ecordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura. Francisco
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ueridos jóvenes, queridos hermanos en el Señor:
Recibo complacido la invitación a redactar unas líneas con ocasión del XXIIIº via crucis viviente organizado por los jóvenes en Villa Gesell. Se trata de una de las expresiones de piedad de mayor contenido espiritual y profundo sentido pedagógico, que nos ayudan a vivir la Semana Santa con mejor disposición. La vida del cristiano consiste en seguir a Cristo por el mismo camino que él siguió: amor obediente a la voluntad del Padre, que quiere salvarnos mediante el ejemplo y el remedio que nos brinda su Hijo a lo largo de su vida y, sobre todo, en el misterio pascual de su muerte y resurrección.
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“ES NUESTRA FE LA QUE NOS TRAJO HASTA AQUI” Ser cristianos implica vivir en amor obediente a la voluntad de Dios, la cual se nos manifiesta en la vida cotidiana a la luz de las enseñanzas de Cristo. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, por amor a Dios, supone encontrarnos con las resistencias y dificultades que están en nuestra naturaleza vulnerada, en primer lugar. Jesús sabe que debemos fortalecernos con la oración perseverante, y de allí que a sus discípulos, que en lugar de velar con él en el huerto de Getsemaní se dormían, les dijo estas palabras que valen también para nosotros: «Estén prevenidos y oren para no caer en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil» (Mt 26,41). Pero además, para ser buenos cristianos, es preciso hacer frente a las presiones y resistencias del mundo, que se mueve con criterios ajenos al Evangelio. Por eso, nos ha advertido Jesús: «Si el mundo los odia,
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sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, él mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes» (Jn 15,18-20). El seguimiento de Cristo implica combate y ejercicio doloroso de nuestra libertad. Lo mismo que nuestro Maestro, los cristianos no elegimos el dolor sino el amor. Pero el amor, cuando es verdadero no retrocede ante el dolor y las dificultades que son inevitables en la vida cuando nos proponemos algo valioso. El sufrimiento es condición inherente a nuestra existencia. La fe cristiana nos instruye sobre su origen en la envidia del demonio y en el pecado original. En lo que de nosotros depende, debemos evitar que el dolor y el mal de este mundo aumenten con nuestros pecados personales. Al dolor no lo debemos buscar, simplemente aparece a cada vuelta del camino. Si queremos encontrar vida en plenitud, debemos ser buenos discípulos de Jesús y tomar en serio sus palabras: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá la hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?» (Lc 9,23-25). Desde Jesucristo, la palabra «cruz» no es simplemente sinónimo de muerte o de condena de un reo, sino símbolo del sufrimiento transformado en fuente de vida; signo del dolor asumido por amor y convertido en fecundidad; señal de un amor más fuerte que el dolor y que la muerte. La cruz es nuestra bandera de gloria. Por eso, en el arte cristiano, lleva con frecuencia rayos de luz y signos de triunfo, y se la construye y adorna con materiales preciosos. En el compromiso de llevar por amor la cruz de cada día no estamos solos. Jesús nos dejó el Espíritu Santo, como maestro interior y como vigor que nos fortalece. Por eso leemos en el Evangelio: «Cuando venga
el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad (…). El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes» (Jn 16, 13-14). Y antes de subir al cielo dice a sus Apóstoles: «Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). En la hora actual, asistimos a un cambio cultural de enormes proporciones. La dirigencia de la sociedad y los responsables de educar a la juventud proponen como «progreso» lo que es claro retroceso; y sancionan leyes que son sinónimo de decadencia moral y cultural. De allí la importancia de formar cristianos de convicciones fuertes y de claro conocimiento de su fe. Hacer frente a la poderosa corriente del mundo, que va en sentido contrario al camino de Cristo y de su Evangelio, no resulta fácil, sobre todo para los jóvenes. No obstante, optar heroicamente por Cristo y la moral del Evangelio, es una elección y un milagro moral que sigue entusiasmando también hoy a miles de jóvenes en todo el mundo. Así lo ha mostrado la última Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, en torno al amado Papa Benedicto XVI, y así lo mostrará también, sin duda, la próxima Jornada en Río de Janeiro, en torno al nuevo Papa. Esto nos trae a la mente las palabras del Apóstol Juan en su primera Carta: «Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno» (1Jn 2,14). Queridos jóvenes y queridos hermanos, a todos cuantos participen de este viacrucis vaya mi bendición de padre y pastor. Y también, en forma especial, con mi bendición y mi afecto deseo abrazar a los enfermos y a cuantos no puedan participar de él por algún motivo. Que la Virgen Santísima, fiel discípula y seguidora de su Hijo Jesús, interceda por todos nosotros para poder proclamar con verdad el lema elegido: «Es nuestra fe la que nos trajo hasta aquí». + ANTONIO MARINO Obispo de Mar del Plata
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A LA COMUNIDAD
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ueridas hermanas y hermanos en el Señor: Que Semana Santa tan especial, que Dios, nuestro Padre, nos invita a vivir.
