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Yucatรกn Literario ENCUENTRO DE ESCRITORES DE LA PENร NSULA
Memoria
GOBIERNO DEL ESTADO DE YUCATÁN Rolando Zapata Bello Gobernador Constitucional SECRETARÍA DE LA CULTURA Y LAS ARTES DE YUCATÁN Roger Metri Duarte Secretario Hiryna Enríquez Niño Directora de Desarrollo Cultural y Artístico Jorge Cortés Ancona Jefe del Departamento de Fomento Literario y Promoción Editorial
Formación y diseño de cubierta: Ana Díaz García Coordinación editorial: Manuel Tejada Loría 1a edición, 2016 D. R. © Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán D. R. © Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Hecho en México Domicilio de la Sedeculta: Calle 18 No. 204 x 23 y 25, Col. García Ginerés, C.P. 97070, Mérida, Yucatán. Esta obra no puede ser reproducida parcial o totalmente sin la autorización escrita de los titulares del copyright. Hecho en México Printed in Mexico http://yucatanliterario.blogspot.mx/
Yucatán Literario ENCUENTRO DE ESCRITORES DE LA PENÍNSULA
Memoria
“2016, Año del Centenario del Congreso Feminista de Yucatán”
INTRODUCCIÓN ANTOLOGÍA DAVID ANUAR GONZÁLEZ VÁZQUEZ Azul y tuerto, 16 Elegía a Gabriel Garrido Argüelles, 17 Fuga, 18 RENÉ VERA CONTRERAS Impresiones, 20 Regresión, 22 KATIA REJÓN MÁRQUEZ Mudanza, 24 Sin título, 25 II, 26 RODRIGO QUIJANO ARJONA Alabanza, 28 Nocturno, 29 Fandango, 30 LIZBETH PEÑA MONTALBÁN Francesca en blanco y negro, 32 Naturaleza muerta con mariposa, 33 Sonata para piano n.º 2, 34 JORGE MIGUEL COCOM PECH U muk’ult’aan ch’i’ich’o’ob / El secreto de los pájaros, 36 Ta’akun t’aanile’ / El guarda palabra, 36 U táataj awat pek’/El aullido del perro, 37 Tumem pek’ mina’an u k’abo’obe’/ como el perro carece de manos, 37 U naajil a pixán / La casa de tu alma, 38 SARY LORENA HAU UCÁN Xíibil / Esparcirse, 40 Kuxa’an suum / Soga viviente, 41 U jíit’il u yaal a k’ab / Ramas entrelazadas, 42
ISAAC CARRILLO CAN Ka’ach tin paalil / cuando era niño, 46 Chak yu’il / luna roja, 48 KARLA MARRUFO Materia del aire. Leyes de gravedad, 52 NADIA ESCALANTE Puerto nuevo, 56 La cómoda, 57 Aurora, 59 CHRISTIAN NÚÑEZ Low battery for Megaman, 62 Mandala, 62 Coda mística, 63 Buster Keaton, 63 Dostoyevsky’s Moleskine, 63 Medianoche sobre Jerusalén, 64 JAVIER ESPAÑA La nada del presagio, 66 Naufragio, 66 Tras los muros invencibles, 67 Reencuentro, 67 Murmullos en vacío, 68 Hoy, 69 Insepulto es el credo, 70 BRÍGIDO A. REDONDO Muerte del cantor, 72 JOSÉ DÍAZ CERVERA Obertura con un redoble de timbal, 76 II, 76 VII, 76 Sirena, 77 RODRIGO ORDÓÑEZ SOSA Carlos Moreno Medina: una voz en penumbras, 80 COLOFÓN El arte. Su sentido de otredad, 86
Introducción REENCUENTRO DE UN YUCATÁN LITERARIO Por Manuel Tejada Loría José Esquivel Pren observó una península fragmentada, y así dejó registro en su Historia de la Literatura en Yucatán, editada en 1981: “dos arteros machetazos han reducido este nombre [Yucatán] a menos de la tercera parte”, y habla, entonces, de la “fracción del Caribe”, refiriéndose a Quintana Roo, como un espacio de tanta riqueza natural pero que “no produce una flor poética”; después, refiere la otra fracción, la del “pámpano, el cazón y el esmedregal”, Campeche y su vínculo con Yucatán, un lazo “inseparable en la cultura y las letras”. Después de 35 años, replantearse el estado de la literatura en Campeche, Quintana Roo y Yucatán, es un ejercicio necesario de autocrítica y de conciencia cultural, surgen así los primeros cuestionamientos: ¿cuál es el momento de la literatura en cada entidad? ¿de qué modo interactúan como parte de una Península? ¿en qué medida el acontecer histórico de los últimos años ha permeado en las expresiones literarias de cada espacio geográfico? O bien, en el marco de un mundo globalizado ¿qué sucede con las fronteras y fragmentaciones? HERMANAMIENTOS En 2010, a iniciativa de la periodista argentina Lic. Paz Casas Nóblega, en coordinación con el Dr. Jorge Cortés Ancona, Jefe del Departamento de Fomento Literario y Promoción Editorial de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán (Sedeculta), surgió el proyecto de hermanar regiones a través de la literatura haciendo uso de las nuevas tecnologías. Fue así como inició Yucatán Literario como un esfuerzo del entonces Instituto de Cultura de Yucatán (Icy), hoy Sedeculta, por compilar a los autores que conforman la literatura de Yucatán desde el siglo xix incluyendo a las nuevas voces presentes en las primeras décadas del siglo en curso. De manera conjunta, a través de internet, se logró el hermanamiento literario entre Yucatán, México; Córdoba, Argentina, y Pinar del Río, Cuba. 9
Dichos encuentros siguen su expansión ya que próximamente también se concretará con Panamá. El proyecto ha permitido una consulta directa de los autores que conviven en estas regiones. Por lo mismo, Yucatán Literario se ha convertido en una herramienta útil para estudiantes e investigadores que desde internet pueden acceder a biografías, extractos, reseñas o críticas de la obra de los autores yucatecos. Desde luego, por sus dimensiones, es un espacio en permanente actualización. Un diagnóstico del proyecto a nivel local, arrojó la necesidad de hermanar también a las otras entidades que conforman la Península de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Si el internet y las redes sociales permiten traspasar fronteras geográficas y políticas, cómo es posible que desconozcamos la literatura que se gesta al sureste del país, a escasos kilómetros de nuestra entidad. Fue así como surgió la idea institucional de un encuentro entre escritores de estas latitudes, no el primero ni el único, pero sí un acercamiento que permitiera el reconocimiento de las generaciones de escritoras y escritores que conviven en la actualidad, para establecer vínculos de colaboración, un punto de encuentro y contacto a través de la creación literaria. EL ENCUENTRO Y así sucedió, el viernes 26 y sábado 27 de febrero de este año bisiesto, el 2016, en el Salón Maya del Hotel Holiday Inn, donde escritores de Campeche, Quintana Roo y Yucatán se dieron cita para dialogar en torno a la literatura, conversar acerca de los panoramas literarios de cada entidad, y sobre todo, para compartir de viva voz, fragmentos de sus creaciones literarias. La poesía fue el hilo conductor de este Encuentro de Escritores de la Península. Siendo la difusión de la literatura uno de los objetivos principales del proyecto Yucatán Literario se realizaron dos presentaciones de revistas, una impresa, de Quintana Roo, Tropo a la uña, cuyo número 10 fue presentado el viernes 26; y una digital, Memorias de Nómada, cuya primera presentación en Yucatán se llevó a cabo durante el Encuentro el sábado 27. 10
Para conversar sobre los panoramas literarios en cada entidad de la Península participaron el poeta Javier España, de Quintana Roo; el escritor Roldán Peniche Barrera, de Yucatán, y los poetas Jorge Cocom Pech y Brígido A. Redondo, de Campeche. También se realizaron mesas de lectura donde participaron poetas jóvenes como David Anuar González Vázquez (Quintana Roo), René Vera Contreras (Quintana Roo), Lizbeth Peña Montalbán (Guerrero), Katia Rejón Márquez (Campeche) y Rodrigo Quijano Arjona (Yucatán). En Yucatán, durante el 2015, se publicaron dos antologías relevantes para la comprensión de los procesos literarios en la entidad: U túumben k’aayilo’ob x-ya’axche’ / Los nuevos cantos de la ceiba. Escritores Mayas Contemporáneos, edición bilingüe que estuvo a cargo de Donald H. Frischmann y Miguel Ángel May May; y Casi una isla: nueve poetas yucatecos nacidos en la década de 1980, edición a cargo de Marco Antonio Murillo y Jorge Manzanilla, ambas publicaciones auspiciadas por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Sedeculta. Durante el Encuentro algunos de los escritores y escritoras antologados participaron con sus respectivas lecturas: Sary Lorena Hau Ucán, Isaac Carrillo Can y Jorge Cocom Pech encabezaron el recital de poetas mayas contemporáneos; y Nadia Escalante, Karla Marrufo y Christian Núñez el recital de poetas nacidos en la década de 1980. Un momento destacado del Encuentro fue también la actividad denominada Un minuto de alas: homenaje al poeta Carlos Moreno Medina, evento propuesto por la Red Literaria del Sureste en un afán por instaurar un homenaje anual para seguir difundiendo la poesía del siglo xx que aun no es del todo conocida, y por ende, leída por las generaciones actuales. Participaron el poeta Rodrigo Ordóñez Sosa y la estudiante de literatura Amairani Núñez Dzib. El Encuentro culminó con un recital poético de algunos de nuestros hermanos mayores de la poesía en la península: los poetas Javier España, Brígido A. Redondo y José Díaz Cervera, que desde luego, por sus trayectorias y reconocimientos nacionales e internacionales a sus obras, engalanaron la clausura.
