u n l u g a r ú n i c o
V A L L E D E C I N T I - B O L I V I A su encanto espacial, su patrimonio arquitectónico, sus pueblos y su gen te
M e c h t h i l d K a i s e r
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Copyright © 2015 by Mechthild Kaiser Diseño Gráfico: Omar Rodriguez Lavandero. www.3Dmetaphors.com
Todos los derechos de este libro están reservados. Ninguna parte de este libro esta autorizada a ser reproducida, distribuida o transmitida de ninguna forma, independientemente de la intención, ya sean: fotocopias, grabaciones, o cualquier otro tipo de métodos mecánicos o digitales. Siempre se necesitará un permiso escrito de la entidad que lo ha publicado. Los casos de pequeñas citas son permitidos si fueran necesarios para alguna publicación u otros usos de carácter no comercial que la ley de Copyright permita. Para solicitar permiso, escribir al publicista, escriba “Para: Coordinador de Permisos” a la dirección que aparece debajo.
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DEDICATORIA
! Dedico este libro a toda la poblaci贸n y a todos los amigos del Valle de Cinti.
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AGRADECIMIENTO Y BIBLIOGRAFÍA
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Lo que se expresa en este libro está basado en experiencias propias de su autora: a través de haber vivido y trabajado por más de 30 años en Bolivia. Durante los últimos 15 años ha practicado la docencia de la Arquitectura y el Urbanismo. En los últimos tres años han sido especiales sus experiencias únicas en el Valle de Cinti. Las posturas expresadas en este libro, no coinciden ni con los métodos de Planificación, ni de Urbanismo que generalmente son reconocidos en Bolivia. Se basan en un reconocimiento y una valorización de la realidad como punto de partida.
! Las Fuentes de información, de inspiración, de motivación y de consulta han sido las personas: gente que nos ha acompañado, que nos ha recibido en sus casas, que nos ha mostrado sus viñedos y sus bodegas, que nos han alojado y prestado sus ambientes para poder hacer exposiciones y eventos. A todos ellos se les expresa aquí, un profundo agradecimiento:
! Viviana Ugarte Angel Aramayo Mario Molina Limber Aparicio y Fabiana Buitrago.
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PRÓLOGO
! El Valle de Cinti se encuentra situado en la parte suroeste del departamento de Chuquisaca, en las provincias de Nor y Sud Cinti. Las fuentes documentales y los cronistas coloniales indican que en las antiguas provincias de Chuquisaca Pilaya y Paspaya, hoy “los Cintis”, célebres por sus grandes y hermosos viñedos, fue donde se inició la vitivinicultura comercial más importante de la Real Audiencia de Charcas a partir de 1550, para proveer de vino y aguardiente al gran mercado potosino. Las ordenanzas de la Corona promulgadas en 1573 relativas a los nuevos asentamientos de españoles, establecieron la edificación de casas, el cultivo de granos y la plantación de viñedos. La construcción de viviendas para los españoles que explotaban las ricas vetas del Cerro Rico de Potosí, se hicieron prioridad, debido a que las esposas de los españoles que se veían encintas, debían abandonar la Villa Imperial para poder dar a luz y garantizar la vida de sus descendientes, ya que el intenso frío y la altitud atentaban contra sus vidas. Es así que en el valle cinteño se construyeron hermosas casas de hacienda, de las cuales hoy quedan muy pocas y fue precisamente la arquitecta visionaria Mechthild Kaiser, quien dedicó gran parte de su valioso tiempo para visitar estas casas coloniales, inventariarlas y proyectar su recuperación, trabajo que ha sido expuesto en otros países, recibiendo admiraciones y reconocimientos. Este trabajo ha sido un despertar para los cinteños, porque nos hace ver la importancia de estas casas coloniales que conservadas o restauradas serán un atractivo turístico más para nuestro valle. Las primeras plantaciones de las viñas coloniales de la variedad Moscatel de Alejandría fueron las de parral de forma alternativa a la de maderos o rodrigones, que conjuntamente con los abundantes árboles de molles, le daban una pintoresca y llamativa belleza bucólica a los Cintis de finales del siglo XVI, según lo describen los cronistas. El paisaje cultural de los viñedos y antiguas instalaciones artesanales bien merece otra mirada y también una reflexión sobre sus valores culturales y particularmente sobre su enseñanza para el
futuro. La mejor manera de pensar en estos territorios tan llenos de cultura que producen nuestro vino y sobre todo nuestro Singani, único en el mundo, es preservarlos, restaurarlos, y conservarlos con sus mejores valores originales, para beneficio de quienes heredarán esta secular tradición, tan singular en Bolivia. Los estudiantes del último año de arquitectura de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho de la ciudad de Tarija, guiados siempre por la arquitecta Kaiser, realizaron un excelente trabajo. Los paneles producidos, fueron expuestos al pueblo cinteño en una gran bodega colonial, como la de la familia Buitrago, en Palca Grande. Los cinteños quedamos sorprendidos por los estudiantes describiéndonos las bellezas con que contamos. Los cinteños, los viñateros, los bodegueros, y el pueblo en general quedaron maravillados y agradecidos a todos ellos por abrirnos los ojos y mostrarnos nuestra riqueza cultural que la teníamos oculta entre nuestros cerros del gran cañón colorado de los Cintis. De este éxito surgió la iniciativa de llevar a cabo un taller social con más de 120 jóvenes latinoamericanos que nos trajeron el abrazo de amistad y convivencia pacífica entre los hermanos latinoamericanos. Pasearon nuestro valle, visitaron las bodegas y las casas coloniales, en todos estos lugares, recibieron el calor humano del cinteño hospitalario, cataron nuestros vinos pateros y nuestro insuperable singani. La obra de Mechthild Kaiser “Un Lugar Único; El Valle de Cinti , Bolivia; Su Encanto Espacial, su Patrimonio Arquitectónico, sus Pueblos y su Gente” es un valioso aporte para los Cintis de hoy, que deben encaminarse por un desarrollo integral entre la vitivinicultura y el turismo regional. Camargo septiembre 2015, Benjamín Aramayo Sivila Propietario del Museo Etno-antropológico de Cinti, Camargo, Chuquisaca.
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ÍNDICE
El concepto del Paisaje Cultural como mediador entre Urbanismo y Desarrollo Sostenible.
2
El Valle de Cinti y su dinámica espacial.
3
El legado de los pueblos cinteños.
4
En camino para el Vivir Bien.
5
Paseando por montañas, ríos, viñas y huertas.
6
Observando, estudiando, analizando, interpretando y valorizando.
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La secuencia lógica – funcional – estética del espacio.
8
Apoyo a los entornos frágiles y vulnerables.
9
El poblado de Las Carreras.
10 El poblado de Villa Abecia. 11 El poblado de Camargo. 12 Niños, jóvenes, adultos y ancianos en acción
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conjunta.
13 Cinti es real.
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El concepto del Paisaje Cultural como mediador entre Urbanismo y Desarrollo Sostenible
En Bolivia la disciplina urbanista se manifiesta en una tendencia urbanizadora muy dañina que degrada cada vez más los aspectos ambientales y rurales: promueve la hipertrofia urbanizadora, la especulación del suelo y un fraccionamiento en lotes que devoran al territorio sin escrúpulos. No existe disciplina a cargo de los territorios rurales como también de los espacios intersticios entre lo urbano y lo rural. Aquí no hay visión, sino una ocupación territorial desorientada y clandestina. En estas circunstancias brotan opiniones y prejuicios que expresan con firmeza: “lo urbano es sinónimo de desarrollo y lo rural de subdesarrollo”, razón por lo cual encontramos un profundo rechazo hacia la arquitectura popular, sus tecnologías y materiales locales y tradicionales. En si un rechazo a la cultura rural, como si hubiera pasado de moda y uno debería identificarse con lo aparentemente moderno-urbano. Este es el dilema en el que se encuentra hoy en día la población de los valles bolivianos: fueron despojadas de su orgullo y su autodeterminación. Desde los centros urbanos se imponen uniformidad e igualitarismo como también modelos prefabricados e importados como sinónimo de desarrollo. El concepto del paisaje cultural permite una visión amplia y holística de un contexto y espacio cultural – natural – histórico: es un reflejo de como el hombre acuño al paisaje natural y viceversa en el trascurso del tiempo. En este sentido el estudio del paisaje cultural introduce nuevas dimensiones y retos en la disciplina urbanística.
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———————————————————————————————— En Bolivia la disciplina urbanista se manifiesta en una tendencia urbanizadora muy dañina que degrada cada vez más los aspectos ambientales y rurales: promueve la hipertrofia urbanizadora, la especulación del suelo y un fraccionamiento en lotes que devoran al territorio sin escrúpulos. No existe disciplina a cargo de los territorios rurales como también de los espacios intersticios entre lo urbano y lo rural. Aquí no hay visión, sino una ocupación territorial desorientada y clandestina. En estas circunstancias brotan opiniones y prejuicios que expresan con firmeza: “lo urbano es sinónimo de desarrollo y lo rural de subdesarrollo”, razón por lo cual encontramos un profundo rechazo hacia la arquitectura popular, sus tecnologías y materiales locales y tradicionales. En si un rechazo a la cultura rural, como si hubiera pasado de moda y uno debería identificarse con lo aparentemente moderno-urbano. Este es el dilema en el que se encuentra hoy en día la población de los valles bolivianos: fueron despojadas de su orgullo y su autodeterminación. Desde los centros urbanos se imponen uniformidad e igualitarismo como también modelos prefabricados e importados como sinónimo de desarrollo. El concepto del paisaje cultural permite una visión amplia y holística de un contexto y espacio cultural – natural – histórico: es un reflejo de como el hombre acuño al paisaje natural y viceversa en el trascurso del tiempo. En este sentido el estudio del paisaje cultural introduce nuevas dimensiones y retos en la disciplina urbanística.
