desarrollo durable. Dando por entendido que ellas dominan la “tubería” de las investigaciones, es posible que sus promesas terminen siendo profecías auntocumplidas, en la medida que las soluciones alternativas corran el riesgo de recibir muy poco apoyo y recursos. Porque en definitiva lo que verdaderamente se encuentra en juego es una concepción del mundo asociado a los organismos genéticamente modificados. n

Un recurso estratégico

dial y grandes instituciones estadounidenses como las fundaciones Ford o Rockefeller. No por nada, significativamente el premio Nobel de la Paz de 1970 le fue concedido a Norman Borlaug, el “padre” de esta revolución verde que se centra en monocultivos de variedades mejoradas de maíz, trigo y otros granos, y donde se logran producciones de alto rendimiento, a veces dos a cinco veces superiores a los realizados con técnicas y variedades tradicionales. El segundo punto importante a considerar es el peso que tiene el trabajo de tecnopolítica que realizan estos grandes grupos oligopólicos de la biotecnología, y que no se reduce a la lógica que rige la economía clásica. Al proponer innovaciones tecnológicas estos grupos realizan también un trabajo de naturaleza política al fabricar al mismo tiempo nuevas relaciones sociotécnicas: producen visiones del mundo, posicionándose con respecto a los desafíos esenciales que se plantean, se comprometen en las batallas de formación de opinión pública y defienden la legitimidad de sus proyectos. Y esto a la vez que definen los objetivos del desarrollo durable a su medida. Esta absorción de la política dentro de la economía tiende a dos evoluciones principales: la privatización de la innovación (derivada del aumento correlativo de la investigación privada y la concentración de estructuras industriales) y la mundialización de las actividades.

A partir de los años ’70, la ciencia pasó a ser percibida como un recurso estratégico para la competitividad de las naciones, y el conocimiento comenzó a transformarse en un producto de mercado. Este proceso de privatización de las innovaciones biotecnológicas vino acompañado de un cambio fundamental con respecto a la propiedad de las innovaciones tecnológicas y de los recursos genéticos. Así, la apuesta por la innovación (no solamente económica sino también social, medioambiental y política) llevó a estas firmas a tomar iniciativas para legitimar su trabajo. Este cambio beneficia a los grupos globales, que no han escatimado esfuerzos de lobby para obtener estas transformaciones. Para ellos el potencial revolucionario de estas tecnologías, “fuente de progreso inestimable”, no podría ser valorizado si las inversiones en investigación no fueran protegidas por poderosas patentes. Este discurso pudo imponerse en los años ’80 dentro de un contexto de políticas económicas neoliberales y de dominio financiero.

Fuente: Extraído y adaptado de la nota publicada en la revista Futuribles (N° 383) por Andrés Criscaut. Futuribles, creada en 1975 por Hugues de Jouvenel, es una renombrada revista pluridisciplinaria y de prospectiva que trata de los grandes desafíos del mundo contemporáneo y de sus posibles futuros. www.futuribles.com

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Foto: Eve Grynberg

ZOOM Ingeniero agrónomo por la Universidad de Buenos Aires, Ricardo Hara es especialista en agronegocios. Fue presidente de la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA) y actualmente ocupa ese cargo en la Confederación de la Sociedad Civil y en el Foro del Sector Social, al mismo tiempo que se desempeña como Director Académico de Agronegocios en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella. 46 ·

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A pesar de los avances en materia tecnológica, que permiten la producción de alimentos para una población mundial en constante crecimiento, es imprescindible repensar el sistema alimentario y buscar nuevos paradigmas éticos y ambientales.


PENSAR

El desarrollo sustentable C

ada vez que se discute sobre el agro argentino surgen posturas contrapuestas en las que se entrecruzan preocupaciones genuinas y realidades verificables con supuestos teóricos y opiniones encerradas en su propia óptica, como si fuesen fotos selfies. Vale la pena recordar una frase del escritor japonés Haruki Murakami en su novela “1Q84”, donde dice que “la mayoría de las personas no cree en la verdad, sino en aquello que le gustaría que sea la verdad”. Dado que las polémicas se centran en aspec-

un desafío para el agro Por Ricardo Hara

tos que hacen a la sustentabilidad ambiental y social del sistema productivo, se van a plantear algunos conceptos que ayuden a salir del laberinto por arriba, asumiendo que producción y ambiente deben ser las dos caras de una misma moneda. Para eso utilizaremos un drone imaginario que nos permita sobrevolar y anticiparnos a lo que viene en forma sistémica y prospectiva o, como bien decía el filósofo austríaco Peter Drucker, visualizar el futuro a través de las oportunidades.

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Sincronizarnos como sociedad

Repensar el sistema alimentario

¿Industria verde o desierto verde?

En una carta dirigida el año pasado a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), el Papa Francisco plantea que “es un escándalo que todavía haya hambre y malnutrición en el mundo”e invita a "repensar y renovar nuestros sistemas alimentarios desde una perspectiva solidaria ya que la comida que tiramos es como si la hubiésemos robado de la mesa de quien es pobre, de quien tiene hambre”. Efectivamente, según datos de la misma FAO, se desperdicia aproximadamente un tercio de la producción mundial de alimentos, delatando una cultura de consumo poco responsable y de escasa consideración hacia las necesidades y la dignidad del prójimo. Para revertir esta situación, tanto el sistema productivo como el consumo de alimentos deberán asumir que el respeto y la solidaridad funcionen como amalgama en las relaciones entre las personas, los pueblos y las naciones. Y eso, además de justo, será esencialmente ético.

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El proceso de globalización de las últimas décadas ha dado lugar a una creciente convergencia e interdependencia de las innovaciones científicas y tecnológicas con los desarrollos de bienes y servicios, originando lo que llamamos Sociedad del Conocimiento. Un exponencial crecimiento de los “componentes de conocimiento” en todo el proceso de creación de riqueza a partir de la revolución de Internet generó una nueva economía de redes y un mundo multilateral de fronteras cada vez más difusas... y más asiático. La irrupción de nuevos proveedores de productos y servicios tecnológicos a gran escala y precios decrecientes trajo como consecuencia una sustancial e imprevista modificación en los términos de intercambio entre materias primas y productos industriales. Para expresarlo en forma gráfica, la mayor demanda de energía y alimentos por parte de una creciente clase media de China e India -entre otros- permitió que países de predominio agrícola, como la Argentina, puedan comprar más computadoras y celulares con la venta de un camión de soja o de maíz. La competitividad de nuestro agro basada en la temprana y activa adopción de innovaciones tecnológicas como la siembra directa, la biotecnología y la agricultura de precisión, ha permitido traccionar una cadena de valor que va desde un laboratorio de semillas o una fábrica de tractores hasta las terminales portuarias o las góndolas de un supermercado. Sin embargo, también hay una contracara con luces amarillas como el desmonte ilegal, el desplazamiento de la agricultura familiar, las pulverizaciones sin control, la falta de una rotación apropiada de cultivos o políticas agropecuarias equivocadas que llevaron a una suerte de sojadependencia, con los riesgos productivos, ambientales y sociales que ello implica. Hay entonces quienes perciben al agro como el sector clave para el desarrollo integral y el progreso de la Argentina, mientras otros lo ven como un generador de problemas ambientales y sociales, poniendo en duda su sustentabilidad.

El intelectual estadounidense Alvin Toffler plantea que el problema de fondo es que existe una “sociedad asincrónica”, donde en función de la mayor o menor inserción en la economía del conocimiento, algunos avanzan muy rápido y otros más lento, o directamente no avanzan. Según el Banco Mundial, viven con menos de 2 dólares diarios casi 3 mil millones de personas, de las cuales más de mil millones lo hacen con menos de un dólar al día, en la pobreza extrema. No obstante, también hay que recordar queantes de la Revolución Industrial apenas se podía mantener una población de 500 millones, mientras que hoy somos más de 7 mil millones y seremos alrededor de 9 mil millones en el año 2050. A pesar de eso, y desafiando los presagios malthusianos, los avances en ciencia y tecnología permitieron producir los alimentos necesarios y elevar las expectativas de vida en más de 20 años, mejorando las condiciones básicas de vida y reduciendo el índice de pobreza en términos absolutos. Sería, sin embargo, un exceso de optimismo creer que se podrá erradicar la pobreza únicamente con tecnología, ya que ningún país puede hacerlo si no se acompaña también con profundos cambios sociales, institucionales, educativos, culturales y políticos. En consecuencia, para romper el círculo vicioso de la pobreza y la brecha creciente entre los más ricos y los que menos tienen, deberá garantizarse un umbral básico de alimentación y agua potable, acceso a la salud y la educación, entre otros parámetros, para poder mejorar la sincronización social.