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La presente Memoria del Encuentro de Escritores de la Península es una antología de las escritoras y escritores que participaron. Por razones de espacio no pudieron incluirse todos los textos, en algunos casos fue necesario realizar una selección ajena a los poemas leídos durante el evento, pero a la larga, sirven para dejar muestra y constancia de las generaciones y estilos que hoy confluyen. Península literaria A veces cuesta un poco traer a la memoria lo que aconteció meses atrás. A veces sólo hace falta la cordialidad de un gesto o una sonrisa como canto de sirena para recordar. Entonces la escritura y los recuerdos de este encuentro fluyen dejando un buen sabor de boca. Recuerdo, por ejemplo, que en el Hotel Holiday Inn de la ciudad de Mérida, donde se llevó a cabo este evento, existe una tienda de artesanías con un cartel donde se lee la palabra “Tabaquería”. Inevitablemente las veces que lo vi nos remitió a uno de los poemas trascendentales del siglo xx, con el mismo nombre, Tabaquería, del poeta portugués Fernando Pessoa. ¿Cuánto de la literatura actual, sin importar el espacio geográfico donde se escriba, lleva la influencia de la tradición literaria universal? Recuerdo, también, el diálogo animado entre los escritores de las diversas generaciones. Vimos a un Javier España irreconocible haciendo uso de la palabra para desmenuzar cada comentario; a David Anuar reflexionando en torno a las migraciones entre los estados de la Península; a Brígido A. Redondo compartiendo la experiencia en el campo editorial desde Campeche, y a tantos. La literatura parece no requerir de espacios geográficos para legitimarse. Quizá hoy está de más referirnos a una literatura campechana, quintanarroense o yucateca. En cambio, pudimos conocer que existen bases sólidas de un Campeche Literario, y que no necesariamente sigue dependiendo de Yucatán; un Quintana Roo Literario donde confluyen diversas voces, y por supuesto, un Yucatán Literario más crítico en su creación. En estos tres estados que conforman la península literaria, tanto en maya como en español, existe una literatura que se ha desarrollando a lo largo de los años. Una adecuada difusión permitirá conocer las invaluables obras que la conforman y a sus autores. Esa será siempre la principal apuesta. 12
Mérida, Yucatán, mayo del 2016
AntologĂa
DAVID ANUAR GONZÁLEZ VÁZQUEZ Cancún, Q. Roo, 1989. Licenciado en Literatura Latinoamericana por la Universidad Autónoma de Yucatán. Estudiante de la Maestría en Español de la Escuela Normal Superior de Yucatán. Profesor universitario y de educación media superior en materias de literatura. Becario del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico en Yucatán (PECDA) con el libro híbrido Cuaderno Cancún (2012) y con la novela Los escribanos de la selva (2015). Ganador del Concurso de Cuento Corto Juan de la Cabada (2011). Autor de la plaquette de poesía Erogramas (2011, Catarsis Literaria El Drenaje), y de los libros Cuatro Ensayos sobre Poesía Hispanoamericana (2014, Ayuntamiento de Mérida) Bitácora del tiempo que transcurre [2009-2014] (2015, Ayuntamiento de Mérida), y Memoria de Gabuch [Crónica de Koppara] (2016, Letramar).
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AZUL Y TUERTO
I
¿Cómo enalbardar un canto cuando se ha caído como un tuerto de mi boca? ¿cómo levantar un pájaro cuando todo en mí es féretro y tierra de gusanos y mis palabras no son sino un pueblo de moscas un concilio de lisiados que alzan sus muñones al cielo recordando un azul y tuerto pájaro?
II
Vamos a escarbar la tierra ahora, sólo por unos momentos vamos a soltar nuestras falanges como gusanos hambrientos y ripiosos de raíces negras y azuladas. Vamos a dejar ahora aquí, sólo por unos minutos el cadáver de nuestros ojos florecer hacia el interior de un pájaro enorme, tuerto y azul, enterrado en el corazón de los días muertos.
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Yucatán Literario
ELEGÍA A GABRIEL GARRIDO ARGÜELLES
En esta noche Gabuch pero en esta noche he venido a enterarme con dos días de retraso de la puesta de sol que ha consumido definitivamente la cálida luz de tu nombre en la alborada de una ciudad que te dejó vagar como un ocaso prolongado y sin horizonte definido. He buscado las raíces Gabuch y ahora vuelves a ellas para encontrar lo que nosotros aún no encontramos Y ahí en lo profundo de ese mar oscuro lleno de arena negra y de soles eclipsados que no iluminan sino la borrasca ahí es donde tú vas como la roca desechada por los constructores de esta ciudad cinocéfala y basilisca ahí es donde tú has ido para volverte cabeza de ángulo y fundar con los blasones de tu muerte un pasado común para inventarnos.
Encuentro de Escritores de la Península
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FUGA
En fuga perpetua el pájaro al horizonte parapetado Cae Cae Cae del aire hacia los setos profundos de la noche Cae Cae Cae como una lanza emplumada y el guerrero que habita entre sus alas avanza lo lanza a la frontera indecisa de la palabra donde el pájaro es pluma y lanza y fuga…
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Yucatán Literario
RENÉ VERA CONTRERAS Mérida, Yucatán, 1982. Ha participado en varios talleres literarios entre los que destacan los encabezados por los escritores Joaquín Bestard Vázquez y Miguel Ángel Meza, en narrativa; Ramón Iván Suárez Caamal, en poesía; Andrés Jorge, en novela; y Saúl Enríquez, en dramaturgia. Ha publicado poemas en los Cuadernos del taller literario K´uuxeb, editados por la Universidad Autónoma de Yucatán, y en revistas impresas y digitales. Actualmente coordina la sala de lectura Hojas de hierba, imparte talleres de escritura creativa, es asistente editorial de la revista Tropo a la uña y director de la editorial Letramar.
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IMPRESIONES
I Un nuevo personaje, más cansado que yo —tal vez—, golpea la puerta. Llegó sin mandar las respectivas cartas de acoso. Debe ser un publicista que ensaya cómo suministrar emociones perecederas. Emociones de minuto muerto a cambio de un verso de Morrison hecho comercial. Propuso ensayar un velorio. Aún no era de noche. Sacó caricaturas de Newton y de un general romano que también le hacía la corte a Cleopatra. Se acomodaron las imágenes sobre las paredes del cuarto. Tú, tocabas un bandoneón desafinado y nos hubiera amanecido pero el polizón fue llenando mi existencia de partículas y versos, de cábalas y promesas Debilitado ante el sueño, caí, el personaje me reinterpretaba desde (mis) poemas olvidados.
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II No creo en las noticias ni en Dylan ni en largas caminatas para buscar caracolas que repitan tu nombre. No creo en la magia de Los Pelones ni en la reina Isabel. Sí creo en los cuentos de hadas, en las jóvenes princesas listas para despojarse de su magnífico ajuar. En algún lugar hace muchos años, un plebeyo pintaba toros y caballos y mujeres desde la mirada oblicua, sobre lienzos y muros. Un día le pregunté: ¿por qué pintas? El detuvo su pincel sobre el cuadro. Sin voltear a verme contestó: ¿Por qué miras? Mejor sigue cantando.
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REGRESIÓN
I Hay tardes en abril, donde uno se debate entre el santo y cristo. Por qué hay muchos cristos y pocos santos. Mi abuela dice que esa noche la carne será el verbo; yo le contesto: depende de la caja donde se mire y no puedo dejar de ver, la tercera cuerda que repite mi nombre sin límite de tiempo.
II Aquí la música de Mozart la ocupo para espantar ratas pero cuando no quiero estar solo pongo a Fifty Cent y al llegar el momento justo, regreso con el viejo Mozart para ver a los cuates suspendidos por el dub. Ellos no lo saben, pero desean comprar en Tifany’s, aunque griten que quieren vivir en el Bronx. No son negros pero todo el tiempo están a punto de morir. Entonces apago la música porque una rata con traje se ríe en mi cara. No soy negro, pero todo el tiempo estoy a punto de morir.
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KATIA REJÓN MÁRQUEZ Ciudad del Carmen, Campeche, 1993. Vive en Mérida, Yucatán. Es egresada de la licenciatura en Periodismo. Ha colaborado en diversos medios yucatecos como Notisureste, Quiu, Fans del joystick y el programa de televisión Rockultura Rec. Dirige la revista digital y página web de cultura y arte Memoriasdenomada.com, colabora en el periódico La Vieja Guardia y la revista Tropo a la uña. En poesía ha publicado en las revistas Enter Magazine, Círculo de poesía y La Rabia del Axolotl.
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MUDANZA
No habían ahogado a los gatos el día que fuiste por mí a la escuela. Para entonces, en el 96, nuestra aventura era también descanso; tu felicidad hizo el cambio de domicilio y nos fuimos contigo porque tú eras todo. Si dios murió por mí una vez, tú lo hiciste al menos seis veces. El auto olía a vainilla y por la ventana el cielo arrojaba una luz sobre los lunares rojos de tu cuello, ignoramos el destino rotundo las bestias de carga eran bestias yendo al paraíso. Te pregunté porque los niños ahogaban a los gatos me dijiste que la gente piensa que cuando golpeas a un corazón éste se hace más duro pero en realidad se rompe.
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SIN TÍTULO
Me avergüenzo no de ti de este plagio que soy de ti de mi conciencia despejada de mi culpa insondable que llega a ser tormenta. Soy lo hecho tu cálculo exacto la frente tibia de una fiebre que tú sufriste. Descalza, por las calles que me habitan, te descubro ciega de infancia. Amanece, plagado el cielo de rincones en el insomnio donde te esperé y no viniste.
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II
Mi padre tiene los ojos agotados como dos cáscaras de uva que me miraron antes completas y alegres. —Me hago viejo, confiesa, y yo espanto a las moscas del tiempo con un manotazo: —Todo lo demás te funciona bien. Pero sus ojos orientales y solitarios apenas conocidos entre ellos son mi tesoro, la pureza del recuerdo que no se guarda. Sus ojos, campiñas arrendadas que prestaron su sol para abastecerse de días, y traer a gotas su mismo cuerpo, pero henchido su misma piel, pero helada. Sus ojos, grietas de luz que despertaron una mañana con miedo a la sombra para decirnos que el tiempo no es redondo.
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RODRIGO QUIJANO ARJONA Mérida, Yucatán, 1992. Miembro de la Red Literaria del Sureste y egresado de la licenciatura en Literatura Latinoamericana de la Universidad Autónoma de Yucatán. Es coautor de las traducciones de poesía ghanesa publicadas por la revista electrónica Círculo de Poesía (2012), e instructor de talleres de sensibilización literaria en espacios como la escuela Preparatoria Dos de la Universidad Autónoma de Yucatán, y en la Feria Nacional del Libro de la Universidad Autónoma del Carmen. En 2013, obtiene el segundo lugar del certamen regional de poesía “José Díaz Bolio” con el poemario La sal Enferma, obra editada en 2015 por la Secretaría de la Cultura y las Artes del Estado de Yucatán. Parte de su producción poética ha sido recogida en publicaciones como las revistas Morbo y Vozquemadura.
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ALABANZA
Estos muros cantan con la lluvia… Los caparazones y las flautas que pintamos desempolvan sus virtudes y se alegran. ¡La ciudad entera es una lluvia! ¡Un diluvio de silbidos, de alabanzas! Nuestra voz alumbra el cielo: En los brazos de la noche resplandecen nuestras vidas.
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NOCTURNO
Dos sombras, dos silencios, se sientan frente al mar de los recuerdos. Mojan sus pies en crónicas de espuma; blancas memorias revientan en la noche de sus dedos. Dos sombras, dos espejos, escuchan el oleaje de su pecho. Cubren las astillas de sus labios; no saben que la mar se mece con el ritmo de sus sueños.
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FANDANGO
¡Qué altos están los cerrojos! ¡Qué cortos mis dedos de hierba! Le pediré a Febrero que traiga sus alas de luna bermeja, que quiero alcanzar los pestillos de un cuarto desnudo en la niebla —que quiero zurcir las paredes con hilos de plomo y centella. ¡Rogad a Febrero que corra con pasos de lluvia ligera! que debo sellar los sepulcros de un kiosco varado en la sierra. ¡Ay, corazón de la Noche, granada de carnes morenas, prestadme tus alas de lumbre! ¡Prestadme tu paño de pena!
