Booktuber desde adentro by Zócalo Noticias

Booktuber

desde adentro

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Antonio Miranda Ocampo, alias Tonnybeth

n periódicos, revistas y sitios de internet se publican artículos, reportajes y entrevistas sobre Booktube ; también se aborda el tema en la radio y en la tele. Las opiniones son variadas; sin embargo, la mayoría de las veces muchas cosas que pasan en esta comunidad se pasan por alto. Así que, ahora que como booktuber tengo la oportunidad de compartir, de primera mano, algo sobre esta comunidad, daré a conocer aquí mis experiencias y reflexiones sobre aquello que considero importante y que no se ve mucho en internet, a menos que uno de verdad esté adentro de esta comunidad, ya sea como booktuber o como suscriptor de varios canales. Pero primero hay que aclarar qué no es Booktube. Lo que se ha dicho Personalmente, me han entrevistado varias veces para periódicos, radio y tele, también mi canal fue mencionado en una publicación hace algún tiempo. Recuerdo una de esas conversaciones para el periódico El Universal. La reportera que me contactó, me dijo que le gustaba lo que hacíamos, que estaba interesada en entrevistarme para hacer un reportaje sobre los booktubers. Para mi sorpresa, en el reportaje titulado BookTubers, el nuevo negocio de las editoriales, no se mencionó lo que nos interesa a los booktubers, que es la lectura, su difusión y el internet como medio para compartir el conocimiento y el gusto por los libros, y hasta para hacer amigos. Más bien era una recopilación de datos para demostrar el alcance que teníamos y poder hablar así de lo

efectivo y económico que resultaba para las grandes editoriales hacernos llegar libros para publicitarlos. En otros periódicos y revistas también se habla de nosotros y algunas personas que escriben sobre el tema parecen molestas, porque los booktubers hablamos poco del flujo de conciencia, el monólogo interior, la prosa retórica, la intertextualidad o el experimentalismo. Afirman que en nuestros vídeos no hay reflexiones sobre narradores, tiempo, espacio, figuras literarias, entre otras cosas. Les llama la atención incluso la forma de vestir, el maquillaje, los cambios de look. En efecto, se cuestiona mucho si los booktubers sabemos o no hablar de literatura, si seremos sólo un medio más para que las editoriales publiciten sus novedades. Incluso se discute que esta comunidad esté formada por lectores, y afirman que quizá los que ven nuestros videos compran libros sin la intención de leerlos, sólo porque los escribió o los reseñó alguna estrella de internet. En resumen, muchas personas que critican a la comunidad Booktube piensan que los booktubers y los suscriptores somos una masa homogénea, que compra los mismos libros, que no lee críticamente y que se deja llevar por las modas literarias o por la fama de escritores o de booktubers. Llaman lectores superficiales no sólo a los suscriptores y a los booktubers sino a los jóvenes en general, porque también se critica la literatura juvenil, como si ésta fuera superficial sólo por estar dirigida a los jóvenes. Se nos critica por leer libros no aprobados (ni analizados, ni leídos, ni tomados en serio) por los círculos académicos, por no usar un lenguaje técnico, por comparar libros con sus adaptaciones cinematográficas o televisivas, por no hablar de cómo está construida una buena obra literaria. ¿Qué pasa en Booktube ? Booktube es una comunidad de lectores en internet que no sólo está formada por los booktubers, personas que graban, editan y suben a YouTube videos sobre libros. También la integran quienes ven los videos, los comentan y asisten a las conferencias, círculos de lectura y presentaciones de libros donde participamos los booktubers. Pero ni los booktubers ni los suscriptores son masas homogéneas. Por un lado, entre los booktubers hay gente de diversas edades, ocupaciones y gustos. Están los que estudian literatura o algo relacionado con las humanidades (filosofía,