Especial porque es una nueva oportunidad de acercar nuestro corazón al Señor, de vivir con El su Pasión y Muerte en la cruz por amor a todos nosotros, pero fundamentalmente a Resucitar con El a una vida nueva. Dios es el Dios de las oportunidades, siempre nos da una nueva, no la dejemos pasar este es nuestro tiempo de volver de corazón al Señor de cambiar actitudes egoístas por fraternas, de apostar por el perdón y la reconciliación y dejar de lado el odio y la división, es tiempo de encontrarnos como hermanos. Especial para nuestra ciudad porque un año más los jóvenes de nuestra comunidad se han comprometido en llevar adelante juntamente con la
Municipalidad de Villa Gesell, esta hermosa tarea de ayudarnos a revivir la Pasión de nuestro Señor Jesucristo a través del XXIII VIA CRUCIS VIVIENTE que este año tiene por lema: “Es nuestra fe la que nos trajo hasta aquí”. Que buenos es ver a los jóvenes reunirse, compartir, trabajar con un proyecto común, esforzarse para que todos podamos descubrir la entrega dolorosa de Jesús por amor a nosotros, esto reconforta, da esperanza, llena el corazón. Especial porque sucede en este tiempo de Dios para nuestra Iglesia, con el nombramiento de NUESTRO Papa FRANCISCO, que ha vivido en carne propia este mismo lema: “Es su fe la que lo llevo hasta allí”. Y hoy este Papa ARGENTINO, llegado a Roma “desde el fin del mundo”, nos da signos claros de una renovación de Iglesia y el mundo se alegra y alaba a Dios por lo que
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“que semana santa tan especial, que dios, nuestro padre, nos invita a vivir”
escucha y ve. Muy feliz Semana Santa!!! Dios, nuestro Padre, Jesucristo, el Señor y el Espíritu Santo, dador de vida, los bendiga a todos los moradores de la Villa y a todos los que nos visitan y son parte de nosotros. Pbro. Eduardo Torre Párroco
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ueridos hermanos y hermanas: “Volver a mí, yo soy tu Dios… y no tengas ningún temor”… cantamos en nuestras celebraciones. En un país donde nos “muestran” los medios que existe la inseguridad, el rechazo a lo diferente y la indiferencia con los más necesitados.
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Nosotros, hace veinticuatro años, queremos aportar una cuota de esperanza y fraternidad. “Es nuestra fe la que nos trajo hasta aquí”. El lema de este año está relacionado con la VIII estación del Via Crucis y el Año de la Fe: Las mujeres que se acercaron a Jesús camino al Calvario, expresaron su acompañamiento estando cerca del Salvador. No les importo luchar con los soldados, para llegar cerca de Jesús. Dejaron sus temores y quisieron que el Salvador las “mire” con esos ojos llenos de ternura a pesar del dolor de los látigos y el peso de la cruz. Ellas nos demuestran que aunque nos critiquen o nos golpeen, estar cerca de Jesús es nuestra alegría y seguridad. En la actualidad, las mujeres se encuentran todavía oprimidas y marginadas. No solo carecen de bienes materiales, si no también en el plano de la dignidad humana no tienen una plena participación social o política.
