¿cómo es tu familia v satir

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¿Cómo es tu familia?

(Estás satisfecho con tu vida familiar

en la

actualidad?

Esta pregunta nunca se le ocurre a la mayoría de las familias con quienes trabajo. Antes de visitarme, la convivencia les parecía m u y natural. Si no se producía una crisis familiar notoria, todos suponían que los demás estaban satisfechos con la situación. Sospecho que muchas de las personas que viven en familia no hayan querido hacerse esta pregunta —¿se sienten atados a la familia para bien o para m a l , sin saber cómo cambiar? ¿Sientes que vives entre amigos, entre personas que quieres en quienes confías, y que te quieren y confían en ti? Esta pregunta generalmente da lugar a respuestas confusas. "¡Caray! nunca había pensado en eso; después de todo es m i f a m i l i a " —como si los miembros de la familia fueran diferentes de la demás gente. ¿Es divertido y estimulante formar parte de tu familia? Sí, realmente existen familias en que los miembros encuenIran que el hogar es uno de los lugares más interesantes y satisfactorios del mundo. Pero mucha gente vive año tras año entre familias que les resulta una amenaza, una carga, o una aburrición. Si puedes contestar " s í " a estas tres preguntas, estoy segura vives en lo que llamo una íamília'nutridora. Si respondes o "no mucho", es probable que vivas en una familia que es más bien conflictiva o problemática. Después de conocer a cientos de familias, encuentro que pcedo ubicar a cada una en una escala que va desde muy nu9


tridora hasta muy conflictiva o problemática. Cada fénnilia nutrídora forma u n núcleo, pero todas se semejan en su forma de actuar. También las familias conflictivas,. s i n ~ importar J a naturaleza de los problemas aparentes, parecen tener mucho en común. Quiero esbozar una imagen escrita de cada tipo de familia, t a l como las he observado. Por supuesto, estas imágenes no describen a ninguna familia específica, pero en ellas cada quién encontrará formas de comportamiento de su propia familia. R s fácil nntar el ambiente que existe en una familiq i n -

flictiva, de inmediato me siento incómoda. A veces predomina cierta frialdad, como si todos estuvieran congelados; el ambiente es en extremo cortés y cada quien obviamente está aburrido. i Otras veces, se introduce la sensación de encontrarse en u n ¡ carrusel; se siente uno mareado y con falta de equilibrio o puede i haber una atmósfera de tensión,! como la calma que precede

Cuando me encuentro en uno de estos ambientes conflictivos, m i cuerpo reacciona violentamente. Siento revuelto el estómago; me duelen los hombros y la espalda y también la cabeza. Antes me solía preguntar si la reacción física de las personas que vivían en una familia así, era como la mía. 10


Después, a l conocerlas mejor y tener la libertad de contarles a i s reacciones, supe que efectivamente sentían lo mismo. A l p s a r por esta experiencia una y otra vez, empecé a compren-1 por qué tantos miembros de familias conflictivas padecían/ •ales físicos. Sus cuerpos respondían como era de esperarse — e u n ambiente inhumano.* E n las familias problemáticas, los cuerpos y rostros son una) maestra viviente del conflicto existente. Los cuerpos están! •m^os y rígidos, o bien desmañados. Los rostros de aspecto h u - l • ñ o o triste, son inexpresivos como máscaras. Los ojos bajos « j n i v a n la mirada. Los oídos obviamente no escuchan y las « e e s son duras, estridentes, o apenas audibles. Existe una actitud poco amistosa entre cada uno de los •ámbros de la familia, no h a y alegría. L a familia parece estar

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Cualquier individuo tiene algún tipo de reacción física ante las que lo rodean, pero muchos no están conscientes de ella. L a m a de l a gente aprende, a medida que v a creciendo, a ahogar estos lientos. C o n años de práctica, se logra inhibirlos a tal grado que horas después comienzan el dolor de cabeza, malestar estomacal, etc., razón aparente. Como terapeuta, he aprendido a reconocer estas reacen mí misma e identificar los sintomas en mis pacientes. Estos sínsignifican una fuente de información para saber lo que nos está _endo. Espero que este libro les ayude a seguir las mismas pautas E-LS propias personas.