Un Desarrollo Sostenible se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. En los tiempos de formación de los paisajes culturales, hubo este equilibrio y fue la base del éxito: un desequilibrio, provocado por el hombre o la naturaleza misma, tiene como consecuencia el decaimiento de una cultura. Por eso es de vital importancia el estudio de los paisajes culturales como conocimiento y base fundamental para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo: revalorizar las zonas rurales recuperando la diversidad cultural y la identidad de sus habitantes, luchar por una equidad social, promover la producción agrícola y un turismo sostenible y de una vez por todas cuidar del medio ambiente y vivir en armonía con la naturaleza: en esencia vivir bien. Estoy convencida que un Desarrollo Sostenible como también las ideas y procesos creativos dentro del mismo, deben surgir del lugar, desde abajo: El Patrimonio y el Paisaje como medio y fuente de inspiración para cambiar la concepción de desarrollo. Lo escrito presentado acá va dirigido a todos los habitantes y amigos del Valle de Cinti. La intención es mostrar las cualidades del patrimonio cultural construido y despertar la mente para dejarse seducir por el encanto espacial de los pueblos, del paisaje y la interrelación entre ambas. El desarrollo futuro de los poblados y de la viticultura en el Valle de Cinti debe llevarse adelante en plena consciencia sobre el gran valor de lo heredado.
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———————————————————————————————— Un Desarrollo Sostenible se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. En los tiempos de formación de los paisajes culturales, hubo este equilibrio y fue la base del éxito: un desequilibrio, provocado por el hombre o la naturaleza misma, tiene como consecuencia el decaimiento de una cultura. Por eso es de vital importancia el estudio de los paisajes culturales como conocimiento y base fundamental para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo: revalorizar las zonas rurales recuperando la diversidad cultural y la identidad de sus habitantes, luchar por una equidad social, promover la producción agrícola y un turismo sostenible y de una vez por todas cuidar del medio ambiente y vivir en armonía con la naturaleza: en esencia vivir bien. Estoy convencida que un Desarrollo Sostenible como también las ideas y procesos creativos dentro del mismo, deben surgir del lugar, desde abajo: El Patrimonio y el Paisaje como medio y fuente de inspiración para cambiar la concepción de desarrollo. Lo escrito presentado acá va dirigido a todos los habitantes y amigos del Valle de Cinti. La intención es mostrar las cualidades del patrimonio cultural construido y despertar la mente para dejarse seducir por el encanto espacial de los pueblos, del paisaje y la interrelación entre ambas. El desarrollo futuro de los poblados y de la viticultura en el Valle de Cinti debe llevarse adelante en plena consciencia sobre el gran valor de lo heredado.
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El Valle de Cinti y su dinรกmica espacial
En el sur del departamento boliviano de Chuquisaca, colindando hacia el este con el departamento de Tarija y hacia el oeste con el departamento de Potosí, se extiende el Valle de Cinti a lo largo de 60km y hasta una altura de 2500m.s.n.m. dentro de un paisaje montañoso espectacular. Está formado en el oeste por el casi vertical e imponente Cañón Colorado, que con su color rojo le da un carácter inconfundible. Las montañas en el este, más bajas y de color gris, permiten al valle recibir el sol del amanecer en toda su magnitud para calentar el ambiente. Las montañas rojas almacenan el calor del día y lo emanan durante la noche, una climatización natural y confortable para el espacio y ambiente. Camargo, el pueblo más grande, es la entrada al valle, siempre y cuando uno llegue desde Potosí o Sucre. Las Carreras, el pueblo más pequeño, también es la entrada al valle, siempre y cuando un llegue desde Tarija. Políticamente Cinti se vincula con Sucre pero emocionalmente con Tarija. Bueno, ¿quién es la cabeza y quien la cola? Y ¿cómo definir la dinámica del espacial del valle? Desde Camargo el Rio Chico baja y ondula hacia el sur formando bolsones verdes, los cuales por su parte saltan de un lado al otro para dar curso al flujo del agua. El Rio Tumusla se une a este juego en la comunidad de Palca Grande y desde allí se puede llamar Rio Grande. Desde Las Carreras el Rio San Juan de Oro baja hacia el norte, es cierto que baja, pero muchos visitantes confundidos sienten que el rio va en dirección contrario por la dinámica espacial del valle. Su nombre ya sugiere grandeza y aventura: nace en la Argentina, une las zonas andinas de Argentina y Bolivia, conoce toda la historia precolombina y definió
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———————————————————————————————— En el sur del departamento boliviano de Chuquisaca, colindando hacia el este con el departamento de Tarija y hacia el oeste con el departamento de Potosí, se extiende el Valle de Cinti a lo largo de 60km y hasta una altura de 2500m.s.n.m. dentro de un paisaje montañoso espectacular. Está formado en el oeste por el casi vertical e imponente Cañón Colorado, que con su color rojo le da un carácter inconfundible. Las montañas en el este, más bajas y de color gris, permiten al valle recibir el sol del amanecer en toda su magnitud para calentar el ambiente. Las montañas rojas almacenan el calor del día y lo emanan durante la noche, una climatización natural y confortable para el espacio y ambiente. Camargo, el pueblo más grande, es la entrada al valle, siempre y cuando uno llegue desde Potosí o Sucre. Las Carreras, el pueblo más pequeño, también es la entrada al valle, siempre y cuando un llegue desde Tarija. Políticamente Cinti se vincula con Sucre pero emocionalmente con Tarija. Bueno, ¿quién es la cabeza y quien la cola? Y ¿cómo definir la dinámica del espacial del valle? Desde Camargo el Rio Chico baja y ondula hacia el sur formando bolsones verdes, los cuales por su parte saltan de un lado al otro para dar curso al flujo del agua. El Rio Tumusla se une a este juego en la comunidad de Palca Grande y desde allí se puede llamar Rio Grande. Desde Las Carreras el Rio San Juan de Oro baja hacia el norte, es cierto que baja, pero muchos visitantes confundidos sienten que el rio va en dirección contrario por la dinámica espacial del valle. Su nombre ya sugiere grandeza y aventura: nace en la Argentina, une las zonas andinas de Argentina y Bolivia, conoce toda la historia precolombina y definió
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un gran eje para la colonización española en el siglo XVI y XVII. Su lecho es muy ancho, deja arenales grandes y domina en el espacio. En el pueblo de Villa Abecia, aproximadamente a la mitad del camino entre Las Carreras y Camargo confluyen el Rio Grande y el Rio San Juan de Oro y bajan juntos en dirección este hasta encontrarse con el Rio Pilaya. Interpretando de esta manera el curso de los ríos, tenemos dos cabezas y en la cola el Rio Pilaya. Triangular estos tres lugares, tiene sentido por su importancia y significativo histórico en la época colonial y republicana. En Bolivia los viajes ya son una aventura en sí y la aventura de percibir los increíbles paisajes bolivianos queda en un segundo plano. Recuerdo bien estos horrorosos viajes de Tarija a Potosí, de noche, con frio, sintiendo cada bache, sin dormir, a veces con bloqueos, llantas pinchadas o con el parabrisas roto. Veinticuatro horas retenidos en el camino y la paciencia se me acababa, privado del derecho al libre tránsito: “Camargo me quedo amargo….nunca más regresare” exclamé, sin pensar que unos años después se convertiría en uno de mis lugares preferidos. En aquellos tiempos no hubo motivación, ni deseo, ni curiosidad de observar y de disfrutar de este paisaje hermoso, encantador y único del valle cinteño. La única preocupación era conseguir un baño cuando la flota paraba en uno de sus pueblos……. ¡que degradación! Que degradación que tenían que aguantar estos pueblos que en otros tiempos fueron villas orgullosas, privilegiados por la naturaleza y formadas por el trabajo de su gente, viviendo entre rio y huerta, montaña roja y sol permanente.
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———————————————————————————————un gran eje para la colonización española en el siglo XVI y XVII. Su lecho es muy ancho, deja arenales grandes y domina en el espacio. En el pueblo de Villa Abecia, aproximadamente a la mitad del camino entre Las Carreras y Camargo confluyen el Rio Grande y el Rio San Juan de Oro y bajan juntos en dirección este hasta encontrarse con el Rio Pilaya. Interpretando de esta manera el curso de los ríos, tenemos dos cabezas y en la cola el Rio Pilaya. Triangular estos tres lugares, tiene sentido por su importancia y significativo histórico en la época colonial y republicana. En Bolivia los viajes ya son una aventura en sí y la aventura de percibir los increíbles paisajes bolivianos queda en un segundo plano. Recuerdo bien estos horrorosos viajes de Tarija a Potosí, de noche, con frio, sintiendo cada bache, sin dormir, a veces con bloqueos, llantas pinchadas o con el parabrisas roto. Veinticuatro horas retenidos en el camino y la paciencia se me acababa, privado del derecho al libre tránsito: “Camargo me quedo amargo….nunca más regresare” exclamé, sin pensar que unos años después se convertiría en uno de mis lugares preferidos. En aquellos tiempos no hubo motivación, ni deseo, ni curiosidad de observar y de disfrutar de este paisaje hermoso, encantador y único del valle cinteño. La única preocupación era conseguir un baño cuando la flota paraba en uno de sus pueblos……. ¡que degradación! Que degradación que tenían que aguantar estos pueblos que en otros tiempos fueron villas orgullosas, privilegiados por la naturaleza y formadas por el trabajo de su gente, viviendo entre rio y huerta, montaña roja y sol permanente.
