La radio, realidades y retos

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FEBRERO

La radio, realidades y retos

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Milton Partida

S

i la radio va a desaparecer será más por la pobreza profesional y creativa de quienes la realizan y no necesariamente por los avances tecnológicos, las llamadas nuevas plataformas, las políticas públicas y la disminución de los ingresos por publicidad. Ya sucedió en alguna ocasión que el periodismo escrito no sucumbió frente a la misma radio, ésta no fue sustituida por la televisión y los contenidos televisivos de última generación se saben reinventar, soportan los embates de internet, el streaming y el patrón de consumo de las audiencias. La radio, al igual que los otros medios llamados “convencionales”, tiene bastas posibilidades de ser y estar en un mundo mediático más amplio y diverso, que crece y se transforma, que vuelve a lo básico pero que también experimenta e innova. No son pocos los casos de contenidos sonoros en la red, la radio en internet crece (aunque cantidad no es calidad) y en las instituciones de educación superior casi siempre es la estación de radio estudiantil el primer medio y el primer acercamiento con el ejercicio profesional de quienes decidieron hacer

de la comunicación y el periodismo su modus vivendi. Según el Mapa de Radios de América, elaborado por Tito Ballesteros, en nuestro país hay mil 537 radiodifusoras, de las cuales mil 148 son comerciales. Tan sólo en la Ciudad de México se concentran en el cuadrante radiofónico 64 estaciones, y cabe decir que son pocas las que suenan propositivas o, por lo menos, diferentes al resto de todas ellas. En internet, aunque la oferta pareciera variada, todavía no son muchas las opciones en donde se escuchen sonidos y contenidos diferentes y de calidad. Se juega a hacer radio, se mal repiten formatos ya conocidos de antaño y no se toman en cuenta las posibilidades que la red otorga, tanto en los soportes y la diversificación en la recepción, como en las particularidades discursivas y narrativas y la variación de contenidos. Estaciones nacen en la red y así mueren, se reproducen de mala manera y se crean híbridos amorfos. Aquellas emisoras en internet que logran diferenciarse del resto son las que se conforman como una empresa radiofónica, que saben que esto es un negocio y, como tal, necesita del orden, la administración, la delimitación de responsabilidades, la planea-

ción, el diseño de una programación, la búsqueda de patrocinios, el desarrollo de nuevas voces y sonidos, la cercanía con las audiencias y la promoción de eventos y regalos. Casos como los de http://viveradio. net/, http://gritaradio.com/, http://www. promoestereo.com/index.php, http:// adrenalinaradio.com, http://www.ruidoblanco.fm, http://www.eskucharadio. com.mx, entre otras tantas más, profesionalizan la transmisión mediante la red y ofrecen lo que los radioescuchas no encuentran en el cuadrante convencional. Cuentan con una barra programática definida, horarios establecidos y una página vistosa y bien diseñada que no sólo es radio, sino también texto, imagen e información, pero sobre todo, es sonido. La red permite la emisión en directo, el almacenamiento de programas, la repetición de los mismos, la descarga de contenidos, la transmisión simultánea de patrocinios, información y contenido sonoro, la experimentación, el rescate de viejos formatos, la participación de quien antes no podía: el radioescucha. Pero sobre todo, el comportamiento de las audiencias en internet determina cómo deben ser los contenidos: de cor-


PERIODISM

@MILTOPARTIDA

á l i s i s

radio, porque los mismos de siempre hacen lo mismo de siempre. Posibilidades hay, si no fuera así, la demanda en las instituciones de educación superior por estudiar comunicación y periodismo no existiría. Tan es negocio la radio que cursos de locución y realización radiofónica se ofertan en estaciones del metro. La clave está en enseñar, no sólo para la radio sino para todos los medios, otra perspectiva, otra manera de hacer las cosas, nuevas maneras de contar historias, nuevas historias. Hay que dimensionar al egresado, al joven estudiante, que las posibilidades laborales y de realización personal ya no sólo se encuentran detrás de las paredes del gran corporativo mediático. El futuro de la radio está tanto en el cuadrante tradicional como en las nuevas plataformas. Identificar y combinar lo mejor de ambos mundos abre las probabilidades, lamentablemente se desprecia lo primero por lo segundo. Se crea la falsa perspectiva que postear la pro-

gramación, alimentar el podcast con las entrevistas del día, crear un perfil social y utilizar hashtage a diestra y siniestra conforman una buena y suficiente estrategia de redes. Hay que tener presente que el medio radiofónico tiene en la oralidad una de sus principales virtudes, pues este proceso comunicativo es el que utilizaron los primeros grupos humanos para transmitir el conocimiento y la experiencia adquirida, mucho antes que la escritura. Es gracias a esta oralidad que, desde su aparición y hasta nuestros días, con las historias contadas, con la voz de los locutores, con la música, con las canciones, la radio aún es el referente a través del cual creamos, pero sobre todo contamos nuestra cotidianidad. En este tiempo de las redes sociales publicamos en el ciberespacio como si habláramos. Distribuimos contenidos e historias que, por breves momentos, se convierten en tendencia. Platicamos en la red. La palabra escrita es un discurso oral, es una conversación que se escucha, es una voz. La participación y la convivencia en las redes sociales están más relacionadas con esta oralidad, propia de la radio, que con el discurso textual. Escribimos como hablamos. Es así que las posibilidades de la radio aún son muchas. El medio prevalecerá en la medida en que lo realizado se haga bien. Su presente y futuro están solamente condicionados por la calidad en los contenidos, por la fuerza de la palabra y por la magia de los sonidos.

An

ta duración, información segmentada, atemporal, que sirva, y transmisión seriada; contenidos para el teléfono celular, ser voz para los que no la tienen con temáticas especializadas en ecología, cuidado del medio ambiente, grupos sociales vulnerables o no visibilizados, cultura, ciencia y tecnología. Hay que destacar que muchas de estas posibilidades y virtudes que el ciberespacio ofrece también pueden ser trasladadas al cuadrante radiofónico, sólo que, lamentablemente, la radio convencional, o más bien sus concesionarios y dirigentes, no tienen tiempo y paciencia para la experimentación, prefieren el formato conocido, tal vez porque la fórmula demuestra éxito o, peor aún, porque desconocen otros caminos. Se reciclan conductores, formatos y ejecutivos. Se contrata a la figura televi-

siva. Se vende tiempo-aire a charlatanes, naturistas y aficionados que después se autonombran locutores, conductores y hasta periodistas. Se recurre a contenidos de superación, auto-estima y éxito. Se apela a la nostalgia. Se repite la fórmula una y otra vez, sólo que en diferente frecuencia. Se muere lentamente la

PERIODISMO

Estaciones nacen en la red y así mueren, se reproducen de mala manera y se crean híbridos amorfos. Aquellas emisoras en internet que logran diferenciarse del resto son las que se conforman como una empresa radiofónica.

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