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unida por el deber y sus integrantes apenas se toleran mutuamente. De vez en cuando alguien hace u n intento para suavizar las cosas, pero sus palabras caen en el vacío. Con frecuencia el sentido del humor es amargo, sarcástico, aún cruel. Los adultos están tan ocupados diciéndoles a sus hijos lo que deben y no deben hacer que nunca llegan a conocerlos en realidad, n i jamás los disfrutan como personas. E l resultado es que ellos tampoco disfrutan de la compañía de sus padres como personas. A menudo resulta una gran sorpresa para miembros de familias conflictivas, que realmente puedan estar a gusto juntos. Cuando he llegado a ver familias enteras en m i oficina, que trataban de v i v i r juntos en u n ambiente así, me preguntaba cómo habían podido sobrevivir. Descubrí que en algunos casos las personas simplemente se evitaban unas a otras; se dedicaban tanto a l trabajo y demás actividades fuera del hogar, que rara vez tenían algún contacto real con la famiba. Es una experiencia triste tratar con familias así. Veo la desesperanza, la desolación, la soledad, y comprendo el valor de gentes que hacen lo posible por cubrir las apariencias — u n g valor que a la larga puede llegar hasta matarlos. H a y quienes se aferran todavía a una esperanza, los que gritan, regañan o lloriquean. A otros ya nada les importa. Todas estas personas siguen año tras año soportando su desgracia, o en su desespe1 ración, haciendo infelices a los demás, ti. E l concepto tradicional de la familia es el de u n lugar donde pueden encontrarse el amor, la comprensión y el apoyo, aún cuando todo lo demás haya fracasado; el lugar donde podemos recuperar el aliento y sacar "nuevas energías" para enfrentarnos mejor a l mundo exterior. Sin embargo, para m i llones de familias conflictivas, esto resulta u n mito. Nuestra enorme sociedad urbana industrializada, las instituciones con las que tenemos que convivir, h a n sido proyectadas para ser prácticas, eficientes, costeables y productivas —pero en m u y pocas ocasiones para proteger y servir a l elemento humano del ser humano. Casi todos hemos experimentado la pobreza o la discriminación, las incesantes presiones mundiales o demás consecuencias de las instituciones sociales 12


¡humanizadas. Para personas que pertenecen a familias conítivas que también encuentran condiciones inhumanas en el ?av, estas tensiones son aún más difíciles de soportar. Nadie elegiría intencionalmente u n modo de v i v i r t a n comeado. Las familias lo aceptan solamente porque no conocen o camino. Deja la lectura por un instante y acuérdate de algunas lilias que conozcas que encajen en la descripción de "contivas". ¿La familia a la que perteneces tuvo alguna vez is características? ¿A la que perteneciste antes, las tuvo? ledes descubrir indicios de dificultades que no notabas antes? ¡Qué distinto es estar con \m¡\a TnitrídoraI E n seda intuyo la vitalidad, sinceridad, honestidad y amor. Siento presencia de alma y corazón y de sentido común. Siento que si viviera en una familia como ésta, me escurían y yo tendría interés en escuchar a los demás; me irían consideración y yo tendría deseos de considerarlos; ría demostrarles m i afecto así como también m i dolor y acuerdo; no tendría miedo de correr riesgos puesto que toda amilia comprendería que inevitablemente cometería errores, cuales son una señal de madurez. Sería una persona con ;chos propios —importante, valorada, querida y que obviaíte tendría que valorar, tomar en cuenta y querer a los tas y darles su lugar. Uno puede realmente palpar y observar la vitalidad en 3 familias. Los cuerpos ágiles, las expresiones tranquilas, personas se ven a la cara, no con miradas esquivas n i balo la vista; hablan con voz clara y sonora. H a y armonía y lez en sus relaciones. Los hijos, aún de pequeños, parecen ntáneos y amables, y el resto de la familia los toma en ita como personas. Ll hogar donde viven está lleno de l u z y color. Definitivate, es u n lugar donde habita la gente, planeado para su : y esparcimiento, y no únicamente para cubrir las apagas. Cuando hay calma, es una calma pacífica; no la quietud miedo y de la cautela. Cuando h a y ruido, es el de una 13


