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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nยบ 29 - MAYO

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LA PORTADA En el corazón del bosque vivían tres cerditos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar de la fiera, los cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la hizo de paja; el mediano, de madera; y el mayor, de ladrillo... En el bosque de la portada no hay tres cerditos, sino ocho, uno por cada una de las letras de la palabra Yorokobu. Y a diferencia del cuento, no construyen una casa. Cada uno desempeña una de las funciones necesarias para sacar cada mes una revista como la que tienes en tus manos: redactores, diseñadores, ilustradores, fotógrafos, comerciales... Lo que quería el autor, Nico Ordozgoiti, era dar vida y dotar de personalidad a las letras de Yorokobu. “Empecé a pensar en reconstruir las letras y sin saber muy bien cómo llegué al cuento de los tres cerditos”. (¿Nos estará llamando cerdos?). Aunque

sabía que tenía libertad absoluta para hacer lo que quisiera, Ordozgoiti decidió autoimponerse limitaciones. “Cuando te sales de tu zona de confort, te das cuenta de que te salen cosas que no sabías que podías hacer”. En este caso, sus restricciones fueron limitarse a una paleta de tres o cuatro colores básicos y no usar líneas negras de trazado. Aunque está formado en Comunicación Audiovisual y comenzó trabajando como cámara y montador, la genética de Nico Ordozgoiti, finalmente, se impuso. ¿Genética? “En mi familia hay muchos artistas, empezando por mi abuelo, Joaquín Rubio Camín, que fue Premio Nacional de Pintura”. Precisamente, fue su abuelo el que le enseñó a dibujar cuando el niño Nico llegaba a Asturias cada verano durante las vacaciones. Hoy es director de arte en Bassat Ogilvy. Parece que la saga continúa. www.nicord.com

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YOROKOBU

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Reggaetonero www.velckroartwork.com



ÍNDICE medidor de concentración

El Ciberpunk español

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Arduino. Cuando las máquinas hacen la vida mejor

66

Bambú contra el CO2

52

Se nos olvidó olvidar

62

Cementerio de aviones

6

Fiebre del miércoles mediodía

34

My name is Palmolive

60

Dime Twitter de quién eres

16

Powerpointulismo

20

Liechtenstein, los sellos y el sexo oral

24

Residuos, unos invitados peor que incómodo

38

NY en vertical

48

Lo único bueno que trajo una guerra

56

Dan Cassaro, el modernista torpe

70

La receta de la felicidad de Stefan Sagmeister

46

Tu vida merece ser contada

32

Numerografía

80

La importancia de llamarse Ernesto

18

Desde la cola del INEM

22

Apps

26

No leas. ¡Dibuja!

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Está demostrado que las personas toman sus decisiones en base a la emoción, y que la razón es una forma de justificar dichas decisiones. Por eso, en nuestra vida y en nuestro trabajo, el corazón pesa mucho más que la cabeza. Aún así, y sobre todo en un entorno profesional, nos empeñamos en ir en contra de lo natural y buscamos “datos” que justifiquen las decisiones tomadas, o que al menos minimicen el impacto en caso de error. - El 78% de nuestros clientes decían…, la inversión inicial supuestamente era de x euros…, etc… pero lo curioso es que dichos datos no nos aseguran el éxito de lo que finalmente hagamos y que nuestras decisiones en el último minuto se toman teniendo en cuenta otros aspectos. Me pregunto, si ante decisiones importantes de la vida, como irse a vivir a otro país, cambiar de trabajo, tener un hijo, elegir una persona con la que compartir el resto de tu vida, esas mismas personas necesitan números y porcentajes. Tengo mis dudas. Lo desconocido, por lo general no mola, y es muchas veces en lo desconocido donde nos tenemos que mover, tomar decisiones y donde están las oportunidades. Si queremos descubrir qué está pasando en ese terreno, no deberíamos buscar “datos” sino observar y actuar sobre lo observado. Hace 10 años que emprendimos este proyecto con un equipo de personas y nunca ninguno de nosotros ha tomado ninguna

decisión “importante” en base a los números o a la razón. Son varias las disciplinas emergentes que tratan de estudiar las emociones, de analizarlas, de investigarlas, y finalmente de medirlas. Entiendo que con el objetivo de hablar el lenguaje de las empresas. Y ese puede ser justamente uno de los problemas, ¿no debe ser la empresa la que tenga que cambiar su lenguaje?, ¿su forma de hacer las cosas?, ¿su modelo de gestión a la hora de tomar decisiones estratégicas? Reflexiones que se hacen más latentes cuando conoces a gente como Vanessa Bejarano fundadora de beintuitive.org y ves que, entre otras cosas, su trabajo consiste en ayudar a organizaciones a tomar decisiones en base a la intuición. ¿Cómo medir el talento, las emociones, las necesidades?, y ¿por qué medirlas con parámetros que inicialmente se pensaron para medir otras cosas? Imponderable, es algo que no se puede medir, un concepto que he rescatado gracias a @mireia_juarez, responsable del área de Design Research en Soulsight, y que me ha reafirmado que no es bueno ni necesario tener en la vida todo bajo control. Hay que dar margen a la incertidumbre, al riesgo, a tu propia intuición…porque tu corazón pocas veces suele fallar. Carmen Bustos. Socia fundadora de Soulsight. www.soul-sight.com


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POR

Cecilia Camacho

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El Nose Art es el nombre con

el que se conoce el arte de pintar el morro o nariz de los aviones de guerra. Comenzaron a hacerlo aviadores italianos y alemanes y se generalizó entre los pilotos de la primera mitad del siglo 20. Además de motivos estéticos, esos dibujos tenían otros fines: mofarse del rival, alardear de sí mismos o de la unidad, evocar memorias de personas queridas, protegerse psicológicamente contra el estrés de la guerra, identificar a las unidades en el aire o levantarles la moral. Ese era el caso de las aeronaves pintadas con imágenes de chicas pin-ups americanas que, después de ser tuneadas, eran bautizadas con nombres femeninos como La Bella de Detroit o La muñequita de Texas. ¿Qué harías si encontraras un cementerio de aviones de la Segunda Guerra Mundial del ejército de Estados Unidos en medio del desierto de Arizona? ¿Pasar de largo? ¿Hacerles unas cuantas fotos y largarte? ¿Llamar a un chatarrero? Algunas de estas preguntas se hicieron las dos personas a las que les ocurrió eso hace un año. Eric Firestone, propietario de una galería en Long Island, y el comisario de arte Carlo McCormick se toparon con estos colosos en las entrañas del estado del Gran Cañón. A partir de aquel casual encuentro e inspirados por el Nose Art, que conocían bien, decidieron dar vida a estos esqueletos de aeroplanos del páramo conocidos como Bone Yards —término que hace referencia a los estacionamientos desolados en los que permanecen estos gigantes inactivos— y crear con ellos una exposición: The BoneYard Project: return trip. Al final, juntaron más de 30 aeronaves que fueron rescatadas del olvido y customizadas por diferentes artistas urbanos y graffiteros internacionales: How & Nosm, Nunca, Aiko, Retna, Bast, Mare, Tara McPherson, Ron English, Lee Quinones, Kenny Scharf, Crash, Lisa Lebofsky, El Mac, Faile, Ryan Wallace, Richard Prince... Para todos ellos, esta ha sido una oportuMAYO 2012 / YOROKOBU / 9


nidad para reutilizar dichas máquinas de guerra como lienzos en blanco y otorgarles un aspecto más humano. Scott Marchand, director de colecciones y restauración de aeronaves del Prima Air & Space Museum de Tucson, donde se exponen estos aviones, fue uno de los precursores de esta idea. “Me enteré de que Eric Firestone tenía tres C-117 diseñados por diversos artistas y decidí ir a verlos sin saber muy bien qué me iba a encontrar”, dice Marchand. Lo que vio le gustó y contactó con él. “Tomamos café, hablamos sobre arte, de la exposición y de la posibilidad de trabajar juntos”. No es nuevo que la chatarra tenga una nueva vida o pase a convertirse en arte, pero sí cuando esa chatarra son aviones viejos. Gracias a la resurrección de estas gigantescas masas de metal, algo que fue creado para matar ahora sirve para deleitar. “Todos estos aviones habían sido relegados a la nada y, en cambio, hoy son un testimonio de que la visión artística y la creatividad no tienen límites”, dice Scott Marchand. “Pero al convertirlos en arte se les ha dado una segunda vida y un nuevo público se ha ganado su aprecio”. Lo cierto es que ninguno de ellos podía imaginarse que, tras proceder al rescate de este cementerio argentado y a sus criaturas inanimadas, iba a formar parte de uno de los proyectos del año más exitosos en el panorama artístico estadounidense. Y que, además, gracias a esta iniciativa, dos docenas de graffiteros iban a estar de actualidad. Al tratarse de obras de tales dimensiones, resulta complicado que la exposición sea itinerante. “Desmontar y enviar alguno de estos aviones es carísimo. Aunque nunca se sabe…”, dice Scott Marchand. “Siempre puede haber alguna mente dispuesta y un bolsillo profundo capaces de hacerlo posible algún día”.

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YOROKOBU + BTOB


POR ÓSCAR PLA

DESDE LA COLA DEL INEM Hasta hace bien poco, siempre había escrito mis artículos desde mi cómoda silla de mi bonito despacho. Y, evidentemente, con mi precioso y tan bien diseñado Mac. Pero una muy reciente patada en el culo me ha trasladado desde mi cómoda silla de mi bonito despacho hasta una incómoda, larga, matutina, masiva e inhóspita cola en la oficina del INEM. Hay quien dice —y seguro que en pura física es una teoría indiscutible— que una patada en el culo siempre te lleva hacia adelante. Y yo, mientras estoy escribiendo este artículo, papel y bolígrafo en mano, desde el decimoquinto puesto de la cola (conseguido gracias a un enorme madrugón), qué quieres que te diga, no tengo claro si la física, en este caso, está reñida con la realidad. Tengo dudas. Yo diría que razonables. Pero… … pero, mientras van pasando los minutos hasta que a las 8:15 abran la oficina del INEM, voy repasando mentalmente mi trayectoria y mi trabajo desde que empecé a trabajar. Y me va entrando, casi imperceptiblemente, una muy reconfortante sensación: ahora que me paro a pensar un poco en mí, lo veo con claridad meridiana. Sé que queda feo decirlo, pero tengo una absoluta necesidad de hacerlo: soy… muy buen profesional, ¡qué coño! Vale, de acuerdo, no he sido nunca un profesio-

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nal demasiado presente en los medios ni demasiado conocido en mi profesión. Ni me ha gustado estar donde la gente con ganas y necesidad de ser conocida tiene la esclava obligación de estar. Pero, a pesar de eso, estoy, cada minuto que pasa, más convencido de que sí, que he hecho un gran trabajo y que solo el día a día, durante años, en unas cuantas multinacionales, han conseguido que la imagen que tenía de mi mismo no se correspondiera con mi auténtico potencial. Y que el profesional que realmente soy haya ido difuminándose poco a poco, sibilinamente, hasta llegar a pensar que mi trabajo era, casi casi, propio de un oficinista. Así estaba yo. Engullido en la mediocridad multinacional. Y con una tupida venda en los ojos. Y me pongo loco de contento cuando miro mi bolígrafo Bic y descubro, tan pasmado como entusiasmado, que este artículo no tendrá que pasar por ningún órgano censor de ninguna multinacional y que digo simplemente lo que siento, sin tener que depender del ok de nadie. De nadie. Y ser yo mismo, de una puñetera vez —que ya iba siendo hora—, me hace mirar la cola del INEM sin el sentimiento de angustia con el que la miraba cuando he llegado a las 6:45 de la mañana.


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POR JAVI CREUS

DIME #TWITTER DE QUIÉN ERES Cuando los historiadores del futuro quieran conocer los convulsos años pasados y nuestro incierto presente, no tendrán más que acceder a los archivos de Twitter para conocer el pulso del planeta en cada momento y lugar. Twitter ha devenido el espacio público en que la conversaciones ciudadanas tienen lugar y, por ello, cada movimiento accionarial o gubernamental de su equipo, o de sus usuarios, puede tener una enorme trascendencia para el futuro de la compañía, pero también para la libertad de expresión ciudadana. Los últimos meses ha sido ricos en movimientos y propuestas. enero 2011 #accionistas Un príncipe multimillonario saudí invierte 300 millones de dólares por el 3% (estimado) de la compañia. Meses antes, una gran corporación rusa —según algunos, apoyada por su gobierno— adquiere alrededor de un 5% a cambio de 400 millones de dólares. Convengamos en que —a priori- no parecen paladines de la libertad de expresión. febrero 2012 #gobiernos Twitter anuncia en su blog que ya tiene la capacidad para borrar los tuits que incumplan la legislación de un país exclusivamente en ese país, manteniendo el contenido disponible en el resto. En paralelo, prohíbe a sus accionistas vender más del 20% de su participación a terceros; la medida busca evitar tener que informar al público sobre sus estados financieros y salir a Bolsa. La luz ha sido fugaz, vuelve la oscuridad a algunas zonas del planeta. abril 2012 #inventores Twitter revoluciona la propiedad intelectual corporativa anun-

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ciando el Innovators Patent Agreement. Revisará los términos de sus patentes pasadas y futuras para otorgar su control a los inventores que hayan participado en su desarrollo. Serán ellos quienes fijarán los criterios por los que una patente se licencia o no y en qué condiciones; incluso después de una hipotética venta a terceros. Además, Twitter se compromete a usar sus patentes exclusivamente de forma defensiva, limitando un uso ofensivo que impida la innovación de terceros. ¡Bravo por Twitter! Necesitamos personas detrás de las decisiones, necesitamos una gestión abierta de la propiedad intelectual que promueva la innovación. abril 2012 #todos? Benoit Raphael propone que Twitter sea la próxima Wikipedia; abierto, ubíquo y sostenido en base a donaciones. Argumenta que es tan relevante como esta en la evolución de la información en la humanidad. Las conversaciones de la humanidad no pueden ser de propiedada privada, concluye. Harían falta entre 100 y 200 millones de dólares anuales para manternerlo -Wikipedia cuesta 30 anuales, según sus cálculos-. ¡Estimulante! #nini El objetivo de crecimiento como negocio de Twitter puede chocar con la transparencia e independencia que buena parte de la comunidad de usuarios considera que deberían gobernar lo que ya consideran un recurso compartido. Si en las organizaciones las personas se agrupan en torno a un objetivo (misión) y en la comunidades, en torno a un recurso común, parece que Twitter estará forzado a recombinar de forma innovadora las características de ambas para seguir siendo nuestra plaza pública. #nicorporación #nicomunidad.