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El legado de los pueblos cinte単os
El Valle de Cinti tiene una historia larga, intensa y exitosa en la producción de vinos y singanis, el ultimo un destilado de la uva blanca “Moscatel de Alejandría”. Hace más de cuatrocientos años atrás, los primeros colonos y jesuitas, en la búsqueda de tierras aptas para el cultivo de la vid y la producción del vino indispensable para la santa misa, introdujeron la viticultura en el Valle de Cinti. En la comunidad de San Lucas, en el departamento de Potosí, se encontró el lugar, donde se destilo por primera vez la uva en una olla cerámica sobre fuego e insertada en una acequia, un sistema que recibió el nombre de “konchana”. En el trascurso del tiempo esta tecnología inicial fue desarrollada y perfeccionada logrando más eficiencia en la producción, motivado por el gran éxito que tuvo este agua ardiente, en particular, en las minas de Potosí y las ciudades grandes de Bolivia. Hoy en día el Singani fue nombrado patrimonio cultural del Valle de Cinti. Actualmente se puede observar y admirar las cepas centenarias, la tradicional crianza de la vid en parral arrimado a molles, algarrobos y chañares y el cultivo de las variedades más antiguas, “Moscatel de Alejandría”, “Misionera” y “Vischoqueña”, originalmente traídas desde España e introducidas al “nuevo mundo”. Felizmente hoy en día se reconoció el valor indispensable de ellas para la creación de productos únicos, de un lugar específico, identificados por su geografía, su clima, su gente y la su historia, y que hoy son protegidos por la Denominación de Origen.
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———————————————————————————————— El Valle de Cinti tiene una historia larga, intensa y exitosa en la producción de vinos y singanis, el ultimo un destilado de la uva blanca “Moscatel de Alejandría”. Hace más de cuatrocientos años atrás, los primeros colonos y jesuitas, en la búsqueda de tierras aptas para el cultivo de la vid y la producción del vino indispensable para la santa misa, introdujeron la viticultura en el Valle de Cinti. En la comunidad de San Lucas, en el departamento de Potosí, se encontró el lugar, donde se destilo por primera vez la uva en una olla cerámica sobre fuego e insertada en una acequia, un sistema que recibió el nombre de “konchana”. En el trascurso del tiempo esta tecnología inicial fue desarrollada y perfeccionada logrando más eficiencia en la producción, motivado por el gran éxito que tuvo este agua ardiente, en particular, en las minas de Potosí y las ciudades grandes de Bolivia. Hoy en día el Singani fue nombrado patrimonio cultural del Valle de Cinti. Actualmente se puede observar y admirar las cepas centenarias, la tradicional crianza de la vid en parral arrimado a molles, algarrobos y chañares y el cultivo de las variedades más antiguas, “Moscatel de Alejandría”, “Misionera” y “Vischoqueña”, originalmente traídas desde España e introducidas al “nuevo mundo”. Felizmente hoy en día se reconoció el valor indispensable de ellas para la creación de productos únicos, de un lugar específico, identificados por su geografía, su clima, su gente y la su historia, y que hoy son protegidos por la Denominación de Origen.
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Según los relatos de algunos Cinteños de considerada edad, las condiciones de vida de antes eran paradisiacas. Había todo en abundancia: uva, duraznos, aceitunas, granadas, ciruelos, higos y una gran variedad de verduras. Cuando alguien carneaba una vaca, todos tenían para comer, y después le tocaba al vecino. Vivian en comunidad, compartían todo y se ayudaban el uno al otro. La iglesia, la capilla, las imágenes de los santos, la simbólica cruz y la religión católica con sus fiestas tuvieron una relación estrecha con la vida, articulaban los ciclos productivos del año, integrando fe, trabajo y la vida cotidiana. Vivían completamente autónomos. De Potosí venían los comerciantes y compraban toda la producción de vino y Singani. A cambio traían los muebles más finos de Europa, como también lo más novedoso en máquinas y aparatos o lo equivalente en vajilla y monedas de plata. Algunos acumulaban tesoros en cantidades tan grandes que tenían que ocultarlos, enterrados en el suelo o en las paredes gruesas. Los famosos Tapados despiertan la ilusión de encontrar la gran suerte hasta el día de hoy. Tan solo la sospecha de su existencia llevó y lleva aun hoy en día a muchos a realizar excavaciones codiciosas. Ningún paraíso es eterno. La debilidad del hombre para caer en decadencia es alta. Cuando adquiere demasiados bienes, cuando explota a los demás, cuando el alcohol degenera y la envidia y el odio destruyen el sentido común llega el momento de no retorno. En las últimas décadas del siglo XX una gran depresión provocó un decaimiento de la viticultura y con ello un abandono de las estancias productivas. Esto ocurrió paralelamente al cierre de las minas en Potosí, el mercado más importante para los productos cinteños. Con la ———————————————————————————————— Según los relatos de algunos Cinteños de considerada edad, las condiciones de vida de antes eran paradisiacas. Había todo en abundancia: uva, duraznos, aceitunas, granadas, ciruelos, higos y una gran variedad de verduras. Cuando alguien carneaba una vaca, todos tenían para comer, y después le tocaba al vecino. Vivian en comunidad, compartían todo y se ayudaban el uno al otro. La iglesia, la capilla, las imágenes de los santos, la simbólica cruz y la religión católica con sus fiestas tuvieron una relación estrecha con la vida, articulaban los ciclos productivos del año, integrando fe, trabajo y la vida cotidiana. Vivían completamente autónomos. De Potosí venían los comerciantes y compraban toda la producción de vino y Singani. A cambio traían los muebles más finos de Europa, como también lo más novedoso en máquinas y aparatos o lo equivalente en vajilla y monedas de plata. Algunos acumulaban tesoros en cantidades tan grandes que tenían que ocultarlos, enterrados en el suelo o en las paredes gruesas. Los famosos Tapados despiertan la ilusión de encontrar la gran suerte hasta el día de hoy. Tan solo la sospecha de su existencia llevó y lleva aun hoy en día a muchos a realizar excavaciones codiciosas. Ningún paraíso es eterno. La debilidad del hombre para caer en decadencia es alta. Cuando adquiere demasiados bienes, cuando explota a los demás, cuando el alcohol degenera y la envidia y el odio destruyen el sentido común llega el momento de no retorno. En las últimas décadas del siglo XX una gran depresión provocó un decaimiento de la viticultura y con ello un abandono de las estancias productivas. Esto ocurrió paralelamente al cierre de las minas en Potosí, el mercado más importante para los productos cinteños. Con la
migración de los mineros empezaron en Bolivia los grandes movimientos de la población del campo a la ciudad; muchos de ellos migraban hacia el sur, asentándose en el valle de Tarija, donde la explotación del gas y del petróleo prometía una nueva fuente de riqueza. Los ejes de viales norte-sur ganaban cada vez más importancia y las villas en el Valle de Cinti -Camargo, Palca Grande, Villa Abecia y Las Carreras- se convirtieron en pueblos de paso. Gran parte de la juventud también migró o fueron enviados por sus familias al exterior del país para buscar formación profesional y nuevas oportunidades de ganarse la vida. Los que permanecieron en el valle, abandonaron las huertas, dieron la espalda al rio y a los cultivos y se orientaron hacia la vía en búsqueda de “la nueva economía”. Huertas y viñas fueron urbanizadas, amuralladas y ocupadas con construcciones. Contaminación ambiental y visual son el destino de los pueblos de paso, flotas y camiones dejan las calles sucias y obstaculizan los espacios públicos: basura, llantas, manchas de aceite sucio y chatarras de toda índole son imágenes típicas. Un “aparente desarrollo moderno” tomo las riendas y dejo gran parte de la población cinteña con frustración, odio y rabia contra su propia cultura y los lugares de su expresión: manifestado en actos destructivos en contra de haciendas y bodegas antiguas, en contra de las cepas centenarias y en contra de las huertas, acequias y la vegetación autóctona. Se cerró toda una “carpeta” en la memoria de la gente y con eso una parte esencial de la identidad quedo en la oscuridad. Nace el desafío de encontrar la llave para abrir esta “carpeta de memoria”, revitalizar sus “archivos” y activarlos orgullosamente para encaminar y desarrollar un futuro mejor. ———————————————————————————————— migración de los mineros empezaron en Bolivia los grandes movimientos de la población del campo a la ciudad; muchos de ellos migraban hacia el sur, asentándose en el valle de Tarija, donde la explotación del gas y del petróleo prometía una nueva fuente de riqueza. Los ejes de viales norte-sur ganaban cada vez más importancia y las villas en el Valle de Cinti -Camargo, Palca Grande, Villa Abecia y Las Carreras- se convirtieron en pueblos de paso. Gran parte de la juventud también migró o fueron enviados por sus familias al exterior del país para buscar formación profesional y nuevas oportunidades de ganarse la vida. Los que permanecieron en el valle, abandonaron las huertas, dieron la espalda al rio y a los cultivos y se orientaron hacia la vía en búsqueda de “la nueva economía”. Huertas y viñas fueron urbanizadas, amuralladas y ocupadas con construcciones. Contaminación ambiental y visual son el destino de los pueblos de paso, flotas y camiones dejan las calles sucias y obstaculizan los espacios públicos: basura, llantas, manchas de aceite sucio y chatarras de toda índole son imágenes típicas. Un “aparente desarrollo moderno” tomo las riendas y dejo gran parte de la población cinteña con frustración, odio y rabia contra su propia cultura y los lugares de su expresión: manifestado en actos destructivos en contra de haciendas y bodegas antiguas, en contra de las cepas centenarias y en contra de las huertas, acequias y la vegetación autóctona. Se cerró toda una “carpeta” en la memoria de la gente y con eso una parte esencial de la identidad quedo en la oscuridad. Nace el desafío de encontrar la llave para abrir esta “carpeta de memoria”, revitalizar sus “archivos” y activarlos orgullosamente para encaminar y desarrollar un futuro mejor.
