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ARQUITECTURA EN PUERTO RICO 2021 Artículo Regreso al futuro: el patrimonio edificado en tiempos de cambio climático y pandemia

Regreso al futuro: el patrimonio edificado en tiempos de cambio climático y pandemia

Cambio Climático

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“Cuando llueve y hace viento, cierra la puerta y estate dentro”. Para nuestra región Antillana, el comienzo del verano inaugura la temporada cíclica anual de huracanes, así como el recuerdo de momentos en la historia que registraron los actos más violentos de la Madre Naturaleza en suelo Antillano: los terremotos, los huracanes y daños extensos causados por lluvias torrenciales y tormentas eléctricas (Fig. 1). Es momento para considerar: ¿Nuestros edificios históricos están listos para enfrentar los efectos de la naturaleza? ¿Podemos aprender del pasado para beneficiarnos en el presente? ¿Existe una memoria colectiva, o estamos destinados a repetir los errores del pasado sin aprovechar las lecciones exitosas aprendidas?

Inicialmente, el interés para investigar este tema surgió como consecuencia directa del terremoto devastador ocurrido en Haití en el año 2010 (Fig. 2). Profesionales caribeños de la Industria de la Construcción nos reunimos luego de esta catástrofe para analizar y repensar tanto nuestros conocimientos técnicos, como los códigos de construcción existentes, ambos, asuntos de importancia primordial cuando ocurre un desastre natural.

Durante los diez años subsiguientes hasta el presente, el cambio climático global nos ha traído desastres mayores y más frecuentes como: - Las sequías prolongadas, que han contribuido a crear y propagar fuegos en áreas extensas y sin control; - El alza de las temperaturas del ambiente ha descongelado el hielo de los polos causando un continuo ascenso en el nivel del mar, claramente más notable en el Acqua Alta en Venecia, que ocurre con más frecuencia y mayor altura (Fig.3); - Tormentas de arena más intensas en el desierto del Sahara han causado nubes de este polvo rojizo, repleto de contaminantes, que viaja globalmente y afecta nuestra calidad de aire y visibilidad sin contar con alergias e infecciones; además de - Temperaturas más frías y tormentas de hielo y nieve durante periodos inusuales y lugares nunca afectados (Fig. 4). La frecuencia de la Tormenta Perfecta. ¿cómo podremos subsanar el planeta tierra, cuando como seres humanos continuamos maltratándolo y envenenándolo con intervenciones inadecuadas sin pensar en sus consecuencias?

Tradiciones y creencias

“San Isidro labrador, quita el agua y pon el sol”... o “Me voy con la virgen por el mundo a andar, a ver si la tierra deja de temblar...” Palabras, versos, rezos y cánticos tradicionales relacionados al azote de la naturaleza a suelo Antillano han formado parte de la cultura de esta región y son tan vigentes en nuestro mundo presente como lo eran en el pasado. La imprevisibilidad de la Madre Naturaleza nos continúa sorprendiendo. Desde épocas precolombinas, las comunidades indígenas habían aprendido a leer las señales proporcionadas por la naturaleza antes de que ocurrieran estos eventos catastróficos. Comenzando en el siglo 16, varios documentos han detallado grandes terremotos y tormentas, específicamente en nuestro archipiélago. A partir de 1568, los huracanes fueron nombrados utilizando el nombre del santo correspondiente al día del desastre, según el historiador puertorriqueño Alejandro Tapia y Rivera. En la tradición local, esto implicaba recordar una fecha en particular para todos los tiempos.

Fray Iñigo Abbad y Lasierra, importante cronista español del siglo 18 para el Caribe Hispano, narró los signos de la Madre Naturaleza en la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico: ...cuando se observaba que en las quebradas y desfiladeros por los cuales se deslizaba agua aparecían neblinas espesas pegadas a la tierra por mucho tiempo, o que el agua de pozos o manantiales salía con olor a azufre o tenía sabor extraño; o que las cotorras, periquitos y otros pájaros se juntaban dando graznidos, y que las vacas y caballos repetían frecuentemente muidos y relinchos; todo esto eran señales seguras de que un temblor o terremoto estaba próximo a ocurrir.1

En cuanto a los huracanes, el fraile relata: El huracán es el fenómeno más horroroso de cuantos se observan en esta isla, y aún creo que en toda la América. Es un viento furioso acompañado de lluvia, relámpagos, truenos y las más veces de temblores de tierra, circunstancias todas las más terribles y devastadoras que pueden unirse para arruinar un país en pocas horas: los torbellinos que forma el aire y los torrentes que inundan los pueblos y campiñas, acompañados de relámpagos, parece anunciar las últimas convulsiones del universo.2

Pero que nos causa mayor preocupación según observamos la fábrica de nuestras edificaciones patrimoniales - ¿los efectos de un terremoto (con vibración, ruido, y la posible combinación de una gran ola, un fuego o un derrumbe) ?, o ¿los de un huracán (viento, inundaciones, vibración, la erosión de nuestras costas, y alzas en el nivel del mar)?

