Antonio sofia y el amor

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HOY LES QUIERO CONTAR ALGO IMPORTANTE: En un hermoso lugar de Colombia, a finales del siglo veinte, a Sofía y Antonio les sucedió algo maravilloso. Ellos son amiguitos míos y me lo contaron con lujo de detalles. Yo escribí el resumen que hoy les ofrezco porque deseo que conozcan esta experiencia que me ha servido mucho y espero que a ustedes también les sirva. Antonio y Sofía son un niño y una niña de siete y ocho años. Viven con sus padres en una pequeña población de Colombia, asisten a la escuela y son muy queridos. En las vacaciones estuvieron visitando a sus abuelitos, quienes disfrutan su vida en una hermosa finca, llamada “El Rancho”. Les contaré lo que sucedió día a día.


Antonio y Sofía salieron a pasear por el bosque. Corrían alegres cuando escucharon una voz que los llamo: Antonio…Sofía… la voz, suave y dulce subió un poco el volumen: Sofía…Antonio… Acérquense. Los niños vieron que una florecita les sonreía. Era una flor sencilla, linda como todas las flores. Ella les manifestó su alegría y les pregunto: ¿cómo están? Los niños le respondieron. Muy bien ¿y tú? ¿Cómo te llamas? Ella sonriendo les dijo: mi nombre es Amor. La flor les dijo que los estaba esperando porque sabía que habían llegado a la finca y que su misión era compartir con ellos valiosas enseñanzas. Sólo era necesario que estuvieran dispuestos y que desearan aprender. Antonio y Sofía estuvieron de acuerdo porque como buenos aprendices del mundo, deseaban aprender. La flor se alegró y les dijo: si ustedes lo desean aprenderán porque aprender depende de cada uno y acordaron reunirse en las mañanas de esa semana. La flor les dijo que a ella solo le quedaba esa semana de vida porque las flores viven corto tiempo, se marchitan y mueren. Vuelven a la tierra de donde brotan una y otra vez más y más flores. Los humanos viven un poco más y luego también mueren. Su parte física se desintegra y su espíritu va al cielo. Morir no es acabarse, morir es transformarse. Lo importante es vivir bien. Vivir plenamente quiere decir: estar atentos, ser consientes, disfrutar, experimentar, recrear, amar, y los animó a vivir cada momento, lo que ella llamó el aquí y el ahora. De cómo vivan hoy depende el mañana porque el futuro es la proyección. Para explicarles mejor llamó a varias florecitas que estaban cerca, se las presentó a los niños y las invitó a cantar.


Ella dijo: díganme qué hora es? Y las flores respondieron en coro: La hora de ser feliz y empezaron a cantar: La hora de ser feliz es ahora, el lugar para ser feliz es aquí y la forma de ser feliz es hacer feliz a alguien y tendremos un cielito aquí. Y al finalizar todas ellas señalaban con gracia su corazón. Repitieron la canción, los niños la aprendieron y las flor comento: en este cantico esta uno de los secretos de la dicha porque ¡la vida es una fiesta! ¡La vida es un regalo! Hemos venido para ser felices y debemos serlo. Todo ha sido preparado cuidadosamente para vivir bien. Sin embargo escúchenme… hay un problema grande: el mundo está enfermo. El mundo está enfermo de Desamor. Desamor es una enfermedad contagiosa que causa disgusto, tristeza, problemas. Su origen viene de muy atrás. Se manifiesta con síntomas de miedo, egoísmo, violencia, agresividad, soberbia, odio, ira, rencor, confusión, indiferencia, infelicidad, y origina peleas, conflictos y hasta guerra. Todos somos responsables de esta enfermedad por lo que hacemos, por lo que dejamos de hacer o por permitir que otros hagan lo que no deben hacer. Lamentablemente se ha devaluado el significado del amor y eso ha formado confusión. Hay que darle al amor su verdadero valor, recuperar su significado. Hay que aprender a amar. El amor se cultiva, se construye, se siente, se vive, se comparte y el milagro es que cuando más amor se das, más se tiene. Escúchenme bien hay esperanza: desamor es una enfermedad curable cuyo remedio es el Amor.


El amor es lo más valioso e importante para todos los seres, porque fuimos creados por amos, nuestra esencia es amor y nuestra misión amar. El ser humano es el mayor milagro de la naturaleza, milagro de la vida, milagro del amor, el milagro de Dios. Todos tenemos la capacidad de amar. Dentro de cada uno de nosotros existe como una semilla certificada que si la cuidamos y la cultivamos se desarrollará plenamente. Los humanos que comprenden el amor, aman, viven bien y sienten: entusiasmo, alegría, gozo, paz, armonía, tranquilidad, equilibrio y felicidad. Quiero recordarles que ustedes no están solos en el mundo. En el planeta Tierra viven en este momento, de acuerdo con nuestra información, cinco ml novecientos ochenta y siete millones seiscientos cincuenta y cuatro mil trescientos veintiuna personas, (5.987.654.321) o sea, que hay cinco mil novecientos ochenta y siete millones seiscientos cincuenta y cuatro mil trescientos diecinueve personas, (5.987. 654. 319) además de ustedes. Para el año 2020 calculamos que vivirán ocho mil trescientos millones (8.300.000.000) de personas. Son muchos los habitantes de este planeta. Por lo tanto, hay que aprender a CONVIVIVR, que quiere decir vivir bien y compartir con los otros. Para ello es necesario conocer y especialmente practicar los “PRINCIPIOS DE CONVIVENCIA”. En nuestros encuentros descubriremos cada uno de esos principios. Y empezó a dibujar una escalera de seis pasos, primero constituyo la base constituida por la verdad, los deberes y los derechos del ser humano. Luego coloco los soportes representados en varillas de acero que son: la amabilidad, la justicia, la solidaridad, la fe, la fortaleza. La generosidad, la confianza, la disciplina, la equidad, el buen humo, la humanidad.


Y finalmente trazó seis peldaños o pasos, cada uno de ellos representa un principio de convivencia, así: respeto, tolerancia, aceptación, comprensión, libertad, y amor. También se pueden representar en una planta. La verdad, los deberes y los derechos de la raíz; la amabilidad, la justicia, la solidaridad, la fe, la generosidad, la confianza, el buen humor, la humildad y la fortaleza son el tallo, las hojas y el centro de la flor. De allí se desprenden seis pétalos que representan los principios de la convivencia. Michelle una amiguita mía, se ideó una forma muy linda de representarlos: Con verdad, deberes y derechos como cimientos el respeto construye una casa para sí. La tolerancia abre una ventana para apreciar a los demás. La aceptación abre la puerta y los invita a visitar. La comprensión pone el café y las semillas para charlar. La libertad permite que todos convivan en paz. El amor une para seguir edificando. Cada día hablaremos de un principio, o sea que cada día conformaremos un pétalo, o construiremos un paso a la escalera, para llegar al Amor. Hoy les hablaré de la base: la verdad, los deberes y los derechos.