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Pero son siempre las que terminan apostando a la vida, las que viven la esperanza con terquedad y certeza. Dice nuestro obispo, Monseñor Marino: «“La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven” (Heb 11,1). En la fe, Dios nos da testimonio de sí mismo y de nuestra salvación, a través de Cristo. Aquí debemos dar un paso más. Si aceptamos con plena certeza la Palabra de Dios que nos habla por Cristo, es porque no estamos solos en nuestro salto a la fe, sino que secretamente nos está iluminando y auxiliando su gracia: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió” (Jn 6,44), decía Jesús en el discurso del Pan de Vida. Y San Pablo nos enseña de manera semejante: “Nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo” (1Cor 12,3). La fe supone el don de la gracia, sin cuyo auxilio no podríamos creer. Pero no anula nuestra libertad, la hace posible. La gracia nos ilumina y nos atrae interiormente, pero compromete
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(24ºVCv: 18 de Abril del 2 26º VCv: 25 de marzo del 20 28ºVCv: 30
Próximas Ediciones: 2014; 25º VCv: 3 de Abril del 2015; 016; 27º VCv: 14 de abril del 2017; 0 de marzo del 2018, entre otras…)
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nuestra libre respuesta personal. Debemos decidirnos a creer, vale decir, adherirnos con todo nuestro ser a Dios que nos habla por la humanidad de Cristo». En el mensaje del año pasado contábamos y teníamos mucha expectativa pues seríamos sede de la 44ª Invasión de Pueblos. Un multitudinario encuentro juvenil de la Diócesis de Mar del Plata. Gracias a la ayuda, esfuerzo y aporte de toda la Comunidad recibimos a casi mil jóvenes de distintas parroquias y capillas. Reflexionamos sobre la fe, bajo el lema: “Creemos. Celebramos. Vivimos”. Nuestra fe nos acerca a Dios. Somos seres que nos dejamos iluminar por el Espíritu Santo. Nuestras celebraciones eucarísticas, junto con la meditación de la Palabra de Dios y la oración personal y comunitaria, nos fortalecen, son la mejor manera de crecer en la fe y de dar testimonio ante el mundo con el fruto de nuestras buenas obras para ser “Mensajeros de la paz”. El miércoles 13 de Marzo de 2013, mientras definíamos los puntos
principales para el mensaje del Vía Crucis Viviente en el cancionero, nos sorprendió escuchar un nombre: Monseñor Bergoglio. El Cardenal Primado de la Argentina, hoy es Su Santidad Francisco. Nos propone vivir la misericordia, la paz y el perdón. El Papa Francisco sorprendió a las miles de personas que participaban el 19 de Marzo en la vigilia frente a la Catedral Metropolitana en Capital Federal. Llamó desde el Vaticano y dejó su mensaje a los presentes. La Plaza se regocijó de alegría y emoción al escuchar su voz: “Hola. Gracias por estar rezando. Gracias por las oraciones, las necesito mucho. Gracias por haberse reunido a rezar. ¡Es tan lindo rezar! Porque es mirar hacia el cielo, mirar a nuestro corazón y saber que tenemos un Padre Bueno, que es Dios. Gracias por eso. Les quiero pedir un favor: caminemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño; cuídense! Cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos. Que no haya
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odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia y no le saquen el cuero a nadie; dialoguen, vayan creciendo en el corazón y acérquense a Dios. Dios es bueno, Dios siempre perdona. Dios es Padre… acérquense siempre a Él. Que la Madre los bendiga mucho y por favor, no se olviden de este obispo, que aunque está lejos, los quiere mucho: recen por mí. Por la intercesión de Santa María, siempre Virgen y del ángel guardián de cada uno, el glorioso patriarca San José, de Santa Teresita del Niño Jesús y los santos protectores de ustedes, que los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. Nos unimos a la alegría de los jóvenes y adultos que vivieron junto a Monseñor Bergoglio un sin número de momentos y celebraciones. El Papa es “argentino”. Nosotros nos comprometemos a
rezar por él, en especial, en este Via Crucis Viviente. Nos despedimos, como decimos todos los años: ¡Hasta el Próximo! Preparándonos para cumplir nuestro primer cuarto de siglo y volviéndonos a reunir el Viernes Santo 18 de Abril del 2014. Los Jóvenes del XXIII Via Crucis viviente
ORACIÓN DEL VIA CRUCIS
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eñor Jesús, amor del padre derramado sobre nosotros: nos has dado un mandamiento nuevo. El viejo mandamiento de la caridad, renovado... Su característica será: “Como yo los he amado”. No deberé amar con mis propios amores, tan frágiles, tan inconstante, tan equívocos... Será con tu amor. Señor Jesús, amor del padre derramado sobre el mundo: has que venza mis odios. ¡Véncelos tú! Cambia mi corazón de carne por tu corazón enamorado. Dame la caridad que Tú tuviste, demostrada en la cruz, signo del amor sacrificado para que yo, mal aprendiz, aprenda a amar... Ya que Tú, simplemente, podrías haber cruzado los brazos.
