A.D. MDLXII
U NIVERSITÀ DEGLI S TUDI DI S ASSARI F ACOLTÀ
DI
L INGUE
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L ETTERATURE S TRANIERE
___________________________
CORSO DI LAUREA IN LINGUE, CULTURE E COMUNICAZIONE INTERNAZIONALE
LA TRADUCCIÓN DE LAS LOCUCIONES ESPAÑOLAS EN EL MEDIO AUDIOVISUAL ITALIANO: ANÁLISIS DE VOLVER
Relatrice: PROF.SSA MARTA GALIÑANES GALLÉN
Correlatore: PROF. FIORENZO TOSO
Tesi di Laurea di: IOLANDA B IANCAREDDU
ANNO ACCADEMICO 2010/2011
A Gingi.
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ÍNDICE Introducción
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CAPÍTULO I - La fraseología
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Breve historia de su desarrollo
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La fraseología y sus límites
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Distintos estudios en el ámbito de la fraseología española
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J. Casares
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A. Zuluaga
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G. Corpas Pastor: una nueva concepción de la fraseología
13
CAPÍTULO II - La clasificación de las UFS de Gloria Corpas Pastor:
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tres esferas Primera esfera: las colocaciones
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Segunda esfera: las locuciones
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Tercera esfera: los enunciados fraseológicos
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CAPÍTULO III - La traducción de la fraseología
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La fraseología comparada y el concepto de equivalencia
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Parámetros de comparación interlingüística
33
Procedimientos de traducción
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CAPÍTULO IV - El guión cinematográfico como corpus fraseológico:
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estudio contrastivo entre el español de Almodóvar en Volver y su traducción al italiano Más allá de las locuciones: algunos ejemplos de fórmulas rutinarias
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CONCLUSIONES
85
APÉNDICE
89
BIBLIOGRAFÍA
94
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Introducci贸n
3
El trabajo que hemos realizado constituye un análisis contrastivo del español coloquial de Pedro Almodóvar y de su traducción a la lengua italiana: se propone investigar en los universos fraseológicos, o frásicos, de los dos idiomas tomados en consideración e identificar las semejanzas o discrepancias existentes. Siendo la fraseología una disciplina con un campo de acción bastante amplio y desarrollado, y frente a la imposibilidad de analizar todos los tipos de fraseologismos, hemos restringido nuestro horizonte de investigación al marco de las locuciones. Por lo que concierne al aspecto organizativo de nuestro estudio, hemos estructurado y dividido la obra en cuatro capítulos. En el primer capítulo, hemos destinado la sección inicial para presentar una breve relación de la historia y del desarrollo de la fraseología, explicando sus orígenes como disciplina tanto científica como lingüística, e indicando las escuelas europeas cuyas aportaciones han sido fundamentales para impulsar el interés a este sector independiente de la lexicografía. En la sección siguiente, hemos definido la fraseología y los fenómenos léxicos que trata, pero también sus límites provocados por la proliferación terminológica y de clasificación con respecto a los mismos. Por útimo, hemos empleado una tercera parte para indicar las principales reflexiones en el ámbito de la fraseología española y los preceptos teóricos de los tres más importantes representantes: Casares, Zuluaga y Corpas Pastor. En el segundo capítulo, hemos concentrado la atención en la aportación teórica de Corpas Pastor y en su clasificación de las unidades fraseológicas en tres esferas, es decir las colocaciones, las locuciones y los enunciados fraseológicos. El capítulo tercero discute el problema de la traducción de la fraseología y comienza con una definición de la fraseología comparada o contrastiva y de los cuatro temas en los cuales actúa, mostrando además, con referencia al eje fundamental de las correspondencias interlingüísticas, cuales son los tres tipos de equivalencia fraseológica posibles y refiriendo algunos ejemplos generales de (in)equivalencia entre el español y el italiano. En las páginas que siguen hemos indicado los tres grupos de parámetros que según Corpas Pastor sirven para realizar la comparación interlingüística, que son los parámetros semánticos, morfosintácticos y pragmáticos, precisando cada uno de ellos con algunos ejemplos que atañen los dos idiomas implicados en nuestra investigación lingüística.
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Finalmente, la sección final del segundo capítulo se refiere a los procedimientos de traducción, directos e indirectos, sugeridos por Corpas Pastor. El cuarto y último capítulo se ocupa del aspecto práctico y analítico de nuestro trabajo. De hecho, revela al lector el tipo de corpus utilizado como punto de referencia, es decir el guión cinematográfico de una película, mejor dicho el audio, dado que a menudo la interpretación de los actores cambia con respecto a lo que el director ha puesto por escrito. Se explica además la decisión de optar por la película Volver de Pedro Almodóvar y por su lenguaje muy coloquial, y por eso ideal para el tipo de observación lingüística que nos proponemos. Restringido nuestro radio de acción a la categoría fraseológica de las locuciones, hemos recogido los datos obtenidos por la audiovisión de la película, primero de la versión española y luego de la italiana, y hemos organizado la comparación lingüística dividiendo los mismos resultados en base al procedimiento traductológico usado y a las clases de pertenencia de las locuciones. Por cada locución española encontrada en la versión original ha sido indicada su traducción italiana y se ha intentado identificar el grado de (in)equivalencia existente y por eso explicar las elecciones y las estrategias del traductor. Por último, hemos destinado la última sección del capítulo a los casos de fórmulas rutinarias que, aunque no forman parte de la categoría de las locuciones sino de los enunciados fraseológicos, han sido sacadas a lo largo de nuestro análisis audiovisual, indicando para cada ejemplo de fórmula española su traslación al italiano y subrayando la técnica utilizada en el proceso de traducción. Para completar el trabajo y simplificar la consulta de los datos lingüísticos analizados y obtenidos, hemos añadido un apéndice suplementario con todas las parejas fraseológicas encontradas, tanto de las locuciones como de las fórmulas rutinarias.
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Capítulo I La fraseología
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Breve historia de su desarrollo. La fraseología es una disciplina que, en términos científicos, tiene su origen en la antigua URSS de los años cincuenta con los estudios de V. V. Vinogradov. Desde que Vinogradov rescata para la lingüística el estudio de las UFS, se inaugura una nueva época que culmina en la constitución de la fraseología como disciplina lingüística autónoma. Además, en esta época se halla también uno de los trabajos más importantes en español: las aportaciones de Julio Casares en su obra Introducción a la lexicografía moderna. (Corpas Pastor, 1996: 11) Sin embargo, como disciplina lingüística, se desarrolla a finales de los setenta y se trata de un despegue muy desigual y heterogéneo en los distintos países y según las distintas escuelas. De hecho, los primeros pasos de esta disciplina fueron bastante tímidos y sólo a partir de los años 80-90, gracias sobre todo a la proliferación de congresos y seminarios internacionales sobre el tema, se despertó de manera viva el interés por esta área de investigación que se dejó de ser una subdisciplina de la lexicografía para convertirse en una disciplina en toda regla, consolidada e independiente. Hoy por hoy, el centro neurálgico de la fraseología lo constituyen los fraseólogos alemanes y eslavos; justo en Alemania en 1981 tuvo lugar el primer encuentro internacional de fraseología, impulsado sobre todo por la escuela eslava y alemana. A distancia de unos años se celebraron también el segundo congreso en Suiza (1984) y el tercero en Finlandia (1986). (Corpas Pastor, 2001: 22-23) Junto a las alemanas y eslavas, importantes son además las aportaciones de otras escuelas como esa francesa, cuyos autores más relevantes participaron a los distintos seminarios de Saint-Cloud esperados por el Institut National de la Langua Française, y esa inglesa, cuyos trabajos principales fueron publicados en los congresos organizados por EURALEX (European Association for Lexicography, creada en 1983) . Por lo que concierne a España, la fraseología llamó la atención algo más tarde, precisamente a mediados de los noventa: de hecho, desde la primera contribución de A. Zuluaga Ospina (Introducción al estudio de las expresipones fijas, de 1980) pasaron quince años cuando otros autores retomaron la investigación en este campo. En estos años surge el trabajo de dos autoras como López Taboada y Soto Arias que trata la enseñanza de la fraseología gallega (1995); aparece un número especial de la revista Caplletra (1995), donde V. Salvador y otros reflexionan sobre la fraseología. Siempre en 1995 se publica
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la tesis doctoral de Gloria Corpas Pastor, que será la base de su Manual de fraseología (1996); esta obra, junto con Estudios de fraseología española de J. Martínez Marín (1996), sirvió de estímulo a los estudios sobre la fraseología en España. Siguieron congresos (como el Congreso Internacional de Paremiología y las Jornadas de Fraseología Comparada) y también la publicación de importantes monografías, como la de M. A. Castillo Carballo sobre los temas de las colocaciones y de las locuciones (Unidades pluriverbales en un corpus del español contemporáneo, de 1997) o la tesis doctoral de L. Ruiz Gurillo, dividida en dos partes (Aspectos de fraseología teórica española de 1997 y La fraseología del español coloquial de 1998). (Corpas Pastor, 2001: 23-24-25).
La fraseología y sus límites. La fraseología trata la formación, el funcionamiento y el desarrollo del lenguaje, fenómenos determinados no sólo por reglas libres del sistema lingüístico, sino también por todas esas estructuras prefabricadas. Sin embargo, tanto el término fraseología como los fenómenos léxicos que indica son objeto de controversia. De hecho los lingüistas no se ponen de acuerdo en cuanto al término general más apropiado ni tampoco sobre la clasificación de los fenómenos, y esto provoca una proliferación tanto terminológica como de clasificación que constituye uno de los problemas principales de esta disciplina. (Corpas Pastor, 1996: 14-15) En cuanto a su definición, la que pone más de acuerdo las distintas opiniones es esa del DRAE, a pesar de ser un diccionario general de la lengua y no especializado en lingüística, que considera la fraseología en su acepción tercera como «Conjunto de frases hechas, locuciones figuradas, metáforas y comparaciones fijadas, modismos y refranes, existentes en una lengua, en el uso individual o en el de algún grupo». (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Por lo que concierne la denominación de los distintos tipos de combinaciones de palabras, existe una gran disparidad en cuanto al término más apropiado que los abarque todos. Entre las diferentes opciones terminológicas propuestas, la tendencia principal es optar por la denominación unidad fraseológica (UF).
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Con esta denominación se indican esas “unidades léxicas formadas por más de dos palabras gráficas en su límite inferior, cuyo lìmite superior se sitúa en el nivel de la oración compuesta” (Corpas Pastor, 1996: 20). Además, dichas unidades se caracterizan por cuatro factores fundamentales: 1)
por su alta frecuencia de uso y de coaparición de sus elementos
integrantes. A una mayor frecuencia de uso y coaparición de una dada combinación corresponde una mayor posibilidad de consolidarse como expresión fija, o sea a una mayor institucionalización; 2)
por su institucionalización (llamada también convencionalización
o reproducibilidad), entendida en términos de fijación
y especialización
semántica. Se trata de dos aspectos interrelacionados, pues la fijación formal (arbitraria y establecida por el uso, que podemos definir como esa «propiedad que tienen ciertas expresiones de ser reproducidas en el hablar como combinaciones previamente hechas») determina el cambio semántico; 3)
por su idiomaticidad, que constituye el rasgo esencial de las UFS
y por la cual el significado total de una unidad no se deduce del significado aislado de cada uno de los elementos que la componen. Eso depende de la coexistencia en las unidades fraseológicas de dos tipos de significado denotativo: un significado denotativo literal y otro figurativo o traslaticio, es decir idiomático, que es el responsable de la idiomaticidad que presentan la mayor parte del las UFS; 4)
por el grado en el que se producen todas estas características en
los distintos tipos. (Corpas Pastor, 1996: 20-31)
Distintos estudios en el ámbito de la fraseología española. Mientras que a la lingüística rusa se le atribuye el papel de pionera en la investigación de la fraseología, la aproximación, y sobre todo la incorporación, al tema por parte de la lingüística española ha sido más tardía. A la hora de analizar las principales aportaciones teóricas de la fraseología española, hay que empezar por la obra clave de J. Casares, el primero que abordó en español el problema de las unidades fraseológicas. Seguidamente, es fundamental abordar la concepción de A. Zuluaga, cuya influencia es decisiva en el desarrollo de la
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fraseología española. Y por último, es necesario completar el analisis de la realidad fraseológica española con la aportación de G. C. Pastor.
J. Casares. En 1950 vio la luz la obra de Casares Introducción a la lexicografía moderna, cuyos capítulos trataban temas como las locuciones, frases proverbiales, refranes y modismos. Después de ocho años fue traducida en ruso y eso representaba la prueba de la relevancia de la obra de Casares, sobre todo para la fraseología, dado que de hecho constituye la única obra representativa de la fraseología de Europa Occidental de los años 50 y que siguió conservando esta relevancia durante muchos años. (Weinreich, [1969] 1980: 210) También Zuluaga subraya el valor original del trabajo de Casares considerándola “la primera clasificación global, que conocemos, de las expresiones fijas”. (Zuluaga, 1980: 54) El principal objetivo de la investigación de Casares consiste en establecer delimitaciones en cuanto a las distintas categorías que forman parte del ámbito de la fraseología, distinguiendo en tres grandes clases de unidades pluriverbales: las locuciones, los refranes y las frases proverbiales. Según Casares, una locución es una “combinación estable de dos o más términos, que funciona como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifica, sin más, como una suma del sognificado normal de los componentes” (Casares, 1950: 170). Además ragrupa las locuciones en dos bloques: -
locuciones significantes, o sea aquellas cuyos componentes
presentan una unidad conceptual, un significado conjunto semánticamente claro, y que se dividen en locuciones nominales, adjetivales, verbales, participiales, adverbiales, pronominales y exclamativas; -
locuciones conexivas, o sea palabras gramaticales vacías de
contenido semántico que tienen el papel de conectar elementos oracionales y que se dividen en conjuntivas y prepositivas. En cuanto a los refranes, Casares los considera oraciones completas que formulan, de forma abstracta, una verdad universal y que no constituyen una unidad conceptual, es decir es difícil reducir su significado a un solo concepto.
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Entre las locuciones por un lado, y los refranes por el otro, el autor sitúa una zona intermedia formada por las frases proverbiales, unidades pluriverbales que se asemejan tanto a las locuciones como a los refranes pero que, al mismo tiempo, tienen rasgos que las diferencian de una y de la otra categoría. Casares opina que la frase proverbial (Casares, 1950: 190)
siempre es algo que se dijo o se escribió, y su uso en la lengua tiene el carácter de una cita, de una recordación , de algo que se trae a cuento ante una situación que en algún modo se asemeja a la que dio origen al dicho. Su valor expresivo no está en las imágenes que pueda contener, cosa que es esencial en las locuciones significantes, sino en el paralelismo que se establece entre el momento actual y otro pretérito, evocado con determinadas palabras.
Con estas palabras, el lexicógrafo español nos presenta las peculiaridades tanto de las frases proverbiales como de las locuciones: la frase proverbial no intenta cumplir una función denominativa sino que pretende ejemplificar una situación con otra que ya ha ocurrido, a diferencia de la locución cuya función es la conceptualización de la realidad y que por eso contien una imagen esencial. Además la frase proverbial es autónoma desde el punto de vista léxico y sintáctico, es decir que no necesita el soporte de otros elementos oracionales para expresar su significado, a diferencia de las locuciones. Por lo que concierne la diferencia entre frase proverbial y refrán, para Casares depende sobre todo de la intención del hablante, o sea de la presencia o no de una intención didáctica que constituye la característica esencial de los refranes. El refrán nace con esta intención, se construye de una manera estudiada y artificiosa, y lo que enseña tiene que ser almacenado en la memoria y utilizado en el momento oportuno. Por otro lado, la frase porverbial tiene un origen espontáneo y, como la locución, es el resultado de un uso frecuente. Otra y última diferencia es que los refranes presentan un carácter universal, mientras que las frases proverbiales caracterizan los pueblos que les dieron origen. (Casares, 1950: 196)
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A. Zuluaga. La obra de Zuluaga Introducción al estudio de las expresiones fijas de 1980 constituye esa continuidad y al mismo tiempo reformulación de la investigación de Casares, y eso a pesar de que existan otros estudios cronológicamente más cercanos. Al hablar de expresiones fijas o unidades fraseológicas, Zuluaga se refiere a esas unidades que comprenden desde combinaciones de al menos dos palabras hasta combinaciones formadas por oraciones completas, cuyos elementos constitutivos están sintácticamente interrelacionados. En
primer lugar
Zuluaga subraya
la importancia del
concepto
de
reproducibilidad al considerarla “el factor constitutivo de las unidades fraseológicas” (Zuluaga, 1980: 95) y opina que la reproducción lleva
a la fijación de la expresión en una forma determinada, quedando excluidas por la norma lingüística social otras formas que, según el sistema, también serían (y pueden seguir siendo) posibles.
Las expresiones fijas, pues, no son producidas en cada acto de habla, sino “reproducidas”, repetidas en bloque; pertenecen al acervo lingüístico del hablante que las aprende y las utiliza sin alterarlas. Otro rasgo distintivo de las UFS es la idiomaticidad, que Zuluaga define como:
el rasgo semántico propio de ciertas construcciones lingüísticas fijas, cuyo sentido non puede establecerse a partir de los significados de sus elementos componentes ni de su combinación. (Zuluaga, 1980: 122) Zuluaga realiza una doble clasificación de las unidades fraseológicas según los rasgos de su estructura interna por un lado, y de su valor semántico-funcional, en cuanto empleadas como unidades en el discurso, por otro. Basándose en los conceptos de fijación e idiomaticidad como rasgos internos de las UFS y en el diferente grado de manifestación que pueden presentar, Zuluaga clasifica las unidades fraseológicas en tres categorías distintas: -
unidades fraseológicas fijas no idiomáticas, es decir aquellas que
no tienen alguna peculiaridad semántica relacionada con la idiomaticidad; cuyo
unidades semiidiomáticas, o sea combinaciones fraseológicas
significado
metafórico
o
metonímico
convencionalizado de la UF; 12
sustenta
el
significado
-
unidades idiomáticas, eso es expresiones fijas en las que al menos
uno de los componentes no es autónomo desde el punto de vista semántico. Desde el punto de vista del valor semántico-funcional, distingue dos grandes grupos de expresiones fijas: los enunciados fraseológicos , que son expresiones fijas capaces de constituir por sí mismas enunciados completos (como los clichés, las fórmulas y los dichos que forman parte de las “frases” y los refranes que pertenecen a la clase de los “textos”); y las locuciones, que necesitan combinarse con otros elementos para poder constituir un enunciado completo (siguiendo la idea de Casares). Las locuciones se articulan en (Corpas Pastor, 1996: 42): -
instrumentos gramaticales, es decir las locuciones prepositivas,
conjuntivas y elativas; -
unidades léxicas, que son las locuciones nominales, adnominales,
adverbials y también verbales; -
sintagmas, representados por las locuciones verbales.
