LA PARABOLA DEL CUERPO
Un día todos los órganos del cuerpo se rebelaron contra el estomago. Cada uno exponía ante el otro, el porqué de su rebeldía. “Este estomago es lo mas perezoso que conozco, no hace nada, solo quiere que los demás trabajemos para él”, dijo la cabeza. “Si basta ya. Estamos cansados de trabajar todo el día y a veces hasta la noche para conseguirle su alimento”, replicaron los brazos. Y así guiados por la cabeza, se pusieron todos de acuerdo en no alimentar al estomago. Los brazos y las manos no quisieron trabajar más, las piernas hicieron otro tanto, los dientes no quisieron masticar los alimentos. La cabeza no quiso aportar el conocimiento y creatividad para hacer eficiente el trabajo. El estomago extrañado porque no comprendía la actitud de sus compañeros de cuerpo, permanecía en silencio. Pasaron los días y el estomago empezó a gruñir de manera cada vez más fuerte, pues tenía mucha hambre. Pero todos muy unidos, no querían alimentar aquel perezoso vividor. Al cabo de unas semanas, los brazos le dijeron a la cabeza: “Cada día que pasa nos sentimos más débiles, es como si las fuerzas hubieran escapado”; las piernas confirmaron levemente el aporte de los brazos. Pero la cabeza testaruda seguía empeñada en que ni ella, ni los demás miembros del cuerpo le dieran alimento al estomago. “¿Sera que nos hemos equivocado?”. Dijeron los dientes.”Creo que sí”, dijo el corazón. “Porque no le averiguamos al estomago que hacia él mientras nosotros trabajamos para darle su alimento”. Y así exhaustos, se pusieron de acuerdo para ir a visitar al estomago, quien ya muy débil musitó: “Mientras ustedes trabajaban , yo hacía a
la vez lo mismo de manera silenciosa, procesaba cada alimento y repartía en proporciones adecuadas, a través de venas, arterias, líquidos y demás, la energía necesaria para tenerlos a todos ustedes bien. Por eso, mientras menos alimentos reciba, más débiles se sentirán ustedes. Terminada la reunión cada uno se fue a ocupar su lugar, y comprendieron que aunque eran muchos miembros, todos unidos eran un único cuerpo, cada uno tan importante como el otro, en la labor que le había sido encomendada.”
GARCIA, Yanet.
QUIERO SER…
Quiero ser para el mundo, Una flor que se abre, Que brota belleza y alegra la vida.
Quiero ser sembrador de paz, Que tenga como semilla, La fe como la tierra fértil, El corazón como alegre fruto del amor.
Quiero compartir contigo y con el mundo miles de valores Que hay en mí, y descubrir en ti y en todos los seres Miles de tesoros para disfrutar.
ALZATE Soto, Cristina.
EL PLACER DE SERVIR
Toda la naturaleza es un placer de servir. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú; Sé el que aparta la piedra del camino, el odio de los corazones Y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo, Pero sobre todo, la inmensa, la hermosa alegría de servir.
¡Que triste seria el mundo si todo él estuviera hecho; Si no hubiera en él un rosal que plantar, Una empresa que emprender.
No caigas en el error de creer sólo Se hacen méritos con los grandes trabajos. Hay pequeños servicios: adornar una mesa, Ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica, este es el que destruye; Se tu el que sirve. El servir no es una faena Solo de seres inferiores. Dios que da el fruto y la luz, sirve. Podría llamarse así: ¡EL QUE SIRVE! Y tiene sus ojos en tus manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol?, ¿a tu amigo, a tu madre?.
GABRIELA MISTRAL.
DEPENDE DE TI
“La paz que reclamas y tratas de encontrar… Depende de ti. La comprensión que pregonas a cada paso… Depende de ti. La bondad que admiras en las personas y sueñas poseer… Depende de ti. El dialogo base de toda buena convivencia… Depende de ti. La apertura que es el camino de la renovación… Depende de ti. La renovación que juzgas esencial… Depende de ti. El amor que quieres encontrar en los demás… Depende de ti.
La organización que tanto pregonas… Depende de ti.
BETANCOURT, Luis Fernando.
SE UNA PERSONA TRIUNFADORA
Capacítate permanentemente, mantente actualizado. No renuncies a tus sueños ni a tus ideales. Concentra toda tu energía en los proyectos que inicies y termínalos. Haz siempre una cosa a la vez. Fíjate metas y objetivos claros. Desarrolla un plan para lograrlos.
No desfallezcas, persigue tus objetivos. No dudes, no tengas miedo y visualiza todo En medio del éxito y de la felicidad. Trabaja con método y con entusiasmo. Ve en los problemas oportunidades. Enfrenta las adversidades, no les huyas.
Espera siempre el triunfo. Siempre estés seguro de ti y de tus capacidades, Practica permanentemente. Intenta siempre una vez más. Aprende de las derrotas, son excelentes maestras. Aprende a tomas decisiones sin vacilar, No esperes que las cosas sucedan, Hazlas suceder. Arriésgate a hacer cosas distintas, Desarrolla tu creatividad.
Evalúate constantemente, valora a los demás, Respétalos y ayúdalos a crecer. Sonríe todo lo que más puedas. Quiérete, respétate y desea para ti siempre lo mejor. No te lamentes por el pasado, construye hoy tu futuro, Ten buenas amistades y visita buenos lugares.
No descuides tu salud, ni tu estado físico. Vístete bien, Lee libros que te culturicen. Escucha más de lo que hables, No odies, aprende a perdonar, dedica bastante tiempo a tu familia. Colabora con quienes tienen menos. Comparte tus conocimientos. Se cauto en tus opiniones y justo en tus decisiones.
Dale gracias a Dios todos los días Por todo lo que ha puesto a tu disposición y vive en paz con Él.
URIBE PÉREZ, Julián.
LA PERSONA DE LAS MANOS ATADAS
Erase una vez una persona como todas las demás. Una persona normal. Tenía cualidades positivas y negativas. No era diferente. Una vez llamaron repentinamente a su puerta, cuando salió, se encontró con sus amigos. Eran varios y habían venido juntos. Sus amigos le ataron las manos. Después le dijeron que así era mejor; que así con sus manos atadas, no podría hacer nada malo (se olvidaron de decirle que tampoco podría hacer nada bueno). Y se fueron, dejando un guardián a la puerta para que nadie pudiera desatarle. Al principio se desespero y trato de romper las ataduras. Cuando se convenció de lo inútil de sus esfuerzos, intento poco a poco acomodarse a su nueva situación. Paulatinamente consiguió valerse para seguir subsistiendo con las manos atadas. Inicialmente le costaba quitarse los zapatos. Hubo un día en que consiguió liar y encender un cigarrillo. Y empezó a olvidarse que antes tenía las manos libres.
Pasaron los años. Esta persona llego a acostumbrarse a sus manos atadas. Mientras tanto su guardián le comunicaba las cosas malas que hacían en el exterior los hombres con las manos libres. (Se olvidaba de decirle las cosas buenas que hacían los hombres de las manos libres). Siguieron pasando los años. Dicha persona llego a acostumbrarse a vivir con sus manos atadas. Y cuando su guardián le señalaba que, gracias a aquella noche en que entraron a atarlo, él, el hombre de las manos atadas no podía hacer nada malo (no le señalaba que tampoco podía hacer nada bueno), ese ser humano empezó a creer que era mejor vivir con las manos atadas. Además, estaba tan acostumbrado a las ligaduras… Pasaron, muchos, muchísimos años… Un día, sus amigos sorprendieron al guardián, entraron en la casa y rompieron las ligaduras que ataban las manos de aquella persona. Ya eres libre, le dijeron, pero habían llegado demasiado tarde. Las manos del hombre estaban totalmente atrofiadas.
FRANCIA, Alfonso.
HABLEMOS DE LIBERTAD.
Los demás pueden darte un consejo, Pueden ofrecerte datos para que tu opción sea más lúcida, Pueden ofrecerte una jerarquía de valore para guiarte. Pero…quien tiene que decidir desde tu propia conciencia Eres tú, y nadie más que tu. Esto es angustioso, Quisiéramos tener una autoridad Que nos dijese y corrigiese los riesgos,
Pero hay que formar la propia Conciencia y optar desde ella. La conciencia es siempre Soberana y absoluta.
ANÓNIMO.
EL LOBO Y EL PERRO
Era un lobo y estaba tan flaco que no tenía más que piel y huesos: tan vigilantes andaban los perros de ganado. Encontró a un mastín rollizo y lustroso que se había extraviado. Pensó acometerle y destrozarlo, cosa que hubiese hecho de buen grado el señor lobo; pero había que emprender singular batalla, y el enemigo tenía trazas de defenderse bien. El lobo se le acerca con la mayor cortesía, entabla conversación con él y lo felicita por sus buenas carnes.
No estáis tan lúcido como yo, porque no queréis, contesta el perro; dejad el bosque; los vuestros que en él se guarecen, son unos desdichados, muertos siempre de hambre. ¡Ni un bocado seguro! Todo a la aventura, siempre al atisbo de lo que caiga! Seguidme, y tendréis mejor vida. Contesto el lobo: ¿y que tendré que hacer? – Casi nada- repuso el perro, acometer a los pordioseros y a los que llevan bastón o garrote; acariciar a los de casa, y complacer al amo. Con tan poco como es esto, tendréis por gajes buena pitanza, las sobras de todas las comidas, huesos de pollos pichones; y algunas caricias por añadidura. El lobo, que tal oye se forja un porvenir de gloria, que le hace llorar de gozo. Camino haciendo, advirtió que el perro tenía en el cuello una peladura. -¿Qué es eso?- pregúntale-<<nada>>- ¡cómo nada! << poca cosa>> - <<algo será>>-<<será la señal del collar al que estoy atado>>-¡atado! Exclamo el lobo; ¿pues qué?, no vais y venís a donde queréis?- no siempre, pero eso, que importa?Importa tanto que renuncio a vuestra pitanza, renunciaría al mayor tesoro por ese precio. Y echo a correr. Y aun está corriendo.
DE LA FONTAINE, Jean. VILLAPALOS, Gustavo. EL ÚLTIMO TRATO
Una mañana iba yo por la pedregosa carretera cuando, espada en mano, llego el rey en su carroza. -
¡me vendo! – Grité.
El rey me cogió de la mano y me dijo: -soy poderoso, puedo comprarte.
Pero de nada le valió su poderío y se volvió sin mí en su carroza. Las casas estaban cerradas en el sol de mediodía y yo vagaba por el callejón retorcido, cuando un viejo cargado con un saco de oro me salió al encuentro. Dudó un momento, y me dijo: - soy rico, puedo comprarte. Una a una ponderó sus monedas. Pero yo le volví la espalda y me fui. Anochecía y el seto del jardín estaba todo en flor. Una muchacha gentil apareció delante de mí y me dijo: -
Te compro con mi sonrisa.
Pero su sonrisa palideció y se borró en sus lágrimas. Y se volvió sola otra vez a la sombra. El sol relucía en la arena y las olas del mar rompían caprichosamente. Un niño estaba sentado en la arena jugando con las conchas. Levantó la cabeza y, como si me conociera me dijo: -puedo comprarte con nada. Desde que hice ese trato jugando soy libre.
TAGORE, Rabindranath. VILLAPALOS Gustavo.
EL NARCOTRAFICANTE
Sumido en sus cavilaciones se encontraba el narcotraficante.-No sé, no entiendo, ¿Por qué me persiguen? ¿Qué mal hago yo con mi negocio de la cocaína, de su comercialización a gran escala? Como todo vivo de mi trabajo, y doy trabajo a otros. Esta es una bella empresa y deja buenos dividendos. Si todos nos metiéramos en el negocio solucionaríamos tantos problemas de hambre, desempleo, deuda externa y tantos flagelos que azotan nuestro bello país. Y proseguía el narcotraficante argumentando y justificando sus acciones. Yo no le digo a nadie que compre droga, no los obligo. El que quiere comprar la droga la compra, el que no la quiere pues no la consume. Esto es como la cerveza y el cigarrillo, su consumo es lícito, aunque el uno daña el hígado y el otro los pulmones. Pero a quien le gusta le sabe bueno. Entonces no entiendo porque los agentes del orden público andan detrás de mí y de nosotros.
Nosotros no le hacemos mal a nadie. En esto llaman a su puerta- señor, le dice la criada-, acaban de llamar de la clínica, su hijo ha sido llevado por una sobredosis. Los profesores lo encontraron tirado en el piso de los baños del colegio.
El narcotraficante, corre como loco en busca de su hijo, mientras su carro va a gran velocidad, él va hablando como un loco: -no, él no. No es posible. El no tenia por que consumir ese maldito producto. ¿Por qué si conocía sus efectos cayó en ella? Tonto, más que tonto, te has comportado como el más tonto y ridículo de los hombres. Si tú sabías, si tú conocías, si tú has visto con tus propios ojos la destrucción que produce, como mata lentamente ¿Por qué hijo mío, porqué?-exclama el narcotraficante.
Y el narcotraficante llora, gime, pelea y quiere que todo su dinero recupere para él la vida de su amado hijo. Nada se puede hacer, es demasiado tarde. Pero no se deje interpelar por su conciencia, porque hace rato la perdió. Por eso no puede ver la infinidad de niños, adolescentes y adultos que junto con su hijo son cadáveres de su buen y rentable negocio de la cocaína están dejando.