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LIZBETH PEÑA MONTALBÁN Acapulco, Guerrero, 1987. Vive en Cancún. Es coordinadora de la Sala de Lectura La Tlacuila. Fue becaria por el género de narrativa en el Encuentro de Literatura “Los Signos en Rotación” del Festival Interfaz-Issste, 2014. Fue seleccionada para las antologías de cuento y poesía de Las Juanas A.C, 2015. Ha impartido talleres de lectura en escuelas, bibliotecas y en un programa de la Secretaría de Desarrollo Social. Imparte el taller de escritura creativa en el Instituto Tecnológico de Cancún y es asistente editorial de la revista Tropo a la uña.
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FRANCESCA EN BLANCO Y NEGRO
caes al alba, Andrómeda astillas de espejo sentencias una eternidad desprendida ya de aroma y médula invocas la dulzura dulzura lanzada de bruces a la noche y solo responde el suspiro sin llanto un respirar del alma perspectiva sin montaña sin líneas ni bordes tu demencia es mimesis entre humo real y reflejo pozo viejo donde no se lee tu porvenir la ventana falla en capturar la imagen empaña las cosas delicadas y sonríes y levantas tus manos para no borrar atropelladamente la vida
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NATURALEZA MUERTA CON MARIPOSA
Han enmarcado al anciano con alfileres cuelga larva en la boca de la calle. Tras una puerta acerca la silla un niño. En otro ojal Dios se acerca para mirar la creación de su ocio. El anciano parpadea sus alas. Un mundo se oscurece.
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SONATA PARA PIANO N.º 2 para J. E. [no llegamos tarde al recital, se omite el primer movimiento por cuestiones de presupuesto...] Abres la mano y no es flor, es pájaro que huye. Adagio. Dejas abierta la puerta a esa libertina hebilla de la edad que descuelga el cielo a la tierra. Con fina red guardamos notas de arena, donde oscilan los sueños… en donde no calla o m i s i ó n ...
Giras la cuna, casa de bromas, ahora más luminosa sin el reloj a cuestas. Subes al vigoroso campanario a buscar el sonido del aire. Ya los dedos no saltan brusco entre las cuerdas, juegan en las modulaciones. Lejanos se oyen los trémolos en agonía cuando un decrépito intentaba una leve pulsación. Las campanadas eran letanías de falsos nombres del futuro, por eso siempre era presente. Yo tengo la mano y tú el gesto. Lo que no era flor era tiempo que volaba. Guardo el revolotear de plumas en mi mano, como si pudiera sojuzgarse, en un allegro por ti. Desanudas las horas, se desenrollan los ciclos y el ojo del instante se quiebra, es un cambiador de pieles, inválido y frío. Algún dios vendrá pronto para interceder; que no lo torture, me dirán, o puedo perturbar a los destinos… A tiempo lo encerramos. El tempo, en la espera, pretendemos dilatar. 34
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JORGE MIGUEL COCOM PECH Calkiní, Campeche, 1952. Escribe poesía, narrativa y ensayo en maya, su lengua materna. En 2001, el Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) y el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Quintana Roo coeditaron Muk’ult’aan in nool / Secretos del abuelo, texto que recoge la narrativa tradicional oral heredada de sus antepasados. La Unam efectuó una nueva edición de esta obra en 2006 con la participación del Ayuntamiento de Calkiní y la Universidad Autónoma de Chapingo. En 2005 recibió el Gran Premio Internacional de Poesía otorgado por la Academia Internacional Oriente-Occidente de Rumania. En esa justa literaria leyó fragmentos de Muk’ult’aan in nool / Secretos del abuelo y Yáajal píik sáase / El despertar del alba, obra poética inédita, para cuya traducción del maya al español contó con el apoyo de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en 19971998. Fragmentos de su obra han sido traducidos al rumano, catalán, ruso, italiano, serbio, inglés, checo, hebreo y portugués. Muk’ult’aan in nool / Secretos del abuelo ha sido traducido de manera completa al francés por Ricardo Rueda (Les secrets de l’aïeul) y publicado por Éditions Réciproques, Francia, 2007. Participó en la antología U túumben k’aayilo’ob x-ya’axche’ / Los nuevos cantos de la ceiba. Escritores Mayas Contemporáneos, editado por Donald H. Frischmann y Miguel Ángel May May, editada en 2015 por la Sedeculta/Conaculta.
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1. U MUK’ULT’AAN CH’I’ICH’O’OB Máax u k’áat’ u kí kí yu’ubik u k’aay ch’i’icho’obe’, ma’ k’áabet u béetik nuup’o’ob, k’áabet’ u pak’kulche’o’ob. U k’aay ch’i’ich’o’be’ k-tia’al. Mix máak, mix máak kex yanak u nuup’o’ob, u yumil.
1. EL SECRETO DE LOS PÁJAROS El que quiera disfrutar del canto de los pájaros, no necesita construir jaulas, sino sembrar árboles. El canto de los pájaros pertenece a todos. Nadie, nadie a pesar de las jaulas es su propietario.
2. TA’AKUN T’AANILE’ T’aanile’, wa bin je’e u yáantal u ta’akun nook’e’, mi je’e u ta’akik u boonil ch’ench’enkil.
2. EL GUARDA PALABRA La palabra, si tuviera un ropero, guardaría el color de los silencios.
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3. U TÁATAJ AWAT PEK’ U yáawatil pek’ okol chí’iibal tia’al u jaatik u xet’nóok’íl áak’abe’.
3. EL AULLIDO DEL PERRO El aullido de un perro, es su forma de morder los harapos de la noche.
4. TUMEM PEK’ MINA’AN U K’ABO’OBE’ Tumen pek’ mina’an u k’abo’obe’ ku toojol chi’bal tia’al u ch’ínik u k’uxil.
4. COMO EL PERRO CARECE DE MANOS Como el perro carece de manos, ladra para tirar sus enojos.
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5. U NAAJIL A PIXÁN A t’aane’ u naajil a pixan, tumen ti’ kuxa’an a laats’ilo’ob. Ti’e úuchben xa’anilnaj, ti’ tu’ux ku k’asaj a káajtalil, ti’ ku p’aatal t’aan. Le béetike’, ma’ a wóoktik u kíimil a wíinklil, mix a wóoktik a kíimil a pixan; a wíinklile’, máantats’ ku p’aatal ichil u yich a páalal; a pixane’, máantats’ ku léembal ichil u yich xuxil eeko’ob.
5. LA CASA DE TU ALMA Tu idioma es la casa de tu alma. Ahí viven tus padres y tus abuelos. En esa casa milenaria, hogar de tus recuerdos, permanece tu palabra. Por eso, no llores la muerte de tu cuerpo, ni llores la muerte de tu alma; tu cuerpo, permanece en el rostro de tus hijos, tu alma, eternece en el fulgor de las estrellas.
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SARY LORENA HAU UCÁN Tekax, Yucatán, 1982. Comenzó a escribir en maya, su lengua materna, en 2003, al participar en un curso introductorio a profesores en lengua maya convocado por el Instituto de Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya). En años posteriores participó en diversos cursos de gramática, de elaboración de cuentos y de lecto-escritura en lengua maya impartidos por la Universidad Autónoma de Yucatán, el Indemaya y la Universidad Nacional Autónoma de México. De 2008 a 2009, fue estudiante del Centro Estatal de Bellas Artes en el programa de formación de escritores mayas de la Escuela de Creación Literaria. Ha recibido una mención honorífica en el Concurso de Cuento Corto en Lengua Maya realizado por el Indemaya. Entre 2005 y 2009, sus trabajos se difundieron en la estación de radio en lengua maya Yóol Iik’. También ha leído parte de su obra en la feria del libro realizada en el parque Eulogio Rosado de Mérida en 2011. Actualmente estudia la licenciatura en Educación Primaria para el Medio Indígena en la Universidad Pedagógica Nacional. Participó en la antología U túumben k’aayilo’ob x-ya’axche’ / Los nuevos cantos de la ceiba. Escritores Mayas Contemporáneos, editado por Donald H. Frischmann y Miguel Ángel May May, editada en 2015 por la Sedeculta/Conaculta.
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1. XÍIBIL Bey u yej nuxi’ máaskab ku jara’tik a xno’oj k’abe’ bey u yaamaj a noolo’, p’il a wich ti’ ba’axten t’eechel a xikin yaanal tu’ux ch’a’anu’ukt u tsolt’aan, bey u ya’alik tech a na’, ma’ xmáan ichtik, tumen chéen leti’ u siibal ti’ teech. Tumen iik’e’ ku ta’akik k’a’ajsajo’ob Ku yaktáantik yéetel a tuukulo’ob, ku poch’ik yéetel a puksi’ik’al, ikil u yilik u k’áak’il saatalilech. Ku chan sáal che’ej a nool Ku wekik u yaakunaj tech Ku xibik ta beel, mismiskil u p’atik tech, tumen u ch’i’ibalech, u k’ajla’ayil yaan ti teech. Ma’ ch’a’ k’uxtik, u yóole’ jáabal ku beetik bey chúuke’, tia’al a k’íich tu k’iinil ke’elil, tia’al a bats’ikabáaj yéetel, u yaabilaj beyo’, ku xibik a tia’al tak tu’ux kun k’uchul a paakat, tumen u xíibile’ leti’ u kaxantik.
1. ESPARCIRSE Como el filo del machete rasga tu mano derecha así es el amor de tu abuelo, tu mirada está fija en él, mas tus sentidos miran hacia otra dirección, guarda los consejos, te advierte tu madre no los desatiendas, es el único regalo que te ofrece. Los recuerdos guarda el viento los contrapone a tus pensamientos, los desafía con tu corazón, cuando observa la lumbrera de tu perdición. 40
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Sonríe ligeramente el abuelo, su cariño esparce por ti, se extiende en tu camino, allanado y limpio que hizo para ti, porque eres su linaje, su historia vive en ti. No le guardes rencor, su esencia se extingue como brasas, para que lo uses en el invierno, para que te abrigues en él, su amor es así, se esparce para ti, hasta el horizonte de tu mirada, porque esparcirse es su fin.