Esta clasificación de las locuciones tiene muchas similitudes con el esquema de Casares; las diferencias se reducen a la sola introducción de las llamadas locuciones elativas, que funcionan como instrumentos relacionales que intensifican lexemas (por ejemplo, la locución como un cosaco puede elativizar al verbo beber). (Corpas Pastor, 1996: 43)
G. Corpas Pastor: una nueva concepción de la fraseología. Desde el trabajo de Zuluaga hasta el año de aparición de la obra de Corpas Pastor pasan quince años. En 1996 sale a la luz el Manual de Fraseología Española, cuya realización nos enseña que los años de pausa no fueron totalmente vacíos. Al contrario, esta obra es la prueba de que el tema tratado interesa a mucha gente, por lo que se presenta como punto de partida para la investigación, e incluso en la actualidad, a pesar de que sean pasados otros quince años, el manual de Corpas Pastor sigue siendo un libro de referencia en el ámbito de la fraseología española. Para entender la clasificación de las unidades fraseológicas realizadas por Corpas Pastor, es necesario tomar en consideración el concepto de enunciado, o sea “una unidad de comunicación mínima, producto de un acto de habla, que corresponde
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generalmente a una oración simple o compuesta, pero que también puede constar de un sintagma o una palabra” (Zuluaga, 1980: 191) De acuerdo con este criterio, la autora distingue el horizonte fraseológico en dos grupos de UFS: aquellas que no son enunciados completos y aquellas que si que lo son. Por un lado, el primer grupo incluye aquellas UFS que no constituyen actos de habla, es decir que necesitan combinarse con otros signos lingüísticos para desarrollar sus funciones, y está formado por dos esferas: las colocaciones (enunciados no completos fijados sólo en la norma) y las locuciones (sintagmas del sistema). Por otro lado, el tercer grupo coincide con aquellas UFS que forman parte del acervo socio-cultural de los hablantes y que se caracterizan por estar fijadas en el habla y por ser actos de habla realizados por enunciados completos, que la autora llama enunciados fraseológicos. (Corpas Pastor, 1996: 51) Además, la autora analiza las características de las unidades fraseológicas, o sea la fijación y la idiomaticidad, resultados de la alta frecuencia de coaparición de sus componentes y de uso en general. De hecho, según Corpas Pastor una UF nace cuando una construcción libre, usada en una determinada situación, está repetida por los hablantes como una combinación ya existente. Y todo eso depende de cuanto alta es la frecuencia de su aparición: a una mayor frecuencia corresponde una mayor posibilidad de que la combinación se convierta en una expresión fija. Este proceso de institucionalización provoca la sucesiva pérdida de la autonomía componencial y la especialización semántica. (Corpas Pastor, 1996: 24-25) En cuanto al concepto de fijación, Corpas Pastor subraya su carácter relativo: fijación no significa “congelación” de una unidad fraseológica, dado que muchas UFS admiten algunas variaciones de sus componentes que no van a alterar el significado general y que no determinan la pérdida de su “personalidad”. Eso quiere decir que con un alto grado de fijación y de idiomaticidad es posible que los hablantes reconozcan las modificaciones que puede presentar una UF. Sin embargo, no todas las UFS presentan el mismo grado de fijación formal y semántica, así que se habla del distinto grado con el que se manifestan los dos rasgos en las unidades fraseológicas.
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Cap铆tulo II La clasificaci贸n de las UFS de Gloria Corpas Pastor: tres esferas
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Primera esfera: las colocaciones. Las colocaciones son definidas por Corpas como:
unidades fraseológicas que, desde el punto de vista del sistema de la lengua, son sintagmas completamente libres, generados a partir de reglas, pero que, al mismo tiempo, presentan cierto grado de restricción combinatoria determinada por el uso (cierta fijación interna). (Corpas Pastor, 1996: 53) Al igual que las locuciones, no constituyen, por sí mismas, actos de habla ni enunciados, pero a diferencia de éstas son unidades estables, “prefabricadas” en la norma y no en el sistema, ya que presentan restricciones de combinación establecidas por el uso, generalmente de base semántica. Es el colocado autónomo semánticamente (la base) que elige el colocativo y además selecciona en éste una acepción específica. En base a la categoría gramatical y a la relación sintácticas existentes entre los colocados, la autora establece una clasificación de los distintos tipos de colocaciones (Corpas Pastor, 1996: 67-76): 1)
verbo + sustantivo (objeto): en este tipo de colocaciones, los
verbos, en cuanto colocativos, tienen extensiones colocacionales que varian desde prácticamente ilimitados a prácticamente fijos, con categorías intermedias. En el primer caso, se trata de colocaciones formadas por un colocativo y una base pertenecientes al mismos campo semántico (desempeñar un cargo/una función/un papel). En el caso opuesto, se encuentran colocaciones cuyas bases tienen posibilidades de combinación bastante limitadas, como por ejemplo acariciar una idea y no *tocar una idea. Por último, en los casos intermedios se halla un grupo de colocaciones formadas por un verbo delexicalizado y un sostantivo, generalmente deverbal. 2)
adjetivo + sustantivo: los adjetivos, en cuanto colocativos,
implican las bases con las que se combinan y las intensifican. En muchos casos, el adjetivo colocativo puede ser compartido por distintos sustantivos pertenencientes a un mismo campo semántico (por ejemplo, el adjetivo fino puede combinarse con sustantivos que denotan sentidos, como oído, vista u olfato). Además existen colocaciones formadas por dos sustantivos, donde uno actúa como adjetivo y modifica al otro (ej. visita relámpago).
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3)
sustantivo (sujeto) + verbo: el verbo denota una acción cumplida
por la persona o cosa designada por el sustantivo (correr un rumor, estallar una guerra, zarpar un barco). Dentro de este grupo se colocan también las construcciones pronominales impersonales españolas, como declararse una epidemia, desatarse una palémica. 4)
sustantivo + preposición + sustantivo: el primer sustantivo, que es
el colocativo, indica una unidad o un grupo al que pertenece una entidad más pequeña o un individuo, representados por el otro sustantivo (base o colocado). Algunos ejemplos son una rebanada de pan, una pastilla de jabón, una talbeta de chocolate, un diente de ajo. 5)
verbo + adverbio: se trata de adverbios de modo y de intensidad,
como en las colocaciones desear ferventemente, felicitar elusivamente, caer pesatamente. 6)
adjetivo + adverbio: se incluyen colocaciones de participio en
función adjetival (la base) y adverbio (el colocativo), donde el adverbio pertenece a las mismas clases de aquellos del grupo anterior (ej. profundamente dormido, estrechamente ligado).
Segunda esfera: las locuciones. Corpas Pastor define las locuciones como “unidades fraseológicas del sistema de la lengua con los siguientes rasgos distintivos: fijación interna, unidad de significado y fijación externa pasemática” y opina que “no constituyen enunciados completos, y, generalmente, funciona como elementos oracionales” (Corpas, 1996: 88). La autora se apoya en la definición de Casares que define la locución como
combinación estable de dos o más términos, que funciona como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifica, sin más, como una suma del sognificado normal de los componentes. (Casares, 1992 [1950]: 170)
Las locuciones se diferencian tanto de las combinaciones libres de palabras como de los compuestos. Los criterios que determinan el deslinde entre locuciones y combinaciones libres son la institucionalización, la estabilidad sintáctico-semántica y la función denominativa. 17
Entre estas caracteríticas, la estabilidad es esencial para efectuar esta distinción. Con esta definición se hace referencia tanto a los aspectos léxico-sintácticos como a los morfosintácticos. En cuanto a la cohesión semántica de las lucuciones, esta se refleja en el carácter de unidad de significación en la lengua que tienen estas unidades, sea el significado compositivo (sano y salvo,’loc. sin lesión, enfermedad o peligro, DRAE ) o traslaticio (meterse en camisa de once varas, ‘fam. inmiscuirse en lo que no nos incumbe o no entendemos’, Diccionario actual de la lengua española, 1990 [DALE]). El criterio semántico está interrelacionado con la cohesión morfosintáctica, que consiste no sólo en la estabilidad formal de las locuciones, sino también en su integridad, y que se comprueba con una serie de pruebas y operaciones formales. Las principales pruebas son la siguientes (Corpas Pastor, 1996: 90): -
Sustitución: es la prueba más importante que consiste en sustituir
uno de los elementos constituyentes de la unidad por un sinónimo, un hipónimo o un hiperónimo, y que da lugar a una secuencia gramatical posible pero que no respeta la cohesión semántica de la locución original (por ejemplo, «de obsérvame y no me toques» en lugar de de mírame y no me toques, que quiere decir ‘frágil, débil; muy vistoso’, Fraseología española en su contexto, 1975 [FEESC] ). -
Eliminación/adición: se suprime uno de los constituyentes, de
manera que la secuencia sea gramatical pero con otro significado (por ejemplo, matar dos pájaros de un tiro frente a «matar pájaros de un tiro»), o se añade otro elemento («matar dos pájaros blancos de un tiro»). -
Deficiencias transformativas: el criterio de imposibilidad de
reordenación de los elementos integrantes (por ejemplo, «dar liebre por gato» en lugar de dar gato por liebre) o el cambio de árticulos estirar la pata frente a «estirar una pata»). El asunto resulta más complicado a la hora de comparar las locuciones con los compuestos, debido a una confusión de límites derivada de las similitudes existentes entre dichas unidades léxicas. En los estudios de composición de palabras se consideran las locuciones como un tipo más de compuesto, mientras que en el ámbito de la fraseología sí que se separan unos fenómenos de otros y se utilizan criterios de carácter semántico, morfosintáctico, acentual y ortográfico.
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Corpas Pastor concluye el asunto con esta cita:
Por razones prácticas, y ante la falta de criterios adecuados que permitan deslindar claramente los compuestos sintagmáticos (sin unión ortográfica) de las locuciones, hemos decidido considerar compuestos a todas aquellas unidades léxicas formadas por la unión gráfica (y acentual) de dos o má bases; y locuciones, a aquellas unidades que, presentando un grado semejante de cohesión interna, no maestra unión ortográfica. (Corpas Pastor, 1996: 93)
En cuanto a la clasificación de las locuciones, Corpas las divide según la función oracional que desempeñan y habla de: 1) locuciones nominales, 2) adjetivas, 3) adverbiales, 4) verbales, 5) prepositivas, 6) conjuntivas y 7) clausales. (Corpas Pastor, 1996: 94-110) 1) Las locuciones nominales están formadas por sintagmas nominales de diferente complejidad; los modelos sintácticos más frecuentes son los formados por sustantivo + adjetivo y por sustantivo + preposición + sustantivo. Al primer tipo pertenecen ejemplos como: vacas flacas (‘Periodo de escasez, de penuria’, Larousse Diccionario práctico de locuciones, 1993 [LDPL]); golpe bajo (‘(inf.) Acción que completa la de matar o qrruinar a alguien’, Diccionario fraseológico del español moderno, 1994 [DFEM]); mosquita/mosca muerta (‘Se aplica a la persona que encubre mala intención o malignidad bajo una apariencia de persona mansa o inofensiva’, Diccionario del uso del español, 1988 [DUE]); mala uva (‘fig. y fam. Mal genio, mala intención’, DALE). El segundo tipo incluye casos como: cero a la izquierda (‘(inf.) Una nulidad, persona que desempeña un papel irrelevante’, DFEM); alma de cántaro (‘Persona falta de discreción y sensibilidad’, DALE); cuesta de enero (‘Período de dificultades económicas que coincide con este mes a consecuencia de los gastos extraordinarios hechos durante las fiestas de Navidad’, DRAE); cortina de humo (‘Masa de humo que sirve para ocultarse del enemigo; fig., acción, gesto, etc., para distraer la atención de otro’, DALE). Otro caso de locución nominal es eso formado por dos sustantivos (ocasionalmente dos verbos) unidos por la conjunción y: la flor y nata (‘Lo mejor y más selecto’, LDPL), santo y seña (‘Contraseña que sirve a los centinelas para identificar a las personas que se acercan al puesto de guardia’, Gran Diccionario de la lengua española, 1991 [1985] [GDLE]).
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2) Las locuciones adjetivas poseen la misma función oracional de los adjetivos, es decir de atribución y de predicación. En la mayoría de los casos están formadas por un sintagma adjetivo constituido por un adjetivo/participio + preposición + sustantivo, como listo de manos (‘loc. fig. y fam. Diestro en hurtar o en sacar provecho ilícito de un cargo’, DRAE); corto de medios (‘loc. Escaso de caudal’, DRAE); limpio de polvo y paja (‘neto; descontado todo lo secundario; claro’, FEESC); o por dos adjetivos unidos por la conjunción y, como sano y salvo y corriente y moliente (‘totalmente común u ordinario’, GDLE). Otro tipo de locuciones adjetivas son aquellas que se construyen sobre la base de una comparación estereotipada, o sea mediante el adverbio como entre el adjetivo y el sustantivo, o bien por medio del morfema discontinuo del comparativo de superioridad más… que. Algunos ejemplos son blanco como la pared (o más blanco que la pared), fuerte como un toro (o más fuerte de un toro), más muerto que vivo (‘muy asustado, angustiado; muy fatigado; gravemente enfermo’, FEESC). Además Corpas distingue otro grupo de locuciones adjetivas formadas por un sintagma prepositivo, es decir una preposición (generalmente de) y su término correspondiente (con posible modificación): de baja estofa (‘(inf.) de ínfima clase, cualidad o categoría’, DFEM); de perros (‘Muy malo, muy riguroso y muy trabajoso’, DUE); de armas tomar (‘decidido, resuelto, (demasiado) atrevido, peligroso’, DFEM); de pelo en pecho (‘díc. de la persona vigorosa y denodada’, DALE); de padre y muy señor mío (‘[superlativo] enorme, respetable’, FEESC). 3) Las locuciones adverbiales de la filología española generalmente son sintagmas prepositivos. En el DRAE podemos encontrar locuciones adverbiales como a bordo (‘En la embarcación’), a buen seguro (‘Ciertamente, en verdad’), a la vez (‘A un tiempo, simultáneamente’), de improviso (‘Sin prevención ni previsión’). Se trata de un grupo de locuciones particularrmente abundante y rico que incluye unidades de distinta complejidad sintáctica. Otros ejemplos más son: a todas luces (‘Por qualquier lado o de qualquier manera se mire’, DUE); a la postre (‘A lo último, al fin’, DALE); con pelos y señales (‘Muy detalladamente’, DUE); a las claras (‘ con claridad’, GDLE); a la chita callando (‘de forma secreta o con mucho disimulo’, GDLE); con el corazón en la mano (‘con toda franqueza y sinceridad, DALE); con los brazos abiertos (‘Con agrado, con la mejor disposición’, LDPL); de par en par (‘(f.) [Referido a puertas y ventanas], abrir completamente’, DFEM); de Pascuas a Ramos (‘(inf.) Muy de vez en
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cuando, rarísima vez, con largos intervalos de tiempo’, DFEM); al pie de la letra (‘Literalmente’, DUE); de golpe y porrazo (‘de pronto, súbitamente’, LDPL). Por lo que concierne el aspecto semántico, este tipo de locuciones expresan valores referenciales distintos, en particular el modo (de tapadillo, ‘(inf.) A escondidas, en secreto, con disimulo’, DFEM), la cantidad (a espuertas, ‘(f.) En abundancia, DFEM), la localización en el tiempo (a ratos, ‘a veces con intervalos’, FEESC) y la localización en el espacio (al lado, ‘Muy cerca, en la inmediata proximidad’, LDPL). Además, a menudo se encuentran locuciones adverbiales plurifuncionales, cuyo valor referencial no está definido y que tienen la función de complemento circunstancial, o bien modifican a un sustantivo, como en el caso de a raudales (‘con mucha abundancia’, GDLE). Otro grupo de locuciones adverbiales está representado por esas UFS cuyo núcleo es un adverbio, como aquí mismo (‘(fig. e inf.) Muy cerca de aquí’, DUE); más tarde o más temprano (‘se aplica a sucesos ocurrirán inevitablemente aunque no se sepa cuando’, GDLE); más y más (‘cada vez más’, GDLE); y más de la cuenta (‘demasiado’, GDLE). Un tercer tipo de locuciones adverbiales está formado sintagmas sustantivos como patas arriba (‘Desordenatamente, colocando arriba lo que debe estar debajo’, LDPL); boca con boca (‘loc. adv. Estando muy juntos’, DRAE); gota a gota (‘poco a poco’, DALE); y punto por punto (‘fig., expresa el modo de referir una cosa muy por menor y sin omitir circunstancias’, DALE). 4)
Las locuciones verbales se caracterizan por una gran variedad
morfosintáctica. Por ejemplo, a veces pueden darse binomios formados por dos núcleos verbales unidos por conjunción, del tipo nadar y guardar la ropa, ir y venir [en] (‘fr. Fig. y fam. Insistir en ella [= una cosa], dándole vueltas en la imaginación’, DRAE); llevar y traer (‘fr. Fig. y fam. Andar en chismes y cuentos’, DRAE); o dar y tomar (‘discutir, altercar, o bien, en equitación, aflojar y tirar alternativamente de las riendas’, DALE). Otro tipo de locuciones verbales son aquellas formadas por un verbo y un pronombre, como cargársela (‘(inf.) Recibir un gran castigo’, DFEM), y diñarla (‘fam. loc. morirse’, GDLE); por un verbo, pronombre y partícula, como tomarla con (alguien/algo) (‘Profesarle antipatía, buscar continuamente la ocasión de reñir, reprender, perjudicar, etc.’, LDPL); o simplemente por un verbo + partícula asociada a éste, del tipo dar de sí (‘Extenderse, ensancharse. Producir beneficios. Dar rendimento 21
una persona o cosa’, LDPL), dar sobre (alguien) (‘fr. Acometerle con furia’, DRAE), dar tras (alguien) (‘fr. Fam. Perseguirle, acosarle con furia o griterío’, DRAE). Sin embargo, son muy frecuentes locuciones verbales que poseen una estructura sintáctica más compleja, formadas por ejemplo por verbo copulativo + atributo, como ser el vivo retrato de alguien (‘fr. Fig. Parecérsele mucho’, DRAE), ser la monda (‘(inf.) Ser algo fuera de lo corriente’, acepción 1; ‘[Expresión enfática] ser ridículo’, acepción 2, DFEM); por verbo + complemento circunstancial, como dormir como un tronco (‘Dormir profundamente, sin que nada perturbe el sueño’, LDPL), meter a alguien en cintura (‘fr. Fig. y fam. Hacerle entrar en razón’, Diccionario ideológico de la lengua española, 1992 [1959] [DILE]); por verbo + supplemento, como oler a cuerno quemado (‘oler mal, sentar mal; poner nervioso; ser sospechoso’, FEESC); y por verbo + objeto directo con complemento opcional, del tipo costar un ojo de la cara (‘Tener un precio muy elevado’, LDPL), tomar las de Villadiego (‘ausentarse de un lugar para huir de algún riesgo’, GDLE), chuparse el dedo (‘Ser o fingirse simple, incapaz para comprender algo’, LDPL), mover/resolver cielo y tierra (‘fr. fig. y fam. Solicitar con suma diligencia la ayuda de cuantos pueden cooperar al logro de una cosa’, DILE), poner al alguien como chupa de dómine (‘(inf.) Insultar, reprender a alguien con dureza’, DFEM), dar cien vueltas a alguien (‘aventajarle muche’, DALE), tirarse los trastos a la cabeza (‘discutir violentemente, pelearse y reñir’, GDLE), nombrar la soga en casa del ahorcado (‘(f.) Suscitar la memoria de algo que avergüence o moleste a alguien que está presente’, DFEM), entre otros. Por último, cabe precisar que gran parte de estas última locuciones suele tener fijación fraseológica en negativo, como en no tener vuelta de hoja (‘Ser clara e indiscutible [una cosa]’, DUE), no tener dos dedos de frente (‘ser de poco entendimiento’, LDPL), no tener un pelo de tonto (‘(f.) Ser listo’, DFEM), no saber de la misa la media (‘creer saber u/c ignorándola’, FEESC), no pegar ojo (‘no poder dormir en toda la noche’, DALE), no poder ver ni en pintura a alguien (‘Odiarlo, tenerle antipatía o aversión’, DUE), no saber a que carta quedarse (‘loc. fam. Estar indeciso en el juicio o en la resolución que se ha de tomar’, DRAE), no irle ni venirle nada algo a alguien (‘No importarle’, DUE), y no tener oficio ni beneficio (‘No desempeñar ningún trabajo, no tener un medio de vida’, LDPL). 5) Las locuciones prepositivas están formadas por un adverbio (o sustantivo adverbializado) + un preposición o bien un sustantivo (o dos coordinados) seguido por una preposición y, en algunos casos, precedidos por otra. Alarcos Llorach opina que 22
existen dos tipos de unidades de esta clase: las que están constituidas por un adverbio que puede funcionar de manera independiente (encima de, delante de, etc.); y otras que que necesitan siempre un elemento que las especifique, como a causa de, con arreglo a, etc. (Alarcos Llorach, 1995 [1994]: 215). En las locuciones de este ultimo subgrupo, los elementos iniciales no pueden funcionar como adverbios autónomos, como podemos observar en otros ejemplos más: gracias a (‘loc. prepos. Por intervención de, por causa de, una persona o una cosa’, DRAE); con objeto de (‘Para’, DUE); en torno a (‘lo, prepos. alrededor’, DRAE); y con vistas a (‘loc. prepos. Con finalidad de, con el propósito de’, DRAE). 6) Las locuciones conjuntivas pueden ser coordinantes o subordinantes. Entre las coordinantes encontramos las conjunctivas disyuntivas, como ora… ora (‘conj. (Aféresis de ‘ahora’) Tiene valor distributivo; se emplea delante de cada miembro, en frases literarias’, GDLE), ya… ya (‘conj. Con valor distributivo y antepuesto a cada uno de los términos de una alternativa, indica que ambos conducen a la misma consecuencia’, GDLE); y las adversativas, como antes bien (‘equivale a «sino que» u otra conjunción adversativa y expresa algo que se opone a lo dicho en una oración negativa anterior’, DUE) o más que (‘loc. conjunt. sino, denotando idea de excepción’, DRAE). En cuanto a las conjuntivas subordinantes, se trata de locuciones que en la mayoría de los casos introducen cláusulas finitas, como con tal de que (‘loc. conjunt. condic. En el caso de o de que, con la precisa condición de o de que’, DRAE) y por… que (‘Expresión concesiva […] Aunque’, DUE), mientras tanto (‘loc. adv. t. entre tanto’, DRAE), según y como (‘loc. conjunt. De igual suerte o manera que’, DRAE), tan pronto como (‘Enseguida de’, DUE), o para que (equivalente a a fin de que, según el DUE). Las locuciones conjuntivas pueden presentar incluso valores condicionales, como siempre que, siempre y cuando (‘Expresiones condicionales equivalentes a «si»’, DUE); concesivos, como aun cuando (‘Equivale exactamente a «aunque»’, DUE); causales, del tipo dado que; consecutivos, como así que (‘«De modo que». Sirve de conjunción consecutiva, expresando que la oración que afecta es consecuencia de algo dichi antes’, DUE); finales, como a fin de que, a que; modales, por ejemplo según y conforme (‘loc. conjunt. según y como’, DRAE); comparativos, como así… como (‘Expresión comparativa’, DUE); y temporales, del tipo a medida que (‘Según’, DUE).