Una agenda común de valores compartidos

En este mundo donde la población crece y el proceso de urbanización avanza a pasos firmes, la productividad agrícola tendrá que aumentar un 70% en el año 2050 para poder hacer frente a las necesidades alimentarias y nutricionales. Esto significa más conocimiento por metro cuadrado. El punto pasa por conciliar una seguridad alimentaria con alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, con una gestión de recursos naturales que evite su degradación, lo que lleva a la implementación de buenas prácticas agrícolas (BPA) en un marco socialmente responsable (RSE).


PENSAR Cabe señalar que tanto las BPA como la RSE representan requisitos imprescindibles pero no suficientes para lograr la legitimidad como actividad productiva, ya que para ello también se deberán tener en cuenta e integrar las necesidades de la comunidad. Los grandes desafíos de cara al futuro son: hacer las cosas bien y dar garantía de ello, actuar responsablemente integrando las necesidades de la sociedad y crear valor compartido en función del bien común. En resumen, establecer una agenda común que permita crear valor económico y valor social en forma simultánea a partir de la interdependencia entre los actores y una incidencia colaborativa basada en ganar-ganar.

Innovaciones en el mundo del genoma

Durante la última década del siglo pasado, las TIC (tecnologías de información y comunicación) fueron responsables de los grandes cambios globales, mientras que en lo que va del siglo XXI ese rol pasó a ser ocupado por la habilidad para comprender y modificar el código genético. La posibilidad de descifrar un genoma dio origen a una “revolución genética” que va a cambiar la manera de cómo vemos y entendemos la vida en este planeta, cambiando las reglas básicas tanto en la agricultura como en la química, la farmacéutica, la energía, la medicina. Según el académico mexicano Juan Enríquez Cabot, los países y empresas capaces de generar patentes de base genómica podrán progresar rápidamente ya que permitirán, por ejemplo, que un agricultor, en lugar de producir granos o fibras, genere productos mucho más valiosos como medicamentos, plásticos o biocombustibles. Si bien estas innovaciones requieren de fuertes inversiones donde la economía de escala y los complejos mecanismos regulatorios parecieran favorecer a grupos concentrados, también implica innumerables oportunidades para miles de pequeñas empresas de alta tecnología que pueden conquistar mercados mediante el desarrollo de redes y/o la articulación público-privada.

En este mundo donde la población crece, la productividad agrícola tendrá que aumentar un 70% en el año 2050 para poder hacer frente a las necesidades alimentarias y nutricionales. Esto significa más conocimiento por metro cuadrado. Un nuevo paradigma a partir del cuidado El paradigma predominante de la búsqueda del éxito a toda costa nos ha llevado a una escalada de conflictos de vínculo entre las personas y con el planeta que demanda un urgente y profundo replanteo de cómo vivimos. En ese contexto, el filósofo y educador colombiano Bernardo Toro propone un conjunto de valores para lograr una nueva forma de ver el mundo y de relacionarnos, planteando un paradigma ordenador y orientador basado en el cuidado, de modo que este asuma la doble función de prevención de daños futuros y regeneración de daños pasados. Ese cuidado presenta múltiples dimensiones: cuidar de sí mismo, de los cercanos, de los lejanos, de los extraños y del planeta, implicando modificaciones profundas en todas nuestras formas de ver y estar en el mundo. Un cambio paradigmático implica enormes desafíos, siendo fundamental la construcción de una visión compartida como sociedad, a partir de la comprensión de que muchas veces resulta mejor aprender que empecinarnos en tener razón, lo que nos permitirá observar el universo más allá del bosque. n 2014 · #13

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A través del Programa Cultura Antártica e inspirada en investigaciones científicas, desde hace una década Andrea Juan indaga y alerta sobre los efectos del cambio climático en la Antártida. Participan artistas nacionales e internacionales.

Fotos: Tormenta Solar, Andrea Juan.

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Ciencias y arte en el Continente Blanco

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ndrea Juan es la responsable del Programa Cultura Antártica que se delineó en 2004 desde la iniciativa del Dr. Mariano Memolli, al mando de la Dirección Nacional del Antártico. Cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes y la Fundación Guggenheim. Este programa es muy innovador, las investigaciones llevadas a cabo por científicos son el punto de partida para la fundamentación de un proyecto de arte que indaga sobre los efectos producidos por los cambios climáticos en la Península Antártica. Se inicia con artistas argentinos y en 2006 se

Andrea Juan es Licenciada en Artes Visuales egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes y del Instituto Universitario Nacional de Artes (IUNA). Su obra se basa en investigaciones científicas y tiene un contenido reflexivo sobre el medio ambiente. Trabaja en las disciplinas de video, instalación, fotografía y obra gráfica. Publicó los libros “Getting Over” en el 2004, “Proyecto Antártida” en el 2006, “Sur Polar” en el 2008 y Sur Polar III en 2011. Andrea Juan realizó varias curadurías y desde el año 2000 es Profesora de Artes Visuales en la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

incorpora el Programa de Cooperación Internacional, profundizando los diálogos polares. El Programa forma parte de la Campaña Antártica de Verano que se desarrolla entre los meses de noviembre y marzo de cada año. Consiste en una residencia de los participantes en las bases argentinas Esperanza, Marambio y Jubany, donde llevan a cabo diferentes actividades plásticas. Los trabajos se presentan después dentro del ámbito nacional e internacional a través de exhibiciones temporarias e itinerantes, ponencias, seminarios e intercambios.

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EXPOSICIONES

Tormentas Solares : Proyecto Antártida 2014

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Las últimas Exposiciones individuales de fueron en Expo Yeosu, Corea del Sur; L.A. Art Show, California, U.S.; Duhau Palace, Hyatt Buenos Aires; Expo Shanghai y National Center for the Performing Arts, Beijing, China; Chelsea Art Museum, Nueva York, EEUU; Galería Du Parc, Quebec, Canadá; Candiani Centro Cultural Mestre, Venecia,Italia….

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La actividad magnética del Sol hace que se formen bucles de plasma en su superficie. Cuando la actividad magnética es más fuerte, hay tantos bucles que chocan entre sí y provocan enormes explosiones de plasma que alcanzan una temperatura de decenas de millones de grados. Estas violentas explosiones en la superficie solar se denominan fulguraciones, eyecciones de masa coronal y tormentas magnéticas. Durante una tormenta solar, se expulsan y se expanden por todo el Sistema Solar millones de toneladas de plasma y partículas cargadas, junto con gran cantidad de rayos X y gamma, la radiación más potente que existe. Las partículas cargadas tardan en alcanzarnos de uno a tres días, aunque a veces llegan en sólo unas horas. Chocan contra el campo magnético de la Tierra, lo comprimen y pasan a las capas altas de la atmósfera, cargándola con la potencia de billones de vatios.