VERDAD La verdad es estar de acuerdo con la realidad y actuar con lo cierto, con sinceridad, honestidad y buena fe. La verdad es indispensable para construir buenas amistades y para que exista la confianza.

DEBERES Y DERECHOS Los deberes son tareas, obligaciones, compromisos, que cada uno tiene que cumplir por su bien y por el bien de todos. El ideal es cumplir los deberes con gusto, con alegría. Escuchen algo importante: cada uno debe cumplir sus obligaciones porque nadie puede cumplir sus obligaciones porque nadie puede cumplirlas por otro. Cada uno


es responsable de sí mismo ya que nadie puede comer o dormir o pensar por otro, dijo Amor mirando cariñosamente a Antonio y a Sofía. Y sonriendo continuó: los derechos son privilegios o ventajas que la vida nos ha regalado, o que hemos logrado o que potros han conseguido para nosotros. Todos tenemos deberes y derechos. No pueden existir los derechos sin los deberes. Son como las dos caras de la misma moneda. Hay que conocer y cumplir nuestros deberes y respetar los derechos de los otros. Hoy se habla mucho de derechos y poco de deberes. Algunos adultos y la mayoría de los niños, están convencidos de que solo tienen derechos. Nuestra constitución de 1991 tiene cuatro capítulos con ochenta y cuatro artículos dedicados a los derechos y sólo un capitulo y un artículo dedicado a los deberes. Da la impresión de que existe una gran desproporción. Mahatma Gandhi, un hombre ejemplar, comprendió el valor del deber y sí lo expresó: “la verdadera fuente de los derechos es el deber. Si todos cumplimos nuestros deberes no habrá que buscar lejos los derechos. Si, descuidando nuestros deberes, corremos tras nuestros derechos, éstos se nos escaparan como un fuego fatuo. Cuanto más los persigamos, más se alejarán”. Los niños pequeñitos tienen muchos derechos y pocos deberes pero para que los derechos de los niños sean reales es necesario que los papás y las


mamás cumplan sus deberes. Por ejemplo: los niños tienen derecho a vivir, a un techo, a ser alimentados, respetados, tolerados, comprendidos y amados. Estos derechos son una realidad sólo en la medida en la medida en que haya padres que cumplan sus deberes, sus obligaciones y sus compromisos. Padres que permitan a sus hijos vivir y les ofrezcan: techo, alimento, respeto, tolerancia, aceptación, comprensión y amor. Los papitos, tienen muchos deberes. Cuando digo papitos me refiero a papá y mamá es la mayor responsabilidad de todas las que un ser humano pueda tener, ya que al invitar a un hijo o hija a nacer, se convierten en protectores, guías y orientadores de ese hijo-hija y este es un gran compromiso por casi toda la vida. Son muchos y serios los compromisos que se adquieren cuando se elige ser padre o madre y se invita a un ser a nacer. El cumplimiento de los deberes de papá o mamá producen grandes satisfacciones, si se cumplen con amor. Sin amor son una pesada carga. Si todos cumplimos los deberes podremos ser felices. Cada uno debe responsabilizarse de sí mismo, de ser correctos y ambles con los demás y asi contribuir al bienestar de todos. Si cada persona cuida con esmero su metro


cuadrado y el otro la otra también lo cuida se logran casas, barrios, pueblos, ciudades, departamentos, países donde todos pueden convivir y ser felices. Así se construyen los sitios de paz y armonía. Espacios donde se cumplen los propios deberes y se respetan los derechos de los demás, donde se aprenden a amar, donde se cultiva el amor, donde se aman los unos a los otros como lo enseñó y lo práctico Jesús. Esto no es soñar, esto es posible y de cada uno de nosotros depende que se logre. De ti y de ti les dijo Amor a los niños y yo como narradora agrego y también a ti, de mí y de todos nosotros Amor les propuso iniciar una campaña para realizarla en la casa y en el colegio, así: •

Reflexionar sobre los deberes de cada uno.

Cumplir nuestros deberes y animar a los amiguitos a que también cumplan los suyos.

Aprender disciplina.

Practicar autodisciplina.

Señalar límites y consecuencias.


Elaborar cartillas de los deberes en las casas, las escuelas, los colegios, las ciudades y los países.

Divulgar el contenido de las cartillas.

Invitar a los otros a cumplir sus deberes.

Luego les pidió que elaboraran una lista de sus deberes. Los niños se fueron a casa y le contaron a los abuelitos, el maravilloso encuentro con la flor. Los abuelitos se alegraron y animaron a los niños a cumplir el compromiso adquirido con la flor, porque ellos también eran capaces de entender el lenguaje del amor y sabían que esos encuentros los enriquecerían para toda la vida. Esa tarde, los niños salieron a jugar. Luego anotaron en sus cuadernos sus deberes. Yo guardaré una copia de ese hermoso trabajo, porque lo considero interesante para la cartilla que propone Amor. Por hoy les presento un resumen. Tenemos deberes con nosotros mismos, con los otros, con el medio en que vivimos y con Dios. 1.

DEBERES CON UNO MISMO:


FISICOS: alimentarse, jugar, descansar, dormir y asearse. MENTALES: aprender, pensar, soñar, memorizar, imaginar, crear, descansar, visualizar. ESPIRITUALES: sentir, respetarse, tolerarse, aceptarse, comprenderse, comunicarse, ser libre, amarse. 2.

DEBERES CON LOS OTROS:

Respetarlos, tolerarlos, aceptarlos, comprenderlos, reconocer su libertad, amarlos. 3.

DEBERES CON EL MEDIO AMBIENTE EN QUE VIVIMOS:

Cuidar, cultivar, limpiar, sembrar, construir, conservar. 4.

DEBERES CON DIOS:

Buscarle, conocerle, aceptarle, reconocerle, respetarle, agradecerle, amarle.

Los abuelitos sonriendo los miraban y en esas miradas reflejaban su amor. Los niños cantaron “la hora de ser feliz”. Los abuelitos la aprendieron y todos cantando y bailando se retiraron a dormir. Yo, como narradora, te solicito amigo lector, que elabores la lista de tus deberes y la comentes con tus papás. Con tus profesores, y con tus amiguitos. Puedes hacer compromisos para cumplirlos con alegría, como lo hicieron Sofía y Antonio, por ejemplo: •

Me alimentare bien porque de allí depende mi salud y crecimiento.

Estudiare con entusiasmo y dedicación para aprender.

Utilizare con responsabilidad, el agua y la energía usando sólo lo que necesito.


Evitare contaminar el agua.

Sembrare, cuidare árboles y plantas.

No arrojare basuras al piso.