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Finalmente, se deben incluir en esta categoría de locuciones aquellas que desempeñan la función de relacionar párrafos, oraciones o fragmentos de estas, como a fin de cruenta (‘En fin, al fin y al cabo’, DUE), sin embargo (‘(f.) [Locución adversativa] no obstante, a pesar de ello’, DFEM), con todo (‘loc. conjunt. No obstante, sin embargo’, DRAE), y al fin y al cabo (‘expresión con que se introduce una cierta oposición a lo que se está diciendo, pero que también sirve para apoyarlo’, GDLE). 7) Por último, las locuciones clausales forman una clase nueva e incluyen “locuciones de diversa índole formadas por varios sintagmas, de los cuales al menos uno de ellos es verbal” (Corpas Pastor, 1996: 109). Además, se trata de locuciones que no constituyen enunciados completos dado que “(a) necesitan actualizar algún actante en el discurso en el cual se insertan o (b) son cláusulas finitas, restringidas a funcionar como elementos oracionales” (Corpas Pastor, 1996: 109). En cuanto al primer tipo (a), se trata de unidades a las cuales falta el objeto o el complemento de la expresión, como por ejemplo hacérsele a alguien la boca agua, revolvérsele a alguien las tripas (‘sentirse mal; sentir una gran repugnancia’, FEESC), caérsele a alguien el alma a los pies (‘Sentirse uno decepcionado, perder el ánimo’, LDPL), no llegarle a alguien la camisa al cuerpo (‘(inf.) Estar lleno de inquietud o temor’, DFEM), subírsele a alguien la sangre a la cabeza (‘alterarse, airlarse’, FEESC), írsele a alguien el santo al cielo (fr. fig. y fam. Olvidársele lo que iba a decir o lo que tenía que hacer’, DRAE), antojársele/hacérsele a alguien los dedos huéspedes (‘hacerse ilusiones imposibles’, FEESC), llevarle a alguien los demonios (‘Encolerizarse’, DUE), salirle a alguien el tiro por la culata (‘Recibir un daño cuando pensaba causarlo u obtener un beneficio’, DUE), y caérsele a alguien la cara de vergüenza (‘Sentirse extraordinariamente avergonzado’, DUE). El segundo grupo (b) se refiere a aquellas locuciones que están formadas por cláusulas enteras y que no son independientes en el texto, del tipo como quien dice (‘(f.) Aproximadamente, más o menos, casi’, DFEM), como quien oye llover (‘sin hacer caso de lo que oye u ocurre’, GDLE), como Dios le da a alguien a entender (‘Arreglándose como uno puede’, DUE), como Dios manda (‘Como es debido’, LDPL).
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Tercera esfera: los enunciados fraseológicos. Corpas Pastor define las UFS de la tercera esfera como “enunciados completos en sí mismas, que se caracterizan por constituir actos de habla y por presentar fijación interna (material y de contenido) y externa” (Corpas Pastor, 1996: 132). Dentro de los enunciados fraseológicos, se hallan dos grupos: las paremias y las fórmulas rutinarias. Las primeras tienen un significado referencial, mientras que en las segundas el sognificado es de tipo social y expresivo. Además, las paremias son unidades autónomas desde el punto de vista textual, a diferencia de las fórmulas que dependen de situaciones y circunstancias efectivas. Sin embargo, se trata de un grupo heterogéneo y el deslinde entre unas unidades y otras no es claro. Existe una subclase de paremias, o sea los enunciados de valor específico, que presenta una serie de características que impiden incluirlos de lleno en esta categoría. De hecho, son unidades que desde un punto de vista semántico y pragmático tienen más que ver con las locuciones que con lo refranes. Por otro lado, los enunciados específicos se identifican mucho con las frases proverbiales de las que se habló Casares, señalando su dificultad de atribución clasificatoria. En cuanto a las fórmulas rutinarias, existen algunas de estas unidades que por sus características podrían ser confundidas con locuciones, como formulas del tipo ¡Buenos días! o ¡Buena suerte!. Por lo que concierne la distinción entre paremias y locuciones, la situación es aun más complicada; no en vano, muchas locuciones proceden de algunas paremias, y viceversa existen paremias que se han originado de locuciones, aunque en menor medida. No obstante, y a pesar de los aspectos comunes a las dos clases de UFS, Corpas identifica algunas peculiaridades básicas para diferenciarlas, como (Corpas Pastor, 1996: 134-135): -
el alto grado de generalidad típico de las paremias por un lado, y
la referencia a situaciones concretas de las locuciones por otro; -
las paremias admiten sólo modificaciones de concordancia,
minestra que las locuciones “permiten certa transformaciones e inserciones, funzionando como elementos sintácticos de las oraciones en las cuales se integran” (Corpas Pastor, 1996: 134);
25
-
la pertenencia de las locuciones al sistema de la lengua por una
parte, y la fijación en el habla de las paremias por otra (en cuanto actos de habla pertenecientes al acervo socio-cultural de los hablantes). Además, la autora opta por el término paremia porque, en base a las distintas definiciones encontradas en los diccionarios generales de la lengua («Refrán, proverbio, adagio, sentencia», DRAE; «Sentencia o refrán», DUE; «Proverbio (sentencia). SIN. V. Refrán», DALE), ese término es sinónimo de refrán e hyperónimo de las subclases de este categoría (citas, lugares comunes, eslóganes, enunciados fraseológicos textuales). A propósito de los distintos subtipos de paremia, Corpas Pastor cita a Arnaud y los cinco criterios que según él, actuando como filtros, conducen a lo que denomina proverbes, considerándola como la paremia por excelencia. Los criterios son (Arnaud, 1991): -
Lexicalización.
-
Autonomía sintáctica.
-
Autonomía textual.
-
Valor de verdad general.
-
Carácter anónimo.
El requisito de la lexicalización está cumplido por toda unidad fraseológica, por definición. En cuanto al segundo, excluye todas aquellas unidades que necesitan unirse con otros elementos en el discurso; las únicas unidades que gozan de esta calidad son aquellas colocadas por Corpas Pastor en la tercera esfera. El tercer criterio indica otro tipo de independencia de las UFS, esa textual, y nos permite identificar a las paremias como unidades capaces de actuar como enunciados textuales. Dentro de la subclase de las paremias, el cuarto criterio distingue aquellas que además poseen un valor de verdad general, independientemente de la situación a la cual se refieren. Las otras que no cumplen este criterio, porque sin embargo representan enunciados fraseológicos textuales, toman el nombre de enunciados de valor específico. El quinto y último criterio va a separar, dentro de las paremias, a aquellas que tienen un carácter anónimo, o sea los refranes, de las que en cambio tienen un origen conocido (las citas). Algunos ejemplos de refrán son: Agua que no has de beber, déjala correr (‘Reprende la intromission en aquello que no nos concierne o ha dejado de concernirnos’, Espasa Diccionario de refranes, 1996 [EDR]); La ocasión hace al 26
ladrón (‘Significa que mucca veces se hacen cosas malas que no se habían pensado, por verse ne oportunidad para ejecutarlas’, Diccionario de refranes, 1995 [1993] [DR]); En domingo de Ramos, quien no estrena, no tiene manos (‘Es decir, no las tuvo para trabajar y obtener dinero necesario con que comprarse alguna prenda de estreno para ese día tan señalado’, EDR); Lo poco agrada, y lo mucho enfada (‘Enseña que todo, hasta lo más placentero, debe estar templado por la moderación para que no acabe por cansar’, EDR); A Dios rogando, y con el mazo dando (‘Frase con que se recomienda que no se abandone a la ayuda de otros lo que no puede hacerse por sí mismo’, DUE). (Corpas Pastor, 1996: 148-149) Cabe precisar que el protótipo de refrán presenta además otras peculiaridades adicionales, como un significado metafórico, particularidades fónicas, anomalías o particularidades en la estructura sintáctica, propósito didáctico y dogmático. Otro tipo de unidad que forma parte de la esfera de los enunciados fraseológicos, son los lugares comunes que se hallan en el extremo opuesto a los refranes prototípicos y a medio camino entre las paremias y las fórmulas rutinarias. Se trata de expresiones que comparten con lo refranes sólo las características básicas (y no aquellas adicionales) y con las citas el carácter denotativo literal. Finalmente, por lo que concierne al otro grupo de la tercera esfera, o sea las fórmulas rutinarias, se trata de “enunciados prefabricados, listos para ser utilizados – de forma más o menos obligatoria – en determinadas situaciones comunicativas” (Corpas Pastor, 1996: 175). Corpas Pastor hace una doble distinción: por un lado, distingue entre fórmulas discursivas y fórmulas psico-sociales y por otro, subdivide las últimas en fórmuals psico-ostensivas y las de la cortesía. Las fórmulas discursivas desempeñan funciones organizadoras del discurso y se dividen en: -
Fórmulas de apertura y cierre
-
Fórmulas de transición
A las fórmulas psico-sociales se les atribuye “funciones facilitadoras del desarrollo normal de la interacción social, o bien funciones de expresión del estado mental y los sentimientos del emisor” (Corpas Pastor, 1996: 192) y pueden ser: 1)
Expresivas: expresan la actitud y los sentimientos del emisor.
Algunos ejemplos: Con perdón, Perdone que le moleste, Lo siento [mucho] («fórmulas de disculpa»); A ver, Y tanto, Ya lo creo («fórmulas de 27
consentimiento»); De ninguna manera, No [te] creas, ¡Que no!, Qué va («fórmulas de recusación»); Muchas gracias, Muy agradable, [Que] Dios te (le, etc.) bendiga («fórmulas de agradecimiento»); De nada, Es un placer, No hay de qué («fórmulas de réplica»); Feliz Navidad, Suerte y al toro, Que aproveche, Y usted que lo vea, Que en paz descanse («fómulas para desear buena suerte»); ¡Qué mala suerte!, ¡Qué se le va a hacer! («fórmulas de solidaridad»); ¡A mí, plin!, ¿Y qué?, Con su (tu) pan se (te) lo coma (comas) («fórmulas de insolidaridad»); 2)
Comisivas: con las que el emisor se compromete a hacer algo en
el futuro para alguien o algo. Algunos ejemplos: Te/le doy mi palabra, ¡Palabra de honor! Palabrita de Niño Jesús, Cruz y raya («fórmulas para prometer»); ¡Te vas a acordar!, ¡Ya te arreglaré [yo]!, Ya me las pagarás (pagará, pagarán, etc.), Te vas (se va, van, etc) a enterar («fórmulas para a amenazar»); 3)
Directivas: expresan el objetivo de que el receptor haga algo. Por
ejemplo: ¡Al grano!, ¿En qué quedamos?, Cómprate un desierto y lo barres/ Cóomprate un bosque y te pierdes, Corta el rollo, Largo de aquí («fórmulas de exhortación»); Con su permiso, ¿Se puede?, ¿Qué pasa?, ¿Qué mosca te (le, os, etc) ha picado? («fórmulas de información»); No te pongas/se ponga así, No es para tanto («fórmulas de ánimo»); 4)
Asertivas: con las que el hablante declara verdadera una
información. Por ejemplo: Ni que decir tiene, Que me aspen si [no], Por mis muertos, Por mis siete hijos pelones («fórmulas de aseveración»); Parece mentira, Mira por dónde, ¡Habráse visto [cosa igual]!, Me cago en diez, ¡Tu/su madre/padre!, ¡Eso faltaba!, ¡Válgame Dios! («fórmulas emocionales»); 5)
Rituales: para saludar y despedirse. Se trata de unidades del tipo:
Buenos días, Buenas tardes, ¿Qué tal?, ¿Qué es de tu vida?, ¡Cómo tu por aquí! («fórmulas de saludo»); Hasta luego, Hasta después, Le saluda atentamente, [Ve/vaya (usted)/ Ande (anda)] con Dios («fórmulas de despedida»). (Corpas Pastor, 1996: 193-212)
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Capítulo III La traducción de la fraseología
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La fraseología comparada y el concepto de equivalencia. Como ya hemos dicho, en los años 60 se produjo un fenómeno llamado “giro léxico” que, entre otras consecuencias, llevó al establecimiento de la fraseología en general como disciplina propia e independiente. Gracias al advenimiento del análisis del discurso, a los pasos iniciales de la pragmática, al despertarse del interés hacia la adquisición y procesamiento del legnuaje, se descubrió la importancia del papel desempeñado por la componente léxica de las lenguas, en contraposición a la primacia que hasta entonces había ejercido la sintaxis. En particular, se puso en duda la supuesta libertad del hablante en la construcción del discurso, subrayando en cambio la estabilidad de las lenguas y la relevancia del “discurso prefabricado”. En este contexto, destacan las unidades fraseológicas que constituyen el modelo ejemplar de la repetición, la institucionalización, la fijación y la creatividad lingüística. Tras un primera fase de la fraseología, en la cual la disciplina tuvo como objetivo el de definir el concepto de UF e identificar los criterios de clasificación de los distintos tipos, se puso especial acento en el tema de las relaciones entre las UFS y otras unidades del sistema de las lenguas. (Corpas Pastor, 2003: 244-246) La fraseología comparada o contrastiva, que se afirma en los años noventa como consecuencia del desarrollo de la fraseología general, es una disciplina que se propone determinar las semejanzas y diferencias entre los sistemas fraseológicos de dos o más lenguas; o, mejor dicho, trata las relaciones existentes entre sus respectivos universos fraseológicos o frásicos, es decir las correspondencias que afectan una UF de una lengua y la unidad de la otra lengua con la cual se compara. Según Corpas Pastor, la fraseología comparada actúa en cuatro temas en particular (Corpas Pastor, 2003: 247-251): 1.
Grupos temáticos: destacan sobre todo los grupos a los que
pertenecen unidades formadas por componentes como denominaciones para el cuerpo humano o animal (somatismos), denominaciones de animales y colores. 2.
Universales fraseológicos: que se refieren a las regularidades
observables teniendo en cuenta la tipología estructural de las lenguas, dado que existe una relación proporcional entre el grado de “analiticidad” de una lengua y la regularidad de su sistema fraseológico. Los rasgos comunes a los distintos frásicos se dividen en tipos de universales: los universales fraseológicos propiamente dichos, como la presencia de palabras diacríticas, la formación de
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series, la existencia de variantes fraseológicas y distintos grados de idiomaticidad y restricción combinatoria; los universales léxico-fraseológicos, que incluyen las relaciones paradigmáticas de las UFS (hominimia, polisemia, sinonimia y antonimia); y los universales semántico-culturales, determinados extralingüísticamente, como las valoraciones negativas o la expresión de emociones intensas. 3.
Préstamos interlingüísticos: UFS que coinciden tanto en la forma
como en el contenido, es decir los llamados europeísmos, que pueden ser naturales o culturales, o bien una mezcla de ambos. El origen de los europeísmos naturales está en la observación del mundo circunstante: el comportamiento de los seres vivos, forma y función del cuerpo humano y animal, fenómenos naturales, etc. (por ejemplo: cortarle a uno las alas en español, tarpare le ali a qualcuno en italiano). En cuanto a los europeísmos culturales, derivan de fuentes comunes de la cultura europea, como las traducciones de la Biblia y los autores clásicos, las traducciones de obras maestras de la literatura, el folklore popular, etc. (como La caja de Pandora en español e Il vaso di Pandora en italiano). Por último, los europeísmos naturales-culturales se encuadran en ambos subtipos, dado que pertenecen al acervo cultural europeo y al mismo tiempo comparten una misma concepción de la realidad (como la expresión española ojo por ojo, diente por diente y esa italiana occhio per occhio, dente per dente). 4.