POR LUIS BRADSTRICH

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO Leo en un informe sobre la crisis y la opinión que tienen sobre la misma los denominados trabajadores del conocimiento (diseñadores, profesionales de las nuevas tecnologías y del marketing, periodistas...) que piensan que, aunque el epicentro de esta situación traumática sea la crisis financiera, existe un sentimiento de culpa debido a eso que llamamos ‘haber vivido por encima de nuestras posibilidades’.

real, cada vez más pobre con tanto impuesto, subida de precios y bajada de salarios. Sin profundizar con datos sobre esta polarización del sistema, parece que esta teoría hace culpables a unos cuantos más que no suelen pagar hipotecas. ¿A quién no le sorprendieron el año pasado las declaraciones de multimillonarios americanos y europeos pidiendo a sus gobiernos que querían pagar más impuestos?

Esta conciencia de culpa me intriga, casi tanto como el origen de la crisis, que nos llevó hace muchos meses a entender qué eran las hipotecas subprime y cómo una entidad financiera de cualquier lugar, pongamos una caja de ahorros en Murcia, se ‘enmarrona’ comprando productos financieros imaginativos que, al final de la cadena, están respaldados por un inmigrante mexicano que no puede, ni nunca pudo, hacer frente al pago de su nuevo hogar en Portland (Oregón). Hasta aquí, parece que todos los que hemos comprado casas con hipotecas a treinta años, y sin estar seguros de poder pagarlas a lo largo de ese período, somos culpables, pero me atrevo a decir que el organismo que autorizó ese producto financiero, los políticos que lo controlan y el sistema bancario que lo produjo, lo son un poquito más que el resto.

Y seguimos avanzando, y es el turno de la globalización, de intentar entender cómo afecta a la crisis, y si esta es pasajera, y por ende, de perder nuestro sentimiento de culpa pensando en que no tenemos nada que ver con lo que ocurra en cualquier país al otro lado del mundo. Pero si miramos donde está fabricado cualquier producto que tenemos cerca, como por ejemplo nuestras zapatillas, camisas, móviles y ordenadores, descubrimos el omnipresente “Made in China” en sus etiquetas.

Y la búsqueda de las verdaderas causas, e intentar desprendernos del sentimiento de culpa, nos hace avanzar un poco más. El profesor Navarro da algunas pistas con eso que llama la “polarización de la riqueza”, que, resumiendo, no es más que, gracias al liberalismo incontrolado, los ricos son más ricos y la clase media, verdadero motor que ‘tira’ del consumo y la economía

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Podemos hablar de competitividad o innovación, analizar informes y comparar ratios como el IDH, PIB o renta per capita, pero intuyo que al final llegaremos a la conclusión de que varios países asiáticos están, o estaban, manteniendo gran parte de nuestro estado de bienestar con el esfuerzo de unos trabajadores con unas condiciones laborales que ninguno de nosotros aceptaríamos. Y aquí todos somos culpables, todos los que aceptamos alguien, por haber nacido en el lejano oriente y llamarse Xiao, viva y se desviva en una fábrica para que otro tipo que ha nacido aquí cerca, y se llama Ernesto, viva (por encima de sus posibilidades) y disfrute de eso que Xiao produce… ¿durante cuánto tiempo más?


NET RADAR* MÁS ALLÁ DEL CLICK THROUGH El estudio Net Radar de Zenithmedia pone de manifiesto que internet es un medio tan capaz como el resto en la generación de recuerdo publicitario.

En el caso del vídeo pre-roll - aquel que se ejecuta al seleccionar un contenido editorial concreto - el recuerdo pasa del 43% al 65%, el nivel de recuerdo más alto de todos los formatos publicitarios posibles.

El vídeo inbanner – que se activa en un formato de display sin necesidad de ejecutar un contenido editorial – mantiene un índice de recuerdo por encima de la media de los formatos, 34% frente al 25%.

El vídeo es la estrella invitada en la fiesta publicitaria, al que todos quieren conocer dada su alta capacidad para generar recuerdo de marca e impacto visual.

Internet tiene sus reglas. Hemos cuantificando todos los factores de manera que es posible evaluar la eficacia y eficiencia de las variables de planificación sobre las que actuamos a la hora de realizar un plan.

El 46% de la publicidad recibe impacto visual, casi el 2% de los anuncios se recuerda de forma espontanea – en línea con el resto de los medios - y más del 25% de los anuncios se recuerdan cuando son citados por el entrevistador.

Los usuarios recuerdan con mayor facilidad determinados formatos publicitarios, en áreas concretas y durante un tiempo específico. Tres son los formatos que destacan por su recuerdo: la personalización, el interstitial y los vídeos, con unos índices del 49%, 46% y 43% respectivamente.

*Net Radar: estudio pionero impulsado por Zenithmedia que combina eye tracking, navegación libre y entrevistas en profundidad.


POR FRANCESC BELTRI GEBRAT

POWERPOINTULISMO El ‘powerpointulismo’ es una intoxicación causada por una neurotoxina bacteriana producida por el bacilo ‘hareunapresentación’. Su vía es, generalmente, alimentaria, por ingestión de información en mal estado o transmitida de manera inapropiada. Puede ser por contaminación, a través de heridas abiertas en la comunicación con propósitos estéticos, o por el tratamiento de enfermedades derivadas de la incertidumbre y atrofia muscular comunicativa.

Tiempos estos de estandarización, de empaquetado, de colores y gráficas que sustentan y apuntalan cualquier línea argumental. Instalados en la creencia de que aquello dicho en Arial 42 en más verdad. Convencidos de que aplastaremos a nuestro auditorio con colores, tics, flechas, frases ocurrentes, citas doctas y plúmbeos datos. Ha llegado a ser culto y disciplina cuando, realmente y con excesiva frecuencia, no es más que una manifestación de inseguridad o de falta de convicción en el mensaje.

Esta toxina apareció entre nosotros hace ya casi 20 años. En un primer momento, como garantía de trabajo previo, y actualmente, en forma de comodín válido para casi todo, como el perejil de todas las salsas. Me asalta una pregunta: ¿Hay vida más allá del PWP? Parece que estamos padeciendo una severa intoxicación de presentaciones que, desgraciadamente, desplazan la atención hacia una gran pantalla sobre la que el conferenciante desplegará sus habilidades, más propias del karaoke que de la voluntad comunicativa. Para nuestra desgracia y aburrimiento, esta forma de presentación se ha convertido en muletilla irrenunciable de demasiada mediocridad.

Nuestro ‘powerpointulismo’ requiere urgentemente tratamiento. Para ello es necesario reconocerse intoxicado y clamar: “PWP. No, gracias”. Administrar la antitoxina más natural, la conversación comprometedora. Parece casi romántico hablar de declaración, del valor necesario para afirmar mirando al auditorio y no a la pantalla: “Si, he sido yo y esto es lo que pienso y quiero decir”. ¿Tan difícil es aguantar una mirada? Parece ser que sí.

“Menos PWP y más power-profe” reclamaba una pintada en los muros de la Universidad. Interesado en el sentido de tan potente manifestación, inquirí a un estudiante al respecto. Clarificadoramente me contestó: “Viene por aquí algún profe que realmente sabe mucho y es una pena que no puedas interaccionar con él por su obsesión en seguir a pies juntillas su somnífera presentación. Te pierdes lo mejor; conversar con él” (sic).

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¿Qué fue de la dialéctica? La amputación de la conversación nos traslada indefectiblemente al famoso callejón sin salida. Abocados sin remedio al monólogo frente al que, únicamente, caben risas o ronquidos. Alicatados en presentaciones de pesadilla soñando en que el proyector no se conecte, en que falle el pendrive, en el formateo espontáneo del CD, en el fallo inalámbrico de la conexión o en la simple idea de que ‘tenía una presentación que no pienso utilizar y que les haré llegar, pero prefiero aprovechar que están ustedes aquí para que conversemos’. Cerrada ovación.



POR ANTONIO DYAZ

LIECHTENSTEIN, LOS SELLOS Y EL SEXO ORAL Por razones que no vienen al caso, toda mi familia disfruta de un pasaporte de Liechtenstein, excepto yo, que soy de Moratalaz. La filatelia tiene una injusta fama de aburrida, pasatiempo de abuelos o de pervertidos (o ambas cosas), pero, gracias a los sellos, descubrí con muy corta edad la existencia de este pequeño país alpino, aunque su pronunciación correcta fuera un reto fuera de mi alcance.

guir siendo un estado feudal. La respuesta, abrumadora, está a la vista: estado feudal, por favor, y por muchos años. El príncipe se llama Alois von und zu Liechtenstein y su rostro decora los sellos (sí, todavía hay gente que escribe cartas, las introduce en un sobre y, después de humedecer con la lengua un papelito cuadrado, las echa en el buzón). ¿Qué mejor vasallaje que lamer la espalda de tu ‘Amo’?

Quiso el destino que, tres décadas después, me hallara sentado en la primera hilera de bancos de una pequeña iglesia situada en Mauren, uno de los once municipios que hay en Liechtenstein. Mi hija me pateaba con rabia la entrepierna mientras un sacerdote hindú de dientes muy blancos desgranaba una interminable homilía en alemán. El bautizo de la pequeña se había acordado meses atrás en una lujosa y discreta villa de Marrakech, aunque esa es otra historia...

Si comparamos la superficie del país más grande del mundo, Rusia, con más de 17 millones de kilómetros cuadrados, con la del microestado que nos ocupa, apenas 160 kilómetros cuadrados, la proporción es casi ridícula.

Volviendo a los pasaportes. En su página 3 hay un mapa de Europa en el que está señalado en rojo el Principado para vencer la incredulidad de no pocos agentes aduaneros y policías de inmigración que desconocen la existencia de este país de bolsillo. Su nombre puede traducirse como ‘Piedra de Fuego’ y no debe confundirse con el del artista pop Roy Lichtenstein. La capital es Vaduz. No tiene nada de particular, excepto que acoge la residencia del Príncipe y la familia real. El castillo, erigido sobre una colina, domina todo el paisaje nevado, y al abrigo de sus muros se toman las decisiones que afectan a súbditos y vasallos (y a mercados financieros internacionales). Hace poco se celebró un referéndum para consultar al pueblo si quería una democracia o prefería se-

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Liechtenstein tiene algo más de treinta mil ciudadanos, la población de cualquier pequeño pueblo de La Mancha. La diferencia fundamental con los paisajes quijotescos es que cuenta con la renta per cápita más alta del mundo, aunque carezca de molinos y de queso manchego. Los bancos de inversión justifican esta diferencia. El 15 de agosto es la fiesta nacional y todos los súbditos de esta monarquía hereditaria (en realidad todas lo son) pueden ir a saludar personalmente a su príncipe en una larga procesión hasta el castillo, bordeado de bellos y floridos prados, en una estampa que parece extraída de un cuento de los hermanos Grimm. Curiosamente, cuando allí, o en las vecinas Austria o Suiza, un joven le dice a una chica: “¿Quieres que te enseñe mi colección de sellos?”, significa literalmente: ‘¿quieres subir a mi casa y que te lo coma ‘tó’?’ Yo lo que quiero es mi pasaporte de Liechtenstein ¡YA!



APPS QUE HACEN DEL MUNDO UN LUGAR MEJOR POR

David García

Unlimited Sobrassada

Mitmi

Paper

Igual esperaban encontrar alguna app que les solucionase algún problema específico, de esos que hacen la vida incómoda, como sacar el perro a pasear o centrifugar la ropa. Pues no. Es mejor aún. Unlimited Sobrassada es un proyecto desarrollado por Ubicuo Studios, con formato de libro digital, en el que la poesía se encuentra de forma natural con la ilustración, el vídeo y la narración. Está disponible en 5 idiomas y ha sido creado por el ilustrador Tòfol Pons y el poeta Jaume C. Pons Alorda.

¡Hey! Que ya es sábado. Son las siete de la tarde y aún no hemos quedado. Ya saben cómo va esto. Comienzan unas rondas de llamadas que hacen que su grupo de amigos se convierta en los negociadores por el fin de la guerra de Irak. “Sí, un segundo, se lo pregunto y te llamo ahora”. Si los teléfonos son inteligentes, ¡que se note! Mitmi es una app que permite concertar citas en lugares concretos, invitar a conocidos a través de la agenda del teléfono y la colección de amigos de Facebook e, incluso, realizar la reserva de mesa si se decide quedar en un restaurante. La app ofrecerá próximamente descuentos en algunos negocios. Disponible para iOS, Android y, en poco tiempo, para Blackberry y Windows Phone

Si eres diseñador gráfico, diseñador web, ilustrador, periodista o dibujante de cómics, estarás más que acostumbrado a cargar con un cuaderno. El bloc de notas, unido al teléfono, el tablet, el rifle, la munición y ese papagayo que lleva al hombro convierten la tarea de caminar en titánica. Por suerte, apps como Paper permiten tomar notas o crear ilustraciones en su iPad. La app cuenta con distintos tipos de herramientas como lápices, plumas o pinceles e ilimitada capacidad para crear cuadernos. ¿Posibilidades? Con un poco de imaginación y creatividad, todas.