Colaborare con el aseo de la casa, de la escuela, del colegio o del sitio donde me encuentre.

Antonio y Sofía se levantaron temprano, se bañaron, desayunaron, se despidieron de los abuelitos y fueron al bosque a compartir con Amor. Después de un saludo cariñoso, Amor les manifestó su complacencia al verlos tan juiciosos y animados. Antonio y Sofía le entregaron sus trabajos. Amor los leyó con atención y les dijo que estaban muy bien, que ellos identificando sus deberes, les recordó que al crecer las personas aumentan sus deberes y sus obligaciones y al cumplirlos con gusto sienten “La satisfacción del deber cumplido”, como dicen los abuelitos; además les recordó que la verdad es básica para la convivencia lo mismo que la amabilidad, la justicia, la solidaridad, la generosidad, la honestidad, la confianza, la disciplina, la fe, y la fortaleza. Hoy les hablare de “RESPETO”. Respeto es el principio de convivencia, quiere decir: at3ención, consideración, cortesía, delicadeza. Se aprende a respetar respetando. El respeto empieza por uno mismo. El respeto se fundamenta en el valor de los seres y la flor recalcó con entusiasmo: de todos los seres.


Merecen respeto: uno mismo, los otros, la familia, los animales, las cosas, el aire, el agua, el ambiente en el que no desarrollamos y vivimos. Todos somos dignos de respeto, merecemos respeto y debemos respetarnos y respetar. Una medida buena es “Respetar a los otros como desees que te respeten a ti”. Hay que tratar bien a todos los seres humanos, no importa si son hombres o mujeres, pobres o ricos, viejos o niños, jóvenes, blancos o negros, reyes o mendigos. Y no olvidar que también hay que respetar a los animales, los vegetales, los minerales o las simples cosas. Es necesario que los niños desde antes de nacer sean respetados; que sus padres sean respetuosos para que ellos aprendan a respetarse y luego a respetar. Con frecuencia se irrespeta a los niños. Hay muchos niños que se sienten tristes porque no se les escucha, se les grita, se les pega, se les ridiculiza, se les obliga a prestar los juguetes, a decir lo que no quieren decir, y en ocasiones, sin su autorización, los grandes regalan o botan sus pertenencias. Un niño irrespetado no se siente amado. Qué bueno que todos los padres- madres respetaran a sus hijos, siendo modelos ejemplares ya que la forma de aprender de los niños es la imitación y los primeros modelos naturales para imitar son los papás. La vida llena de amor y de buen ejemplo es el mayor regalo de los padresmadres pueden hacer a sus hijos porque esa es la forma de aprender a amar. El respeto es contagioso. Las palabras y actitudes respetuosas de una persona motivan a otros a ser respetuosos. Son importantes la delicadeza, la cortesía, la urbanidad, las buenas maneras y las demostraciones de agradecimiento, de atención, y de confianza.


Hay palabras mágicas que demuestran respeto y fomentan más respeto. Cuando las empleamos nos sentimos bien y hacemos sentir bien a los otros. Son tan especiales que deberíamos usarlas muchas veces cada día. Algunas palabras mágicas son: buenos días, hasta luego, gracias, con gusto, felicitaciones, por favor, a la orden, te quiero, discúlpame. También hay actitudes y gestos mágicos: miradas sinceras, sonrisas abiertas, saludos afectuosos, abrazos calurosos, caricias dulces, y besos tiernos. La persona respetuosa se respeta a sí misma, respeta a los otros, es respetable y la respetan. Además logra muchos beneficios: promueve la solidaridad, obtiene cooperación y unión. Tenemos que aprender a conjugar el verbo respetar: yo me respeto, yo te respeto, tú te respetas, tú me respetas, él se respeta, él me respeta, nosotros nos respetamos, nosotros los respetamos, ellos se respetan, ellos nos respetan. Recuerden que es un proceso: se respetan mis padres y me respetan; aprendo a respetarme y respeto a los demás. Luego los invito a contestar las preguntas que ahora anoto y yo los invito a ustedes a responderlas: •

Me respeto?, respeto a mis padres, a mis hermanos?, respeto a los otros seres humanos?

Respeto a la naturaleza? Los animales? Las plantas? El agua? El aire?

Respeto mi casa? Mi ciudad? Mi país?

Con quien debo ser más respetuoso?

Que siento cuando me irrespetan?

Que puedo hacer para ser más respetuoso?


Al despedirse la flor dijo: el que es respetuoso, comedido y querido come de lo que está escondido. Por la tarde Sofía y Antonio se reunieron con sus amiguitos. Ese día en la vereda, estaban de fiesta porque había llegado el campero de la Biblioteca Móvil que dirige la maestra Luz Edith, persona muy especial a quien todos quieren y respetan. Antonio y Sofía contaron su encuentro con la flor y lo que ella les había comentado sobre el respeto. La maestra escuchó con atención, los motivó primero a reflexionar y luego a escribir sobre el tema. Todos trabajaron y con orden leyeron en voz alta sus composiciones. Escogieron tres trabajos para enviarle de regalo a florecita a quien todos deseaban conocer, copiaron las preguntas para reflexionar y luego responderlas en sus casas. Te invito a ti, amigo lector a reflexionar y responder las preguntas. Busca tus respuestas. Recuerda que respeto además de delicadeza y cortesía es cuidar, no quitar, ni apoderarse, ni dañar las cosas ajenas, ni las propias, ni rechazar, ni juzgar, ni criticar y especialmente SABER ESCUCHAR.


Antonio y Sofía llegaron temprano al sitio de reunión y allí estaba Amor esperándolos. Se saludaron y le contaron detalles sobre la reunión con sus amiguitos, en la biblioteca móvil durante la tarde anterior. Antonio le dijo: amiga querida te traemos lindos regalos. Mi amiguito Juan Bautista hizo este escrito sobre el respeto y lo leyó: Respeto, respeto, gracias a ti vivimos en armonía Respeto, respeto, gracias a ti vivimos en paz Respeto, respeto, gracias a ti vivimos en amor Respeto, respeto, gracias a ti vivimos en felicidad Respeto, respeto, gracias a ti vivimos en compañía Respeto, respeto, gracias a ti todo ha cambiado. Sofía con sus ojos alegres y vivos leyó la composición de Vanessa: Respetemos todo, Respetemos a tu padre, Respetemos a tu madre, Respetemos a tu hermano, Respetemos a tu amigo, Pero sobre todo,


Respétate a ti mismo. Respeta a los ríos, Respeta a los bosques, Respeta a los animales, Pero sobre todo respeta a Dios. Rafael Andrés, Mauricio y Camilo copiaron de una camiseta de Antanas esta secuencia que dedicaron a todos sus papás: Si me vas a dar una muenda, Mejor dame una palmada, Si me vas a dar una palmada, Mejor insúltame, Si me vas a insultar, Mejor regáñame, Y si me vas a regañar, Mejor háblame, Ó aún mejor hablemos. La flor muy contenta les manifestó su alegría y aplaudió los trabajos de los compañeritos. Le dijo que estaban bien logrados y reflejaban la dulzura y la sencillez de los niños; además resaltaban cosas importantes. Les dio las gracias y les pidió que las trasmitieran a sus amiguitos. Ayer aprendimos a ser más respetuosos, comentaron los niños. Me alegro mucho dijo Amor y continuó: el tema de hoy es muy importante. “TOLERANCIA”, el segundo Principio de Convivencia.