Correspondencias interlingüísticas: uno de los ejes centrales de la
fraseología comparada, o sea la búsqueda de correspondencias interlingüísticas o equivalentes fraseológicos. Tradicionalmente se habla de distintos grados de equivalencia, que va desde la equivalencia nula a la equivalencia total, pasando por diversos tipos de equivalencia parcial. Hablamos de equivalencia nula cuando la lengua meta (LM) no posee una UF correspondiente para una determinada unidad fraseológica de la lengua origen (UFO). En estos casos, el traductor no puede recurrir a la técnica de la sustitución y opta por la paráfrasis o por otros tipos de transferencia para expresar el mismo significado de la unidad, sin embargo pirdiendo las connotaciones correspondientes. (Corpas Pastor, 2003: 205-208) Por otro lado, la equivalencia total se da cuando dos unidades forman un traslema en todo momento, o sea cuando ambas se traducen mutuamente por medio de la técnica de la sustitución. Se trata de dos unidades que poseen el 31
mismo significado denotativo y connotativo, las mismas implicaturas convencionales, el mismo valor pragmático y similares connotaciones (restricciones diastráticas, diafásicas y diatópicas). Es un tipo de equivalencia raro que se da solo en el caso de europeísmos, calcos y fraseología denominativa y terminológica. En el análisis contrastivo entre italiano y español, otras fuentes comunes, en cuanto lenguas de dos sociedades católicas que gozan de la influencia del mundo griego y latino, son la religión (Essere un calvario y Ser un calvario, que aluden a la pasión de Jesús Cristo en el monte Calvario) y el mundo clásico (Essere il tallone di Achille y Ser el talón de Aquiles, que aluden al único punto vulnerable del héroe mitológico griego). (Zamora Muñoz, 1996: 88) Por lo que concierne a la equivalencia parcial, esta se produce cuando la unidad de la LO se traduce por otra unidad de la LM que presenta divergencias de significado denotativo o connotativo, o que pertenece a una variedad diferente (diastrática, diafásica, diatópica), o bien que no posee los valores expresivos del original. Este tipo de equivalencia es el más frecuente y difundido y, en el ámbito de la fraseología contrastiva del español y el italiano, se pueden distinguir distintos tipos de equivalencia parcial (Navarro, 2004: 10-11-12): -
cuando dos fraseologismos tienen una imagen y estructura
parecidas, igual significado denotativo pero algunas variaciones léxicas o semánticas (como poner/tener la cabeza como un bombo-fare/avere la testa come un pallone); -
en casos de ausencia/presencia del artículo (soñar con los ojos
abiertos-sognare ad occhi aperti), de divergencias entre el artículo determinado e indeterminado (ser el cabeza de turco-essere una testa di turco), o cuando el orden de las palabras que forman las dos unidades es distinto (darse en cuerpo y alma-darsi anima e corpo); -
cuando dos unidades tienen una forma igual o parecida y la
misma imagen, pero no la misma amplitud del significado, o sea una equivalencia semémica parcial (ser para/de chuparse los dedos-leccarsi le dita: ambas se utilizan para referirse a una comida suculenta, pero la italiana indica también una propuesta interesante); -
cuando dos fraseologismos no tienen grandes diferencias
morfosintácticas, misma imagen y mismo significado denotativo, pero una 32
de las dos presenta homonimia fraseológica (tener la cabeza en su sitioavere la testa a partito/avere la testa sul collo/avere la testa sulle spalle); -
cuando entre dos unidades se observan divergencias lexemáticas,
en la imagen y en el significado (buscar tres pies al gato-trovare cinque piedi al montone; tener la cabeza llena de pájaros-avere grilli per la testa); -
casos de equivalencia parcial debido a una divergencia léxica total
y anisomorfía estructural, a pesar de la correspondencia del significado fraseológico (no perder de vista-tenere d’occhio; creer algo a pie juntillascredere qualcosa a occhi chiusi; echar un cable a alguien-tendere la mano a qualcuno; etc) Finalmente, cabe considerar los casos de equivalencia aparente, o sea los llamados falsos amigos, que son combinaciones de ambas lenguas que tienen la misma estructura formal y la misma imagen, pero que difieren en cuanto al significado (por ejemplo dar una mano de/ dare una mano: el correspondiente más adecuado para la expresión italiana sería echar una mano, mientras que una de las opciones más frecuentes de aquella española es dar bofetadas). (Navarro, 2004: 13)
Parámetros de comparación interlingüística. Como hemos dicho, entre una UF de la LO y su correspondiente de la LM suelen mostrarse algunas divergencias en cuanto al contenido, la forma o la función. Sin embargo, estas diferencias se acentúan al pasar del plano del sistema de la lengua al plano textual y discursivo, donde la lengua se actualiza. De hecho, el análisis contrastivo tradicional se propone la atribución de “correspondencias” (UFO ≈ UFM) que, a la hora de pasar al plano real, no se pueden utilizar en condiciones similares; es decir, en base a sus condiciones de uso, frecuencia, contenido semántico, connotaciones e implicaturas, etc., incluso los supuestos casos de UFS totalmente equivalentes tienden a actualizarse como equivalentes parciales. De esta manera se ha llegado al concepto de equivalencia fraseológica funcional, basado en una serie de parámetros de comparación interlingüística cuya función es la de identificar las discrepancias entre la UF de la LO y su(s) unidad(es)
33
correspondiente(s) en la LM y, por consiguiente, establecer el grado de “(in)equivalencia” existente. (Corpas Pastor, 2003: 254) Los parámetros de comparación fraseológica interlingüística son de tipo semántico, sintáctico y pragmático. (Corpas Pastor, 2003: 255-263)
1. Parámetros semánticos. Se refieren a los aspectos del contenido del las UFS comparadas y se dividen en tres niveles: el significado fraseológico (unitario o compositivo) de las unidades, la imagen o base figurativa subyacente y la composición léxica.
PARÁMETROS SEMÁNTICOS S1
SIGNIFICADO FRASEOLÓGICO
S2
IMAGEN BASE
S3
COMPOSICIÓN LÉXICA
El requisito de semejanza semántica es fundamental para poder llevar a cabo la comparación interlingüística y, en base a esta circunstancia, dejan aislados los casos de equivalencia aparente, que como sabemos indica una cierta similitud formal entre dos unidades, pero sin alguna correspondencia de tipo conceptual. En cuanto a la catalogación de las divergencias en base al valor semántico, en la fraseología contrastiva del español y del italiano se pueden observar distintas combinaciones (Navarro, 2004: 10-11-12):
a)
[=S1=S2~S3]
Ejemplo: costar (algo) un ojo de la cara/costare (qualcosa) un occhio della testa. Puede ocurrir que dos unidades tengan signidicados conceptuales similares, la misma imagen pero distintos significados literales debido a variaciones en la composición léxica (en el ejemplo indicado los lexemas somáticos se encuentran en una relación pars pro toto).
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b)
[=S1~S2~S3]
Ejemplo: buscar tres pies al gato/trovare cinque piedi al montone. Se trata de UFS que presentan ligeras diferencias en la base figurativa y también en la composición interna, pero que expresan el mismo significado.
c)
[=S1≠S2≠S3]
Ejemplo: estar en el quinto pino/essere fuori mano. Este grupo está formado por unidades que comparten el mismo significado denotativo conceptual base, pero difieren con respecto a su imagen y estructura.
d)
[<S1=S2=S3]
Ejemplo: chuparse los dedos/leccarsi le dita. En este grupo se encuentran UFS que, a pesar de tener una forma igual o parecida y la misma imagen, difieren en la amplitud del significado. En el ejemplo, ambas unidades denotan una comida excelente, suculenta, pero la italiana se usa también para indicar una situación o una propuesta interesante y agradable.
2. Parámetros morfosintácticos. En este tipo de parámetros que determinan la equivalencia parcial, figuran los patrones de complementación sintáctica, las funciones oracionales y las posibilidades transformacionales.
PARÁMETROS MORFOSINTÁCTICOS
a)
M1
COMPLEMENTACIÓN
M2
FUNCIÓN ORACIONAL
M3
TRANSFORMACIONES
[M1]
Por lo que concierne al criterio de la complementación, en la fraseología contrastiva del español y del italiano es imposible encontrar ejemplos que la justifiquen, ya que las dos lenguas implicadas en esta comparación pertenecen a la misma familia de los idiomas romances y comparten la complementación como parámetro de 35
equivalencia fraseológica y no de discrepancia. De hecho, las UFS tanto del italiano como del español suelen presentar el complemento como elemento costitutivo de la estructura formal. En cambio, Corpas Pastor realiza una comparación entre el español y el inglés, dos lenguas que tienen orígenes diferentes, y presenta el ejemplo de dos unidades que difieren por cuanto una necesita actualizar el complemento en el discurso, mientras que en la otra es fijo y constituye uno de los miembros integrantes de su composición léxica (put one’s finger on something/ poner el dedo en la llaga). (Corpas Pastor, 2003: 258)
b)
[M2]
Como la complementación, también la función oracional no es un parámetro de comparación interlingüística válido en la fraseología comparada de español e italiano, dado que se refiere a un tipo de divergencia muy sutil y ligera que es imposible identificar en dos idiomas tan cercanos. Corpas Pastor, siempre en su análisis de los distintos grados de inequivalencia fraseológica existentes entre el español y el inglés, toma el ejemplo Jack of all trades/aprendiz de mucho, maestro de nada para demostrar la validez de este criterio. De hecho, la paremia española, a diferencia de la inglesa, es de carácter enunciativo y tiene independencia textual. (Corpas Pastor, 2003: 259)
c)
[M3]
Ejemplo: Meter la pata/fare una gaffe (o frittata). Otra diferencia de carácter morfosintáctico puede afectar las operaciones de transformación de dos unidades equivalentes o casi. Por ejemplo, la locución española meter la pata corresponde en cuanto a su significado denotativo y a imagen base a la italiana fare una gaffe. Sin embargo, a diferencia de la UF italiana, la expresión española permite la transformación nominal (metedura de pata).
3. Parámetros pragmáticos. Se refieren a aquellos aspectos que gobiernan el uso de las UFS en el discurso, es decir las diferencias culturales entre dos UFS comparadas,
las discrepancias
determinadas por restricciones diasistemáticas y frecuencia de uso, así como
las
preferencias por determinados tipos textuales o de registro, la fuerza ilocutiva e las distintas implicaturas. 36
PARÁMETROS PRAGMÁTICOS P1
COMPONENTE CULTURAL
P2
RESTRICCIONES DIASISTEMÁTICAS
P3
FRECUENCIA DE USO
P4
ASPECTOS DISCURSIVOS
P5
IMPLICATURAS
a) [P1] Ejemplo: armarse la de San Quintín/succedere un quarantotto. (Zamora Muñoz, 1996: 88) Las dos UFS del ejemplo presentan una diferencia pragmática de tipo cultural, ya que ambas tienen retazos de historia y de un pasado no compartido. Aquella española hace referencia a la batalla de San Quintín de 1557 (J. M. Iribarren, El porqué de los dichos, 1954, p. 358), mientras que la expresión italiana está relacionada a la revolución italiana de 1848 (Devoto-Oli, Dizionario della lingua italiana, 1989, p. 1839).
b) [P2] Ejemplo: quedarse compuesta y sin novio/restare a bocca asciutta. La equivalencia parcial entre dos UFS comparadas puede proceder de restricciones de tipo diastráticos, o sea de aspectos como la posición social, la edad, el sexo, etc. En el ejemplo indicado, ambas expresiones comparten el significado fraseológico básico (frustración por algo que se esperaba pero que no ocurre), pero difieren no sólo en la base metafórica y en la categoría gramatical, sino también en cuanto a las restricciones diastráticas, dado que la española se emplea típicamente con referencia a una mujer, mientras que la italiana es neutra. Otras divergencias de tipo pragmático, dentro de la clase de los aspectos diastráticos, dependen de los niveles de uso diferentes. Por ejemplo, succedere un putiferio y ser un putiferio son dos expresiones idiomáticas formal y conceptualmente en ambas lenguas; sin embargo, mientras que la italiana pertenece a un nivel de lengua no irreverente, la española es una voz vulgar, grosera y malsonante. (Zamora Muñoz, 1996: 93)
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Otro tipo de restricción diasistemática es aquella provocada por los aspectos diafásicos. Eso es lo que ocurre en expresiones como essere/fare il terzo incomodo y estar/hacer la carabina: son dos UFS cuyo significado coincide sólo parcialmente, dependiendo del contexto en el que se formulan, ya que, a diferencia de la italiana, la española sólo se refiere a alguien que molesta con su presencia a una pareja de enamorados (como indicado en el Diccionario de la Real Academia, “carabina” era la mujer de edad que acompañaba a ciertas señoritas cuando salían a la calle de paseo o a sus quehaceres). (Zamora Muñoz, 1996: 93)
c) [P3] Ejemplo: pies ¡para qué os quiero!/gambe in spalla!. En estrecha relación con el factor cultural indicado anteriormente, están el grado de frecuencia, la familiaridad y las preferencias de uso de las UFS. Las dos expresiones del ejemplo pertenecen ambas al lenguaje coloquial, pero la española posee además connotaciones humorísticas e irónicas.
d) [P4] Ejemplo: genio y figura hasta la sepultura/chi nasce rotondo non muore quadrato. Entre los aspectos discursivos, las modificaciones que afectan las UFS en el discurso pueden representar otro punto de referencia importante en la comparación interlingüística. Además, la modificación en contexto de las UFS no sólo constituye un uso característico de las mismas, sino que está estrechamente relacionada con la estabilidad de la que estas unidades gozan y con el conocimiento previo de las estructuras originales. En el ejemplo anterior, además de las diferentes composiciones léxicas, otras diferencias dependen del uso frecuente de la unidad española acortada (genio y figura).
e) [P5] Por último, otro parámetro pragmático consiste en las implicaturas, o sea ese valor adicional de las UFS que representa la razón de su uso. En el caso de las locuciones, es la estandarización de las implicaturas conversacionales de las UFS en el discurso que determina el desarrollo semántico de las mismas. Estas valoraciones e implicaturas convencionales forman parte de la infomación codificada de manera 38
indirecta, que se basa en una serie de conocimientos compartidos por los componentes de una determinada comunidad lingüística. Corpas Pastor toma los ejemplos you scratch my back, I’ll scratch yours y Hoy por ti, mañana por mi: la expresión inglesa implica cierta deshonestidad o clandestinidad, mientras que la española no conlleva estas implicaturas convencionales. (Corpas Pastor, 2003: 263)
Procedimientos de traducción. A la hora de traducir la fraseología, el primer paso que hay que hacer consiste en el reconocimiento de una UF como tal. Una vez identificada la unidad, es necesario interpretarla de manera correcta. Tras las fases de identificación y de interpretación, se sitúa otro momento en el cual el traductor intenta establecer correspondencias, tanto en el plano lexicológico y teórico como en el nivel textual y discursivo, o sea el plano real, que implica el funcionamiento discursico y la actualización semántica de las UFS. Como ya hemos dicho, en el plano léxico se dan tres tipos de equivalencia fraseológica (plena, nula y parcial) a las que corresponden distintos procedimientos de traducción. Al pasar al nivel textual, el establecimiento de correspondencias fraseológicas se complica aún más. En este caso puede ocurrir que el traductor no identifique la UF como tal, o que la reconozca pero no consiga interpretarla de forma correcta en el contexto, o bien la reconozca e interprete correctamente pero no elija el equivalente justo. (Corpas Pastor, 2003: 215-221) En cuanto a los distintos procedimientos traductológicos de las UFS, es necesario distinguirlos en dos grupos: procedimientos indirectos y procedimientos directos. (Corpas Pastor, 2000: 493-516) Entre los procedimientos indirectos, se incluye la équivalence de la que hablan Vinay y Darbelnet (Comparative Stylistics of French and English: A Methodology for Translation, 1995[1958]) y Vásquez-Ayora (Introducción a la traductología, 1977), y que, a grandes rasgos, corresponde a la localización del translema correspondiente en el lexicón bilingüe y a su sustitución en el TO. Está claro que este tipo de procedimento es posible sólo cuando se da cierto grado de equivalencia entre las UFS de las dos lenguas implicadas.
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Otro procedimento de tipo indirecto es la traducción mediante paráfrasis del contenido de la UF en el TO (tanto con la transposición, que consiste en un cambio en la categoría gramatical, como por medio de la modulación, con la que se efectúa un cambio de punto de vista o de categoría de pensamiento). Un tercer procedimiento que pertenece a esta categoría es la omisión, que se utiliza para eliminar UFS que presentan grandes dificultades de traducción o bien resultan irrelevantes para la comprensión del texto (Baker, 1992: 77). Sin embargo, a veces puede ocurrir que la omisión de una UF determina la pérdida de algunos aspectos semánticos y pragmáticos en el TM, como consecuencia de un error de comprensión del TO. Relacionada a la omisión, la compensación consiste en la introducción de unidades que no existen en el TO en otros lugares del TM. Además, “la compensación es también una forma de adaptar o ‘domesticar’ el TO para acercarlo lo más posible a la situación socio-cultural de la comunidad meta”. (Corpas Pastor, 2003: 266) Por lo que concierne a los procedimientos directos, se distinguen en dos tipos: -
Préstamo. Es la “transferencia integral o importación de un
significante o significado extranjero” (Gómez Capuz, 1998: 33). En la fraseología es un procedimento escasamente empleado. -
Calco. Representa el segundo procedimiento más utilizado,
después de la équivalence. Se trata de un “préstamo parcial por traducción o substitución morfémica” (Gómez Capuz, 1998: 56), dado que reproduce el esquema semántico-conceptual de la unidad fraseológica del original en el texto meta. Se suele utilizar este procedimiento en casos de falta de correspondencia entre dos UFS, debido a lagunas léxicas y conceptuales, aspectos culturales, etc; sin embargo, es muy frecuente la tendencia a trasladar una UF, que dispone de varios equivalentes posibles, con aquel cuya forma se acerque más al original.
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Capítulo IV El guión cinematográfico como corpus fraseológico: estudio contrastivo entre el español de Almodóvar en Volver y su traducción al italiano
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En general, la actividad del traductor tiene que contar con tres tipos de factores fundamentales: factores estrictamente lingüíticos, que dependen de las diferencias y peculiaridades de cada lengua; factores comunicativos o pragmáticos, que colocan la traducción en un contexto comunicativo con funciones determinadas; y factores culturales, que dependen de todos aquellos parámetros compartidos por los miembros de una determinada comunidad cultural (Hatim B., Mason I., 1990). Eso implica que el traductor, además de ser un mero transmisor de signos lingüísticos, asume también el papel de mediador cultural. Por estas razones, el fenómeno de la fraseología es particularmente relevante en términos de traducción, puesto que en él confluyen distintos problemas derivados de los factores anteriores y con los cuales el traductor tiene que enfrentarse. En cuanto a la traducción audiovisual (TAV), dado que se trata de textos concebidos para la oralidad, es muy frecuente el uso de UFS de cualquier tipo. A eso se añade la relación existente entre la palabra y la imagen, la coexistencia de distintos códigos: no sólo el lingüístico, sino también el musical, el sonoro o el iconográfico (Chaume, 2004). Por lo que concierne a la investigación sobre Pedro Almodóvar, no es una novedad y la lengua de su cine ha sido objeto de interés de diversos estudiosos que se han ocupado sobre todo de los aspectos culturales típicos de sus películas. En nuestro caso, la elección del lenguaje utilizado en el cine de Almodóvar, y en particular en la película Volver (2006), como base y punto de referencia de este trabajo, depende del hecho de que se trata de una lengua que consiste ante todo en la expresión de la informalidad. Es por eso que entre los personajes dibujados por el director manchego se encuentran, por un lado, muchos pertenecientes a ambientes marginales (delincuentes, travestidos, drogadictos, homosexuales, ninfómanas) y, por otro, a niveles socioculturales bajos (gente de extracción rural, amas de casa). Así pues, proponemos un análisis del tratamiento de las locuciones españolas (y otros tipos de unidades fraseológicas) encontradas en la versión original de la película, indicando con algunos ejemplos concretos como han sido traducidas en la versión italiana, precisando el tipo de equivalencia existente y sugiriendo, cuando oportuno, una traducción más adecuada según nuestro parecer, aunque siempre motivando la preferencia del traductor.
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Vamos a organizar la comparación lingüística dividiendo las distintas locuciones encontradas en la versión española de la película en base al tipo de procedimiento traductológico utilizado para trasladarlas al italiano.