Provocando sobrecarga en las redes eléctricas, apagones, averías en satélites y telecomunicaciones, perturbaciones en el tráfico aéreo, etc. A nivel terrestre el estudio de los niveles de dosis de radiación recibidas, como el impacto biológico producido sobre las poblaciones, tienen actualmente una gran atención por parte de la comunidad científica internacional, pero sobre todo en aquéllas regiones llamadas polares y sub-polares. Nuestra tecnología nos hace cada vez más vulnerables a las tormentas solares. Andrea Juan


¿Qué rol tiene que jugar un espíritu creativo como Andrea Juan en un laboratorio antártico universal a cielo abierto, monitoreado por gobiernos y expertos científicos? A lo largo de su trayectoria artística acompañando a científicos internacionales, Andrea ha presenciado directamente cómo sus incansables investigaciones suelen reflejar nuevas comprensiones que implican lo poco que supimos y nos alientan a cuestionarnos sobre cuánto queda por aprender. Al introducir elementos que son familiares en nuestra vida cotidiana como consumidores y creadores, a través del trabajo de Andrea nos volvemos parte de un viaje poético. Llamando nuestra curiosidad y sentido de asombro, los colores vibrantes y las combinaciones inesperadas instalan un tipo diferente de escenario, en el cual los actores no se limitan a los expertos de la comunidad científica. “Inicialmente —explica Andrea Juan—, los

proyectos se basaban en situaciones de cambio, como un tipo de denuncia o reflexión sobre los cambios climáticos que estaban produciéndose, pero a lo largo de los años fueron apareciendo otras situaciones positivas que me llevaron a buscar soluciones a los problemas… No se trata de negar lo que está pasando, sino más bien formular una situación positiva en vez de una catastrófica”. Y agrega: “Cuando uno lee las estadísticas, hay números que proporcionan información más exacta y confiable, pero también un enfoque más frío... Con imágenes, la sensibilidad comienza a fluir de manera distinta, el trabajo trasciende la razón, penetra en el alma y ahí es donde sucede el cambio.” Shamina de Gonzaga Directora Ejecutiva, Consejo Mundial de Pueblos para las Naciones Unidas

BECAS y premios

Un espíritu creativo En el 2010 y en el 2007 Andrea Juan recibe la beca del Gobierno de Canadá y anteriormente la beca Guggenheim de New York, la UNESCO de Francia, Beca de Investigación en Montreal, Canadá, Fundación Antorchas y Fondo Nacional de las Artes. Realizó residencias en Art Omi International Art Center, New York, en el Centro de Investigaciones en Artes Visuales de la Universidad de Quebec, Canadá y en el Centro de Cultura de Viena, Austria. También recibió numerosos premios entre los que se destacan Premio Konex 2012 y 2002; Premio IV Bienal Internacional de Arte de Beijing, China, 2010; Identidad Polar, Switch Online Journal y Cadre New Media Lab, Universidad de San Jose, California, EEUU, 2009; Asociación Argentina de Críticos 2002...

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Foto 漏 Saharaforestproject

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El espejismo de Qatar T

uve la inesperada oportunidad de viajar a Qatar para realizar un reportaje sobre la política de sustentabilidad de este emirato de Medio Oriente bastante desconocido en la Argentina –Dubái se lleva todas las miradas—, si bien nuestra Presidenta estuvo allí en viaje oficial y nos beneficiamos con su gas licuado enviado para compensar las deficiencias del sistema energético argentino. Todo esto sin olvidar a nuestro héroe nacional, Lionel Messi, que lleva en su camiseta del Barça el arborescente logo de la Qatar Foundation. También gozamos del privilegio de poder viajar desde Buenos Aires hasta Doha con una rápida escala en Brasil usando los servicios de Qatar Airways. Una ventaja importante cuan-

En poco más de una década se convirtió en un enclave de modernidad en medio del desierto. Ahora busca dejar de ser uno de los países con mayor huella ecológica del planeta: ensaya alternativas innovadoras para enfrentar sus mayores problemas a través de la desalinización del agua de mar, la energía solar y los cultivos hidropónicos. Por Laurence Thouin

do llegue la hora de jugar la Copa del Mundo de Fútbol en 2022. Difícil no quedar deslumbrada por la atención permanente que brinda la compañía aérea qatarí gracias a una cohorte multirracial de hermosas azafatas, algo que le vale ser considerada como una de las mejores aerolíneas del mundo. Si bien se comenta que obtiene su combustible con evidente facilidad, la compañía se destaca por sus inversiones en promover carburantes alternativos: tiene, en este sentido, una alianza con Qatar Petroleum, Shell, Airbus, Rolls-Royce, Qatar Science & Technology Park y Woqod para producir un combustible más “limpio” incluyendo GTL¹ y sigue investigando sobre biocombustibles a partir de microorganismos.

QATAR EN CIFRAS PIB 192 mil millones de dólares en 2012. 1° productor mundial de GLP y pronto líder mundial de GTL (gas to liquids) Producción anual de GLP: 77 millones de toneladas (30 % de la producción mundial). Tercera reserva mundial de gas. www.diplomatie.gouv.fr/fr/dossierspays/qatar/presentation-du-qatar ¹ Gas to liquid

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científicos en su salsa

Nadia Amar Aboul Hosn forma parte de los expertos atraídos por la propuesta qatarí. Proviene de una familia libanesa radicada en México. Sus estudios científicos la llevaron desde la facultad de Física en la Universidad Autónoma Metropolitana hasta la Universidad de Purdue, en los Estados Unidos, pasando por la Universidad de Salamanca, en España. Llegó a Qatar hace tres años de la mano de un colega universitario que la convenció de desarrollar en este país en plena expansión sus conocimientos en comunicación científica. Trabaja actualmente para el QEERI. Nadia, por hablar español y estar siempre disponible y atenta, fue un contacto privilegiado para descubrir el mundo de la sustentabilidad qatarí.

² Pañuelo típico de los países árabes, usado como turbante para evitar la exposición directa al sol.

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Tras 17 horas de avión y luego de haber visto por la ventana kilómetros de desierto bordeados por un intenso mar azul, me metí de cabeza en la fila, larguísima, de clase turista –sin percatarme que los viajeros de business tenían una salida exclusiva. Era la única occidental entre un sinfín de nacionalidades, y durante la hora y media de espera me entretuve intentando adivinar su procedencia: mayormente, Filipinas, India y Pakistán. En su gran mayoría, hombres; las pocas mujeres que había eran filipinas. En los despachos de Migraciones, vestidos de impecable traje blanco y kafiyyeh², nos esperaban los oficiales qataríes, todos con aire de príncipes. Incluso antes de ingresar al país, ya había tenido un fulgurante panorama de lo que sería mi estadía en Qatar.

Frenesí de modernidad

En el camino del aeropuerto a mi alojamiento descubrí una ciudad con frenesí de modernidad arquitectónica: pasé delante de la estructura con forma de rosa del desierto del futuro Museo de Arte de Qatar, concebido por el célebre Jean Nouvel; también admiré el llamativo Museo de Arte Islámico erguido sobre el mar, obra del arquitecto Ieoh Ming Pei; imposible olvidar el imponente palacio del Emir; además, transité una agradable avenida arbolada con palmeras a lo largo del mar que conduce hasta West Bay, el nuevo barrio de negocios. Allí estuve alojada

en uno de esos hoteles internacionales que alquilan departamentos —con todo incluido— para ejecutivos expatriados y momentáneamente sin familia. Durante una de las entrevistas que realicé, mi interlocutor me mostró una foto de ese mismo lugar a principios del año 2000: no era más que un vasto desierto con una única construcción sobre la costa. En cambio, desde mi cuarto climatizado en el piso 28 del hotel ahora podía observar decenas de torres que rivalizaban en forma y modernidad: justo enfrente se veía la torre Doha, ideada por Jean Nouvel; a su izquierda, la Tornado Tower y su particular forma de reloj de arena; un poco más allá, el hotel ultra design W, y algo más atrás, los edificios con reminiscencias árabes del St. Regis. Entre los rascacielos se deslizan amplias calles pensadas para la circulación de vehículos a motor, por lo general enormes 4x4 último modelo. Previa consulta en Google Maps, descubrí que mi primera entrevista era a unas cinco cuadras del hotel: tenía tiempo de bajar a la pileta para refrescarme. Eran apenas las 8 de la mañana, pero el sol ya calentaba con fuerza y el aire era denso: entonces entendí que el agua de la pileta estaba templada solamente porque se la enfriaba en forma continua. Recorrer a pie los escasos 500 metros hasta mi cita se reveló como una hazaña agotadora. Sentía la calle como un horno: caminaba sola, a excepción de algunos obreros apoyados sobre las paredes para protegerse aun-


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Relevancia política y ambiciones internacionales