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En camino para el Vivir Bien
Hoy Bolivia está en proceso de cambio. Desde el año 2012 existe una carretera asfaltada que vincula el sur con el norte del país, atravesando el cañón de Cinti. El viaje desde Tarija ya es una experiencia única y un atractivo turístico. El nuevo camino circunda los centros poblados y felizmente así dejan de ser pueblos de paso. Ahora es el momento de nuevas oportunidades: regenerar los espacios dañados y contaminados con el fin de mejorar la calidad de vida en estos lugares y de potencializar la producción ecológica y el turismo sostenible. - En el marco de El Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien”, que plantea como política fundamental la democratización en el acceso a la información y gestión del turismo; por otra parte, busca la participación activa de la población en los beneficios económicos y sociales del turismo, a partir de la incorporación protagónica de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas a la actividad turística, potenciando sus territorios, el aprovechamiento de recursos culturales, naturales, históricos y monumentales de atracción turística, que permitan erradicar la pobreza, generar riqueza, conservar el entorno natural y reafirmar la diversa identidad cultural. –
! ! ! ———————————————————————————————— Hoy Bolivia está en proceso de cambio. Desde el año 2012 existe una carretera asfaltada que vincula el sur con el norte del país, atravesando el cañón de Cinti. El viaje desde Tarija ya es una experiencia única y un atractivo turístico. El nuevo camino circunda los centros poblados y felizmente así dejan de ser pueblos de paso. Ahora es el momento de nuevas oportunidades: regenerar los espacios dañados y contaminados con el fin de mejorar la calidad de vida en estos lugares y de potencializar la producción ecológica y el turismo sostenible. - En el marco de El Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien”, que plantea como política fundamental la democratización en el acceso a la información y gestión del turismo; por otra parte, busca la participación activa de la población en los beneficios económicos y sociales del turismo, a partir de la incorporación protagónica de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas a la actividad turística, potenciando sus territorios, el aprovechamiento de recursos culturales, naturales, históricos y monumentales de atracción turística, que permitan erradicar la pobreza, generar riqueza, conservar el entorno natural y reafirmar la diversa identidad cultural. –
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La motivación de trabajar en el Valle de Cinti viene de un enorme respeto ante los hechos de los antepasados, sus tecnologías y su capacidad de vivir en armonía con el paisaje natural. Expresar y transmitir estos valores, es él desafío principal en mis proyectos arquitectónicos como también en mis tareas de enseñanza. Bodegueros cinteños, asociados a la IG (Indicación Geográfica) con iniciativa propia están recuperando y revitalizando la viticultura, revalorizando y reintroduciendo las especies autóctonas, se capacitan en tecnología del vino y en el cultivo ecológico de la vid. El enfoque de sus esfuerzos y la competencia que buscan es: calidad antes de cantidad. Y en este sentido también se quieren preparar para la recepción del turista. Su compromiso para el desarrollo del Valle representa una fuerza enorme en la región. - El proyecto Indicación Geográfica Valle de Cinti busca revalorizar el territorio del Cañón de los Cintis, rescatando los elementos históricos, geográficos, culturales y los conocimientos de sus habitantes en la producción de uvas, vinos y singanis. Todos los elementos mencionados hacen que los productos vitivinícolas de la región tengan características únicas y particulares en el mundo, y es a partir de esas características que se los reposicionará en el mercado nacional e internacional protegiendo el nombre de la región. (Página web. IG Cinti) –
! ! ———————————————————————————————— La motivación de trabajar en el Valle de Cinti viene de un enorme respeto ante los hechos de los antepasados, sus tecnologías y su capacidad de vivir en armonía con el paisaje natural. Expresar y transmitir estos valores, es él desafío principal en mis proyectos arquitectónicos como también en mis tareas de enseñanza. Bodegueros cinteños, asociados a la IG (Indicación Geográfica) con iniciativa propia están recuperando y revitalizando la viticultura, revalorizando y reintroduciendo las especies autóctonas, se capacitan en tecnología del vino y en el cultivo ecológico de la vid. El enfoque de sus esfuerzos y la competencia que buscan es: calidad antes de cantidad. Y en este sentido también se quieren preparar para la recepción del turista. Su compromiso para el desarrollo del Valle representa una fuerza enorme en la región. - El proyecto Indicación Geográfica Valle de Cinti busca revalorizar el territorio del Cañón de los Cintis, rescatando los elementos históricos, geográficos, culturales y los conocimientos de sus habitantes en la producción de uvas, vinos y singanis. Todos los elementos mencionados hacen que los productos vitivinícolas de la región tengan características únicas y particulares en el mundo, y es a partir de esas características que se los reposicionará en el mercado nacional e internacional protegiendo el nombre de la región. (Página web. IG Cinti) –
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Paseando por montañas, ríos, viñas y huertas
Es aquí en el 2012 cuando llegué al Valle de Cinti con la misión de orientar los proyectos de la Ruta del Vino que ya estaban en ejecución. Había observaciones con respecto a la visión y la coherencia e integración con el lugar de los diversos emprendimientos en gastronomía, hotelería, salas de degustación y recepción del turista. Pronto me di cuenta que, aún existen muchas iniciativas, gran voluntad y compromiso individual de mejorar las cosas, pero algo estaba faltando en estos proyectos: algo que refleje la esencia y el espíritu del lugar, algo que te impacte y te intrigue, algo que no pretenda ser moderno, sino autentico, algo cinteño y no copiado o derivado de la ciudad o que quiera competir con ella. -Un bodeguero, que ya había recibido varios premios a la calidad de su producto, que trabaja orgullosamente con toda la familia en la producción de Singani, pudo comprar nuevos tanques de acero inoxidable y quiso construir una nueva bodega. Excavo en su peña de pura tierra para hacer lugar para lo nuevo, desecho la tierra y compro ladrillos cerámicos de 6 huecos y calamina, que son los materiales más usados en la ciudad, también cemento y hierro para amarrar todo. Construyó un galpón de dos pisos, abajo los tanques lindos y lujosos dentro de una simple envolvente, que no ofrece solidez ni tampoco un buen clima. Peor en la planta alta, donde un calor sofocante bajo la calamina hace imposible el trabajo de envasado del producto. El bodeguero quiso adosar a esta construcción una pequeña sala de degustación para el turista en el mismo “estilo”, este era su proyecto. Asustada de lo que vi, le pregunté, si no tenía otros ambientes en desuso. No estaba muy emocionado, pero me mostro su finca. Encontramos una vieja bodega, un ambiente grande y alto, un zócalo sólido, paredes gruesas de adobe, techo con ———————————————————————————————— Es aquí en el 2012 cuando llegué al Valle de Cinti con la misión de orientar los proyectos de la Ruta del Vino que ya estaban en ejecución. Había observaciones con respecto a la visión y la coherencia e integración con el lugar de los diversos emprendimientos en gastronomía, hotelería, salas de degustación y recepción del turista. Pronto me di cuenta que, aún existen muchas iniciativas, gran voluntad y compromiso individual de mejorar las cosas, pero algo estaba faltando en estos proyectos: algo que refleje la esencia y el espíritu del lugar, algo que te impacte y te intrigue, algo que no pretenda ser moderno, sino autentico, algo cinteño y no copiado o derivado de la ciudad o que quiera competir con ella. -Un bodeguero, que ya había recibido varios premios a la calidad de su producto, que trabaja orgullosamente con toda la familia en la producción de Singani, pudo comprar nuevos tanques de acero inoxidable y quiso construir una nueva bodega. Excavo en su peña de pura tierra para hacer lugar para lo nuevo, desecho la tierra y compro ladrillos cerámicos de 6 huecos y calamina, que son los materiales más usados en la ciudad, también cemento y hierro para amarrar todo. Construyó un galpón de dos pisos, abajo los tanques lindos y lujosos dentro de una simple envolvente, que no ofrece solidez ni tampoco un buen clima. Peor en la planta alta, donde un calor sofocante bajo la calamina hace imposible el trabajo de envasado del producto. El bodeguero quiso adosar a esta construcción una pequeña sala de degustación para el turista en el mismo “estilo”, este era su proyecto. Asustada de lo que vi, le pregunté, si no tenía otros ambientes en desuso. No estaba muy emocionado, pero me mostro su finca. Encontramos una vieja bodega, un ambiente grande y alto, un zócalo sólido, paredes gruesas de adobe, techo con
rollizos de madera encañado y cubierto con tierra, un clima interior fresco y un olor muy agradable a vino. Una puerta de madera maciza llevaba a una pequeña terraza con vista hacia la viña. Unas gradas subían a un nivel más alto, donde se encontraban todavía las falcas antiguas para destilar el Singani. Aquí encontró todo para su sala de degustación y siempre estuvo allí, solamente que no era consciente de su valor.- En estas visitas pude experimentar y percibir la magnitud del paisaje, la majestuosidad de las montañas, y dentro de todo eso un gran patrimonio, que quedó hasta el momento completamente fuera de las iniciativas para la Ruta del Vino, innumerables testigos de un pasado grandioso: bodegas, haciendas, capillas, canales de riego, corrales y aldeas, todo en abandono y en ruinas. Aun olvidados, maltratados, saqueados o simplemente dejados a su propio destino estos monumentos expresan aún la grandeza de su tiempo y relatan su historia. Ellos aún permiten una lectura de cómo surgieron del lugar y de como el hombre los erigió con la lógica de las condiciones geográficas y climáticas como también de los materiales a disposición. Las viviendas, las haciendas y otros monumentos parecen aglomeraciones derivadas de las montañas o extensiones del pie de la montaña y son así parte de ella. Las galerías de las haciendas desean participar del espectáculo paisajístico. Sus volúmenes son macizos y fuertes; nacen de la tierra como la cepa y representan cobijo. La naturaleza se refleja en viviendas, haciendas y monumentos: piedra, adobe, madera y caña. Las ruinas amplían las sensaciones y experiencias en el paisaje cultural en una dimensión más, la cuarta dimensión, que es el tiempo.
