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Paolo Gabrielle, mayordomo del Vaticano, acusado de filtrar documentos clasificados.
Filtraciones empujan renuncia de Benedicto XVI La inopinada dimisión de Joseph Ratzinger estremece al mundo católico, acostumbrado a ver morir a sus jerarcas para arroparlos con el velo de presunta santidad; decisión precipitada por las filtraciones a la prensa que revelan a facciones que intrigan y corrompen, escribe en Zócalo el sociólogo Bernardo Barranco. Sin duda, la vieja Iglesia católica vive momentos de resquebrajamiento de estructuras que poco se nota en México, donde la jerarquía religiosa tiene una influencia creciente en la televisión y radio (privada y pública), generando mensajes y contenidos en los medios electrónicos, a pesar de las restricciones que se establecen en la Constitución, así lo demuestran investigaciones de Raúl Trejo Delarbre, Tonatiuh Lay, Guillermo Orozco, Darwin Franco y Lenin Martell, que se incluyen en esta edición.
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• Bernardo Barranco V.
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a renuncia del Papa Benedicto XVI, anunciada sorpresivamente el pasado 11 de febrero, pone de manifiesto, en primer lugar, la profunda crisis de la Iglesia. Más que una crisis de fe es una crisis institucional del aparato eclesiástico. Dicho de otro modo, del modelo de la estructura vertical de gobierno y de dominio, en sus diferentes niveles: congregaciones vaticanas, dicasterios, diócesis, seminarios, congregaciones religiosas. En suma, la crisis de la Iglesia refleja la creciente descomposición de la curia romana que domina el Estado de la Ciudad del Vaticano, hoy sometida a las más insospechadas intrigas, rivalidades, contubernios, lobbies homosexuales y corrupciones propiciadas por cardenales y sus seguidores: poderosos monseñores y clérigos.
El propio Benedicto XVI, con su renuncia, ha secularizado la dimensión sagrada de la función pontifical. Por primera vez en la historia del cristianismo católico, un Papa abandona el cargo, explicita los motivos y plantea la necesaria sucesión, aprovecha los medios de información global para que en segundos se informe planetariamente del drama que recae sobre Roma. Como expresara un destacado sociólogo de la religiones en Argentina, Fortunato Mallimaci, el pontificado deja de ser una “función sagrada”, de sacrificio total, hasta que la muerte llegue e infalible al estilo del heroico Karol Wojtyla para ser un cargo al cual se puede renunciar cuando los hechos así lo determinen. En otras palabras muestra el proceso global de secularización
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que vivimos al mostrar que, aún el puesto de Sumo que observan con detalle el drama no solo de la sucePontífice, es también una función ordinaria. sión sino el sacudimiento de una institución milenaria Los medios a nivel internacional destacaron inicialque ha sido pilar en occidente. mente que la renuncia de Benedicto XVI se debía al debilitamiento de un Papa anciano. Con sorpresa maFiltraciones, puntilla contra Ratzinger yúscula, los medios no daban crédito a una nota Los grandes medios registran la pérdida de autoridad sin precedente alguno en la historia moderna de la moral y espiritual de una institución sumergida en conIglesia católica. La televisión y la radio no descansatradicciones internas. El discurso religioso se ha desgasban en explicar las enfermedades y agotamiento del tado y se confronta así mismo bajo el signo de lo que el pontífice así como su humildad y valentía para abpropio Benedicto XVI "ha denominado hipocresía cleridicar una función vitalicia en los últimos 600 años cal". El fenómeno de filtración masiva de documentos, en la vida de la Iglesia. llamado Vatileaks, no ha cesado aún con la renuncia Sin embargo, poco a poco fueron aflorando las inocultables tensiones en la cúpula de dirección de la … la existencia de diferentes redes, una Iglesia católica. El Papa, efectivamente, ya no tiene la conformada por una comunidad clerical gay, energía suficiente para poner orden en ese mundo de otra política que llega a extremos de chantaambiciones de la burocracia eclesiástica, o de plano, ya je y extorsión en torno a las prácticas sexuano quiere seguir encubriendo. Su avanzada edad ya no les de los miembros de la curia y un tercer le permite afrentar ni ser cómplice de lo que sucede al lobbie que ha venido lucrando en la banca interior y al exterior de las murallas vaticanas. Su savaticana (IOR) con lavado de dinero. lud es deficiente pero no fue la razón fundamental. Eso ha quedado claro tanto en su renuncia como por las del pontífice. La revista italiana Panorama y posteriorexplicaciones de Federico Lombardi, su vocero: “no es mente La Repubblica, sostienen contar con una copia dimisión por enfermedad, sino por razón personal”. Su del documento de más 300 páginas, resultado de una renuncia, por tanto, no sólo es eclesial sino es una reextensa investigación que ordenó Benedicto XVI a nuncia de Estado; no es una abdicación religiosa sino tres cardenales, para determinar responsabilidades una renuncia política. de las filtraciones y escándalos de la curia romana. En Dos factores contextúan la profunda crisis institudiciembre de 2012, los cardenales entregaron sus concional de la Iglesia católica. El primero son los antaclusiones al Papa sobre la filtración de sus documengonismos internos y la lucha por el poder, que dicho tos secretos. En su lectura descubrió la fuerte resistensea de paso, siemcia de la Curia pre ha existido al cambio, la en la historia de falta de rendila Iglesia católica. ción de cuenEl segundo factor, tas y la no más novedoso, es transparencia que tales disputas en sus gestioestán expuestas nes. Pero sobre mediáticamente todo la existena través de las filcia de diferentraciones periodístes redes: una ticas. De tal suerte conformada que ahora, las inpor una comutrigas palaciegas nidad clerical se han convertido gay, otra políen un descomunal tica que llega espectáculo que a extremos atrae millones de de ch a n t a j e audiencias católiy extorsión Prensa italiana sobre la renuncia de Benedicto XVI. cas y no católicas en torno a
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las prácticas sexuales de los miembros de la curia y un tercer lobbie que ha venido lucrando en la banca vaticana (IOR) con lavado de dinero. Se rumora que la filtración es un recurso de la gente cercana al pontífice para presionar el desempeño de los poderosos monseñores no sólo en el cónclave sino en la redefinición de una inevitable reforma de la curia. Si el Vatileks , condensado en el libro de Nuzzi “Las cartas secretas de Benedicto XVI” fue una apuesta mediática destinada para socavar el poder y la función del actual secretario de Estado Tarciso Bertone y, por lo tanto, debilitar al propio Benedicto XVI. Éstos al parecer responden con nuevas filtraciones que ponen en evidencia el
Primer tuit papal.
grado de descomposición de la estructura de poder real en Roma. Ambos bandos utilizan el golpeteo mediático como medida extrema, conmocionando a la opinión pública y alimentando el antagonismo clerical como espectáculo dramatizando. Los vaticanistas, periodistas especializados en los asuntos de la Iglesia en Roma, sentencian que el Papa ha reinado la Iglesia pero no la ha gobernado. Por tanto, su renuncia es una apuesta para cimbrar política y mediáticamente los resortes de poder inmoderado y establecer una nueva correlación. El pontificado glorioso y triunfalista de Juan Pablo II (1979-2005) supuso el predominio de un modelo mediático basado en la exaltación e indiscutible carisma del pontífice, dicha estrategia está cimentada en una amplia y masiva difusión. Esta sobreexposición mediática tuvo el llamado efecto boomerang que incide en el pontificado de Ratzinger. Magnificando sus defectos, pifias, conservadurismo y falta de diálogo real con las inquietudes y prácticas culturales de la sociedad contemporánea. A partir de los sacudimientos, no sólo de pederastia clerical sino de encubrimiento sistémico institucional, la estructura eclesiástica entra en un tobogán de sucesivos escándalos que alcanzaron a todos los altos miembros de la Iglesia incluidos los últimos pontífices. Los grupos antagónicos en la curia, utilizan a los medios para dirimir sus diferencias mediante el golpeteo; para después negarlos, minimizarlos o descalificarlos. Esta relación casi enfermiza entre la curia y medios, especialmente italianos, ha contribuido al descrédito y banalización de las conjuras de la curia. Ya existen signos y amagos de una “victimización” como una nueva forma de chantaje y presión. Finalmente asistiremos a través de los medios, a uno de los cónclaves más tensos y más estigmatizados en la historia moderna de la Iglesia, que se juega ante la mirada mundial inquisitiva, no solo su credibilidad sino su modelo romano centralizado y vertical. Pareciera que el soplo divino del espíritu santo se ha debilitado desacralizando a la propia Iglesia.