UNIVERSIDAD YACAMBU VICERRECTORADO ACADEMICO DEPARTAMENTO DE CURRICULUM PROGRAMA DE ESTUDIOS POR COMPETENCIAS CARRERA-PROGRAMA PSICOLOGÍA Psicología Ambiental (THA-1153) Sección MB01M0V 2019-1
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María Betania Moreno v-26.373.557.
Marzo 2019 CONTENIDO Actitudes ambientales. Ambiente y comportamiento grupal. Percepción social del riesgo. Sentido social para vivir en comunidad. Conducta ecológica responsable. Elementos de educación ambiental. Comportamiento ético para proteger el ambiente
Las
actitudes y los comportamientos ambientales de los estudiantes de Enfermería pueden contribuir a minimizar los factores de riesgo ambiental, a través de acciones individuales o colectivas, en la vida diaria y en la práctica profesional.
Esta Se analizaron las actitudes y comportamientos ambientales y su relación con las variables sociodemográficas..
En la De acuerdo con la Teoría de Acción Ambiental Positiva de Emmons (1997), el comportamiento humano es producto de la integración del conocimiento ambiental, los valores ambientales, la sensibilidad y las actitudes positivas hacia el ambiente, se concreta en habilidades y procedimientos personales que reflejan el convencimiento de la pertenencia del ser humano al ambiente (Hernández y Jiménez, 2010).
La acción ambiental positiva es una conducta producto del empoderamiento y del sentimiento de pertenencia al ambiente. De lo anterior, se deriva la relación que tienen las actitudes con el comportamiento y con la posibilidad de influencia y control de las conductas individuales y colectivas. Entonces, se espera que, si una persona tiene una actitud favorable hacia un determinado objeto, en este caso el ambiente, tenga mayores posibilidades de que se comporte favorablemente hacia su entorno. Por tanto, el componente conductual es uno de los elementos que se puede medir de manera más directa y el más útil para evaluar la actitud (Hernández y Jiménez, 2010). Pertenecer a grupos es importante ya que los grupos proveen identidad, seguridad y estructura. Además, satisfacen nuestras necesidades de afecto, atención y pertenencia. Sin embargo, el grupo puede llegar a subordinar nuestra identidad e individualidad. Veamos algunos ejemplos de ello.
Se procuran (reciclaje, ahorro de energía, etc), estableciendo las características definitorias que determinan el conocimiento, la disposición al pago y el perfil de los consumidores de los alimentos ecológicos. El análisis multivariante al que fueron sometidos los datos de la encuesta, además de permitir establecer una segmentación de la población en lo que se refiere a su nivel de compromiso ecológico (verbal, real o afectivo), permite analizar las relaciones existentes entre los consumidores habituales de alimentos ecológicos y sus características (psicográficas y sociodemográficas), explorando la capacidad predictiva de variables relacionadas con las actitudes respecto a conductas ecológicas. Por ejemplo, El estudio del comportamiento del consumidor presenta gran dificultad por cuanto los individuos no son coherentes, aunque sea de forma inconsciente, respecto a lo que dicen preferir y lo que finalmente terminan por consumir (Kotler, 2000), influenciados por diversas circunstancias que condicionan su comportamiento, como son, las variables sociodemográficas,
culturales, su personalidad u otras características psicográficas. A esa dificultad se añade el hecho de que no suele existir un comportamiento que se pueda definir de enteramente ecológico, al igual que no existe un producto plenamente medioambiental; es fácil entender que resulta complejo que el consumidor siga un patrón de conducta completamente ecológico en todas las fases del proceso, es decir, cuando lo compra, consume, recicla o desecha. Por ese motivo, se considera suficiente con considerar, de manera amplia y general, si los consumidores se comportan de manera ecológica, sin entrar a valorar los requisitos que deberían cumplir para poderse valorar un comportamiento de plenamente ecológico. Por lo tanto, y siguiendo a autores como Fraj (2003), podría decirse que un consumidor se comporta de forma ecológica cuando: su preocupación por el medio ambiente es elevada; participa activamente en la mejora del mismo; muestra una gran responsabilidad medioambiental, modificando sus hábitos que son menos respetuosos con el entorno; e incluso, cuando está dispuesto a pagar más por productos menos contaminantes, por ejemplo los alimentos ecológicos.
