Liderazgoycalidadeducativa

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UNIVERSIDAD YACAMBÚ VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO MAESTRÍA EN GERENCIA EDUCACIONAL CALIDAD DE LA EDUCACIÓN

EL DOCENTE ACTUAL Un líder comprometido a erigir la calidad educativa (ENSAYO)

Facilitador: Prof. Leonardo Castillo Participante: Yamileth Ledezma C.I.: V-13647007 JEEC-313 ED01D0V

Julio de 2014


LA CALIDAD EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVA La educación es una herramienta privilegiada para la transformación social, la cual ha sido usada como instrumento para mantener el orden social establecido según la más antigua tradición cultural. Bourdieu (2003) explica que el espacio social u organización de la sociedad se funda en un capital cultural, es decir; en la herencia cultural -o más bien, manera de ver al mundo- que ese espacio social tiene. De este modo, la sociedad se ha organiza en torno a valores determinados por un grupo dominador que ha impuesto sus valores culturales a través de estímulos cargados de diferente significación que, transformados en una especie de lenguaje, dan forma a las perspectivas, prioridades, ideologías e intereses de los componentes de cada grupo social; de esta manera la distribución del capital cultural permite construir un espacio social y la institución educativa, mediante el fomento de aquellas formas particulares de entender el mundo, ayudan a reproducirlo y a mantenerlo a través del tiempo y de la historia. Es así como, a la par de los avances tecnológicos que trajo la primera década del siglo XXI se han generado una serie de reflexiones, disposiciones y reglamentaciones en el ámbito de las políticas educativas mundiales. Siendo la calidad educativa un aspecto importante y considerado en la gestión escolar. Muñoz (2003) explica "que la educación es de calidad cuando está dirigida a satisfacer las aspiraciones del conjunto de los sectores integrantes de la sociedad a la que está dirigida; si, al hacerlo, se alcanzan efectivamente las metas que en cada caso se persiguen; si es generada mediante procesos culturalmente pertinentes, aprovechando óptimamente los recursos necesarios para impartirla y asegurando que las oportunidades de recibirla –y los beneficios sociales y económicos derivados de la misma– se distribuyan en forma equitativa entre los diversos sectores integrantes de la sociedad a la que está dirigida." Basándonos en este planteamiento, la educación emerge como un fenómeno social y político no sólo por sus fines (integrar al educando al mundo-sociedad), sino también porque aporta con su ejercicio a la conformación de la realidad social y cultural de los distintos grupos humanos. Desde esta perspectiva, es preciso construir un nuevo sentido del conocimiento.


La preocupación por la calidad suele tener lugar cuando las metas acerca de la cobertura o la cantidad se han ido consiguiendo: ya no se trata de que toda la población va a la escuela sino además obtener un aprendizaje de calidad. Sin embargo, el significado del término calidad no es único. No todos lo que hacen referencia a ella pretenden expresar lo mismo. Calidad es un concepto relativo, que va definiéndose según las necesidades de la sociedad y de la época. Generalmente está asociado a ciertas valoraciones y a ciertos parámetros tomados como ideales para conseguirla. Algunos autores, entre los cuales se destacan DEMING, JURAN, CROSBY E ISHIKAWA coinciden que

la motivación, la cooperación, la comunicación y el

compromiso de la gerencia son factores esenciales para alcanzar la calidad total, donde el enfoque actual está dirigido a la satisfacción de las necesidades del cliente. Aplicando este concepto en la educación, este proceso abarcaría toda la situación de enseñanza – aprendizaje, tanto los resultados, como los procesos y las condiciones en que éstos se desarrollan. Por lo tanto, hablar de mejoramiento de la calidad educativa implica un proceso tendiente a obtener mayores niveles en los resultados de aprendizaje de los estudiantes, trabajando sobre los distintos aspectos que influyen para que esto sea posible. La calidad de los resultados involucra todo el proceso y a toda la organización. Así, W. Edwards Deming al exponer sobre la calidad en la gerencia, planteó 14 rasgos los cuales han sido tomados por la alta gerencia para superar adversidades y así alcanzar la excelencia como organización. Sin embargo, hay que ser cuidadoso al comparar un sistema de producción empresarial con un sistema educativo, debido a que los fines deben ser diferentes. Y esto, lamentablemente es lo que ha sucedido con la educación, la cual se ha administrado desde una visión occidental empresarial que produce el personal calificado para un mercado de trabajo que requiere la sociedad; desestimando el valor humano y la transformación del ser humano hacia un ciudadano integral, con competencias no solo profesionales sino sociales, políticas, morales, etc. Capaz de asumir el poder para transformar su realidad social. La calidad requiere compromiso por parte de todos los que intervienen en la organización y entusiasmo por mejorar permanentemente. Es perentorio, que todos los sujetos que integramos las organizaciones educativas ejerzamos un liderazgo que permita replantear el modelo educativo, a través de un trabajo crítico-reflexivo de