2. KUXA’AN SUUM Bibilkil tu ts’aj tu’ux a máan u mejen paalal bey u beel weech ichil k’áankabe’ yáanal k’áax, wáa joolnaj kabal k’áax bo’oykíinsik tu’ux ku báaxalo’ob u xuuxub k’amik u suumil u tuucho’ob. Bey ti’ teen, bey ti’ leti’ bey ti’ teech, bey ti’ tuláakalo’on, je’el bix teech, beyxan leti’ ts’a’ab u xu’uk’, ts’a’ab u beel. yáanal óoxp’éel tuunich k’áak’, ku jak’al iik’tik beeyxan ku kóolik, u muuk’ u tuukul leti’, chéen tia’al u p’i’ilil u yich. Chúumuk yanchaji, chúumuk ka’an yéetel lu’um tu mukubaj ich leek, tu ye’esajubaj tu chíinil k’iin. lúubij, kóotsij, k’uch u k’iin, k’anchajij, ch’íijij ts’o’ok u biilal, chéen u yoox p’áatij p’áat u k’i’inam tu chuumúuk wíinik, p’áat u chíikul u suumil tuuch. Encuentro de Escritores de la Península
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2. SOGA VIVIENTE Un pulcro camino ofreció para sus hijos como el camino del armadillo en tierra roja en los montes, o en el hogar; montes bajos dan sombra, donde juegan sus arrullos acogen su cordón umbilical. Fue así para mí, fue así para él fue igual para ti, así también para nosotros así como a ti, también a él. Le fueron obsequiadas sus cuatro esquinas, su destino. Debajo de las tres piedras del fogón, se ahoga en un suspiro, también atrae las enérgicas ilusiones de ella, para mantenerla atenta. En medio se apropió, entre el cielo y la tierra, se ocultó en el leek, solo se manifestó al ocultarse el sol. Se desplomó, se rasgó, le llegó su fin, maduró, envejeció, cumplió su encomienda, solo quedó la costra, quedó la energía en el hombre, el signo del cordón umbilical.
3. U JÍIT’IL U YAAL A K’AB Ch’iklaj u moots tak tu ts’u’ náayo’ob k’u’uk’najij, ya’axt’ube’echaj tu tojil k’iin, óok’otnaj tu k’ab iik’, wíinikchaj tu ts’u’uyil u paach k’iin, tu tíitubaj ichil u p’uja’anil cháako’ob mu’uk’anchaj ikil u tséentikubaj yéetel u yeeb sáastal. U neek’ wáak’ u kuxtal te tu bo’oyilo’, chéen k’abo’ob láat’ u kukulankil u ts’u’ u piixan.
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ch’ench’enkil úuchik u jóok’ol u juum, u xóob u chi’ o’olkil u le’ob ka síijij, muun u wíinkilal ka kuxlajij ki’ibok u k’abo’ob ka péeknajij, u síis óolil u ch’aik u yiik’, tu wo’oltajubaj ichil u k’abo’ob u na’ tu k’a’ak’axubaj yéetel, la’ap’ xan tumen u yaabilaj. Tu tíitaj u p’uul ja’il ka tu k’axubaj u k’abo’ob, u chichnil paakatnaj tu tojil k’iin, tu ch’ikaj xan u moots tu taamil u ts’íibolaj, u ts’íibolaj tu k’ubaj tak tu xáax u na’.
3. RAMAS ENTRELAZADAS Descansó sus raíces en sus ilusiones ha retoñado, se regeneró en dirección al sol, danzó en el viento, maduró con la energía del ocaso, tembló por el enojo de los dioses de la lluvia, vigorizó al alimentarse con la neblina del amanecer. Su semilla germinó en su sombra, unas manos sostuvieron el más profundo latir de su espíritu, silencioso brotó el sonido, el suspiro de sus labios, sus hojas, fueron suaves al nacer, su cuerpo tierno fue al existir, sus manos perfumadas al agitarse, la frescura de su aliento se volcó entre las manos maternales se entrelazó con ella, también fue acogida por su amor. Se sacudió el roció de la mañana, cuando sus ramas se entrelazaron, el pequeño miró fijamente hacia el sol, incrustó sus raíces hasta el fondo de sus deseos, los posó en el abrigo maternal.
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Isaac Carrillo CAn Peto, Yucatán, 1983. Poeta, narrador, dramaturgo, artista visual y del performance. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura Maya “Waldemar Noh Tzec” en 2007; el Premio “Alfredo Barrera Vásquez” de la Universidad Autónoma de Yucatán en 2008, y el Premio Nacional Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas 2010. Ha sido becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en el período 2011-2012, y del Programa Jóvenes Creadores, en la disciplina de Letras en Lenguas Indígenas, en el período 2013-2014. Es autor del libro “U yóok’otilo’ob áak’ab”/“Danzas de la noche”, publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2011. También es autor y colaborador del audiolibro Kuxa’an t’aan / Voz viva del mayab, publicado en 2012 por la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán y la Universidad Autónoma de México. Compilador de la antología Kan il’ti’ili publicada por el Ayuntamiento de Mérida, en 2012. Es Autor de la pieza pictórica y de performance Uj que se exhibió en “Fredric Jameson Gallery”, de la Universidad de Duke North Caroline de mayo a agosto de 2014, misma que se exhibió en la galería Huret & Spector Art Gallery, en Boston Massachusetts, en febrero 2015; y autor de la colección de obra visual Leti’ exhibida en junio de 2015 en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en Bogotá, Colombia. Participó en la antología U túumben k’aayilo’ob x-ya’axche’ / Los nuevos cantos de la ceiba. Escritores Mayas Contemporáneos, editado por Donald H. Frischmann y Miguel Ángel May May, editada en 2015 por la Sedeculta/Conaculta.
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KA’ACH TIN PAALIL CUANDO ERA NIÑO I Ka’ach tin paalile’ uts tin t’aan in chukik xnook’olo’ob yéetel in tikinkúunsik péepeno’ob, juntéenake’ taakchaj in wilik u xik’nal le xnook’olo’obe’ ka tin tak’aj u xiik’o’ob yéetel u yiits junkúul che’. Le je’ela‘ jaajchaj tin kuxtal: Bejla’e’ ich k’iin ku máan in jiilankil ba’ale’ ich áak’ab kin xik’nal...
I Cuando era niño, atrapaba gusanos y disecaba mariposas, un día quise que mis gusanos volaran y les pegué alas con la viscosa de un árbol. Esto se hizo realidad en mi vida: ahora durante los días me arrastro, pero en las noches vuelo…
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II Ka’ach tin paalile’ kin chukik kóokay, kin ji’ik u jojopsáasilo’ob tin wíinkilal utia’al in júult’abtik in piixan ich u jobnel áak’ab, juntéenake’ in chiiche’ tu puk’aj u t’aan ich ja’e’ ka tu ts’áaj ten in wuk’ ich ch’ench’enkilil. Bejla’ kéen in wu’uy u wo’oltiken éek’joch’e’enile’, Juntúul kóokayen ku k’a’ajsik u chiich.
II Cuando era niño atrapaba luciérnagas, sacrificaba sus cuerpos en mi piel para iluminar mi espíritu en las entrañas de la noche. Un día mi abuela diluyó sus palabras en agua y me las dio a beber [en silencio. Ahora cuando la oscuridad me envuelve, soy una luciérnaga que recuerda a su abuela.
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CHAK YU’IL Pulyaaj utia’al a tia’alintik áak’ab Lap’ bolontúul xmajannajil, bolontúul kóokay, bolontéen u jajawchi’ibal peek’, bolomp’éel u jejeláasil ch’ench’enkil, bolomp’éel u jejeláasil éek’joch’e’enil, bolontéen u k’aay xooch’, bolon ch’aaj u kaabil xchiwol, bolonch’áaj u k’i’ik’el k’oxol, bolontéen u chi’i’ilankil soots’, Láaj ts’áaj ti’ jump’éel sak luuch, ya’ach’t ka’alikil a wa’alik ba’ax a k’áat, ts’áaj jump’íit u sujuy ja’il ts’ono’oti’, uk’ej, uk’ ichil a su’uk’inil ich bolomp’éel áak’ab, tu taamil áak’ab, tu jolomil áak’ab, ki’iki’ t’antej, a’alti’ ka taak ta xáax, ka u pit u nook’, ka chilak ta k’aan, ka taak ta wiknal, ka u jaant a bak’el, ka u k’ay a xikin, ka u jóop t’abt u k’áak’il a wich, ka áalkabnak tu t’o’olil a paach, ka sa’atak ichil u k’áaxil taankasil, ka u manabchi’it yaan u p’áatal ta wíinkilal, bejla’e’, sáamal, wa tak tu ts’ook k’iin.
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LUNA ROJA Conjuro para poseer a la noche Toma nueve mariposas negras, nueve luciérnagas, nueve ladridos de perro, nueve diferentes silencios, nueve diferentes penumbras, nueve cantos de lechuza, nueve gotas de ponzoña de tarántula, nueve gotas de sangre de mosco, nueve chillidos de murciélago, ponlos en una jícara blanca, estrújalos mientras pides tu deseo, agrega un poco de agua de manantial, bébelo en ayunas durante nueve noches, en medio de la noche, en la soledad de la noche, pronuncia amorosamente su nombre, dile que venga a tu lado, que se desnude, que se acueste en tu hamaca, que se venga junto a ti, que coma tu carne, que te cante al oído, que encienda la lumbre de tus ojos, que corra por tu espalda, que se pierda en el monte de la lujuria, que augure que se quedará contigo, hoy, mañana, o siempre.
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KARLA MARRUFO Mérida, Yucatán, 1982. Doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Veracruzana. Premio Nacional de Narrativa “Dolores Castro” 2014 por la novela Mayo. Premio Nacional de Dramaturgia Wilberto Cantón 2005-2007, con la obra titulada Lluvia para siete insomnes. Becaria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico en Yucatán (Pecda) en 2010, cuyo resultado fue el libro de crónicas Arquitecturas de lo invisible (Sedeculta, 2013). Otras de sus publicaciones son Mayo (2014, Municipio de Aguascalientes), “La piel anegada”, poemario incluido en El éter de las esferas (Ayuntamiento de Mérida, 2005), libro colectivo de poesía; Lluvia para siete insomnes. Atrás el cielo (Icy, 2009), dos obras de teatro; y el poemario Variaciones sobre una misma espera (Universidad Modelo, 2010). Ha publicado obra de creación y artículos de crítica literaria en revistas nacionales e internacionales. Es miembro fundador de la Asociación de Estudios Literarios y de Cultura, A. C. (Adelyc), en cuya página www.adelycac.wordpress.com colabora semanalmente. Participó en la antología Casi una isla: nueve poetas yucatecos nacidos en la década de 1980, edición a cargo de Marco Antonio Murillo y Jorge Manzanilla, editada en 2015 por Sedeculta/Conaculta.
