Como decía Mario Benedetti en su poema "El hombre que miraba a través de la niebla":
"...Cómo cambian las cosas
en la niebla. los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía,
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno,
los humildes en cambio no se ven. Pero yo sé quién es quién detrás de ese telón de incertidumbre, sé dónde está el abismo, sé dónde no está dios, sé dónde está la muerte, sé dónde no estás tú. La niebla no es olvido,
sino postergación anticipada. Ojalá que la espera
no desgaste mis sueños..."