Como dice Dewitt Jones, la fotografía no es un fin, es el medio para un fin. El fin es un estilo de vida, una actitud, un acercamiento al mundo natural. Todo fotógrafo naturalista que se precie ha de ser un enamorado de la naturaleza, ha de luchar con pasión por la protección de los espacios naturales, pues sólo así se soportan mejor las duras y largas condiciones de trabajo de las salidas (frío, calor, cansancio, peso del equipo...). Pero además, uno no puede perder esa capacidad de asombrarse ante los numerosos y variados espectáculos que la naturaleza nos ofrece. En este caso, me he centrado en el mundo animal.