Tolerar es valorar y respetar las diferencias. Sin tolerancia la convivencia sería una fantasía. Todos los seres somos distintos, pensamos distintos, creemos distinto, actuamos distinto. Cada uno de nosotros tiene su gracia, su atractivo, su belleza, y su encanto. Nuestras cualidades y buenas ideas son aportes especiales para mejorar el mundo. También tenemos defectos y limitaciones. Las diferencias enriquecen porque forman la diversidad, la variedad, por ejemplo hay personas morenas, blancas, amarillas, católicas, cristianas, presbiterianas, protestantes, mahometanas, altas, bajitas, flacas, gordas; crespas y lacias. Las diferencias son convenientes y enriquecedoras. Además cada una puede aportar sus conocimientos, sus ideas, sus experiencias y así nos enriquecemos todos. Hay que reconocer los derechos y la diversidad de los otros. Esto de verdad es un tesoro, ya que al reconocer y valorar las diferencias nos integramos y aprendemos de los otros. La tolerancia es indispensable para vivir en paz. Muchos problemas, discusiones, y hasta guerras empiezan porque no se toleran los unos a los otros. Cada uno cree que tiene la razón y no hay razón única. Muchas veces es una discusión ambas partes tienen razones válidas para esgrimir, pero no aprendemos a escuchar. Fíjense como empiezan las peleas entre los niños. Uno dice rojo y el otro dice verde, por ejemplo y eso es motivo para discutir, utilizando palabras a agresivas, ofensivas para insultarse o pelear y a veces hasta para golpearse. Las peleas de los grandes empiezan por pequeñeces. Todos los problemas al principio son pequeñitos y manejables. Se pueden comparar con una bomba de caucho, de las que se utilizan en las fiestas infantiles. Las bombas


son pequeñas y caben en un bolsillo. Cuando se inflan ya no caben. Algunas bombas se revientan por exceso de aire e igual sucede con los problemas; se inflan tanto que algunos llegan a estallar. Hay varias formas de evitar que los problemas estallen, una de ellas es previniéndolos, otra es resolviéndolos y pueden resolverse especialmente con el diálogo. Los papitos a veces no toleran a los pequeños porque se les olvida que son niños. Y los niños gritan, corren, saltan, brincan, riegan, se ensucian, juegan con la tierra y les encanta mojarse con agua. Los niños son aprendices del mundo y tienen derecho a equivocarse, lo mismo que sus papás. De los errores se aprende. Esto es importante y también a veces se nos olvida. Además recuerden los papitos que ellos también se equivocan, cometen errores y a veces también hacen regueros. La tolerancia evita muchos conflictos y problemas o facilita negociar buscando soluciones o salidas, cuando ya se han creado los conflictos. El tolerante valora sus motivos y aprecia los motivos ajenos. Con tolerancia se pueden encontrar amigablemente los unos con los otros, aumentar su cultura, aprender y especialmente convivir. Nadie es dueño de toda la verdad y todos nos equivocamos. La tolerancia tiene sus límites. No es tolerancia cuando se irrespetan o se lesionan nuestros derechos o nuestra dignidad. Tolerancia no es: aguantar, ni alcahuetear, ni confabularse, ni ser cómplice. Los tolerantes obtienen muchos beneficios, por ejemplo: valoran los motivos ajenos y enriquecen los propios, permiten el crecimiento individual, facilitan el encuentro con los otros y la convivencia con culturas y creencias diferentes. ¿Me comprendo bien? Les preguntó Amor. Sí, muy bien dijeron los niños. Y es bueno evaluarnos a nosotros mismos. Espero que esta tarde respondan las siguientes preguntas:


¿soy tolerante? ¿cómo sé que soy tolerante?

¿me tolero?

¿tolero a los seres que me rodean?

¿Qué puedo hacer para ser más tolerante?

Al despedirse les recomendó que comentaran con sus amiguitos sobre la tolerancia. Por la tarde fueron a la Biblioteca y allí estaban los niños y las niñas esperándolos. Antonio y Sofía repitieron lo aprendido por la mañana. Luz Edith, la maestra, hizo comentarios muy acertados sobre la tolerancia y los motivó a jugar con barro y plastilina, luego cantaron y por último escribieron sobre la tolerancia. Todos trabajaron y después de leer sus composiciones escogieron el escrito de Jesús Eudry para enviárselo a florecita: Yo te amo, Tú me amas, Yo te quiero, Tú me quieres, Sin tu tolerar, Sin mi tolerar, No podremos convivir, Ya que tu eres distinta mi. Los niños y niñas copiaron las preguntas que la flor había entregado por la mañana a Antonio y Sofía y las llevaron a responder en sus casas. Y tú también, amigo lector, por favor respóndelas.


Antonio y Sofía estaban muy contentos, tenían muchas expectativas y sabían que estaban aprendiendo algo valioso. Al volver al sitio de los encuentros Amor los esperaba, los saludo y les pregunto por los abuelitos. Los niños le respondieron que estaban muy bien y le contaron que ellos le agradecían a Dios el haberles regalado abuelitos tan especiales y queridos. Amor les dijo que Dios hizo los abuelitos para que le ayudaran a amar a los niños. Y a los abuelitos les regala compañía y el cariño de los nietos para sentir intensamente el amor y su ternura. Los niños hablaron también de la maestra Luz Edith, de los amiguitos y le solicitaron su autorización para invitarlos a las próximas reuniones. Amor con gusto les dijo que sí y continuo: Hoy les hablare de la “ACEPTACIÖN”: Aceptar es recibir voluntariamente alguna cosa, admitirla, aprobarla y agradecerla. La aceptación es la clave para vivir bien, es una llave mágica que abre la puerta del camino que conduce al bienestar. Ya ustedes saben que somos seres especiales y que la vida es el regalo más importante que cada uno ha recibido. Hay otros regalos importantes: papás, mamás, hermanitos, abuelitos, abuelitas, familia, amigos, amigas, y la naturaleza.