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VIACRUCIS EN NUMEROS
odos los años las cifras que componen a la “Oración viviente” se renuevan, y gracias a todas las personas que participan con su presencia podemos podemos compartir con ustedes las estadísticas de la vigésima tercera edición de VCv: 24 años pasaron ya desde la primera edición 23 veces realizamos la “Oración viviente” contando la de este año. 1 año no se realizó. 4 veces llovió. 77 horas o más de esta Oración viviente. 48,1 Kms. recorridos aproximadamente. 15 estaciones, 5 momentos. 8 Cristos (Alejandro Mascotto, Marcelo Guevara, Darío “Palomo” Castillo, “Nino” Santacruz, Cristian Contreras, Bruno Mascotto, Lorenzo Panero y Joaquín Oviedo). 13 cruces (9 de palmera y 4 de madera). 30 jóvenes en la organización del primero, en aquella oportunidad actuaron 13 de ellos. 2 los jóvenes que continúan acompañando a la organización desde aquella primera vez. 100 personas aproximadamente son las que participan actualmente en la organización. 20 Comunidades Juveniles hubo desde 1990. 3 Papas, 1 de ellos es el flamante Papa Francisco; el primero Argentino, Latinoamericano y Jesuita. 4 Obispos diocesanos.
12 Sacerdotes. 1 Diácono. 2 vocaciones sacerdotales y una religiosa (Sólo uno se ordenó de Sacerdote: El Padre Pablo Bosisio). 3 soldados en 1990. 16 soldados actualmente 19:30 la hora de inicio en los últimos años. 4 premios Adesmia Incana a los Jóvenes Destacados. 5 son por los menos otras Comunidades del país las cuales pidieron el guión y ayuda para realizar ellos la representación. 1990 primera edición. 110 bis y Avenida 3: Aquí se inició la marcha del la primera edición (Plaza Carlos Idaho Gesell). 3 es la Avenida por la que hace su mayor recorrido “caminando el Cristo”. 1995/96: Se incorporaron 4 momentos previos. 1999: Se agregó la 15°estación: “La resurrección de Jesús”. 2002: Declarado de Interés Municipal Permanente. 2003: Se sumó un nuevo momento (El suicidio de Judas). 2004: Declarado de Interés Turístico Provincial. 2005: Declarado de Interés Turístico Nacional. 2009: Declarado de Interés Turístico Provincial Permanente. ... y muchas personas fueron las que se acercaron en todos estos años.