GARCIA, Yaneth
EL DEBER DE TRABAJAR
Al nacer cada día, sacudiendo la pereza, La madre naturaleza si dedica a la labor, Canta el ave, Silva el viento, se hace vapor el roció, Bullen la fuente y el río.
Ved el ejemplo que ofrecen nuestros padres amorosos, que se levantan ansiosos de llenar ese deber. Unos gobiernan los pueblos, Cogen otros el arado, va así bufete el letrado Y el artesano al taller. El trabajo es ley divina: Y el hombre que piensa y siente Esa ley sabia y prudente debe jamás eludir. Quien huelga, males alcanza; el holgar es torpe y bajo… ¡Solo el fecundo trabajo pudiera hacerme feliz!
Por eso yo al levantarme, al libro llego afanoso; Que el estudio provechoso es mi santa obligación. Y quiero cumplir con ella, como cumple el padre mío; Como el viento y como el río, como el ave y como el sol.
VIRGILIO DÁVILA.
EL BUEN ESTUDIANTE
“El buen estudiante, compañeros, sabe cosas como estas: Que hay que estudiar para aprender, pero no de cualquier modo, sino con disciplina honradez y buena voluntad. Que el mundo se refleja en las páginas de los libros y que hay que conquistarlo, palabra por palabra, y merecer esa conquista.
Que el maestro no puede pulir el alma de su alumno, si éste no se presta para ello. Sabe también el buen estudiante que el futuro de su país depende del esfuerzo de las nuevas generaciones. Que engañar a los profesores es engañarse a sí mismo y perder oportunidades que les brinda la vida para adquirir conocimientos, ser útil a sus semejantes y transformar el mundo. Que no hay satisfacción comparable a la que nace del deber cumplido y la meta alcanzada. Que la tarea educativa cuesta muchos desvelos y sacrificios a los padres, lo mismo que a los maestros, y que hay que responder a unos y otros con generosidad y devoción en el estudio. Que el mundo entero necesita hombres nuevos, sabios, trabajadores y pacíficos para transformarse armoniosamente y convertir los sueños de la familia en realidades dulces y tangibles.”
BETANCOURT, Luis Fernando.
RESPONSABILIDAD EN LA FAMILIA
“Se habla de paternidad responsable, pero no es esta la única expresión de la responsabilidad familiar. La responsabilidad autentica hace referencia, no sólo a la planificación responsable del nacimiento de los hijos, sino también a la entrega amorosa y continuada, y a la ayuda y orientación que exige su educación.
La responsabilidad en la familia radica en la respuesta de afecto, sinceridad, compromiso y amor entre sus miembros, que proporcionan la fuerza ante las dificultades; la responsabilidad familiar se da en la corresponsabilidad en las tareas domesticas, en los proyectos y empresas comunes, y allí donde se comparten los sentimientos y los problemas de cada uno de sus componentes. La familia siendo responsable, no permanece cerrada en sí misma, sino que está abierto el vecindario, a la ciudad y a las realidades que las circundan. Responsabilidad en el trabajo; entender el trabajo de forma responsable significa asumir los objetivos sociales que esta conlleva. Consiste en considerar que el trabajo no es sólo la manera digna de ganarse la vida, sino la respuesta del esfuerzo de cada persona a la comunidad, a la sociedad. En una sociedad así, en que el trabajo no es sólo la manera digna de ganarse la vida, sino la respuesta del esfuerzo de cada persona a la comunidad, a la sociedad.
En una sociedad así, en que el trabajo es interpretado de esta forma, no tendrían lugar las pérdidas de tiempo innecesario, ni las rebajas en el esfuerzo, ni el falsear los logros conseguidos. Y entre otros, el trabajo seria más rentable, más efectivo y más beneficioso”.
ROMERO, Eduard. LAS CLASES DE PAPÁS
“PAPÁ PROVEEDOR” Tipo de hombre preocupado en exceso por cumplir con las obligaciones económicas del hogar, queriendo con ello o sintiendo con ello que cumple con la responsabilidad en el sustento de la familia. Se siente un gran papá porque a sus hijos no les falta nada pero sin darse cuenta que esta descuidando la parte afectiva”.
“PAPÁ SARGENTO” Aquel que como la intención de formar con rectitud a sus hijos impone en el hogar una disciplina caracterizada por la represión y el miedo. En muchas ocasiones cuando su rol fue de hijo sintió el rigor de un papá en exceso exigente y poco afectuoso.”
“SUPER PAPÁ” Con este calificativo se engloba a aquellos hombres que cumplen con su rol de papá en un ambiente de rectitud,
tolerancia, afecto, armonía, exigencia combinadas para que sus hijos desarrollen una personalidad que les permita actuar asertivamente en diversas situaciones de la vida. Este papá cumple con sus responsabilidades económicas y afectivas y usa poco el castigo como medio para superar errores en los hijos”.
“PAPÁ AUSENTE” Aquel que dedica la mayor parte del tiempo a sus negocios, sus periódicos, sus lecturas, ver T.V. si se encuentra en la casa es sólo en presencia física porque siempre está ocupado y tiene cosas más importantes que hacer que atender a un niño imprudente. No comparte afectivamente con sus familias.”
“PAPÁ REY” Aquel papá inteligente, hábil en los negocios, recto en todo, que no comete errores y por el cual se siente una infinita admiración; es tan figurativo y tan importante en sus virtudes que, para el hijo, es completamente inalcanzable; quiere ser como él o imitarlo pero por mucho que lo intente no será capaz de alcanzar tamaña perfección.”
“PAPÁ CORAZON” Aquel papá tierno, amoroso, afectuoso en exceso llegando incluso a ser sobre protector, desautoriza permanentemente a
la figura de autoridad que es la madre, en su afán de amar y proteger. El hijo se acerca mucho a é afectivamente pero en el fondo reconoce su debilidad y lo manipula para conseguir lo que quiere.”
SIN VACACIONES POR EL PERRO
Luisa y su familia habían soñado con unas vacaciones fantásticas: ¡quince días maravillosos en las playas del sur! Todo iría muy bien, porque las dificultades por parte de la familia se habían superado. ¡Incluso el difícil asunto de lograr coincidir los días libres de los que trabajaban en distintas tareas! Solo quedaba un detalle: el perro. Era imposible, en las circunstancias de la familia llevarlo ¿Qué hacer con él?, ¿dejarlo abandonarlo? “El no lo haría”. Estudiaron varias soluciones, ninguna cuajó porque no era convincente. Resultado triste pero inevitable; quedarse sin vacaciones de playa para atender el perro. Por lo visto, no encontraron solución mejor. Así me lo dijeron, así lo vivieron. Durante los quince días que se quedaron en casa –decíanmuchas veces comentaron: ¿será verdad que hay familias que dejan a los abuelos abandonados para irse de vacaciones?
FRANCIA, Alfonso.
LA MORSA
Quien mira en la morsa su violencia, se forma una idea; quien contempla su ternura, se enternece. Es muy frecuente en los animales, ¿no es igual entre los humanos? Aún el mayor criminal tiene rasgos de ternura. Siempre hay motivos para esperar, y mucho. Es un gigantesco mamífero de tres metros de longitud y de una tonelada de peso. Los esquimales los llaman familiarmente “GRAN VIEJO DE LOS HIELOS ERRANTES”. A pesar de su aspecto mastodóntico y pesado, nada con gran agilidad por las frías aguas donde se encuentra “como pez en el agua”. Es el terror de los habitantes de los hielos: al oír el poderoso mugido, focas, osos blancos, orcas…, se asustan.
Pero con los de su familiares un animal tierno, cariñosos y juguetón. La morsa es un buen padre de familia. Ayuda a su compañera a criar al hijo y le prueba su afecto con una especie de beso, frotando las cerdas de sus mostachos. La madre es la primera educadora: enseña al hijo los primeros rudimentos de la natación y lo mantiene bien apretado al pecho con sus aletas como la mujer abraza a sus hijos.
Las sociables morsas no abandonan por nada al compañero herido, y si este no puede nadar, una de ellas lo transporta a nado, cargándolo sobre sus espaldas y permitiéndole así mantener la cabeza fuera del agua. La familia es la familia, la sangre y la especie tiran. A veces sería bueno que ciertos hermanos tuviesen mejores instintos en vez de tanta “inteligencia”.
FRANCIA, Alonso.
SIETE REGLAS PARA DIALOGAR
1.
Cancelar el egoísmo y valorar a los otros con una actitud dialógica.
2.
Estar siempre abierto a los demás con la receptividad del aprendiz y sin orgullo del soberbio. 3.
Interesarse de verdad por los que piensan distinto y te ayudan a ver lo que tú no puedes o no quieres ver.
4.
Creer más y más en la tolerancia y rechazar males como el fanatismo, la discriminación y el irrespeto.
5.
Prestar atención a quien te habla, de modo que captes no solo sus palabras sino todos sus gestos y emociones.
6.
Asimilar las ideas ajenas con una comprensión que nos permite ponernos en el lugar del otro para entenderlo.
7.
Dialogar en un clima de amor, serenidad y sencillez bajo la guía del mejor maestro: Dios.
GALLO GONZALES, Gonzalo.
GORRO DE JUNCOS
Vivía en un lujoso palacio, hace muchos años, un caballero que poseía grandes riquezas. Su difunta mujer le había dado tres bellas hijas, a las que quería con toda su alma.
Un día el caballero quiso probar el cariño que por él sentían las tres muchachas y por eso les hizo esta pregunta: -Hija mía, ¿cuánto me quieres? – te quiero como a mi propia vida, padre… dijo la mayor. El buen hombre quedó satisfecho con estas palabras.
-pues yo, padre-dijo la mediana-, te quiero mucho más que a todas las cosas que puedan hallarse en este mundo. Y esta respuesta también emociono al caballero, para el que el amor de sus hijas era la más profunda razón de su existencia.
-padre, respondió la más joven y bella de las tres hermanas-, debes saber que yo te quiero tanto como la carne quiere la sal.
Esta respuesta dejo muy asombrado al caballero viudo, el cual, después de tenso silencio, exclamo lleno de ira: -¡desagradecida! ¡Tú no me quieres en absoluto! ¡No mereces vivir entre nosotros! ¡Vete ahora mismo de esta casa y no vuelvas nunca más!
Y la pobre niña abandono el hogar muy triste y abatido, llorando desconsolada su inmensa pena, pues su padre no supo comprender el cariño que encerraba su respuesta.
Anduvo largo rato sin rumbo fijo; por fin llego a un charco donde crecían muchos juncos. La pobre desconsolada joven, arranco varios y se fabrico con ellos una especie de manto con capucha y, de este modo, pudo a ocultar el lindo traje que tenia, pues pensaba que éste no era adecuado para una pobre muchacha sin familia y sin hogar.
Y de esta manera reemprendió su camino y al cabo de dos días de vagar por caminos desconocidos, diviso una cas muy grande y muy noble. Pensó en la posibilidad de conseguir trabajo en esta mansión y dirigió sus tímidos pasos hacia la puerta del servicio. Allí se encontró con un criado, al y pregunto amablemente: ¿podrías decirme si en esta casa necesitan alguna sirvienta? El criado la observo con aire
displicente y después dijo: - de pronto podrías ayudar al cocinero; ven, te voy a presentar.
Y así fue como la joven consiguió un modesto trabajo, un techo donde refugiarse y un colchón donde dormir. Como no dijo nadie cual era su nombre, todos la llamaban “Gorros de Juncos”. Pasó el tiempo y un día iba a celebrarse un baile en un pueblo vecino. Los criados de la mansión obtuvieron permiso de los señores para asistir a la fiesta; y allá se fueron todos y todas, excepto Gorro de Juncos, que se excuso diciendo que se sentía fatigada y prefería quedarse en casa descansando junto al calor de la chimenea. Pero cuando sus compañeros se fueron para el pueblo, la joven se quito el manto y la capucha, se baño y se peino. Después luciendo su hermoso vestido, camino hacia la casa del baile.
La fiesta estaba muy animada cuando llego la muchacha. Reinaba la alegría y un rumor de ruidosas palmadas acompañaban a la música. Los asistentes parecían divertirse como en las grandes ocasiones.
Al baile había acudido el hijo del señor de la mansión donde serbia Gorro de Juncos. El apuesto joven, cuando vio a la bella sirvienta- a la que no reconoció, como el resto de los allí presentes- se adelantó para invitarla a bailar y ella acepto. Bailaron, bailaron y bailaron y el hijo del señor se enamoro de aquella hermosa desconocida. -Toma te regalo este anillo- dijo a la joven. -gracias-respondió ella sonriendo, pero no le dijo cual era su nombre ni donde vivía.
Y cuando más fuerte era la bulla, Gorro de Juncos se escapo silenciosamente entre los invitados y regreso a su casa a toda velocidad. Allí se puso otra vez su acabada gorra de juncos y el manto, de manera que cuando volvieron los demás del baile, la vieron tendida al calor de la chimenea y ella fingió que dormía. -Fue una fiesta inolvidable-le dijeron al día siguiente-, no sabes lo que te perdiste, Gorro de Juncos. -Me alegro mucho que se divirtieran-respondió la joven con expresión melancólica-pero estaba tan cansada…les prometo que no me perderé el próximo baile. Pasaron varios días y corrió entre la servidumbre y por la aldea, el rumor de que el hijo del amo buscaba desesperadamente el paradero de la desconocida joven que le robo el corazón en aquella fiesta. Pero todo fue en vano. Nadie parecía conocerla.