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En la primer plática de Booktube que se llevó a cabo en la Biblioteca Vasconcelos, Alberto Rebolledo (Hola, ¿qué lee?), Alberto Villarreal (Abriendo Libros), Fa Orozco (Las palabras de Fa), Raiza Revelles (RaizaRevelles99 ), Mariana González (Marianna G ) y yo conocimos a muchos de nuestros suscriptores. No sólo ellos nos escucharon, también tuvieron la oportunidad de expresarse, de contar sus experiencias y, al final de platicar un poco más frente a frente y hasta tomar fotos. En aquella ocasión conocimos al director de la biblioteca, Daniel Goldin, quien tiene una larga carrera como editor. A él le gustó nuestra plática y ver a los jóvenes llenar el auditorio y hablar de libros. Incluso tuve el honor de que me invitara a realizar mi servicio social en la biblioteca y acepté. Lo realicé como coordinador de un círculo de lectura y sugerí títulos para ampliar la colección de literatura juvenil. En ese entonces, la biblioteca contaba con una bebeteca, una sección de libros

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Lo que se comparte en Booktube es la experiencia lectora, se trata de describir las impresiones que un libro te deja, sean emociones, reflexiones, pensamientos, personajes o situaciones con las que uno como lector se identifica.

Booktube fuera del internet Pero lo más interesante de esto es que Booktube trasciende el internet. Podemos encontrarnos cara a cara booktubers y suscriptores, que no somos más que lectores, y compartimos nuestra experiencia y nuestra pasión por los libros de manera directa y personal. Esto ya pasó varias veces.

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historia, teatro), pero también hay alumnos de otras carreras como ingeniería, psicología, medicina, turismo, comunicación, entre otras más. Hay quienes estudian secundaria o preparatoria; también niños de 9 a 12 años que van a la primaria, así como adultos trabajadores. Por supuesto, hay empleados de alguna editorial, pero las profesiones de los booktubers más grandes son también diversas. Y con el público sucede lo mismo, las edades, los estudios y las profesiones no son las mismas. La mayoría de las críticas, positivas o negativas, se hacen a lo más visible de Booktube : los booktubers con más suscriptores, ya sea a escala nacional o internacional. Una de las referencias más frecuentes es Fa Orozco, pues fue la primera en tener éxito con un canal en YouTube dedicado, en su mayor parte, a la literatura. En él ella habla de libros juveniles, uno de sus videos lo dedicó a analizar todas las metáforas, referencias y recursos literarios del libro Bajo la misma estrella, de John Green. Tiene el cabello pintado, creo que nunca aparece sin maquillaje, y sus libros están acomodados por colores. Otra de las referencias más importantes es Raiza Revelles, quien también se tiñe el cabello, lee literatura juvenil y siempre se ve bien arreglada y su trabajo no siempre es sobre libros, pues también hay recetas, consejos de belleza y manualidades. Como ya dije, Fa hizo un video donde analizó Bajo la misma estrella, libro considerado superficial y cursi (aunque muchas de las personas que así juzgan al volumen lo hacen sin leerlo y se justifican con frases como: “es demasiado comercial”, “hay mejores libros”, “ya vi la película y no pienso perder mi tiempo leyéndolo”). Es uno de tantos videos que se pueden encontrar de personas que analizan los libros de esta manera. Muchos booktubers saben de literatura y hablan de ello. Pero no es una regla general en la comunidad analizar los libros así. ¿Por qué? Porque lo que se comparte en Booktube es la experiencia lectora, se trata de describir las impresiones que un libro te deja, sean emociones, reflexiones, pensamientos, personajes o situaciones con las que uno como lector se identifica. Los libros de ficción estimulan la imaginación y la fantasía, nos hacen ver otras formas de lo posible, y eso nos hace críticos.

Pero ¿cómo hacemos esto de compartir la experiencia lectora? Mediante reseñas, principalmente, pero también con booktags, como el de las enfermedades. En esto consiste: hay una lista de enfermedades y un booktuber relaciona con cada enfermedad algún libro. Por ejemplo, con la varicela se relaciona un texto que el booktuber leyó una vez y que nunca volverá a leer; con la influenza se relaciona uno que, a juicio de quien responde el booktag, se esparce como un virus. Hablar de esta manera de los libros nos obliga a pensar las respuestas, porque, claro, aunque no se trata de un examen es mucho más interesante si se explica por qué se elige determinado libro. Estos juegos nos hacen pensar en lo que hemos leído de manera distinta a como lo haría un cuestionario escolar o un examen usado por los profesores para ver si sus alumnos hicieron la tarea, si leyeron o no el libro, para poder calificarlos. En un video, ya sea reseña o booktag, las reglas son otras: expresar lo que una lectura provoca y compartir una opinión personal. En internet no hay calificaciones, sólo opiniones similares o radicalmente distintas.