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APPS QUE DEJAN EL MUNDO EXACTAMENTE IGUAL POR

Ricardo Llavador

Drunkalizer

Drunk Sniper

CountDown

La deliciosa verbena de aplicaciones que traemos esta semana no tienen nada en común salvo una cosa: la inexcusable sinceridad con las que las voy a reseñar. Y por poner un ejemplo, cuando hablo de Drunkalizer como el app que me ha hecho más feliz en los últimos meses, lo hago con el corazón en la mano. Y es que Drunkalizer es un preciso simulador de voz de borracho. Es decir, pulsas el botoncico del micro, hablas y el complejísimo algoritmo de Drunkalizer transforma la frase como si la hubieras dicho aquella Nochevieja del 98. Si bien es cierto que la función contraria (poner serena la voz borracha) sería de bastante más utilidad, Drunkalaizer hace los gozos de los foros más borderliners.

Es verdad que después de haber visto en esta evitable sección aplicaciones como un simulador de beso de tornillo, un ombligo que se ríe o a David Hasselhoff dándote consejos, hablar de este juego puede parecer cosa baladí. Pero no se engañe: realmente lo es. Drunk Sniper exprime la tecnología del iPhone para crear un juego en el que has de apuntar correctamente a la taza a la hora de mear borracho. En realidad, el juego utiliza el giroscopio y está desarrollado de manera perfeccionista salvo por una cosa: ¿a quién le importa mear dentro cuando está borracho?

Siendo lo sincero que prometí que iba a ser, no puedo afirmar que esta aplicación se trate de una chanza. Es más, creo que lo que realmente la hace espeluznante es que el subdesarrollador que la creó, creyó encontrar algo así como la piedra Rosetta del mobile. Se trata, como bien reza su nombre, de una cuenta atrás… Ahora bien, no acabo de descubrir cuál es la diferencia exacta con el cronómetro del teléfono.

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POR

Mar Abad

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ILUSTRACIÓN

Velckro Artwork


“El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto” (Neuromante, William Gibson, primera página). MAYO 2012 / YOROKOBU / 29


Detrás del cielo se hallaba el futuro. Estaba allí el mun-

do deseado por los que se habían atrevido a construirlo. Por los que pensaban que inventar un futuro es la mejor forma de cambiar el presente. Por los que convirtieron en su lema esta frase: El futuro influye más en el presente que el pasado. Eran los primeros pensadores del ciberpunk español. Este movimiento leyó a William Gibson y leyó a Bruce Sterling. Pero su interés en estos autores no era literario. Radicaba en la descripción que hacían los estadounidenses, en algunas de sus novelas, de un mundo totalitario. Los escritores lo atribuían a una época futura y lo enmarcaban en la ciencia ficción. El grupo de jóvenes españoles que se inspiraron en el movimiento literario del ciberpunk pensaba que mucho de ese mundo pertenecía ya a su presente. Estaban en Berlín. Fue a finales de los años 80. Aquel grupo de activistas se interesó por las posibilidades que ofrecen la tecnología y las redes distribuidas (nodos de comunicación vinculados entre sí en un sistema en el que ninguno de ellos puede ejercer de filtro o censor de información) para empoderar a los individuos. Pensaban que los más poderosos podían utilizar la informática y las telecomunicaciones para construir un fichero universal donde todo el mundo estaría controlado y donde muy pocas manos manejarían el almacenamiento y distribución de la información. Lo expresaban en un lema famoso de aquel entonces: la información quiere ser libre. “Había caído el muro de Berlín. Parecía que el mundo iba a acabar al día siguiente. Berlín era un lugar mítico. Los hackers se reunían allí. Allá iban los refugiados políticos y allá se cocinaban los movimientos cívicos de toda Europa”, cuenta David de Ugarte, estimado por muchos como uno de los padres del ciberpunk español y considerado por él mismo como “uno de los primeros nativos digitales” con un argumento que desmonta la definición oficial de ‘nativo digital’ como los nacidos después de la generalización de interne. En su infancia, a los 9 años, aprendió a programar con una consola Atari de cartuchos. De Ugarte rescata de la memoria que el ciberpunk nació con las BBS (“un ordenador que sirve como centro de información y mensajes para usuarios que se conectan desde las líneas telefónicas mediante módems”, según Bruce Sterling, en La caza de hackers) y con fanzines electrónicos como Whole Earth Review o Cheap Truth (elaborado por Sterling, Lewis Shiner, Rudy Rucker y otros escritores de la literatura de ciencia ficción que, acabó siendo denominada ciberpunk). “La gente que participaba en las BBS se dieron cuenta de que eran los únicos que manejaban internet y que, con 15, 20 o 30

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años, no les dejaban participar en decisiones de futuro. Descubrieron que podían hacer otro tipo de relatos de futuro para construir el presente. Se podía hacer otro tipo de discurso para que te escucharan. Esa era la primera mirada ciberpunk en nuestra sociedad”, arguye el economista y escritor. “El ciberpunk activista evoluciona de la ciencia ficción a la política. La aparición de Linux y las revoluciones de los países del Este hicieron ver a mucha gente que nadie va a cambiar el mundo por ti. Lo tienes que cambiar tú. A finales de los años 90, muchos activistas ciberpunk hablaban ya de movimientos cooperativos, de ecología, de sostenibilidad...”. La tecnología, como dice Bruce Sterling en La caza de hackers, había provocado “un resurgimiento del sentimiento de comunidad y una forma de organización más horizontal, diferente a la organización política y administrativa del mundo fuera de internet”. Los usuarios de BBS sabían que “las palabras comunidad y comunicación tienen la misma raíz. En el lugar que instales una red de comunicaciones, crearás a la vez una comunidad”.

ANTES

El ciberpunk, entendido como activismo político y social, había nacido en Berlín. Había crecido en los países de Europa del Este acompañando a la caída de los totalitarismos. Había ido haciéndose más fuerte durante la guerra de la extinta Yugoslavia (“Muchos movimientos comenzaron a asaltar y destruir servidores”, cuenta De Ugarte) y se estaba extendiendo, pocos años después, a los países árabes. Allí, “entre 2003 y 2004 surgieron movimientos sociales hijos del ciberpunk que se basaban en el lema El futuro nos enseña el presente”. “El ciberpunk considera que el presente se cambia modificando el futuro. Fabrica profecías autocumplidas. Hace frases de hechos que pasarán dentro de un tiempo para cambiar el presente”, explica el economista experto en tecnología. “A menudo se utiliza el pasado para legitimizar el presente, pero el ciberpunk se va al futuro”. Durante esos años, el movimiento ciberpunk español toma distintas formas. “Desde 1994, habíamos estado trabajando en crear una estructura económica”, especifica. Pero no fue hasta 2000 cuando fundaron Piensa en Red. Era su primera empresa y era también la primera compañía europea desarrolladora de software para PDAs, que “marcó hitos, como desarrollar el primer moblog del mundo o la primera red wifi en España”. En 2002, De Ugarte volvió a emprender. Fundó, junto a Juan Urrutia y Natalia Fernández, la Sociedad Cooperativa de las Indias Electrónicas y, desde entonces, ese proyecto se ha convertido en su “lugar en el mundo, un modo de vida y un estado de ánimo. El sitio donde siempre quise estar, donde siempre se puede hacer algo diferente, donde pensar con nuestros iguales innovaciones y emprendimientos”.


En esos años, el grupo empieza a actuar en conflictos internacionales. Los ciberpunks españoles organizan y lideran varias campañas de acoso y ataque a los servidores y estructura propagandística del estado serbio para ayudar a Kosovo. El movimiento se convierte desde entonces en una de las referencias internacionales del ciberactivismo y uno de los grandes defensores de las redes distribuidas frente a la concentración de la comunicación.

(procomún o bienes públicos que no están bajo tutela del estado, sino al cuidado de comunidades colaborativas de personas), comunidades, democracia económica (cuando empoderas a una comunidad para que pueda emprender e innovar) y redes distribuidas no ha acabado de llegar. Y el viejo mundo, basado en la generación artificial de la escasez, las corporaciones, la desigualdad y las redes centralizadas, aún no ha muerto”, indica De Ugarte.

Para De Ugarte, “la erosión del protagonismo de los blogs por la Web 2.0 significó el paso de la cultura de la distribución a la cultura de la participación. Y de ahí, a la cultura de la adhesión. Por eso, las marcas dicen que Facebook es el internet que siempre quisieron. También es el mejor para la policía. Porque esta plataforma se acaba convirtiendo en una potente base de datos”.

En su ensayo Los futuros que vienen, el escritor plantea “centrarnos en pensar futuros particulares, futuros para alguien con nombre y apellidos, futuros para comunidades reales y no para grandes sujetos imaginados que, como héroes homéricos, forjarían la Historia a partir de sus vocaciones y destinos”.

Uno de sus lemas de los años 90 lo explica perfectamente: bajo toda arquitectura de información se esconde una estructura de poder. “Recentralizar las estructuras, como Google, Twitter, Facebook, etc, alrededor de sus servidores nos debilita a todos. La blogosfera, freenet (red de distribución de información resistente a la censura diseñada por Ian Clarke), torrent (protocolo de transmisión de información y archivos P2P que generan muchas redes al margen de internet y cuyo potencial, según De Ugarte, radica en que “a diferencia de la Web, no hay servidores. Cada usuario es un nodo en la red. Es, al mismo tiempo, servidor y cliente, en sentido informático. Es decir, emisor y receptor”), etc., son herramientas de empoderamiento. Las tecnologías distribuidas te liberan, las centralizadas te relegan del poder”. “El dospuntocerismo destruye la autonomía de la comunicación”, opina el fundador de Ciberpunk.info. “Hablar mediante canales privados hace que pases a depender de la estructura de otro. Es un ataque a la cultura”. El ciberpunk ve como una amenaza la dificultad que están imponiendo plataformas como Facebook o Google para que un individuo pueda esconder su verdadera identidad detrás de un perfil. “Todos tenemos prejuicios hacia las personas con las que hablamos. En internet, en cambio, la comunicación es a través de textos e imágenes. Esto hace que esos prejuicios desaparezcan. Se juzga a la gente por quién es y por lo que dice en vez de por su raza, su aspecto, sus formas...”, indica.

AHORA

El presente, por el momento, está a mitad de camino entre el futuro deseado por el ciberpunk y el pasado construido por empresas y gobiernos. “Las redes distribuidas dieron a nuestra generación la oportunidad de construir un nuevo mundo. Pero este nuevo mundo, basado en los ‘commons’

“Las comunidades reales piensan desde un ‘nosotros’ no abstracto que significa caras, recuerdos, nombre y apellidos reales, cuando pueden explicar su economía desde su propia práctica colectiva de mercado. No necesitan recurrir a abstracciones para imaginar quiénes son contándose cómo sobreviven”, continúa. “Los sujetos imaginados del estado postmoderno (género, juventud, etc.) no son sino nuevos dioses celosos que pretenden ser nuestros progenitores. No los necesitamos. Ni siquiera precisamos esa abstracción conocida como Humanidad. Esa es la sencilla verdad”. “El ‘pensar en todos’, el ponerse en lugar del Dios omnisciente como condición de autonomía —verdadera esencia de la modernidad— no es, hoy por hoy, sino un callejón sin salida. No puede ser una condición para construir o juzgar futuros”.