———————————————————————————————— rollizos de madera encañado y cubierto con tierra, un clima interior fresco y un olor muy agradable a vino. Una puerta de madera maciza llevaba a una pequeña terraza con vista hacia la viña. Unas gradas subían a un nivel más alto, donde se encontraban todavía las falcas antiguas para destilar el Singani. Aquí encontró todo para su sala de degustación y siempre estuvo allí, solamente que no era consciente de su valor.- En estas visitas pude experimentar y percibir la magnitud del paisaje, la majestuosidad de las montañas, y dentro de todo eso un gran patrimonio, que quedó hasta el momento completamente fuera de las iniciativas para la Ruta del Vino, innumerables testigos de un pasado grandioso: bodegas, haciendas, capillas, canales de riego, corrales y aldeas, todo en abandono y en ruinas. Aun olvidados, maltratados, saqueados o simplemente dejados a su propio destino estos monumentos expresan aún la grandeza de su tiempo y relatan su historia. Ellos aún permiten una lectura de cómo surgieron del lugar y de como el hombre los erigió con la lógica de las condiciones geográficas y climáticas como también de los materiales a disposición. Las viviendas, las haciendas y otros monumentos parecen aglomeraciones derivadas de las montañas o extensiones del pie de la montaña y son así parte de ella. Las galerías de las haciendas desean participar del espectáculo paisajístico. Sus volúmenes son macizos y fuertes; nacen de la tierra como la cepa y representan cobijo. La naturaleza se refleja en viviendas, haciendas y monumentos: piedra, adobe, madera y caña. Las ruinas amplían las sensaciones y experiencias en el paisaje cultural en una dimensión más, la cuarta dimensión, que es el tiempo.
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Observando, estudiando, analizando, interpretando y valorizando
Observando, estudiando, analizando, interpretando y valorizando este Paisaje Cultural de una manera holística nos lleva a reconocer sus valores estéticos y espaciales y con ello a identificar el potencial productivo y turístico. Pueblo con una identidad suprimida, no puede encaminar un desarrollo autentico y no puede llegar a la autonomía. El vino y la viticultura presentan hoy un gran atractivo para el turismo en el sentido de ofrecer experiencias multi-sensoriales e integrales: no es lo mismo tomar un vino en el entorno y ambiente donde fue producido, que tomar el mismo vino en un ambiente cualquiera. El último puede degradar el gusto, el primero elevarlo. No hay gusto objetivo, todos los sentidos trabajan siempre juntos. La estética de igual manera no es algo absoluto, si no depende de la percepción individual, se refiere a algo intangible, pero al mismo tiempo tangible. Es la misma dialéctica entre material e inmaterial, entre volumen y espacio, entre existencia y percepción. Si nos inclinamos a uno de los dos, no hacemos ni la mitad del trabajo. En un trabajo de campo se realizaron levantamientos de más de diez estancias con bodega y hacienda como también de arquitectura típica de seis pueblos, pero se llegó a conocer mucho más: Bodegas todavía con producción tradicional, el fogón con leña por debajo, la falca burbujeando por arriba y en un nivel entre ambas la cama para el descanso del guardián. Bodegas antiguas, pequeñas, mantenidas celosamente limpias y ordenadas parecen un laboratorio ———————————————————————————————— Observando, estudiando, analizando, interpretando y valorizando este Paisaje Cultural de una manera holística nos lleva a reconocer sus valores estéticos y espaciales y con ello a identificar el potencial productivo y turístico. Pueblo con una identidad suprimida, no puede encaminar un desarrollo autentico y no puede llegar a la autonomía. El vino y la viticultura presentan hoy un gran atractivo para el turismo en el sentido de ofrecer experiencias multi-sensoriales e integrales: no es lo mismo tomar un vino en el entorno y ambiente donde fue producido, que tomar el mismo vino en un ambiente cualquiera. El último puede degradar el gusto, el primero elevarlo. No hay gusto objetivo, todos los sentidos trabajan siempre juntos. La estética de igual manera no es algo absoluto, si no depende de la percepción individual, se refiere a algo intangible, pero al mismo tiempo tangible. Es la misma dialéctica entre material e inmaterial, entre volumen y espacio, entre existencia y percepción. Si nos inclinamos a uno de los dos, no hacemos ni la mitad del trabajo. En un trabajo de campo se realizaron levantamientos de más de diez estancias con bodega y hacienda como también de arquitectura típica de seis pueblos, pero se llegó a conocer mucho más: Bodegas todavía con producción tradicional, el fogón con leña por debajo, la falca burbujeando por arriba y en un nivel entre ambas la cama para el descanso del guardián. Bodegas antiguas, pequeñas, mantenidas celosamente limpias y ordenadas parecen un laboratorio
de bruja en un jardín hechizado. Bodegas convertidas en depósito lleno de duelas de barril y desde la parte alta de la pared cuelga el canal de madera, que antes llevaba el zumo de uva desde el lagar en la parte alta hasta llenar las barricas. Cambia el olor, cuando una bodega antigua, destechada, se convierte en un corral para chivas y ovejas, una práctica muy común. Haciendas que con sus galerías y patios provocan envidia, algunos aun resguardan orgullosamente el comedor típico con la mesa larga para la familia numerosa o el salón decorado con papel pintado y las sillas estilo Luis XIV. Otras refaccionadas en el interior, pero lamentablemente tapando murales antiguos con yeso y de esa manera destruyéndolos para siempre. Caminamos por viñas y huertas, a lado de acequias enormes, las cuales, aun con poca o sin agua, ofrecen todavía la sombra refrescante de árboles grandes. La búsqueda de ruinas se convirtió en algo similar a una búsqueda de hongos en el bosque, ya que provoco la misma felicidad en el momento de apartar la maleza y decir “¡mira, allí esta!” Saboreando gratuitamente las frutas deliciosas recargamos energías para perdernos aún más en el paisaje natural. Paseos por el rio con pozas naturales, cruzando el rio mediante saltanas o una oruja (cable tensor con cajón) o balanceando sobre estructuras de palo hechas por los vecinos. Subimos a los montículos de vegetación muy particular y sentimos la infinidad del espacio a 360° y la majestuosidad de las montañas. Caminando por las montañas fuimos sorprendidos por petrificaciones raras, dólmenes en suspensión sobre apenas tres delgados pies, arte rupestre, planicies grandes de piedra roja, cuevas y puentes naturales. Conocimos muchos lugareños: en Camargo se saluda a
—————————————————————————— de bruja en un jardín hechizado. Bodegas convertidas en depósito lleno de duelas de barril y desde la parte alta de la pared cuelga el canal de madera, que antes llevaba el zumo de uva desde el lagar en la parte alta hasta llenar las barricas. Cambia el olor, cuando una bodega antigua, destechada, se convierte en un corral para chivas y ovejas, una práctica muy común. Haciendas que con sus galerías y patios provocan envidia, algunos aun resguardan orgullosamente el comedor típico con la mesa larga para la familia numerosa o el salón decorado con papel pintado y las sillas estilo Luis XIV. Otras refaccionadas en el interior, pero lamentablemente tapando murales antiguos con yeso y de esa manera destruyéndolos para siempre. Caminamos por viñas y huertas, a lado de acequias enormes, las cuales, aun con poca o sin agua, ofrecen todavía la sombra refrescante de árboles grandes. La búsqueda de ruinas se convirtió en algo similar a una búsqueda de hongos en el bosque, ya que provoco la misma felicidad en el momento de apartar la maleza y decir “¡mira, allí esta!” Saboreando gratuitamente las frutas deliciosas recargamos energías para perdernos aún más en el paisaje natural. Paseos por el rio con pozas naturales, cruzando el rio mediante saltanas o una oruja (cable tensor con cajón) o balanceando sobre estructuras de palo hechas por los vecinos. Subimos a los montículos de vegetación muy particular y sentimos la infinidad del espacio a 360° y la majestuosidad de las montañas. Caminando por las montañas fuimos sorprendidos por petrificaciones raras, dólmenes en suspensión sobre apenas tres delgados pies, arte rupestre, planicies grandes de piedra roja, cuevas y puentes naturales. Conocimos muchos lugareños: en Camargo se saluda a
muchos doctores -en la materia de no hacer nada-, en Las Carreras pareciera que todos son profes. Conocimos la única cárcel con las puertas abiertas las 24 horas y donde no se escapan los presos. Se visitó personajes ilustres, se trabajó con diferentes comunidades y tres municipios, se hizo muchas pruebas de vino, se aprendió sobra la elaboración del vino y singani y se recibió clases sobre cómo alzar un vaso de vino. Se consultó libros sobre la historia del lugar y del vino, pudimos tocar y oler carpetas con documentos del siglo XVII. Viejitos muy amables nos contaron sus recuerdos. Siempre fuimos acompañados por personas del lugar, nunca nos sentimos como extraños y siempre fuimos bien recibidos. Quisimos representar los trabajos de levantamiento en láminas de carácter artístico, plasmando todo con mucha sensibilidad y cariño, para que la gente pudiera reconocer y reactivar su memoria y con ello establecer una relación positiva con su historia. Y así fue, funciono, más que todo porque la exposición de los paneles fue realizada en una de las bodegas antiguas más grandes entre cubas y toneles enormes, sin líquido por su puesto, y expresaba “la integración en el paisaje”.
———————————————————————————————— muchos doctores -en la materia de no hacer nada-, en Las Carreras pareciera que todos son profes. Conocimos la única cárcel con las puertas abiertas las 24 horas y donde no se escapan los presos. Se visitó personajes ilustres, se trabajó con diferentes comunidades y tres municipios, se hizo muchas pruebas de vino, se aprendió sobra la elaboración del vino y singani y se recibió clases sobre cómo alzar un vaso de vino. Se consultó libros sobre la historia del lugar y del vino, pudimos tocar y oler carpetas con documentos del siglo XVII. Viejitos muy amables nos contaron sus recuerdos. Siempre fuimos acompañados por personas del lugar, nunca nos sentimos como extraños y siempre fuimos bien recibidos. Quisimos representar los trabajos de levantamiento en láminas de carácter artístico, plasmando todo con mucha sensibilidad y cariño, para que la gente pudiera reconocer y reactivar su memoria y con ello establecer una relación positiva con su historia. Y así fue, funciono, más que todo porque la exposición de los paneles fue realizada en una de las bodegas antiguas más grandes entre cubas y toneles enormes, sin líquido por su puesto, y expresaba “la integración en el paisaje”.