1. Traducción por medio de la sustitución. Como ya dicho en un párrafo anterior, se trata de un tipo de procedimiento de traducción indirecto que se puede aplicar sólo cuando se produce un cierto grado de equivalencia, o sea cuando es posible localizar la forma correspondiente en la lengua meta y sustituirla en el texto (en este caso un texto audiovisual) de la lengua original. En nuestro corpus de referencia, es una técnica bastante frecuente y que se suele aplicar a distintos tipos de locución, como indicado en los ejemplos que siguen.
a) Locuciones verbales. Empezamos por algunos ejemplos más sencillos:
-
“No puedo quitármelo de la cabeza” “Non posso togliermelo dalla testa”
La expresión española quitarse (algo) de la cabeza constituye una locución verbal formada por el verbo más el complemento circunstancial, en este caso un complemento de lugar. Las dos unidades comparadas en el ejemplo están relacionadas por una equivalencia de tipo total, o sea en todos los tres niveles de análisis (semántico, morfosintáctico y pragmático). De hecho, por lo que concierne a los parámetros semánticos, las dos UFS comparten el mismo significado fraseológico, la misma imagen de base y la misma composición léxica (lo que implica además el mismo significado literal). Lo mismo ocurre con referencia a los parámetros morfosintáticos, ya que ambas unidades poseen la misma función oracional y convergen en cuanto a los requisitos de la complementación y de la transformación (ambas presentan el complemento circunstancial como uno de sus elementos constitutivos y ninguna de las dos permiten operaciones de transformación). Por último, los parámetros pragmáticos no identifican alguna discrepancia entre las dos unidades implicadas.
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En la misma categoría se incluyen ejemplos como:
-
“Se me echó encima” “Si è buttato addosso a me”
-
“… y me lo quité de encima” “… e me lo sono levato di dosso”
Tanto la unidad echarse (algo/alguien) encima, como la expresión quitarse (algo/alguien) de encima son otros ejemplos de locuciones verbales compuestas por un verbo seguido por un complemento circunstancial. Como en el ejemplo anterior, también en estos dos casos entre las UFS españolas de partida y aquellas italianas de llegada existe una equivalencia total y el traductor se sirve de la técnica de la sustitución otra vez. De la misma manera, el traductor actúa en el ejemplo que sigue:
-
“… lo quiere como tapadera” “… gli serve come copertura”
La expresión española querer (algo) como tapadera (y aún más su variante servir (algo) de tapadera) pertenece siempre a la clase de las locuciones verbales y encuentra en la italiana servire come copertura su perfecto equivalente fraseológico. Otro ejemplo más de locución verbal es:
-
“¿Os llevais bien?” “Andate d’accordo?”
En este caso, aunque entre las dos unidades no exista una equivalencia plena debido a algunas diferencias en la composición léxica, sin embargo el significado conceptual y la base figurativa son lo mismos. El DRAE ofrece esta definición de la expresión llevarse bien:
llevarse bien dos o más personas que viven en compañía o tienen que tratarse con frecuencia.
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1. loc. verb. coloq. Congeniar, darse recíprocamente motivos de amor o agrado.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) En base a esta definición se puede demostrar que la unidad italiana andare d’accordo es la que presenta más correspondencias interlingüísticas con la unidad española y justifica la decisión del traductor de intervenir por medio de la sustitución. Siguiendo en la categoría de las locuciones verbales, encontramos otro caso:
-
“Échame una mano” “Dammi una mano”
Es otro ejemplo de sustitución de la UF española echar una mano con la italiana dare una mano, en razón de una equivalencia total. Sin embargo, cabe precisar que este ejemplo podría engañar y constituir un caso de falso amigo, o sea de equivalencia aparente: actuando el proceso inverso (o sea trabajando del italiano al español), la expresión italiana se podría juntar erróneamente a otra unidad española, es decir dar una mano de, con la que comparte sólo la estructura sintáctica, mientras que la imagen base y el significado son diferentes. (Navarro, 2004: 12) Otra locución verbal, que tiene la misma estructura de la anterior:
-
“… para que le echaras un ojo todos los días” “… così le buttavi un occhio tutti i giorni”
La expresión española echar un ojo tiene el significado de “Ojear, mirar rápida y superficialmente a alguien o algo” (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). Según esta definición, podemos considerar correcta su sustitución por la forma italiana buttare un occhio, ya que esta también expresa la idea de rapidez y de hacer algo casi sin compromiso. De la misma manera se presenta otra pareja de unidades fraseológicas del mismo tipo:
-
“… para echar un vistazo” “… per dare un’occhiata”
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En este ejemplo, la unidad española echar un vistazo siempre representa una locución verbal que el traductor en la lengua meta ha sustituido con la locución italiana dare un’occhiata. Las dos unidades están interrelacionadas por una equivalencia de tipo total, puesto que presentan el mismo significado, la misma base figurativa y la misma estructura léxica. La elección de esta locución italiana como equivalente fraseológico más adecuado encuentra confirmación en la definición que el DRAE propone de la unidad española en cuestión:
dar, o echar, alguien un vistazo a algo. 1. locs. verbs. Esaminarlo, reconocerlo superficialmente y a bulto.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Otro caso de locución verbal española traducida por medio de la sustitución es:
-
“… seguirles la corriente” “… seguire la corrente”
La locución española seguirle (o llevarle) a alguien la corriente ha sido reemplazada en la lengua de llegada con la unidad seguire la corrente. A pesar de que compartan una composición léxica muy parecida y también una base figurativa similar, las dos expresiones difieren un poco en cuanto al significado fraseológico. El DRAE designa la locución española con estas palabras:
seguirle a alguien la corriente (llevarle a alguien la corriente). 1. loc. verb. coloq. Seguirle el humor, mostrarse conforme con lo que dice o hace.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Otra definición quizás más específica de la UF española es:
seguir (o llevar) la corriente. Dar la razón a una persona en lo que dice o lo que hace aunque no se esté de acuerdo con ella o se considere que se equivoca.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
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Sin embargo, la expresión italiana implica la acción de conformarse a los pensamientos y actos de la mayoría de las personas (‘seguire la corrente, (fig.) pensare, agire alla maniera dei più’, según Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Siempre en el ámbito de las locuciones verbales traducidas por sustitución encontramos:
-
“… por no haberme dado cuenta” “… per non avere capito”
La locución española darse cuenta posee dos acepciones distintas:
darse cuenta de algo. 1. loc. verb. Advertirlo, percatarse de ello. 2. loc. verb. coloq. Comprenderlo, entenderlo.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) El verbo italiano elegido como correspondiente, es decir capire, nos muestra que el traductor ha optado por el segundo de los dos significados propuestos por el DRAE. Sin embargo, ya que esta locución se sitúa en un momento de la película en el que el personaje de Irene pide perdón a su hija Raimunda por no haberse enterado de que su padre hubiera abusado de ella cuando era niña, es probable que la primera acepción sea la más correcta en este contexto y el traductor, en lugar del verbo capire, habría podido utilizar la expresión italiana rendersi conto, no sólo porque se asemeja más a esa española en cuanto al significado, sino también por lo que concierne tanto a la imagen de base expresada como a la estructura sintáctica.
-
“no me hizo caso” “non mi ha dato retta”
En el marco de las locuciones verbales sometidas a sustitución se halla también la locución hacer caso a (alguien o algo). Como indicado en el DRAE, esta locución presenta significados diferentes:
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hacer caso a alguien, o a algo. 1. loc. verb. Prestarle la atención que merece. 2. ″ Obedecer, ser dócil. 3. ″ Acceder o asentir a lo solicitado. 4. ″ Conceder credibilidad a rumores, noticias, etc.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Esta unidad fraseológica, considerada la circunstancia en la cual ha sido empleada, asume la tercera de las tre acepciones indicadas anteriormente: se trata del momento en el que Paula, hija de Raimunda, cuenta a su madre lo que había occurido y el porqué de su gesto, es decir del homicidio de Paco, su padre. La niña utiliza esta expresión para indicar que el hombre siguió intentando abusar de ella a pesar de que ella lo rechazara e incluso lo amenazara con un cuchillo. La locución italiana dare retta constituye el equivalente fraseológico de la unidad española más adecuado, tanto en términos de base figurativa y composición léxica como en cuanto al significado conceptual, dado que la italiana significa ‘prestare ascolto, attenzione’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Seguimos con otro caso de sustitución de una locución verbal española:
-
“… hayas perdido la cabeza” “… hai perso la testa”
La locución perder la cabeza, en este contexto, posee el significado de ‘Ofuscársele a una persona la razón o el juicio por alguna causa’; en otras situaciones puede también significar ‘Desear locamente una cosa o a una persona’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). Está claro que se trata de un caso de equivalencia plena y que la locución italiana perdere la testa es la que presenta mayores correspondencias interlingüísticas con la unidad española analizada, no sólo desde el punto de vista estructural sino también en el concepto designado: ‘confondersi, non capire più nulla; anche, innamorarsi perdutamente’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Otro ejemplo de sustitución por equivalencia total:
-
“Y me puso los cuernos” “E mi ha messo le corna”
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Tanto la locución verbal española poner los cuernos como la italiana mettere le corna expresan de una forma coloquial el mismo concepto de ‘Ser infiel a la pareja’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002), además de compartir también la forma sintáctica y la imagen de base expresada. Similar a la pareja de locuciones anterior es la siguiente:
-
“Ten la boca cerrada” “Tieni la bocca chiusa”
Representa otro caso de sustitución fundado sobre una equivalencia total existente entre la dos locuciones relacionadas. Tener la boca cerrada en español se utiliza para indicar que alguien no habla. El DRAE ofrece algunas definiciones de la expresión cerrar la boca (o callar la boca):
cerrar la boca (o callar la boca). 1. loc. verb. coloq. Callar (ǁ no hablar) 2. ″ coloq. Callar (ǁ cesar de hablar) 3. ″ coloq. Callar (ǁ cesar de gritar, de llorar, de hacer ruido, etc)
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) En nuestro ejemplo, la acepción con la que se utiliza la locución española es la primera de las tres anteriores: es Soledad que dice a su madre que no hable delante de las clientas de su peluquería ilegal, porque todas saben que ella es huérfana e Irene tiene que hacerse pasar por extranjera y por eso no puede hablar español. La equivalencia con la locución italiana tenere la bocca chiusa es total en razón de las correspondencias de tipo sintáctico, de la imagen expresada y tambièn del significado fraseológico (‘tenere la bocca chiusa, tacere’, Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
-
“Te tomo la palabra” “Ti prendo in parola”
Arriba presentamos otro ejemplo de locución verbal española traducida a través del procedimiento de sustitución. Tomar la palabra significa:
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tomar la palabra (o coger la palabra). 1. loc. verb. Valerse de ella o reconvenir con ella, o hacer prenda de ella, para obligar al cumplimiento de la oferta o promesa.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) La equivalencia total existente entre las dos locuciones analizadas se desprende a la hora de observar la correspondencia semántica: prendere in parola denota la acción de ‘considerare un’offerta, una promessa come impegnative’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997), además de expresar la misma imagen de base y presentar una composición léxica que, aunque con una ligera alteración, se acerca mucho a aquella de la unidad fraseológica original.
-
“… y como seguía echando pestes” “… e visto che dicevo peste e corna”
En la pareja citada anteriormente, siempre hablamos de sustitución de una locución verbal de la lengua de origen por otra de la lengua meta, pero equivalente sólo parcialmente. La expresión española echar pestes (y sus variantes decir o hablar pestes de alguien) significa:
echar (o decir) pestes. Quejarse o hablar mal de alguien profiriendo palabras de malestar, enojo, amenaza o intensa aversión.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) Su equivalente fraseológico italiano, dire peste e corna di qualcuno, expresa el mismo significado conceptual y la misma base figurativa, como demostrado por su definición: ‘dire peste e corna di qlcu., (fam.) dirne tutto il male possibile’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Sin embargo, se trata de una equivalencia parcial con referencia a las discrepancias en el aspecto sintáctico y compositivo. Un mecanismo similar ocurre en el ejemplo que sigue:
-
“… y no se hace a la idea” “… e non si abitua all’idea”
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La locución verbal española hacerse a la idea posee el significado de ‘Aceptar o asumir cierto hecho o circunstancia’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). El mismo significado está expresado por la expresión italiana sustitutiva abituarsi all’idea donde el verbo abituarsi enfatiza la idea de admitir y reconocer algo como tal. A pesar de estas correspondencias de tipo semántico, no podemos hablar de equivalencia plena por la diferencia, aunque pequeña, entre las dos composiciones léxicas.
-
“… la voy a echar mucho de menos” “… mi mancherà tantissimo”
-
“Te echaremos de menos” “Sentiremo molto la tua mancanza”
En el primer ejemplo, la locución verbal española echar de menos está empleada con la segunda de las dos acepciones propuestas por el DRAE:
echar de menos, o echar menos a alguien o algo. 1. (Del port. achar menos, hallar menos) locs. verbs. Advertir, notar su falta. 2. locs. verbs. Tener sentimiento y pena por su falta.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) El traductor sustituye la locución española con el verbo italiano mancare que, en este contexto, expresa la misma idea conceptual de sentire la mancanza. Así pues, el proceso de traducción no se produce de una locución a otra, sino por medio de otro tipo de instrumento lingüístico que, sin embargo, representa uno de los equivalentes fraseológicos más adecuados y frecuentes de la lengua meta. Por lo que concierne al segundo caso, se predilige el uso del equivalente italiano sentire la mancanza que, como el verbo mancare, no corresponde a la locución de origen desde el punto de vista de la composición sintáctica, pero sì en cuanto al significado fraseológico y a la imagen subyacente, que, aunque expresados en términos diferentes, son los mismos.
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-
“Estoy pendiente de ella” “Sto molto attenta a lei”
La locución española estar pendiente de (algo o alguien) se suele utilizar para indicar cuando alguien sigue con atención algo o alguien más. En este caso específico, se trata de Agustina que tranquiliza a Raimunda, preocupada por la tía Paula que vive sola en su casa, diciéndole que se cuida ella de su tía cada día. El traductor elige la expresión italiana stare attento a como su equivalente fraseológico: la imagen base y el significado conceptual expresados sono los mismos, como demostra además el hecho de que se sustituye el término pendiente (que en su cuarta acepción significa ‘Sumamente atento, preocupado por algo que se espera o sucede’, según el DRAE) con el adjetivo attenta precedido por el adverbio molto, para indicar la misma intensidad. Y también el significado literal se parece mucho, y en consecuencia la composición léxica.
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“… he venido a darle una vuelta a mi tumba” “… a fare un salto alla mia tomba”
A la locución española en cuestión, dar una vuelta, el DRAE le atribuye más significados:
dar alguien una vuelta. 1. loc. verb. Pasear un rato. 2. ″ Ir por poco tiempo a una población o país. 3. ″ Limpiar o asear una cosa reconociéndola. 4. ″ Hacer una breve y personal diligencia para el resguardo o reconocimiento de algo. 5. ″ Mudarse, trocarse.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) La acepción con la que se ha utilizado esta locución, en base a la circunstancia de la película en la que se halla, es a lo mejor la tercera: nos referimos al momento en el que Agustina encuentra a Raimunda, Sole y Paula en el cementerio del pueblo, y les explica como de vez en cuando va a hacer limpieza a su propia tumba, que el viento muy fuerte ensucia constantemente. Además, a pesar de la preeminencia de este significado en el caso específico, en esta expresión siempre queda implícita la idea de fugacidad y rapidez, indicada en las primeras dos acepciones. 52
Sin embargo, la locución italiana con la que ha sido reemplazada constituye su equivalente fraseológico pero de forma parcial, ya que no satisface todas las opciones conceptuales de dar una vuelta y tiene una amplitud de significado diferente: fare un salto in un luogo, da qlcu. significa ‘recarvisi in fretta e per breve tempo’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). En este caso concreto, aunque las dos unidades tengan una forma parecida y la misma imagen, existe una equivalencia semémica parcial, debido a que la locución italiana no puede corresponder a esa española en cuanto a su sentido principal.
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“… podemos hacernos de oro” “… ci riempiamo d’oro”
La locución verbal española hacerse de oro significa:
hacerse alguien de oro. 1. loc. verb. Adquirir mucca riquezas con su industria y modo de vivir.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) En el ejemplo anterior, la unidad fraseológica de origen está sustituida por la expresión italiana riempirsi d’oro, que expresa siempre el mismo concepto de enriquecerse y ganar mucho dinero. Pero, a pesar de esta correspondencia en el especto semántico y conceptual, las dos unidades se diferncian en cuanto a la forma y estructura, aunque de una manera ligera (hacerse ~ riempirsi).
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“No sé por donde empezar” “Non so da dove iniziare”
Otro caso más de traducción de una locución por otra locución perfectamente equivalente. La locución española no saber por donde empezar forma parte de aquella clase de locuciones verbales que suelen presentar fijación negativa (Corpas Pastor, 1996: 104) y se utiliza para manifestar inseguridad y duda en hacer o decir algo. La unidad italiana non sapere da dove iniziare posee todos los requisitos de
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correspondencia semántica, y también morfosintáctica y pragmática, para constituir su equivalente fraseológico de forma total.
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“¿Te estás quedando conmigo?” “Cos’è? Mi sfotti?”
El ejemplo anterior presenta un tipo de locución verbal formada por el verbo más su partícula asociada: quedarse con (alguien). En este contexto, esta expresión significa:
quedarse coloquial Engañar a una persona sin malicia, para sorprenderla o desconcertarla.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) El traductor ha elegido como su equivalente fraseológico el verbo sfottere que significa ‘prendere in giro, deridere’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Por lo tanto, se puede observar una semejanza en cuanto a la composición léxica, dado que en ambos casos las locuciones se componen sólo del verbo; pero, por lo que concierne al significado conceptual y a la imagen de base, existe una pequeña diferencia, es decir que quedarse con posee un significado más específico y relacionado a un determinado tipo de situación contextual, mientras que sfottere tiene una acepción más amplia y un campo de aplicación menos limitado. Otro ejemplo de locución verbal de este tipo es:
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“… se quejaba que pasabas de ella” “… si lamentava che te ne fregavi”
La expresión coloquial pasarse de (alguien) indica el concepto de ‘No preocuparse por algo o mostrar desinterés ante ello’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En la lengua meta esta locución ha sido sustituida por otra expresión popular fregarsi
que
significa
‘non
preoccuparsi,
disinteressarsi,
infischiarsi
(usato
esclusivamente nella forma fregarsene)’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). 54
En este caso las dos unidades en cuestión están relacionadas por una equivalencia de tipo total, ya que corresponde no sólo el significado fraseológico y el concepto base sino también la estructura sintáctica (ambas locuciones verbales están constituidas sólo por el verbo). Entre los ejemplos de comparación fraseológica más particulares y menos descontados encontramos:
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“… unos mantecados que se deshacen en el paladar” “… che si sciolgono in bocca”
Este caso de comparación fraseológica representa otro tipo de sustitución de una unidad fraseológica de partida por su equivalente de la lengua de llegada. Tanto la locución española deshacerse en el paladar como aquella italiana sciogliersi in bocca se utilizan para referirse a la comida, en este caso a un tipo de dulces, y para exaltar y elogiar su esquisitez, friabilidad y blandura. Se trata de un modelo de equivalencia parcial porque, aunque las dos unidades tengan significados conceptuales similares y la misma imagen base, poseen distintos significados literales debido a una variación en la composición léxica: los dos lexemas somáticos se encuentran en una relación pars pro toto (paladar ~ bocca). Ejemplo similar a aquello anterior es:
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“… hago la calle para sobrevivir” “… devo fare il marciapiede per sopravvivere”
De la locución verbal hacer la calle se dan definiciones como ‘Trabajar de prostituto’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) o ‘Buscar a sus clientes en la calle’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001). En cuanto a las correspondencias entre unidad original y unidad meta, esta pareja de fraseologismos representa un caso de sustitución por equivalencia parcial, que depende de una alteración en la estructura sintáctica: como en el caso anterior, también calle y marciapiede se relacionan como parte-todo. Además, fare il marciapiede constituye una variante de la locución battere il marciapiede, quizás más coloquial y frecuente en el uso; pero es probable que el 55
traductor haya optado por la primera opción para respetar la correspondencia entre los verbos de las dos unidades (hacer = fare).