—No —dijo, y giró rápidamente. La estrella salió de entre sus dedos, un destello de plata, y se incrustó en la pantalla mural. La pantalla despertó: unos diseños aleatorios titilaron débilmente de uno a otro lado como si quisiesen librarse de algo que les causaba dolor. —No te necesito —dijo. (Neuromante, William Gibson, última página). MAYO 2012 / YOROKOBU / 31


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TU VIDA MERECE SER CONTADA Memoralia escribe biografías de personas anónimas para su público más fiel: amigos y familiares POR

“¿Acaso hay algo más importante

que la historia de tu propia vida?”, se interroga retóricamente Jorge Escohotado, fundador y voz cantante de Memoralia. Escohotado redactaba los obituarios del diario El Mundo cuando tuvo una epifanía: la vida de la gente corriente también merecía ser contada. La biografía de cualquier lector podría resultar tan interesante, o más, que la de los escritores, políticos y otros prohombres que cada día glosaba en esa sección que se lee de reojo. “Había que democratizar el obituario periodístico”, explica. Dicho y hecho. Jorge llamó a David C. Williams, compañero de estudios de periodismo, y le propuso montar una empresa dedicada a escribir epitafios para los mortales: una vuelta de tuerca a la clásica esquela. Aquel primer proyecto tenía un cariz netamente escatológico, empezando por su propio nombre: Obitualia. Con la llegada de los primeros encargos, los socios se dieron cuenta de que habían planteado el proyecto con las gafas de ver de cerca, cuando aquello requería una visión estereoscópica. “No solo los muertos, sino también los vivos, tienen una historia que contar —tercia David, aprovechando que su socio da cuenta de sus patatas guisadas—. Y no solo las personas tienen una historia, sino las mascotas, los edificios, las empresas, los pueblos...”. Había (re) nacido Memoralia. En sus cuatro años de existencia, Memoralia ha escrito unos 300 libros contando la vida de otras tantas

Iñaki Berazaluce

ILUSTRACIÓN

Juan Díaz-Faes

personas (y de mascotas, empresas, etc.). El procedimiento habitual es el siguiente: un redactor se reúne con los familiares (si se trata de un regalo al biografiado) o el protagonista (si es él o ella quien quiere contar su historia) y mantienen una serie de entrevistas en profundidad en las que se desgrana la vida del homenajeado. Simultáneamente, el entrevistador escanea las fotos y documentos que el cliente desea incluir en el volumen. El relato se transcribe, redacta y maqueta, hasta completar un libro de entre 40 y 200 páginas que se envía a la familia para que dé su visto bueno. Recibido el placet, se envía a imprenta, de donde salen entre 5 y 100 ejemplares de un precioso libro: la historia de una vida (tal vez la tuya). El proceso completo tarda un mínimo de 45 días y el precio oscila entre los 600 y los 2.500 euros, dependiendo del tiempo invertido, la calidad del papel y la longevidad del protagonista. Doy fe de que el ’motto’ de Memoralia —’toda vida merece ser contada’— es cierto. He tenido ocasión de leer varias de estas biografías y han atrapado mi interés tanto como las Memorias de ultratumba de Chateubriand: la asombrosa peripecia del inventor y ‘bon vivant’, Juan Manuel Álvarez de Lorenzana (a la sazón abuelo materno de Escohotado), o la trágica y conmovedora vida de Silvia, la protagonista de Flor de cuneta. Por supuesto, ninguno de estos libros caerá en tus manos, a no ser que seas familiar o allegado de sus protagonistas. Memoralia garantiza la confidencialidad

de lo narrado durante las entrevistas: “Son ediciones privadas —señala Escohotado— aunque, si la familia quiere depositar un ejemplar en la Biblioteca Nacional, también ofrecemos ese servicio”. Muy a menudo, el biógrafo se convierte en una suerte de confesor del biografiado: “El periodista llega a conocer cosas que ni la propia familia sabe”, cuenta David, “como ese cliente que sospechaba que su madre se prostituyó para sacar a sus hijos adelante y nos pidió que dejáramos constancia de aquel hecho en la biografía”. Semejante grado de intimidad explica que algunos clientes lleguen a ‘engancharse’ a las entrevistas, como ese médico de 92 años que lleva más de veinte con su libro ya finalizado. “Es lo que llamamos la Tarifa Plana Biográfica: el entrevistador se acaba convirtiendo en un terapeuta”, señala Jorge. Al recordar el sinfín de anécdotas que han trufado la historia de Memoralia, Jorge Escohotado blande un entusiasta discurso sobre el futuro del periodismo: “El periodismo tiene que entrar en las casas, en los hogares. A todos los periodistas que se quejan de que no hay trabajo yo les diría: ¡Convertíos en cronistas de vuestras familias, de vuestras comunidades! Hay un inmenso potencial ahí fuera”. Como muestra de ese potencial, un botón: una productora proyecta una serie de TV con las historias reales inmortalizadas por Memoralia, Dos metros bajo tierra, en La Almudena. www.memoralia.es

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POR

Gema Lozano

A la hora del almuerzo, las ganas de bailar se desatan entre muchos trabajadores de Estocolmo que acuden a Lunch Beat No hay nada que indique que la jornada laboral será distinta a lo

que suele ser habitual. La mañana ha transcurrido dentro de lo normal: mails, llamadas, reuniones... La hora del almuerzo también se presenta como la de cualquier otro día de trabajo: un sándwich y… ¡A BAILAR! Para muchos ciudadanos de Estocolmo, echar unos bailes durante el lunch break forma parte de su ritual cotidiano. Para cumplir con él, acuden a Lunch Beat, “un club de baile que se reúne a la hora del almuerzo”. La definición es de Molly Ränge, una diseñadora que convocó el primer Lunch Beat en 2011. “Fue en junio, en un garaje de Hötorget (Estocolmo) y a él acudieron 14 personas”. En otoño, la cosa fue a más. El número de dancers aumentaba y la búsqueda de lugares con mayor aforo se hacía necesaria. Pasaban los meses, los Lunch Beat se sucedían y el número de asistentes a ellos seguía creciendo. En parte, motivado por la curiosidad que el movimiento comenzó a despertar entre los medios de comunicación suecos. Luego, llegaría el interés de otras ciudades por organizar sus propios Lunch Beat. Malmö, Götteborg y otras localidades suecas se convertían en nuevas sedes para estos eventos. Lunch Beat no paraba de crecer y Suecia se le empezaba a quedar pequeña…

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Molly Ränge comprendió que Lunch Beat no tenía límites. “Es un concepto libre de copiar y de mejorar”. Fue entonces cuando redactó un manifiesto que debían cumplir tanto los organizadores de los nuevos Lunch Beat como los asistentes, con independencia del lugar en el que estos se celebraran. Los Diez Mandamientos del Lunch Beat rezan así: 1. Si es la primera vez que acudes a un Lunch Beat, tienes que bailar. 2. Si es la segunda, la tercera o cuarta vez, también tienes que bailar. 3. Si estás demasiado cansado como para bailar, por favor, ve a almorzar a otro sitio. 4. En un Lunch Beat no se habla de trabajo. 5. Cualquier asistente del Lunch Beat es tu pareja de baile. 6. Toda sesión Lunch Beat tendrá una duración máxima de 60 minutos y se desarrollará durante la hora del almuerzo. 7. Lunch Beat siempre contará con un DJ y ofrecerá a los asistentes un take away. 8. El agua siempre será gratuita en un Lunch Beat. 9. Lunch Beat es un sitio libre de drogas. 10. Cualquier persona puede organizar un Lunch Beat en algún otro lugar del mundo siempre y cuando anuncie el evento, no tenga ningún afán de lucro y siga todos y cada uno de los puntos de este Manifiesto. Así, aquel que esté dispuesto a organizar una sesión podrá recaudar dinero siempre y cuando todo lo percibido se destine al alquiler del local, al catering o a pagar al DJ. Nada deberá quedar en su bolsillo después del abono a los proveedores. Berlín, Varsovia, Helsinki se han apuntado ya al movimiento Lunch Beat. Próximamente lo harán varias ciudades de Estados Unidos. “Actualmente contamos con unas 20 sucursales y varias más en fase de planificación”. A Molly Ränge todavía le cuesta creer que su proyecto haya alcanzado tales dimensiones. “Todo empezó cuando me propuse aunar dos de mis grandes pasiones: el trabajo y el baile. Quería saber qué podía aportar la una a la otra”. Un club nocturno a la luz del día le parecía, además, una manera de proporcionar a los trabajadores una vía para renovar su energía durante la hora del almuerzo. “Así el trabajo de la tarde sería más creativo”. Aunque, reconoce, que los banqueros, mujeres y hombres de negocios o creativos, entre otros profesionales, no son los únicos que acuden a estas sesiones: “También vienen estudiantes, abuelos jubilados que acuden con sus nietos o gente que en la actualidad no trabaja porque se encuentra de baja maternal o paternal”. Molly también confía en que en los Lunch Beat el reparto del tiempo de ocio a lo largo de la semana sea más equilibrado. Los fines de semana ya no tendrán la exclusiva.

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ANALÍTICA WEB

EN INTERNET TODO SE PUEDE MEDIR

Con la llegada de Internet la medición de las

campañas y la audiencia pasó de ser una ciencia abstracta e incierta a una disciplina que puede medir casi al milimetro. Pero una cosa es estar en Internet y otra es contar con las herramientas adecuadas para analizar esa información. Por eso, 1&1 ofrece un completo sistema de estadísticas web de forma gratuita en su producto 1&1 Mi Web, diseñado para responder a las principales preguntas que se realizan los usuarios. ¿Qué palabras clave proporcionan el mayor porcentaje de éxito en Google? ¿Qué áreas de la página web son las más visitadas? ¿Cuáles son las menos consultadas? ¿Dónde abandonan los visitantes mi página? Utilizando esta herramienta, las empresas pueden determinar el potencial de mejora de su propia presencia en Internet.

Usuarios nuevos y clientes actuales

Una de las ventajas más interesantes que incluye 1&1 Mi Web es la evaluación y el cálculo que muestra a los administradores de una página web, aportando datos tan útiles como, por ejemplo, si algún visitante ha navegado por ella por primera vez o no. También aporta información sobre el modo de acceso de los visitantes, es decir, si alguien nos encuentra y accede a través de un enlace externo o desde un buscador, se tratará con mucha probabilidad de un nuevo cliente potencial, pero si introduce la dirección de Internet directamente en el navegador, seguramente, se tratará de un cliente actual.

Información sobre las visitas de la página web

Otra función muy útil es mostrar el número de visitas que recibe una página web durante un periodo de tiempo determinado, la duración de dichas visitas y cuántas páginas secundarias se han visto por término medio en cada una de ellas. Esta información permite extraer conclusiones muy útiles sobre la calidad de la página ya que cuanto más guste el contenido a los visitantes, mayor será el tiempo de visita y mayor será la eficacia de los productos y servicios ofrecidos aumentado la probabilidad de que se llegue a establecer contacto con el cliente.

Eficacia de las medidas de marketing

Para las empresas que tienen su centro de actividad en una determinada zona, resulta provechoso saber de dónde proceden los visitantes de su página web, ya que una empresa ubicada, por ejemplo, en Marbella (Málaga), si registra un escaso número de visitantes, podrá considerar la posibilidad de reforzar las futuras medidas de marketing en esa área. ¿Cómo? Esto se puede llevar a cabo mediante publicidad online dirigida a portales específicos de la ciudad que pretendemos potenciar. Otra alternativa a tener en cuenta, sería establecer ‘Marbella’ como palabra clave en la publicidad y el posicionamiento en buscadores. www.1and1.es


POR

Luis Palacio

Residuos, unos invitados peor que inc贸modos

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La nevera… ¡Ay, la nevera! La nevera nos ha liberado de la compra diaria de los productos perecederos. Nos permite conservar en condiciones aceptables muchos alimentos durante semanas, durante meses... ¡Qué gran invento! La pena es que para disponer de esos 70 kilogramos de utilidad constatada haya sido necesario emplear unos 700 kilos de materiales, incluidos los metales y la energía empleados en su fabricación, los hidrocarburos de sus piezas plásticas, el papel de sus embalajes, el combustible utilizado en su traslado, el vidrio de su casi eterna bombilla… En una estimación utilizada por los expertos, en promedio, solo un 10% ( y no siempre, por eso es un promedio) de los recursos consumidos para fabricar la mayor parte de los bienes que utilizamos se transforma en el bien que llega a nuestras manos. El 90% restante se convierte en residuo. Y teniendo en mente esa maldita proporción —90/10— todo cambia: los 100 gramos de nuestro móvil ocultan 900 gramos de residuos; el kilo y medio de nuestra bolsa de basura diaria, 13,5 kilos; los 1.500 kilos del coche…, 15.000 kilos. Pese a estar todo el día hablando de la productividad, el ser humano no ha avanzado mucho a la hora de emplear eficientemente los recursos disponibles. A la vista de las últimas decisiones en materia de legislación laboral, además, se podría decir que interesa más cómo hacer más productivo al trabajador que al resto de los factores de producción, como las materias primas o los procesos de fabricación. MAYO 2012 / YOROKOBU / 39


...el grupo Phoebus, entre 1911 y 1924, trabajó en la sombra para reducir la vida útil de las bombillas a 1.000 horas...

El origen

Con ser grave la falta de productividad, todavía es más preocupante cuando se sitúa en su contexto. La proporción del 90/10 tenía un impacto determinado cuando el consumo masivo de bienes se circunscribía a las zonas más desarrolladas (Norteamérica, Europa Occidental y algunos países concretos —como Japón o Australia— diseminados por el planeta). Pero no está de más recordar que en las llamadas economías emergentes viven varios miles de personas que anhelan —legítimamente— niveles de vida y consumo similares a los que ¿disfrutan? sus congéneres de las regiones más favorecidas, niveles de vida sobradamente conocidos gracias a la ubicuidad de los medios de comunicación. Y para completar el cuadro, no está de más recordar las prácticas derrochadoras de recursos llevadas a cabo por sectores económicos concretos y que se plasman en lo que se conoce como obsolescencia programada, que el documental televisivo Comprar, tirar, comprar tan contundentemente muestra. Partiendo del ejemplo del grupo Phoebus, integrado por los principales fabricantes de bombillas del mundo que, entre 1911 y 1924, trabajó en la sombra para reducir la vida útil de las bombillas a 1.000 horas (se habían fabricado ya bombillas que duraban más del doble), la directora y escritora Cosima Dannoritzer pasa revista en su película a una serie de productos —desde impresoras y medias hasta baterías de equipos electrónicos— fabricados de tal forma que no resistan (o lo hagan menos) el paso del tiempo, obligando

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...en 2007, en España se generaron 924,3 millones de toneladas de residuos de los que, aproximadamente, la mitad consistieron en residuos gaseosos...

al consumidor final a desprenderse de ellos para comprar otros nuevos.