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Leyes de gravedad Del libro: Materia del aire
He sido ya en otro tiempo un muchacho y una muchacha, un matorral y un pájaro, un mudo pez en el mar. Empédocles
1. las mañanas se hicieron para recordar que en el vuelo de ciertos [pájaros se cifra nuestro destino hay líneas exquisitas trazadas en el escenario del viento que sólo en [la grisura del alba describen el nombre de algún poblado alumbran nacimientos fechas impostergables a veces son figuras mapas como una vena imperiosa aferrada a la pantorrilla planos de latitudes extraordinarias muy semejantes a una cicatriz [terrible y encubierta la altitud en el vuelo de las aves es directamente proporcional a su [voluntad para dar signos manifiestos de nuestra fortuna dicen a mayor altitud mayor materia que descifrar la condena está en nuestra tendencia a despertar volando bajo en nuestra vocación para el olvido por eso a veces deambulamos inseguros con el gesto severo de quien [recibe en la cabeza una desgracia blanca caída repentinamente de los cielos devotos somos de las leyes de gravedad 52
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2. desde hace siglos con letras de oro con sistemas complejísimos de líneas que se abrazan y forman círculos con figuras en contienda en un beso de vértices inescrutable con las huellas de las manos en los cuerpos en las cuevas en los árboles en el entrecejo de un anciano ciego absorto en la visión de un cruel [futuro en el vientre de la madre y del niño en las mejillas del ciervo en la frente de cualquier mamut desde hace siglos el hombre ha dicho el hombre ha escrito el hombre intentado descifrar su destino echando las vísceras al fuego volcando su sed de bestia muda sobre las cenizas pero arriba ahí un poco más arriba desde hace siglos están las aves solitarias con sus propias cartas de navegación
3. pero no todo está perdido porque hay mañanas claras en las que uno despierta con el recuerdo [vivo de la misión de las aves son días generosos abiertos como un árbol viejo si miras cielo arriba en una mañana así no sólo verás tu nombre y el color de tu bandera sino una constelación de otros cuerpos muy semejantes al tuyo rutas de polvo y playa espejismos de primaveras adolescentes y uno que otro garabato también podrías encontrar un sendero de vuelta a aquellos reinos [apagados con las noches más oscuras y encender una vela blanca inextinguible Encuentro de Escritores de la Península
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sólo quien atiende al vuelo alto de la memoria más lúcida podrá [encontrar los signos del futuro aunque de ahí dicen no hay vuelta atrás
4. lo triste es que a veces uno no puede más que mirar el vuelo tonto [de las palomas en las plazas es un vuelo fugaz y titubeante como un estornudo plumario lleno de imprevistos y fracturas lo malo de esas veces es que uno se concentra y tropieza siguiendo [pistas apócrifas coordenadas que no cruzan punto alguno estas rutas con la vista suelo abajo suelen llevar al laberinto blanquecino sin salida del sueño de las aves del que por cierto nadie ha regresado ileso ahí ha enloquecido mucha gente dicen olvidando que en las alturas del cóndor se encuentra la dirección precisa de la persona amada del hijo ausente del sueño en fuga el camino certero para volver a casa aunque hay otros que afirman que son sólo rumores 5. yo comienzo desde cero : por ahora me basta con recordar para qué existen las mañanas
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NADIA ESCALANTE Mérida, Yucatán, 1982. Ha publicado los libros Adentro no se abre el silencio (Conaculta, 2010. Colección “La Ceibita”) y Octubre. Hay un cielo que baja y es el cielo (Textofilia, 2014). Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al alemán. Fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2012-2013 y de la Fundación para las Letras Mexicanas en 20082010. Ahora prepara su tercer libro. Participó en la antología Casi una isla: nueve poetas yucatecos nacidos en la década de 1980, edición a cargo de Marco Antonio Murillo y Jorge Manzanilla, editada en 2015 por Sedeculta/Conaculta.
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PUERTO NUEVO
Comimos langosta, de espaldas al mar, sobre un tapanco. (Yo no conocía aquel sitio ni había comido langosta.) Éramos los únicos comensales. Los músicos para turistas se ofrecían. No quisimos. Tú no parabas de hablar. Dividimos la langosta —una mitad para cada uno— y las tortillas de harina de las que no hacen en el sur. (Yo nunca había comido esas tortillas.) Bajamos a la playa; la brisa acariciaba una herida fresca. Tirados frente al mar y con los codos en la arena, nos dividimos la brisa y la música para turistas a lo lejos; también dividimos una separación que se acercaba –una mitad para cada uno– y el sonido de las olas para no tener que hablar.
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LA CÓMODA
La compraron juntos: una cómoda blanca. “Quedaría muy bien en nuestro cuarto”, y quedó muy bien junto a la puerta; la llenaron poco a poco, alegres y automáticos, de objetos, instantes y promesas en desorden. Abrían y cerraban sus cajones —inauguración, decían, y clausura de un espacio sólo suyo— con un ritmo más resuelto cada día; a veces no podían cerrarla del todo porque algo lo evitaba: un cinturón, una avidez intempestiva; un calcetín, una mirada a punto bajo jeans y camisetas bien planchados; un impulso, una blusa roja aplastada en la madera. La siguieron llenando hasta quedarse vacíos. A veces le pedían esas prendas tan parecidas a ellos y dejaban a cambio la posibilidad de ser más que la apariencia. El tiempo la cubría de una piel más gruesa. Dejaron las huellas dactilares, los nudillos y la fuerza de las manos: más se resecaba la madera
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bajo franelas y pulidores. Los primores de su tallado, sus manijas firmes y amables se volvían más fríos; no podía abrirse como antes. Su interior se fue impregnando de un contagio oscuro, desmedido en aislamiento de organismo en su miseria consumiéndose. Y los dos frente a ella, vestidos del olor de la madera cada noche, cada mañana, cada tarde, lentamente, el otro frente al uno ya no fue el otro ni el uno: dos muebles impenetrables, oscurecieron consumiendo aquello que habían depositado cada uno en el otro.
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AURORA
Los escuchaste mientras dormías, en la carretera hacia Tampico. Detuvieron el autobús de madrugada, lo desviaron de su ruta; no creíste en la premonición de que el sueño a veces amenaza. El ruido blanco del monte, los somníferos que tomaste para el viaje los ocultaron en la niebla, pero escuchaste el contorno de sus voces, las líneas duras del metal permanecieron a tu lado. Te despertó una época en que es difícil regresar a casa hacia el norte por la carretera del Golfo. Las noches, antes, eran sólo eslabones viejos y oxidados, lentos para abrirse al día. Ahora te ha alcanzado lo real y se ha encadenado a tu sueño con argollas de voces, acentos familiares que ordenan descubrir rostros, contestar preguntas y abandonar el viaje. Uno tiene un solo sueño para resguardarse, pero ahora vigilan los caminos. Uno tiene un solo cuerpo a donde regresar en la vigilia. Un cuerpo oscuro y precario parecido a otros miles Encuentro de Escritores de la Península
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que han dado la cara, forzados, al ruido blanco del monte. Bajaron a diecisĂŠis para dejarlos tirados sobre su propia sombra: lo supiste cuando en Tampico escuchaste las noticias.
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CHRISTIAN NÚÑEZ Mérida, Yucatán, 1981. Graduado en Humanidades y Filosofía por la Universidad Mesoamericana de San Agustín. Desarrolla proyectos interdisciplinarios de periodismo cultural, escritura creativa, comunicación publicitaria y artes visuales. Es autor de los libros Aviones y bocetos (Dante, 2002), Shhh (unasletras, 2008), La burbuja azul (unasletras, 2009) y The Crying Boy Project (Rojo Siena, 2013). Fue incluido en la antología Casi una isla – Nueve poetas yucatecos nacidos en la década de 1980 (Sedeculta-Conaculta, 2015). Participó en tres art books dirigidos por Joan Duran: landings 5, landings 6 + 7 y landings new art + ideas from the caribbean and central america 2000 / 2010, todos publicados por five-o-one art projects + image factory art foundation. Ha publicado como columnista de la sección El MACAY en la cultura del Diario de Yucatán y colaborado en plataformas como La Tempestad, Origama, La Ciudad de Frente y Replicante. Asimismo, desde 2014 imparte talleres de copywriting, redacción web y literatura digital. Participó en la antología Casi una isla: nueve poetas yucatecos nacidos en la década de 1980, edición a cargo de Marco Antonio Murillo y Jorge Manzanilla, editada en 2015 por Sedeculta/Conaculta.
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LOW BATTERY FOR MEGAMAN En busca de bonsáis Dejó un jardín perfecto Con una niña que lo cuidara siempre Huyendo de la zona de conflicto Llevaba en los pulmones una lenta, casi mínima Respiración Se queda solo y piensa Que es razonable llorar Por eso.
MANDALA Si respiras aún Si todavía puedes respirar aún Si esto que ocurre continúa Si lo que nos rodea se desploma Y todo sigue funcionando Aún Estaremos juntos Para viajar Para viajar al círculo Para viajar al círculo de lo inmutable Y desprendernos de lo absoluto Y desprendernos de lo relativo Y revertir de un solo golpe El portentoso Rugido del mar.
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CODA MÍSTICA Ella se recuesta Por mucho tiempo Aquí, llorando. Favor de no pisar.
BUSTER KEATON Sueña que mira por la escotilla de un buque A los amigos de su infancia hundiéndose, hundiéndose. Podría filmarlo. Pero se queda inmóvil.
DOSTOYEVSKY’S MOLESKINE Gente de todo el mundo Que está sufriendo, que está llorando Y nada la puede consolar Derriben este poema.
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MEDIANOCHE SOBRE JERUSALÉN Y viaja lejos quien nada oye Y viaja lejos quien nada contesta Y viaja lejos quien nada sabe Y nada averigua Y nada quiere pedirle al desierto Y nada traslada consigo Y nada sufre Y nada busca aquí.
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JAVIER ESPAÑA Chetumal, Q. Roo, 1960 Obtuvo el Premio Especial de Literatura “Antonio Mediz Bolio” otorgado por el Gobierno de Yucatán y el Instituto de Cultura del mismo estado por el poemario Presencia de otra lluvia en 1987; asimismo, el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños, otorgado por la Fundación para las Letras Mexicanas por el libro La suerte cambia la vida en 2004. Obtuvo, también, el Premio Internacional de Poesía “Jaime Sabines”, en el 2007, con el libro Sobre la tierra de los muertos, otorgado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (Coneculta) de Chiapas; de igual forma, el Premio Nacional de Cuento “Beatriz Espejo” 2010, otorgado conjuntamente por el Instituto de Cultura de Yucatán y el Municipio de Mérida, por la obra Prometeo de la calle 51. Entre sus libros de poesía destacan: Tras el biombo (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1991), Travesía de fuegos perseguidos (Unam, 1993), Tributo del viandante (Instituto mexiquense de cultura, 1998), Azul deseo de la esfinge (Editorial Mantis, 2000), La suerte cambia la vida (Fondo de Cultura Económica, 2005), Sobre la tierra de los muertos (Coneculta, Chiapas, 2007), entre otros. Ha publicado el libro de ensayos Rumores a deshora, en 2011, y participado en el colectivo Los frutos de la voz, 1997.
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LA NADA DEL PRESAGIO La luz apaga los umbrales del nosotros, en pérdida ulterior. No hay castidad que borre su castigo ni premisas en puerta quebrantada. Un resplandor tardío se desliza al intacto morir de los oráculos. Paginación insomne se doblega a la nada infalible del presagio.
NAUFRAGIO Levísimo es el roce de los actos, destellan las heridas en silencio. Una boca es un río sin memoria, donde el náufrago dicta su otra muerte: el círculo que rompe su neblina. ¿Qué tacto no es un ser agonizante? ¿Qué ausencia no es vivir en el azul? ¿Dónde la luz no engendra su penumbra?
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TRAS LOS MUROS INVENCIBLES No es la mujer nombrada este vocablo, pero es río de fecha moribunda en abandono de las aguas ángeles que caen tras los muros invencibles. No es más el ser que sitia los azules sino vorágine de graves voces. Es el canto sangriento de la trama que desconoce el rostro que se mira.