actividad significativa, no el estruendo que enerva. Cada uno parece saber que tendrá la oportunidad de ser escuchado. Si no le toca ahora su turno, es por falta de tiempo y no por falta de cariño. Las personas ven como normal el contacto físico y demuestran su afecto, cualquiera que sea su edad. L a evidencia de querer y preocuparse por los demás no se l i m i t a a salir a l m a n dado, guisar la comida, o traer el gasto quincenal. Se m a n i fiesta hablando con franqueza y escuchando con interés; en el trato abierto y sincero que se apoya en el simple gusto de estar juntos. Los integrantes de la familia nutridora se sienten libres para expresar sus sentimientos. Pueden hablar de todo —desengaños, temores, penas, críticas, a l igual que de alegrías y éxitos. Si el padre está de m a l h u m o r por alguna causa, su hijo puede decirle con franqueza, "Oye, papá, estás de m u y m a l h u m o r h o y " . N o siente temor de que su padre le conteste, "¿Cómo te atreves a hablarme así?" Más bien, podrá contestar en la misma forma, "¡Vaya, que estoy de m a l humor! ¡Tuve u n día bien pesado!" Y el muchacho responder: "Qué bueno que me lo dices, papá. Pensé que a lo mejor estabas enojado conmigo". Las familias nutridoras demuestran claramente que planean las cosas, pero si sucede algo imprevisto, fácilmente se acomodan a l cambio. Así sortean sin dificultad n i confusión muchos problemas de la vida. Supongamos, por ejemplo, que el niño tira u n vaso y lo rompe. E n una familia conflictiva, este accidente conducirá a u n regaño de medía hora, una paliza, o que se mande a l niño llorando a su cuarto. E n una f a m i lia nutridora, por el contrario, alguien dirá: " ¡ A h ! qué Juanito, rompiste t u vaso. ¿Te cortaste? T e voy a poner una curita y luego traes la escoba y recoges los pedazos". Si el padre se percata que Juanito no tenía bien agarrado el vaso, podrá decirle, "Creo que tiraste el vaso porque no lo cogiste con las dos manos como se debe". Así, el incidente significará una oportunidad de aprendizaje que aumentará la autoestima del niño, y no será causa de u n castigo que lo ponga en entredicho. 14


E n la familia nutridora, es fĂĄcil percibir que se le da una gran importancia a los sentimientos y a la persona.

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portamiento verdaderamente humano en cualquier situación. Reconocen ante ellos sus desaciertos a l igual que aciertos; su disgusto, coraje o desengaño tanto como su alegría. Su comportamiento para con ellos, se basa en lo que le cuentan. (Cuan diferente del padre conflictivo que le dice a sus hijos que no se deben pegar unos a otros, pero él mismo les pega cuando no le dan gusto en algo.) Los padres vitales y nutridores, saben que tienen que prepararse para orientar y guiar a sus hijos; saben que no lo aprendieron automáticamente el día que nació su primer hijo. Como buenos guías buscan el momento oportuno para hablar con ellos, cuando realmente puede hacerles caso. Si el niño se comporta m a l , el padre o la madre se le acercan para ofrecerle apoyo. Esto le ayuda a sobreponerse a sus temores y sentimientos de culpa y a sacar mayor provecho de la enseñanza que le brindan sus padres. Hace poco, v i a la madre de una familia nutridora manejar una situación difícil, en forma hábil y humana. A l darse cuenta que se peleaban sus dos hijos, de 5 y 6 años de edad, los separó con toda calma, tomó a cada uno de la mano y se sentó entre ellos. Sin soltarles la mano, pidió que le contaran lo que sucedía. Escuchó a ambos atentamente, y por medio de preguntas pudo reconstruir lo acontecido: el más pequeño había tomado una moneda del cajón del mayor. A medida que los dos niños exponían sus quejas y vociferaban sus puntos de vista, pudo ayudarlos a entablar u n nuevo contacto mutuo, lograr la devolución de la moneda y abrir el camino hacia mejores formas de interacción. Además, los muchachos recibier o n una buena lección en la solución constructiva de problemas. Los padres de familias nutridoras saben que sus hijos no son intencinnalmente malos. Si alguno se comporta o conduce destructivamente, ven o comprenden que hay algún m a l entendido o que la autoestima anda peligrosamente baja. Saben que e l niño puede aprender únicamente cuando se valora a sí mismo y siente que los demás también lo hacen; por lo cual no reaccionan a las acciones del niño en una forma que le haga sentirse menospreciado. Saben que aún cuando sea posiblf 16