La escena política en Qatar es simple: reina actualmente el jeque Tamimbin Hamad al Thani, hijo de un emir ilustrado que abdicó en su favor y de su segunda mujer, la sumamente activa y glamorosa jequesa Mozah. Se trata de un régimen de monarquía absoluta, si bien se viene hablando de elecciones legislativas desde 2013. El nivel de vida de la población qatarí —unas 250.000 personas con empleo casi asegurado, un producto interno anual que supera los 525.000 euros per cápita si uno excluye a los inmigrantes³, ningún impuesto ni gasto en concepto de agua y energía, y acceso gratuito a la educación— no propicia mucho las corrientes contestatarias, que sin embargo existen. En el contexto de uno de los países más ricos del mundo, que registra una alta tasa de desarrollo, una auténtica explosión demográfica producto de la inmigración masiva, un proceso de urbanización galopante y acceso casi ilimitado a la energía e incluso al agua –a pesar de su escasez—, ponerse a hablar de sustentabilidad puede sonar naif e incluso desubicado. Qatar tiene el controvertido ré-

cord de formar parte, con Kuwait y los Emiratos árabes, del grupo de países con mayor huella ecológica del mundo, según el informe 2014 de la WWF⁴, y de estar bajo la mirada internacional por la explotación y abusos hacia las poblaciones migrantes que representan casi 1,5 millón de trabajadores. Esta situación fue especialmente puesta de relieve en el marco de las obras para el Mundial de Fútbol y denunciada en el informe de Amnistía Internacional The Dark Side of Migration: Spotlight on Qatar’s construction sector ahead of the World Cup.⁵

Paso obligado de la innovación Las autoridades qataríes apuntan sin embargo a convertirse en un país líder en temas de educación, innovación y sustentabilidad. No dudan en invertir en infraestructura, talentos y recursos en vista de un futuro post-hidrocarburos, raíz de su insolente éxito pero también efímera base para un desarrollo sustentable. Viajar a Qatar fue paradójicamente la ocasión de conocer a valiosos profesionales de la sustentabilidad, quienes más allá de un discurso oficial voluntarista, acuden de todas partes del mundo para poner en práctica sus conocimientos. Para alcanzar en pocos años el reconocimiento mundial que pretende, Qatar multiplica las ocasiones para darse a conocer y convertirse en un paso obligado en el mapa

Fotos 1 y 3: Ciudad de la Educación (ceremonial court y centro de convención). Foto 2 : vista general del barrio de negocios West Bay. Gentileza Embajada de Qatar en Francia.

QEERI

que sea un poco del sol abrasador (si la temperatura supera los 50°C deben hacer una pausa cada tanto para hidratarse). No había gente, ni árboles, ni sombra.

El Qatar Environment and Energy Research Institute inicia sus actividades en 2011. Miembro de la Fundación de Qatar, dirige y coordina las investigaciones multidisciplinarias y a largo plazo que abordan las prioridades nacionales críticas relativas a la energía y el medio ambiente. El QEERI desempeña un papel clave en el aporte de soluciones a los grandes retos de Qatar: la seguridad energética y el agua potable. Pretende convertirse en una fuerza impulsora no solo en Qatar, sino también en el resto del mundo, al generar soluciones escalables para los países desérticos.

³ Carlin, John. “Catar, la diplomacia del balón”, El País. España, 28 de abril de 2013. ⁴ wwf.panda.org/about_our_earth/all_ publications/living_planet_report/ ⁵ www.amnesty.org/en/news/qatar-endcorporate-exploitation-migrant-constructionworkers-2013-11-17

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de los grandes encuentros internacionales relacionados con la educación, la innovación y la sustentabilidad. La Qatar Foundation creó la Ciudad de la Educación donde reune a las antenas de las mejores universidades del mundo y en 2009, organizó la primera edición del World Innovation Summit for Education (WISE)⁷, considerado como el “Davos” de la educación. y En 2012, el emirato redobló la apuesta con la organización de la Conferencia de Naciones Unidas del

Qatar importa un 90 % de sus productos alimenticios. Esta dependencia tiene muy preocupado al Gobierno, que inició el Qatar National Food Security Programme.

Cambio Climático que congrega a 194 países. No faltaron las voces para criticar que se haya elegido como sede del encuentro a un país con tan mal puntaje en lo que a huella ecológica se refiere. Sin embargo, a nivel país la conferencia fue la ocasión para sumar a una red llamada Qatar Sustainability Network (QSN) a las incipientes ONG ambientales locales así como a varias instituciones estatales.

Agua, energía y alimentación

⁷ La edición 2014 se desarrolla del 4 a 6 de noviembre. ⁸ “L'autosuffisance alimentaire, nouveau défi pharaonique du Qatar”, Xavier Bonnehorgne. Revista Challenges, 28 de julio de 2013.

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Basta con entrar a un supermercado para entender el grave problema al que se enfrenta Qatar: importa un 90 % de sus productos alimenticios. Esta dependencia tiene muy preocupado al Gobierno, que inició un programa de autosuficiencia alimentaria para el año 2030 llamado Qatar National Food Security Programme (QNFSP). "Creemos en el impacto del cambio climático y en sus consecuencias sobre la agricultura. Algunos países pueden llegar a reducir sus exportaciones y no queremos ser tan dependientes", explica Fahad Ben Mohammed Al-Attiya, quien está al frente del Qatar National Food

Security Programme (QNFSP). Los objetivos revisados del programa apuntan a cubrir un piso importante de la demanda de una población en permanente crecimiento y estimada hoy en 1,7 millón de personas. Es un proyecto faraónico y con antecedentes: su vecino Arabia Saudita también había desarrollado un proyecto similar en los años 70, aunque focalizado en el cultivo de cereales, al que tuvo que renunciar en 2008. Qatar tiene las mismas limitaciones, falta de agua y clima árido, pero se asienta en su gran poder de innovación para resolver la compleja ecuación. En marzo de 2012 mostró la vía: en ocasión del Foro Mundial sobre Seguridad Alimenticia, lanzó la Global Dry Land Alliance (Alianza de los Países Desérticos), una organización internacional que busca dar respuesta a los problemas específicos de seguridad alimenticia que encuentran los países como Qatar. Para lograr sus objetivos, Qatar invierte masivamente en desalinización del agua de mar, en energía solar y en cultivos hidropónicos. Actualmente existen unas 1.400 granjas en Qatar. El programa prevé alcanzar unas 3.000 unidades productivas. A pesar de los obstáculos técnicos, de las críticas del mundo científico internacional que estiman absurda tal inversión en un país chico y árido, cuya autonomía no peligra debido a su colchón de devisas, Hervé Guyomard, director científico en la INRA (instituto Nacional de Investigación Agraria de Francia) subraya el valor del programa que permite hacer avanzar drásticamente la investigación. “No me parece mal que Qatar quiera invertir en su problema de irrigación y economizar el agua. Es una forma de responder a la pregunta que se hacen muchos investigadores: ¿Cómo seguir alimentando al planeta a pesar del cambio climático?⁸. Enfocarse en la producción local va de la mano de una decidida política de compra de tierras en el extranjero, entre otros lugares en la Argentina. “Lo necesitamos, pero lo hacemos respetando los derechos de propiedad de las poblaciones y de los agricultores locales. Se trata de inversiones, no de quedarse con las tierras”, aclara Al- Attiya frente a posibles cuestionamientos. n


Foto © Saharaforestproject

¿Un oasis de innovación?