Para que los regalos nos pertenezcan tenemos que aceptarlos, abrirlos, descubrirlos, agradecerlos y disfrutarlos. Muchos rechazan sus regalos y al rechazarlos no pueden disfrutarlos y ni siquiera logran saber de lo que se han perdido. En la vida, con frecuencia, se nos presentan dificultades y problemas. Aceptar las dificultades es reconocerlas, buscarles solución si la tienen, sin alegrar, ni culpar a los otros, ni quejarse, ni convertirse en víctima. La aceptación es la clave para vivir bien. Son muchas las cosas que tenemos que aceptar por ejemplo: a los padres, a los hijos, nuestra edad, la muerte, nuestro país, muestro idioma. El secreto es agradecer y disfrutar nuestros regalos. Hay que aceptar muchas más cosas o circunstancias como los cambios atmosféricos entendiendo que cada uno tiene su razón de ser, su atractivo, su belleza y son necesarios tanto el calor como el frío, el agua como el sol. Para aceptarnos debemos valorarnos, apreciarnos, agradecer nuestras posibilidades y entender nuestras limitaciones. Para aceptar a los otros tenemos que valorarnos, apreciarlos y reconocer que ellos también tienen cualidades, posibilidades y limitaciones. Al aceptarnos y aceptar a los otros logramos bienestar y beneficios como alegría, paz y tranquilidad. Muy importante en todo el proceso de amar es reconocer y aceptar a Dios. Es frecuente encontrar personas que se olvidan de Dios y sienten un vacio que no puede ser llenado sino por El. La verdad es que esas personas sufren mucho al privarse de Dios, que es bueno, amoroso, bondadoso, es nuestra fortaleza y está dispuesta para todos. Dios es amor. Aceptamos a Dios cuando lo reconocemos como ser superior y creador, lo sentimos dentro de nosotros, lo reflejamos, lo percibimos en los otros seres y en la naturaleza.


Amiguitos al aceptar recuerden y vivan esta sabia oración: “¡Señor concédeme: la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el coraje para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para reconocer la diferencia!”. La tarea para hoy es responder a las siguientes preguntas: •

Agradezco y desarrollo mis capacidades?

Acepto lo que no puedo cambiar?

Cambio lo que no puedo?

Acepto a los demás?

Cuáles son mis dificultades?

Antonio y Sofía agradecieron y se despidieron de Amor. Almorzaron con los abuelitos y luego fueron a la biblioteca donde los esperaban la maestra y muchos niños. Antonio y Sofía les trasmitieron la invitación de Amor. Todos podrían asistir a los encuentros, conocer y aprender de la flor, si así lo deseaban. Hubo muchos comentarios, se sentía alegría. La maestra los animó a reflexionar y a expresar sus opiniones. Les pidió que definieran lo que era para ellos la aceptación y los animó a trabajar. Podrían producir poemas. Cuentos, canciones, recetas, acrósticos o pintar dibujos o hacer figuras en barro o plastilina. El escrito escogido por los niños para llevarle de regalo a Amor fue el de Pavel Ruffo dedicado a su profesora quien es también su mamá: No me gustas cuando gritas, No me gustas despeinada, No me gustas ofuscada,


Más te acepto cuando gritas, Y te acepto despeinada, Y hasta te acepto ofuscada, Porque eres mi mamá, Te amo y tú me amas. Le regalaron también dos figuras de barro y dos de plastilina. Luego todos muy contentos y entusiasmados se fueron a conseguir el permiso para ir al bosque a visitar a Amor. También iría Luz Edith la maestra.


El encuentro fue en “El Rancho”. Los abuelitos de Sofía y Antonio les ofrecieron frutas y helados. Luego la maestra, los niños y niñas salieron para el bosque. Allí estaba Amor esperándolos. Sofía y Antonio muy contentos lo saludaron y les presentaron a sus amiguitos. Amor, sonriendo, les agradeció la visita y los invitó a sentarse. Lego dijo: sé que ustedes entienden el respeto y la tolerancia. Lo he apreciado en los lindos regalos que me han enviado. Les agradezco mucho y los felicito. Y continuó: Nuestro tema hoy es “COMPRENSIÓN”. Sentirse comprendido es sentirse amado. Comprender es entender al otro con la mente y especialmente con el corazón. Para lograr comprender son necesarias tres condiciones: •

Cariño, afecto, amistad ó empatía.

Comunicación eficaz o capacidad para dialogar.

Ser capaz de ponerse en el lugar del otro.

Es necesario aprender a comunicarnos. Los errores en la comunicación son las causas de muchos de los problemas en las familias, en el trabajo, y en la sociedad.


Es necesario saber expresarse y especialmente escuchar, ya que esta es la forma de construir los puentes para que exista la comunicación. Hay que decir las cosas con delicadeza y buenas maneras, con un tono de voz amable, con las palabras apropiadas, sin exagerar, sin ofender. Además son pocas las personas que saben escuchar y es tan fácil aprenderlo. Se necesita poner nuestra atención en lo que nos dicen como ustedes lo están haciendo ahora y se quedó pensativa… ¿A quién buscan ustedes cuando necesitan sentirse comprendidos? Yo busco a mis papás, dijeron al mismo tiempo varios niños. Tener papás-mamás a quienes se les puede decir la verdad, en quienes se puede confiar, que escuchen y comprendan es un verdadero tesoro. Ojalá todos los niños tuvieran papitos comprensivos y amorosos. Es muy importante también encontrar maestros, parientes y amigos comprensivos en quienes se pueda confiar y con quienes se pueda dialogar. Qué lindo seria que cuando alguien necesite ser comprendido y los busque, estuvieran ustedes dispuestos a escuchar con atención y cariño, sin criticar, sin juzgar, sin rechazar, sin imponer soluciones. Los niños y las niñas hicieron comentarios y preguntas interesantes. Luego escribieron sobre la aceptación en sus cuadernos. Uno de ellos leyó: Dios me dio la vida y la comprensión el amor que él me da me llena de bondad es tan hermosa la comprensión que al sentirla nadamos en mares de ternura y paz. Los niños y las niñas le pidieron a Amor permiso para seguir asistiendo a los encuentros y ella les dijo que sí, que los esperaba a todos, porque lo que necesita el mundo para sanarse, es el amor producido por personas que como ellos lo cultiven, lo sientan, lo vivan, lo trasmitan e inviten a los otros a amar.


Luego la flor les propuso un cuestionario para responder en sus casas. •

¿Manifiesto mi afecto a los demás?

¿cómo manifiesto mi afecto?

¿escucho con atención?

¿logro escuchar sin interrumpir, sin juzgar, sin rechazar?

¿me comprendo?

¿me siento comprendido?

¿procuro comprender a mi papá y a mi mamá?

¿procuro comprender a mis hermanitos?