cambiar el comportamiento por medio de sentimientos de culpa o de castigo, la herida que queda no cicatriza fácilmente. Cuando existe la necesidad de corregir a l niño, como su:ede tarde o temprano con todos, los padres nutridores saben escuchar, acariciar, comprender, buscar el momento propicio, :ener conciencia de los sentimientos del niño y de su deseo natural de aprender y complacer. Todos estos factores los ayudan a convertirse en maestros eficaces. Probablemente, una de las tareas más difíciles del mundo sea la de criar una familia. Tiene cierta semejanza con dos empresas que combinen sus respectivos recursos para elaborar un solo producto. Todas las complicaciones potenciales en esta :peración existen cuando dos adultos se unen para guiar a l hijo desde la infancia hasta la mayoría de edad. Los padres de la familia nutridora saben que habrá problemas, por el simple hecho que la vida los presenta, pero ellos estarán siempre alertas para buscar soluciones creativas para cada nuevo problema, a medida que éste se suscite. Las familias conflictivas por otra parte, invierten todas sus energías en u n esfuerzo --útil por evitar que aparezcan dificultades; cuando esto sucede — y por supuesto no puede f a l l a r — dichas personas ya no tienen recursos para buscar soluciones. Quizás una de las características más sobresalientes de padres nutridores. es que comprenden que los camhins snn inevitables: los hijos pasan rápidamente de una etapa a la otra, el adulto constructivo igualmente nunca deja de crecer y caminar; y el mundo que los rodea jamás permanece estático. Esta dase de personas ax^pJajel_cambÍQ como una pacteJneyjtable ét la vida y tratan de aprovecharlo en forma creativa para : ue sus familias sean cada vez más nutridoras. ¿Puedes recordar alguna familia que llamarías nutridora, ruando menos en parte? ¿Te viene a la memoria algún momento reciente en que tu propia familia pudiera describirse como nutridora o positiva? Trata de recordar cómo te sentías entonces en el seno familiar. ¿Son frecuentes estos momentos? Algunas personas se b u r l a n de la imagen que he creado ce la familia nutridora y dirán que no es posible que una 17


familia viva en esa forma. A ellos les diré que he tenido la buena suerte de conocer íntimamente a gran número de f a m i lias de este tipo, y que sí es posible. Desgraciadamente, sólo cuatro familias en t a l vez cada cien saben v i v i r así. Otros podrán protestar diciendo que con todas las presiones de la vida cotidiana, simplemente no h a y tiempo para que la mayoría de la gente se dedique a modificar su vida familiar. A ellos les diré que más vale que encuentren tiempo; es básico jpara la supervivencia. Considero este asunto de gran prioridad. Las fainilias conflictivas forman personas conflictivas, y contribuyen así a l crimen, a la enfermedad mental, a l alcoholismo, abuso de drogas, pobreza, juventud enajenada, extremismo político y muchos otros problemas sociales. Si no dedicamos nuestros mayores esfuerzos a l desarrollo familiar y a la formación de gentes que tengan u n sentido más verdadero de lo humano, creo que nuestros problemas sociales actuales irán aumentando \día a día, terminando quizás con la extinción de todos. Si es t a n alto el precio del fracaso, también lo es el premio del éxito. Toda persona que tiene una posición importante o influyente en u n mundo, fue niño alguna vez. L a forma en que ejerce su poder o influencia, depende en gran parte de lo que aprendió en la familia durante su crecimiento. Si sólo pudiéramos ayudar a familias conflictivas a convertirse en nutridoras — y a éstas a que sean más nutridoras— el impacto de su creciente sentido de humanidad llegaría a infiltrarse en el gobierno, la educación, las empresas, la religión, y en todos los campos que determinan la calidad de nuestras vidas. f Estoy convencida de que cualquier familia conflictiva puede volverse nutridora. L a mayoría de los factores que originan los conflictos en estas familias, se aprende después de nacer. Puesto que se aprenden, pueden también desaprenderse; y nuevos factores pueden ser aprendidos en su lugar. L a cuestión es, ¿cómo? Primero, tienes que reconocer que t u familia es una familia conflictiva. Segundo, debes tener la esperanza de que las cosas pueden cambiar. 18


Tercero, necesitas tomar alguna medida para iniciar el proso de cambio. A medida que empieces a ver con mayor claridad los prosnas de t u familia, podrás darte cuenta que cualquier cosa E haya sucedido en el pasado, no tenía mejor solución en peí momento. No hay ninguna razón para que alguien se uta culpable o culpe a otro de la familia. Es probable que i causas de las dificultades familiares hayan sido invisibles ra todos —no porque no las quisieran ver, sino más bien rque no sabían dónde buscarlas o habían aprendido a ver la p a través de "anteojos" mentales que impedían m i r a r con -.dad. En este libro, empezarán a quitarse estos anteojos y verán ectamente los factores que contribuyen a la alegría o a l br en la vida familiar. E l primero de ellos, es la autoestima.

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