PERCEPCIÓN AMBIENTAL n lo referente al comportamiento espacial son fundamentales los siguientes conceptos: 1) Espacio personal. Desarrollado por Hall (1966) y Sommer (1974), define un área que mantienen y defienden los individuos alrededor de sí mismos. Sommer lo precisa como un área delimitada por unas fronteras invisibles, que circunda el cuerpo, dentro de la cual se considera que los intrusos no deben penetrar. Hall (1959) lo describe como un sistema de
comunicación no verbal que regula los procesos de interacción (proxémica), el territorio propio o personal (conducta territorial) y la experiencia vivida (positiva o negativa del hacinamiento). 2) Distancia interpersonal. Regula las relaciones, establece límites y mantiene patrones de respuesta a la invasión de los espacios personales. Sus funciones son la autoprotección (como una “zona amortiguadora o de protección del cuerpo y del yo”), facilitar la comunicación
María Betania Moreno interpersonal, regular la intimidad y transmitir información acerca de la distancia considerada óptima. Holahan (1999) incluye la atracción interpersonal, función que permite regular las muestras de atracción interpersonal, discriminando distintos tratos afectivos. 3) Territorialidad. Defensa de un territorio personal, con límites invisibles, mediante el desarrollo de conductas como el gesto, la postura y la ubicación, que transmiten un mensaje claro y significativo (Holahan 1999); regula la
Es amplia la creencia de que las conductas y comportamientos ambientales de los ciudadanos (reciclado de productos, adquisición de electrodomésticos de bajo consumo
energético, empleo de medios de transporte público o no contaminantes, reducido consumo energético, etc) vienen determinados por sus actitudes hacia el medio ambiente. La consideración que los
individuos tienen hacia el medio ambiente cuando realizan su vida cotidiana viene determinado por sus niveles de compromiso en los ámbitos afectivo, verbal y real.
COMPORTAMIENTOS ECOLÓGICOS DE LOS CIUDADANOS
En las últimas décadas la problemática medioambiental se ha convertido en una cuestión de gran importancia para la mayoría de los ciudadanos de los países desarrollados. No obstante, el último Barómetro del Consejo de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2007) pone de manifiesto que la preocupación medioambiental no es una de las prioridades de los ciudadanos españoles, en la medida de que para tan sólo un 1,6% de los mismos es el problema más prioritario al que se enfrenta la sociedad española. La preocupación medioambiental quedaría muy por detrás de otros aspectos como son, por orden de importancia: el terrorismo, el paro, la situación económica, la vivienda, la inmigración, la inseguridad
ciudadana, la calidad del empleo, la educación, los problemas de índole social, la sanidad, las pensiones, las drogas, la violencia contra la mujer o los problemas relacionados con la juventud.
La reducida preocupación que los ciudadanos españoles tienen por el medio ambiente y los efectos que sobre su vida cotidiana pudiera tener de forma directa o indirecta (lluvia ácida, eliminación de la capa de ozono, efecto invernadero, desaparición de especies, agotamiento de recursos, etc), se corresponde con crecientes niveles comportamiento ecológico, siendo cada vez más elevado el porcentaje de la población que hace uso de puntos limpios, separa basuras, recicla papel, o emplea bombillas de bajo consumo.
Pensamiento de Grupo Se utiliza este concepto para definir la tendencia de los miembros de un grupo a ser influidos más por la cohesión del grupo y un líder dinámico que por las realidades propias de una situación. Uno de los factores que más contribuye a aumentar el pensamiento de grupo es cuando los miembros del grupo perciben que hay una amenaza externa que atenta contra la integridad del grupo. Entre las características del pensamiento de grupo se encuentran las siguientes: a-
Creerse
invulnerable b- Creer de forma absoluta que se tiene la razón c- Desvalorizar toda información opuesta d- Presión sobre los miembros del grupo para acatar y conformarse e- Estereotipos negativos hacia los que pertenecen al grupo D- Conducta en masa y desindividualización 1- Cuando las personas se encuentran formando parte de grupos grandes identificados con una situación, o lo que podría denominarse una masa, es posible que incurran en conductas inmorales, agresivas e ilegales, las cuales no harían si estuvieran solas. Tal proceder podría explicarse en función de
lo que se conoce como estado de desindividualización.
instancia es de la circunstancia o situación.
