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Recetas pensadas para niñas y niños con inquietudes culinarias
HUEVOS BENEDICTINE
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INGREDIENTES: Huevos Poché: 2 huevos frescos; 2 cuch. de vinagre blanco; 2 rebanadas de pan de molde untadas en mantequilla. Espinacas salteadas: 100 g de espinacas; 2 cuch. de AOVE Salsa Holandesa: 125 g de mantequilla clarificada (calentada al microondas hasta que se derrita); 2 yemas; Zumo de 1 limón; Sal y Pimienta blanca; 4 lonchas de jamón serrano o ibérico o bacon tostado a la sartén (dependerá del presupuesto) ½ aguacate hecho puré aplastando con un tenedor y condimentado con sal, pimienta blanca y zumo de limón.
ELABORACIÓN: Esta receta se compone de varias elaboraciones: 1.- Tostar en una sartén a fuego suave las 2 tostadas hasta que cojan un color bonito. Reservar. 2.- Saltear en una sartén a fuego suave con un chorrito de aceite de oliva las espinacas cortadas. Salar al gusto. 3.- Preparar la Salsa holandesa, poniendo en un bol, las 2 yemas de huevo, 2 cucharadas de zumo de limón, una pizca de sal y pimienta blanca. Calentar la mantequilla derretida al microondas e ir añadiendo poco a poco a las yemas, batiendo con una varilla, hasta incorporarlo todo. Si fuera necesario añadir una cucharada de agua tibia para que quede fluida. 4.- Para hacer los huevos poché, calentar bien en un bol de cristal o taza 1/2 vaso de agua con el vinagre. Sacar con cuidado del microondas, y añadir el huevo sin romperlo. Volver a meter al microondas y cocinar 1 minuto a máxima potencia hasta que el huevo este hecho por fuera pero blando por dentro. Montaje: En un plato colocar la rebanada de pan. Encima el puré de aguacate. Encima las espinacas salteadas. Ahora poner el huevo poché y salseamos con la salsa holandesa. Coronamos con unas lonchas de jamón, y a Comer!! (Receta elaborada por Adrián). (Recetas elaboradas en la Sociedad Gurea de Altza (Donostia), que colabora desinteresadamente en esta iniciativa).
Txemari Esteban Asador Botarri Oria 2. TOLOSA
La receta de... AINARA LÓPEZ
RIGATONI CON RAGÚ AL VINO
INGREDIENTES: 500gr de ternera para guisar; 1 ó 2 chalotas; 1 cebolla; 2 zanahorias; 1 ó 2 dientes de ajo; 1 ñora; 2 cucharillas de salsa de tomates secos; 1 copa de vino tinto Rioja Crianza; 1 guindilla cayena; Agua; Sal; Aceite de oliva; Pasta rigatoni; Parmesano; Albahaca fresca.
ELABORACIÓN: 1.- Cortaremos la carne en dados medianos, le pondremos sal y la marcaremos en la cazuela donde vayamos a cocinarla con un par de cucharas soperas de aceite de oliva. Sacaremos y reservaremos. 2.-En las misma cazuela pocharemos el ajo picado, la chalota, la cebolla y la zanahoria bien picadas también. También añadiremos la guindilla. 3.-Cuando esté la verdura pochada volveremos a meter la carne, añadiremos la carne de la ñora que habremos hidratado en agua caliente 5 minutos y las 2 cucharillas de salsa de tomates secos. 4.-A continuación añadiremos la copa de vino tinto, un buen vino, dejaremos evaporar el alcohol y añadiremos el agua sobrante de hidratar las ñoras y agua hasta cubrir. 5.-Dejaremos cocinar un par de horas a fuego medio. La carne tiene que quedar tierna y la salsa ligada. 6.-Con ayuda de un tenedor deshilacharemos la carne. 7.-Coceremos la pasta, escurriremos y añadiremos el guiso de carne. Removeremos bien y serviremos con parmesano recién rallado y unas hojas de albahaca fresca.
EL VINO lleva siglos manchando mesas, copas, manteles y comisuras de labios. Este caldo que es una gran cultura ha pasado de tinajas a jarras, de barriles a botellas y de éstas a botellas etiquetadas, en muchos casos con grandes momentos visualmente artísticos para llamar nuestra atención y que ese caldo se venga con nosotros a casa o nos sorprenda al ser mostrado en un local hostelero. Y queda en la retina de nuestros ojos si al llevárnoslo a la boca acompaña ese momento de ingenio embotellado. Pero muchas veces esos grandes zumos fermentados no enseñan su diseño y nos los podemos encontrar en salsas, asados y hasta postres, y es ahí donde tienes que tener en cuenta que una cocina para disfrutarla, tanto o mas que con esa botella que acompaña la copa que balanceas entre tus manos, tiene que estar a la altura de esos viñedos que hacen su magia. Por eso, siempre hay que cocinar con ese vino del que te tomarías una copa, y si es posible tomártela mientras la cazuela hace chup-chup y compartes una conversación agradable en la cocina. Y así, con buen vino y un buen plato el camino siempre es mas acompañado y con las vistas mas bonitas.