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infantiles y la colección general, pero no había una clasificación para los títulos de literatura juvenil, aunque sí había varios. En este círculo de lectura conocí a más suscriptores y a otras personas que no conocían mi canal de YouTube, pero que llegaron ahí gracias a los carteles y la difusión realizada por el personal de la biblioteca. Vi cómo algunos de ellos se apasionaban por las situaciones que se narraban en algunos libros, a otros les llamaba la atención alguna cuestión de orden social, político o filosófico abordados en algunos de los títulos que se leyeron. A veces se compartían reflexiones o preguntas, pero la mayoría de las veces, experiencias personales. La interpretación que cada uno de los participantes hacia era distinta, aunque se tratara del mismo libro. Y es una experiencia que se replica en otras partes. Por ejemplo, en el BookClub de la revista 15 a 20, coordinado por Estela, del canal Wowquepasa, o el BookClub de León, que coordina Vale Bigotes. Ahora, como se sabe, muchos booktubers damos pláticas y talleres en ferias del libro, presentamos textos y coordinamos círculos de lectura. De alguna manera hemos hecho que varios lectores se conozcan entre sí y compartan sus experiencias. Gra-

cias a estas actividades se crean amistades cuyo eje principal son los libros. Pero no nos reunimos a hablar de cómo están construidos los volumenes, de si su estructura es buena, si las voces narrativas o las metáforas merecen tal o cual calificativo. Nos juntamos para hablar de cómo nos construyen, nos cambian y nos acercan a nosotros mismos y a los demás. En varias ocasiones los jóvenes se acercan a algún booktuber y le dicen: “por ti leí este libro que me cambio, quería agradecerte”, “gracias a ti conocí a tal autor” o “gracias a ti comencé a leer”. Deberíamos cuestionarnos por qué algunos jóvenes que empiezan a tomar la lectura como un hábito o que comienzan a apasionarse por las letras lo hacen gracias a los videos que otro joven sube a internet y no a sus padres o maestros. ¿Qué encuentran esos jóvenes en los booktubers que los motiva a leer? Quizá sea el hecho de que la lectura en Booktube no se ve como una obligación, sino como una experiencia íntima que se comparte con semejantes. Antes era sólo a través de los videos, hoy es mediante convivencias, conferencias, círculos de lectura y ferias del libro.

La comunidad necesita

renovarse: Alberto Villarreal 22

A menos de un lustro en escena, algunos realizadores de videos en México ya son celebridades, por lo menos entre sus juveniles seguidores y los papás que están felices de que sus hijos se acerquen a la lectura. Abriendo libros es el canal de Alberto Villarreal, quien tiene poco más de 130 mil suscriptores y un promedio de 20 mil a 70 mil vistas. En un ambiente tan relajado sorprenden los atisbos de crítica y replanteamiento del quehacer de los booktubers, como lo hace Villarreal en esta conversación. •

Mauricio Coronel Guzmán

l desenfado es la principal divisa de Alberto Villarreal, un youtuber regiomontano alegre, espontáneo, amable y perspicaz. “Fui de los primeros en México en comentar libros en YouTube; abrí mi canal en noviembre de 2012”, nos comenta vía telefónica. “Cuando empecé, no me imaginé cuántas personas me iban a ver. Siempre me he planteado que lo importante es que me divierta lo que hago”, afirma. Estudiante de Mercadotecnia, Villareal dice que en México casi no se lee, ¿quién iba a seguir un canal de videos donde se comentan libros? Afirma que es lector de toda la

vida y que ahora utiliza YouTube para compartir sus experiencias lectoras. Una de las condiciones a priori de los youtuber es ser adictos a la conexión digital. Alberto comenta que antes seguía las redes sociales como cualquiera para estar en contacto con sus amigos, pero que ahora está todo el tiempo ahí metido. “La gente me escribe tanto que debo estar al pendiente. Para mí es muy importante estar en contacto con la comunidad de lectores; responderles tiene que ver con la idea de estar cerca de ellos. Me gusta promover la lectura y ahora que estoy abierto a leer otro tipo de libros –considera–, me acerco con gusto a otros contenidos”. A la diversión se le agrega cierta responsabilidad social. Alberto piensa que hacer videos, y que a partir de ello alguien