Y Amor continuó: hoy la tarea es muy sencilla, además de reflexionar sobre el cuestionario, comuniquen a sus papás lo que han comprendido y sean comprensivos con ellos. Muchos papás y mamás están muy ocupados y se les ha olvidado descansar. Ellos son buenos y quieren aceptar la educación de sus hijos pero algunos no se han preparado para ser papás o mamás. Muchos están confundidos e ignoran detalles o herramientas que ayudan a construir buenas relaciones con sus hijos. Cualquier momento es bueno para mejorar las relaciones. Motívenlos, invítenlos a jugar, compréndalos. Verán los resultados. También es bueno que les escriban carticas donde les manifiesten sus inquietudes y especialmente su amor. Terminaron la sesión, se despidieron. El regreso a sus casas fue toda una fiesta. Todos cantaban, bailaban, corrían y reían. En “El Rancho” había varios abuelitos y abuelitas esperando a las niñas y a los niños. Los abuelitos curiosos tenían deseos de conocer detalles sobre el encuentro de sus nietos con Amor. Todos los niños y las niñas intervinieron contándoles la maravillosa experiencia.


Esa tarde se reunieron nuevamente en la Biblioteca. Allí continuaron expresando sus emociones y sentimientos. Buena parte de la tarde la dedicaron a hablar de los abuelitos y las abuelitas. La mejor descripción fue la que leyó Juanita, una niña de nueve años. ¿Quiénes son los abuelos? Una abuela es una señora que no tiene hijos propios. A ella le gustan mucho los niños de otras personas. Un abuelo es una abuela hombre. El sale de paseo con los valores y habla de la pesca y cosas por el estilo. Las abuelas no tienen que hacer nada, excepto el ser abuelas. Ellas son ancianas así que no deben jugar muy fuerte, ni correr. Ya es suficiente que nos lleven al supermercado donde está el caballito de madera y que tengan una gran cantidad de monedas, o si nos llevan de paseo deben detenerse a mirar hojas de árboles y orugas y nunca deben decir: date prisa. Generalmente las abuelas son gordas, pero no tan gordas como para no atarnos los zapatos. Usan anteojos y ropa interior un poco extraña. Pueden quitarse sus dientes y encías. No tienen que ser muy inteligentes sino contestar preguntas como: ¿por qué Dios no tiene esposa? Y ¿Por qué los perros corretean a los gatos? Los abuelitos son también muy queridos y especiales. Todos deberían tener abuelitos y abuelitas porque ellos parecen ser las únicas personas mayores con tiempo. Ana María dijo: mi abuelita me contó que cuando se mueren los abuelitos y las abuelitas se visten de luz, vuelan al cielo contentos y se convierten en estrellitas. Luego compartieron dulces, jugaron y se fueron a descansar. Todos eran actores de un sueño de colores.


Desde muy temprano empezaron a llegar los niños y las niñas a “El Rancho”, sitio de reunión para ir al encuentro con la flor. Varios abuelitos acompañaron a sus nietos y nietas hasta allí. Todos ellos deseaban conocer y saludar a Amor. A la ocho salieron Luz Edith, las niñas y los niños para el bosque. Ellos ya sabían que el tema sería “Libertad” y experimentándola corrían y cantaban. La canción preferida fue: “Libre, libre como el viento, yo soy libre como el mar…” Amor los esperaba acompañada por animalitos y flores que entendían el proceso que se estaba viviendo y sentían alegría de ver tantos niños interesados en el amor. Hay hablaremos de libertad. Libertad es la capacidad de elegir, de decidir y de realizar lo decidido, respetando los derechos de los otros. Libertad es una facultad interior que requiere responsabilidad y cuya raíz está en la voluntad. Libertad no es hacer todo lo que uno quiere y menos si lo que uno quiere perjudica a los otros.


La libertad exige responsabilidad, disciplina, seguridad, fortaleza, autonomía, independencia y verdad. Para ser libre es necesario responsabilizarse primero de las acciones propias ante sí mismo, ante Dios y ante los demás. Quien se deja dominar por los vicios y los miedos pierde su libertad y se convierte en esclavo. Muchos hombres sienten miedo de la libertad porque para ser libre es necesario ser responsable, disciplinado y fuerte. Libertad y responsabilidad don dos compañeros inseparables. Todos tenemos límites y esos límites hay que respetarlos. Vamos a ser unas composiciones sobre libertad. Piensen, y escriban y luego leeremos las composiciones. Los niños se concentraron, escribieron y luego leyeron sus trabajos. Trascribo aquí los trabajos seleccionados por ellos mismos: Que es la libertad? La libertad es el amor, La libertad es la vida, La libertad es paz, La libertad es las plantas, La libertad son los animalitos, La libertad son los árboles, La libertad son los pajaritos, La libertad es la alegría, La libertad es el amor.


De José Alejandro. Libertad tu eres mi amiga, Libertad tu eres mi paz, Libertad tu eres mi compañía. De Johana. Yo tengo libertad de estudiar, Yo tengo libertad de pensar, Yo tengo libertad de enseñar, Yo tengo libertad de amar, Para mi papá libertad es trabajar. De Leidy Johana. Miles de aves vienen y van Todas volando, con libertad Vuela la chica, Vuela la grande, Usando todas su libertad, Que en este mundo es tan escasa, Porque nos falta la voluntad. Unamos todas nuestras banderas Y vamos juntos todos a amar Sintiendo un poco que somos aves Aves que vuelan en libertad.


De Ronald Jaime. Pavel, Luz Adriana, Rafael Andrés, Mauricio, Ana maría, Camilo, César, Mónica, Martin, Felipe, Jacobo, Christian, Andrea y Juan Manuel trabajaron en grupo y leyeron lo siguiente: Debemos ser consientes de nuestra libertad-responsabilidad y apreciar la confianza que nuestros padres depositan en nosotros. Si estoy en una olla negra y me salgo siento libertas. Libertad es escoger la paz. Libertad es sentirme feliz. Respirar aire puro, correr en el campo. Sentirme bien. Libertad es la capacidad de elegir el bien. Es la capacidad de decidir, de estudiar, de aprender. La libertad es algo maravilloso de lo que el hombre goza cuando somos trabajadores, honrados, generosos, amorosos. La libertad tiene límites. Mi libertad va hasta donde empieza la libertad del otro. Debo ser consciente porque no puedo perjudicar a los otros. Cuando libremente hacemos una elección, estamos eliminando otras posibilidades, es por esto que a veces nos es difícil elegir. No elegir es también una elección: la de no elegir. Yo puedo pensar lo que quiera, pero no puedo hacerles daño a los demás. Pedimos a los papás y mamás que nos dejen crecer. Algunos niños y niñas representaron la libertad en dibujos y otros hicieron figuras en plastilina y barro. La mayoría identificaron la libertad con pájaros volando. Varias tenían nombre: Juan salvador Gaviota fue el preferido.


