Gateo

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Escuela de Terapia del Lenguaje

PsicologĂ­a Aplicada I

Gateo

Yunieth Sanabria Dittel

Junio de 2014


Gateo Como se mencionaba en el artículo anterior: “Desarrollo psicosocial en los primeros tres años” el niño pasa por diferentes etapas una vez que nace, las dos primeras que Erickson menciona son “Confianza básica frente a desconfianza básica” y “autonomía frente a vergüenza y duda”. En esta última etapa, el niño empieza a adquirir autonomía ante la conducta propia y su entorno así como la toma de sus propias decisiones, resultado de la independencia que el mismo va desarrollando. Parte de esta independencia se vincula el gateo, actividad que se desarrolla en la mayoría de los seres humanos como inicio al desplazamiento propio que, como individuo, va tomando. Consiste en un desplazamiento cuadrúpedo, primer movimiento, junto al rastreo, que el individuo realiza antes de caminar, con el fin de sobrevivir por instinto ante las amenazas.

Un niño que practique el gateo, previo al caminar, goza de gran cantidad de beneficios posteriores que este le ofrece. Por ello, se considera necesario que conocedores en el tema faciliten a los padres de familia asesoramientos o charlas donde les transmitan información acerca de las ventajas que tiene el gateo en sus hijos y los cuidados que hay que tener cuando ellos lleguen a experimentar esta etapa. Un niño no debe ser descuidado en esta nueva experiencia ni mucho menos privado del gateo, los padres de familia deben estimularles y animarles a sean atrevidos a las nuevas aventuras y expectativas que este le ofrece así como también estar pendientes y atentos para evitar un accidente durante este período. Los padres deben estar preparados para exponer a los niños a alternativas que le ayuden a desplazarse y a enfrentar obstáculos que los incentive a analizar y tomar decisiones, además de estimularles físicamente para generar en ellos habilidades y un buen desarrollo integral como fortalecer los músculos y el equilibrio por medio de ejercicios que se pueden realizar en el suelo: girando, sentarlo con cojines, acostarlo boca abajo, y emocionalmente lograr estabilidad motivándolo para que se mueva y Yunieth Sanabria Dittel / USP/Psicología Aplicada I

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explore, hablarle con cariño y seguridad. Todas estas prácticas establecen equilibrio en el área sensoriomotriz y también estrecha relación padres e hijos.

Entre los beneficios que el gateo brinda al niño se puede mencionar: •

Estimula y ejercita la musculatura tanto de las cervicales como de la escapula y la zona pélvica.

Estimula la vista y el cálculo

Estimula la capacidad de regular el espacio y el tiempo.

Se da una coordinación cerebral interapofisiaria para ejecutar movimientos precisos coordinados lineales, bilaterales y simétricos.

Se experimentan sensaciones nuevas como el aumento de los latidos del corazón por el esfuerzo que se realiza.

Mejora la elasticidad de tobillos y manos.

Tonifica y aumenta la resistencia cardiovascular teniendo beneficios cardiocirculatorios y respiratorios.

Aumenta el riego sanguíneo del cerebro de paso al ojo y oído.

Estabiliza la tensión arterial.

Proporciona claridad mental, bienestar físico y mental.

Genera independencia al niño y fortalece su autoestima.

Ejercita la coordinación entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho del cerebro.

Ayuda a la coordinación de ambos ojos, oídos, manos, pies y todo el lado izquierdo y derecho para realizar posteriormente ejercicios como saltar, correr, caminar.

El niño desarrolla el sentido del tacto al pasar por distintas texturas y temperaturas mientras gatea.

El peso que se desplaza hacia los hombros le ayuda a desarrollar la habilidad en la futura escritura.

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Se aconseja que cuando el niño inicia su práctica del gateo, se disponga el lugar, es decir, adecuar el ambiente o zona donde el niño se desplace para evitar golpes o malas experiencias y este le vaya a limitar continuar su práctica.

Entre las adecuaciones que se pueden realizar están: •

Mantener el lugar limpio y seguro.

Guardar objetos de peligro que estén al alcance del niño y que comprometan su salud como jarrones de vidrio, velas, cables, objetos punzantes, entre otros.

Vigilar los enchufes y aparatos eléctricos.

No permitir que el niño ingrese a áreas inadecuadas como la cocina, el cuarto de pilas, el baño, la casa del perro, lugares de trabajo, entre otros.

No perder de vista al niño, estar pendiente y en cuidado que no corra ningún peligro.

Además el niño debe sentirse cómodo y seguro mientras realizan su gateo. Es recomendable que utilice ropa cómoda y no muy ajustada para que no impida la movilidad, procurar no utilizar medias para que el menor evite resbalar, no utilizarle chupetes para evitar un golpe en su boca o en su cara si fuese el caso que se cayera o pegara con algún otro objeto o mueble. El niño debe estar aseado, evitar que su pañal este sucio y mal oliente le ahorrara la molestia de sentirse irritado y así podrá gatear con mayor entusiasmo.

Todos los bebés tienen una crianza muy distinta, unos con padres dedicados en su crecimiento, otros son descuidados por los mismos, niños que son enseñados por sus madres y niños que son enseñados por un cuidador ajeno a la familia. Otros bebés son bien alimentados y otros, mueren de hambre. Hay hijos que son víctima de agresores y otros gozan del amor de sus Yunieth Sanabria Dittel / USP/Psicología Aplicada I

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padres. Así y un sinfín de casos existentes adoptan los bebés en el transcurso de su desarrollo. Por estas y otras razones como sobrepeso, bajo tono muscular, genética familiar o menor estimulación ambiental hacen que niños logren gatear y niños que no lo hagan. A pesar que el gateo es un acto importante en el desenvolvimiento integral del niño como persona y con su entorno, no es un limitante para que no caminen pero si es una preparación base para hacerlo.

Para padres primerizos que por la falta de experiencia no saben cómo ayudar a su hijo para que inicie el gateo o bien, padres que ya tienen más hijos pero quieren puntos bases para ayudar a su niño a gatear, se les desglosa a continuación una lista de prácticas estimulantes que le serán de ayuda. También va dirigido a personas que cuidan a otros niños, estudiantes y profesionales que se especializan en esta materia. 1. Colocar al bebé boca abajo a partir de los cinco meses para que

comience a levantar la cabeza. Al tiempo, ya no se sentirá fatigado y comenzará a tener fuerzas en sus brazos y luego en sus caderas. 2. Es recomendable utilizar juguetes adecuados a la edad bebé, con

textura y colores llamativos para captar su interés y colocarlos frente a él a cierta distancia para que quiera tomarlos. 3. Se le puede colocar una toalla alrededor del pecho del niño, y el adulto

tratar de levantarlo poco a poco hasta que quede colocado en los cuatro puntos: manos y pies y así estimularlo para que gatee pronto. 4. Es importante que el bebé esté con ropa cómoda y en un lugar

adecuado para que se sienta a gusto. Tomando en cuenta los aspectos anteriores, se puede esperar del niño un adecuado desarrollo del gateo pero no todos gatean de la misma manera. Pueden encontrar bebés que no gateen de los cuatro puntos sino que solamente se arrastren o se desplacen sentados o bien, que omitan practicarlo y pasar directamente a caminar. Recuerde valerse de la paciencia, el amor, la sensibilidad y la motivación para ofrecer al niño el desafío de una nueva experiencia con seguridad en su autonomía. Yunieth Sanabria Dittel / USP/Psicología Aplicada I

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