Y el distinguido enamorado enflaqueció y enfermo; la tristeza por la ausencia de la joven crecía en su alma y llego a ponerse muy grave. Ningún médico sabía como curarlo.
-el joven amo agoniza por amor a la bella desconocida-dijo el criado al cocinero-está muy débil. Y este empezó a preparar un sustancioso consomé para el enfermo. Entonces se acerco Gorro de Juncos, que había oído la conversación y suplico al cocinero. –permítame preparar a mí el consomé, por favor. Y fue tanta la insistencia de la joven que consiguió su propósito lo hizo a conciencia, no se olvido de ningún detalle. Por fin, a la hora de retirar el caldo de la olla, la muchacha dejo caer el anillo del baile sobre el plato y nadie advirtió esta acción. El criado subió el consomé al enfermo. Este lo bebió despacio y sin ganas, pero cuando tomo la
ultima cucharada, noto que tenía algo solido y metálico en la lengua. Se llevo los dedos a la boca… y se quedo quieto contemplando el anillo. Al reconocerlo, el corazón le dio un vuelco y no sabía si soñaba o estaba despierto. Cuando se repuso un poco de la sorpresa, lanzó un gemido y dijo al criado:- que venga cocinero. –ya mismo, señor – respondió el criado muy nervioso. El pobre cocinero subió asustado a la habitación del joven enfermo, temiendo que Gorro de Juncos hubiera cometido alguna torpeza. -¡quien hizo el consomé? – le pregunto el enfermo, con los ojos fuera de las orbitas y la respiración acelerada y jadeante. Tenía, sin duda, cierto aspecto de loco. Una sirvienta llamada Gorro de Juncos. Pero… -Que suba inmediatamente-ordeno el enfermo, cuyo corazón latía con violencia. Poco después Gorro de Juncos entraba en la habitación del joven. Este al verla con esa especie de disfraz, no la reconoció.- ¡fuiste tú quien dejo caer el anillo en el consomé? ¿Cómo llego a tus manos? Pregunto ansioso. Y Gorro de Juncos, quitándose de repente el manto, respondió: -si, fui yo. Me lo dio un joven en un baile… yo llevaba este traje… y sonrió dulcemente mirándolo a los ojos. Aquella fuerte impresión curo de inmediato al joven enamorado, de todos sus males. Sin esperar ni un minuto corrió a buscar a sus padres y les explico lo que acababa de ocurrir. -en resumen- añadió-, quiero casarme cuanto antes con Gorro de Juncos. Si no me lo permiten me moriré de tristeza. Y, claro, sus padres no se opusieron. Así pues, se arreglo todo para la boda y se enviaron invitaciones a los vecinos, a los amigos y nobles del lugar. Entre ellos estaba el padre de Gorro de Juncos como un invitado mas, pues la novia no había descubierto a nadie su verdadera identidad.
Llego el gran día. Después de la majestuosa ceremonia, Gorro de Juncos ordeno al jefe de la cocina: - quiero que condimenten toda la comida sin un grano de sal. No te preocupes por nada, yo me responsabilizo de todas las consecuencias. Y el cocinero, aunque un poco extrañado, obedeció a la mujer de su joven señor. Servido el primer plato, todos los invitados lo encontraron demasiado simple y no tuvieron apetito de terminarlo. Cuando llevaba la mitad del segundo plato, el padre de Gorro de Juncos, de pronto se puso a llorar. -¿Qué te pasa? – pregunto extrañado un noble que estaba sentado a su derecha. ¡Oh! Contesto él llorando- yo tenía una hija que un día me dijo que me quería tanto como la carne a la sal. Yo la eche de mi casa por creer que no me quería y ahora comprendo que me amaba más que sus hermanas. Es posible que la pobrecita haya muerto sola y desesperada… -¡No padre! – exclamo en ese momento Gorro de Juncos, que había escuchado la conversación. Y se echo a los brazos de su arrepentido padre muy emocionad, y este desde ese momento, comenzó a revivir.
AUTOR DESCONOCIDO. ESCUCHA
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a darme consejos, no has hecho lo que yo te pedí. Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme porque yo no debería sentirme así, estas pisoteando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú sientes que debes hacer algo para solucionar mis problemas, me has fallado, por muy extraño que eso parezca. Quizá esa es la razón por la cual la plegaria no funciona para algunos. Porque Dios es mudo y no ofrece consejos, ni trata de arreglar las cosas. El simplemente escucha y confía en que tú lo resolverás todo por ti mismo. Así que, por favor, solo escúchame y préstame atención y si tu quieres hablar, espera unos minutos a que llegue tu turno y te prometo que yo te escuchare. ANONIMO.
BETANCOURTS, Luis Fernando.
NIETA Y ABUELA
Sofía es una niña de cuatro años. En su familia el dialogo entre sus miembros se considera objetivo primordial.
La abuela es una mujer muy preocupada por aquellos que tiene a su alrededor. Se lleva a Sofía a su casa y dialoga constantemente con ella: le cuenta cosas, le pregunta, le da consejos, le tira de la lengua para que hable y reflexione sobre lo que sucede cada día.
Después de pasar unos días con su abuela, Sofía volvió a su casa. Antes de acostarse, se acordó de ella, así que pidió a su madre que la llamara, que sería buena idea. Al ponerse al teléfono, le dijo: “Abuelita, te llamo porque como hablas mucho y te gusta tanto oírme hablar, hoy no tendrás con quien charlar”.
FRANCIA, Alonso.
DORMILON
El nombre que le pusieron a este bonito gato es realmente acertado. Lo llaman Dormilón, como uno de los enanos del cuento de Blanca nieves.
La razón es la misma y muy sencilla: le gusta dormir. En cuanto puede, cierra los ojos y empieza a roncar, despreocupado de todo lo que ocurre a su alrededor.
Le gusta dormir cómodo. Para ello coloco una hamaca en dos árboles del jardín, y consiguió una blanda almohada y una cobija de colores. Y allí es donde pasa la mayor parte del día y de la noche. De vez en cuando le hacen una visita un gracioso pajarito azul y un simpático ratón amigos suyos. Pero la mayoría de las veces lo encuentran dormido. ¡Nunca se ha visto un gato tan dormilón!
Se despierta solo cuando tiene hambre. Entonces, adormilado, baja de la hamaca, se estira y, con pequeños pasos, alcanza la taza de leche preparada para él. Cuando acababa de beberla leche, dormilón se hace una limpieza: se pasa esmeradamente la lengua por todo el pelo, ayudándose con las paticas para la cara y detrás de la orejas. Después se pone a recorrer el jardín husmeando por todos los sitios. Pero sin que pase mucho tiempo vuelve de nuevo a su hamaca.
ANONIMO. SOÑANDO CON EL ABUELO (CANCION)
Anoche estuve soñando que hablaba con mis
Abuelos y les pregunte llorando ¿Qué puedo hacer Por mi pueblo? Aquí ya no existe la paz, Aquí ya no hay libertad, aquí ya no hay un día sin Algo que lamentar, aquí el hermano traiciona y se Ufana en traicionar y el hermano va y nos vende y Luego vuelve a cobrar, aquí el mundo está al revés Nadie quiere trabajar y las gentes que trabajan Las arrajan sin piedad. Al ladrón tratan tan señor y al señor como un Pirata porque hay que aplastar la flor y Reventarle la maca, se volvió palabras de Dios ya sin Hechos ni corbatas y el amor es un amor, en la Medida que haga.
De la iglesia soy abuelo, ya casi no- queda nada, Los curas que no son santos la quieren manipular, El verde de las haciendas se cubrió de sangre y Bala las nanas de los niños traquetean de Metrallas. Yo no quiero ser cobarde, usted me enseño Valor, por eso para quedarme quiero hallar la solución. La sonrisa del abuelo no sé porqué Me dio paz y esperé por un momento que
Empezara a aconsejar. Me dijo con miedo mijo, No cambie por nada, para integrar la familia Haga todo lo que pueda, no sea extranjero en su tierra, Viva siempre como piensa, para que Cargue tranquilo, livianita su conciencia.
Orgulloso de su raza practique su identidad verá Que con esto encava la paz y la libertad, piense Que si los dividen sobre ustedes reinaran; Alrededor de su iglesia se encuentra la identidad. Usted puede ser amigo de todo el que Le parezca pero hay que sacar del alma al que le Siembra la maleza, para que un día sin pena si a Sus nietos aconseja, que lo acompañen sus Signos levantando su cabeza.
Anoche estuve soñando que hablaba con mis Abuelos y les pregunte llorando que puedo hacer Por mi pueblo, aquí ya no existe paz, aquí ya no Hay libertad. Aquí ya no queda nada que Podamos controlar. No se olvide nunca mijo que para ser buen Hermano no hay que dar de lo que sobra sinó
De lo que estĂĄ faltando, no se amaĂąe con colores ni Banderas de apariencia, vote siempre por un Hombre trasparente de conciencia.
ANONIMO.
MI PADRE
Yo tengo en el hogar un soberano único, a quien venera el alma mía; es su corona de cabello cano, la honra, su ley y la virtud de su guía. Es un anciano y lleva en su cabeza el polvo del camino de la vida. Seca su llanto, calla sus dolores y solo el deber sus ojos fijos, recoge espinas y derrama flores sobre la senda que trazo a sus hijos. Mi padre tiene en su mirar sereno, reflejo de la piel de su conciencia honrada; ¡cuánto consejo cariñoso y bueno sorprendo en el fulgor de su mirada!, la nobleza del alma es su nobleza, la gloria del deber forma su gloria, es pobre, pero encierra su pobreza en la página más grande de su historia. Siendo el culto de mi alma su cariño, la suerte quiso al honrar su nombre, fuera el amor que me inspiro de niño la más sagrada inspiración del hombre.
JUAN DE DIOS PESA.
EL CASTOR
Es conocida la maña o arte de los castores como arquitectos constructores de su casa. Pero apenas se destaca su capacidad de construir familia-hogar. Entre los animales, muchos padres se dividen la tarea de educar, alimentar y cuidar a sus hijos. Lo hemos podido observar en los pájaros de los parques, los gatos, etc. Los castores son maestros en ambas cosas y en el arte de ser padres. Entre los castores- nos dice VB Droscher en su libro ¡aprendamos de los animales!-el deber del padre comienza ya con el nacimiento de los hijos, pues tiene que auxiliar a la hembra en el parto, como una comadrona, librándola de la parte de la placenta. Cuando la madre nada en busca de alimento, los machos actúan de canguros, dan calor, limpian y alimentan a las crías y se la arreglan para cogerlas en brazos como haría una niñera cariñosa. Una vez que los pequeños han crecido un poco más, el padre instruye a los hijos durante varios meses sobre la caída de los árboles y la construcción de sus diques y presas. Entre los castores solo el macho esta en las condiciones de dar esas clases. Cada uno, el padre y la madre ofrecen a su hijo el tesoro de su experiencia para facilitarle el éxito en la vida. Pareja unida… y experta, lleva adelante grandes cosas y entre las más importantes, compartir amor, ayuda y la educación de los hijos.
FRANCIA, Alonso.
HIMNO DE AMOR A LA ESCUELA
Amemos nuestra escuela Como el mejor tesoro, Pues mucho más que el oro Nos vale la instrucción.
Cuidemos de la escuela Los muros y los bancos, Pisemos con orgullo Su patio y su salón.
Hagamos por la escuela Pequeños sacrificios Pongámosle la belleza Aseo y protección.
Lo mismo que la escuela Cuidemos nuestro barrio Para que sea el más limpio De toda la nación.
Así embellecemos Nuestra ciudad querida
Donde la patria toda Ha puesto el corazón.
Así pronto seremos Los buenos ciudadanos Que formen en Colombia La “CÍVICA LEGION”.
GABRIELA MISTRAL.
EL HERMANO DE JUAN EL SUCIO
Una vez había un niño tan desarreglado y sucio que todo el mundo le llamaba “Juan el sucio”. Tenía los libros por el suelo, colocaba los zapatos sucios encima de la mesa y metía los dedos en la mermelada. Nunca jamás se había visto una cosa igual. Un buen día el Hada ordenada entro en su habitación y dijo: -"Esto no puede ser, ¡que desorden! Vete al jardín a jugar con tu hermano mientras yo arreglo todo esto”-“No tengo ningún hermano”-dijo Juan. -“Ya lo creo que tienes uno- dijo el Hada-. Quizá tú no lo conozcas pero él si te conoce a ti. Vete al jardín y espéralo, veras como vendrá.” Juan se fue al jardín y empezó a jugar con barro. Pronto una ardilla salto al suelo moviéndose su cola. -“Eres tu mi hermano?”- le pregunto Juan. La ardilla le miro y dijo: -“De ninguna manera, mi piel está bien cepillada, mi nido ordenado y mis hijos bi8en educados. ¿Porqué me insultas preguntando que si soy tu hermana?” La ardilla se subió a un árbol y Juan el sucio se quedo esperando. Al rato se le presento un pajarillo, después un magnifico gato Angora y nadie quería saber nada de él. Después llego gruyendo un cerdito. Juan el sucio o tenía ganas de decirle nada, pero el cerdito le dijo: -“Buenos días, hermano!” -“Yo no soy hermano tuyo”- contesto el chico.