Luz Edith le solicitó a Amor la autorización para invitar a los papás-mamás y abuelitos-abuelitas de los niños al último encuentro. Amor acepto y los invitó para el domingo. La flor les dictó el cuestionario que había preparado sobre la libertad: •

¿soy capaz de elegir?

¿soy capaz de decidir?

Me responsabilizo de mis acciones: -ante mi mismo? -ante Dios? -ante los demás?

Reconozco y respeto la libertad de los otros?

Finalizaron la sesión y se despidieron. En el camino de regreso nuevamente cantaron: libre…libre como el viento yo soy libre… como el mar… Los niños trasmitieron la invitación a sus mayores. Todos manifestaron su alegría y aceptaron la invitación, porque ellos deseaban conocer y escuchar a Amor. Yo tuve la fortuna de participar en esa maravillosa e inolvidable reunión.


Que fiesta tan especial vivimos ese día. La flor estaba radiante, plena, feliz, satisfecha, porque sentía que estaba concluyendo su misión con éxito. Había logrado trasmitir a Antonio y Sofía y a sus amiguitos los Principios de Convivencia y tenía la convicción de que ellos lo vivirían y compartirían. Y ella bien sabía que esa es una de las formas de cultivarlos, multiplicarlos y lograr el amor. El sitio acostumbrado par ale encuentro estaba vestido de gala, había flores, lombrices, ratones, pajaritos, caracoles, frutas, hojas verdes… los colores brillaban y el sol resplandecía. La armonía, la plenitud y la paz se sentían. Todos estábamos animados y con muchas expectativas. El entusiasmo parecía no tener límites. Amor nos saludo y luego dijo: gracias queridas papás, mamás, abuelitos, abuelitas por permitirme compartir con los niños y con las niñas. Sé que ustedes desean repasar los Principios de Convivencia y con mucho gusto haré para ustedes un pequeño resumen. Los seres somos buenos, sin embargo el mundo está enfermo de desamor. Desamor es una enfermedad contagiosa que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo, a la que todos hemos contribuido en mayor o menor grado, directa o indirectamente, por acción, por omisión, o por permitir que otros hagan lo que no se debe.


El desamor produce una serie de consecuencias fatales entre las cuales está el odio, la violencia, la agresividad, y el maltrato. El desamor motiva por ejemplo la separación de las parejas produciendo con esto desastres mayores y predisponiendo a los niños para repetir esas experiencias cuando a ellos, en el futuro, se les presenten las dificultades normales de la vida. Hoy les tengo una buena noticia. Escuchen bien: la enfermedad desamor tiene remedio. El remedio es el amor. Es necesario que cada uno se responsabilice de sí mismo y con entusiasmo y voluntad cultive la semilla del amor que tiene dentro de sí, para que esta germine, crezca, florezca, y produzca los frutos que puede producir. Cada ser tiene dentro de sí un potencial maravilloso y la posibilidad de desarrollarlo plenamente. Dentro de ese potencial ocupa el primer lugar en importancia la capacidad de amar. Potencial es la posibilidad que tiene la semilla de convertirse en árbol 1que dé frutos buenos. Potencial es la posibilidad que tiene el ser humano para desarrollarse, pensar, crear, vivir, ser feliz, amar. Recuerden que nuestra esencia es amor y nuestra misión amar. Somos amor y debemos producir frutos de amor. Amar es la solución. Ya nos lo enseñó Jesús, hijo de Dios, quien vivió entre nosotros y cumplió, su misión: amar. Su vida y palabra son claras demostraciones de amor. Sus enseñanzas han sido tan importantes que partieron la historia de la humanidad en dos. La enseñanza de Jesús puede resumirse: “Ama al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Y el segundo es parecido éste dice: ama a tu prójimo como a ti mismo”. “Mi mandamiento es este: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado a ustedes”.


“Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odien, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan”. Amar es posible. Hay que desarrollar esa capacidad paso a paso. Es un proceso que debe perfeccionarlo cada ser. Se aprende a amar amando. El proceso para amar es como una sinfonía en cuatro tiempos: •

Me aman- y me siento amado-

Me amo

Amo.

Para desarrollar el amor se necesitan además: •

Ambiente propicio

Tiempo

Madurez.

Los seres humanos tienen privilegios ante los otros seres creados como la conciencia, la inteligencia, el libre albedrío y la voluntad, por lo tanto, tienen mucha mayor responsabilidad en el pensar y el obrar. Para acercarse a la perfección deben continuamente prepararse para cumplir su misión, porque todos tenemos un encargo para realizar en nuestro paso por la tierra. Mientras llegamos al ideal y como preparación para alcanzar la plenitud del amor, quiero invitarlos a practicar los Principios de Convivencia. Recuerden que en este momento viven en el planeta Tierra 5.987.654.321 millones de personas y en el año 2.020 serán 8.300.000.000 millones. No estamos solos, por lo tanto, es necesario compartir el mundo y convivir, que es vivir bien consigo y con los otros.


Repasaremos los Principios de Convivencia. Los representaremos en una escalera. Para hacer una escalera fuerte es necesario primero colocar una base sólida. Esa base se construye con la verdad, los deberes y los derechos. Luego construimos los soportes con varillas de acero especiales que son: la confianza, la solidaridad, la sinceridad, el buen humos, la sencillez, la fortaleza, la generosidad, la fe, la disciplina, el orden, la prudencia, la humildad. Luego le colocamos encima los escalones o peldaños que paso a paso nos acercan al amor. ¿Cuál es el primer peldaño, el primer Principio de Convivencia? Les pregunto Amor. Un abuelito contestó con mucha seguridad. Yo creo que es el respeto. Sí continuó Amor, el primer Principio de convivencia es el Respeto. Respeto es consideración, obsequio, atención y se manifiesta con amabilidad, cortesía y delicadeza. Debemos respetarnos y respetar porque somos seres valiosos y dignos. No sólo los humanos merecen respeto, también el agua, el aire, los animales, las plantas, las piedras y las simples cosas. El segundo principio de la convivencia es Tolerancia. Tolerancia es la valoración y el respeto a las diferencias. Sin tolerancia la convivencia sería una fantasía. Es necesario tolerar porque todos somos diferentes, distintos. Pensamos, creemos, sentimos y actuamos distinto. Nadie es perfecto y con frecuencia nos equivocamos. La diversidad es una riqueza que hay que apreciar y agradecer. El tercer principio de convivencia es la Aceptación. Aceptar es recibir voluntariamente alguna cosa y admitirla, aprobarla, agradecerla.