2- Estado de desindividualización - Es una experiencia de baja autoconciencia (reduced selfawareness) y de baja preocupación por la evaluación social que puede llevar a una persona en medio de una multitud a actuar violenta y agresivamente. El estado de desindividualización puede ser propiciado por: el anonimato, la excitación del momento y la difusión de responsabilidad. 3- Difusión de responsabilidad - Es un estado psicológico en el cual la conducta de la persona está mediada por su interpretación de cómo la misma no se le adscribe a sí sino a los otros que están presente en la situación. Respecto a la conducta impropia durante el estado de desindividualización, la difusión de responsabilidad contribuye a la misma en tanto la persona entiende que la responsabilidad por su conducta es compartida, es de los demás, es del grupo y en última
E- Altruimo y el efecto del observador 1- Se define altruismo como ayudar de forma desinteresada a otros. 2- Factores que median la conducta altruista: a- estar en buen estado de ánimo b- empatía (capacidad para identificarse con el dolor de otros c- tener la certeza de que se está ante una emergencia d- conocer que hacer en la situación e- el hecho de que se conozca a la persona necesitada f- identificarse con la persona g- la difusión de responsabilidad (esto es, creer que si hay otras personas presentes en la situación, alguien ha de asumir la responsabilidad de ayudar
Definición Fenómeno que hace referencia a la manera cómo nuestros receptores sensoriales y el sistema nervioso representan físicamente nuestro ambiente externo. Como proceso, los estímulos ambientales generan la excitación de grupos de receptores sensoriales de la misma modalidad que, a través de su conexión con el sistema nervioso central, aportan información al organismo. El problema del alternativa para de sus progresivo deterioro preservar el medio necesidades (Castillo, ambiental y social se ha ambiente y garantizar la 2009). Por lo tanto, el atribuido a ciertas supervivencia de las ser humano es siempre creencias o formas especies. un portador de valores de ver el mundo La cultura es un culturales. La que establecen, en gran término globalizador, cultura ambiental es la parte, los valores y las que incluye todo manera como los seres actitudes con respecto aquello que la humanos se relacionan al medio humanidad ha con el medio ambiente y a los incorporado en ambiente. otros seres humanos la naturaleza, Según Roque (2003, p. que generarán con el fin de dominarla, 10), cada pueblo determinados transformarla, impacta en sus recursos comportamientos o establecer relaciones naturales y en su conductas sociales acertadas, sociedad ecológicas. generar de manera Todo esto en conjunto respuesta a sus particular. De ahí que el determina la cultura interrogantes y tener su tratamiento a los ambiental que propia cosmovisión problemas ambientales identifica a los pueblos. (Beldarrín, 2004). Por involucre la necesidad Por ejemplo, la agricultura no solo de un tal razón es es una de las enfoque educativo, sino importante formar primeras acciones que también cultural, que se desde edades tempranas realizó el ser humano aborde desde los una adecuada cultura en la naturaleza para la valores, las creencias, ambiental, como una satisfacción
las actitudes y los comportamientos ecológicos (Bayón y Morejón, 2005, p. 2). En vista de que el tema de la cultura ambiental es tan amplio y, además, objeto de intervenciones de
diferentes disciplinas, es preciso delimitar el estudio de este, a partir de cuatro variables: las creencias, los valores, las actitudes y los comportamientos. A continuación se
revisarán dichas variables, desde la perspectiva teórica y empírica, completando así la definición de cultura ambiental.
La necesidad de la Educación Ambiental (EA) se ha ido constatando y promoviendo desde la década de los setenta en todos los congresos y reuniones celebradas sobre el tema. Aunque la respuesta ha sido desigual, las distintas Reformas Educativas que se han producido en los países de nuestro entorno han incorporado a sus objetivos la protección del medio ambiente y la construcción de un modelo de sociedad acorde con la sostenibilidad, fundamentalmente en los niveles educativos correspondientes a la educación obligatoria. Si bien, los objetivos y metodologías aplicadas en su desarrollo han ido evolucionando al tiempo que lo hacían las concepciones sobre el medio ambiente y la percepción de la crisis ambiental. Así, en la década de los setenta, se identificaba el ambiente con el medio natural y, por consiguiente, se educaba “para la conservación del medio natural”. En los ochenta, se incorpora el medio social elementos relacionados