-¡Ya lo creo que sí!- contesto el cerdo- ven, nos ensuciaremos con el barro.” -“¡No!-dijo Juan – no quiero.” -“Mírate las manos, los pies y el vestido, vamos que a ti te gusta esto”- le dijo el cerdo-.” Luego comerás de nuestro rancho.” -“Yo no quiero rancho”_ dijo Juan el sucio y se puso a llorar. En aquel momento llego el Hada ordenada y le dijo: -“Ya está todo en su sitio y limpio, es preciso que tu ordenes como yo he ordenado. ¿Quieres ir con tu hermano o quieres venir conmigo y aprender a ser limpio y ordenado?” -“¡Contigo, contigo!” – gritó Juan aferrándose al vestido del Hada. “¡Mejor- gruño el cerdo- no pierdo gran cosa, tendré más rancho para mí,” y se fue.
LAURA RICHARDS.
EL LAVABO DEL COLEGIO
En los aseos de mi colegio había un lavabo que se negaba a ser limpiado como todos los demás. Los niños, sin embargo, seguían lavándose en él. Estaba lleno de goretones de todos los colores. Os preguntareis porqué era tan sucio. El lavabo pensaba: “¿Qué más da estar limpio o sucio? Es una molestia y una pérdida de tiempo que siempre me estén limpiando. El colegio ahorrará tiempo y dinero conmigo. Si viniera a lavarse alguien importante…, pero son mocosos los que vienen a lavar sus pringosas manitas”. Junto a ese lavabo había otros compañeros, limpios y relucientes. Cada día se asombraban más de la negativa de su colega a ser aseado como ellos. Uno le dijo un día: “los niños van a coger enfermedades contagiosas contigo”: Otro indicó: “un día de estos vendrá un gran personaje al colegio y no querrá acercarse a verte. Es posible que hasta decida mandarte a la basura”: Pero al lavabo le daba lo mismo. Estaba muy a gusto sin ser raspado sin los jabones y estropajos. Solía excusarse de todos diciendo: “tengo alergia a esos productos de limpieza”. Un día, la señora de la limpieza, decidida a limpiarlo dijo: “¡de hoy no pasas!” aunque me pongas perdida de agua te voy a limpiar de arriba hacia abajo. ¡Que sucio eres! El lavabo hizo que sus grifos se abrieran y el chorro de agua apuntara en dirección al rostro de la mujer. Esta gritó ante la sorpresa y huyo asustada del lugar.
Una mañana llego alguien importante al colegio. Tras visitar sus instalaciones pidió donde estaban los aseos. Abrió la puerta y quedó horrorizado ante el aspecto de aquel lavabo tan sucio. Este le miró desde sus grifos y lamento tener una imagen tan desagradable. El gran personaje decidió acercarse a uno de los relucientes. Se miró y remiró. Se lavó las manos y la cara. Antes de volver junto al director volvió a contemplar el lavabo sucio y se marchó. Todos los lavabos dieron un respiro; menos el desaseado que prometió dejarse lavar la próxima vez. Mientras tanto el hombre importante se encontró con el director y le dijo: “¿porque permite que haya un lavabo tan sucio en los aseos?” El director prometió quitar de los aseos inmediatamente. Y así fue. El fontanero no tardó ni media hora en llevárselo diciendo: “esta tan sucio que no habrá detergente que lo limpie. Los años que ha pasado sin ser lavado no podrán borrarse fácilmente. Mañana lo tiraré a la basura. El lavabo comenzó a llorar desconsolado. Sus grifos, que ahora funcionaban solos, dejaron correr tanta agua que el lavabo comenzó a quedar completamente limpio. Algunos niños, que salían del colegio, reconocieron el lavabo y quedaron muy sorprendidos al ver lo limpio que estaba. A la mañana siguiente se lo contaron al director y éste decidió devolverlo a su lugar. Y colorín colorado, este lavabo, desde aquel día fue el más deseado.
FRANCIA, ALFONSO.
LA SOPA DE PIEDRAS
“Hubo una vez, hace muchísimos años, un país que acababa de pasar por una guerra muy dura. Como ya es sabido, las guerras traen consigo rencores, envidias, muchos problemas, muchos muertos y mucha hambre. La gente no puede sembrar, ni segar, no hay harina, ni pan. Cuando este país acabo la guerra y estaba destrozado, llego a un pueblecito un soldado agotado, harapiento y muerto de hambre. Era muy alto y delgado. Hambriento llego a una casa, llamo a la puerta y cuando vio a la dueña le dijo: “¿señora, no tiene un pedazo de pan para un soldado que viene muerto de hambre de la guerra?! La mujer le mira de arriba abajo y le responde: - Pero, ¿estás loco? ¿No sabes que no hay pan, que no tenemos nada? ¡Como te atreves! A golpes y patadas, lo sacó fuera de la casa. Pobre soldado. Prueba fortuna en una y otra casa, haciendo la misma petición y recibiendo a cambio, peor respuesta y peor trato. El soldado ya casi desfallecido, no se dio por vencido. Cruzó el pueblo y llego al lavadero público. Halló unas cuantas muchachas y les dijo: -“Muchachas, ¿no han probado nunca la sopa de piedras que hago?” ellas se burlaron de él diciendo: -“¿Una sopa de piedras? No hay duda que estas loco” pero había unos niños que estaban espiando y se acercaron al soldado cuando se iba decepcionado. -“Soldado, ¿le podemos ayudar?, le preguntaron. –“claro que sí. Necesito una olla grande, un puñado de piedras, agua y leña para hacer fuego”.
Rápidamente los niños fueron a buscar lo que el soldado había pedido. Encienden el fuego, ponen la olla, la llenan de agua y le echan piedras. El agua comenzó a hervir. –“¿podemos probar la sopa?”, le preguntaron con impaciencia los niños. –“Calma, calma”. El soldado probó y dijo: -“Que pena, pero le falta un poco de sal”. -“En mi casa tengo sal”, dijo un niño. Y salió corriendo por ella. La trajo y el soldado la echó entre la olla. Al poco tiempo volvió a probarla y dijo: -“¡Que rica!, pero le falta un poco de tomate”. Un niño que se llamaba Luis, fue a su casa a buscar tomates y los trajo enseguida. En un momento los niños fueron trayendo otras cositas: papas, lechugas, arroz y hasta un pedazo de pollo. La olla se llenó. El soldado la revolvió varias veces. De nuevo la probó y dijo: -“vayan, avisen al pueblo que vengan a comer. Hay para todos. ¡Que traigan platos y cucharas!”. Repartió la sopa. Hubo para todos los del pueblo, que avergonzados, reconocieron que, si bien era cierto que no tenían pan, juntos podían tener comida para todos. Y desde aquel día, gracias al soldado hambriento, aprendieron a compartir lo que tenían.
AGUDELO, Humberto P.
EL LEÓN
Hasta en el zoológico de cualquier ciudad nos ponemos en guardia al llegar a la zona reservada para los leones. Su aspecto y la cantidad de dichos e imágenes que utilizamos cortan la respiración ante el rey de la selva. Si le conocemos mejor, quizás podemos decir también que no es tan fiero el león como lo pintan. Acerquémonos y veamos… Es un animal majestuoso, tranquilo y fuerte. Las hembras son más ágiles y veloces. Son un encanto de vida de la familia. Los leones jóvenes guían a los viejos, que son torpes casi ciegos, e incluso cazan para ellos y, llegado el caso los defienden. Si un león joven ha perdido, no quedará desamparado por mucho tiempo. La primera leona que encuentre los congéneres los adoptará. Además les gusta jugar mucho y soportan las bromas de los cachorros. No les gusta vivir en las selvas vírgenes muy extensas, prefieren más bien los lugares con más espacio. Para cazar tienen muchas estrategias, por ejemplo: la presa huye, y el resto de los leones le dan el alcance. Cuando los cachorros de león están en condiciones de participar en la alta escuela de la caza en común de las grandes presas, dos mares o más se hacen cargo del grupo de aprendices juveniles y están de acuerdo en sus conclusiones. Las leonas madres poseen un verdadero instinto: enseñan gozando. Les divierte enseñar a los jóvenes el acoso de la presa y las técnicas
de la muerte. Tan pronto como las madres empiezan a seguir el rastro de las presas, los jóvenes se ponen a imitar con aplicación cada uno de sus movimientos. Esta tarea pedagógica sólo la intentan las leonas cuando hay quietud en la manada porque el hambre está saciada. Los estados de inquietud producidos por el hambre serian el peor maestro que pensar que se pueda. Hay una cosa más que los leones nos enseñan, además de los dientes y de su vida de familia: es que usan la violencia para poder comer. Quizás muchos mortales son violentos porque les faltan cosas fundamentales como la comida, la casa, la salud, el aprecio, el cariño.
FRANCIA, Alfonso.
LAS GALLINAS
Es una pena no entender el lenguaje de los animales. Entre ellos, el de la gallina tan cercana y tan familiar. Tanto las que están en libertad, en la selva, como las del más minúsculo gallinero o corral, al picotear los granos que han encontrado, levantan las plumas de la cola; es la señal para decir a las demás que allí hay algo que comer. Las que tienen hambre se suman rápidamente a las más afortunadas y reciben también su parte. Y aunque existe siempre entre los animales un orden jerárquico, en caso de que el animal de rango más bajo hay visto el alimento tiene derecho a comérselo. La ley, como se ve favorece al más débil. En la bandera impera la cooperación orientada hacia el provecho común. Cuando una gallina se retira de la bandada para poner un huevo- cosa que tarda mucho en hacer- el resto del grupo sigue picoteando; una vez que ha terminado cacarea con fuerza y trata de unirse nuevamente al grupo. Ese canto que las personas toman erróneamente como un canto de jactancia: “mirad que huevo más hermoso he puesto”, no es en realidad más que la petición de auxilio de una gallina perdida de su bandada. Al oír ese cacarear, el gallo abandona su harén y, valientemente se lanza a la misión de salvar a la ponedora y hacerla volver junto a las otras que esperan. Todo un caballero. Para sobrevivir cada uno de los miembros de la bandada precisa necesariamente de los demás. El gallo sirve a su familia como centinela y cornetín de alarma y también es él quien les busca los lugares más adecuados para esconderse, alimentarse y dormir. Con su canto atrae hacia él la atención del enemigo y le engaña para alejarlo así de sus hembras y de sus polluelos. Es una
pena que animal tan útil, tan cercano, y solidario, quede como el San Benito de gallina como sinónimo de cobarde.
FRANCIA, Alfonso.
AMIGOS
No importa el lugar, el sol es siempre igual, No importa si es recuerdo o algo que vendrá. No importa cuánto hay, en tus bolsillos hoy, Si nada hemos tenido y nos iremos igual. Porque siempre estará en mí, Esos buenos momentos que pasamos sin saber, Que un amigo es una luz, brillando en la oscuridad, Siempre serás mi amigo, no importa nada más. No importa dónde estás, si vienes o si vas, La vida es un camino, un camino para andar. Si hay algo que esconder o hay algo que decir, Siempre será un amigo, el primero en saber. Porque siempre estarán en mí, Esos buenos momentos que pasamos sin saber, Que un amigo es una luz, Brillando en la oscuridad, siempre serás mi amigo, No importa nada más.
ENANITOS VERDES.
TÚ TIENES UN AMIGO
Cuando estés preocupado y triste, y necesites, algo de cariño dulce, y nada te salga bien, cierra tus ojos y piensa en mí, y pronto estaré allí, para eliminar hasta tu más oscura noche. Tú sólo buscas mi nombre y sabes que donde quiera que estés yo vendré corriendo para verte otra vez. ¿Invierno, primavera, verano, otoño. Todo lo que tú tienes que hacer es llamarme, yo estaré allí. Cuando el cielo sobre ti esté triste y lleno de nubes, y ese viejo viento del norte empiece de nuevo a soplar mantén los pensamientos juntos y pronuncia mi nombre en alto; pronto me tendrás aquí golpeando tu puerta. Tú sólo gustas mi nombre y sabes que donde quiera que estés yo vendré corriendo para verte otra vez.
KING, Carole.
LA AMISTAD
Y un joven dijo: “Háblanos de la mistad.” Y él respondió: “vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades. El es el campo que sembráis con amor y cosechas con agradecimiento. Él es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Porque os acercáis a él con vuestro hambre y le buscáis sediento de paz. Cuando vuestro amigo os manifieste su pensamiento, no temáis el “NO” en vuestra cabeza, ni retengáis el “SI”. Y cuando él permanezca en silencio, que vuestro corazón no deje de oír su corazón. Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten con gozo y sin alardes. Cuando os alejéis de vuestro amigo, no sintáis dolor. Porque lo que amáis en él quizá esté más claro en ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiere subirla. Y no permitáis que haya en la mistad otro interés que el os lleve a profundizar en el espíritu. Porque el amor no busca más que la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red tendida que sólo recoge la pesca inútil.