-¿Cómo mantener el equilibrio entre la producción y la calidad de los contenidos? -Es complicado, la comunidad está un poco estancada. Llevamos tres años haciendo lo mismo y las personas, cuando no

-¿Cuáles son los desafíos en el corto plazo para los youtubers? ¿Será que en México todavía muchos jóvenes no tienen acceso a internet y recursos para adquirir libros, lo que limita el desarrollo? -Sí claro, sé que hay rezago en la penetración de internet. Nosotros nacimos en la era de la red, pero en México no todos tienen acceso. Creo que hay maneras para que las personas se acerquen y conozcan estas plataformas: tratamos de ir a escuelas, a ferias de libros, hacer pláticas, no sólo estamos en internet, sino que rompemos las pantallas para generar un cambio. -Alberto, ¿te visualizas otros cinco años activo? -Sí, quiero revolucionar el concepto de booktuber. Quiero crear contenido para los demás, no tanto estar frente a las pantallas, pero sí atrás, porque hay muchas posibilidades de hacer cosas interesantes en la comunidad. Creo que debemos experimentar y ver qué funciona. Tengo muchas ideas, pero el problema es que se requiere dinero, el cual no tengo, y como booktuber no se gana casi nada. Yo lo hago por amor al arte y es muy difícil conseguir capital para hacer más cosas, concluye. @MauricioCG2014

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-Alberto ¿cómo millenial no te gusta lo digital? -Sí, es muy práctico, pero nada como tener en las manos un libro de papel. Sobre los aspectos técnicos llama la atención cómo se realiza la producción de un video no profesional. “Yo empecé con un simple iPhone. Al principio fue súper rústico, mi celular y una lámpara. A medida que creció el proyecto compré una cámara, el micrófono y mi tripié, todo con el objetivo de darles algo de mejor calidad”, explica.

-¿Las editoriales presionan para que comentes algún libro en especial? -Sé de algunos booktubers que sí hacen reseñas por encargo. No es mi caso. Las editoriales me escriben y me comentan que tienen algunos libros; yo les digo mándamelos, pero les indico que no les puedo asegurar que los volúmenes que me manden sean de mi interés. En fin, yo hago lo que considero correcto. Si el texto me interesa y me nace subir un video lo hago, de lo contrario no. Yo no me siento presionado para nada. Además de mantener control de sus contenidos, Alberto se identifica como un espíritu romántico. Reconoce que el papel digital facilita mucho las cosas, tanto en espacio como en transporte, además de que es más barato y fácil de conseguir, pero él prefiere la versión impresa.

hay innovación, dejan de ver el contenido. Pienso que eso pasa en la comunidad. Yo creo que la calidad no depende del número de vistas. Lo que importa es crear contenidos de calidad, interesantes. Es momento de innovar, las personas no quieren ver a alguien hablando de un libro ocho minutos. No hay una fórmula, estamos experimentando, sigue llegando gente nueva, pero no crece como lo hacía hace dos años.

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más busque el libro y lo comente a través de las redes sociales digitales, ya implica un compromiso, pero no una obligación. “La lectura –dice– es una responsabilidad compartida con los padres, en especial en esta era digital, por lo que su aportación es un pequeño grano a favor”. En la televisión no hay interacción, los contenidos se aceptan y la única posibilidad es cambiar de canal o apagarla. Alberto reconoce que inicialmente comentaba el tipo de libros que a él le gustaban, pero con el tiempo sus seguidores le propusieron diversas lecturas, lo mismo las editoriales que le acercan material.