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Jesús: Lorenzo Panero María: María Belén Buffoni María Magdalena: Sofia Gómez Brocos La Verónica: Yesica Farias Pilato: Alejandro Viale Sirvientes: Guadalupe Panero y Ian González Prócula: María Dominguez Sirvientes: Candela Vasconcel y Noelia Baca Barrabás: Leonardo Scaturro Simón de Cirene: Ramón “Cuchi” Duarte Ladrones: Alejandro “Bochi” Moyano y Damian Panero Sanedrín: Ramiro Viale, Marcelo Catell, Marcelo Benavidez, Viviana Benavidez, Laura Dinges, Juan Romero, Juan Kobal, Laura Kobal, Daniela Vertiz y Francisco Morinigo. Mujeres de Pueblo: Belén Scavariello,
Sofía Aykaroff, Ludmila Orozco, Candela Vasconcel, M. Guadalupe Boscariol, Noelia Baca, María Dominguez, Lara Baca, Estefanía Muñoz Apóstoles: Pablo Duarte (Juan), Macguiver Flores (Pedro), Damian Martínez (Juadas), Federico Souza, Pablo Chiri, Santiago y Daniel González (Judas ahorcado) Soldados: Pablo Macaroni, Pablo Chiri, German Panero, Bruno Demarchi, Dario Berazaluce, Juan Dario, Gian Franco De Bonis, David Wolf, Damian Scavariello, Lucas Correa, Alfredo Argento, Pablo “Colo” Duharte, Ignacio Eiras, Jeremias Monges, Ariel Mamani, Leo Scaturro y Ramón “Cuchi” Duarte. Pueblo: Lara Baca, Mora, Belen Cane, Claudia Cane, Fernando Medina, Gonzalo Chilavert y Comunidad Parroquial.
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compañados, asesorados y coordinados pastoral y espiritualmente por el Padre Eduardo Torre. Los jovenes encargados del área de actuación son Lorenzo Panero, Alejandro Viale, Vanesa Cecilia Della Porta, Deborah Tescione. En vestuario, Romina Marciano, Viviana Ferrari, Carla Leonela Arenas y Deborah Tescione. En utilería, Carolina y Yesica Farias se hicieron responsables de coordinar el trabajo, acompañadas por German Panero, Antonela Chiri, Melisa Dipetto, Victoria Buffoni, Lucas Chiri, Margarita Farias, Belen Buffoni, Ludmila Oroz-
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co, Noelia Baca, Belen Scavariello, Damian Scavariello, Guadalupe Boscariol, Estefania Muñoz y Claudio Correa. El área de infraestructura estuvo a cargo de Damian Panero y Alejandro “Bochi” Moyano, Lucas Correa y Claudio Correa. El responsable de seguridad Alfredo Argento. Ramiro Viale el encargado del guón. El Equipo Parroquial de Comunicaciones se encargo de la difusión. Los responsables de las “publicidades” para la realización esta revista/cancionero son Alejandro Viale, Alfredo Argento y Héctor González; y en el área de diseño integral y todo lo referido a lo visual fueron encargados a Daniel González, Viviana Ferrari y la colaboración de Sandra Carolina Cifuentes Cabrera.
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CANTEMOS JUNTOS AL DIOS DE LA SALVACIÓN Decisión Todo en esta vida es un decidir, si me voy contigo o me quedo aquí. Romperé los muros de mi propia casa. Iré mar adentro, pescará por ti. Hoy mi pueblo está calmando. Pide vida, pide amor. Gritan mis hermanos y llega hasta el cielo su voz. La misión que tú me has dado quiero hacerla realidad. Luchar por la vida, luchar por un mundo de paz. Me has hablado en mil canciones, más no te quise escuchar. Cerré mis oídos, porque es muy difícil hablar. Hace tiempo me pregunto, tu res-
puesta escucho hoy. Tu voz habla dentro y por tu camino ya voy. * * * * * Aquí Estoy Hoy señor queremos ser tierra buena que reciba la semilla de un llamado a servirte con la vida. La iglesia nos señala tres caminos de servicio, solo falta una respuesta: “Nuestro sí de amor sencillo”. En la edad de los caminos, nuestro norte lo sabemos y por eso es que queremos hoy decir: Aquí estoy, para ser tu voluntad. Toma mi vida, te la quiero dar. Aquí estoy, para hacer tu voluntad. Aquí estoy Señor, para
hacer tu voluntad. Servidores entre los hombres, de entre ellos elegido. El pastor cuida su pueblo y lo guía en su camino. Nos acerca cada día en el pan y vino nuevos, alimentos que nos hace en la iglesia un solo cuerpo. Consagrados en la Iglesia, portadores de tu aliento, se ofrecieron como signo, de esperanza en nuestro tiempo. Con carismas diferentes van sembrando el nuevo reino, eligiendo como estilo de su vida el evangelio. Son heraldos en el mundo, de la masa su fermento, testimonio coti
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diano que refleja el Evangelio. Van llevando cada día en lo simple del encuentro, la Iglesia a todo hombre son de Cristo misioneros.