con el entorno humano (sociales, políticos, económicos y culturales)-, pasándose a educar “para la concienciación sobre la crisis ambiental”. A partir de los noventa comienza a percibirse que la causa de la crisis ambiental es consecuencia directa del crecimiento económico ilimitado; pues, aunque en la etapa anterior se relacionaban las causas de los problemas ambientales con diversos aspectos socioeconómicos, todavía no quedaban claras las relaciones entre economía, problemas sociales y ambiente. Ello implicaba que las posibles soluciones a la crisis ambiental tenían que ser abordadas desde la cooperación internacional y acciones a nivel global. La EA se enfocaba como una educación “a favor del medio" que, aportando conocimientos, actitudes, valores, conductas, etc. favoreciera el desarrollo sostenible. En la década actual se ha dado un nuevo “paso” en cuanto a los fines de la EA, pues se
considera que, aunque debe seguir orientándose hacia un desarrollo sostenible, ha de centrarse en las personas y en la comunidad y no en el medio. Es decir, ha de ser una educación “para cambiar la sociedad”; una educación que ayude a los individuos a interpretar, comprender y conocer la complejidad y globabilidad de los problemas que se producen en el mundo y enseñe actitudes, conocimientos, valores, comportamientos, etc. que fomenten una forma de vida sostenible, de forma que se procuren los cambios económicos, sociales, políticos y culturales que nos lleven a alcanzar un modelo de desarrollo que implique no sólo una mejora ambiental, sino también una mejora social, económica y política a nivel global. Así lo ha entendido la ONU que, en su 57 sesión (2004), declaró al periodo 2005-2014 como la Década de la Educación para un Desarrollo Sostenible (http://cms01.unesco.or g/es/esd/decade-of-
eds/). Pero la introducción del paradigma de la sostenibilidad en los discursos y prácticas del mundo de la enseñanza está provocando un giro estructural que obliga a revisar la cultura educativa. Ello implica redefinir los nuevos
escenarios educativos, sus tiempos y ritmos, el papel del profesorado y de todos los actores que intervienen en la práctica escolar, el currículo, su gestión y el ecosistema pedagógico actual. Supone el análisis crítico del marco socioeconómico que ha
determinado las actuales tendencias insostenibles y preparar una ciudadanía responsable y capacitada para la toma de decisiones sostenibles en un mundo global y complejo
PERCEPCIÓN AMBIENTAL
Proceso a partir del cual se organiza e interpreta la información sensorial en unidades significativas. La percepción ambiental es el resultado del proceso psicológico por el cual las diversas sensaciones se organizan e integran para configurar un cuadro coherente y significativo del entorno o de una parte de él.
María Betania Moreno
Cultura ambiental La cultura ambiental establece los parámetros de relación y reproducción social con relación a la
naturaleza. Para Bayón (2006), esta debe estar sustentada en la relación del hombre con su medio ambiente, y en dicha relación está
implícito el conjunto de estilos, costumbres y condiciones de vida.
siempre y necesariamente en un contexto ambiental.
Para los psicólogos ambientales existe un axioma indiscutible, y es el hecho de que toda conducta tiene lugar
Esta afirmación, no especialmente reveladora, es una forma de llamar la atención sobre el papel que puede desarrollar el ambiente (especialmente el físico, como veremos) en la experiencia y el comportamiento humano. Un papel que la psicología durante muchos años ha mantenido postergado.
La percepción social del riesgo Numerosos expertos definen técnicamente el riesgo como la probabilidad de que suceda un determinado evento multiplicado por las consecuencias potenciales que se derivan de este evento. Además, la acepción habitual de riesgo hace que bien el evento o bien las consecuencias (o ambos) deben ser negativos o peligrosos. Dentro de esta definición hay riesgos de muchos tipos pero todos ellos implican al comportamiento humano, sea como desencadenante de la situación de riesgo, sea como consecuencia de ésta. Aunque aquí sea importante el abordaje de los riesgos de carácter ambiental, contemplaremos otros tipos de riesgos de manera que podamos ejemplificar de la manera más clara las principales ideas de estos apartados. A pesar de lo dicho anteriormente, la gravedad de un riesgo no sólo puede depender de que se determine una alta probabilidad de que un evento catastrófico suceda, ni de que se evalúe un como altamente perniciosas sus consecuencias. La gravedad también puede depender del tipo de percepción que se tenga sobre la potencial situación de riesgo, de la percepción del grado de incertidumbre del peligro que manifiesten los potenciales afectados por la situación, o del tipo de comportamiento que éstos desarrollen a partir de esta percepción.
El enfoque positivista y reduccionista adoptado a menudo por las perspectivas técnicas se amplía, a partir de las teorías de las ciencias sociales, para incluir apreciaciones sobre la construcción social de la realidad. En estas teorías hay implícito el hecho de que el riesgo no puede existir independientemente del contexto y que, por tanto, en cualquier contexto múltiple existen diversas interpretaciones que dependen de la experiencia del ambiente. Las perspectivas sobre el riesgo desde las ciencias sociales tienden a centrarse en actitudes o valores a nivel individual, social o cultural, como predictores de satisfacción o tolerancia al riesgo entre grupos sociales.