Que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo, si ha de conocer el flujo de vuestra marea, que también conozca su reflujo. Porque, ¿qué amigo sería aquél que tuvierais que buscaros para matar las horas? Buscadlo para vivir las horas. Porque existe para calmar vuestra necesidad, no vuestro vacío. Y haced que en dulzura de la amistad haya risa y placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada y se refresca.
GILBRAN, Jail.
EL CAMINO DE LA FELICIDAD
Es la historia de un hombre que estaba harto de llorar. Miro a su alrededor y vio que tenía delante de sus ojos la felicidad. Estiró la mano y quería cogerla. La felicidad era una flor. La cogió y nada más tenerla en su mano, la flor ya se había deshojado. La felicidad era u rayo de sol, levantó sus ojos para calentar su cara y enseguida una nube lo apagó. La felicidad era una guitarra, la acarició con sus dedos, las cuerdas desafinaron. Cuando al atardecer volvía a casa el hombre seguía llorando. A la mañana siguiente siguió buscando la felicidad. A la vera del camino había un niño que lloriqueaba. Para tranquilizarlo cogió una flor y se la dio. La fragancia de la flor perfumó a los dos. Una pobre mujer temblaba de frío, cubierta con sus harapos. La llevó hasta el sol y también él se calentó.
Un grupo de niños cantaba. Él les acompañó con su guitarra, también él se deleitó con aquélla melodía. Al volver a su casa de noche, el buen hombre sonreía de verdad. Había encontrado la FELICIDAD.
FERNÁNDEZ, Bonifacio.
EL ZORRO MUTILADO
Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro. Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del tigre. Él comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: “voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y éste me dará cuanto necesito.” Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una voz que le decía:” ¡Oh tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado.”
Por la calle vi una niña aterida y tiritando de frío dentro de su ligero vestido y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios: “¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?”. Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió “Ciertamente que he hecho. Te he hecho a ti.”
DE MELLO, Antony.
EL CUENTO DE LA TORTUGA
“Había una vez una tortuga que había perdido la memoria y no se acordaba del camino de regreso a su casa. Estaba perdida en el bosque y lloraba. Lloró tanto que el bosque empezó a llenarse de lágrimas. Esto ocasionó problemas a los enanos del bosque, ya que entraba agua (lágrimas) en sus casas. Decididos a buscar el origen de tal “inundación”, salieron de sus casas para saber cuál era el problema. Pronto encontrarón a la tortuga llorando desesperadamente y le preguntaron: -tortuga, ¿por qué lloras tanto? -He perdido la memoria y no sé la forma de regresar a casa.
Los enanos tuvieron una ocurrencia. Le colocaron unas hierbas mágicas dentro del caparazón y le dijeron: -Cada vez que quieras saber lo que debes hacer, pon la cabeza dentro del caparazón, olió las hierbas mágicas y pensó: “¿cuál es la forma de regresar a casa?”. A continuación adoptó la postura del pensador y dijo: -¡Ah!, ya me acuerdo, he de subir este monte y bajar por la orilla del torrente. La tortuga salió del caparazón, dio las gracias a los enanos y se dirigió hacia su casa. A partir de aquí la tortuga siempre supo lo que debía hacer: cuando no se acordaba de algo, ponía la cabeza en el caparazón, pensaba y decidía”: AA.VV. COMEDOR DE BUENOS Y MALOS
Aquel maestro compartía todos los días la comida con un grupo de alumnos. Quiso que la comida fuera también un tiempo de educación y aprendizaje. Ideó para ello diversas fórmulas para reparto de los alimentos. Una de las veces se inspiró en la parábola que habla de os comensales en el cielo y en el infierno. Así lo puso en práctica: a todos dio una larguísima cuchara para comer. Hizo dos grupos de comensales. En una sala se sentaban a la mesa los ocho comilones. Para todos había una sola y enorme fuente de comida. En la otra, los ocho restantes comensales, chicos más débiles, más explotados y más humillados, incluso por los fuertes y comilones. Pasado algún tiempo, el maestro se dio una vuelta por la primera sala. ¡Qué espectáculo! Cada uno, con su cuchara tan larga, quería
comer mucho y rápido. La longitud de la cuchara se lo impedía: si lograba coger algo del fuete con su larga cuchara, no había manera de meterla en la boca. Estaban furiosos y enfrentados unos a otros, a punto de comer como perros y de pelearse a cucharazos. En la otra sala, el maestro vio cómo reinaba la armonía y - ¡cosa curiosa! –NADIE QUEDABA SIN COMER. Habían descubierto que lo más práctico era coger con cada cuchara la comida y dársela al compañero de enfrente. Así todos comían y la cuchara no estorbaba. Hasta comer era obra de equipo. Y la comida se convirtió en un momento agradable de convivencia.
FRANCIA, Alfonso.
EL AGUJERO
Había un río con un pueblecito a cada lado, se unían por una calle sobre el puente que cruzaba el río. Un día apareció un agujero en el puente. Ambos pueblos estaban de acuerdo en que había que arreglar este agujero. Pero no se ponían de acuerdo respecto a quién le tocaba hacerlo. Cada uno de los pueblos se consideraba superior al otro. El pueblo de la derecha del río decía que era el principal destino de la calle, así que ya que el otro pueblo era menos importante, se debía encargar de arreglarlo. El pueblo del lado izquierdo del río, por su parte, mantenía que todo el tráfico venía hacia ellos, de modo que les debía tocar a los de la derecha. La disputa siguió y también el agujero. Mientras más tiempo pasaba, mas crecía la hostilidad entre los pueblos.
Un día, un vagabundo del pueblo se cayó al agujero y se partió una pierna. Las personas de los dos pueblos se preguntaron con mucho detalle si había caminado desde la orilla derecha a la izquierda, o desde la izquierda hasta la derecha, para poder decidir cuál de los pueblos, era el responsable del accidente. Pero él no lo podía recordar, ya que esa noche estaba borracho. Un tiempo después, un carruaje estaba cruzando el pueblo; se cayó en el agujero y se rompió el eje. Ninguno de los pueblos se fijó en ese accidente ya que el viajante no iba de un pueblo a otro, sino que estaba de paso, el viajante salió del agujero y preguntó enfadado: por qué no se había arreglado el agujero. Cuando escuchó la razón, declaró: “yo compraré este agujero. ¿Quién es el dueño?” Los dos pueblos dijeron a la misma vez que eran los dueños del agujero. “El que sea el dueño debe probarlo” ¿Cómo podemos probarlo?, preguntaron ambos lados. “es simple, sólo el dueño del agujero tiene derecho a arreglarlo. Compraré el agujero del que arregle el puente”. Las personas de los dos pueblos se pelearon por hacer el trabajo, mientras el viajante fumaba un cigarrillo y el chofer arreglaba el eje. Arreglaron rápidamente el puente y pidieron el dinero por el agujero. “¿Qué agujero?”, el viajante decía sorprendido. “yo no veo ningún agujero. Llevo desde hace tiempo buscando un buen agujero. Estoy dispuesto a pagar bastante dinero por él, pero por aquí no veo ningún agujero. ¿Me están tomando del pelo o qué?”: Se subió al carruaje y se fue. Las personas de los dos pueblos, ya han hecho las paces. Ahora esperan en el puente en perfecta armonía y cuando pasa un visitante lo para y le dan una paliza.
MROZEK, Slawomir.
EN LA RIBERA DE OKA
En la ribera del Oka vivían felices numerosos campesinos; la tierra no era fértil pero labraba con tesón, producía lo necesario para vivir con holgura y aún para guardar algo de reserva. Iván, uno de los trabajadores estuvo una vez en la feria de Tula y compró una hermosísima pareja de perros sabuesos para que cuidaran su casa. Los animalitos al poco tiempo se hicieron conocidos en todos los campos de la vega por sus continuas correrías en las que ocasionaban destrozos en los sembrados y las ovejas y los terneros no solían quedar bien parados. Nicolás, vecino de Iván, la primera feria de Tula compró otra pareja de perros para que le defendieran su casa, sus campos y sus tierras.
Pero a la vez que cada campesino para estar mejor defendido, aumentaba el número de perros, éstos se hacían más exigentes. Ya no se contentaban con los huesos sino que había que reservarles los mejores trozos de carne y hubo que construirles recintos cubiertos y dedicar más tiempo a su cuidado. Al principio los nuevos guardianes riñeron con los antiguos pero pronto se hicieron amigos y los cuatro hicieron juntos las correrías. Los otros vecinos cuando vieron aumentar el peligro se proporcionaron también de sabuesos y así al cabo de pocos años cada labrador era dueño de una jauría de 10 o 15 perros, apenas oscurecía, al más leve ruido los sabuesos corrían furiosos y con un es trepido tal que parecía que un ejército de bandidos fuera a asaltar la casa. Los amos asustados trancaban bien sus puertas y decían: ¡Dios mío, que sería de nosotros sin esos valientes sabuesos que abnegadamente defienden nuestra casa! Entre tanto, la miseria se había asentado de la aldea; los niños cubiertos de arapos, palidecían de frío y de hambre y los hombres por más que trabajaban de la mañana a la noche no conseguían arrancar el sustento necesario para su familia. Un día se quejaban de su suerte delante del hombre más viejo y sabio del lugar, y como culpaban de ella al cielo, el anciano les dijo: - la culpa la tenéis vosotros:- Os lamentáis de que en vuestra cas falta el pan para vuestros hijos, que languidecen delgados y descoloridos y veo que todos mantenéis docenas de perros gordos y lustroso. -Son los defensores de nuestros hogares, exclamaron los labradores. -¿Los defensores?-, ¿de quién os defienden?- Señor, si no fuera por ellos, los perros extraños acabarían con nuestros ganados y hasta con nosotros mismos. -¡ciegos, ciegos! Dijo el anciano. ¿No comprendéis que los perros os defienden a cada uno de vosotros de los perros de los demás, y que si nadie tuviera perros, no necesitaríais de los defensores que se comen todo el pan que debiera alimentar a vuestros hijos? Suprimid los sabuesos y la paz y la abundancia volverán a vuestros hogares.
Y siguiendo el consejo del anciano se deshicieron de sus defensores y un año más tarde sus graneros y despensas no bastaban para contener las provisiones y en el rostro de sus hijos sonreía la salud y la prosperidad.
FERNÁNDEZ, Bonifacio.
LA JUSTICIA DEL REY
En un país muy lejano, hace mucho tiempo, gobernaba un joven rey con mucha sabiduría. Era querido por todos los súbditos por su generosidad y justicia. Nadie de su reino pasaba hambre porque su palacio estaba abierto cada día para servir una copiosa comida a todos los peregrinos, trotamundos e indigentes. Un día, después de la comida ordinaria, un mensajero del rey les anunció que al día siguiente era el cumpleaños de su majestad, que éste comería con ellos y que al final del espléndido banquete, todos y cada uno recibirían un regalo. Tan sólo se les pedía que subieran a la
hora acostumbrada con alguna vasija o recipiente llenos de agua para echarla en el estanque del palacio. Los comensales estuvieron de acuerdo en que la petición del rey era fácil de cumplir, que era muy justo corresponder a su generosidad y… si encima les hacía la gracia de un obsequio, mejor que mejor. Al día siguiente, una larga hilera de mendigos y vagabundos subía hacia el palacio del rey llevando recipientes llenos de agua. Algunos de ellos eran muy grandes, otros más pequeños y alguno había que, confiando en la bondad del rey subía con las manos libres, sin un vaso de agua… Al llegar al palacio vaciaron las diversas vasijas en el estanque real, las dejaron cerca de la salida y pasaron al salón donde el rey les aguardaba para comer. La comida fue esplendida. Todos pudieron satisfacer su apetito. Finalizando el banquete, el rey se despidió de todos ellos. Se queda<ron estupefactos, de momento, sin habla, porque esperaban el regalo y éste no llegaría si el rey se marchaba. Algunos murmuraban, otros perdonaban el olvido del rey que sabía que era justo y alguno estaba muy contento de no haber subido ni una gota de agua para aquel rey que no cumplía lo que prometía. Uno tras otro salieron y fueron a recoger sus recipientes. ¡Que sorpresa se llevaron! Sus vasijas estaban llenas, llenitas de monedas de oro. ¡Qué malestar! Los que trajeron pequeño o se presentaron con las manos vacías. Y cuentan los anales del reino que en aquel país no hubo más pobres, porque con las monedas del rey muchos pudieron vivir bien y otros comprarse tierras para trabajar y los que se quedaron sin nada se marcharon para siempre de allí.
AA.VV.