hombres y mujeres comprometidos con la evolución, consiste en desvelar las contradicciones que en la estructura de la sociedad capitalista existen como resultado de la idea de progreso desmedida y sustentada en avances desarticulados de las necesidades reales de los seres humanos y las del planeta. En este sentido, la calidad educativa debe estar contextualizada en todos los espacios. Y construirse desde la autenticidad histórica, cultural y social de los pueblos constituidos colectiva e individualmente que nos ayudará a movilizar e idear nuevas formas de pensar(nos) a la educación. El Docente Actual: Un líder comprometido a erigir la calidad educativa Las reformas educacionales están llamadas a transformar los paradigmas de calidad. Martinez (2001) nos habla de un mundo convertido en un" sistema global sobre el cual el capitalismo, en sus diversas formas, ha tejido una compleja red de relaciones económicas, culturales y políticas" (p.92); en esta realidad ya no hay espacio para compromisos colectivos ni para los compromisos personales. El compromiso social de la educación y del educador, ante el panorama debe revalidarse, reconceptualizarse, pues creemos con Martínez (up supra) que "el compromiso radical de la escuela con la educación del ser humano no puede eludir su posición crítica con las políticas de injusticia y desigualdad. Ésta debe seguir siendo una cuestión básica en todo educador" (p. 95). Desde esa visión el docente, debe transformarse en un líder comprometido a erigir la calidad educativa, su rol actual es ser el agente primordial del proceso educativo, puntualizando su compromiso profundo y permanente con sus educandos y con su práctica, de manera de responder a lo que la realidad le demanda en favor de la formación de éstos y como consecuencia de ella, de la formación de la sociedad y la cultura; compromiso que implica una toma de conciencia -es decir se opone a la enajenación, o sea a "la pérdida, por el hombre, de lo que constituye su propia esencia y por consiguiente, la dominación del objeto sobre el sujeto" (Becerril, 1999:86)- y trae como resultado una acción pedagógica centrada en lo que Moya llama situación formadora, es decir, "un espacio de práctica educativa mediadora entre sujetos y dispositivo pedagógico (…) que contiene la trama de relaciones que instituyen, tanto la


relación entre actores (interacción pedagógica) como la interacción entre saberes (relación significante)" (2002:20). Este reto no es fácil, debido a la hegemonía de un paradigma cultural fundado en el positivismo científico e inspirado en el capitalismo económico que ha dado como resultado la presencia de un profesor que se ha limitado a ser un mero transmisor de conocimientos y "las instituciones y programas de formación docente han sido la mejor "escuela demostrativa" de la escuela transmisiva, autoritaria, burocrática, que desdeña el aprendizaje" (Torres, 1999:47). En la mayoría de las instituciones educativas venezolanas nos enfrentamos a docentes que no cuentan con los recursos didácticos ni pedagógicos para responder a una calidad que dista de los supuestos teóricos en los cuales fueron preparados, docentes que, desprestigiados socialmente, cargan con el trauma histórico de la indiferencia de las autoridades respecto de sus condiciones laborales, dignificación como profesionales y por ende, de la validez de su opinión respecto de las posibles reformas y su implementación. Nos encontramos con docentes alienados, "ajenos en su mayoría a la información y al debate en torno a los grandes temas de la educación, a las políticas educativas nacionales e internacionales que definen su rol y perspectivas presentes y futuras" (Torres, 1996: 26). Es necesario erigir una práctica que trascienda la cotidianeidad y se proyecte a las significaciones que nuestro trabajo contiene, que se detenga, no sólo en las estrategias y en las didácticas propias de la enseñanza, sino que analice los precedentes que vamos sentando con cada discurso, análisis y en cada relación que establecemos con nuestros estudiantes. La búsqueda de la calidad educativa no puede ser una mera revisión de principios implementados exitosamente en la visión empresarial, tiene que ser una práctica que acoja la inquietud del profesor por trascender, el lugar en donde, mediante la reflexión, pueda aclarar su posición respecto de la problemática educativa, su rol en la dinámica social, su forma de entender el mundo. Debe ser el espacio en donde el profesor -en formación o en servicio- pueda hacer conciencia de sí mismo, de su labor y del mundo y pueda confirmar su compromiso con sus educandos y su proceso de aprendizaje, un compromiso responsable con lo que sus existencias puedan llegar a ser. El profesor debe ser capaz de incorporarse a la sociedad, a la interacción con otras personas y a la institucionalidad que las organiza, para estar en condiciones de "convertir a la escuela en primer espacio público del niño, niñas y adolescente,