El Sahara Forest Project es una iniciativa internacional para la investigación de tecnologías ambientales aplicables en áreas desérticas. Se basa en tres Sahara Forest Project (SFP) pilares: plantas de concentración solar, invernaderos refrigerados por agua salada y cercas de evaporación y revegetación. Por el Ing. Jordi Oliveras Ferret www.hidrojing.com

Sahara Forest Project (SFP) nace en 2011 de la cooperación entre la sociedad noruega Yara ASA, el mayor proveedor mundial de fertilizantes, y la compañía qatarí Qafco, el mayor productor mundial de urea y amoníaco. Después de completar un estudio de viabilidad, las partes firmaron un acuerdo para construir la primera planta piloto del Sahara Forest Project en Qatar. Se trata de una plataforma de investigación única para demostrar y optimizar las tecnologías ambientales que permitan el crecimiento restaurativo en las zonas desérticas de todo el mundo. El proyecto es llevado adelante por Yara, Qafco, el personal de investigación del propio SFP y los miembros de una gran red internacional de colaboradores científicos. A través de una serie de etapas enlazadas por una cadena cuyos eslabones son de agua salada, el SFP pretende: generar electricidad mediante plantas de concentración solar; gestionar invernaderos para cultivos eficientes a nivel energético y de agua; producir agua potable y para riego; obtener productos derivados de la sal; producir biomasa para combustibles, y revegetar zonas desérticas. La tecnología principal se compone de tres partes: - Plantas de concentración solar (PCS). Un conjunto de espejos que concentran la radiación solar para formar vapor que permitirá operar turbinas de generación de energía. Para ello es necesario dotar a la planta de un sistema de refrigeración que en este caso se basa

en la evaporación de agua. Se requieren grandes extensiones de superficie para que esta evaporación sea efectiva, y es aquí donde entra en juego el siguiente componente. - Invernaderos refrigerados por agua salada. Reúnen las condiciones óptimas para realizar en ellos cultivos rotativos, ya que más allá de las condiciones exteriores (calor de día, frío de noche), la instalación es capaz de tratar el aire que entra al invernadero para que presente apropiadas condiciones (enfriándolo o calentándolo). La doble cubierta, por donde circula el agua salada, es la que regula esta temperatura, sirviendo además de sistema de refrigeración de la PCS y como productor de agua limpia mediante desalación por evaporación. - Cercas de evaporación y revegetación. Cuando el agua salada de los invernaderos llega a una concentración de sales demasiado elevada (sobre el 10%) para los propósitos que en esa instalación debe cumplir, en vez de desecharse se la redirige a unas cercas que permiten su evaporación. Esa evaporación proporciona humedad en zonas a sotavento de las cercas con lo que favorece las condiciones para que la revegetación de la zona sea posible, además de concentrar las salmueras para su posterior reutilización. Además, alrededor del concepto básico de la instalación se presentan posibilidades de futuro en forma de: plantas de producción de sal, producción de biomasa por algas, sistemas de desalación tradicional, piscifactorías, cultivo de halófilos y plantas fotovoltaicas. www.saharaforestproject.com

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Innovación en clave Pyme El informe se puede leer online o descargar de manera gratuita desde la página web de la UIA: www.uia.org.ar.

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Un informe elaborado por la UIA, la CEPAL y la GIZ analiza las oportunidades que tienen las pequeñas y medianas empresas de sumarse al desafío global de innovar para mejorar la competitividad, reducir el impacto ambiental y generar un efecto positivo en la sociedad.


COMPETIR

la unión industrial argentina

Su Misión es ejercer la representación de la industria argentina conjuntamente con las entidades provinciales y sectoriales, con la finalidad de promover el desarrollo del país en sus dimensiones económico – social y territoriales, a través de la generación de propuestas que mejoren consistentemente la competitividad del sector, el desarrollo tecnológico y de valor agregado, el fortalecimiento del mercado interno y la inserción internacional de la industria.

Por Flavio Schiaffino

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a innovación sustentable no es solo un desafío para las grandes corporaciones, sino que alcanza, en mayor o menor medida, a todo el sector productivo. Así queda demostrado en el informe “Innovación sustentable: espacios para mejorar la competitividad de las Pymes argentinas”, elaborado por el Departamento de Medio Ambiente de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ). Se trata de un estudio que analiza las oportunidades que tienen las pequeñas y medianas empresas de llevar adelante programas de nuevas iniciativas con el acento puesto en la sustentabilidad. “A partir de este primer resultado, el objetivo de la UIA es seguir trabajando con el fin de acercar el financiamiento necesario a las Pymes para la ejecución de proyectos vinculados a la innovación sustentable. Creemos fundamental el hecho de fomentar espacios para la articulación público-privada, con el objetivo final de un cambio real en esta temática”, indicó Cecilia Hiriart, Jefa del Departamento de Medio Ambiente de la UIA. Por su parte, Sebastián Rovira, Oficial de Asuntos Económicos de la CEPAL, aseguró que “la meta es desarrollar instrumentos para promover la innovación en materias de sustentabilidad como la ambiental, además de proponer una agenda de innovación sustentable en el sector productivo”.

El informe elaborado por UIA, CEPAL y GIZ define a la innovación sustentable como “las acciones que buscan nuevas maneras de reducir el impacto medioambiental mejorando, a su vez, los aspectos económicos y sociales del desarrollo productivo, y a la difusión de dichas acciones, de manera que la economía se desarrolle hoy sin comprometer el desarrollo de las generaciones futuras”. Según otros conceptos también volcados en el mismo análisis, no se limita a la conservación del medio ambiente, sino que abarca también los aspectos que afectan los medios de producción: mejoras en las condiciones de los trabajadores y en los sistemas de diseño industrial, la relación con los clientes y la institucionalidad del aparato productivo, entre otros. “La innovación sustentable es entonces la manera práctica de alcanzar un desarrollo productivo sustentable e inclusivo en el largo plazo”, sintetiza, a la vez que se apuesta por una mayor articulación público-privada como factor que propicie un cambio de estrategia. 2014 · #13

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COMPETIR

El informe presenta un detallado relevamiento de cuatro sectores productivos -alimenticio, autopartista, maderero y plástico-, y toma como base una extensa investigación realizada en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Además, describe los inconvenientes que presentan las Pymes de Latinoamérica y el Caribe con respecto a productividad, salarios, capacitación y cadenas de valor, en una estructura productiva poco diversificada y con alta participación de firmas con productividad muy baja, algo que encarece aún más el acceso al desarrollo de innovaciones. El informe presenta un detallado relevamiento de cuatro sectores productivos —alimenticio, autopartista, maderero y plástico—, y toma como base una extensa investigación realizada en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, con el objetivo de detectar necesidades y expectativas de innovación sustentable. Dichos rubros ofrecen un amplio potencial para innovar, ya sea en procesos o productos, siempre con el foco puesto en la sustentabilidad y la innovación.

Desafíos

En el informe se puede leer que “la mitigación del impacto medioambiental es vista por muchas empresas pequeñas como una carga a su ya complicada situación logística y financiera, por lo que es importante aclarar que la innovación sustentable puede tener en el mediano y largo plazo un impacto positivo en cuanto a la capacidad innovadora de las firmas así como en su competitividad en los mercados. Sin embargo, este efecto positivo en el corto plazo puede tener el signo contrario ya que el proceso de ajuste puede significar altos costos para las empresas o puede ser muy traumático desde el punto de vista de la gestión y organización de las mismas”. 62 ·

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Impacto social positivo Cecilia Hiriart es Jefa del Departamento de Medio Ambiente de la UIA, que preside Claudio Terrés. En conversación con Ecosistema, amplía algunos de los conceptos analizados en el informe sobre innovación sustentable y Pymes. Además de los cuatro sectores productivos estudiados, ¿qué otros rubros cuentan con potencial para innovar, y en qué puntos específicos? Considero que en todos los sectores productivos hay espacios para avanzar en innovación sustentable como factor de competitividad. Hoy, la innovación de por sí debe considerar el concepto de sustentabilidad en su sentido amplio; dicha innovación debe contemplar mejoras ambientales con un impacto social positivo. Cuáles son los principales problemas con los que se encuentra una Pyme al solicitar financiación para encarar un proyecto sustentable? Actualmente hay varias líneas de financiamiento enfocadas puntualmente en el mundo Pyme. La problemática radica en que quizás algunas líneas no se ajustan a las necesidades específicas de las industrias de menor tamaño, o estas no saben presentar un proyecto con los requerimientos del Estado. Por este motivo, desde la Unidad de Vinculación Tecnológica de la UIA asistimos a las Pymes en la formulación y presentación de proyectos, para facilitarles el acceso al financiamiento. ¿Tienen en vista la colaboración con otras agencias internacionales u organismos para proyectos similares? Sí. La UIA está en contacto permanente con agencias y organismos internacionales con el fin de generar mejoras en la competitividad en distintos aspectos con ayuda de financiamiento sobre todo a las Pymes, que son las que más lo necesitan.



COMPETIR

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Foto: Reciclaje solidario de La Sachetera.