El presente

Mientras las sociedades mantuvieron un cierto equilibrio con la naturaleza, los residuos no constituyeron un problema grave, aunque no debe perderse de vista que la actuación humana siempre ha afectado a la biosfera, desde la quema de arbolado de épocas remotas (y no tan remotas) para ampliar las zonas de pasto para el ganado hasta la minería con sus inevitables secuelas de escombreras y lavaderos de mineral a la vera de los ríos. Las Médulas leonesas no son otra cosa que restos de montañas destrozadas por los romanos a golpe de inundaciones para obtener oro. Con la industrialización, especialmente en su fase más avanzada —caracterizada por el consumo masivo—, el equilibrio se rompe definitivamente y los residuos se convierten en un problema, quizás uno de los mayores que tiene planteada la sociedad actual. Aunque se trata de un problema global que, cada vez más, exige planteamientos multinacionales, puede comprobarse su magnitud con los datos referidos a nuestro país. Según una estimación realizada por el consultor Ángel del Val, con datos referidos a 2007, en España se generaron ese año 924,3 millones de toneladas de residuos de los que, aproximadamente, la mitad (448,9 millones) consistieron en residuos gaseosos. Dentro de un planteamiento completo del problema, es necesario considerar no solo los residuos


...los 924,3 millones de toneladas— representan, aproximadamente, 60 kilos por persona y día...

sólidos y líquidos y, por tanto, ‘visibles’, sino también los gaseosos, ‘invisibles o menos visibles’ pero que también influyen en el medio. De hecho, incluso, debería considerarse, en opinión del citado consultor, la energía liberada, por ejemplo, en forma de calor o luz, que también altera el medio en que vivimos bajo la forma de calentamiento o de contaminación lumínica. La cifra bruta —los 924,3 millones de toneladas— representa, aproximadamente, 60 kilos por persona y día, cantidad muy superior al peso de nuestra bolsa de basura doméstica, según señala Ángel del Val. Además del volumen, es preocupante la tendencia. En una estimación similar anterior, correspondiente a 1999, y realizada en ese caso por el Ministerio de Medio Ambiente, se situaba el volumen de los residuos generados en España en 610,4 millones de toneladas, es decir, un crecimiento del 51% en solo ocho años. La magnitud de estas cifras indica que sí, que ya hay un problema con los residuos, como periódicamente constatamos cuando circulamos junto a un vertedero; cuando una marea algo más fuerte de lo habitual deposita en nuestras playas cientos, miles, de envases de plástico; cuando una situación anticiclónica persistente impide que llueva y sobre nuestras ciudades más pobladas pende una boina, un hongo venenoso de color parduzco.

...la primera crisis del petróleo hizo que saltara a primer plano uno de los condicionantes del agotamiento o la escasez de los recursos naturales...

El futuro

Hace casi medio siglo, el Club de Roma (un grupo integrado por científicos y políticos), comenzó a plantearse si el crecimiento económico iba a encontrar, en algún momento, su límite. Un informe encargado por el Club al MIT (Massachusets Institute of Technology) y titulado, precisamente, Los Límites del Crecimiento, publicado en 1972, predecía que si se mantenía el aumento de la población, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales, la Tierra llegaría al límite del crecimiento en el siguiente siglo. La primera crisis del petróleo (también en 1972) hizo que saltara a primer plano uno de los condicionantes citados en el informe, el del agotamiento o la escasez de los recursos naturales. El paso de los años y el mayor conocimiento científico del funcionamiento de nuestro planeta han puesto de relieve la importancia de otro de ellos: la contaminación. La biosfera tiene su propio modo de producción en el que no existen residuos, porque la naturaleza se encarga de ir reciclando todos los que genera manteniendo las condiciones que hacen posible la vida. Pero eso no sucede con los modos de producción de nuestra civilización, y cuyos residuos —especialmente los más peligrosos— no puede reciclar la biosfera y los va acumulando. Ambos condicionantes –—la escasez o agotamiento de los recursos (provocada en gran medida por la ineficiencia mostrada por la proporción 90/10) y la generación de unos MAYO 2012 / YOROKOBU / 41


...el mayor conocimiento científico del funcionamiento de nuestro planeta han puesto de relieve la importancia de otro de ellos: la contaminación. La biosfera tiene su propio modo de producción en el que no existen residuos, porque la naturaleza se encarga de ir reciclando todos los que genera manteniendo las condiciones que hacen posible la vida...

residuos que la biosfera no puede asimilar— son, sin duda, importantes obstáculos para conseguir un modelo de crecimiento sostenible. Y sobre ambos es preciso actuar.

cierto número de virtudes morales y disposiciones prácticas hacia el entorno, puede afirmarse que el ciudadano ecológico español —todavía— no existe”.

La primera dificultad surge de la oposición del propio sistema industrial, reacio a cuestionar un modelo productivo —el actual, basado en el consumo masivo—, razón por la cual va aceptando medidas parciales que no ataquen la raíz del problema, mientras se mantiene la ineficiencia en el uso de los recursos.

Y para llegar al ‘español ecológico’ el mejor camino posible es la educación y a una edad cuanto más temprana, mejor. Según Ángel del Val, “la importancia de iniciar el cambio de modelo de consumo por la educación deriva de que no existe una masa crítica de adultos con conocimientos suficientes para modificar ese modelo. Lo ambiental es complejo, al igual que lo es conocer el modo de producción de la biosfera, y, sin embargo, son temas que pueden integrarse sin mayores problemas en los planes de estudios”.

El caso de España es paradigmático. Desde la Unión Europea llegan (y se trasladan a nuestra legislación) iniciativas y directivas sobre los productos químicos, los residuos, las emisiones de CO2, el ruido, la sostenibilidad, el cambio climático. Como consecuencia de ello, la situación va cambiando poco a poco y… quizás demasiado lentamente. No hay que olvidar que nuestro país, además, tiene en su haber un buen número de llamadas al orden en forma de expedientes comunitarios y de multas por incumplimiento de normas medioambientales. Recientemente, el diario La Vanguardia recordaba que el Gobierno actual se encuentra asediado por expedientes en materia de planificación de ríos, saneamiento de aguas residuales y polución en las ciudades, entre otros. Además de las presiones por parte de la industria, una de las razones que subyace a la poca disposición por parte de los Gobiernos españoles a la hora de proteger el medio debe buscarse en los propios españoles. Según ponía de manifiesto un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizado hace dos años: “…la conciencia medioambiental de los españoles se caracteriza por su debilidad. De hecho, si consideramos al ciudadano ecológico como aquél en quien concurren no solo el cumplimiento de las obligaciones legales ambientales, sino también un 42 / YOROKOBU / MAYO 2012

De hecho, el propio Del Val participó en un proyecto en este sentido hace ya 30 años en el barrio de Ansoain, en Pamplona. El proyecto consistió en sustituir una parte del currículo educativo por una serie de enseñanzas prácticas y teóricas que permitían a los niños conocer el modo de producción de la biosfera de una forma integral: reciclando residuos, fabricando compost, cultivando un huerto, utilizando energía fotovoltáica..., y todo ello sin una distinción entre trabajo intelectual y manual, ni de una distinción del trabajo por sexos. Los resultados fueron evaluados y, según recuerda Ángel del Val, con unos resultados magníficos. El proyecto, sin embargo, no tuvo continuidad al ser atacado desde instancias oficiales, aduciendo que los cambios en el currículo de enseñanza eran ilegales. Actualmente, y aunque sigue habiendo iniciativas esporádicas similares, para la gran mayoría de estudiantes, el medio, la ecología y la bioesfera son algunos apartados aislados en sus currículos escolares. El ciudadano ecológico español aún no ha nacido, aunque algunos se empeñen en decir que reciclan sus basuras cuando, como mucho, solo separan los envases en una bolsa aparte.


NUEVAS BASURAS, VIEJOS PROBLEMAS

El desarrollo tecnológico y el imparable flujo de equipos electrónicos que terminan en manos del consumidor (móviles, ordenadores, navegadores, terminales de videojuegos...), con vidas útiles que, con frecuencia, no superan los 4 o 5 años, genera como contrapartida un elevado volumen de residuos que, solo en el ámbito de la Unión Europea, se estima que podría alcanzar los 12,3 millones de toneladas para 2020 y que, según los informes que maneja la UE, solo un tercio de ellos se trata adecuadamente, terminando los dos tercios restantes en vertederos o centros de tratamiento que incumplen las normas dentro o fuera de la UE. La frase “Los centros de tratamiento que incumplen las normas dentro y fuera de la UE” encubre una de las más flagrantes ignominias de nuestra sociedad que exporta, como equipos de segunda mano, la chatarra electrónica que termina en basureros de los países más pobres. Así, y según estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), llegaron a países como Ghana, Nigeria y Egipto 35 toneladas diarias de televisores en color con un precio de 40 euros. En el caso de España, y según datos de la AEMA referidos a 2006, se ponían entonces a disposición de los consumidores 11,7 kilos per cápita de productos electrónicos cada año de los que, finalmente, solo se recogían 3,9 kilos y solo se reciclaban o reutilizaban 2,5 kilos. Ante la magnitud del problema, el pasado mes de enero, el Parlamento Europeo aprobaba una ambiciosa propuesta para renovar la directiva sobre tratamiento y reciclado de productos electrónicos que obliga a los países de la Unión a reciclar, a partir de 2016, el 45% del total de los equipos que se vendieron en los tres años anteriores, porcentaje que aumentará hasta el 65% en 2019, independientemente de las ventas de nuevos aparatos.

ANILLOS DE BASURA

¿Qué sucede cuando un artista mete las narices en la basura? Pues que siempre descubre algo. El fotógrafo y director chino Wang Jiuliang lo hizo y, pacientemente, recorrió durante año y medio los alrededores de Pekín (Beijing, China) buscando los lugares donde los pekineses depositaban sus basuras. Encontró más de cuatrocientos. Cada vez que descubría un nuevo vertedero, colocaba un marcador amarillo en un mapa de Google Earth y, al cabo de un tiempo, descubrió que entre la cuarta y la quinta carretera que circunvala la capital china se formaba un nuevo anillo, en este caso de basura, que se bautizó como el Séptimo Anillo. Las fotografías y vídeos de Wang Jiuliang se convirtieron en un documental, Pekín, asediado por la basura (Beijing besieged by trash), donde, según recogió The Guardian en una entrevista, el artista no quería mostrar únicamente montañas de basura, sino la relación de esta con el entorno y, así, en sus fotografías se recogen vacas o cabras ‘pastando’ en los basureros; invernaderos donde las verduras se riegan con agua contaminada de un vertedero cercano; carreras serpenteadas por bolsas de excrementos procedentes de aviones, barcos y trenes que son empleados como abono por los agricultores de los campos colindantes o los inevitables inmigrantes de las provincias vecinas que rebuscan entre la basura en pos de un pedazo de metal aprovechable… El documental, concebido inicialmente, según Jiuliang, como una reflexión sobre los problemas que trae consigo el consumismo, se ha convertido en una disección de los devastadores efectos sobre el medio que provoca el modo de producción masiva que caracteriza a las sociedades actuales.

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Generación de residuos en España Residuos Urbanos

68.053.022

Domiciliarios

24.489.937

Otros (vehículos, neumáticos, pilas, aparatos eléctricos y electrónicos)

3.000.000

Construcciones y demolición

34.845.320

Lodos depuradoras

5.717.765

Residuos industriales

177.303.482

Peligrosos

5.241.530

Otras industrias

50.000.000

Agroalimentarios

120.000.000

Mineros

2.059.792

Radiactivos -Alta actividad -Media y baja actividad -Minería de uranio

160 2.000 s/d

Residuos agrícolas

40.000.000

Residuos ganaderos

183.000.000

Residuos forestales

6.000.000

Suelos contaminados

47.000.000

Total residuos sólidos

374.356.504

Total residuos líquidos

1.015.600

Gases de efecto invernadero

442.321.600

Otros gases

6.565.300

448.886.900

Total residuos gaseosos

Total residuos

924.259.004

Cifras en toneladas. Fuente: El problema de los residuos en la sociedad del bienestar, Boletín CF+S 50. Noviembre de 2009. 44 / YOROKOBU / MAYO 2012



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LA RECETA DE LA FELICIDAD POR

Marcus Hurst

“No lo hagas. Perderás tu negocio. Tendrás que empezar de cero. Será tu ruina”. La cabeza de Stefan Sagmeister se llenaba de voces que le paralizaban durante meses antes de tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Era el año 2000, y el diseñador austriaco estaba a punto de cerrar su estudio durante un año para dedicarse a experimentar y hacer vida sabática. Estas voces pronto se acallaron y se lanzó al vacío. Siete años más tarde, a punto de repetir este ritual, miró hacia atrás y se dio cuenta de que no solo no afectó a su carrera sino que fue una de las mejores inversiones de su vida. “Mi negocio y volumen de trabajo aumentaron. Me invitaron a TED para hablar sobre ello. Mucho de lo que aprendí durante ese tiempo lo acabé utilizando para los siguientes siete años. Llegué al punto donde tenía 10 propuestas por cada proyecto que podía coger. Eso, a su vez, generó otro tipo de ansiedad porque no me gusta decir que no, pero eso es otra historia”, explicó Sagmeister, que estuvo en Madrid a mediados de abril para dar una conferencia en el evento de diseño MADinSpain. Había logrado rediseñar el esquema que la vida moderna tiene preparada para nosotros. Pasamos, aproximadamente, los primeros 25 años de nuestras vidas formándonos. Los siguientes 40, trabajando, y los años posteriores, jubilados hasta nuestra muerte. Sagmeister pensó que sería mucho mejor robar un poco tiempo al final de nuestras vidas y dosificarlo a lo largo de nuestra carrera profesional. La siguiente vez que surgió la ocasión de tomarse un año sabático ya no había ninguna duda. El diseñador pasó buena parte del 2009 en Indonesia meditando y construyendo muebles. “Esta vez planeé mucho mejor mi tiempo. Tuve mucho más claro mis proyectos a la hora de abordarlos”, cuenta el creativo austriaco de 49 años. Una de las ventajas que le han ayudado a tener este estilo de vida es su obsesión total por mantener un estudio pequeño. El mundo está lleno de ejemplos de personas que empiezan ligeros, pero acaban siendo ejecutores de negocios más preocupados por pagar los sueldos de una plantilla que crece sin cesar que en hacer un trabajo excelente. Sagmeister, conscientemente, ha buscado evitar caer en esta tentación desde el principio. “Tuve suerte de tener un mentor cuando empecé en esto. Se llamaba Tibor Kallman y era muy conocido en Estados Unidos. Cuando abrí mi propio estudio,