LA TIERRA DE LOS BUENOS Y DE LOS JUSTOS
Eras una vez, dice la leyenda, un hombre que creía en la tierra de los justos y de los buenos. ¡Debe haber en este mundo de Dios una tierra de los justos y los buenos! ¿Por qué no habría de haberla? En esta tierra los hombres buenos y justos se aman como viejos amigos, se ayudan como hermanos y se acogen mutuamente como si fueran huéspedes que llegan cansados, sedientos y hambrientos, de un largo viaje. En esa tierra todo es bello y sonriente, agradable y bueno. Tal era la tierra que el hombre pretendía constantemente buscar y encontrar. Era pobre. Peregrinaba de acá para allá. De pronto se dio cuenta que estaba viejo y fatigado, tan acabado que no le quedaba más que tumbarse y morir. Aún así recobró el ánimo, sonrió
levemente y dijo para sí: “¡Tonterías! ¡Todavía puedo aguantar! Si espero un poco más dejo esta vida y me voy a la tierra de los justos y los buenos”. La tierra de los buenos y los justos era su único motivo de alegría… Y sucedió que por aquel lugar apareció un hombre considerado como sabio eminente. Traía muchos libros, mapas, proyectos y otras muchas cosas para hacer que le consideraran a uno sabio. El viejo con los ojos chispeantes de ansiedad, le preguntó al sabio: “Señor, dígame por favor, ¿dónde está la tierra de los justos y de los buenos?” El sabio ni le miró; echó la mano a los libros y mapas y comenzó a hojearlos, compulsarlos y examinarlos, con dedos nerviosos y concluyó: “la tierra de los buenos y de los justos no existe… Mis mapas son minuciosos y completos y no indican nada de la tierra de los buenos y de los justos”. El viejo perdió el brillo de sus ojos de niño. No quería, no podía creerlo y volvió a preguntarle con una leve esperanza: “señor, mire otra vez. La tierra de los buenos y de los justos existe; yo lo sé. Debe estar por ahí. Si no es así sus libros son leyendas y mentiras y no valen un comino”. El sabio se sintió ofendido: “Todos mis libros son científicos y mis mapas están confeccionados con las técnicas más avanzadas, basados en fotografías hechas por satélites terrestres. ¡La tierra de los justos y de los buenos no existe! ¡Es el sueño de un viejo caduco!”. El viejo de los ojos fijos se enfureció terriblemente. “¿Qué dice? Llevo viviendo y esperando largo tiempo y siempre he creído en la tierra de los buenos y de los justos.
Y ahora según sus mapas no existe ninguna. Todo quedaría en los sueños de un viejo caduco. Esto es una burla”. Y volviéndose al sabio le dijo: “Usted, charlatán insolente y prestigiador barato, usted no es sabio y su ciencia no es más que la elaboración de una cabeza equilibrada”. Y le dio uno, dos y tres coscorrones en la cabeza; y luego otro y otro más hasta siete. Después se fue para casa, se echó en la cama y dijo: “Ahora lo he entendido todo. Me voy a la tierra de los buenos y de los justos…” murió.
LEONARDO BOFF, BETANCOURT, Luis Fernando.
LA CIGARRA Y LAS HORMIGAS
Las hormigas hacendosas, En equipo y por el suelo, Con empeño trabajan Construyendo el hormiguero.
Entretanto una cigarra Sólo quería cantar, S entender que en la vida Todos deben trabajar.
Cuando llego el frio invierno, Las hormigas en su casa No pasaban muy contentas Y no les faltaba nada.
Impaciente, la cigarra Les llegó a pedir limosna Pues para el hambre y el frío No tenía ninguna cosa.
AGUDELO C.P Humberto Arturo.
UN ENCARGO INSIGNIFICANTE
El día de los encargos era uno de los más esperados por todos os niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los mejores.
A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quienes habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y estos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.
Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió algunos de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga especial,
Rita no dejo de sentirse desilusionada. La mayoría de sus compañeros lo sintieron mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animo a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante: - convertiré este pequeño encargo en algo grande- decía Rita.
Así que Rita investigo sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudio todo lo referente a su hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la hormiga llego a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado…
Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo: -este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?
-Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!
Ese día todo fu fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaron a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber ser responsables con las más pequeñas, pero sin duda la que mas disfruto fue Rita, quien repetía para sus adentros “convertiré ese pequeño encargo en algo grande”.
PEDRO PABLO SACRISTÁN.
UN PRINCIPE MALVADO.
El príncipe de un reino era tan mentiroso y acusica, y amenazaba tanto a los sirvientes con castigarles si no le encubría, que su padre el rey pensara que era muy bueno.
Un día ambos salen del castillo y al llegar a una aldea se separan. El niño empieza a hacer de las suyas, fastidiando a todo el mundo, pero el rey aparece y le pilla totalmente “in fraganti”. El príncipe aprovecha que en la aldea hay un niño
muy parecido a él para decir que todo lo malo lo había hecho el otro.
Sin embargo, el Rey, viendo que es tan acusica y mentiroso, piensa que ese no puede ser su hijo, y de vuelta al castillo se lleva como hijo al otro niño, dejando allí el verdadero príncipe. Este lo pasa fatal muchos días y se arrepiente de todas sus mentiras y acusaciones, así que el otro niño decide perdonarle y se lo cuenta todo al rey. El rey vuelve a buscarle y al final los dos niños terminan siendo amigos inseparables.
EL VIGILANTE
Antonio, era un ser extraño, a media noche regresaba del rio. Esa era su rutina, porque de noche en el rio había absoluta calma y quietud. Solía sentarse allí sin hacer nada, solo observando su propio ser, observando al observador. Esa noche, al igual que otras, al regresar pasó por la casa de un hombre rico y el vigilante estaba de pie junto a la puerta.
El vigilante estaba intrigado porque cada noche exactamente a la misma hora este hombre regresaba. Salió y le dijo: -
Perdone la interrupción, pero ya no puedo contener mi curiosidad, la intriga me persigue, noche y día: ¿a qué se dedica?, ¿para qué va al rio? Muchas veces lo he seguido y no hay nada; simplemente se sienta allí durante horas y a media noche regresa.
Antonio respondió: -sé que me has seguido muchas veces, la noche es tan silenciosa, que puedo oír tus pasos. Y sé que todos los días te escondes detrás del portón. Pero no es tan solo que sientes curiosidad por mí; también siento curiosidad por ti. ¿A qué te dedicas? El guardián contestó:
-¿a que me dedico? Soy un simple vigilante.
-Dios mío me has dado la palabra clave. ¡Esa es también mi ocupación!
-pero no lo entiendo. Si eres un vigilante deberías de estar vigilando alguna casa, algún palacio, ¿Qué estas vigilando ahí, sentado en la arena? -hay una pequeña diferencia: tu vigilas que nadie de afuera dentro a tu palacio. Yo simplemente vigilo a este vigilante.
-¿Quién es este vigilante? -este es el esfuerzo que he realizado toda mi vida, me vigilo a mí mismo. -pero es un trabajo muy raro. ¿Quién le va a pagar? -¿pagar?, ¡es tal la dicha que recibo, tal el gozo, tal inmensa bendición! Es una recompensa en sí misma. Un solo instante con este trabajo y todas las riquezas son nada.
-es muy raro. He estado vigilando toda la vida y nunca me tope con una experiencia tan hermosa, mañana por la noche te acompañare. Solamente quiero que me enseñes como vigilarme a mí mismo. Porque sé como vigilar, parece que sólo es necesario una dirección distinta: tú miras en una dirección distinta.
LA GALLINA Y LA ZORRA
La gallina que estaba de guardia en el corral para avisar si venia la zorra, vio que a eso de media noche, ésta estaba agazapada muy cerca ya del corral. No había tiempo de correr y despertar al dueño y a todo el gallinero. Se le ocurrió una propuesta golosa. < Si me traes el racimo más grande y más
maduro de esta viña, te dejare pasar y podrás comerte la gallina que elijas y los huevos que desees. Te prometo que guardaremos silencio para que nuestro dueño no se entere y podrás escapar libremente.
Recorrió la zorra toda la viña de un lado al otro. Muchos racimos le parecían grandes y maduros pero siempre esperaba encontrar el mejor. Así sin decidirse, se paso varias horas hasta que empezó a amanecer.
Entonces tuvo miedo porque en cualquier momento podría venir el dueño con la escopeta y huyo. Las gallinas, al enterarse del ingenio de su compañera la homenajearon con una gran fiesta.
FRANCIA, Alfonso. OVIEDO.
EL VALOR DE ESCOGER
Ciro, el rey de Persia, conquistó Armenia En una de sus campañas, sus soldados Trajeron como prisioneros al rey y la reina De sus enemigos.
Ciro dijo al rey de Armenia. -Le doy tres posibilidades para escoger; Puede seleccionar una de ellas: la Libertad de su reino, su propia libertad o La libertad de su esposa.
El rey de Armenia contestó: -Deseo salvar mi vida, también deseo La libertad de mi país, pero considero la Libertad de mi esposa más importante Que las otras dos.
Conmovido con esta respuesta, Ciro le Concedió también los otros dos deseos. ¡En medio de las dificultades debe Crecer el valor de tomar buenas decisiones! LA LIBERTAD
Somos sangre en movimiento. Así como el viento es paisaje que anda. En cambio el vegetal se aferra con sus raíces a un trozo de paisaje, y termina por ser parte de él o por darle su nombre al paraje. Solamente los seres en movimiento son dueños del paisaje en plenitud, como lo son el río, la nube y el viento. Estos no se aferran a lo parcial, a lo que detiene. Entran en dialogo con todas las realidades, pero no se detienen a tomar posesión de ellas. De todas las cosas se llevan un recuerdo, un sonido, un vibración; quizá un poco de luz o de arcilla. Los seres en movimiento son seres libres y liberadores. Y tratan a todos por igual. Puede ser, sin, que en su movimiento sean desgarrados por las realidades que pretenden detenerlos. Pero esta experiencia no los enemista con las cosas. Porque saben que hasta las cosas quietas, un día se pondrán en movimiento. Porque todo lo que existe está en viaje hacia una meta. So lo quieto es posesión, el movimiento es esperanza. Y esperanza de posesión plena donde no existirá ni lo mío ni lo tuyo. Porque allí no habrá dueños. Allí nadie impondrá su nombre a los demás ni al paisaje, porque cada uno tendrá su propio nombre y todos seremos para todos, justamente por ser auténticamente nosotros mismos. Todo lo que es bello, lo que es noble, lo que es bueno, está e movimiento rumbo a Dios. Porque yo camino hacia allá puedo dejar en libertad a todas esas cosas, sabiendo que con todas ellas me ha de reencontrar a mi llegada. Si me detengo en el camino para poseerlas, quizá ellas me impidan llegar y yo les obstaculice su marcha. Me harán perder mi libertad, por haberlas dominado. Muchas veces es Dios mismo quien nos lleva a amar profundamente a una persona o a un paisaje, y luego lo separa de nosotros devolviéndolo a su propio misterio. Esa separación puede detenernos en nuestro propio misterio. Esa separación puede detenernos en nuestro camino si nos quedamos a llorar su ausencia al borde de nuestra huella. Pero también puede incitarnos a una dolida fidelidad a
nuestro misterio, que es lo único que nos permitirá un reencuentro más allá de nuestras posesiones. Cuando somos capaces de renunciar a algo o a alguien, es porque hemos superado la necesidad y llegamos a la frontera del verdadero amor. Amor que nos libera. Entonces podemos empezar a entender lo que es la verdadera libertad, la cual nos da el espíritu. Jesús nos asegura que convenía que El se fuera. Solo así vendría a nosotros el Espíritu de libertad que nos hace amigos de Dios. Ya no nos llamarán más siervos, sino amigos. Nos ha liberado.
Atahualpa termina así su hermosa canción Cañada Zamora.
EL TREN QUE QUERIA VOLAR
Había un tren, muy grande y pesado, que pasaba todo el tiempo pensando en volar. Los otros trenes le decían que era imposible, que sólo los pájaros y aviones volaban. Entonces el tren decía ¡quiero ser un pájaro! ¡Quiero ser un avión!, pero seguía siendo un pesado tren de carga que quería volar. Hasta que un día, hubo una gran tormenta, la cual destruyo un puente que unía dos cerros, justo cuando se acercaba el tren que quería volar. Frente a él se encontraba el vacio. El maquinista aplico el freo y salto a tierra para salvar su vida. En ese momento, el trenque quería volar vio su oportunidad. Desconecto los frenos con un fuerte sacudón y aceleró directo al vacio. Y entonces voló, voló, voló… Y era tan fuerte su deseo de volar, que se mantuvo en el aire a pesar de su cuerpo de hierro. Y sintió que era un pájaro. Y sintió que era un avión. Se mantuvo en el aire mientras las nubes, que habían bajado a ver la hazaña, pasaban sonriendo a su lado. Llego volando al otro lado del barranco y las nubes tomaron su camino de metal. Desde ese día, el tren que quería volar fue completamente feliz y se olvido de ser un pájaro o un avión. Entendió que lo suyo era ser un tren de carga y sonreía cuando alguien decía que para un tren era imposible volar.