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Las iniciativas de innovación sustentable en el mundo Pyme incluyen, por ejemplo, un programa de polietileno reciclable asociado a un programa de consumo responsable de bolsas plásticas; un desarrollo de polímero comestible (www. aim-rosario.org.ar); una antena de vigilancia tecnológica, el diseño sustentable y reciclaje solidario de La Sachetera (www.dondereciclo.org. ar/blog). También hay trabajos en el mismo sentido en la industria del cincado de piezas y las oportunidades de innovación detectadas en sus procesos de producción: reducción del arrastre de químicos en baños, reutilización de agua y reemplazo de solventes químicos por orgánicos. En el sector maderero se detectaron posibilidades de innovación en fibras recicladas, control de la cadena de custodio y sistema de alertas contra deforestación, entre otras. Y en los rubros alimenticio y de bebidas trabajaron, respectivamente, con el foco en dos sectores: bovino y vitivinícola. En el primero se destaca el proyecto de biogas a partir de desechos animales (en Entre Ríos, a través del INTI).

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El texto agrega: “Por otro lado, los vínculos entre organizaciones, tanto comerciales como de carácter intelectual, que resulten de los procesos de innovación sustentable constituirán un beneficio propulsor de futuros procesos de creación de nuevo valor. Las cooperación entre firmas en la materialización de procesos de innovación permite, en primer lugar, alcanzar metas utilizando el conocimiento y la experiencia contenidos en más de una organización y, en segundo lugar, la cooperación permite evitar la duplicación de aquellos gastos en I+D que buscan generar un mismo conocimiento”.

Dificultades

“Una de las principales dificultades para impulsar la innovación sustentable entre las Pymes —concluye el informe— es el acceso al financiamiento necesario para llevar a cabo las inversiones tecnológicas y en infraestructura que permitirán una producción más sustentable. Las Pymes no cuentan con el mismo respaldo financiero de las grandes empresas y a menudo se ven enfrentadas a restricciones al crédito. Estas empresas dependen en mayor medida que las más grandes de sus

flujos financieros y normalmente no cuentan con grandes cantidades de capital que garanticen sus operaciones futuras. Es por esto que el costo asociado a la reducción de su huella de carbono puede ser visto como una amenaza adicional para su supervivencia”. Y agrega: “En la discusión sobre el desarrollo sustentable de las Pymes es necesario mantener en consideración el hecho de que estas no solamente son más frágiles financieramente que las empresas grandes, sino también que sus capacidades internas son muy escazas, y son más vulnerables a las fluctuaciones del mercado. En consecuencia es importante promover políticas y prácticas sustentables para las empresas de menor tamaño que no signifiquen un esfuerzo financiero excesivo de parte de ellas sino que, por el contrario, signifiquen una oportunidad de aumento de competitividad. Esto sobre todo durante las primeras etapas cuando las Pymes comienzan a transitar por nuevos senderos productivos donde la sustentabilidad emana con más fuerza”. Por otra parte, el informe señala que la capacidad de las Pymes para implementar procesos productivos sustentables depende en gran medida el acceso a la información sobre el impacto medioambiental de sus actividades, así como de la disponibilidad de alternativas limpias. “La adopción de métodos más integrados y sistemáticos para mejorar el nivel de sustentabilidad ambiental de las empresas se ha ido incorporando a las bases para nuevos modelos de negocios. Esto puede potencialmente conducir a importantes beneficios medioambientales. Sin embargo, existe poco conocimiento, en la gran mayoría de las Pymes, acerca de cómo reducir el impacto medioambiental de su producción durante las distintas etapas del ciclo de vida del producto. En este sentido, es importante la generación de información que permita ‘abrir’ la tecnología, complementándose con políticas de fomento para la incorporación de tecnologías limpias a los procesos de producción de las Pymes, y así evitar procesos de lock-in en la economía”. n


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PROYECTAR

Los autos buscan su destino 66 ツキ

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Por Renato Tarditti

ZOOM Renato Tarditti Es el fundador y director editorial de la revista de autos y tendencias Mテ天IL.


Después de décadas como símbolo del progreso individual y colectivo, hoy el automóvil representa una amenaza para la sustentabilidad. Lentamente, y de la mano de la innovación tecnológica, la industria automotriz busca adaptarse a los nuevos tiempos.

Foto y producción: Revista Móvil

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Reflejos tardíos

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a Crisis del Petróleo de 1973 dio la primera señal de alarma. Ese año los países árabes nucleados en la OPEP decidieron restringir la exportación de crudo a los países occidentales, y por primera vez la industria automotriz enfrentó un escenario de escasez del elemento vital sobre el cual estaba fundado su paradigma: el motor de combustión interna. Por aquella época la llamada “economía de combustible” solo era un atributo secundario en los automóviles, ya que los costos de la nafta –sobre todo en los Estados Unidos, entonces principal productor y consumidor de autos– eran relativamente bajos. Más o menos en forma simultánea comenzaron a surgir los primeros movimientos ecologistas. Los estudios sobre las causas y los efectos de la contaminación no tardaron en poner en el banquillo de los acusados a los vehículos propulsados a combustibles fósiles como una de las principales fuentes de contaminación del planeta. No estaban equivocados: el consumo de un litro de combustible origina 2,4 kilos de CO2, uno de los mayores responsables (junto con el óxido de nitrógeno, el óxido de azufre y el ozono, los llamados “gases de efecto invernadero”) del cambio climático. De hecho, se calcula que los automóviles generan el 83% de las emisiones de CO2 procedentes del transporte, sector que representa, a su vez, el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Resultó así que en apenas de 20 años, el automóvil ganó una nueva (y no necesariamente positiva) imagen. Dejó de ser visto exclusivamente como el motor de la economía, expresión del individualismo contemporáneo, signo de identidad y prestigio social y objeto de adoración universal, para pasar a ser también considerado un arma (según la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo cada año mueren 1.200.000 personas en accidentes de tránsito) y el enemigo más visible del medio ambiente.

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La primera reacción de los fabricantes fue reducir el consumo de combustible de los vehículos, pero más que nada pensando en sostener las ventas cuidando el bolsillo de los usuarios. Pasa que la industria automotriz se ha caracterizado históricamente por ser muy poco afecta a las decisiones rupturistas. Es muy simple: un error de cálculo puede significar cientos de millones en pérdidas y comprometer la supervivencia misma de una empresa. Por eso, la mayor parte de los modelos que conducimos hoy en día no difieren mucho –en su concepción general– de aquellos viejos Ford T que convirtieron al auto en un producto de consumo masivo hace casi 100 años. Siguen teniendo cuatro ruedas, están hechos casi de los mismos materiales (con predominio del acero), tienen más o menos el mismo tamaño y –fundamentalmente– el 99% sigue usando como sistema de propulsión motores basados en el ciclo de Otto. Esto no quiere decir que durante estos más de 100 años los autos no hayan avanzado muchísimo. Son más eficientes, más livianos, más seguros y hasta más amigables con el medio ambiente. Pero en un contexto en el que las demandas aumentan, esa evolución “homeopática” no es suficiente. Hoy por hoy, la innovación automotriz avanza por dos caminos bien definidos. Por un lado, los sistemas de propulsión, con el objetivo de hacerlos más eficientes y, sobre todo, menos contaminantes. El Toyota Prius dio un puntapié inicial en esta línea al convertirse en 1997 en el primer auto de propulsión alternativa –un sistema híbrido que combina un motor convencional con uno eléctrico alimentado a baterías– con ambiciones de masividad. Con diferente capacidad de reacción, la mayor parte de los fabricantes se sumó a esta carrera y así empezaron a multiplicarse los modelos híbridos, pero también se aceleró el desarrollo de otras tecnologías más avanzadas. Ya tenemos en las calles varios modelos 100% eléctricos-enchufables (Renault, Nissan, BMW, Mitsubishi), e incluso están cerca de ser producidos otras soluciones muy innovadoras como la propulsión a aire comprimido (Citroën, Peugeot) o el uso de hidrógeno como combustible (nuevamente Toyota). Por otro lado –a un ritmo mucho más acelerado–, vienen avanzando los sistemas de conducción autónoma. En pocos años pa-


PROYECTAR samos de tener alertas de ayuda al estacionamiento, a vehículos que en determinadas condiciones ya pueden “manejarse solos”. Los expertos aseguran que en menos de 10 años los autos-robots serán una realidad concreta. Haciendo una analogía con el mundo de la computación, todo lo que represente desarrollos de ingeniería propulsora vendría a ser el “hardware” del auto, mientras que los sistemas de detección y toma de decisiones en el manejo autónomo serían el “software”. La razón por la que un camino avanza más rápido que el otro es muy simple: en términos automotrices, el software siempre es más barato que el hardware. Una confluencia entre ambos caminos –software y hardware– genera un escenario de infinitas posibilidades para los diseñadores. Solo hay que pensar que una comunidad de autos totalmente automáticos e infalibles no requeriría rígidas y pesadas estructuras para garantizar la seguridad de los ocupantes. En esas condiciones un auto enteramente de plástico es una posibilidad concreta.