creándole posibilidades de percibir, vivir y actuar, interactuando con las múltiples relaciones que permean toda la sociedad" (Setúbal, 1996:88). En la medida en que el profesor ha aprendido a participar y comprometerse va a tener la capacidad de enseñar a sus alumnos a integrarse a la sociedad y al mundo, de manera que cada quien pueda resguardar su propia individualidad y no hacerse una víctima de la enajenación. Para finalizar, nos queda como tarea pendiente construir una calidad educativa en Venezuela basada en nuestros principios y valores; somos los protagonistas de este reto; por lo tanto, nuestra formación como educadores exige un gran compromiso éticopolítico, es decir, estamos llamados a constituir calidad en espacios que, al parecer, se encuentran tomados por una pedagogía domesticada que no reconoce en los otros las voces plurales, carece de construcción de conocimiento e imposibilita soñar con otra educación posible. Entonces, la lucha actual es oponernos a un pensamiento unidimensional, como diría Herbert Marcuse y, trabajar en pro de un pensamiento Transdisciplinario que “reconozca la multiculturalidad como sur” y transformarnos en educadores progresistas.


Referencias Bibliográficas  BECERRIL, Sergio (1999) Comprender la práctica docente. Categorías para una interpretación científica. México. Plaza y Valdés Editores.  BOURDIEU, Pierre (2003) Capital cultural, escuela y espacio social. Bs. Aires, Argentina. Siglo veintiuno editores.  DEMING, W. E. (1986). Out of the Crisis. Cambridge, Mass: MTT Center for Advanced Engineering Study.  DURKHEIM, Émile (1998) Educación y pedagogía. Ensayos y controversias. Bs. Aires, Argentina Editorial Losada.  FREIRE, Paulo (1999). “Pedagogía de la indignación”. Ediciones Morata. MadridEspaña.  GIROUX, Henry (1997). “Cruzando límites”. Editorial Paidos. España.  GOBIERNO BOLIVARIANO DE VENEZUELA (2009). “Foro del Futuro: Tema Pedagogía Crítica”. Fondo Editorial IPASME, Caracas-Venezuela.  MARTÍNEZ BONAFÉ, J. (2001) "Arqueología del concepto de compromiso social en el discurso pedagógico y de formación docente". Revista Electrónica de Investigación Educativa, núm 3, México http://redie.ens.uabc.mx/vol3no1/contenidobonafe.html  MOYA, Carlos (2002) Integración, diversidad y ruptura. La pedagogía y la didáctica en la sociedad de la información. Material de clase Programa de Magíster en Pedagogía Universitaria. Universidad Católica del Maule. Chile.  SETÚBAL, María Alice (1996) "Demandas que surgen de la autonomía y descentralización". En Nuevas formas de aprender y enseñar, UNESCO, Santiago.  TORRES, Rosa María (1996) "Formación docente: clave de la reforma educativa". En Nuevas formas de aprender y enseñar. UNESCO, Santiago.  ROJAS, Alvaro (2006). Educación, compromiso social y formación docente. Corporación de capacitación y desarrollo educacional Alcatipay. Artículo de opinión, disponible en internet en la dirección web: http://www.rieoei.org/opinion16.htm


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