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La secuencia lógica – funcional – estética del espacio
La Integración en el paisaje: Las edificaciones son parte de la montaña, se deslizan de ella y se desarrollan hacia abajo en una secuencia lógica - funcional - estética. Su inicio u origen fue siempre un montículo, donde se pueden encontrar restos de muros de un poblado precolombino, restos de un cementerio antiguo o restos de un lugar con tumbas de chulpas, indicio de un lugar sagrado. Continúa hacia abajo el corral, generalmente en pendiente, formado con muros de piedra. A continuación la bodega siguiendo la pendiente, en la parte alta el lagar y en la parte baja la misma bodega. Después viene la hacienda con su patio y el elemento más importante, que es la galería con vista hacia la viña, el rio, la banda y la montaña de enfrente. Huerta y acequia se encuentran entre galería y viña, las acequias anchas y profundas definen una zona de abundante vegetación. Se encuentran varios tipos de bodega, las más antiguas construidas en piedra, posteriormente se encuentran paredes de adobe de 80 a 120 cm de espesor en una nave o dos naves con columnas macizas intermedias. A lo largo de las paredes, canales de madera transportaban el zumo que bajaba por gravedad del lagar, encontrándose siempre en la parte alta. Troncos gruesos, muchas veces algo encorvados llevan el tirante inmenso, y si altura de su flecha no alcanzaba para una buena pendiente se le agregaba un trozo de tronco y así se formaba la estructura de un techo de poca pendiente. En el caso de dos naves, las columnas soportaban al tirante: un entortado de barro sobre una base de caña tejida con cintas de cuero como definió la cubierta, la cual requería un mantenimiento cada año antes de la época de lluvia. El alero se reforzaba con trenzas de paja, una a lado de la otra. Así la bodega presenta las mejores condiciones climáticas para la elaboración y ———————————————————————————————— La Integración en el paisaje: Las edificaciones son parte de la montaña, se deslizan de ella y se desarrollan hacia abajo en una secuencia lógica - funcional - estética. Su inicio u origen fue siempre un montículo, donde se pueden encontrar restos de muros de un poblado precolombino, restos de un cementerio antiguo o restos de un lugar con tumbas de chulpas, indicio de un lugar sagrado. Continúa hacia abajo el corral, generalmente en pendiente, formado con muros de piedra. A continuación la bodega siguiendo la pendiente, en la parte alta el lagar y en la parte baja la misma bodega. Después viene la hacienda con su patio y el elemento más importante, que es la galería con vista hacia la viña, el rio, la banda y la montaña de enfrente. Huerta y acequia se encuentran entre galería y viña, las acequias anchas y profundas definen una zona de abundante vegetación. Se encuentran varios tipos de bodega, las más antiguas construidas en piedra, posteriormente se encuentran paredes de adobe de 80 a 120 cm de espesor en una nave o dos naves con columnas macizas intermedias. A lo largo de las paredes, canales de madera transportaban el zumo que bajaba por gravedad del lagar, encontrándose siempre en la parte alta. Troncos gruesos, muchas veces algo encorvados llevan el tirante inmenso, y si altura de su flecha no alcanzaba para una buena pendiente se le agregaba un trozo de tronco y así se formaba la estructura de un techo de poca pendiente. En el caso de dos naves, las columnas soportaban al tirante: un entortado de barro sobre una base de caña tejida con cintas de cuero como definió la cubierta, la cual requería un mantenimiento cada año antes de la época de lluvia. El alero se reforzaba con trenzas de paja, una a lado de la otra. Así la bodega presenta las mejores condiciones climáticas para la elaboración y
conservación del vino. Integradas en la parte baja de la bodega se puede encontrar las instalaciones para la destilación, el fogón en la parte baja y la falca en la parte alta. También se pueden encontrar bodegas que disponen de una o más instalaciones de destilación independientes. Las haciendas siempre se orientaban con su galería hacia la viña. Columnas redondas de piedra canteada la sostienen. Muros gruesos de piedra roja y de adobe determinan el carácter sólido y respetable de los conjuntos volumétricos macizos en forma de L o U o patio cerrado. Los cuerpos se insertan perpendiculares o en ángulo recto con la pendiente del terreno. Vistas desde la viña o el rio casi todas parecen fortalezas….y así se comunicaban entre un lado del rio y el otro, en algunos casos triangulaban. Parece que la llegada del visitante fue siempre desde el lado del rio. En el lado oeste del rio se nota claramente que la carretera moderna corto abruptamente esta continuidad entre montaña y hacienda. Hoy en día, de este lado del rio las entradas desde la carretera están ocultas y no aparentan ser la entrada principal. Los techos de las haciendas son de teja, tienen una cornisa o un parapeto según el tiempo de su construcción. El lenguaje arquitectónico es claro: el material del lugar, su manera de adquirirlo y de manipularlo definen la lógica del detalle y de esa manera hay una armonía impresionante entre la naturaleza y la obra del hombre, en este sentido es arquitectura popular y parte de un paisaje cultural. Igual que las bodegas, las haciendas son “climatizadas”, presentan un clima interior siempre agradable, ya sea en verano o ya sea invierno….y en este sentido son sumamente actuales.
———————————————————————————————— conservación del vino. Integradas en la parte baja de la bodega se puede encontrar las instalaciones para la destilación, el fogón en la parte baja y la falca en la parte alta. También se pueden encontrar bodegas que disponen de una o más instalaciones de destilación independientes. Las haciendas siempre se orientaban con su galería hacia la viña. Columnas redondas de piedra canteada la sostienen. Muros gruesos de piedra roja y de adobe determinan el carácter sólido y respetable de los conjuntos volumétricos macizos en forma de L o U o patio cerrado. Los cuerpos se insertan perpendiculares o en ángulo recto con la pendiente del terreno. Vistas desde la viña o el rio casi todas parecen fortalezas….y así se comunicaban entre un lado del rio y el otro, en algunos casos triangulaban. Parece que la llegada del visitante fue siempre desde el lado del rio. En el lado oeste del rio se nota claramente que la carretera moderna corto abruptamente esta continuidad entre montaña y hacienda. Hoy en día, de este lado del rio las entradas desde la carretera están ocultas y no aparentan ser la entrada principal. Los techos de las haciendas son de teja, tienen una cornisa o un parapeto según el tiempo de su construcción. El lenguaje arquitectónico es claro: el material del lugar, su manera de adquirirlo y de manipularlo definen la lógica del detalle y de esa manera hay una armonía impresionante entre la naturaleza y la obra del hombre, en este sentido es arquitectura popular y parte de un paisaje cultural. Igual que las bodegas, las haciendas son “climatizadas”, presentan un clima interior siempre agradable, ya sea en verano o ya sea invierno….y en este sentido son sumamente actuales.
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Los habitantes de Cinti fueron protagonistas de estos paseos y descubrimientos. Aunque ellos no aparezcan en las fotos, estas parecieran haber sido tomadas desde su memoria. Y por esta razón tuvimos acceso a su manera de vivir y sentir y logramos levantar o mejor revitalizar su orgullo. Por propia motivación tomaron la decisión de rescatar su patrimonio y en ello amarrar sus sueños y deseos para el futuro, defenderlo ante las tendencias urbanizadoras egoístas y uniformes. Todavía queda un camino muy muy largo, pero ya se dio el primer paso. Ya hay personas con consciencia que ya no aceptan tan fácilmente este aparente desarrollo urbano moderno impuesto por las gobernaciones. Aquí puede empezar una participación popular verdadera, anclada tan fuerte en la constitución boliviana, pero interpretada y ejecutada hasta el momento solamente como un voto, sí o no a lo propuesto. Ahora hay un logro: ser capaz de desarrollar propuestas desde abajo.
———————————————————————————————— Los habitantes de Cinti fueron protagonistas de estos paseos y descubrimientos. Aunque ellos no aparezcan en las fotos, estas parecieran haber sido tomadas desde su memoria. Y por esta razón tuvimos acceso a su manera de vivir y sentir y logramos levantar o mejor revitalizar su orgullo. Por propia motivación tomaron la decisión de rescatar su patrimonio y en ello amarrar sus sueños y deseos para el futuro, defenderlo ante las tendencias urbanizadoras egoístas y uniformes. Todavía queda un camino muy muy largo, pero ya se dio el primer paso. Ya hay personas con consciencia que ya no aceptan tan fácilmente este aparente desarrollo urbano moderno impuesto por las gobernaciones. Aquí puede empezar una participación popular verdadera, anclada tan fuerte en la constitución boliviana, pero interpretada y ejecutada hasta el momento solamente como un voto, sí o no a lo propuesto. Ahora hay un logro: ser capaz de desarrollar propuestas desde abajo.
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Apoyo a los entornos frรกgiles y vulnerables
Es aquí cuando la Coordinadora Latinoamericana de estudiantes de arquitectura CLEA toma la decisión de realizar el XII Taller Social Latinoamericano TSL 2015 en Bolivia. Jóvenes de dieciséis países latinoamericanos comparten una visión hacia una arquitectura sostenible y se comprometen en apoyar a los más débiles de la sociedad en la defensa de sus entornos frágiles y vulnerables. Con dinámica, desprendimiento y voluntad de involucrarse brindan apoyo para recuperar autoestima e identidad. El Valle de Cinti recibe este evento y esta iniciativa con los brazos abiertos y con todo su corazón. Construcción Climática – Construcción Autentica – Identidad Local es el lema que surgió directamente del lugar, pero que al mismo tiempo es un desafío en la arquitectura a nivel global y en especial a nivel latinoamericano. Latinoamérica quiere ser moderna, joven y dinámica; la diversidad de cultura y tradición viva a nivel local es inmensa y una fuente de inspiración inagotable. Los materiales locales, en gran parte recursos naturales, representan hoy no solamente un argumento económico, si no garantizan una vida más saludable e inciden favorablemente en la huella ecológica. La permanencia de estos valores y la creatividad que nace allí pueden ser productivas en la mejora de la vida de todos. Esta iniciativa de desarrollo no solamente exige la participación de la comunidad, si no se basa en ella y es indispensable. Los tres municipios Las Carreras, Villa Abecia y Camargo fueron los lugares de acción.