ILUSTRACIÓN

mDonada

le pregunté qué cosas debía tener en mente y me dijo que lo más difícil es no crecer. Todo lo demás es fácil. Gracias a estos consejos fue bastante sencillo seguir estas reglas. Trabajé sobre ello de forma premeditada y lo he logrado mantener hasta ahora”. Hoy tiene contratado a un diseñador, a una persona de administración y a becarios que entran y salen en ciclos de tres meses. “El otro día estaba cenando con una persona que tiene una plantilla de 1.000 trabajadores. Tardó cuatro años en cambiar cómo tratar el color en el estudio. En el mío lo hacemos en dos días”. A su vez, tener una estructura pequeña le ha ayudado a sobrevivir mucho mejor las recesiones. “Desde el 93, cuando abrimos el estudio, fueron años muy buenos en Nueva York. En 2001 hubo una pequeña crisis y en 2008, también, pero como éramos tan pequeños los cambios en la economía apenas nos afectaron”. Casos como este le han enseñado que tener agallas funciona por mucho que nuestros instintos nos digan lo contrario. “Estamos diseñados por naturaleza ancestral a tomarnos muy en serio el miedo mientras que la felicidad no tiene los mismos mecanismos. Si ves un plátano demasiado tarde, no ocurre absolutamente nada. Ya habrá otra ocasión para verlo. Si, en cambio, ves un tigre demasiado tarde, estás muerto. La gente en Occidente vive vidas muy protegidas y estos miedos no tienen sentido en este ambiente. Hay algunos peligros, pero están muy reducidos por la sociedad. Luchar contra estos miedos me ha ayudado mucho en los últimos años”, explica. Está todo claro. Sagmeister ha solucionado el enigma. Ha averiguado cómo ser feliz. Ya tiene un decálogo, señor lector, para colgar en su pared. Excepto que no todo es tan sencillo. En su presentación en MADinSpain, Sagmeister enseñó un fragmento de un documental que prepara en estos momentos sobre la felicidad. En él confiesa que, desde hace unos meses, está pasando por un momento muy difícil. Murió su madre y le han encontrado una inflamación en la próstata (esto agudiza su depresión). Sin embargo, no se ha dado por vencido. Sigue adelante con su proyecto. La búsqueda de la felicidad para él empieza por ser honesto con uno mismo sin necesidad de exhibir una alegría histriónica.

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EN VERTICAL ¿Cómo sería Nueva York si su espacio público hubiese crecido de forma paralela a sus rascacielos? POR

Gema Lozano

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del plan original de 1811. “Este sistema conecta los edificios entre sí y con otros lugares estratégicos de la ciudad: museos, parques, etc.”. Para hacer más eficaz esta interconexión, los edificios deberían disponer de una nueva entrada en alguna de las plantas superiores. Algo que, según Barros, podría derivar en nuevos usos para los locales situados en ellas: “Algunos de estos espacios podrían reconvertirse en comercios minoristas, lo que supondría ingresos adicionales a los propietarios de los edificios”. Los puentes del Sky Network de Barros estarían construidos con materiales ligeros y se anclarían mediante un sistema de voladizos que tan solo ocuparía entre el 20 y el 30% de la superficie del suelo de la ciudad de Nueva York. “En la medida de lo posible, se intentarían evitar las columnas y las vigas a lo largo del trazado”. La red de puentes, a su vez, podría convertirse en el proveedor de alumbrado público de la parte ‘baja’ de la ciudad gracias a sus sensores de movimientos y los paneles LEDs instalados en la parte inferior de los puentes. Serían los propios viandantes los que proporcionarían luz con sus pasos. Porque Sky Network está concebida como una zona libre de tráfico rodado. Solo los peatones y los vehículos eco-friendly podrían circular por él. Aunque, para Barros, es su flexibilidad la mayor virtud del proyecto: “Más que la imposición de una nueva distribución urbana, como ocurrió con el plan de 1811, el plan se amolda a lo ya construido”.

A Nueva York no le quedó más remedio que tirar para arriba. Su creciente población y su limitado espacio no le dejaron otra alternativa que la de convertirse en la ciudad más alta del mundo. Sus rascacielos comenzaron a proliferar sobre la trama ortogonal trazada por los llamados comissioners en el plan de crecimiento de la ciudad de 1811. Solo el irregular Broadway escaparía del entramado de líneas rectas en las que se convertiría desde entonces la ciudad. Con su nuevo plano cuadriculado, Nueva York trataba de convertirse en la urbe más democrática del mundo. La idea era clara: al no existir un centro de la ciudad como tal, no podría aplicarse el orden jerárquico que suele regir en las metrópolis y en el que las zonas más cercanas al downtown ganan en ‘relevancia’ sobre las que están alejadas de él. Pero el plan solo contemplaba una capa de la ciudad. La que está a ras de suelo. La ciudad crecía hacia arriba a través de sus rascacielos. No así su espacio público. Pero ¿cómo sería ahora Nueva York si aquél hubiese crecido también en vertical en paralelo a los edificios? Tiago Barros cree que esa hipotética ciudad podría asemejarse mucho a la que él ha concebido en su proyecto Sky Network. En él, los edificios de Nueva York quedan entrelazados por una red de puentes superpuesta a la trama ortogonal 50 / YOROKOBU / MAYO 2012

El proyecto, que se exhibe en el Museo de la Ciudad de Nueva York, se presenta también como una solución ante posibles catástrofes naturales como, por ejemplo, una inundación. Pero, sobre todo, como una propuesta de futuro, capaz de crecer verticalmente y amoldarse a las futuras necesidades de Nueva York, a su constante flujo de población y a la inevitable presión a la que, la ciudad que nunca duerme, se ve sometida por la escasez de terreno.


YOROKOBU + DÍA DE LA MÚSICA 2012

QUE SOLO QUEDE EL RECUERDO El silencio suena intensamente después de un festival. Pero no solo queda esa sensación de vacío sonoro cuando la música acaba. A menudo, crecen montañas de basura alrededor del recinto y queda una huella de carbono que ensucia, aún más, el cielo y el suelo. Hace tres años que el Día de la Música decidió que el único recuerdo que debía dejar el festival estuviera guardado en la cabeza de los asistentes. El resto debía desaparecer. La organización se propuso actuar de la forma más ecológica posible y en esta edición, que se celebrará los próximos 22 y 23 de junio en Matadero Madrid, dicen que “el enfoque tan ambicioso de sostenibilidad sigue siendo un objetivo del festival en el que seguir mejorando”. El año pasado un escenario diurno de la calle Matadero se alimentó con energía solar activada mediante el pedaleo de unas bicis estáticas situadas frente al grupo que tocaba en ese momento. Eran los propios asistentes los que dotaban de parte de la iluminación y la potencia de amplificación del sonido. Este año la iniciativa repite. También se tratan los residuos para minimizar su impacto al máximo. Se utilizan materiales reutilizados y reutilizables. Las energías son limpias en la medida de lo posible y todo el desarrollo del festival está pensado desde las coordenadas de un plan de eficiencia energética. El agua para el riego del recinto es reciclada y se deposita en contrapesos para ahorrar unos 16.000 litros. El papel desapa-

rece como programa de mano y, en su lugar, este año habrá una web app con la información de los horarios y escenarios que los asistentes podrán consultar en su móvil. En todo esto el Día de la Música trabajará este año con Acciona bajo el lema The new energy festival. “El enfoque sostenible se extiende a todas las áreas técnicas de la producción del festival e incluye una ambiciosa estrategia de comunicación y sensibilización de todos los participantes incluyendo artistas, trabajadores y público. El festival también va a aprovechar su alcance para sensibilizar e informar a su público, haciendo que los asistentes y los artistas sean parte importante de la sostenibilización del evento y del sector”, indica el director del festival, Enrique Calabuig. Esta ambición ha traído, hasta ahora, como cosecha varios certificados de sostenibilidad. El Día de la Música es el primer festival español que ha conseguido el prestigioso premio Industry Green y que comparte con eventos de la talla de Glastonbury, Coachella, Love Box o Leeds. El festival cuenta también con el Certificado vivo de sostenibilidad, concedido por la empresa española Universo Vivo y que, por el momento, tan solo poseen dos eventos, y con el titulo de compensación de emisión de gases de efecto invernadero, otorgado por el Ayuntamiento de Madrid. Además, ganó el Premio 2011: A Greener Festival y el Green & Clean a la sostenibilidad, concedido por la asociación europea de festivales Yourope. www.diadelamusica.com/2012

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BAMBÚ CONTRA EL CO 2

POR

C.Carabaña

Las emisiones de dióxido de carbono han vuelto a crecer. Según los últimos datos de la Agencia Internacional de la Energía, la cantidad de CO2 que se vertió a la atmósfera en el año 2010 fue de 30’6 gigatoneladas, un 5% más que en el anterior récord alcanzado en 2008. Se desestima así la teoría de ciertos expertos de que la crisis financiera fuera a afectar a la amenaza humana al Planeta. Con este panorama, cualquier idea que sirva para atajar el problema es bienvenida. Y si, además, el prestigioso semanario The Economist otorga un premio al proyecto por ser sostenible a la vez que rentable económicamente, merece la pena prestarle la oreja. El proyecto, nacido de la cabeza del ingeniero italoargentino Mario Rosato, de Sustainable Technologies SL, es de una sencillez aplastante y no precisa ni un enorme ni un costoso despliegue tecnológico. Su eje central es el bambú gigante, Phyllostachys pubescens en el orden natural. “Esta planta”, dice Rosato, “se caracteriza por, en pocas palabras, comerse el nitrógeno del suelo y absorber mucho CO2 de la atmósfera, fijándolo en forma de biomasa dura que sirve como sustituta de la madera”. Rosato ejemplifica su idea con una población de 10.000 habitantes. Estos producen de media unas 1.100 toneladas anuales de basura oorgánica que, tras someterse a un proceso llamado fermentación oscura, se transmutarían en unas 800 toneladas de abono con un contenido de nitrógeno del 10%. Este fertilizante bastaría para cultivar 55 hectáreas de bambú gigante, con las que se obtendrían unas 5.500 toneladas al año de biomasa seca aprovechable al 100% para diversos productos como parquet, paneles tipo eraclit o composite de fibra. “Los puestos de trabajo, la facturación y

los beneficios están en un plan de negocio que es demasiado largo para exponer aquí”, se disculpa Rosato. Tras recibir el premio hace un año, el proyecto todavía no se ha puesto en marcha. Bajo el punto de vista de Rosato el problema viene por tener un bajo coste de inversión en “una sociedad viciada por las subvenciones”. Tanto en Italia como en España, el mayor fastidio que detectó en los posibles inversores fue el hecho de “no poder dar el pelotazo y tener que contratar a trabajadores”. “Por eso los políticos prefieren financiar una central de captura y confinamiento de CO2”, descrita por Rosato como esconder la mugre debajo de la alfombra, “que comporta un 40% más de consumo de carbón, una inversión colosal, una licitación multimillonaria a una empresa determinada y pocos puestos de trabajo temporales”, amén de “un 5% para el político de turno”. Alejado ya de la cultura mediterránea, el proyecto está en estos momentos siendo negociado con un venture capital de California, otro de Londres, que solo actúa en países en vías de desarrollo, y también está interesado un inversor estadounidense que reside en Filipinas. Además del premio de The Economist, el proyecto ha pasado la primera criba de los Rolex Award de 2012. Como el nombre de su empresa indica, las soluciones que plantea Sustainable Technologies SL se basan en la filosofía de “mínima tecnología necesaria” que Rosato opone a la “fuerza bruta tecnológica”. Para ilustrar esta idea, el ingeniero italoargentino cita a Ghandi y su frase “En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”. “La hipertecnicidad”, sentencia, “es un reflejo de dicha avaricia”. MAYO 2012 / YOROKOBU / 53




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O por qué cada vez que se pide un gintonic se debe brindar por la ya extinta salud de Guillermo III de Orange, la Guerra de los 30 Años, los ilustradores pioneros y el peligro que suponía beber agua en el siglo XVII. POR