pequeños defendiendo la verdad. El que sigue a Jesús pobre, el que sabe caminar, el que apoya la justicia, sin volver la vista atrás. El que vive siempre abierto, el que sabe transformar, el que canta con nosotros defendiendo la verdad.
una luz la luz de Jesús, que espera por ti que espera por mí. Te ha de llenar de paz te ha de inundar de amor esa es la luz, la luz de Jesús. Ya no habrá soledad tú vida va a cambiar. Esa es la luz, la luz de Jesús.
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Quiero ser pan Es joven el que espera, el que sabe caminar, el que lucha por el Reino sin volver la vista atrás. El que da su mano a otro, el que sabe transformar, el que es pan para los pobres defendiendo la verdad.
Tan grande amor Cuando yo sentí el amor de Dios que derramo en la cruz. Cuando yo sentí en mi corazón que por mí en la cruz Él murió. Tan grande amor el del Señor que no puedo comprender que me amara a mi siendo lo que soy. Es imposible comprender la grandeza de su amor, gracias Señor por tu amor.
Jesús estoy aquí Jesús estoy aquí, ¿Jesús que esperas de mí?. Mis manos están vacías, ¿que puedo ofrecerte?, sólo se, que quiero ser diferente. Jesús estoy aquí, ¿Jesús que esperas de mí?. Mis ojos temen al mirarte, quisiera poder enfrentarte.
Quiero ser pan, para el hambre ser el pan de mi pueblo y construir el escándalo del compartir. Es joven el que arriesga, el que sabe caminar el que siempre se pregunta sin volver la vista atrás. El que sabe hacer historia, el que sabe transformar, el que es voz de los
* * * * * Hay una luz Hay una luz delante de ti, que espera por ti que espera por mí. Hay
Amar, como tú amas; sentir, como tú sientes; mirar a través de tus ojos. Jesús. Contigo, mi camino es difícil me exiges abrir un nuevo horizonte en la soledad de mis noches. Jesús. No, no puedo abandonarte Jesús,
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en mi penetraste me hablaste, triunfaste y hoy vives en mí.
a quienes más quiso, y lloró en silencio al morir su amigo.
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Apenas si puedo quedarme parada, ver el sufrimiento que hay en su mirada; pero sin embargo lo acepté callada porque por amor Él se entregaba; carga con su cruz todos los pecados, El más grande amor que ha demostrado.
Testamento de María Te miro a los ojos y entre tanto llanto parece mentira que te hayan clavado; que seas el pequeño al que yo he acunado y el que se dormía tan pronto en mis brazos; el que se reía al mirar al cielo y cuando rezaba se ponía serio. Sobre este madero veo al pequeño que entre los doctores hablaba en el Templo; cuando pregunté respondió con calma que de los asuntos de Dios se encargaba. Ese mismo niño, el que está en la cruz, el Dios de los hombres, se llama Jesús. Ese mismo hombre ya no era un Niño, cuando en esas bodas le pedí más vino. Él dio de comer a un millar de gente y a pobres y enfermos los miró de frente, rió con aquellos
Ya cae la tarde, se nublan los cielos; pronto volverás a tú Padre Eterno, duérmete pequeño, duérmete mi niño, que yo te he entregado todo mi cariño, como en Nazareth aquella mañana: “He aquí tu sierva, he aquí tu esclava”. * * * * * A tanto Amor Hecho un mar de lágrimas al verlo allí en la cruz se acordó del niño que ella misma diera a luz. Y entre el firmamento y su mirada de dolor bien supo serle fiel a tanto amor.