———————————————————————————————— Es aquí cuando la Coordinadora Latinoamericana de estudiantes de arquitectura CLEA toma la decisión de realizar el XII Taller Social Latinoamericano TSL 2015 en Bolivia. Jóvenes de dieciséis países latinoamericanos comparten una visión hacia una arquitectura sostenible y se comprometen en apoyar a los más débiles de la sociedad en la defensa de sus entornos frágiles y vulnerables. Con dinámica, desprendimiento y voluntad de involucrarse brindan apoyo para recuperar autoestima e identidad. El Valle de Cinti recibe este evento y esta iniciativa con los brazos abiertos y con todo su corazón. Construcción Climática – Construcción Autentica – Identidad Local es el lema que surgió directamente del lugar, pero que al mismo tiempo es un desafío en la arquitectura a nivel global y en especial a nivel latinoamericano. Latinoamérica quiere ser moderna, joven y dinámica; la diversidad de cultura y tradición viva a nivel local es inmensa y una fuente de inspiración inagotable. Los materiales locales, en gran parte recursos naturales, representan hoy no solamente un argumento económico, si no garantizan una vida más saludable e inciden favorablemente en la huella ecológica. La permanencia de estos valores y la creatividad que nace allí pueden ser productivas en la mejora de la vida de todos. Esta iniciativa de desarrollo no solamente exige la participación de la comunidad, si no se basa en ella y es indispensable. Los tres municipios Las Carreras, Villa Abecia y Camargo fueron los lugares de acción.
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El poblado de Las Carreras
Como se partió desde Tarija, Las Carreras fue la entrada al Valle de Cinti. El nombre surge de las afamadas competencias de caballo que se realizaron en este lugar en tiempos coloniales y republicanos. El pueblo origen es San Juan, ubicado en un montículo a 1 km antes de llegar a Las Carreras. Casi abandonado, San Juan alberga todavía los rasgos de estos poblados de la colonia que se dedicaban a la viticultura. El cementerio se encuentra en la punta del montículo con vistas profundas de 360º. Más abajo la capilla, de un tamaño impresionante en relación con las pocas casas que la rodean, hecho que indica la importancia de esta iglesia en su tiempo. Continuando en pendiente se encuentran las bodegas y todo se abre hacia los terrenos en la parte baja, que antes eran viñas, pero hoy han dejado de serlo. Las Carreras es un pueblo al pie de la montaña roja. Es de una sola calle y como muchas casas querían compartir la misma, los predios, en consecuencia, terminaron muy estrechos pero profundos. Las tierras rodean algunos montículos hasta llegar al rio San Juan de Oro, donde sus aguas caudalosas arrasaron en años anteriores muchos de estos terrenos fértiles. Hoy ondula inocentemente en su lecho ancho, como si no tuviera la culpa de nada. El Orgullo de Las Carreras, en su tiempo de “pueblo de paso” fue tapado diariamente con la tierra levantada por las movilidades al pasar, igual que la ropa lavada y extendida al aire libre se recogía de otro color, en vez de blanca quedo roja.
———————————————————————————————— Como se partió desde Tarija, Las Carreras fue la entrada al Valle de Cinti. El nombre surge de las afamadas competencias de caballo que se realizaron en este lugar en tiempos coloniales y republicanos. El pueblo origen es San Juan, ubicado en un montículo a 1 km antes de llegar a Las Carreras. Casi abandonado, San Juan alberga todavía los rasgos de estos poblados de la colonia que se dedicaban a la viticultura. El cementerio se encuentra en la punta del montículo con vistas profundas de 360º. Más abajo la capilla, de un tamaño impresionante en relación con las pocas casas que la rodean, hecho que indica la importancia de esta iglesia en su tiempo. Continuando en pendiente se encuentran las bodegas y todo se abre hacia los terrenos en la parte baja, que antes eran viñas, pero hoy han dejado de serlo. Las Carreras es un pueblo al pie de la montaña roja. Es de una sola calle y como muchas casas querían compartir la misma, los predios, en consecuencia, terminaron muy estrechos pero profundos. Las tierras rodean algunos montículos hasta llegar al rio San Juan de Oro, donde sus aguas caudalosas arrasaron en años anteriores muchos de estos terrenos fértiles. Hoy ondula inocentemente en su lecho ancho, como si no tuviera la culpa de nada. El Orgullo de Las Carreras, en su tiempo de “pueblo de paso” fue tapado diariamente con la tierra levantada por las movilidades al pasar, igual que la ropa lavada y extendida al aire libre se recogía de otro color, en vez de blanca quedo roja.
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La llegada de los estudiantes de arquitectura participantes del taller social latinoamericano generó mucha expectativa en la gente, y ellos se esforzaron por conseguir los materiales locales de construcción solicitados. Don Fermín de la Parra Barro de la Torre (su apellido no podría ser más preciso), y su señora esposa doña Reina ofrecieron en el patio de la “Casa de Barro”, almuerzo, cena y un lugar de trabajo para los 30 visitantes a la sombra de sus parras y con hermosas vistas hacia el rio San Juan de Oro. Techo y paredes de la estancia, donde los estudiantes bocetaban y discutían con los tutores, también estaban formadas por parras de la misma huerta. El montículo con la cruz como un excelente mirador, el vínculo con la plaza y posteriormente con la calle principal, fueron los lugares de intervención.
———————————————————————————————— La llegada de los estudiantes de arquitectura participantes del taller social latinoamericano generó mucha expectativa en la gente, y ellos se esforzaron por conseguir los materiales locales de construcción solicitados. Don Fermín de la Parra Barro de la Torre (su apellido no podría ser más preciso), y su señora esposa doña Reina ofrecieron en el patio de la “Casa de Barro”, almuerzo, cena y un lugar de trabajo para los 30 visitantes a la sombra de sus parras y con hermosas vistas hacia el rio San Juan de Oro. Techo y paredes de la estancia, donde los estudiantes bocetaban y discutían con los tutores, también estaban formadas por parras de la misma huerta. El montículo con la cruz como un excelente mirador, el vínculo con la plaza y posteriormente con la calle principal, fueron los lugares de intervención.
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! ! ! ! ! ! ! ! ! 10 El poblado de Villa Abecia
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Villa Abecia es la más privilegiada en el valle con respecto a la abundancia de agua para poder regar las huertas y para disfrutar de un baño refrescante en las pozas naturales. Su característica especial es la continuidad y secuencia espacial desde la plaza principal hasta la viña mediante pasajes, patios, chapapas y cañales. Villa Abecia recibe al visitante desde lejos con una imagen especial: las dos torres blancas de la iglesia salen de un mar verde delante una montaña roja. Lamentablemente en los últimos años la imponencia de urbanizaciones y equipamientos aparentemente “modernos” dejaron un daño irreparable a esta invitación naturalmente dada, que no requiere de señalética ni propaganda visual. Villa Abecia también tiene un montículo a la entrada de su pueblo con un cementerio en la parte alta. Un muro lindo de piedra roja con plantas de cactus en la cima delimita el lugar sagrado. Los niños de la escuela pasan por aquí todos los días y tres “placitas” articulan este camino. Con pequeñas intervenciones remarcar las cualidades espaciales de este lugar, recorrido tan frecuentemente, se convirtió en tarea para otro grupo de 30 estudiantes. Curiosidad e interés que mostraron niños y adultos confirmaron el significativo valor de este lugar. En Villa Abecia Don Victor Trujillo y su señora esposa doña Edith en la “Quintita de la Torre” ofrecían un paraíso lleno de guayabas y chirimoyas para los momentos de descanso, servían un almuerzo y cena de primera. Muy difícil superar esta experiencia.
———————————————————————————————— Villa Abecia es la más privilegiada en el valle con respecto a la abundancia de agua para poder regar las huertas y para disfrutar de un baño refrescante en las pozas naturales. Su característica especial es la continuidad y secuencia espacial desde la plaza principal hasta la viña mediante pasajes, patios, chapapas y cañales. Villa Abecia recibe al visitante desde lejos con una imagen especial: las dos torres blancas de la iglesia salen de un mar verde delante una montaña roja. Lamentablemente en los últimos años la imponencia de urbanizaciones y equipamientos aparentemente “modernos” dejaron un daño irreparable a esta invitación naturalmente dada, que no requiere de señalética ni propaganda visual. Villa Abecia también tiene un montículo a la entrada de su pueblo con un cementerio en la parte alta. Un muro lindo de piedra roja con plantas de cactus en la cima delimita el lugar sagrado. Los niños de la escuela pasan por aquí todos los días y tres “placitas” articulan este camino. Con pequeñas intervenciones remarcar las cualidades espaciales de este lugar, recorrido tan frecuentemente, se convirtió en tarea para otro grupo de 30 estudiantes. Curiosidad e interés que mostraron niños y adultos confirmaron el significativo valor de este lugar. En Villa Abecia Don Victor Trujillo y su señora esposa doña Edith en la “Quintita de la Torre” ofrecían un paraíso lleno de guayabas y chirimoyas para los momentos de descanso, servían un almuerzo y cena de primera. Muy difícil superar esta experiencia.