Generación Z

¿Qué pasa por el lado de los usuarios? Aquí es donde radican las mayores dudas y los mayores desafíos. Mientras las viejas y las actuales generaciones siguen aferrándose a lo conocido, una nueva camada de personas nacidas en este siglo está mostrando pautas de consumo bastante distintas, al menos en el primer mundo. Estos “nativos digitales” ya no muestran ese apego por el automóvil tradicional como un objeto individual, personal e intransferible, depositario de sus egos y su libido. Por el contrario, están demostrando una aproximación más utilitaria del auto, y lo ven más como un medio (de transporte, claro) que como un fin en sí mismo. También poseen un mayor compromiso por el medio ambiente, y para ellos el factor “verde” y el concepto de la “huella de carbono” son cruciales. Por eso los actuales sistemas de car sharing (autos compartidos mediante una membresía), que incipientemente están apareciendo en las grandes ciudades, tienen una gran oportunidad de convertirse en una alternativa masiva.

Los actuales sistemas de car sharing (autos compartidos mediante una membresía), que incipientemente están apareciendo en las grandes ciudades, tienen una gran oportunidad de convertirse en una alternativa masiva.

El futuro sigue siendo mañana La innovación avanza a paso firme y los grandes cambios que se avecinan son irreversibles. La pregunta del millón es qué tan rápido comenzarán a ocurrir. Pero nadie tiene una respuesta infalible; lo cierto es que las empresas todavía siguen ganando muchísimo dinero con los autos convencionales, cuya demanda sigue aumentando año tras año. Hay que ver qué pasa cuando los adolescentes de hoy se conviertan en reales sujetos de consumo automotor, o crezcan en la escala social y necesiten un símbolo para demostrar su estatus. Desde nuestra pobre perspectiva del tiempo geológico, tenemos la sensación de que los dinosaurios se extinguieron en un santiamén. Pero lo cierto es que tardaron varios miles de años en desaparecer, y durante ese tiempo convivieron con las nuevas especies que a la larga los sustituyeron en el pináculo de la pirámide natural. Con los autos va a pasar algo similar: los viejos modelos seguirán evolucionando, se adaptarán y resistirán, hasta llegar a ser reemplazados por ese esperado nuevo paradigma de movilidad individual. Para los petrolheads, es un alivio pensar que todavía está lejos el día en el que veamos una Ferrari eléctrica, autónoma, de plástico y… ¡compartida! n 2014 · #13

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CONSUMIR

Una aplicación verde Nacida en Chile, promueve el cuidado del medio ambiente y premia a quienes adhieren a una vida más sustentable. En su primer año, la app allGreenup logró interesar a gigantes de la industria, como Microsoft, que la sumó a su incubadora de negocios.

FLASH

V

La aplicación allGreenup es apoyada por la incubadora ImagineLab de Microsoft: entrega información y consejos para el cuidado del planeta y premia a los usuarios con “puntos verdes” cuando realizan acciones para cuidar el medio ambiente como reciclar, andar en bicicleta o compartir el auto con otras personas. http://www.allgreenup.com/home/

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alidar su proyecto en el extranjero, superar la meta de su campaña de crowdfunding en Estados Unidos –con la que buscaba recolectar fondos–, certificarse como Empresa B (las B Corps, surgidas en los Estados Unidos, tienen como misión generar beneficios sociales y ambientales) e integrarse a la aceleradora de negocios de Microsoft son algunos de los hitos que alcanzó en su primer año de vida la aplicación chilena allGreenup, que busca promover la sustentabilidad informando y premiando a sus usuarios. “Cerramos un año lleno de logros, lo que demuestra el gran interés que ha generado esta aplicación entre los usuarios. Ahora somos parte de Imagine Lab By Microsoft, lo que avala las tremendas posibilidades de crecimiento que tenemos con allGreenup. Ser parte de esta incubadora de Microsoft nos abre las puertas para expandir nuestra aplicación a otros mercados” señaló Andrés Luongo, CEO de allGreenup. Tras meses de firmas de acuerdos con distintas municipalidades a lo largo de Chile, reuniones con inversionistas en Silicon Valley y alianzas para la representación de la marca en otros países de Latinoamérica, el apoyo del gigante Microsoft le otorga aun más fuerza a allGreenup para escalar a nivel internacional, justo en un período en el que se encuentra preparando el ingreso de inversión que le permita consolidar su internacionalización.

El crecimiento también se vio reflejado a nivel de usuarios, que ya superan los 15 mil, principalmente en Chile. Además, su presencia mantuvo un crecimiento sostenido en los otros once países donde está presente. En paralelo, aumentan los comercios asociados, que hoy se elevan a más de 80 marcas que a través de la aplicación, entregan premios a los usuarios y difunden sus programas de sustentabilidad. Philips, Paris, Valle Nevado, Patagonia Camp, Grido y Gama Bikes son algunos de ellos. Además de incentivar el cuidado del medio ambiente en los ciudadanos, allGreenup también realiza acuerdos con empresas que tienen como objetivo concientizar a sus trabajadores sobre el compromiso asumido por la compañía a través de las políticas sustentables. Y de ese modo que las acciones individuales sustentables se transformen en un hábito. "Los trabajadores no están ni ahí con el tema. Lo ven como algo lejano, en una publicación de 200 páginas de la empresa que nadie lee. Nosotros queríamos un cambio", dice Luongo. Así, las empresas ofrecen premios particulares, como gift cards, reconocimientos y/o tardes libres, a cambio de que los trabajadores tengan una mayor conciencia medioambiental: reciclando en los puntos establecidos, llevando a sus compañeros de oficina en el auto e incluso llegando en bicicleta al trabajo. Según estimaciones de los creadores, más de 150 mil acciones registradas en la aplicación han generado un ahorro de 80 toneladas de CO2, lo que significa que 69,5 árboles no fueron talados, algo calificado como genial por los desarrolladores. En la Argentina, es la agencia Q4 Boutique quien está a cargo de desarrollar el uso de la aplicación. “Ex una excelente herramienta de gestión”, opina María Julia Tramutola, la responsable del proyecto local. n


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El sabor de la libertad

Discípulo del gran chef catalán Ferrán Adriá, utiliza novedosos métodos, lo último en tecnología gastronómica y su inagotable imaginación. Para Dante Liporace, sin embargo, lo más importante en la cocina sigue siendo la calidad y sustentabilidad del producto. Por Oscar Finkelstein

ZOOM Nacido en Bahía Blanca hace 37 años, Dante Liporace empezó midiendo ruedas de vagones en el Ferro Expreso Pampeano. Una publicidad lo acercó al Colegio del Gato Dumas, por lo que debió mudarse a Buenos Aires, y una transgresión a las normas tradicionales del emplatado lo expulsó hacia Europa. Allí permaneció seis años, y se recibió de vanguardista en El Bulli, el restaurantelaboratorio de Ferrán Adriá. En 2009 volvió a Buenos Aires, armó Moreno, Luego vino Tarquino, que funciona en el hotel boutique Hub, en Recoleta, plenamente vigente, elegido como uno de los mejores restaurantes de América latina.