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“… lo vas a flipar” “… rimarrarai a bocca aperta” Fliparlo forma parte de aquella subclase de locuciones verbales formadas por el
verbo y el pronombre. El verbo flipar puede tenere distintos significados:
flipar v. tr. 1 ESP coloquial Impresionar [una cosa] a alguien: lo que me has dicho me ha flipado […] 2 ESP coloquial Entusiasmar [una persona o cosa] a alguien: la última canción fue la que más me flipó. 3 v. intr. ESP coloquial Asombrarse por algo: ¿no has flipado al verlo caer de ese modo? […]
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) En este caso, se utiliza la locución española con las acepciones de impresionar y asombrar presentadas en las definiciones uno y tres, lo que además justifica la decisión del traductor de elegir para su traducción la locución italiana rimanere a bocca a aperta. De hecho, dado que restare a bocca aperta denota ‘meraviglia, stupore’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997), podemos considerar la locución italiana como sustitutiva y equivalente parcial de aquella española: el significado fraseológico y conceptual corresponde perfectamente, pero la composición léxica y el significado literal son diferentes.
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“¡Menuda campaná ha dado!” “Ha scatenato un putiferio!”
En la pareja fraseológica apenas indicada, la locución española dar una campanada significa hacer una ‘acción inesperada o infrecuente que hace que se hable mucho de ella, en ocasiones por resultar escandalosa’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En la lengua meta ha sido sustituida por la locución scatenare un putiferio que, sin embargo, no constituye su equivalente fraseológico perfecto. La palabra putiferio 56
posee un significado más general y amplio, ya que se refiere a un ‘grande strepitio di gente che schiamazza altercando’ o a ‘grande confusione, disordine’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Así pues, una alternativa quizás más adecuada podía ser dare scandalo o fare uno scandalo, dado que la definición de este término se acerca más al significado de campanada:
scandalo [scàn-da-lo], pop. scandolo, s.m. 1 turbamento della coscienza causato da azione, comportamento, parola o fatto contrari alla morale, alla decenza, al senso di giustizia; anche, l’azione, la parola, la persona ecc. che dà cattivo esempio, turba la coscienza, offende la sensibilità: dare scandalo […] 2 (estens.) evento o incidente che provoca una vivace reazione nell’opinione pubblica […] │ chiasso, clamore indesiderato intorno a una fatto, spec. privato, intimo: fare uno scandalo […].
(Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) Por eso se trata de un caso de sustitución de locución por locución con equivalencia parcial debido a una ligera falta de correspondencia en cuanto al requisito semántico de composición léxica, que además va a provocar una alteración del significado fraseológico, literal y de la imagen aludida. Otro caso de sustitución con equivalencia parcial:
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“… que os vais a caer de culo” “… tanto da farvi pesare il culo”
La locución verbal caerse de culo forma parte de esa categoría de expresiones más coloquiales e informales del corpus analizado. Hacer algo de culo (caerse, tirarse) significa hacerlo ‘Con el culo en tal posición que sea lo primero en ir a parar sobre el suelo u otra superficie: […] se ha caído de culo y se ha hecho daño […]’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En el contexto específico en el que se ha utilizado, asume una acepción figurada: Raimunda tiene que preparar la comida en el restaurante de su vecino para un equipo cinematográfico, cuyo representante va a pedir raciones más abundantes de aquellas de la comida anterior y la mujer se sirve de esta expresión para asegurarle que les va a dejar muy satisfechos. La unidad italiana elegida como equivalente fraseológico, pesare il culo, corresponde a esa española desde el punto de vista del significado conceptual y de la base figurativa, dado que evoca la misma idea de saciedad. Sin embargo, difiere de la 57
unidad original por una variación en la estructura sintáctica, porque se produce un cambio en el verbo (pesare ~ caerse) y se pasa de una locución verbal, formada por un verbo y un complemento circunstancial, a otra locución verbal, donde el verbo está seguido por un objeto directo.
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“… era la primera en troncharse” “… era la prima a scompisciarsi”
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“… se tronchaba de la risa” “… moriva dalle risate”
Las dos parejas fraseológicas anteriores presentan dos ejemplos de la locución verbal española troncharse (de risa) que, según algunas definiciones, significa ‘Reírse violentemente, a carcajadas, etc’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) o ‘Reírse [una persona] mucho y con ganas’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En el primer caso, encontramos la locución de origen modificada por la omisión facultativa del complemento circunstancial (de risa) y es probable que haya sido traducido por esta razón con sólo el verbo italiano equivalente scompisciarsi, utilizado de la misma manera sin complementación (‘scompisciarsi dalle risa, (fig.) ridere a crepapelle, in modo irrefrenabile’, Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). El segundo ejemplo presenta la locución española completa y el traductor opta por otro equivalente fraseológico, o sea la expresión morire dalle risate (‘morire dal ridere, ridere a più non posso’, Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Tanto en un caso como en el otro, se puede observar el intento del traductor de respetar lo más posible los requisitos de correspondencia fraseológica: la forma apocopada troncharse de la unidad de partida se reemplaza por el equivalente de la lengua meta reducido a la sola voz verbal, scompisciarsi; la locución de llegada morire dalle risate se propone reproducir la complementación de la locución de partida, troncharse de la risa. Así pues, el traductor consigue no sólo la equivalencia de significado e imagen, sino también una equivalencia formal y léxica.
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“¡Es una ardilla!” “È una sveglia!”
La locución española ser una ardilla forma parte de ese tipo de locuciones verbales compuestas de un verbo copulativo más el atributo. Esta expresión se utiliza para desginar alguien ‘vivo, inteligente y astuto’, dado que el término ardilla se refiere a un ‘Mamífero rodeor […] muy inquieto, vivo y ligero’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001). En la lengua meta no existe una locución que corresponda de forma total a la unidad de partida y por eso se ha elegido la expresión essere una sveglia, donde el atributo ya no es una especie animal sino un objeto que, de todos modos, denota la misma idea de vivacidad, brío, astucia y perspicacia. Así pues, el traductor no logra conservar en la unidad meta el significado literal y la composición léxica de la unidad origen, pero sì que respeta su estructua sintáctica (verbo más atributo) y además transmite el mismo significado fraseológico y la misma idea conceptual de base. Otra locución del mismo tipo:
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“Era la niña de mis ojos” “Era la luce dei miei occhi”
La locución ser la niña de los ojos pertenece a la categoría de las locuciones verbales formadas por el verbo copulativo y su atributo. En cuanto al significado del atributo, el DRAE trae esta definición:
niñas de los ojos. 1. f. pl. coloq. Persona o cosa del mayor cariño o aprecio de alguien.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) La locución de partida encuentra en la unidad italiana essere la luce degli occhi su equivalente fraseológico, ya que el significado expresado es el mismo: ‘essere la luce degli occhi di qlcu., (fig.) essergli molto caro’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Sin embargo, se trata de una equivalencia parcial, aunque por una ligera variación en la composición léxica: de hecho, a pesar de una correspondencia tanto en el 59
significado conceptual como en la imagen de base, en la estructura sintáctica de la locución de llegada se puede observar la sustitución del término de origen niña por la palabra luce, que tiene un significado literal distinto pero que, introducida en el contexto de la locución en cuestión, designa la misma acepción denotativa.
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“… intentando agarrarme a un clavo ardiendo” “… che mi arrampico sugli specchi”
Las dos unidades anteriores constituyen otro caso de sustitución de locución por locución. La locución española agarrarse a un clavo ardiendo significa:
agarrarse a (o de) un clavo ardiendo Valerse de cualquier medio, aunque resulte peligroso o de dudosa eficacia, para conseguir algo.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) Por lo que concierne a la locución meta con la que ha sido sustituida, arrampicarsi sugli specchi posee un significado muy parecido: ‘arrampicarsi sui vetri, sugli specchi, (fig.) cercare di sostenere una tesi a tutti i costi, con ragioni non convincenti’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Así pues, se deduce que la unidad italiana representa el equivalente fraseológico de aquella española en términos de significado conceptual y base figurativa, pero no en cuanto a sus elementos compositivos y, en consecuencia, a su significado literal: agarrarse y arrampicarsi tienen una acepción similar, dado que el primero significa sujetarse a algo o alguien, mientras que el segundo indica la acción de subir agarrándose a algo; pero los demás miembros de las dos unidades difieren en sus significado literal (clavo aridiendo ≠ specchi).
b) Locuciones adjetivas. Siguiendo en el ámbito de la traducción de locuciones por sustitución, presentamos algunos casos de locuciones adjetivas:
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“… (sorda) como una tapia” “… (sorda) come una campana” 60
La locución española sorda como una tapia se incluye en aquel subtipo de locuciones adjetivas construidas sobre la base de una comparación estereotipada y formadas por el adverbio como entre el adjetivo y el sustantivo. Estar (sordo) como una tapia significa ‘estar muy sordo o no oír casi nada’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). La unidad de partida y esa de llegada están en una relación de equivalencia total, o casi total, dado que el significado fraseológico expresado y la imagen conceptual de base son iguales (‘sordo come una campana, (fam.) completamente sordo’, Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997), y la composición léxica se parece mucho: la pequeña diferencia consiste en el distinto significado de los dos sustantivos (tapia ~ campana). Otro ejemplo similar:
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“… loca como una cabra” “… matta come un cavallo”
La locución de origen (estar) loca como una cabra tiene esta acepción:
estar loco como una cabra coloquial Estar chiflado, mostrar poco juicio y muchas rarezas o extravagancias.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
La expresión idiomática italiana essere matto come un cavallo representa el equivalente fraseológico de la unidad de origen de forma total, en razón de la correspondencia directa en el significado denotativo y en la base figurativa indicados por la dos unidades (o sea el hecho de estar completamente loco). Sin embargo, esta equivalencia total falta si se toma en consideración la composición léxica y por lo tanto el significado literal de cada elemento constitutivo: en la locución meta, el sustantivo cabra de la locución de origen está reemplazado por el término cavallo, así que el objeto de referencia a la base de esta comparación cambia pero, al mismo tiempo, sigue perteneciendo a la especie animal.
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c) Locuciones nominales. Uno de los casos de locuciones nominales encontradas en nuestro corpus de análisis es:
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“¡Qué cara de sota tiene la Sole!” “Che faccia da pesce lesso ha Sole!”
El DRAE ofrece del término sota esta definición, entre otras:
sota. (Del lat. subtus, debajo) 1. f. Carta décima de cada palo de la baraja española, que tiene estampada la figura de un paje o infante.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Esta figura se suele dibujarla con una expresión seria y rígida, así pues ojalá se utilice la expresión tener cara de sota para referirse a alguien inexpresivo o con aspecto severo y grave. Esta probable acepción de la locución española justifica la elección de la locución italiana avere una faccia da pesce lesso que significa ‘avere un viso inespressivo’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Por lo tanto, también en este caso podemos hablar de sustitución por equivalencia casi total, debido a una ligera variación en los componentes léxicos de las dos unidades en cuestión (sota ≠ pesce lesso), a pesar de la correspondencia en cuanto al significado denotado.
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“… me da un no sé qué” “… mi fa un non so che”
La locución española un no sé que forma parte de la clase de las locuciones nominales y en particular de las llamadas “cláusulas sustantivadas” (Corpas Pastor, 1996: 96). Esta expresión indica un ‘Sentimiento o sensación que no se puede explicar’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) y encuentra en la locución italiana un non so che su equivalente total: no sólo en la forma sintáctica y en el significado fraseológico, sino también en el significado denotativo y la idea de base a
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la que se alude (un certo non so che, ql.co. di indefinito, Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
d) Locuciones adverbiales. Entre los ejemplos de traducción por sustitución de las locuciones adverbiales tenemos:
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“Diez euros por cabeza” “Dieci euro a testa”
En este caso muy sencillo, la sustitución de la unidad española por esa italiana se produce por una equivalencia plena entre las dos, debido a una correspondencia tanto de significado literal y composición léxica (por cabeza = a testa), como de significado fraseológico e imagen base.
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“… un montón de veces” “… un sacco di volte”
El ejemplo anterior presenta otro tipo de locución adverbial sustituida en la lengua meta: entre la locución de partida un montón de veces y aquella de llegada un sacco di volte se produce una equivalencia plena, lo que se puede deducir al observar el mismo singificado y el mismo concepto de base indicados, los mismos elementos léxicos constitutivos y el mismo significado literal.
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“… de todo corazón”
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“… con tutto il cuore”
La pareja de locuciones anterior es otro caso de traducción de una locución adverbial por otra locución, pero ojalá el traductor hubiera podido elegir otra locución más adecuada y equivalente en todos los aspectos semánticos: di (tutto) cuore significa ‘volentieri, con entusiasmo’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) 63
y es evidente que representa el equivalente perfecto de la locución española de todo corazón, cuyo significado es ‘Con verdad, seguridad y afecto’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001), no sólo en cuanto al significado fraseológico denotado sino también en el aspecto compositivo. Sin embargo, la elección de la locución con tutto il cuore no está errada, ya que, a pesar de una ligera variación en la composición léxica (la sustitución de la preposición española de por esa italiana con), la correspondencia en el plano semántico es plena.
e) Locuciones prepositivas. Por lo que concierne a la clase de las locuciones prepositivas, presentamos un par de ejemplos:
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“… gracias que las guardé antes” “… menomale che le ho messe via prima”
En este caso, la equivalencia entre las dos locuciones implicadas es de tipo total en referencia al significado fraseológico y a la imagen de base, pero no en cuanto a la composición léxica. De la locución italiana se propone esta acepción:
meno male (rar. menomale), esprime la soddisfazione, il sollievo di constatare che le cose sono andate meglio di pensava o si temeva.
(Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) El equivalente español más adecuado de esta locución sería menos mal tanto en la composición sintática como en el signficado denotativo y en la base figurativa (menos mal Expresión de satisfacción al ocurrir algo positivo que excluye algo negativo que se creía muy probable, Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). Sin embargo, en este caso concreto, el proceso traductológico va del español al italiano y, por lo tanto, como equivalente fraseológico de la locución española ha sido elegida la locución menomale che.
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Otro ejemplo de locución prepositiva:
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“… en vez de” “… invece di”
Se trata de un caso de traducción de una locución con otra en razón de una equivalencia total: dejando por descontada la evidente correspondencia de tipo estructural y de significado literal, las dos locuciones están unidas también por el significado fraseológico y la imagen coceptual subyacente. De hecho, en vez de posee esta acepción:
en vez de En sustitución o en lugar de la cosa o persona que se expresa.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) El mismo concepto está indicado por la locución italiana, que significa ‘in luogo di, al posto di’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
f) Locuciones clausales. A la clase de las locuciones clausales pertenecen ejemplos como:
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“… atendida como Dios manda” “… come Dio comanda”
La locución española como Dios manda forma parte de esas locuciones “formadas por cláusulas enteras, que no tienen independencia textual, y carecen de fuerza ilocutiva” (Corpas Pastor, 1996: 110). Entre la locución española y esa italiana se produce una equivalencia total, dado que la composición léxica es la misma y también el significado fraseológico y la base figurativa coinciden perfectamente: como Dios manda significa ‘Como debido’ (Larousse Diccionario práctico de locuciones, E. Fontanillo Merino, 1993) y, en cuanto a la locución italiana, se propone la definición de la expresión fare le cose come Dio comanda, o sea ‘nel modo prescritto, nel modo migliore’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
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g) Locuciones conjuntivas. Un ejemplo de locución consuntiva que ha sido sustituida en la lengua meta es:
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“… a no ser que no te hayas echado un querindongo” “… a meno che non ti sei fatta un cascamorto”
La locución española en cuestión significa ‘Excepto si se cumple la condición que sigue’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) y ha sido fácil por el traductor hallar su equivalente fraseológico italiano en la expresión a meno che, que tiene la acepción de ‘eccetto che, sempre che, salvo che’ (Il Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) y que por eso conserva el significado denotativo de origen, a pesar de presentar una composición léxica con ligeras diferencias.
2. Traducción por paráfrasis. El procedimiento traductológico indirecto de la paráfrasis se emplea cuando entre las dos UFS tomadas en consideración no existe un grado de equivalencia suficiente para valerse de la sustitución y por eso se suele parafrasear el contenido semántico-pragmático de la unidad de partida en la lengua meta. Cuando la paráfrasis conlleva una variación de tipo gramatical, hablamos de transposición; en cambio, cuando afecta el punto de vista, la categoría de pensamiento u otros aspectos pragmáticos de la unidad de origen, se trata de modulación. En las páginas que siguen presentamos algunos ejemplos de locuciones traducidas por medio de este criterio de traducción.
a) Locuciones verbales. Un caso de locución verbal que ha sido parafraseada en la lengua meta es:
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“… que saca a la gente de quicio” “… che fa impazzire la gente” La locución española sacar (a alguien) de quicio posee el significado de
‘Exasperarle, acerle perder el tino’ (Diccionario de la lengua española, por la Real
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Academia Española, 2001) o también ‘Exasperar o provocar una gran irritación o enfado a alguien’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En este caso específico, la locución está utilizada por Raimunda para aludir a la locura de su tía Paula y de toda la gente que vive en su pueblo de origen, provocada por el viento solano que sopla constantemente. Así pues, la situación contextual justifica la decisión del traductor de trasladar la unidad española con la expresión italiana fare impazzire, que parafrasea la fuerza ilocutiva inicial. Sin embargo, la lengua italiana ofrece una locución que se acerca mucho a la locución española en cuestión, es decir far uscire dai gangheri. De hecho, uscire dai gangheri, essere fuori dai gangheri significa ‘perdere o aver perso la pezienza, il controllo’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) y además existe una perfecta equivalencia semémica entre el término español quicio y el italiano ganghero. En razón de esto, el traductor hubiera podido optar por una sustitución de la locucion original y de esta manera salvaguardar y garantizar una equivalencia fraseológica total; pero, quizás se ha preferido sacrificar la equivalencia segura de la locución far uscire dai gangheri por un mayor grado de informalidad y de frecuencia de uso de la expresión fare impazzire.
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“¡Son una pasada!” “Sono belli grandi!” El ejemplo anterior presenta un tipo de locución española formada por el verbo
copulativo seguido por el atributo, es decir pasada, un término coloquial que denota una ‘Cosa que destaca por estar fuera de lo que se considera normal’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). Esta expresión española no posee un equivalente en la lengua italiana, y tampoco existe un vocablo que se asemeje al español pasada tanto en el significado como en el uso informal. Además, Almodóvar atribuye esta expresión a una niña de unos catorce años que exclama su entusiasmo y admiración por un par de pendientes de plástico, que ella define de esta manera. Así que, el traductor decide servirse de una paráfrasis del atributo en cuestión pero sin lograr reproducir la misma interpretación del original, y tampoco el mismo significado: de hecho, se intenta transmitir la idea de partida de algo que no entra en los cánones de lo usual y ordinario subrayando las razones de la anomalía, o sea el tamaño 67
de los pendientes, un aspecto que, sin embargo, no está explicitado en la unidad original (los pendientes son una pasada, pero no necesariamente porque son muy grandes). En este caso podemos hablar de modulación del punto de vista de origen.