No rompió el silencio cuando el silencio cayó, no volteó sus ojos al final cuando expiró. Se sintió caer pero así mismo no cayó y amó a pesar de que el mundo lo entregó. Solo besó sus pies y a Dios se lo ofreció. Sin preguntar ¿por qué? a todos perdonó, pues entendió el amor que Jesús predicó, que su hijo predicó ella entendió el amor que Él enseñó. Entre la llovizna, la tristeza y el dolor no volteó sus ojos cuando ya no respiró. Junto con su alma le traspasó el corazón la espada que esa cruz todo lo consumó. No rompió el silencio cuando el cielo se quebró, no volteó sus ojos y el sepulcro se cerró. Se sintió morir pero su fe permaneció y amó a pesar de que todo se oscureció. Solo besó sus pies y a Dios se lo ofreció. Sin preguntar ¿por qué? a todos perdonó, pues entendió el amor que Jesús predicó, que su hijo predicó ella entendió el amor que Él enseñó.
Agradecimientos
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ueremos agradecer en primer lugar a toda la Comunidad Parroquial (Templo Parroquial, Capillas, Centros, Movimientos y Equipos Pastorales); Monseñor Antonio Marino, Obispo de la Diócesis de Mar del Plata ; a nuestro Cura Párroco, Pbro. Eduardo Torre; a nuestras familias por el apoyo; a quienes pasaron la colecta; Cáritas Parroquial (por la ayuda y por esperarnos siempre con el caldo calentito y pan); Catequistas; También nuestra mención y agradecimiento a quien fuera hasta el año pasado nuestro Párroco, hoy Vicario Diocesano: el Padre de los “tres puntitos” (Gabriel Mestre). Gracias al Padre Luis. Muchas gracias al intendente municipal, Dr. Jorge Rodríguez Erneta; Municipalidad de Villa Gesell: Todas sus áreas y dependencias: Secretaría de Turismo, Seguridad, Corralón Municipal, División Tránsito, Prensa, Compras, Secretaria privada, Ceremonial y Protocolo, entre otros; Secretaria de Turismo de la Nación; Secretaria de Turismo de la Provincia; C.E.Vi.Ge. Ltda. (Comisión Directiva y plantel técnico); Automóvil Club Argentino; jóvenes voluntarios; Policía (Comisaría Primera); Bomberos Voluntarios de Villa Gesell; Cruz Roja Argentina Filial Villa Gesell; medios de comunicación locales, zonales, provinciales y nacionales; sitios y páginas de Internet que nos promocionan; Taller Protegido Arco Iris; a
los propietarios de los edificios, locales y viviendas vecinas a la Parroquia Inmaculada Concepción que nos permitieron retirar temporalmente el articulado de la Alameda 204 y cortada, donde finalizamos con el VCv; al Honorable Concejo Deliberante; Consejo Escolar; Secretaría de Inspección: Instituciones Educativas de Villa Gesell (las que nos abrieron sus puertas); a La Panera por la donación de casi toda la harina (que usamos para el engrudo de las piedras); y a todas las instituciones, comercios y familias que ayudan económicamente. A aquellos que ya se encuentran junto al Gran Tata y desde ahí nos guían (Lidia Botti, Diacono Walter y su hijo Gustavo, Alfredo, Luis, Antonio, Olga, Paulino, Miguel, Antonio M., Antonio N., Berta, Don Luis, Elina y Alfredo, Silvina, Graciela, Adelmo, Julia, Pequeña, Roberto, Miguel, José Luis [JLG]); personas que nos escribieron después de la 22ª edición; a quienes rezan desde monasterios, cenáculos o sus hogares para la realización de este Via Crucis viviente. A los que no desean ser mencionados (NN) pero acompañan siempre incondicionalmente en todas nuestras tareas pastorales y nos alientan a seguir ya que “Es nuestra fe la que nos trajo hasta aquí”. A todos los que colaboraron y colaboran de alguna u otra manera con los emprendimientos del E.A.J.P. ¡Que Jesús Resucitado los bendiga a todos! ¡María los acompañe en vuestro peregrinar!