Aceptar es la clave para vivir bien. A la mayoría de las personas se les va la vida quejándose, criticando, buscando culpables de sus “desgracias”, queriendo cambiar lo que no se puede cambiar o luchando por modificar lo inmodificable. Recordemos que todos tenemos cualidades y defectos, limitaciones y posibilidades, ventajas y desventajas. Son muchos los hechos y circustancias que debemos aceptar en la vida y es mejor aceptarlos con gusto. Hay una oración que aclara perfectamente la aceptación: “¡concédeme señor: la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las cosas que puedo y la sabiduría para reconocer la diferencia!”. El cuarto principio de convivencia es la comprensión. Comprender es entender al otro con la mente y especialmente con el corazón. Para que haya comprensión son necesarios: el afecto, la buena comunicación, y la capacidad para situarse en el lugar del otro. Sentirse comprendido es sentirse amado. El quinto principio es la libertad. Libertad es la capacidad de elegir, de decidir con responsabilidad y de realizar lo decidido, respetando los derechos de los otros. La libertad y la responsabilidad son inseparables. También para la libertad son necesarios: autonomía, disciplina, equilibrio, fortaleza, independencia, equidad, orden, y seguridad. El sexto principio es la suma de los principios anteriores, es el compendio de todo lo bueno, es el amor.


Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y Dios es Amor. El amor es algo tan grande, tan especial que no es fácil explicarlo con palabras. Ni siquiera los diccionarios, que saben tantas cosas, han podido definirlo. Tienen ustedes el reto, antes de hallar esta definición, el grabar en su corazón la necesidad imperiosa de sentir el amor. Es un bello reto, es una misión importante y sé que ustedes la cumplirán. Es cierto que no sabemos la definición del amor. Sin embargo, estamos de acuerdo en sus cualidades. Mis amigas las flores y yo hemos encontrado muchas de las cualidades del amor y de los beneficios que logra el que ama. Escuchen: El amor es: alegre, amable, autentico, bondadoso, compasivo, comprensivo, confiado, dulce, espontaneo, fiel, flexible, generoso, grato, humilde, incondicional, infinito, justo, libre, misericordioso, paciente, prudente, puro, respetuoso, responsable, sabio, seguro, sencillo, simple, sincero, sin exigencias, sin razones, tierno, tolerante verdadero. El que ama siente armonía, bienestar, equilibrio, felicidad, compañía, confianza, plenitud, seguridad, serenidad, tranquilidad, paz y recuerden que la paz es consecuencia del amor, por lo tanto si queremos la pasa debemos cultivar el amor. El proceso de amar es una sinfonía en cuatro actos: •

Se aman –mis padres-

Me aman- y me siento amado-

Me amo

Amo.

El primer acto “se aman” depende de los padres y adultos que rodean al niño. La mejor prueba de amor es amarse. El buen ejemplo es el mejor


aporte y el mejor regalo, que los padres puedan dar a sus hijos. Cuando ellos se aman lo sabe y lo siente el niño. El segundo acto “me aman” también depende en gran parte de los papás. Es sentirse amado y si los padres logran que los niños se sientan amados estos podrán interiorizar y motivar el desarrollo del amor en sí mismos. Es un proceso que requiere cuidados diarios. Es todo un compromiso. Es especialmente en la primera infancia en la que los niños necesitan sentirse seguros, importantes, valiosos, apreciados, libres de amenazas, respetados, tolerados, aceptados, comprendidos, y libres, en una palabra: amados. El tercer y cuarto acto depende de cada uno y requieren cuidados especiales. Cuando un niño nace de padres que se aman el proceso se desarrolla en forma natural y sencilla. Para otras personas que desgraciadamente han recibido mal ejemplo es más difícil pero no es imposible. En este caso hay que reconocer la incapacidad que tuvieron los padres para amarse o amarnos, sin recriminarlos, ni criticarlos y comenzar nuestro desarrollo. Con más dificultad, es cierto, pero con la seguridad de poder alcanzar esa plenitud. Dios nuestro padre está dispuesto a ayudarnos. Buscar la civilización del amor no es una utopía. Cada uno debe de responsabilizarse de cuidar su metro cuadrado o encender una luz. Si todos cuidamos nuestro metro cuadrado estaremos bien e irradiaremos ese bienestar; si todos encendemos nuestra luz interior haremos un haz de luces que irradiará hasta el infinito. De cada uno de nosotros depende… Antonio y Sofía le entregaron a Amor una carta que le escribieron la noche anterior: Florecita Amor: Estamos muy contentos y agradecidos porque compartiste con nosotros tus enseñanzas. Durante esta, tu última semana, aprendidos y entendimos algo a maravillosos: el Principio de Convivencia.


Gracias, muchas gracias. Ahora nosotros los compartiremos con muchos amigos, papitos, abuelitos, profesores. Será nuestra gótica de amor, que unida a otras góticas de amor serán la medicina para curar al mundo de esa terrible enfermedad que se llama desamor y que nos hace tanto mal. Porque el mundo necesita amor en grandes dosis. Te amamos

Sofía y Antonio. La flor les agradeció la carta y la guardó en una linda cajita que tenía muy cerca y les dijo este es un regalo para ustedes. Este cofre contiene muchos y lindos escritos que otras flores y yo hemos guardado. Me gustaría que los leyeran poco a poco y ojala los compartan y divulguen que de verdad es sabiduría lo que contienen. Amor sonrió, se despidió de los niños y exclamo: mi vida va a concluir. Cumplí con alegría mi misión. Me voy contenta. He vivido alegre y feliz. Logre ser yo misma. Me respete, me tolere, me acepte, me comprendí, he sido libre, me ame, y ame a los demás. Escale todos los peldaños y parto con gusto. Sé que ustedes también cumplirán su misión con alegría y serán felices, porque están aprendiendo a amar. Así cuando llegue el día de partir lo harán tranquilos porque habrán vivido conscientemente cada instante de su vida. Y cuando se presenten inconvenientes o problemas en la vida hay que entenderlos, enfrentarlos, solucionarlos, si tienen solución, o aceptarlos si no la tienen, sabiendo que no todas las noches pueden ser luna llena. Las florecitas en coro entonaron la canción “la hora de ser feliz” y los niños, los padres y los abuelitos también cantaron. Amor levanto sus manitos, que


eran dos hojitas y les dijo “adiós”. Sentía que había cumplido su misión y había así contribuido a dejar el mundo mejor de lo que lo encontró. Finalmente les dijo: de mi corola se desprenderán semillas que darán vida a otras flores que motivaran a otros niños a amar como yo los he motivado a ustedes. Y entonces se presento una suave brisa que fue despetalando la flor y esparciendo sus semillas por todo el jardín. Todos le dijimos adiós. Fue un momento de profundo recogimiento. Casi místico. No hubo llanto porque había esperanza. La flor aparentemente moría; la verdad es que sigue viva en el recuerdo de cada uno de nosotros, los que la conocimos personalmente y seguirá viviendo en los corazones de otros como tú la conocieron por este libro. LUCY BETANCOURT DE PALACIO.


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