MAMÁ: QUIERO SER GRANDE COMO TÚ
Paula estaba sentadita en casa viendo como su mamá caminaba por la casa. Se sentía muy cómoda en su pañal, descalza y con su chupete en la boquita. Ese día hacía calor y por eso su mamá la puso a gatear en el piso fresco, y le parecía muy tierno que su hijita la siguiera por todas partes. A Paula le llamaba la atención el sonido que las sandalias de su mamá producían cuando caminaba rapidito por la casa. Además, quería tener unas así para ella.-Paula, ¿acompáñanos al supermercado? Le pregunto a su mamá. Paula río y extendió los brazos hacia su mami, quien la cargo y la puso en su cuna para vestirla. -vamos a ver, unas sandalias, un vestidito, un pañal limpio y este sombrerito para que el sol no te moleste en tu carita! Le decía mamá mientras la cambiaba. Paula señaló con el dedito índice las sandalias de su mamá. -sí, cuando seas grande podrás usar zapatos como éstos, te gustan? Paula sonrió. Una vez en su cochecito, Paula vio como su mamá sacaba un lápiz de labios de su cartera y cómo se pintaba los labios frente al espejo. -Ah!Ah! dijo Paula muy emocionada, tocándose sus labios. La mamá rió y dijo; -aún eres muy pequeña cariño, ya verás que pronto usarás las sandalias, las pinturas de labios y todo lo que quieras usar de tu mami. Cuando salieron, Paula observaba a su mamá tan femenina y alegre, y pensó que algún día sería como ella. Por la tarde, Paula se encontraba jugando en el cuarto de sus padres. Minutos más tarde, su mamá fue a ver que estaba haciendo y al entrar no pudo contener la risa, porque la encontró dormida sobre su
cama, con la carita toda pintada de lápiz de labios, la cartera de su mamá en una manita y las sandalias de tacón en sus pequeños pies. La mamá la abrazó con ternura, la arropó, y le dio un besito en la frente. -algún día serás grande mi amor.
DECALOGO DE LA RESPONSABILIDAD 1.
La persona responsable responde por sus actos. Po eso piensa antes de actuar y mide sus consecuencias.
2.
Es responsable quien asume en forma cabal todos sus deberes y ejercita todos sus derechos.
3.
“lo que hay que hacer se hace” – afirma José- María Escrivá, en camino, - “sin vacilar, sin cuidados”, responsabilidades es cumplir con el deber.
4.
Excusarse, justificarse, buscar pretextos o eludir compromisos, son faltas de responsabilidad.
5.
Ser responsable implica tener iniciativa. No es simplemente hacer lo que debo, sino emplear toda la inteligencia para hacerlo de la mejor manera.
6.
Valorar las cosas importantes, ser consientes de las repercusiones de los actos y huir de la ligereza, son manifestaciones de responsabilidad.
7.
Las consecuencias de los actos hay que asumirlas siempre, aunque la acción sea involuntaria.
8.
Cuando voluntaria o involuntariamente hemos causado un mal a alguien, se debe reparar el daño, sobre todo si el daño es contra la fama o el honor de alguien.
9.
Otros valores relacionados con la responsabilidad: la prudencia al decidir y la justicia para dar a cada uno lo que le corresponde.
10.
¿A quién hay que responder de nuestros actos? A nosotros mismos, a la familia, a la escuela y a la sociedad.
EL DEBER DE TRABAJAR Al nacer cada día sacudiendo la pereza, La madre naturaleza se dedica a la labor. Canta el ave, Silva el viento, se hace vapor el rocío, Bullen la fuente y el río. Ved el ejemplo que ofrecen nuestros padres amorosos, que se levantan ansiosos de llenar ese deber. Unos gobiernan los pueblos, cogen otros el arado, va a su bufete el letrado y el artesano al taller. El trabajo es la ley divina: Y el hombre que piensa y siente esa ley sabia y prudente debe jamás eludir. Quien huelga, malas alcanza; el holgar es torpe y bajo ¡sólo el fecundo trabajo pudiera hacerme feliz! Por eso, yo al levantarme, al libro llego afanoso, que al estudio provechoso es mi santa obligación. Y quiero cumplir con ella, como cumple el padre mío, como el viento y como el río el ave y como el sol.
VIRGILIO DÁVILA.
LA GOTA DE AGUA Había una vez una jarra de agua fresca y cristalina, en la que todas las gotas de agua se sentían orgullosas de ser tan transparentes, y día tras día se felicitaban unas a otras por su limpieza y belleza. Hasta que un día, una de aquellas gotas decidió que se aburría de su limpia existencia, y quería probar a ser una gota sucia. Las demás trataron de desanimarla, pero ella insistió. Sin apenas darse cuenta, en cuanto la gota se volvió sucia ensucio a todas las gotas en su alrededor, que a su vez hicieron lo mismo con sus vecinas, y en un instante, todo el agua en la jarra se ensucio. Las gotas trataron de limpiarse, sin éxito. Hicieron de todo, pero era imposible terminar de sacudirse la suciedad. Finalmente. Mucho tiempo después, la jarra acabó en una fuente, y sólo cuando volvió a entrar en mucha agua limpia, las gotas recuperaron su trasparencia y belleza iniciales. Ahora todas saben que si quieren ser unas gotas limpias, todas y cada una deben serlo siempre, aunque les cueste, porque arreglar la malo de una solas mismo pasa con todos nuestros amigos, si queremos ser una jarra de agua limpia, todos tendremos que ser gotas limpias, y además no debemos ser las gotas sucias que lo estropean todo. Y tú, ¿Qué eres? ¿ Una gota limpia?
PEDRO PABLO SACRISTAN.
TRIPON EL GATO PANZUDO Andresín nunca quería acostarse a su hora. Sus papás le habían explicado lo importante que era acostarse temprano y descansar bien, pero él no hacia ningún caso, y ya no sabían qué hacer. Hasta que un fin de semana que estaba en el pueblo con los abuelos, el abuelo Paco se enteró y dijo: Esto es un trabajo para Tripón mi gato panzudo. Y diciendo eso, les endosó el gato y se lo tuvieron que llevar de vuelta a la ciudad. Era un gato lento y gordinflón, y tampoco daba mucho trabajo, pues nadie sabía nuca donde se metía. Esa misma noche, a la hora de acostarse, volvieron los problemas: Andresín no tenía intención de ir a la cama. -Y aunque sus papás esperaron un rato para ver si ocurría algo especial y Tripón solucionaba el problema, no pasa nada.-Vaya cosas tiene el abuelo- dijo el padre- igual está empezando a chochear. Cuando horas después Andresín fue por fin a acostarse, al llegar a la habitación se llevo un buen susto. Tripón estaba en su cama, totalmente despanzurrado durmiendo a pierna suelta y roncando por todo lo alto. Andresín trato de apartar al gato, pero no hubo forma, y aquella noche no pudo dormir nada, arrinconado en una esquinita… Al día siguiente, la historia se repitió, pero además Andresín estaba mucho más cansado por no haber dormido. Cuando llego el tercer día, el niño había comprendido que si quería dormir en su cama tendría que llegar antes que Tripón, así que en cuanto sus padres empezaron tan solo a hablar de acostarse, Andresín salió como una bala directo al dormitorio y se metió rápidamente en la cama.
Sus papás no podían creérselo. No sabían lo del gato, ni porque Andresín se acostó a su hora sin protestar. Y estaban tan contentos, que se quedaron celebrando hasta bastante tarde, pero… …¿Adivinaseis donde durmió Tripón aquella noche? PEDRO PABLO SACRISTÁN. LOS PROBLEMILLAS DEL ARCA El arca de Noé los animales llevaban tanto tiempo que empezaron a organizar juegos y actividades para divertirse. Pero no tuvieron mucho cuidado, y en uno de los juegos, un pájaro carpintero terminó haciendo un agujero en el fondo del arca. El agujero empezó a crecer, y en poco tiempo comenzó a entrar muchísima agua. Uno a uno, distintos animales trataron de arreglarlo, peleándose incluso por ser los que salvaran el barco, pero ni siquiera la presa del castor pudo hacer nada. Empezaron a asustarse y pensaron que el barco se hundiría, pero entonces la abeja explicó a todos como ellas siempre trabajaban todas juntas y en equipo, cada una haciendo lo que mejor sabia, y todos comenzaron a organizarse y ayudarse: los pájaros tiraban todos juntos del barco hacia arriba, los elefantes y otros animales grandes llenaban sus bocas de agua para sacarla del barco, los mas rápidos iban de acá para allá juntando materiales con los que construían nidos y madrigueras utilizando para arreglar el boquete cada vez mayor. Así, todos trabajando, consiguieron frenar un poco el hundimiento, pero no pararlo. Desesperados, siguieron buscando si faltaba algún animal por ayudar. Buscaron y buscaron, pero en el barco no había nadie más. Pero de repente, un pez se coló en el barco, y los animales se dieron cuenta de que ¡aún no habían pedido ayuda a todos los animales del mar! Pidieron al pez que buscara ayuda para salvar el barco, y acudieron peces y peces, y hasta una gran ballena que termino por
cubrir el agujero mientras el resto de animales reparaban el barco. Y así fue como todos los animales se salvaron con la ayuda de todos.
PEDRO PABLO SACRISTÁN.
LA ESCUELA QUE YO QUIERO Quiero una escuela con identidad propia, Con metas claras de las que todas participen Donde haya espacio para que cada uno Pueda desarrollarse y crecer: Donde el clima favorezca los intercambios y los vínculos De donde el amor nazca, fructifique y nos alimente Donde cada uno encuentre su forma de ser feliz Y hacer felices a los que nos rodean; Donde circule el conocimiento Y el trabajo sea constante; Donde el triunfo y el fracaso Sean considerados como dos caras de la misma Moneda; donde se quiera estar y permanecer Y a la que siempre se pueda volver Para recobrar fuerzas cuando haya que seguir… Quiero una escuela que sea “escuela” para todos, Que marque su impronta y sobreviva así,
Luminosa y total, en el fondo de nuestros corazones Impulsándonos a repetirla en cien, mil escuelas, A lo largo del tiempo de la distancia… Si vos queréis esa escuela Ya somos dos para construirla. CARTA ESCRITA EN EL 2070 Acabo de cumplir los 50 años, pero mi apariencia es la de alguien de 85. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me queda poco tiempo. Hoy soy una de las personas más viejas en esta sociedad. Recuerdo cuando tenía 5 años: todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían hermosos jardines y yo podía disfrutar de un baño de regadera hasta por una hora. Ahora usamos toallas empapadas en aceite mineral para limpiar la piel. Antes, todas las mujeres lucían su hermosa cabellera. Ahora debemos afeitarnos la cabeza para poder mantenerla limpia sin agua. Antes mi padre lavaba el auto con el chorro de la manguera. Hoy los niños no pueden creer que el agua se utilizara de esa forma. Recuerdo que había muchos anuncios que decían “cuida el agua”, sin que nadie los tomara en cuenta; pensábamos que el agua jamás se podía terminar. Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados y agotados. Antes la cantidad de agua indicada como ideal para beber, era ocho vasos al día por persona adulta. Hoy sólo puedo beber medio vaso. La ropa es desechable, con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura; hemos tenido que volver al uso de los pozos sépticos como en el siglo pasado porque ya las redes de desagües no se usan por la falta de agua.
La apariencia de la población hoy es horrorosa; cuerpos demacrados, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por los rayos ultravioletas que ya no tienen la capa de ozono que los filtraba en la atmósfera, inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por doquier. Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías urinarias. Son las principales causas de muerte. La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con agua potable en vez de salario. Los asaltos por un bidón de agua son asunto común hoy en las calles desoladas. La comida es 80% sintética. Por la resequedad de la piel una joven de 20 años luce como si tuviera 40. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxigeno también se ha degradado por falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones. Se ha alterado la morfología del espermatozoide de muchos individuos, como consecuencia hay muchos niños con insuficiencias, mutaciones y deformaciones. El gobierno incluso nos cobra por el aire que respiramos: 137 m3 por día por habitante por adulto. La gente que no puede pagar es arrojada de las “zonas ventiladas”, que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energías solar, no es de buena calidad pero se puede respirar; la edad promedio es de 35 años. En algunos países quedan manchas de vegetación con su respectivo río que es fuertemente custodiado por el ejército, el agua se ha vuelto el tesoro más codiciado, más que el oro o los diamantes. Aquí en cambio, no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse una precipitación, es de lluvia ácida; las estaciones del
año han sido severamente trasformadas por las pruebas atómicas y la industria contaminante del siglo XX. Se advirtió entonces que había que cuidar el medio ambiente. Y nadie hizo caso. Cuando mi hija me pide que le hable de cuando yo era joven le describo lo hermoso que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era bañarse y poder pescar en los ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo saludables que era la gente. Ella me pregunta: Papá, ¿Por qué se acabó el agua?. Entonces, siento un nudo en la garganta; no puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó de destruir el medio ambiente o simplemente no tomamos en serio tantas advertencias. Ahora nuestros hijos pagan un alto precio y sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción del medio ambiente llegó a un punto irreversible. ¡Cómo quisiera regresar el tiempo y hacer que toda la humanidad comprendiera esto cuando aún podíamos hacer algo para salvar a nuestro planeta tierra!.
DOCUMENTO DE LA REVISTA “CRONICAS DE LOS TIEMPOS”.