Fotos: Guadalupe Ayaso y Marina Peralta Ramos. Gentileza de Tarquino Restaurante

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“Una de las ventajas de la cocción al vacío es la de guardar y conservar, porque no se producen contaminaciones cruzadas, la heladera está más ordenada.Y la otra es la cocción, que hace que se conserven todos los jugos de los alimentos”. “La nouvelle cuisine en realidad modificó una manera de cocinar pero no inventó técnicas. Se podía haber hecho antes: menos cantidad de comida en el plato, cocciones más cortas y menos grasas. La gente todavía no se dio cuenta de lo que pasó, pero la influencia de Ferrán Adriá fue mucho más grande que la de nueva cocina francesa. Fue la mayor innovación de los últimos cien años, por lo menos”. Dice Dante Liporace, que trabajó en El Bulli, el célebre restaurante del chef catalán en Gerona y que, ya de regreso en Buenos Aires, primero rompió los moldes con Moreno, su emprendimiento híper vanguardista, y ahora con Tarquino, donde aplica esas técnicas aprendidas junto al Maestro, a las que añade su propia impronta, que no es poca.

¿Dónde se ve la influencia de Adriá? ¿Solo en la cocina de autor?

En la cocina de tapas en España, por ejemplo, ahora es terrible su influencia. Vas a Nueva York y hay lugarcitos que están de moda, Momofuku y todos esos, que usan el tipo de técnica que dejó Adriá. Todos esos restó-bares modernosos aplican la técnica de este tipo.

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¿Cuál es la ventaja de la cocción al vacío? Una es la de guardar y conservar, porque no se producen contaminaciones cruzadas, la heladera está más ordenada, no se necesitan varias cámaras (para pescado, carnes y verduras), solo una y va todo ahí. Y la otra es la cocción. Por ejemplo la carrillera, que es el cachete de la vaca, es sabrosísimo pero incomible, salvo que se use el vacío, la cocción larga que rompe todas las fibras y con la que el resultado es una maravilla.

¿La del vacío es una técnica que empezó a usar Adriá o es más industrial?

La técnica del vacío la inventó un francés que se llamaba Georges Pralus en 1974 para el restaurante de los hermanos Troisgros (en Roanne, Francia), porque al hacer foie gras perdían mucha materia. La técnica fue aplicada para ese producto y después la mejoraron. E inventaron el Roner, que es una máquina pequeña de cocción al vacío que hoy es un boom en todo el mundo. La técnica es vieja pero Adriá la puso a la vanguardia.

Y en los últimos años se popularizó.

Adriá lo que hizo con el vacío fue utilizarlo de manera innovadora. En lugar de hacer solamente cocción al vacío, pone una manzana cruda al vacío con jugo de manzana y ese jugo de manzana se lo inyecta a la manzana y vos la mordés y se te empieza a chorrear agua y es la mejor manzana de tu vida. O mimetizar cosas, por ejemplo una pera con jugo de melón que termina siendo una pera que tiene gusto a melón y a pera. Es interesantísimo.

¿Es una técnica completamente nueva?

¿Qué pasa con el uso de químicos en este tipo de cocina?

Es una técnica más vieja que la cocina vanguardista. La Argentina, por el tema de los costos, va un poquitito más atrás, pero seguro que los frigoríficos, por ejemplo, están utilizando la cocción al vacío para exportar, y cada vez se suman más lugares chicos que la utilizan.

Hay algunas cosas un poco más químicas, que no me interesan en mi cocina, porque me parece que el resultado es muy efectista pero no tanto en términos de sabor. Lo que me interesa de la nueva cocina es cuando puedo ganar en sabor, no cuando es solamente “Uh, mirá que loco esto”.


Totalmente. Cuando puse Moreno era totalmente vanguardista, fuera de tiempo. Tarquino también tiene sus cosas pero está muy adaptado al sabor argentino: el tipo viene y se come una pizza en copa y es un sabor que está en su memoria gustativa, no tiene que andar buscando. Es una espuma pero tiene gusto a pizza, no tiene que pensar tanto. El pato viene sobre un budín de pan y con un helado de cascarilla, pero cuando lo comés es un pato a la naranja con un toque de cacao. Ahí está el tema, trato de maximizar los sabores con el vacío, con las cocciones largas. Los sifones, otra cosa de la cocina de Adriá, en su momento fueron ridiculizados por los puristas, le decían “la espumita”. Y el sifón es fantástico porque, por ejemplo, permite hacer una mousse sin todo el agregado de materia grasa. Después tuvo mil usos más. Ahora se hacen bizcochos que tienen la textura de una esponja y se cocinan en un minuto en el microondas.

¿Todas estas innovaciones hacen que el producto no sea necesariamente lo más importante?

Ese es un tema del que se habló mucho, hubo una discusión sobre si podés modificar el producto y partir desde otro lugar, si no necesitás tener el mejor producto. Pero sí necesitás tener el mejor producto cuando buscas el sabor. En realidad, la buena cocina es toda cocina de producto. Después, si querés, lo transformás, pero estás transformando un producto de calidad. Y ahí empieza a jugar la innovación tecnológica.

En ese caso el agua estaba ahí nomas, pero ¿hay una idea de sustentabilidad, de priorizar el uso de productos locales?

En ellos sí. Tenían una parte del menú muy española, siempre. Por ejemplo, Ferrán iba a Galicia y veía un tipo que tenía un alga y le ponía una ficha al tipo del alga y como Adriá es tan bestial en España y en toda Europa, al poco tiempo el productor de algas ya tenía un stand en una feria y todos los restaurantes usaban algas. Fijate que en los últimos

tres años hubo un parate de la vanguardia. Es un boom de la cocina tal o de la cocina cual, pero no es un boom revolucionario, no tiene que ver con la técnica. Es “¡Qué buena la nueva cocina peruana!” o “¿Viste que la Argentina le está prestando más atención a los productos argentinos?”, pero las técnicas que estamos usando son las que dejó Adriá.

La tecnología aplicada a lo más sutil, ¿pensás que se va a empezar a horizontalizar? Yo creo que va a quedar algo, no mucho. Como todo movimiento, va a dejar cosas pero nunca será masivo. Más allá de toda la tecnología, que a mí me viene muy bien para cocinar, creo que lo que más rescato de lo que dejó Adriá es la libertad que dio para decir “Hacé lo que quieras”. Por un lado fue bestial pero por otro no tanto. Porque por ahí yo me fui a Europa, laburé con él, me formé, y como yo hay mil, entonces sabemos de qué estamos hablando. Pero hay pibes que creen que son Adriá en el colegio y te hacen cualquier cosa y esa cosa es una porquería. Y ahí es cuando la gente se confunde y pregunta “¿Esto es lo nuevo?”. La respuesta es no. n

SUSTENTABLE Y ORGÁNICO

En general lo que trasciende en términos de cierta masividad es la curiosidad.

Cuando arrancás con el restaurant lo hacés con lo mejor que tenés a mano. Ahora me empiezan a llegar ajos de Salta, hongos de Pinamar, chorizos de cerdo de Mendoza, unos tomates increíbles de La Plata… Priorizo la calidad del producto y el apoyo a pequeños productores. Uso orgánicos, especialmente brotes y vegetales. Lo que pasa es que los que se están metiendo con el tema de orgánicos son tipos de mucho capital, no son hippies. A mí me gustaría que se meta un hippie. Tengo dos o tres granjas de amigos que me traen, les compro a ellos, salvo cuando me dicen que no pueden venir o que están atrasados, y entonces tengo que recurrir al Mercado Central. Pero mi idea es buscar y ayudar a estos tipos porque además el producto es muy diferente, es extremo.

Tarquino Restaurante Rodriguez Peña 1967, Recoleta www.tarquinorestaurante.com.ar

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Directora editorial Laurence Marie Thouin laurencemarie@revistaecosistema.com Jefe de redacción Oscar Finkelstein redaccion@revistaecosistema.com

2015 4 ediciones

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#14. MARZO

#15. JUNIO

Los protagonistas del cambio

La ciudad del futuro

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#16. SETIEMBRE

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Los recursos naturales

Repensar la economía

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Colaboraron en este número Andrés Criscaut, Ricardo Hara, Leonardo Hernández, Pierre Benoît Joly, Bernard Kahane, Renato Tarditti, Flavio Schiaffino, Ceciia Hiriart. Agradecimientos a Christophe Baudel y Nadia Hosn por su gran ayuda durante el reportaje a Qatar.

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