Defender la libertad de expresión • Dr. Raúl Plascencia Villanueva 1
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Internet
l derecho a la libertad de expresión ha sido una exigencia y la condición fundamental para encontrar soluciones a problemáticas diversas. Aunque se han tenido grandes avances en los últimos 200 años en esta materia, nuestro país ha transitado por oscuras épocas como cuando se condenaba a quien emitiera opiniones públicas contrarias al Estado. Sin embargo, la posibilidad de expresarnos libremente y manifestar nuestras ideas constituye una condición necesaria para avanzar como sociedad. La libre manifestación de las ideas de forma oral, impresa o por medios electrónicos está prevista en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Estrechamente vinculada al derecho a la información que se garantiza en los sistemas jurídicos del mundo, como la libertad de imprenta, difusión, manifestaciones artísticas, cátedra e investigación. Existe una doble dimensión de la libertad de expresión: la individual, que es la expresión libre del pensamiento por cualquier medio y con la posibilidad de hacer llegar sus ideas al mayor número de destinatarios; y la social, que implica recibir información y conocer la expresión del pensamiento ajeno.
Son dimensiones que sirven de frontera al ejercicio del poder y adquieren sentido en el contexto social. Suponen interacción, enfatizan la importancia de las relaciones entre individuo y Estado y delimitan su competencia. Sobre todo, representan el eje de la preservación de las libertades públicas, es decir, de los demás derechos. Los Estados tienen la obligación de respetar la manifestación de inconformidades y desacuerdos generados por el ejercicio de las libertades. Deben prevenir hechos y actos que violen la libertad de expresión a través del impulso de reformas legales, la adopción de políticas públicas y la ejecución de medidas gubernamentales encaminadas a establecer una eficaz procuración de justicia que genere confianza social como resultado del combate a la impunidad. Debido a la importancia que la libertad de expresión implica para los sistemas democráticos, es imperativo evitar regresar a un pasado que la sociedad resolvió dejar atrás. No es válido pretender criminalizar la expresión de las ideas bajo ningún contexto. Imponer limitaciones a la libertad de expresión mediante temor o intimidación, quebranta el desarrollo de las sociedades democráticas. Es una restricción inadmisible a la esfera de derechos de toda persona que restringiría injustamente el ejercicio de expresarse. Para todos, dentro y fuera del país, expresarse es una de las más preciadas libertades de las que gozamos y debe ejercerse sin limitación ni fronteras. Intentar regular la libertad de expresión atenta contra cualquier legislación fundamentada en los derechos humanos. El derecho a expresarse y ser libremente informado legitima un sistema político democrático. La libertad de expresión no es un anhelo o una posición personal, es un principio universalmente acepta-do, un consenso global de comunidades y juristas. Es una de las joyas más preciadas para el desarrollo integral de una sociedad, está incrustada en la naturaleza humana y como tal, debe ser salvaguardada en todo momento. Es bajo estas circunstancias que se generan las condiciones para alcanzar los ideales que tenemos previstos en nuestro proyecto de nación. 1
Zócalo
Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
| diciembre 2011