LA AUTORA:
Resido en el barrio de Egia en Donostia
Nací el 13 de junio de 1978 en Donostia
Soy cocinera y divulgadora (y si tenemos que utilizar esa palabra tan manida me gusta mas “influentzer”)
No recuerdo mi vida sin cocinar porque lo hago desde bien pequeña. Mi aita murió cuando yo tenía 7 años y mis recuerdos en la cocina comienzan subida a una banqueta cocinando para mi familia, aprendía a trompicones aunque tan pequeña no lo debía de hacer mal porque nadie se quejaba. No era consciente hasta que fuí mayor que tuve una infancia sin infancia y creo que lo que me salvó fue mi amor por la cocina que hacen de esos recuerdos no ser tan amargos como deberían. Así que pasados los años y siendo autodidacta he conseguido que mi cocina sea de un alto nivel, variada y creativa. También me gusta comer y que me sirvan, por eso soy habitual entre la hostelería, difícilmente me puedo quedar con un solo local porque la oferta es tan variada como maravillosa. Lo que si me gustan son los lugares de cocina honesta y sin demasiada pompa ni boato, la buena cocina no necesita demasiados “floripondios” porque si es buena habla sola.
Ainara López Madre y divulgadora gastronómica DONOSTIA
Recetario erótico-festivo para vascos en apuros
CATA DE VINO ASCENDENTE
Me dice Josema que este número está dedicado al vino y que si no me parece mal podría basar este articulillo de todo a cien que escribo todos los meses en la bebida que más me gusta. Sería sencillo colocar una receta en la
que se utilice el vino para cocinar, hay muchas y muy
ricas. No obstante, como en esto del comer, el beber y el ligar me inclino siempre hacia cosas divertidas, me parece que podríamos desplegar nuestras dotes de seducción proponiendo a nuestra partenaire una cata de vinos.
Dice el diccionario, más o menos, que catar es hacer la descripción organoléptica de un producto. Que me perdonen todos los catadores serios y los aprendices de brujo que pululan entre las cepas haciendo gárgaras con lo que ellos llaman “caldos” (arrgggggj), pero a mí eso además de pedante siempre me ha parecido aburridísimo.
En su lugar yo propongo que hagamos una cata lúdica, que como su propio nombre indica es mucho más divertida, y que propongamos a nuestra chica un viaje de muchos kilómetros sin salir de casa, que la gasolina está por las nubes.
Necesitaremos unas buenas copas, el vino no sabe igual en todos los recipientes. No queremos hacernos los expertos, el objetivo es pasarlo bien y si se puede, subir un par de escalones del torreón de la intimidad (bebamos para conocernos decía un amigo mío) de nuestra princesa e incluso llegar a su alcoba. Pero aunque no queremos ser pedantes debemos elegir los vinos adecuadamente para ir de menos a más y poder señalar a nuestra moza las diferencias entre ellos, que han de ser fácilmente apreciables incluso para el más profano.
Ahí va la propuesta:
Para empezar, un vino blanco fácil y con acidez, fresco, que nos haga salivar. Yo propondría un vino verde portugués o un txakoli gipuzkoano.
Luego viene un blanco más complejo. Dependiendo de cuán lejos nos queramos ir se puede proponer un Chardonnay navarro o uno australiano.
Para iniciarse en los tintos jóvenes qué mejor que un maceración carbónica de Rioja Alavesa con toda su carga frutal.
Y para que se pueda apreciar la diferencia entre tintos aunque nuestra moza no haya bebido vino en su vida, descorchamos un reserva de Rioja o Ribera o, si nos alcanza el presupuesto, algún vino de Burdeos.
Si todo ha ido bien, a estas alturas nos estaremos mirando embobados y confesándonos cosas la mar de bonitas. Sólo faltan unas burbujas y a consumar. Podría ser cava o champán pero por aquello de continuar viajando abrimos un Prosecco... qué mejor que un italiano para ayudarnos a rematar la faena.
Os propondría algunas cositas de comer para acompañar, pero no me queda espacio. Lo importante es que la comida siga la línea de los vinos, de menor a mayor intensidad.
Qué bonito es viajar, pero todavía es mejor con un buen compañero de viaje.
Carlos Lahoz Miravientos Distributions ELGOIBAR