EL RÍO MÁGICO En unas montañas muy lejanas, existía un río mágico, que hacía que todo aquello que se acercara a él, se convirtiera en vida. Las piedras que rodaban por el valle, cayendo a la orilla del río, se convertirían en preciosos árboles que decoraban el paisaje alrededor del río. Las ramas caídas de árboles y arbustos, rodaban hasta el río, y se convertían en peces que llenaban el río de vida. En este lugar de montañas siempre sucedía lo mismo, el río le daba vida al valle. Cerca de esas montañas, había un poblado de hombres y mujeres que se movían en coche para ir de un sitio a otro del poblado, en vez de ir andando. Los habitantes del pueblo no se daban cuenta de lo que podían provocar si seguían usando el coche para todo. Un día, apareció una nube muy fea sobre el valle, y empezó a escupir lluvia ácida y contaminación al río, haciendo que todo lo que había a su alrededor fuera perdiendo vida poco a poco… El río asustado ante tan mala situación, llamó a todos los animales de la zona para explicarles que debían hacer. Cuando todos los animales estaban reunidos alrededor, el río habló: “Animales del
valle, necesito vuestra ayuda, se que sois buenos y me ayudareis. Una nube negra nos ha invadido, y no hay otra solución que visitar al poblado de hombres y mujeres que están provocándola. Debí ir allí y explicarles que sus coches están provocando un desastre en el valle”. Los animales fueron a avisar al poblado de la situación, y todos los hombres y mujeres del poblado se reunieron en una asamblea extraordinaria, para tratar el tema. Después de aquella asamblea, el Alcalde resumió las medidas que iban a tomar en el poblado: “vecinos y vecinas del pueblo, a partir de ahora nos moveremos a pie por el pueblo, y no usaremos el coche, nada más para ir a otras ciudades. Si dejamos morir el valle, nosotros también moriremos”. Y así fue como, poco a poco, la nube negra contaminante, fue desapareciendo de las montañas, y la vida volvió al valle, gracias a que los habitantes del poblado entendieron que era malo usar el coche para distancias cortas.
EL ESPANTAPAJAROS DE LA HUERTA Mi nombre es Laura, y soy una niña de 9 años que vive en la ciudad. Los veranos, cuando tengo vacaciones en el colegio, me voy a casa de mis abuelos que viven en un pequeño pueblo. Un día, me pasé por su huerta, a visitar al señor Anselmo, un vecino de mis abuelos, para que me enseñara a cultivar tomates y zanahorias, pues quería plantar mi propio huerto en el jardín de mi casa. En la huerta que tenía el señor Anselmo, había de todas las hortalizas y frutas que podrías imaginar, pues era el mejor hortelano que nunca había conocido. “Buenos días don Anselmo!!, ¿Qué tal esta?, le pregunté. “muy buenos días señorita, ¿preparada para aprender a saber de dónde sale la mayor parte de la comida?”, me respondió. “Claro que sí, estoy impaciente porque me enseñe a ser hortelana”, le respondí. Anselmo, me estuvo enseñando durante toda la mañana, cómo cuidar a los tomates y zanahorias, las veces que había que regarlos, y sobre todo, que es muy importante tener la tierra limpia de otras hierbas que quieran salir, pues afectaría mucho a los tomates.
Con las lecciones de Don Anselmo, planté un huerto de tomates y zanahorias, y para proteger a los tomates, pues las zanahorias nacen dentro de la tierra y no necesitan ser protegidas, puse un espantapájaros en la huerta, pues los pájaros se habían comido los primeros tomates que salieron, y no podía permitirlo… El espantapájaros, era el encargado de proteger mi huerta de los pájaros que había por esta zona. Mi espantapájaros, tenía un sombrero de paja y un moño azul, y en la cara le pinté unos ojos, una nariz y la boca. Desde que le puse de guardián de mi huerto, ningún pájaro se había acercado a picar los tomates, y me preguntaba cómo lo conseguía, así que un día, puse una cámara escondida en un matorral y le di a grabar. Cuando al día siguiente, recogí la cámara y vi el video, me llevé una sorpresa, pues de repente, un pájaro se estaba acercando hacia los tomates, y el espantapájaros se puso a dar vueltas, hasta formar un remolino de tierra que asustó a aquel pájaro. Así fue como entendí que un huerto es un lugar mágico, no sólo por los ricos alimentos que salen de la tierra, sino porque todas las cosas que forman la huerta, la tierra, el agua, el espantapájaros, el estiércol, el azadón, y muchas otras cosas, estando unidas, permiten darnos a las personas los mejores alimentos.
EL JARDIN NATURAL Hubo una vez un rey que tenía un gran palacio cuyos jardines eran realmente maravillosos. Allí vivían miles de animales de cientos de especies distintas, de gran variedad y colorido, que convertían aquel lugar en una especie de paraíso del que todos disfrutaban. Sólo una cosa en aquellos jardines disgustaba al rey: prácticamente en el centro del lugar se veían restos de lo que siglos atrás había sido un inmenso árbol, pero ahora lucía apagado y casi seco, restando brillantez y color al conjunto. Tanto le molestaba, que finalmente ordenó cortarlo y sustituirlo por un precioso juego de fuentes. Algún tiempo después, un astuto noble estuvo visitando al rey en su palacio. Y en un momento le dijo disimuladamente al oído: -Majestad, sois el más astuto de los hombres. En todas partes se oye hablar de la belleza de estos jardines y la multitud de animales que los recorren. Pero en el tiempo que llevo aquí, apenas he podido ver otra cosa que no fuera esta fuente y unos pocos pajarillos… ¡Que gran engaño!.
El rey que nunca pretendió engañar a nadie, descubrió con horror que era verdad lo que decía el noble. Llevaban tantos meses admirando las fuentes, que no se habían dado cuenta de que apenas quedaban unos pocos animales. Sin perder un segundo mandó a llamar a los expertos y sabios de la corte. El rey tuvo que escuchar muchas mentiras, inventos y suposiciones, pero nada que pudiera explicar lo sucedido. Ni siquiera la gran recompensa que ofreció el rey permitió recuperar el esplendor de los jardines reales. Muchos años después, una joven se presentó ante el rey asegurando que podía explicar lo sucedido y recuperar los animales. -Lo que pasó con su jardín es que no tenía suficientes excrementos, majestad por eso todo se polilla. Todos los presentes rieron al chiste de la joven. Los guardias se disponían a expulsarla cuando el rey se los impidió. -Quiero escuchar la historia. De las mil mentiras que he oído, ninguna había empezado así. La joven siguió muy seria, y comenzó a explicar cómo los grandes animales de aquellos jardines se alimentaban principalmente de pequeños pájaros de vivos colores, que debían su aspecto a su comida, compuesta por unos coloridos gusanos a su vez se alimentaban de varias especies rarísimas de plantas y flores que sólo podían crecer en aquel lugar del mundo, siempre que hubiera suficiente excremento de polillas…y así siguió contando cómo las polillas también eran la base de la comida de muchos otros pájaros, cuyos excrementos hacían surgir nuevas especies de plantas que alimentaban otros insectos y animales, que a su vez eran vitales para la existencia de otras especies… y hubiera seguido hablando sin parar, si el rey no hubiera gritado. -¡Basta! ¿Y se puede saber cómo tu sabes todas esas cosas siendo tan joven?-preguntó.
-pues porque ahora todo ese jardín está en mi casa. Antes de haber nacido yo, mi padre recupero aquel viejo árbol arrancado del centro de los jardines reales y lo plantó en su jardín. Desde entonces, cada primavera, de aquel árbol surge miles y miles de polillas. Con el tiempo, las polillas atrajeron a los pájaros, y surgieron nuevas plantas y árboles, que fueron comida de otros animales, que a su vez lo fueron de otros… y ahora, la antigua casa de mi padre está llena de vida y color. Todo fue por las polillas del gran árbol. -¡Excelente!, -exclamó el rey- ahora podre recuperar mis jardines. Y a ti, te haré rica. Asegúrate que dentro de una semana todo esté listo. Utiliza tantos hombres como necesites. -Me temo que no podrá ser majestad- dijo la joven-. Si queréis, puedo intentar volver a recrear los jardines, pero no viviréis para verlo. Hacen falta muchísimos años para recuperar el equilibrio natural. Con mucha suerte cuando yo sea anciana podrá estar listo. Esas cosas no dependen de cuantos hombres trabajen en ellas. El rostro del anciano rey se quedó triste y pensativo comprendiendo lo delicado que es el equilibrio de la naturaleza, y lo imprudente que fue al romperlo tan alegremente. Pero amaba tanto a aquellos jardines y aquellos animales, que decidió construir un inmenso palacio junto a las tierras de la joven. Y con miles de hombres trabajando en la obra pudo verla terminada en muchísimo menos tiempo del que hubiera sido necesario para restablecer el equilibrio natural de aquellos jardines en cualquier otro lugar.
PEDRO PABLO SACRISTAN.
UN RICO ADINERADO Un rico adinerado entró en una tienda en la que se vendía de todo. Muy decidido le preguntó al que estaba atendiendo: -¿es verdad que aquí venden de todo? -sí, señor – respondió tranquilamente el tendero. -pues entonces quiero comprar lo que todavía me falta: alegría, amor y felicidad. El tendero, sin ningún problema, entró unos momentos en el almacén. Cuando salió, le puso sobre el mostrador lo que le había pedido. Y mientras lo envolvía le preguntó: -¿Es para usted o para regalar a alguien? El rico adinerado dijo sin dudar: -Es todo para mí. Yo nunca regalo nada a nadie. Y el tendero respondió:
-Pues si es así, entonces le costara muy caro. Pero como para aquel hombre el dinero no era problema, pagó una altísima cantidad de dinero y se marchó. Al día siguiente, volvió nuevamente a la tienda, pero muy enfadado. Porque aquello que había comprado el día anterior se le había gastado enseguida. Con grandes gritos decía que le habían engañado y estafado. Sin embargo, el tendero, con gran serenidad le dijo: -No se altere, amigo, porque normalmente suelen durar muy poco la felicidad, la alegría y el amor que se compran con dinero. Si realmente quiere alcanzarlos y tenerlos siempre, deberá desprenderse gratuitamente de ellos y regalarlos siempre que se le presente la ocasión de hacerlo. Muy contrariado dijo el rico adinerado: -Pero si he de regalarlos siempre, los perderé. Me gastaría una fortuna teniendo que venir a comprarlos cada vez que los regalara. Entonces el tendero le dijo con una sonrisa: -¡Oh no! Eso no, amigo. Cuando la felicidad, la alegría y el amor se piden para ser regalados, no cuestan nada, son gratuitos. Y además, cuanto más entregue de ellos a otras personas , más crecerán en su interior, y más vendrá a la tienda por más. Parece extraño pero así lo ha querido su fabricante, y sólo así funcionan. Si no se comparten se apagan.
JOSE REAL NAVARRO
EL PAYASO DESCUIDADO Había una vez un payaso llamado Limón. Era muy divertido, pero también muy descuidado, y con casi todo lo que hacía terminaba rompiéndose la chaqueta, o haciéndose un agujero en el calcetín, o destrozando los pantalones por las rodillas. Todos le pedían que tuviera más cuidado, pero eso era realmente muy aburrido, así que un día tuvo la feliz idea de comprarse una buena máquina de coser. Era tan estupenda que prácticamente lo cosía todo en un momento, y Limos apenas tenía que preocuparse por cuidar las cosas. Y así llego el día más especial de la vida de Limón, cuando todos en su ciudad le prepararon una fiesta de gala para homenajearle. Ese día no tendría que llevar su colorido traje de payaso, ese día iría como cualquier otra persona, muy elegante, con su traje, y todos hablarían de él. Pero cuando aquella noche fue a buscar en su armario, no tenía ni un solo traje en buen estado. Todos estaban rotos con decenas de cosidos, imposibles para presentarse así en la gala.
Limón que era rápido y listo, lo arreglo presentándose en la gala vestido con su traje de payaso, lo que hizo mucha gracia a todos menos al propio Limón, que tanto había soñado con ser él por una vez el protagonista de la fiesta, y no el payaso que llevaba dentro… Al día siguiente, muy de mañana, Limón sustituyo todos sus rotos trajes, y desde entonces, cuidaba las cosas con el mayor esmero, sabiendo que poner un remedio tras otro, terminaría por no tener remedio.
PEDRO PABLO SACRISTAN.
VIVIR COMO LAS FLORES Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto? Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes; algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian. -¡Pues vive como las flores!, advirtió el maestro. -Y ¿Cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo. -Pon atención a esas flores – continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol. Sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos y no tuyos . Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse… ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfuma la vida de los demás haciendo el bien.
EL MILAGRO ESTA EN NUESTRAS MANOS El escritor Gonzalo Gallo G, en su obra “El milagro está en nuestras manos”, recomienda a sus lectores una actitud que pueda solucionar o prevenir la irresponsabilidad en la comunidad, si todos, desde ya nos comprometemos por hacer de Colombia un lugar de paz, honestidad y progreso. “Hagamos la revolución del amor, para que no triunfe el imperio del mal. Los deshonestos quieren gente dormida que se lave las manos ante la corrupción. Encendamos la luz de la esperanza y defendamos los derechos humanos. El sistema quiere seres aletargados, que no piensan, que sólo vivan para consumir y se dejen manejar como esclavos, ¡despierta!, anímate a promover la justicia y la hermandad. Todos estamos al rescate de la ética, a desterrar la corrupción y a actuar con honradez. Al que actúa sin ética le va mal a corto,
mediano o largo plazo; a él, a los suyos y a su patria. En perspectiva de eternidad, ningún acto malo queda impune. La justicia divina no está viciada por la impunidad que reina en la tierra y basta esperar un poco y ver cómo el camino del impío acaba mal”.