REENCUENTRO para Roger Campos Munguía Han muerto los relojes y las cosas. Sólo una voz, que no es de nadie, revela a la memoria infiel de los espejos el roce de una muerte diurna de seis años, el fin de un día entre los dedos, la sombra interna que conjura Jorge Cuesta, el Ser, la Nada, un nombre que se olvida, el miedo y su costumbre de ventanas rotas.
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MURMULLOS EN VACÍO
Sobre la noche llueve la amargura de cristales tallándose en los muslos, en la piel de la angustia y el deseo. Del vientre más distante surge el yugo, tiembla en flagelación la pesadumbre, el desvelo que fragua sus imágenes. Y el tacto busca el filo de los senos como el ciego forjando lo invisible. Pero es nadie en las manos y en la lluvia. En la muerte inicial de la impaciencia caen rostros, murmullos en vacío, y la llama fallece contra el agua.
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HOY
Mirar atrás con la visión de nadie: I me mine en tarde de 1982, o el absoluto que afirme la palabra signo, rasgo de agua. Hoy es el mismo día del ayer perdido, y con sus manos de espejismo y sal sobre el poema se escribe el nombre de la sangre que no cesa. Sólo acoger la lluvia sucedida en un difuso sexo puede salvar la sombra que se hiere a solas, como el primer silencio de un suicidio, o la piel blanca que ilumina los sentidos de la noche en el perfil desierto de la inexistencia. Nada sabrá de la agonía, de la íntima derrota que se consume entre las manos del instante. ¿Qué permanecerá sino la muerte y su sentencia, erguida en la profundidad del miedo blanco? Hoy es el mismo día de la luz vacía y sola que finge en su lenguaje la definición de nadie.
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INSEPULTO ES EL CREDO
Insepulto es el credo de la historia, niega crimen a crimen su legado. En certero dictamen de ser sangre abdica a paraísos de la noche. No sostiene a esta sombra ningún faro, ni el perdón es umbral para la espera. No se posterga más lo presentido: epílogo del humo en la escritura. En nocturno intersticio de palabras se disuelve el fragor del infortunio, dádiva de la nada, silabario, esperma minuciosa de la muerte.
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BRÍGIDO A. REDONDO Mérida, Yucatán, 1939. Radica en Campeche, desde 1967. Maestro de Educación Primaria egresado de la Escuela Normal de Profesores del Benemérito Instituto Campechano; estudió la licenciatura en derecho en la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad del Sudeste (hoy Autónoma de Campeche); y la licenciatura española en la Normal Superior de México. Fundó las colecciones: Rosa Naútica, 1978; Biblioteca Básica Campechana, 1985; de los talleres de teatro infantil del Instituto Campechano, teatro experimental estudiantil del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos, 9 de Campeche y Teatro Experimental de los Servicios Coordinados de Educación Pública en el estado. Ha dirigido la Casa de la poesía, de estudios poéticos, con apoyo de jóvenes escritores y voluntarios (desde 1989). Ha colaborado en Estro (como fundador), Pliego del fin (como fundador y director), Tríptico (hoja volante de poesía), Pliegos de la Casa Maya (como fundador y director). Ha publicado más de 20 libros de poesía y ensayo, por lo cual ha obtenido diversos premios en reconocimiento de su labor literaria y cultural.
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MUERTE DEL CANTOR
A Efraín Huerta
Te ha dejado el dulce corazón hermoso a solas con tu sitio. Como un náufrago inmóvil que ha zozobrado al fin, rumbo al mar del olvido. Te desdoblaste de sueños y gaviotas, desterrado del gozo, te quedas como un inhabitado paraíso, quieta la lengua y el insomnio. A orillas de tus ojos la mano del silencio te escultura un vacío, una orilla sin fondo una estrella que fraguó la tiniebla. Te has muerto ya porque sobran motivos para irse: aburrirse de azul y de palomas, abundarse de amor y de poemas. Quizá te fuiste y el último suspiro se fue también culpando al mar al pájaro de humo a las flores de fuego. 72
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¡Se te acercó tanto la distancia que tu lengua hizo vibrar el límite del infinito! Te vas, así, sin el alerta justo para inaugurar un hijo, un aleluya, una ciudad mejor, una corola. Te cerraron el mínimo celaje y te cesó en las venas el ramaje fecundo de la sangre. Algo te atosigaba junto al ángel evaporando el trono de la tierra. Todo te debe la sustancia y un hilo de la luz, desdobla la energía en tus narices para cortar el hálito sonoro; pero tu cuerpo seguía ardiéndose por dentro, porque una lumbre sin contorno te prolongaba las pupilas. Se ha menguado la casta hierofante con tu viaje sin fin hacia el exilio. Nos dejas aquel minuto retraído, aquel instante que interrogaba al viento, a la sombra del sol, a la matriz del Arco Iris. ¿Qué urdimbre serenará la hierba? ¿Quién, sin tu voz, podrá volar y fecundar a la colmena? Encuentro de Escritores de la Península
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¿Quién bajará la luna a recorrer el fondo de la flor y de la espuma? ¡Qué pobre queda el mundo con tu ausencia! ¡Qué menguada la luz y las corolas! ¡Qué desolado el ritmo y las gaviotas! Has muerto un poco de albanza cuerpo del aire, hueso de la aurora fruto del agua… y ahora… el límite de un infinito YO nos amordaza.
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JOSÉ DÍAZ CERVERA Valladolid, Yucatán, 1958. Es Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y Maestro en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado cuatro libros de poesía y uno de ensayo, y su obra ha sido antologada en publicaciones locales, nacionales e internacionales, además de ser merecedora de distinciones como el Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta”, en el año 2008.
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OBERTURA CON UN REDOBLE DE TIMBAL
II Has castigado mi carne con tu aroma y ahora voy de la levedad a la catástrofe. Dime cómo te llamas, paloma de la lluvia, depón tus cicatrices entre la astilla de mi aliento y regresa a la luz antes que el huracán nos recuerde las edades de la usura. Aquí ya no me cabe decir que lo real son estas piedras que salen de mis ojos. Pero algo sé del dolor cuando la noche besa tus sandalias.
VII Una mitad de mí vive en el canto. La otra muere entre la arruga inmemorial del horizonte. Cada que el azafrán me remuerde la inconsciencia, soy como un piano altivo: así subo al dolor, así bajo a los chivos del silencio. Así dibujo la tierna ortografía de tus caimanes. Alabadas sean por eso las piedras con que tropecé: alabada aquella que besó la orfandad de mi sonrisa y la que se apiadó de los espejos.
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Llagado de ti, llagado por la transparencia de tu sombra, me convertí al ateísmo de la luz.
SIRENA
Su entraña sal y su canción moruna, semejantes a un aura que desmuere, irisan la penumbra. Miserere. En cada escama hay una breve luna. Insaciable la cal, inoportuna, me cala el corazón y me sugiere que me muera en la sombra donde muere la breve tempestad de la aceituna. La luz, nata del tiempo, se enajena sobre el fino cristal de las escamas y en las puntas oscuras de su pecho. Fiebre de nuestros huesos, la sirena repara nuestro sueño y nuestras llamas mientras nos besa la ansiedad del techo.
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RODRIGO ORDÓÑEZ SOSA Mérida, Yucatán, 1979 Estudió la Licenciatura de Ciencias Antropológicas, especializado en Lingüística y Literatura, en la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady). Parte de su obra poética está recopilada en la antología Venturas, nubes y estridencias, en Nuevas voces en el laberinto, en el suplemento cultural “Arena” del periódico Excélsior, y en las revistas Camino Blanco, SolaLuna y Jalal. Ha participado con ensayos en los libros Cuadernos de Ensayos Universitarios, Chaacmool No. 6 (Cuaderno de trabajo cubano-mexicanos), en las revistas Sentido Humano, Arenas Blancas, Soma y Archipiélago. Es colaborador de la sección cultural del periódico Por Esto! Actualmente es Presidente de la Red Literaria del Sureste, y obtuvo el Segundo Lugar del Concurso Regional de Poesía “Felipe Carrillo Puerto” y de los Juegos Literarios Nacionales Rosario Castellanos de la Uady. En 2011 publicó el libro de poesía Persistencia del tiempo.
