Skin · SKINNEWS · 2020 Dr. Manuel Soria Orozco dermatólogo (CED. PROF. 8148410) tel. 4441-112095
lA SOLUCIÓN PARA LA HIPERHIDROSIS AXILAR con toxina botulínica
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a hiperhidrosis axilar es la producción de sudor más allá de lo fisiológicamente necesario para mantener un adecuado control térmico. Clínicamente, el diagnóstico se realiza cuando el exceso de sudor conlleva una alteración emocional, física, o social. En los EE. UU. se estima afecta entre el 2.8% y el 4.8% de la población y es más frecuente entre los 15 y 64 años de edad. Se cree que la causa resulta de la disfunción del sistema nervioso autónomo, que resulta en una hiperactividad neurogénica de las glándulas sudoríparas, así como una falla en el control emocional por parte del paciente. La hiperhidrosis puede clasificarse en primaria (93% de los casos) y secundaria relacionadas a alguna condición subyacente tales como: fisiológicas (fiebre, menopausia, embarazo) y patológicas (malignidad, infecciosas, endocrino-metabólicas,
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cardiovasculares, respiratorias, neurológicas o por medicamentos), caracterizando la forma primaria en el 90% de los casos por afectar ambas axilas, palmas y área de la cabeza. En 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó Botox (Bont-A) para el tratamiento de la hiperhidrosis axilar primaria severa en pacientes que no pueden obtener alivio con antitranspirantes. Bont-A es una proteína natural purificada con la capacidad de bloquear temporalmente la secreción del químico responsable de "activar" las glándulas sudoríparas del cuerpo. Al bloquear o interrumpir, este mensajero químico, la toxina botulínica "desactiva" la sudoración en el área donde se ha inyectado. Las inyecciones de Botox son muy superficiales, lo que significa que el me-