David García

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G El siglo XXI es el siglo de la ginebra. Al menos, en España, lo que constituía una bebida purgante para acólitos de bar de plaza de pueblo es ahora objeto de selecto consumo en vasos que se visten con los más dicharacheros aderezos. Efectivamente, si ve fruta tras el segundo plato, no son los postres sino los gin-tonics. España es el segundo mercado mundial de ginebra. Si bien el consumo de bebidas espirituosas ha experimentado un ligero declive, el de ginebras de alta gama ha seguido la tendencia contraria. Para llegar a esta peculiar situación, en la que este país es el único del ranking de consumo mundial que escapa de la esfera de influencia inglesa, la historia ha dado algunos curiosos requiebros. En contra de lo que muchos podrían pensar, la ginebra no surgió en las faldas del imperio británico. La bebida nació como remedio medicinal en Holanda, entre los siglos XIV y XV, y tomó su nombre de la denominación holandesa del enebro, la baya cuya presencia constituye condición sine qua non para que la ginebra sea ginebra. Algún tiempo después, era el particular doping del ejército de los Países Bajos. Si el valor para lanzarse de cabeza contra las líneas enemigas escaseaba, unos tragos de la curativa bebida otorgaban el ‘Dutch Courage’, ese extra que todos necesitamos para empuñar pica y mosquete y arramblar con lo que se nos ponga por delante. La guerra terminó y los soldados ingleses se llevaron a casa lo mejor que habían encontrado en los Países Bajos: el destilado de enebro. La influencia del recién coronado Guillermo III de Orange, rey holandés de Inglaterra, hizo el resto para que la bebida se extendiese a un ritmo diabólico. “Los ingleses ni siquiera sabían la receta”, explica Sean Harrison, maestro destilador de Plymouth Gin. “Por eso tenía diferente sabor que la original holandesa”. Las tensiones políticas con Francia condujeron a la prohibición de importación de brandy y vino francés. “A eso se añadía que, en la época, era peligroso beber agua. La manera de estar sano pasaba por beber alcohol”, cuenta Harrison. Ese conglomerado de factores supuso el despegue definitivo para el consumo masivo de ginebra. Se establecieron destilerías sin licencia por todas partes. En las ciudades, cada esquina era un Gin Palace, un antecesor del pub donde se servían galones del transparente líquido a espuertas. ¿El origen del garrafón? Posiblemente. Pero

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lo que sí es seguro es que el consumo se convirtió en un problema sin control para el gobierno. Este periodo se denominó Gin Craze y desató una batalla política y propagandística que se libró en el parlamento y en las páginas de los periódicos. “Tras cuatro tentativas sin éxito, el gobierno inglés promulgó el Gin Act de 1751”, dice Sean Harrison. “Se trataba de un acta que trataba de reducir un consumo de ginebra que estaba degradando a la sociedad de la isla”, señala. En este escenario es donde apareció el ilustrador William Hogarth, dibujante satírico con un alto carácter moralizador, al que se considera uno de los precursores de la historieta. “Se hicieron muy populares dos ilustraciones, Gin Lane y Beer Street, que contraponían la degradación que estaba propagando la bebida invasora holandesa con el supuesto beneficio que implicaba el consumo de la cerveza ale inglesa”, narra el destilador británico. Gin Lane desvela la decadencia y el abandono de una ciudadanía solo preocupada por apurar el fondo de los vasos hasta alcanzar la pobreza económica y moral más absoluta. Malnutrición, infanticidios y montones de cadáveres dotan a la ilustración de un costumbrismo propio del álbum de fotos de un ángel del infierno. Por el contrario, Beer Street es un escenario en el que se ha borrado del mapa a los usureros, las artes prosperan, el alimento abunda y el amor perfuma el aire. Todo muy bucólico, pero con el amargo y delicioso sabor de la malta y el lúpulo. El resultado de todas estas campañas de crédito y descrédito, de toda la carga de la batería gráfica impresa, se puede observar aún hoy en día. La denostada bebida proveniente del continente vio cómo se fabricaba según las leyes y postulados del gobierno, que confiaba su fabricación a destiladores ‘profesionales’. “Esto generó la industria de la ginebra tal y como la conocemos hoy”, dice el responsable de la destilación de Plymouth Gin. Es decir, una vez que la producción se dejó en ciertas manos, la mala fama de la bebida solo quedó como un mal recuerdo. Pasaron los siglos, la colonización británica llevó la ginebra a todo el mundo y vinieron los extravagantes aderezos, el elongado ritual de preparación y la pose estirada y grandilocuente. Sin embargo, esa es otra historia que podrán experimentar en su bar de cócteles favorito por no menos de 10 euros por ronda.


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MY NAME IS

Palmolive

Un día cualquiera de 1972. En Málaga hay poco que hacer y, lo que es peor, no parece que nunca vaya a pasar nada. O, al menos, eso piensan las hermanas Romero, Paloma y Esperanza. Para ellas, su ciudad natal se les ha quedado pequeña y han decidido coger algunas cosas, liarse la manta a la cabeza y marcharse a ver mundo y a descubrir la vida. Atrás dejan la España de Franco, de pantalones de campana y de minifaldas, para volar lejos. Aquel día, no sabían que nunca iban a regresar. POR

Javier González

Paloma llegó a Londres en busca de un destino incierto y se acopló entre las colonias de hippies okupas del oeste de la capital. Allí encontró la libertad que anhelaba y a un tipo llamado Woody. Pero Paloma era una chica muy inquieta y, a los dos años, después de prepararse durante unas semanas para tocar la batería en performances callejeras, encontró un nuevo camino que recorrer: tocar la batería iba a ser su nuevo entretenimiento. En Europa, todavía resonaban los ecos del lema del Mayo del 68 y, en aquel Londres sin futuro, se gestaba la irrupción del provocador movimiento punk para dinamitar, con su estética, su música y su cultura, los estereotipos de la sociedad anglosajona. Su novio Woody cambió su nombre por el de Joe Strummer y su antigua banda, por The Clash, y se convirtió en uno de los iconos de ese nuevo movimiento punk que ya era una realidad. Paloma cambió su nombre por Palmolive porque así era como sonaba cuando lo pronunciaba Paul Simonon, el bajista de The Clash. Cambió su indumentaria hippie por la transgresora estética punk y formó el grupo The Slits. En la gira White Riot, compartieron cartel con The Clash, The Jam, The Buzzcocks y Subway Sect. Pero dos años volvería a ser el plazo para emprender una nueva búsqueda que le llevó a unirse a The

Raincoats, el grupo que años más tarde tanto gustaría a Kurt Cobain. Al finalizar uno de los conciertos de esta banda, Palmolive ve marcharse al público, perdido y triste. La actuación había sido un fracaso y eso hizo que se replanteara si realmente en la música iba a encontrar las respuestas que buscaba. Así fue cómo dejó el punk, las drogas y el alcohol; cambió la chupa de cuero por el sari y se marchó a la India con su amigo Dave, que más tarde sería su marido, en busca de la espiritualidad. Palmolive había quedado atrás y Paloma volvía a coger las riendas de su vida. Por allí anduvo un año. Primero, siguiendo las enseñanzas de Sai Baba, un hombre que decía ser Dios, y luego, como voluntaria en la comunidad católica del padre Ferrer. Pero se sentía incapaz de ayudar a los demás ya que ni siquiera era capaz de encontrar las respuestas en su interior. Siguieron los viajes, tanto espaciales como interiores, hasta que apareció Gillian, una estudiante de enfermería, hablándole de su experiencia con Cristo y empezó a llenarse el vacío que hasta entonces había sentido en su interior. Desde 1989, vive en Cape Cod, Massachusetts, con Dave, sus tres hijos y sus nietos. Así, la malagueña que se marchó al epicentro del punk, encontró su identidad donde menos sospechaba. MAYO 2012 / YOROKOBU / 61


POR

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Ignasi Giró

FOTOGRAFÍAS

Bernard Arce


Hubo un tiempo en que el pasado era un lugar borroso, lleno de niebla. Un sitio que perdía definición con el paso de los años quedando en manos, únicamente, de nuestra memoria. Libremente, elegías qué recuerdos mantener, custodiados cerca del presente, y cuáles dejar perecer, sin más, entre el torrente imparable de contenidos que genera cualquier vida humana.

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Hubo un tiempo en que el pasado era un lugar borroso,

lleno de niebla. Un sitio que perdía definición con el paso de los años quedando en manos, únicamente, de nuestra memoria. Libremente, elegías qué recuerdos mantener, custodiados cerca del presente, y cuáles dejar perecer, sin más, entre el torrente imparable de contenidos que genera cualquier vida humana. Digamos que tu ‘memoria orgánica’, con todas las limitaciones que conlleva, era la única memoria activa. Sí, era una lástima. Se pierde tanto con el paso del tiempo... Duele, incluso. Intuyo que de ese dolor nació el deseo de inventar toda suerte de aparatos que permitieran capturar miradas, colores o sonidos. El ser humano se propuso congelar el tiempo o, en su defecto, almacenarlo. Y lo logró. Aparecieron, primero, las cámaras y las grabadoras analógicas. Las cintas de VIDEO 2000. Las videocámaras de película y manivela. Luego, la revolución del silicio trajo herramientas capaces de capturar todo cuanto acontecía en nuestras vidas de manera sistemática y casi ilimitada. Finalmente, internet y las redes sociales han cerrado el ‘círculo captura-pasado’ sumando dos ingredientes definitivos: la ubicuidad de los contenidos (da igual donde estés: cualquiera, en cualquier sitio, puede verte) y la ‘compartibilidad’ de los mismos (no solo almacenas tu vida, sino que la compartes, y tú también puedes ver y almacenar la de los demás). Tal vez porque nos resulta extremadamente molesto tomar consciencia de que estamos aquí de paso y la más mínima sensación de permanencia nos seduce. Nos habituamos rápidamente a esas micromáquinas del tiempo que venían para salvarnos de la niebla. Así, hemos llegado hasta hoy, lunes 9 de abril de 2012, día en que el olvido, tal y como lo conocíamos hace cien años, es prácticamente inviable. El olvido ya no existe, porque se nos ha olvidado olvidar. Aquella chica de ojos vidriosos que te volvió loco en la E.G.B. ya no es una imagen desdibujada, casi romántica, que moldeas a tu antojo. Te agregó en Facebook hace un par de años y con cierta tristeza observas que el tiempo la ha convertido en una mujer, otra mujer real, concreta y en alta definición. La casa donde solías veranear, en ese pueblecito al que no volviste, ha dejado de ser un escenario bucólico que evocabas cuando te daba la gana. En su lugar han aparecido las fotografías que encontraste un día en Google, durante una tarde de nostalgias, mucho menos sugerentes y más mundanas. Construyeron un camping y la carretera es una radial de tres carriles. No, tú no has vuelto, pero otros sí que lo han hecho y se han encargado de compartir contigo lo que han visto, desmoronando tu (¿derecho?) a olvidar o, en su defecto, recordar lo que fue con distorsión positiva —que es, seguramente, la forma más bella y sana que hay de recordar—. Francamente, es duro no poder olvidar. Es complicado vivir cargando las maletas digitales que todos engordamos a diario sin tomar consciencia de cuánto nos pesarán luego. Entre sus

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gigabytes, traes fotografías de tu primer amor, inacabables poesías que no recordabas haber escrito o emails que dificultan perdonar a quien te hizo tanto daño. También, online, decenas de herramientas de interconexión personal te impiden distanciarte de tu pasado. Todos sabemos que hay posts en Twitter que te revuelven el estómago porque ya no estás cerca de quien lo ha posteado. O conexiones en Linkedin que destapan los peores recuerdos laborales. Incluso hay cambios de estatus en Facebook que sobrevuelan tu muro y lo sacuden como si hubiera caído una bomba atómica. Antes era más fácil. Bastaba con cambiar de ciudad o de trabajo, ¡y santas pascuas! Bastaba con romper cuatro cartas, esconder las fotos y salir a la calle a buscar sol y suerte. Ahora es más difícil porque tu pasado no ha desaparecido. Alguien lo ha guardado y, por mucho que te protejas de él, tarde o temprano llegará el día en que Google (por ejemplo) te lo escupa a la cara, para bien o para mal. Esto se aplica a trabajos, relaciones, errores, logros, triunfos, delitos, desamores... Llegados a este punto, cabe preguntarse si no era mejor dejar al libre albedrío de cada uno y a su ‘memoria orgánica’ la forma definitiva del pasado. Definitivamente, pienso que no. No es malo poder capturar tantas cosas. Más bien es un regalo poder hacerlo. Al fin y al cabo, los materiales que almaceno en mi ‘memoria digital’ funcionan como activadores inmediatos de lo que guardo en el fondo de mi cerebro junto con lo que sentí al capturarlos. Impagable valor. Sí tengo la sensación, sin embargo, de que la tecnología corre más deprisa que nuestra capacidad para asimilarla. Y que tenemos por delante algunos retos importantes si queremos armonizarla con lo que somos. Mencionaré dos. El primero es casi freudiano. Viendo que la política de la huída hacia adelante hace aguas por culpa de Facebook, empieza a ser más fácil hacer las paces con el pasado y no tratar de esconder más cosas debajo de la alfombra ¿No es paradójico y fantástico que los nuevos medios acaben obligándonos a algo tan básico? El segundo reto diría que es más táctico, pero no menos importante. Lo añado como pequeña sugerencia si me permitís la licencia. Cada vez que saques el móvil o la cámara del bolsillo para inmortalizar algo, pregúntate si de verdad deseas tener en formato digital lo que vas a capturar. A veces, es mejor cerrar los ojos, guardar el instante en el ordenador más complejo que existe (tu cerebro) y dejarlo ahí, a buen resguardo, para que crezca y madure en armonía con lo que eres, has sido y serás. Sí, perderás definición de algunas cosas. Se difuminarán otras. Tampoco podrás compartirlo en Instagram para recibir likes a destajo (gajes de la ‘memoria orgánica’). Pero te librarás de todas las monsergas digitales. Y, lo mejor de todo, ningún byte desalmado vendrá dentro de unos años para derrumbarte la imagen que recordabas con otra irreconocible, tristemente realista, en RGB y sin un ápice de encanto.