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Carlos Moreno Medina: una voz en penumbras
La historia de la literatura yucateca del siglo XX está compuesta de un entramado de fugas y olvidos. Entre las razones podemos enumerar a los grupos poéticos que construyen su canon de acuerdo a sus propuestas estéticas, eligiendo unos autores y descartando otros, a la desaparición de las materias dedicadas a nuestra literatura (que trae consigo que ignoremos el legado literario yucateco) y, en el caso de las reediciones, existe una deficiente distribución y difusión de estas obras. Por esas razones debemos emprender excursiones minuciosas a las librerías de segunda mano si queremos encontrar un libro en especial. Frente a ello, estas líneas pretenden rescatar de la tiranía del olvido al poeta Carlos Moreno Medina. La construcción de la historia de la literatura yucateca sobre los últimos años es inexistente prácticamente, salvo unas cuantas antologías que se han hecho con cortes cronológicos o de escritores afines, no hay un verdadero trabajo de integración de lo escrito en estos cien años. Los textos que existen generalmente están centrados en los narradores, como Ermilo Abreu Gómez y Juan García Ponce, mientras que la poesía recibe un tratamiento limitado por parte de la crítica literaria, salvo los comentarios que hace José Esquivel Pren en Historia de la Literatura en Yucatán, o el proyecto de reediciones que emprendió el poeta Rubén Reyes Ramírez de autores ya clásicos en el Estado, entre ellos destaca Moreno Medina. Aunque continúa sin explorarse el impacto de los hechos mundiales del siglo XX en el pensamiento y la literatura yucateca, podemos atisbar que mezclados con los sucesos nacionales, representaron un impulso para replantear la vida interior de los seres humanos. Basta recordar que la angustia que envuelve la vida de Moreno Medina estuvo enmarcada por la recién concluida Revolución Mexicana y su proceso de institucionalización, las guerras mundiales que rompieron el espíritu de varias generaciones, la Gran Depresión Económica de 1929, el ascenso de la burguesía y las dictaduras que comenzaron a inundar a Latinoamérica, hicieron que se abandonen los viejos 80
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moldes del arte e iniciaron un proceso de análisis y reconsideración de la postura del hombre en el mundo, sobre todo, algunos autores optaron por combatir las injusticias a través de la palabra. Estos hechos históricos afectaron el ámbito político, la economía y la cultura, principalmente en esta última, con el surgimiento de las vanguardias artísticas y literarias que inauguraron la etapa combativa de la literatura, como dijimos, contra las grandes dictaduras en el continente americano y europeo, así como colocaron en el centro de su obra a América, al Hombre y el Espíritu. Además, pugnaban por la ruptura con los viejos moldes de las formas literarias y sus contenidos, por ende, emprendieron la búsqueda de innovadoras percepciones de la realidad. En ese contexto, la renovación del panorama cultural estaría muy vinculada con las vanguardias artísticas latinoamericanas y europeas. En Yucatán, los escritores abandonaron el modernismo para vislumbrar otra visión del arte, como lo hicieron Ermilo Abreu Gómez, José Esquivel Pren, Ricardo López Méndez, Juan Duch Colell, Ernesto Albertos Tenorio, Carlos Duarte Moreno o Clemente López Trujillo. Estos autores miraron hacia la historia y la cultura regional, postura que recibió un gran impulso por parte de sus pares nacionales, como Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas, quienes escribieron poemas sobre y desde Yucatán. Así, la obra de Carlos Moreno Medina surge en un ambiente de renovación literaria, del rescate de las tradiciones y los templos mayas, la bohemia con sus noches interminables y alcohol, la angustia por los crecientes conflictos beligerantes a nivel mundial y sus efectos en los países latinoamericanos, la crisis económica con la caída del auge del henequén, la ausencia de libertad para los creadores y la censura por parte de los medios impresos. Moreno Medina, poeta emeritense de formación autodidacta y voraz lector, nació en el barrio de Santiago el 6 de septiembre de 1913. Su infancia y juventud transcurrió durante la consolidación de la Revolución Mexicana y esa vorágine que describimos en la literatura, la política y la economía. En 1936 incursionó en la poesía, dejando atrás los modelos nacionalistas para emprender una búsqueda más Encuentro de Escritores de la Península
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ambiciosa: los derroteros internos del ser humano, enfrentado a una modernidad incipiente y la angustia vital. Esa visión estética y angustiante nacería de las dificultades que tendría a lo largo de su vida. Siempre con la miseria rondando su cabeza, debió abandonar sus estudios de preparatoria y entrar como aprendiz de mecánico para sortear sus necesidades básicas. De acuerdo a Rubén Reyes Ramírez, Moreno Medina de los 14 a los 24 años de edad, no logró procurarse el sustento necesario que alcance para retomar sus estudios. Así pasó de la mecánica a empleado de abarrotes, peinador de sosquil en la cordelería San Cristóbal y, después, como empleado de Crédito Ejidal en la hacienda henequenera Tzácala. Cuando cumplió 24 años de edad en 1936 se casó con Berta Solís Pacheco, con quien partió a la ciudad de México, en donde trabajó como portero del edificio de Bellas Artes. La cercanía con la biblioteca de la Cámara de Diputados permitió su formación autodidacta en el campo cultural. Así, los 12 años que permaneció en la capital del país hizo que conozca y estreche lazos con José Revueltas, Antonio Magaña Esquivel, Salvador Novo y Clemente Trujillo. Las dificultades económicas acompañaron el aspecto familiar. Sólo tres de sus hijos llegaron a la edad adulta (Berta, Alma y Carlos), mientras que la cuarta hija murió a los dos años de edad; a lo anterior se sumó las graves dolencias de su hijo Carlos, que siempre estaba bajo tratamiento médico constante. Pese a su carácter introvertido, los comentarios sobre su trabajo eran realizados por personajes de renombre, como Esquivel Pren y Nicolás Guillén. Pero el comentario que tendría mayor peso en la difusión de sus escritos sería el de José Revueltas, quien lo descubrió y avaló en julio de 1938 en las páginas del extinto Diario del Sureste, donde sintetizó la preocupación poética de Moreno Medina con estas palabras: “nos conduce hasta las horas blancas, las horas mortales cuando se suspende el ánimo sobre el drama y la soledad. He aquí la voz juvenil, en los bordes del llanto; narrándonos su tiempo interno, nuestro propio tiempo”. Pese al reconocimiento de su
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trabajo, decidió publicar su obra 13 años después. Así, en 1951 salió Arquitectura de la Sangre, en 1961 Dimensión de la Nube y en 1964 Esquema Poético del Mar. Uno de los poemas que mejor resume las preocupaciones estéticas y vitales de Moreno Medina es América, ahí nos transporta de la desesperanza a la idea de una América hermanada, una oscilación entre la esperanza y la derrota. Este vaivén obedece a su precaria situación económica y la impotencia ante el fallecimiento de su hija y la enfermedad de su hijo. Entonces ¿qué mantiene vivo al poeta? El ideal que representa el continente americano como faro para recuperar la dignidad, la esperanza, el tiempo y la promesa de convertirse en un paraíso terrenal donde la angustia vital permanezca desterrada. Así, nos regala estos versos en su poema América: busco tu pulso, sólo busco tu pulso, en el viento, en las voces, en tu casa de júbilo, en horizontes aguas y árboles poblados; te busco en el inquieto latido de tu espíritu, tu espíritu de mar incomparable, de compás y de nube, de barcas esperanzas abiertas como claros balcones de la lluvia. Pese a que en los primeros años de su fallecimiento se le hicieron homenajes y reediciones de sus obras, su voz lentamente caía en el abismo de la penumbra, como parecía presagiarlo el poema “Soledad y Ausencia”, en el cual leemos: Estoy triste de ausencia./ Estoy solo y muy lejos,/ tan lejos/ que estaría a tu lado/ con detener mi tiempo”. Así, para evitar ese frío devastador del abandono, lo recordamos este día. Ese tono triste y melancólico cesó el 14 de febrero de 1971, sumiéndonos a nosotros en la pesadumbre. Carlos Moreno Medina sucumbió combatiendo la miseria, las tragedias familiares, el silencio en torno a su trilogía poética y el alcoholismo; ese día decidió darle noche y cuerpo a la pena, dejándonos como legado su obra, la cual como una gota pertinaz, insiste en filtrarse en sus lectores, sobreviviendo en otros
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cuerpos y enseñarnos que la literatura, cuando se hace con convicción, perdura pese al tiempo. En sus poemas nos recuerda cómo estamos ante lo que ocurre en el mundo: América: Hoy es el tiempo duro, redondo, de la piedra, de la oscura derrota, de noche interminable, de silenciosa y triste madera de naufragio. Y qué nos queda entonces: recordar que el combate sigue, que la lucha aún no concluye, que la poesía es un arma que debemos empuñar ante la injusticia, la violencia y las diferencias de clase. Si Moreno Medina aún continúa vigente se debe a que la realidad aún se tambalea por el peso del hambre y la angustia. Moreno Medina es un poeta universal en el estricto sentido de la palabra, pese a sus circunstancias y carencias, avizoró los males enraizados en el alma de los seres humanos en un mundo globalizado, indiferente y desprovisto de esperanza, sujetos a la angustia como una piel tan cómoda que nos hace olvidar que sufrimos con nuestros hermanos de otros hemisferios, más ahora que la realidad es carcomida por la pobreza. Por ese legado tan vasto, la Red Literaria del Sureste propone a la Secretaría de la Cultura y las Artes que convierta este homenaje en una actividad institucional, que sirva para que refrendemos el compromiso social y el ideal estético que perseguía Carlos Moreno Medina: que el arte sea también una forma de liberación, que muestre lo que está mal en el mundo y desnude esos laberintos pedregosos por donde transita nuestra alma. Que ese canto a América mantenga ese tesón que exhorta al hombre a luchar contra la injusticia, y, en su otra hélice, a los escritores nos recuerda que aún falta mucho por hacer, que ese combate no concluye y que la única forma de deponer las armas será “hasta que se despierte la conciencia en la tierra”. Una lucha cuya victoria hará que nuestros hijos disfruten esa esperanza que hoy se ha olvidado de despertar con cada mañana.
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A manera de colofón
El arte. Su sentido de otredad Por Javier España Novelo Confrontar el mundo de las concepciones da razón a la sinrazón más posmodernista. Desde tiempo atrás, el mundo occidental simplificó el concepto arte al más reductivo de sus propósitos, el cumplimiento de un sentido verdadero que tenga sabor a cientificidad. Siempre con el ánimo de poder delimitar, lo que ahora sabemos es imposible: dar nombre al arte. Desde su origen, tomado en aquellos tiempos románicos de las pomposas y delicadas bellas artes, el hacedor mismo temía preguntarse, o más bien no le importaba, hasta dónde su labor de manos y talento sumario era una razón de vida particular. La individualización del artista fue, con el paso del tiempo muy humano, creando un arte individualizado que trascendía la forma de interpretar un mundo igual para todos. El nuevo objeto creado rebasaba la finalidad utilitaria y agregaba al universo un elemento generador de asombros. La percepción de los demás, de los degustadores comunes, servía como un espejo que no repetía las imágenes de la misma manera. El individuo, entonces, en condición de otredad, comenzaba y recomenzaba el parpadear lúdico de las interpretaciones. De la simple manera de hacer (concepto primario del término arte) se fueron dando en las sociedades humanas las formas subjetivas que descifraban a la realidad objetiva. El arte, entonces, si pudiera aventurarse una aproximación de significados, sería lo que está más allá del contenido del objeto creado. Para Martin Heidegger habrá que encontrar la esencia del arte donde el arte indudablemente impera en su realidad. “El arte está en la obra 86