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! ! ! ! ! ! ! ! ! 11 El poblado de Camargo
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Es sorprendente la fascinación y fuerza de atracción que tienen los cementerios en el valle de Cinti. Como un imán atrae a niños y adultos de igual manera. Así los cementerios son parte de la vida, permanencia eterna en espacios profundos y grandiosos. En el centro de Camargo se puede encontrar todavía muchos pasajes, que originalmente vinculaban las casas con sus huertas. Pero en especial cinco de ellos se direccionan hacia la subida al cementerio. La subida misma es bastante pesada, gradas con descanso pero sin sombra y con la posibilidad de disfrutar una vista sobre los techos de Camargo. Un tobogán de cemento se ubica paralelo a las gradas para la felicidad de los niños cuando pueden disfrutar de una bajada rápida. Pero todo, desde los pasajes hasta la puerta de entrada al cementerio, se encuentra en un estado lamentable. Revitalizar y dar más referencia a este lugar tan importante para el barrio, la gente del pueblo como también para los visitantes, se convirtió en un desafío para el grupo más numeroso de 40 estudiantes del TSL. Sus almuerzos, cenas y descansos los tomaron en “El Patio” restaurante de doña Zaida, a la sombra de una linda y vieja chapapa enorme.
———————————————————————————————— Es sorprendente la fascinación y fuerza de atracción que tienen los cementerios en el valle de Cinti. Como un imán atrae a niños y adultos de igual manera. Así los cementerios son parte de la vida, permanencia eterna en espacios profundos y grandiosos. En el centro de Camargo se puede encontrar todavía muchos pasajes, que originalmente vinculaban las casas con sus huertas. Pero en especial cinco de ellos se direccionan hacia la subida al cementerio. La subida misma es bastante pesada, gradas con descanso pero sin sombra y con la posibilidad de disfrutar una vista sobre los techos de Camargo. Un tobogán de cemento se ubica paralelo a las gradas para la felicidad de los niños cuando pueden disfrutar de una bajada rápida. Pero todo, desde los pasajes hasta la puerta de entrada al cementerio, se encuentra en un estado lamentable. Revitalizar y dar más referencia a este lugar tan importante para el barrio, la gente del pueblo como también para los visitantes, se convirtió en un desafío para el grupo más numeroso de 40 estudiantes del TSL. Sus almuerzos, cenas y descansos los tomaron en “El Patio” restaurante de doña Zaida, a la sombra de una linda y vieja chapapa enorme.
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! ! ! ! ! ! ! ! ! 12 Ni帽os, j贸venes, adultos y ancianos en acci贸n
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conjunta
Ñ A N N P U C A (CAMINO COLORIDO)
P A N P A T U K U Y N I N PA (PLAZA POPULAR)
U R AY C A M U Y ( S U B E Y B A J A )
Cada grupo de estudiantes junto a sus tutores tuvieron que observar, analizar e interpretar los lugares identificados según su percepción y proponer y realizar una intervención con los materiales, que habían proporcionado las diferentes alcaldías: Piedra, grava, ripio, monolitos, palos, maderas, caña, cardones secos, plantas, barricas y otros. Integrar a los vecinos en los procesos de creación ya sean niños, mayores, ancianos y también perros como fieles acompañantes, escuchando sus historias, sus visiones y deseos, aguantar discusiones en los grupos entre tutores y estudiantes, nivelar competencias entre las diferentes nacionalidades, estar preparado para la improvisación cuando no había el material pedido y más que todo la lucha contra el tiempo….todo eso mantenía la tensión alta en los seis días de planificación, diseño y construcción….pero había algo que unía a todos aun estando en distintos lugares….tal vez este sea el espíritu del lugar…. el paisaje, las montañas rojas, el cielo azul y la gente “los cinteños” con todo su cariño, su hospitalidad, su generosidad, su curiosidad y su mente abierta….fue una experiencia única e inolvidable para todos los participantes e involucrados.
———————————————————————————————— Cada grupo de estudiantes junto a sus tutores tuvieron que observar, analizar e interpretar los lugares identificados según su percepción y proponer y realizar una intervención con los materiales, que habían proporcionado las diferentes alcaldías: Piedra, grava, ripio, monolitos, palos, maderas, caña, cardones secos, plantas, barricas y otros. Integrar a los vecinos en los procesos de creación ya sean niños, mayores, ancianos y también perros como fieles acompañantes, escuchando sus historias, sus visiones y deseos, aguantar discusiones en los grupos entre tutores y estudiantes, nivelar competencias entre las diferentes nacionalidades, estar preparado para la improvisación cuando no había el material pedido y más que todo la lucha contra el tiempo….todo eso mantenía la tensión alta en los seis días de planificación, diseño y construcción….pero había algo que unía a todos aun estando en distintos lugares….tal vez este sea el espíritu del lugar…. el paisaje, las montañas rojas, el cielo azul y la gente “los cinteños” con todo su cariño, su hospitalidad, su generosidad, su curiosidad y su mente abierta….fue una experiencia única e inolvidable para todos los participantes e involucrados.
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Cinti es real
Aun imposible de repetir el evento, realzar la idea vale la pena. Si el lector de este pequeño libro se emocionó con la lectura y con las imágenes, sépase que….Cinti es real y siempre tiene las puertas abiertas para compartir una caminata o un desayuno escolar (a las diez de la mañana con los expertos en el tema del singani) o escuchar los cuentos de Don Fermín (con la regla de la “Casa de Barro”, no más de tres ni menos de dos), un paseo por las viñas y las acequias, descubrir el encanto de las ruinas y escuchar sus historias, bañarse en las aguas cristalinas de las pozas y por supuesto probar el vino y el singani. Solamente de las doce a tres de la tarde las puertas quedan cerradas…..siesta sagrada!….y el argumento de no querer atender a un visitante en estas horas es: “…mejor no atender, que atender mal…a partir de las tres de la tarde puedo atender otra vez con todo gusto”.
———————————————————————————————— Aun imposible de repetir el evento, realzar la idea vale la pena. Si el lector de este pequeño libro se emocionó con la lectura y con las imágenes, sépase que….Cinti es real y siempre tiene las puertas abiertas para compartir una caminata o un desayuno escolar (a las diez de la mañana con los expertos en el tema del singani) o escuchar los cuentos de Don Fermín (con la regla de la “Casa de Barro”, no más de tres ni menos de dos), un paseo por las viñas y las acequias, descubrir el encanto de las ruinas y escuchar sus historias, bañarse en las aguas cristalinas de las pozas y por supuesto probar el vino y el singani. Solamente de las doce a tres de la tarde las puertas quedan cerradas…..siesta sagrada!….y el argumento de no querer atender a un visitante en estas horas es: “…mejor no atender, que atender mal…a partir de las tres de la tarde puedo atender otra vez con todo gusto”.
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REFERENCIAS
! ! Créditos de Fotografía: •
Mechthild Kaiser
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Pedro Ignacio Garcia Saenz
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Johannes Michels
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Fabio Bayro Kaiser
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Ulrich Kaiser
! ! Créditos de la información: Extensión Universitaria-Proyecto de Grado 2013 Universidad Autónoma Juan Misael Saracho-Tarija-Bolivia Docente: Mechthild Kaiser Participación de 27 estudiantes con 20 proyectos desarrollados en los municipios de: Las Carreras, Villa Abecia, y Camargo.
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Créditos de planos de levantamiento:
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Matilde Fátima Cari Ruiz – levantamiento Palca Grande
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Franco Pardo Ichazu - levantamiento Palca Grande
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Ivonne Felipe Mamani – maqueta de Palca Grande
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Julia Robles Quispe – maqueta de Palca Grande
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Pedro Ordoñez Romero - levantamiento Viña El Papagayo
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Fabio Bayro Kaiser – levantamiento Viña El Papagayo
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Evelin Ortega Jurado - levantamiento Palca Chica
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Jaquelin Ortega Quiroga - levantamiento Palca Chica
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Daisy Bravo Gonzales - levantamiento Patronato y Bella Vista
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Ydel Huayta Mamani - levantamiento Patronato y Bella Vista
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Wilber Fuentes Chinuri - levantamiento Patronato y Bella Vista
Créditos del Taller Social Latinoamericano - Bolivia - 2015:
! ! Organizadores: Universidad Católica “San Pablo” – Unidad Académica Tarija Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura Coordinadores Generales: Mechthild Kaiser, fabio bayro kaiser
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Nombre del evento: XII Taller Social Latinoamericano – Valle de Cinti Bolivia 2015 Temática: Construcción Climática - Construcción Autentica – Identidad Local Fecha: 09-18 de Abril 2015 Lugares: Ciudad de Tarija - Tarija, Valle de Cinti - Chuquisaca Conferencias: 4 Internacionales, 12 Nacionales
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Talleres Realizados: 1 Las Carreras: “Ñann Puca” 2 Villa Abecia: “Panpa Tukuyninpa” 3 Camargo: “Uraycamuy”
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Créditos al Taller 1: Las Carreras: “Ñann Puca” Tutores: Enrique (Kik) Villacis Tapia (Ecuador) Estudio San Juan: Paul Chávez e Ixbalanque Franquez (México) Mario Benavides (Bolivia) Tutores Junior: William Luciano Pillajo (Ecuador) Walter Saucedo (Bolivia)
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Créditos al Taller 2: Villa Abecia: “Panpa Tukuyninpa” Tutores: Carla Álvarez Cazón (Bolivia) Humberto Quiroga Riera (Bolivia) Tutores Junior: Colectivo Huasipichanga: Paul Moscoso, Vicktoria Chávez y Viviana Cordero (Ecuador)
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Créditos al Taller 3: Camargo: “Uraycamuy” Tutores: Lara Placido (Portugal) Javier Maradiaga Betancourth (Honduras) Tutores Junior: Karime Acho (Bolivia) María Eugenia Martínez (Bolivia) Martin Aramayo (Bolivia) Mauricio Méndez (Bolivia)
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