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ARDUINO CUANDO LAS MÁQUINAS HACEN LA VIDA MEJOR POR

Mar Abad

Hay una lógica habitual en el universo. Lo primero es

nacer. Lo segundo es crear lazos con otros como tú. Lo tercero deviene entonces, inevitablemente, en un salto evolutivo. Pasó, en tiempos remotos, con los humanos. La aparición de las primeras comunidades adentró a la Historia en una nueva era. El proceso se repite hoy. Pero esta vez los protagonistas son máquinas. Nacieron hace siglos y, desde hace años, empiezan a hablar entre ellas. Es lo que llaman Internet de las cosas y lo que Wikipedia define como “una red de objetos cotidianos interconectados”. Dibujemos un escenario. La lavadora, la nevera, el módem, el ordenador y el smartphone de una persona están conectados entre sí. Todos los dispositivos van recopilando datos a través de sensores para ofrecer información a su dueño. El frigorífico, por ejemplo, puede lanzar un aviso de que el cajón de la fruta ha quedado vacío. O ese individuo puede encender la lavadora desde cualquier lugar lejos de casa. Para que esto suceda tiene que haber un mensajero que se encargue de establecer la comunicación entre las máquinas y las personas. En todas las direcciones. Las máquinas hablan entre ellas y las máquinas hablan con los individuos. Uno de esos mensajeros se llama Arduino y es una herramienta que recoge información del mundo físico, a través de sensores, para llevarla a un ordenador. David Cuartielles, cocreador de esta plataforma, la define como “todo un ecosistema de dispositivos, hardwares y softwares, para que la gente pueda construir sus propios instrumentos digitales”. Por ejemplo, “un despertador o un control de riego de plantas”. Lo describe también como “un periférico genérico que permite leer sensores, conectar con el mundo físico y crear tus propias máquinas inteligentes. Es un ordenador en sí mismo”. La web Arduino.cc va más al detalle, incluso, y dice que esta MAYO 2012 / YOROKOBU / 67


tivos. “En Medea [Centro de Investigación de Nuevos Medios de la Universidad de Malmö] investigamos cómo la tecnología puede mejorar la vida de las personas, cómo puede mejorar la realidad y las capacidades humanas”, dice. “No pienso que la tecnología nos haga tontos. Lo que hace es quitarnos tareas. La gente estudia si somos más tontos desde que utilizamos aparatos tecnológicos pero no estudia si somos más felices. Nosotros creamos tecnología desde ese punto de vista. Queremos hacerla más fácil para que la utilicen más personas y porque la tecnología ayuda a saltar barreras”. Pero hay un límite. La tecnología y la piel no se mezclan. “No quiero chips en mi cuerpo. No nos gusta la tecnología intrusiva”, sentencia. plataforma electrónica se puede utilizar “para crear objetos interactivos leyendo datos de una gran variedad de interruptores y sensores, y controlar multitud de tipos de luces, motores y otros actuadores físicos”.

Pongamos, por ejemplo...

El investigador de la universidad sueca de Malmö, que visitó Madrid para hablar de esta plataforma en The App Fest, recurre a su abuela de 90 años para explicar cómo puede cambiar esta placa la vida de una persona. “Todos los días mira por la ventana para ver qué tiempo hace. Puede saber si hay sol o no, pero no puede averiguar la temperatura. Ella no va a entrar en internet a mirar cuántos grados hay. Lo que necesita es que alguien le diga si ha de coger una chaqueta para salir a la calle o si tiene que llevar un paraguas. Mi abuela no necesita saber todas las conexiones de dispositivos que hay detrás de otro para que, cada mañana, le diga si ha de abrigarse o no. Lo que necesita es que un despertador, por ejemplo, le informe del tiempo que hace”. Esa es una de las múltiples funciones que puede desarrollar Arduino. Otra es la que descubrió un chileno de 14 años. El niño jaqueó un programa que avisa de los movimientos sísmicos que se van a producir y ofrece esa información a través de Twitter. En apenas unos días, consiguió más de 32.000 seguidores interesados en conocer cuándo y dónde se producen terremotos. Muchos japoneses recurrieron a Arduino después de la catástrofe de Fukushima para construir sus propios medidores de radiación. No confiaban en la información del gobierno y crearon dispositivos con sensores que medían las radiaciones y, después, llevaban esos datos a páginas de internet. Arduino se utiliza también en dispositivos con fines deportivos. Una persona puede construir un aparato que mida, mediante sensores, sus pulsaciones, su peso o la evolución de su esfuerzo y la refleje en un entorno privado. Más. El arte. Arduino se emplea en proyectos artísticos. De hecho, se inventó para artistas, para diseñadores industriales y para cualquier individuo interesado en crear objetos interac68 / YOROKOBU / MAYO 2012

¿Dónde está mi Arduino?

Arduino es una placa que puede montar cualquier persona (con unos conocimientos básicos de tecnología pero sin necesidad de ser ingeniero) o comprarla a un fabricante por un precio que puede rondar los 30 euros. Dice Cuartielles que hay “450.000 placas distribuidas por todo el mundo” y que durante la última navidad se vendieron 70.000 unidades. El mayor problema con el que se encuentra ahora mismo Internet de las cosas, y también Arduino, es “el precio de la conectividad”. Todos esos objetos, para relacionarse con otros dispositivos y con personas, tienen que estar conectados a internet. Es el tema pendiente porque, de acuerdo con el investigador, vamos a un mundo always on (siempre conectado).

Abierto para ser cada vez mejor

Esta plataforma es libre y está en código abierto. Cualquier persona puede utilizarlo para construir su propia placa o para mejorarla. “Arduino crece gracias a ser abierto. Ofrecemos el hardware, y la gente lo copia, lo fabrica y lo vende. Siempre recomendamos que, cuando se utilice el código, se intente mejorar”, especifica el ingeniero de telecomunicaciones de la Universidad de Zaragoza. La filosofía open de compartir conocimiento está en la esencia de Arduino. “En Medea hacemos proyectos de nuevos medios. La universidad nos paga nuestro sueldo y nosotros pagamos a la sociedad con lo que creamos”, indica Cuartielles. “Hay muchos investigadores que se están dando cuenta de que la investigación pública, financiada con dinero público, debe ser pública. Necesitamos buscar modelos para que los inventos generados por dinero público sean para el público. Esto no significa que una persona no pueda explotar sus invenciones pero debería dejar el código abierto para que otros las mejoren”. Escribió Cuartielles en un artículo, titulado Arduino in the Internet of Things, que esta herramienta que creó junto a sus amigos, hace siete años, pretende “llevarnos un poco más cerca de un mundo más conectado”. Un paso más en la era que empieza a envolver el mundo en una conversación infinita entre humanos y máquinas.




Dan Cassaro

EL MODERNISTA TORPE A Dan Cassaro no le gusta la palabra ‘retro’ aunque la nostagia le persigue allá donde va. “Está vacía de contenido”, explica este joven diseñador, afincado en Brooklyn, que ha trabajado para Good Magazine, New York Times y MTV. “Es posible mirar atrás y hacer trabajos que no pierden vigencia. Al final, los fundamentos básicos del diseño son los mismos”, explica este fanático de los 70. POR

Marcus Hurst

Háblame un poco sobre ti. ¿Cómo acabaste siendo diseñador? Soy un diseñador, ilustrador y tipógrafo que vive en Brooklyn. Llevo un pequeño estudio que se llama Young Jerks (Jóvenes idiotas). Soy el único empleado y, en realidad, no soy un idiota. Me gradué de la School of Visual Arts de Manhattan hace cuatro años. ¿Cómo defines tu estilo? Creo que ‘modernismo torpe’ es una forma bastante buena de definir mi trabajo. Me gustan las cualidades austeras y audaces del modernismo sin el lado pretencioso, que me da un poco de vomitera. Quiero que mi trabajo sea conciso pero lo suficientemente imperfecto para que tenga un poco de encanto. Pasé mucho tiempo en la universidad aprendiendo a hacer kerning (técnica que se aplica a la tipografía) con titulares y ahora siento que, quizá, he ganado el derecho a ‘deskernear’ las cosas. Un poco de desorden viene bien. Entre usar el ordenador y dibujar a mano, ¿con qué te quedas? Hago la mayor parte de mis dibujos en el ordenador y lo prefiero. Puedo trabajar más rápido y tener listas 30 versiones de algo en la misma página. Hace que sea más facil compa-

rar y ver qué funciona y qué no. No tengo especial apego a los dibujos cuando los hago y eso me permite descartar y explorar nuevas técnicas. Me encantan esos momentos cuando descubres que puedes crear algo, que no pensabas que podías hacer, de forma casi accidental. El resultado final muchas veces es distinto a mis intenciones iniciales. ¿Por qué te atrae tanto el diseño ‘old school’? Soy un jodido nostálgico. Mi colección de música y ropa imita el pasado descaradamente. Estaría mintiendo si dijera que no me inspira. Al final, los principios del diseño no cambian y ‘retro’ me parece una palabra que se usa de forma indiscriminada y que la vacía de contenido. Puedes hacer un trabajo que hace referencia al pasado pero que no pierde vigencia. Eso es lo que me gustaría hacer. ¿Cuál es el trabajo del que te sientes más orgulloso? Mi novia. Ella es bióloga evolutiva y una persona increíble que, por alguna extraña razón, quiere pasar el tiempo con un pintor de dedo como yo. ¿Dónde te ves en veinte años? Espero estar montado en una tabla flotante consumiendo iPizza rodeado de hologramas de chicas en bikinis. MAYO 2012 / YOROKOBU / 71


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NO LEAS. ยกDIBUJA! POR

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NO LEAS. ¡DIBUJA! POR

Dibuja, colorea, pega, haz un collage….pero sobretodo, muestranos la barba más creativa que puedas hacer, sea cual sea tu estilo, ganarás versátiles afeitadoras y recortadoras Braun cruZer. En Junio subiremos un post con una selección de los mejores trabajos, el más votado conseguirá un set completo Braun cruZer face, beard&head, precision and body, mientras el segundo y tercero obtendrán un producto de la linea Braun cruZer.

*Los concursantes mantienen el copyright sobre sus obras. Braun se reserva el derecho a publicar los trabajos siempre que no tengan una finalidad comercial. Los trabajos se entregarán en jpg o pdf ( < 3mg ) a yorokobu@yorokobu.es. Asunto: concurso Braun cruZer en Yorokobu.

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YOROKOBU Agenda Barnaclick 2012

Un evento que rinde culto a los Playmobil. Universidad Pompeu Fabra Barcelona

12-13.05.2012

Festibal con B de Bici

Un día para cuestionarnos la forma en que nos movemos y para promover una ciudad más silenciosa, menos contaminada, con una mayor conciencia de comunidad. Matadero Madrid Madrid

05.05.2012

Le Web London

El evento más importante de internet en Europa celebra un edición especial en Londres. Central Hall Westminster Londres

19-20.06.2012 Sónar

New Order, Lana Del Rey, The Roots, James Murphy, Fatboy Slim, Hot Chip, James Blake, CCCB+MACBA Barcelona

14-16.06.2012 Andrew Bird

El solista multinstrumentalista vuelve a Madrid. Teatro Circo Price

12.06.2012

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Congreso Internacional de Tipografía Escola d’Art i Superior de Disseny Valencia

29-30.06.2012 Daniel Johnston

Conocido sobre todo por su faceta como músico y su particular biografía, Daniel Johnston firma una obra gráfica recorrida por sus obsesiones, pasiones, símbolos y angustias vitales, a menudo conectadas con sus problemas psicológicos. La Casa Encendida Madrid

Procomún, amor y remezcla

Decimocuarta edición de Zemos 98, un festival dedicado a la divulgación de la cultura libre y el procomún. Centro de las Artes de Sevilla www.festival.zemos98.org Sevilla

11-15.05.2012 Primavera Sound

Wilco, The Cure, M83, Bjork, Beach House, Death Cab for Cutie y más de 150 bandas de música independiente. Parc del Forum

20.04-10.06.2012

30-31.05-13.06.2012

Robert Lepage: Ex-Machina

Barcelona Ruby Conference

La guerra como eje, yuxtaponiendo dos ciudades del desierto: Las Vegas y Bagdad. Más allá de la suerte, el azar y el exceso, Las Vegas se revela como el imperio de las ilusiones, mientras los protagonistas luchan contra sus propios demonios en esta obra de teatro. Circo Price Madrid

14.05.2012

Un evento abierto a todos los interesados en el lenguaje de programación Ruby. CosmoCaixa Barcelona

8-9.09.2012

Cómo habitamos el mundo

Más de 165 instantáneas, de autores como Walker Evans o Ed Ruscha, repasan cómo interactuamos con el mundo. Fundació Foto Colectania i la Fundació Suñol Barcelona hasta el

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¿DÓNDE PUEDES ENCONTRAR YOROKOBU?

VIPS (Madrid) // FNAC // Vueling // Relay // Kioscos // Museo miBA // En nuestro blog www.yorokobu.es Facebook Facebook.com/Yorokobu Twitter Twitter.com/Yorokobumag Tumblr yorokobumag.tumblr.com RSS feeds.feedburner.com/yorokobu Encuéntranos en la App Store Suscríbete a la newsletter en yorokobu.es


NUMEROGRAFÍA#29 Autor: David González Número favorito: 8 www.behance.net/Dglez

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Estos números no existían hasta ahora. Los ha inventado David González, un diseñador que dice que, cuando piensa en números, su cabeza se llena de “matemáticas y calculadoras con sus tipos de siete módulos totalmente idénticos” que, dependiendo de cuál se iluminaba, daba lugar a un número u otro. “Partiendo de estos números, experimenté dándoles perspectiva, rompiendo la simetría e iluminando los volúmenes, aumentando o reduciendo una frecuencia de tramas de líneas”, explica González. “El fin era dar una sensación de números retrofuturistas”.


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