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de arte. Pero, ¿qué es y cómo es una obra de arte? Lo que sea el arte debe poderse inferir de la obra”.1 Esta inferencia, sin duda, ha dado en el transcurso del pensamiento humano un amplio margen de “intervenciones” intelectuales donde la presencia del objeto de arte se ha resuelto en su condición cósica, pero que dice algo más de sí mismo, como lo interpreta el mismo Heidegger, el cual insiste que: “la obra de arte es en verdad una cosa confeccionada, pero dice algo otro de lo que es la mera cosa. La obra hace conocer abiertamente lo otro, revela lo otro; es alegoría”.2 Esta revelación de lo otro es en razón del otro, del receptor que muchas veces invierte los papeles. El fenómeno contrae su fórmula comunicativa en este vaivén de identidades creativas, dando cumplimiento al sentido de la otredad. Es verdad que el artista se individualiza ante el fenómeno mismo de convertirse en múltiples seres o versiones del ser, pero también el receptor se diversifica en el ejercicio de sus potencialidades. En el caso del arte poético, que es el fin que nos impulsa en esta interpretación racional y humana, estos dos elementos se entrecruzan en infinidad de encuentros, provocados por el texto verbal o poema intencionado. La experiencia es múltiple por las diversas individualizaciones del autor, y también por cada una de las individualizaciones del lector La poesía demuestra así la existencia, y sospecha al otro, como aquella identidad que la sueña en diferentes escenarios. En el caso del poeta, esta individualidad es inevitable, pues a través de sus particulares dotes logra como artista el producto de su vitalidad concreta. No es mera observación derivada de los tiempos modernos que nos ha tocado vivir lo que permite determinar la individualización de la producción artística, sino es reconocer que esta identificación era reconocida desde tiempos muy pasados. Lévi-strauss asegura que: “Aunque hayamos tardado mucho en darnos cuenta de ello, el artista posee también estos caracteres en muchas de las sociedades 1 Heidegger, Martin. Arte y poesía, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, p. 38. 2 Ibidem, p.40
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que llamamos “primitivas”…Con el arte de los tiempos modernos, se trataría, pues, de una individualización creciente, no del creador, sino de la clientela”.3 El arte, en sí, presenta una ardua delimitación de sus fronteras conceptuales: el saber dónde se origina y sus propósitos, pero no las consolida en verdades últimas. Menos aún si el territorio de lo verosímil, como condición inalienable de cualquier disciplina, no es de particular interés a lo que no es su fin, sino su búsqueda. Étiene Souriau determina que “El arte es lo que decide de los efectos que conviene producir, y de las causas que habrán de producirlos; de la justa disposición de las calidades que habrán de brotar progresivamente en la obra. Del camino del ser, objeto de sus preocupaciones, hacia ese término definitivo y culminante, umbral de su existencia plena: su realización. El arte no es únicamente lo que produce la obra; es lo que la guía y orienta”.4 En el caso de pensar que el arte se emancipa a partir de una hermenéutica de un solo lado, es decir, del creador como individuo único al manifestarse, pero social al pronunciar su obra en materia objetiva, no deja ver que el receptor de cada una de las manifestaciones artísticas es creada para el otro individuo único y social. La gran diferencia entre estas dos figuras de la experiencia artística estriba en el hecho de que el individuo creador pertenece a un contexto histórico y social que no necesariamente puede o debe coincidir con el del individuo receptor. Este es un fenómeno definidor, desde sus características inherentes, que debe tomarse en cuenta, sobre todo si se reconoce la continuidad del arte dentro de la historia de la humanidad: un hombre del siglo XXI, por ejemplo, contextualiza una lectura de una obra literaria del siglo XVI desde varias perspectivas históricas y, por ende, desde diferentes valoraciones estéticas. En este sentido, no sólo entra en juego la cientificidad de los criterios, sino también el ejercicio de los análisis subjetivos que han surgido, por la misma razón, en la historia cultural humana. 3 Lévi-strauss, Claude, Arte, lenguaje, etnología, Siglo XXI, México, 1979, p.52 4 Souriau,Étienne, La correspondencia de las artes, FCE, México, 1986, p. 34
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Esta fragilidad de la concepción del arte, como un medio y fin en sí mismo, también lo complejiza como objeto cultural producido en y por la sociedad, lo que ha justificado el intervencionismo actual del Estado con fines de institucionalizar su valor de existencia. Esto no debe extrañarnos si tomamos en cuenta que, desde el Renacimiento hasta la Edad Moderna, se le ha pretendido caracterizar a la expresión artística varios sentidos de inherencia que lo insertan en una actividad humana insoslayable, como el carácter humanístico y también por la cientificidad que ha creado alrededor suyo, en medio de un mundo teorético que lo ha convertido en su objeto de estudio. El propio derrotero del arte lo fue determinando su devenir histórico, según el enfoque modernista. Primeramente, fue dentro de esta concepción modernista para ir condescendiendo luego a su valoración en la sociedad. El marco cientificista lo sitúa como un producto cultural objetivizado que, por lo tanto, responde a una visión inquisidora de la ciencia y su instrumental metodológico. Al mismo tiempo, la estimación humanista lo fue determinando a partir de sus apreciaciones y criterios subjetivos que fue entretejiendo, desde el amanecer del humanismo occidental, la concepción del Yo dentro de la generación del arte; sin embargo, estas dos tendencias –la científica y la humanista– se aposentaron sobre la figura del creador individual, independientemente de su efecto en el degustador, que sólo fue contemplado como uno de los propósitos de la misma actividad creadora de los artistas. La ciencia, en sí, consideró que su desciframiento del acto creador, por supuesto, partiendo del impulso individual, era suficiente para objetivizar su labor en busca de la verdad ontológica del arte. El arte se convierte, desde esta perspectiva, en la búsqueda de formas y sentidos, donde el contexto histórico define y redefine sus criterios, incluyendo ideologías, mitos, religiosidad, pero intentando una trascendencia individual en medio de su inevitable atmósfera social que le toca vivir. “Me parece que la escritura ha desempeñado un papel muy profundo en la evolución del arte hacia una forma figurativa, pues la escritura ha enseñado a los hombres que era posible, por medio de signos, no sólo significar el mundo exterior, sino aprehenderlo, tomar posesión de él”.5 5 Lévi-strauss, Claude, Arte, lenguaje, etnología, Siglo XXI, México, 1979
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Esta revelación de formas pretendidas se fue dando, sin ninguna casualidad, con la pretensión del contenido polisémico, y ha sido desde siglos el dominio del lenguaje poético que ha servido para traducir los mitos de origen y de eterno retorno, que han inseminado el espíritu vital de los individuos. De pronto, en el instante menos previsto, el creador posee al universo al ser poseído: la exterioridad del mundo descubre y redescubre el camino a una interioridad que pide manifestarse en el otro. Lévi-Strauss opina al respecto: …Es lo que yo llamaría “posesividad respecto del objeto”, el medio de apoderarse de una riqueza o de una belleza exterior. Es en esta exigencia ávida, en esta ambición de capturar el objeto para beneficio del propietario o inclusive del espectador, donde me parece que se encuentra una de las grandes originalidades del arte de nuestra civilización”.6 De esta forma, el arte cósico, se convierte en un objeto autónomo. El arte es en sí en cuanto a proceso, pero no así en cuanto a objeto creado. La determinación del objeto como obra creativa, depende de lo que descifremos del objeto, sumando la intencionalidad de crear. Lo que podemos incorporar desde afuera del objeto son las aproximaciones accidentales de las pretensas definiciones de un objeto estético a partir de los elementos que constituyen la intencionalidad. Sobre este reconocimiento de la participación del otro-lector, Di Girolamo cita: “Si, por consiguiente, el arte, comprendida la literatura en él, existe sólo en el reconocimiento por parte de los destinatarios, que por lo demás se renuevan de generación en generación, ¿puede hablarse aún de una función social propia o se suscribe sin más la tesis de su autonomía? El tipo de enfoque propuesto no permite dar una respuesta inequívoca a esa pregunta, porque, precisamente, compete a los destinatarios el “uso” de las obras del pasado y contemporáneas, en el que también se puede prescindir totalmente de las intenciones de los autores”.7 6 Ibidem, p.58 7 Brioschi, F. y Di Girolamo,C. Introducción al estudio de la literatura, Editorial
Ariel, de Madrid 2000, p. 297
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Sin embargo, habrá que reconocer que existe y ha existido siempre una intencionalidad (a la que podemos llamar pretenciosamente estética) en el autor de la obra, al igual que actúa como tal en el espíritu creador del receptor. En el caso de la poesía, ésta persiste en la multiplicidad autónoma del lector. Al respecto Souriau establece que: “…, el arte de tal suerte definido pertenece al género de la finalidad. Pero esto no dice nada si no se precisa que se trata de una finalidad de un tipo completamente especial: aquella cuyo término es una existencia, y, más exactamente, la existencia de un ser”.8 Pero, ¿no es acaso esta necesidad de presencia, de identidad nombrada lo que la poesía o cualquier manifestación artística acusa en su pretensión de potens realizado en una construcción propia de su ser? En estos tiempos posmodernistas donde los paradigmas de la fe metafísica, histórica y filosófica hacen parpadear la razón de la existencia humana, sitiada entre los rincones de una cientificidad que no justifica su presencia salvadora, parece un impulso inoportuno precisar un debate sobre la condición del arte como inherencia humana, y más ahora que los ánimos intelectuales pregonan su fin dentro del fin de la sociedad cultural. Los abrevaderos magnánimos de Hegel, Comte, Nietzsche y Heidegger que dieron de beber al saber humano, se tornan en retornos imposibles. De estas posturas se llenan páginas y páginas, redes virtuales e iconoclastas religiones de sí mismas. Sin embargo, aún estamos aquí, viviendo y respirando de los mismos y viejos pulmones del mundo; aún guardamos los espejos para mirar las huellas de lo que fuimos y pretendemos negar; aún sangramos de las mismas heridas milenarias. Y esta circunstancia que todavía es capaz de cifrar la tentación de ser, nos hace despertar cada mañana ante el asombro de la poesía que nos dice que estamos vivos. ¿Importa, entonces, en estos tiempos de eterna penuria y de resurrección negarnos a murmurar nuestros nombres ante los pálidos reflejos del arte?
8 Souriau, Étienne, La correspondencia de las artes, FCE, México, 1986, p.37
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Los poetas José Díaz Cervera (Yucatán), Brígido A. Redondo (Campeche), Javier España Novelo (Quintana Roo), con el Dr. Jorge Cortés Ancona, Jefe del Departamento de Fomento Literario y Promoción Editorial de la Sedeculta, durante el recital poético Voces de la Península. (Foto: Comunicación Sedeculta)
Los poetas en lengua maya Isaac Carrillo Can (Yucatán), Jorge Miguel Cocom Pech (Campeche), Sary Lorena Hau Ucán (Yucatán), con el Dr. Jorge Cortés Ancona, durante el evento Nuevos cantos de la ceiba: recital de poetas mayas contemporáneos, el sábado 27 de febrero de 2016. (Foto: Manuel Tejada Loría). 92
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Mesa panel Panoramas literarios: Quintana Roo y Yucatán, realizada el viernes 26 de febrero de 2016, con la participación del poeta Javier España y el escritor Roldán Peniche Barrera, acompañados del Dr. Jorge Cortés Ancona. (Foto: Ana Díaz García).
Los poetas Rodrigo Quijano Arjona (Yucatán), René Vera Contreras (Quintana Roo), Katia Rejón Márquez (Campeche), David Anuar González Vázquez (Quintana Roo), acompañados del Mtro. José Juan Cervera Fernández, durante el recital poético del viernes 26 de febrero de 2016. (Foto: Ana Díaz García). Encuentro de Escritores de la Península
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Los poetas Christian Núñez, Nadia Escalante y Karla Marrufo, acompañados por Guadalupe Gerónimo Salaya durante el evento Casi una isla: recital de poetas yucatecos nacidos en la década de 1980, el sábado 27 de febrero de 2016. (Foto: Ana Díaz García).
Evento Un minuto de alas: homenaje al poeta Carlos Moreno Medina, con la participación del poeta Rodrigo Ordóñez Sosa, y la estudiante de literatura Amairani Núñez Dzib. (Foto: Ana Díaz García).
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El Encuentro de Escritores de la Península, así como la presente Memoria, no hubiera sido posible sin la colaboración del personal adscrito al Departamento de Fomento Literario y Promoción Editorial de la Sedeculta: Ana Aguilar May, Ruby Carrillo Méndez, Geraldine Castillo Juárez, Concepción Gamboa Lizama, Karla Cob Cano, José Juan Cervera Fernández, Leonardo Gómez Guillermo, María Elena Marín Vieyra, Irma Noemí Dorantes Méndez, Luis Solís Vázquez y Laura Zaldivar López.
ENCUENTRO DE ESCRITORES DE LA PENÍNSULA (MEMORIA) Esta edición consta de 700 ejemplares, con interiores a papel bond a una tinta, con portadas en cartulina couché a color, y fue impresa en: ZAPATA IMPRESOS Cel. 9999-00-96-68 Correo: jorge.zapatas@hotmail.com Mérida, Yucatán, México, mayo de 2016.