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“… sin ver ni gota” “… senza vedere quasi niente”
La locución española no ver ni gota es sinónimo de ‘no ver nada’ y, en el idioma italiano, no se encuentra una locución que le pueda corresponder. Es por eso que está traducida por medio de una paráfrasis de la locución nominal ni gota, que significa ‘nada’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001), respetando entonces cuanto aludido en la lengua meta, pero, al mismo tiempo, renunciando a la familiaridad y al uso coloquial que caracteriza la expresión de partida y además añadiendo el adverbio quasi que va a atenuar la hipérbole peculiar del no ver ni gota.
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“¡Lo flipo tía!” “Assurdo!” La locución fliparlo pertenece a aquel subtipo de locuciones verbales
constituidas por el verbo más el pronombre. Del verbo flipar se ofrecen distintas acepciones: flipar v. tr. 1 ESP coloquial Impresionar [una cosa] a alguien: lo que me has dicho me ha flipado […] 2 ESP coloquial Entusiasmar [una persona o cosa] a alguien: la última canción fue la que más me flipó. 3 v. intr. ESP coloquial Asombrarse por algo: ¿no has flipado al verlo caer de ese modo? […].
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
En el ejemplo, el verbo flipar asume el significado indicado en las definiciones primera y tercera, ya que se trata de Paula que expresa su asombro y turbación al saber que la Agustina ya tiene preparada su propia tumba y que va a arreglarla y cuidarla casi todos los días. Es por eso que para trasladar esta locución el traductor hace uso del
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adjetivo assurdo que, por un lado, expresa los mismos sentimientos originales, pero, por otro, no representa el equivalente fraseológico sino más bien una transposición de la unidad de partida, dado que se pasa de una locución a una unidad léxica simple y se produce un cambio de categoría gramatical.
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“¿Dándote un homenaje?” “Ti stai ubriacando?”
De la locución verbal darse un homenaje no tenemos una definición concreta, pero podemos intuirla a través del significado del término homenaje:
homenaje. (Del prov. homenatge) 1. m. Acto o serie de actos que se celebran en honor de alguien o de algo. 2. m. Sumisión, veneración, respeto hacia alguien o algo. 3. m. Juramento solemne de fidelidad hecho a un rey o seños, y que a veces se hacía también a un igual para obligarse al cumplimiento de cualquier pacto.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) Así pues, considerando en particular la primera de las tres acepciones, podemos suponer que darse un homenaje quiere decir cuidarse mucho, mimarse, tratarse como un rey. En cuanto a la elección de la paráfrasis italiana, esa depende del contexto en el cual se coloca el uso de la locución de origen: Raimunda vuelve a su casa y encuentra a su marido tumbado en el sofá bebiendo cerveza. Por lo tanto, puesto que el idioma italiano no ofrece una locución
que pueda sustituir aquella española, el traductor
parafrasea la intención lingüística de origen explicitando en la expresión ti stai ubriacando? lo que en la unidad de partida está implícito.
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“No me da buena espina” “Non mi convince per niente” En el ejemplo anterior, la locución no dar buena espina es una variante de dar
mala espina, que significa ‘Provocar recelos o hacer pensar que va a ocurrir, o está 69
ocurriendo, algo negativo’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). La falta de una unidad italiana equivalente con la que sustituirla, lleva al traductor a la búsqueda de una paráfrasis que logre respetar la interpretación de la locución de partida: el verbo italiano convincersi en la forma negativa denota la misma idea de inseguridad y duda hacia algo o alguien. Otro caso de traducción por paráfrasis es: -
“¿No te llama la atención esta coincidencia?” “Non ti colpisce questa coincidenza?” La locución verbal española llamar la atención posee dos distintas acepciones: llamar la atención (I) Despertar el interés o la curiosidad de la gente; causar sorpresa por resultar extraño o anómalo […]
(II) Regañar o reprender a una persona […]. (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) El significado predominante en este caso específico es el primero de los dos anteriores y, a pesar de que exista una locución italiana equivalente tanto en la forma como en el contenuto (attirare l’attenzione), el traductor prefiere el procedimiento traductológico de la paráfrasis a eso de la sustitución y utiliza el verbo colpire que, en su tercera acepción, significa ‘impressionare vivamente, turbare’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
-
“¡No me tires de la lengua!” “Non farmi dire certe cose!” De la locución española tirar de la lengua, el DRAE nos propone esta
definición: tirar de la lengua a alguien. 1. loc. verb. coloq. Provocarle a que hable acerca de algo que convendría callar.
(Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española,2001)
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Este ejemplo concreto presenta otro caso de locución española que no encuentra en la lengua de llegada un equivalente fraseológico y que, por eso, se traduce por medio de una paráfrasis de su contenido y de su función e interpretación: el imperativo de la unidad de origen se traslada también en la expresión meta far dire certe cose, que alude siempre a la capacidad de lograr que una persona diga una cosa que sabe pero que es mejor ocultar.
-
“… tenía ceguera por mi padre” “… era gelosissima di mio padre” En cuanto a la locución verbal de partida tener ceguera por (alguien), el término
ceguera puede tener distintas acepciones: ceguera n. f. 1 Falta del sentido de la vista […] 2 Enfermedad que produce la pérdida de visióen uno o en los dos ojos. 3 Incapacidad de razonar o de darse cuenta de las cosas con claridad a causa de un afecto o pasión intensos […].
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) En el ejemplo analizado, el significado designado es el tercero de los tres indicados. En cuanto a la traducción de la unidad de partida, no es posible localizar en la lengua meta una locución correspondiente que pueda sustituirla; por eso, el traductor soluciona esta falta de equivalencia esplicando por medio de una paráfrasis lo que significa tener ceguera por alguien. Dado que en la mayoría de los casos el sentimiento que influye en la capacidad de razonar y en la lucidez mental son los celos, se ha traducido la locución con la expresión essere geloso. Como último ejemplo de locuciones verbales traducidas por paráfrasis tenemos: -
“¡Me vais a tocar el fandango!” “Me la state facendo a pezzettini!”
La locución tocar el fandango forma parte de aquel grupo de expresiones españolas más coloquiales e informales, y a veces incluso vulgares, de nuestro corpus de análisis.
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En el caso concreto de esta locución, el término fandango no posee su usual acepción relacionada al tipo de baile español o al tañido y coplas con que se acompaña; más bien, denota de manera coloquial y eufemística el trasero (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) y, colocado en la locución en cuestión, se usa para expresar enfado, molestia y fastidio hacia alguien o algo. La búsqueda de posibles correspondencias entre esta locución española y otra italiana no produce algún resultado y por eso se decide parafrasear la unidad de origen utilizando la expresión farla a pezzettini, que resulta ser mucho menos grosera pero que quizás siempre alude a la misma parte del cuerpo (o algo similar), aunque dejándola implícita.
b) Locuciones nominales. En el marco de las locuciones nominales parafraseadas encontramos:
-
“¡Qué mala leche tiene!” “Certo che è stronza!” Mala leche es un tipo de locución nominal formada por el sustantivo más el
adjetivo y puede tener estas dos acepciones: mala leche (I) ESP coloquial Mal carácter o mala intención […] (II) ESP coloquial Mal humor de una persona […].
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
La técnica de traducción de la paráfrasis en este caso es la única posible, ya que en la lengua meta no se halla alguna unidad similar por tipo de estructura, significado fraseológico y aspectos pragmáticos. De los dos significados indicados por el VOX, el más adecuado en este contexto lingüístico y situacional es el primero. Por esta razón, el traductor interpreta el concepto denotado por la unidad de partida y lo vuelve a explicar por medio de otra palabra, precisamente un término típico del lenguaje obsceno (stronza). De esta manera, compensa la inevitable falta de correspondencia con el mantenimento del lenguaje a un mismo nivel de familiaridad.
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-
“¡Qué olor a pedo!” “Oh ma che strana puzza!” Otro ejemplo de locución nominal, olor a pedo pertenece a otro subtipo, o sea a
aquellas locuciones nominales que se componen de dos sustantivos relacionados por una preposición. Como la locución del ejemplo anterior, esta también forma parte del lenguaje escabroso y descocado. Así que, además de la dificultad, mejor dicho imposibilidad, de identificar en la lengua italiana una unidad que le corresponda en todos los planos fraseológicos, se presenta también el problema de lograr reproducir el mismo nivel lingüístico. De hecho, el traductor intenta una paráfrasis que conserva la referencia a la percepción de un olor, pero va a mitigar el tono muy coloquial de la locución de origen: el olor a pedo de lengua española se convierte en una strana puzza, o sea un olor insólito y singular. Otro caso de paráfrasis de una locución nominal es: -
“Hacer un pan con pan” “Dare una bottarella” De la locución nominal sustantivada un pan con pan no tenemos alguna
definición atendible, solo suposiciones en cuanto a su posible significado. Para su correcta interpretación es fundamental conocer el contexto de referencia: Raimunda pide a su vecina prostituta que le haga un favor por la noche y le asegura que la va a pagar como si fuese un cliente cualquiera; la expresión hacer un pan con pan la utiliza la vecina cuando entiende que el pedido de Raimunda no tiene que ver con su “trabajo”, o sea que no se trata de una propuesta de una relación lesbiana. Es evidente que la lengua italiana no presenta un equivalente fraseológico de la locución española, en razón de una correspondencia tanto estructural y sintáctica como semántica. Así que, la solución traductológica está representada por la paráfrasis del concepto expresado por la locución de partida: el traductor se sirve del término italiano de uso coloquial bottarella, que se emplea para indicar una relación sexual fácil y rápida.
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-
“¡Qué poca vergüenza!” “Che svergognata!” El ejemplo anterior propone otro modelo de traducción por paráfrasis de una
locución nominal. De la unidad coloquial española se ofrece la definición de ‘Persona sinvergüenza’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) y, por lo tanto, el traductor, delante de la imposibilidad de localizar un equivalente fraseológico italiano, decide transponer el significado denotado por la locución de origen en la unidad léxica simple svergognata, perteneciente a la categoría gramatical de los adjetivos, que designa ‘chi non prova vergogna per ciò che di sconveniente fa o dice’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997).
c) Locuciones adjetivas. Entre los casos de locuciones adjetivas parafraseadas tenemos:
-
“Estás hecha una sopa” “Sei tutta inzuppata” El significado de la unidad fraseológica española hecho una sopa es ‘Muy
mojado’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) y el procedimiento de la paráfrasis predomina con respecto a eso de la sustitución para su traducción. De hecho, el traductor utiliza el simple adjetivo inzuppato, que significa ‘molto bagnato, zuppo; imbevuto di un liquido’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Sin embargo, hubiera podido valerse de otra expresión más coloquial que explica el mismo concepto, como por ejemplo bagnato fradicio que tiene una frecuencia de uso bastante alta; o, aún mejor, sustituir la locución adjetiva de partida por otra locución adjetiva que propone la lengua italiana, es decir bagnato come un pulcino. Locución adjetiva del mismo tipo es: -
“Está hecha una pena” “Mi fa una pena”
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La locución española hecho una pena se suele utilizar para denotar una persona o cosa ‘En muy mal estado o con mala apariencia’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) o ‘Que tiene un aspecto lamentable, por estar muy descuidado, sucio, etc.’ (Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002). En este caso, la técnica de la paráfrasis era la única posible para la traducción de la unidad fraseológica de la lengua de partida. El traductor decide parafrasearla con la expresión italiana fare pena, que podría acercarse a la unidad original desde el punto de vista sintáctico por una correspondencia léxica entre los términos pena y entre el participio pasado hecho y el verbo fare. Sin embargo, por lo que concierne al significado, se nota una diferencia importante: en la unidad hecho una pena se hace referencia al estado físico de la persona de la que se habla; en cambio, fare pena significa ‘suscitare commiserazione’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) y entonces, en este caso concreto, denota el sentimiento de piedad que la persona que la pronuncia, Soledad, siente hacia la persona objeto del discurso, es decir su tía Paula. Por esta razón, podemos considerarlo un caso de modulación, dado que el traductor interviene en el ámbito pragmático y cambia el punto de vista de la unidad original. Un último ejemplo de paráfrasis de una locución adjetiva es: -
“… de cuerpo presente” “… quando il suo corpo era ancora presente” La locución española de cuerpo presente posee esta acepción: de cuerpo presente Se aplica al cadáver de una persona que está en espera de ser enterrado o incinerado.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) La lengua italiana no presenta dentro de su frásico alguna unidad fraseológica que corresponda a aquella española. Por eso, el traductor emplea una verdadera paráfrasis bastante larga y articulada para expresar el mismo concepto que la lengua española logra explicar con una simple locución compuesta por tres palabras.
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d) Locuciones adverbiales. De las locuciones adverbiales presentamos dos ejemplos. El primero es:
-
“En el camino te lo explico...” “Mentre andiamo te lo spiego...” La locución adverbial en el camino, como todas las locuciones de este tipo,
estáformada por un sintagma prepositivo (la preposición en más el atributo el camino) y posee el valor referencial de localización en el espacio, o sea a lo largo de un trayecto. En cuanto a su traducción, se ha preferido realizar una paráfrasis del contenido en vez de sustituir la locución por otra italiana equivalente: de hecho, la expresión mentre andiamo denota en este contexto la misma acepción original de explicar algo mientras que se recorre un camino, aunque el traductor tenía la posibilidad de actuar por medio de la sustitución, dado que la lengua italiana ofrece unidades como durante il tragitto, lungo il cammino que, además de reproducir el mismo significado de partida, conservan también la composición léxica y el significado literal originales. El segundo ejemplo de locución adverbial parafraseada es: -
“Por lo visto...” “Pare che li...” De la locución el DRAE propone esta definición: por lo visto .
1. loc. adv. Al parecer, según se infiere de determinados indicios. (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001) En este caso, el traductor decide emplear una parárasis para expresar con otras palabras el contenido y la función de la locución de origen: pare che alude a la misma idea de apariencia original. Sin embargo, la lengua italiana posee en su universo fraseológico una locución que se acerca mucho al significado y a la intención de la unidad española, aunque presentando algunas diferencias en el plano léxico y estructural, es decir la unidad a quanto pare, con la cual el traductor hubiera podido actuar a través del procedimiento de la sustitución y equivalencia.
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e) Locuciones conjuntivas. Terminamos la relación de los casos de traducción por paráfrasis indicando un par de ejemplos de locuciones conjuntivas:
-
“... para que no le chorree por la espalda” “... per non farli sgocciolare” La locución para que forma parte de las locuciones conjuntivas subordinantes y
posee esta acepción: para que. 1. loc. conjunt. U. en sentido interrogativo y afirmativo, significa ‘para cuál fin u objeto’, ‘para el fin u objeto de que’. (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001)
La lengua italiana no presenta en su universo fraseológico alguna locución que pueda corresponder a aquella de partida y sustituirla en la traducción. Así que, la solución de este caso es transponer el significado indicado por la locución original en otra expresión meta perteneciente a una categoría gramatical diferente, es decir la preposición per, que, seguida por la construcción con valor causativo fare más el infinitivo del verbo sgocciolare, introduce un fin u objetivo de la misma manera que la unidad de origen.
-
“,,, por si quieres llevarte algo” “… se vuoi prendere qualcosa” Otra locución conjuntiva, por si está definida según estas palabras:
por si Indica una circunstancia hipotética que es causa o razón de lo que se expresa.
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
Como en el ejemplo anterior, también en este caso no existe unidad fraseológica de la lengua meta equivalente con la que la locución española se pueda reemplazar. Por eso, el traductor hace uso de la técnica de la paráfrasis por transposición para expresar a
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través de una unidad léxica simple el concepto indicado por la locución de partida: la preposición se, como la unidad española, tiene valor condicional e introduce un periodo hipotético.
3. Traducción por omisión y compensación. Por lo que concierne a los demás procedimientos traductológicos indirectos, o sea la omisión y la compensación, nuestro corpus de referencia no presenta casos que los identifique. En cuanto a la omisión, es probable que el traductor no haya encontrado unidades fraseológicas con grandes dificultades de traducción o bien irrelevantes para la comprensión del texto; en consecuencia, tampoco se ha utilizado la técnica de la compensación que, para compensar la omisión de UFS, consiste en la introducción de unidades que no están presentes en el texto original en otros lugares del texto meta.
Más allá de las locuciones: algunos ejemplos de formulas rutinarias. Como ya dicho en la páginas anteriores, en el marco de los enunciados fraseológico se colocan entre otras unidades las fórmulas rutinarias que, según Corpas Pastor, son unidades fraseológicas que carecen de autonomía textual, que dependen estrictamente de la situación comunicativa y que se caracterizan por una petrificación formal y semántica. Sin embargo, a menudo el significado denotativo de tales unidades queda relegado a un segundo plano, dado que “las fórmulas rutinarias presentan oscurecimiento de su significado denotativo primario, el cual es sustituido generalmente por el uso contextual de la unidad” (Corpas Pastor, 1996: 182) En cuanto a la connotación, presentan connotaciones de tipo estilístico que indican las preferencias textuales y de registro y los contextos de comunicación; en general, las fórmulas rutinarias pertenecen a un nivel de estilo neutro y bajo, y dentro de este al familiar y coloquial. Vamos a presentar algunos casos de fórmulas rutinarias extraídas de nuestro corpus de referencia y a indicar su traducción en la lengua meta.
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1. Fórmulas de apertura y cierre.
-
“¡Que ver viudas hay en este pueblo!” “Quante vedove ci sono in questo paese!” La fórmula que ver forma parte de ese tipo de enunciados que se utilizan para
indicar simplemente curiosidad por parte del emisor, como en el ejemplo anterior donde el hablante exclama su asombro al ver tantas mujeres viudas en el cementerio del pueblo. En la lengua italiana no existe una fórmula u otra expresión parecida, así que se suele reemplazarla con el adverbio quanto con valor exclamativo. Un caso similar es: -
“¡Hay que ver lo que le gusta a la rusa la tele!” “Ma quanto le piace alla russa la tv!” Como que ver, también hay que ver se emplea para manifestar interés hacia algo
raro e insólito, y su posible traducción italiana podría ser caspita!, o bisogna vedere (la cual además equivale a la fórmula española no sólo en el significado denotativo sino también en la composición léxica y en el significado literal). Sin embargo, el traductor parece omitir la fórmula de origen, o bien sustituirla con el adverbio exclamativo quanto precedido por la conjunción adversativa ma, que en este caso concreto adquiere valor enfático por introducir una exclamación. Siguiendo en el campo de las fórmulas de apertura y cierre, tenemos: -
“A ver donde la meto” “Non so dove metterla”
-
“A ver que sale” “Vediamo che esce”
-
“A ver como lo arreglamos” “Vediamo come risolvere” La fórmula a ver, además de designar el sentimiento de curiosidad del emisor
típico de la fórmula que ver, sirve también para captar la atención de los interlocutores
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y, en ocasiones, se usa de forma similar a la fórmula vamos a ver, con la que se marca la observación o realización de algo. En todos los tres ejemplos anteriores, la fórmula en cuestión posee la última acepción indicada; sin embargo, en el primero por su traducción se ha decidido evitarla y parafrasear el concepto de origen por medio del adverbio de negación non antepuesto al verbo sapere, que denotan la misma idea de incertidumbre e incapacidad de resolver una situación. Por lo que concierne los demás dos ejemplos, la traducción de la fórmula consiste en su sustitución a través de la primera persona plural del verbo vedere que, en este tipo de situación comunicativa, actúa como inciso para llamar la atención (a ver que sale) y asegurar al oyente la toma en consideración de un problema y de su solución (a ver como lo arreglamos). Otro ejemplo más:
-
“¿Qué hay?” “Come stai?” La fórmula española qué hay pertenece a esa categoría de enunciados fáticos que
pueden introducir intercambios que van a establecer o confirmar las relaciones sociales. De hecho, fómulas de apertura como ¿qué hay?, ¿cómo estás?, ¿qué tal?, representan saludos y fórmulas de información, y es por eso que se consideran también como un tipo de «fórmulas rituales». En cuanto a su traducción al italiano, el traductor hace uso de una proposición interrogativa del mismo tipo formada por el adverbio come y el verbo stare, que designa el mismo significado y la misma intención lingüística.
2. Fórmulas de consentimiento. -
“¡Desde luego!” “Che dici? Certo!”
-
“Desde luego” “È chiaro”
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-
“¡Desde luego!” “Quanto è vero!”
De la fórmula desde luego presentamos esta definición: desde luego (I) Indica que se está completamente de acuerdo con algo; generalmente se utiliza para confirmar algo comúnmente aceptado, algo consabido o algo que resulta avidente o que se esperaba que fuera así […] SIN por supuesto. (II) Indica disgusto o reproche ante una situación […]
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002)
En cada uno de los casos indicados anteriormente la acepción predominante es la primera. En los primeros dos ejemplos, la fórmula se traduce por medio de una sustitución: el desde luego de la primera situación comunicativa se traslada al italiano por el adverbio certo con valor de afirmación, reforzado por la proposición interrogativa precedente; en la segunda, se hace uso de la expresión italiana formada por el adjetivo chiaro y el verbo copulativo ser, que significa ‘è evidente (con valore impers.) (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). El ejemplo número tres, a pesar de que se utilice la fórmula con la misma acepción de la lengua de partida, presenta otra alternativa traductológica: el traductor se sirve de una paráfrasis compuesta por el adverbio quanto con valor exclamativo y el adjetivo vero con el significado de ‘conforme alla realtà dei fatti, realmente accaduto’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). 3. Fórmulas de recusación. -
“Huy ¡Qué va!” “Macchè!”
La fórmula qué va forma parte de aquellas cuyo significado denotativo, como dicho antes, se va desvaneciendo a lo largo del tiempo y que asumen otro significado expecializado en virtud de su uso en contexto. De hecho, es difícil remontarse a su verdadera acepción, aunque el DRAE la define como una locución interjectiva coloquial y la considera un sinónimo de quia, siendo usata las dos para ‘denotar incredulidad o negación’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001).
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Esta fórmula encuentra en la interjección macchè su equivalente italiano, ya que esta también ‘si usa per esprimere una forte negazione o opposizione’ (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Otro ejemplo es:
-
“¡Ni hablar!” “Non se ne parla!”
También ni hablar posee la fuerza ilocucionaria de expresar desacuerdo con lo dicho por el interlocutor de forma enfática y el mismo DRAE la define como una ‘expresión usada para rechazar o negar una propuesta’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001). En cuanto a su traducción al italiano, el traductor hace uso de una paráfrasis del concepto de partiday de la intención lingüística: la expresión non se ne parla(neanche) se utiliza para referirse a algo que no se quiere hacer (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997). Así pues, la expresión italiana, aunque teniendo un aspecto compositivo diferente, denota la misma idea conceptual y ejerce la misma fuerza ilocutiva de la fórmula española, o sea un rechazo y una negación categóricos. Último ejemplo de este tipo: -
“¡Y yo qué sé!” “Io che ne so?” La fórmula yo qué sé forma parte de ese subgrupo de las fórmulas de recusación
que, además de poder significar cierta contrariedad para no poder averiguar algo, se usan para indicar que no se sabe la respuesta a una pregunta, como en nuestro caso concreto. La expresión italiana elegida para la traducción consiste en su sustitución: io che ne so? posee una estructura sintáctica muy similar, aunque se presenta en forma interrogativa, y denota el mismo significado y la misma intención pragmática, dado que esta también alude a la incapacidad de contestar a una pregunta y por eso a su rechazo.
4. Fórmulas para desear buena suerte. -
“Dios te lo pague” “Che Dio ti ripaghi” 82
Dentro de este tipo de fórmulas, (que)Dios te/se/… lo pague se encuadra entre aquellas en las que el emisor manifesta sus buenos deseos para con su interlocutor o una tercera persona, y con las que además se formula un agradecimiento, como en este caso específico. La fórmula italiana che Dio ti ripaghi representa su equivalente perfecto de la lengua meta: le corresponde tanto en el aspecto formal y léxico, como en el significado aludido y en su interpretación, puesto que se trata de una expresión de augurio y usada para agradecer y manifestar gratitud hacia alguien. Otro ejemplo más: -
“Que en paz descanse” “Che riposi in pace” Con la fórmula española que descanse en paz el emisor siempre transmite sus
buenos deseos para con el receptor que, en este caso, es un difunto. Esta fórmula se define así:
que en paz descanse Se usa como fórmula de respeto al referirse a una persona muerta para expresar el deseo de que nada perturbe su descanso eterno […].
(Diccionario de uso del español de América y España, Vox, 2002) La traducción a la lengua meta se efectúa por medio de una expresión sustitutiva y correspondiente a esa española de forma total. La fórmula italiana che riposi in pace se refiere como esa española a un difunto y denota el mismo propósito de manifestar buenos deseos a una persona aunque no presente físicamente, además de poseer los mismos elementos léxicos constitutivos y el mismo significado literal. 5. Fórmulas de solidaridad. -
“¡Qué remedio!” “E che faccio, ormai?” Esta clase de fórmulas se suele utilizar para expresar solidaridad y comprensión
para con los interlocutores. Entre estas, se hallan además aquellas que indican resignación ante algo inevitable que puede afectar al emisor, al interlocutor, a ambos, o a una tercera persona. 83
De hecho, según el DRAE qué remedio es una locución interjectiva que ‘expresa resignación para aceptar algo que no ofrece alternativa’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001). El procedimiento traductológico empleado es una paráfrasis semánticopragmática de la unidad de partida, debido a la falta en la lengua meta de una expresión equivalente: e che faccio ormai? se presenta en forma interrogativa y posee el adverbio ormai que en este caso se usa para subrayar la inevitabilidad de un evento y su aceptación por parte del emisor.
6. Fórmulas emocionales. Las fórmulas emocionales son un tipo de acto de habla asertivo o informativo con los cuales el hablante participa de sus sentimientos a los interlocutores. -
“Parece mentira” “Sembra incredibile”
La fórmula parece mentira forma parte de aquellas usadas para expresar sorpresa. El DRAE la clasifica como una locución verbal usada ‘para dar a entender la extrañeza, sorpresa o admiración que causa algo’ (Diccionario de la lengua española, por la Real Academia Española, 2001). En cuanto a su traducción, el traductor la parafrasea conservando la correspondencia del verbo (parecer = sembrare) e intentando respetar además el significado del término mentira por medio del adjetivo incredibile, que alude a algo inverosímil, absurdo, que no se puede creer. De hecho, la expresión italiana pare incredibile es una típica exclamación de estupor y asombro y por eso la intención del enunciado meta corresponde a aquella del enunciado de partida.
-
“¡Por Dios!” “Dio mio!” Dentro de la clase de las fórmulas emocionales, se encuentra un grupo bastante
rico de invocaciones a la deidad que, no sirven sólo para expresar sorpresa o contrariedad, sino también para exteriorizar los sentimientos de dolor, miedo, preocupación, impaciencia, del emisor.
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En nuestro caso concreto, ¡por Dios! es una exclamación que se utiliza para formular una súplica, un rechazo, o para expresar resignación, sorpresa, etc. En la lengua meta, la fórmula española ha sido sustituida por la italiana Dio mio! que, junto a otras expresiones similares como Dio buono!, Dio santo!, indican asombro, impaciencia, cólera, etc. (Grande Dizionario Garzanti della lingua italiana, 1997) y que por esta razón constituye el equivalente fraseológico de la lengua de llegada, no sólo por corresponderle en el significado, sino también en el aspecto formal y literal y en la intención del hablante (ambas son invocaciones a Dios). Para terminar presentamos un último ejemplo de fórmulas emocionales: -
“¡Me cago en la mierda!” “Porca zozza!” A veces, la intensidad emocional de este tipo de fórmulas puede crecer y
traducirse en connotaciones groseras, vulgares y ofensivas. La fórmula me cago en la mierda (y sus variantes me cago en mis mierdas, me cago en la puta mierda), junto a otras similares pero más fuertes como me cago en Dios, me cago en tu madre/padre, me cago en tus muertos, se utilizan para expresar enojo o insultar (Corpas Pastor, 1996: 185). En nuestro caso específico, es una exclamación que el hablante pronuncia después de un notable esfuerzo físico, como si fuese una manera para librarse del agotamiento y cansancio. El traductor opta por una paráfrasis de la fórmula de partida y de su contenido, o sea una expresión típicamente usada para hacer cualquier tipo de imprecación, y a veces también blasfemias: se sirve del adjetivo zozzo precedido por otro adjetivo, porco, que se suele emplear como reforzativo de tono popular o vulgar. Sin embargo, en la traducción la connotación despectiva y descortés es mucho más limitada con respecto a otras expresiones italianas muy vulgares, y en ocasiones blasfemas, que además en la situación contextul analizada serían inoportunas, y con respecto también a la unidad de origen. Así pues, la fuerza ilocucionaria de los dos enunciados corresponde, aunque sea diferente el nivel de uso, además del significado literal y de la composición léxica.
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Conclusiones
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La última década de los años noventa ha supuesto un crecimiento sin precedentes de la fraseología a nivel nacional e internacional. La constitución de asociaciones de estudio fraseológico y la organización de varios congresos y encuentros de fraseología han impulsado y facilitado el intercambio científico y abierto nuevos horizontes investigativos, dando origen a una verdadera globalización fraseológica. Esta globalización ha influido también en los temas de investigación tratados, que hasta entonces gravitaban en torno a los aspectos semánticos y textuales de las unidades fraseológicas y que luego se han extendido a nuevos paradigmas, es decir la lingüística del corpus y la semántica cognitiva. También la comparación interlingüística ha encontrado en la fraseología una de las líneas de investigación más fructíferas: desde una perspectiva tanto contrastiva, con la comparación de los universos fraseológicos de las lenguas y la búsqueda de correspondencias o equivalentes fraseológicos, como traductológica, insistendo en la dificultad que conlleva la traslación de unidades fraseológicas. La mayor parte de las lenguas europeas poseen frásicos similares, generalmente estructurados en tres tipologías paralelas, que muestran peculiaridades universales. Sin embargo, las diferencias se acentúan a la hora de pasar de lo general y abstracto a lo particular y específico, es decir al plano de la equivalencia léxica y, de ahí, a aquello de la equivalencia textual. De hecho, el establecimiento de correspondencias en el plano teórico se va complicando con el funcionamiento discursivo de las UFS y sus actualización semántica en el contexto. Para la realización de un estudio contrastivo español-italiano de las unidades fraseológicas, mejor dicho de las locuciones en nuestro caso específico, se manifesta en muchas ocasiones la imposibilidad de llevar a cabo una traducción literal del idioma de partida a eso de llegada, dado que, aunque existan situaciones expresivo-comunicativas comunes a ambas lenguas, a veces se trata de unidades que no tienen correspondencias conceptuales o de forma en la lengua meta, debido a las diferencias de imágenes, metáforas y conceptos simbolizados por los vocablos de una y de otra lengua. Así pues, en general el primer escollo que se presenta es la constatación del nivel de viabilidad de la traducción y la identificación del grado de (in)equivalencia semántica en primer lugar, y luego morfosintáctica y pragmática, en una y otra lengua. Como afirmaba el mismo Coseriu (1991: 18), el objetivo principal de la traducción es el de reproducir, no el mismo significado, sino la misma designación a través de los medios de otra lengua; eso es, el traductor no debe preguntarse cómo se traduce un 87
significado en otro idioma, sino cómo se designa ese mismo objeto de análisis en la lengua meta y en la misma situación comunicativa. En la relación lingüística entre español e italiano analizada en nuestro corpus, las simetrías y divergencias pueden depender de distintos factores: la presencia u ausencia de las mismas realidades extralingüísticas (el caso analizado de la locución española cara de sota que no tiene en la lengua italiana un equivalente fraseológico tomado del mismo ámbito, o sea de las naipes, y se traduce por faccia da pesce lesso); el uso de referentes análogos o diferentes utilizados en la formulación de las unidades (la locución española agarrarse a un clavo ardiendo y esa italiana arrampicarsi sugli specchi, en las cuales el objeto al que se hace referencia no coincide; o el caso de deshacerse en el paladar y sciogliersi in bocca, donde los dos referentes empleados son diferentes pero se encuentran en una relación parte-todo); la influencia de las fuentes de las que proceden las expresiones idiomáticas (religión, mundo clásico, literatura universal y propia, historia universal o nacional, etc.). En el grado de equivalencia fraseológica también influyen los aspectos morfosintácticos, como en la unidad española olor a pedo que admite su transformación de locución nominal a locución verbal (oler a pedo), a diferencia de la expresión usada en la lengua meta, strana puzza. Y de la misma manera actúan los aspectos pragmáticos: restricciones diastráticas que intervienen en el caso de las locuciones ser la niña de los ojos y essere la luce degli occhi, pues la española se emplea con referencia a una mujer, mientras que la italiana es neutra; el distinto nivel de uso de las dos fórmulas rutinarias ¡Me cago en la mierda! y Porca zozza!, ya que aquella española tiene connotaciones despectivas y vulgares a diferencia de la italiana; el cambio de fuerza ilocutiva que se produce al traducir la locución adjetiva hecho una pena con la expresión fare pena; etc. A lo largo de nuestro estudio se ha observado que son muchos los casos de equivalencia
total,
como
quitarse
algo/alguien
de
la
cabeza
y
togliersi
qualcosa/qualcuno dalla testa, o parcial, como echar pestes y dire peste e corna, que han llevado al traductor al uso del procedimiento traductológico de la sustitución. Sin embargo, es muy frecuente también el uso de la técnica de la paráfrasis para resolver los casos de equivalencia parcial más complicados o equivalencia nula, como las locuciones darse un homenaje, tocar el fandango, mala leche, pan con pan entre otras. Además cabe indicar algunos casos de locuciones españolas que poseen el equivalente italiano pero que, a pesar de esto, han sido parafraseadas, como llamar la 88
atención traducida por el verbo colpire en vez de usar la correspondiente attirare l’attenzione. Por lo que concierne los procedimientos de traducción de la omisión y de la compensación, de este análisis no se ha sacado algún modelo representativo, quizás porque no se han producido situaciones tan complejas que hayan exigido ser solucionadas por la omisión de la locución problemática y por su eventual compensación en otro lugar del texto meta. Finalmente, es importante recordar la particularidad del medio comunicativo cuyo lenguaje ha sido tomado como objeto de nuestro análisis, es decir el medio audiovisual, en particular el cine, y subrayar las dificultades debidas a que no se trata de una simple comunicación verbal, sino que el lenguaje audiovisual se compone de otros aspectos morfológicos, como elementos visuales y sonoros, que van a construir el mensaje final y a participar con las palabras a la creación de los significados; dificultades que se han manifestado a la hora de extrapolar las unidades fraseológicas detectadas durante la proyección de la película, dado que muchas locuciones, sobre todo las más coloquiales y familiares, están estrechamente relacionadas con el contexto en el que se emplean y con otros aspectos no verbales que no se pueden transcribir junto a las mismas, pero que no son menos importantes en el proceso comunicativo.
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APÉNDICE. En esta sección presentamos un apéndice con la lista de las locuciones sacadas a lo largo de nuestro análisis contrastivo del español de la película Volver y de su traducción italiana. Vamos a organizar la relación dividiendo las locuciones según su tipología e indicando, al lado de la unidad española de partida, la unidad italiana de llegada, equivalente fraseológico o paráfrasis.
LOCUCIONES VERBALES ESPAÑOL
ITALIANO
Agarrarse a un clavo ardiendo
Arrampicarsi sugli specchi
Caerse de culo
Pesare il culo
Darse cuenta de algo
Capire
Darse un homenaje
Ubriacarsi
Dar una campanada
Scatenare un putiferio
Dar una vuelta a
Fare un salto a
Deshacerse en el paladar
Sciogliersi in bocca
Echar de menos
Mancare Sentire la mancanza
Echar un ojo a alguien/algo
Buttare un occhio a qualcuno/qualcosa
Echar un vistazo a alguien/algo
Dare un’occhiata a qualcuno/qualcosa
Echar una mano a alguien
Dare una mano a qualcuno
Echar pestes
Dire peste e corna
Echarse encima a
Buttarsi addosso a
Estar pendiente de
Stare (molto) attento a
Fliparlo
Assurdo Rimanere a bocca aperta
Hacer caso a
Dare retta a
Hacer la calle
Fare il marciapiede
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Hacerse a la idea
Abituarsi all’idea
Hacerse de oro
Riempirsi d’oro
Llamar la atención
Colpire
Llevarse bien
Andare d’accordo
No dar buena espina
Non convincere
No saber por donde empezar
Non sapere da dove iniziare
No ver ni gota
Non vedere quasi niente
Pasar de
Fregarsi (Fregarsene)
Perder la cabeza
Perdere la testa
Poner los cuernos a alguien
Mettere le corna a qualcuno
Quedarse con alguien
Sfottere qualcuno
Querer algo como tapadera
Servire come copertura
Quitarse algo/alguien de encima
Levarsi qualcuno di dosso
Quitarse algo/alguien de la cabeza
Togliere dalla testa
Sacar a alguien de quicio
Far impazzire qualcuno
Seguirle a alguien la corriente
Seguire la corrente
Ser la niña de los ojos de alguien
Essere la luce degli occhi di qualcuno
Ser una ardilla
Essere una sveglia
Ser una pasada
Essere bello grande
Tener la boca cerrada
Tenere la bocca chiusa
Tener ceguera por alguien
Essere geloso
Tirar de la lengua a alguien
Far dire a qualcuno
Tocar el fandango a alguien
Farla a pezzettini
Tomar la palabra
Prendere in parola
Troncharse (de la risa)
Scompisciarsi Morire dalle risate
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LOCUCIONES NOMINALES Cara de sota
Faccia da pesce lesso
Mala leche
Stronza
Olor a pedo
Strana puzza
Poca vergüenza
Svergognata
Un no sé qué
Un non so che
Un pan con pan
Una bottarella
LOCUCIONES ADJETIVAS De cuerpo presente
Quando il suo corpo era ancora presente
Hecho una pena
Fare una pena
Hecho una sopa
È inzuppato
Loco como una cabra
Matto come un cavallo
Sordo como una tapia
Sordo come una campana
LOCUCIONES ADVERBIALES De todo corazón
Con tutto il cuore
En el camino
Mentre andiamo
Por cabeza
A testa
Por lo visto
Pare che
Un montón de veces
Un sacco di volte
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LOCUCIONES PREPOSITIVAS En vez de
Invece di
Gracias que
Meno male che
LOCUCIONES CONJUNTIVAS Para que
Per
Por si
Se
A no ser que
A meno che
LOCUCIONES CLAUSALES Como Dios manda
Come Dio comanda
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Sigue además una lista de algunos tipos de enunciados fraseológicos, en particular fórmulas rutinarias, que se han observado durante el estudio conducido.
FÓRMULAS DE APERTURA Y CIERRE: A ver Hay que ver Que ver ¿Qué hay?
FÓRMULAS DE CONSENTIMIENTO: Desde luego
FÓRMULAS DE RECUSACIÓN: ¡Y yo qué sé! ¡Ni hablar! Qué va
FÓRMULAS PARA DESEAR BUENA SUERTE: Dios te lo pague Que en paz descanse
FÓRMULAS DE SOLIDARIDAD: ¡Qué remedio!
FÓRMULAS EMOCIONALES: ¡Me cago en la mierda! Parece mentira ¡Por Dios!
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