Entonces nos preguntamos, ¿nuestras estructuras están indefensas a los efectos adversos que nos presenta la Madre Naturaleza a través de estos fenómenos atmosféricos y el cambio climático? Como profesionales en los campos de la conservación y restauración patrimonial, debemos estar capacitados para entender cuales estructuras han resistido mejor el impacto de los fenómenos naturales a través de la historia y el tiempo. ¿Hemos realmente aprendido a lidiar con los efectos del clima con estructuras que funcionan y sobreviven, que disminuyen su impacto o huella en el medio ambiente con prácticas sostenibles y duraderas?

Precaución Anticipada

El momento exacto de un terremoto no se puede predecir ni evitar. Por el contrario, los huracanes, las tormentas tropicales y hasta las nubes de polvo del Sahara son cíclicas a un período particular del calendario anual y hoy día, su trayectoria puede proyectarse con varios días de antelación. `Aunque las Antillas Mayores están ubicadas en una zona sísmica activa, los terremotos fuertes son infrecuentes. Por esta razón, distintas generaciones han preferido olvidar el desastre y construyen de forma precaria y utilizan tecnologías defectuosas en lugares pobres e inadecuados. En abierta confrontación con la Madre Naturaleza, se construye donde no se debe, creyendo que el ser humano puede dominar la naturaleza a través de obras de ingeniería - cuando en realidad, la naturaleza tiene la ventaja de tiempo y física que nos obliga a ceder ante su fuerza. Tanto el sistema constructivo propuesto como la calidad y condición del terreno donde se va a construir son de suma importancia.3 El mayor daño ocurre cuando construimos sobre roca sedimentaria no-consolidada, en específico si los terrenos están saturados de agua o si el nivel freático es alto.

Tecnologías Edilicias Antillanas

Algunas de las tecnologías tradicionales de construcción originales a nuestra región Antillana (madera, bahareque, tapia, mampostería y cantería) ya no se utilizan, y la industria de la construcción contemporánea, en gran medida, ha olvidado las mismas. Desde un punto de vista técnico, es de suma importancia entender cómo fueron construidos estos edificios del pasado.

Dibujos técnicos que se encuentran en los expedientes históricos, fotografías de la época, además de textos explicativos en documentos del pasado, proveen un caudal importantísimo de información (Fig.5). Sin embargo, el mejor documento es el tejido o fábrica del edificio en sí, ya que no hay garantías que una estructura haya sido construida según diseñada. Las causas de defectos o fallas estructurales deben entenderse claramente. Al igual, es importante saber y comprender el estado del edificio al momento de una catástrofe (¿estaba recién construido, estaba abandonado, lo habían mantenido y reparado de forma apropiada a través del tiempo?). Todo esto se logra a través de un proceso riguroso de documentación e inspección detallada que resulta en un inventario de condiciones existentes. Al igual, es importante constatar la calidad del diseño de la obra, el uso apropiado de los materiales de construcción, y la mano de obra empleada; todos factores que afectan la reacción de los edificios a los fenómenos naturales. La meta debe ser poder especificar la manera más apropiada para intervenir en su tejido de manera compatible cuando estas estructuras se vean afectadas por un evento natural. Las construcciones en las zonas tropicales están sujetas al deterioro por agua, viento y vegetación, mientras en climas templados, están más sujetas a cambios termales. Efectos causados a distintas tecnologías - el caso de Puerto Rico Trabajos de inspección e informes que fueron generados entre los años 1918-19 sobre los terremotos devastadores ocurridos en Puerto Rico durante los meses de octubre y noviembre de 1918, han sido de suma importancia para estas investigaciones. Estos documentos han facilitado la comprensión de los efectos que los sismos tuvieron en las estructuras tradicionales de Borínquen y su patrimonio construido.4 Los análisis técnicos resultantes vieron la luz pública varios meses luego de ocurridos los desastres. En resumen, se estimó que hubo millones de dólares en pérdidas y que quedaron más de 10,000 personas desamparadas y sin vivienda como consecuencia de estos terremotos. “Mucha destrucción fue ocasionada a edificios que fueron construidos con tecnología defectuosa o debido a materiales inadecuados usados en la construcción de los mismos.”5

La reacción de los distintos tipos de tecnologías de construcción a los terremotos de 1918 fue incluida en informes detallados que se publicaron durante los primeros meses del 1919. Algunos de los desperfectos descritos, al igual aplican a daños causados por huracanes, ya que las vibraciones resultantes de fuertes vientos y presión baja, con la adición de largos períodos de ráfagas de lluvia e inundaciones, son a veces más dañinos que los terremotos mismos. Grandes cantidades de agua en cualquier forma (lluvia con viento, escorrentías, inundaciones causadas por ríos que se salen de sus causes, erosión de las costas, y subidas en el nivel del mar) están entre las condiciones más perjudiciales para las edificaciones. Examinemos entonces el ejemplo histórico de Puerto Rico en particular para poder comprender cómo reaccionaron sus edificios tradicionales a los efectos de un desastre natural o de nuestro presente cambio climático en los trópicos.

Madera

Los edificios de madera, sin contar con aquellos que habían incluido la tecnología más moderna para la época del balloon frame, subsistieron excepcionalmente bien, como ocurrió durante el gran terremoto en Haití durante el 2010.6 Algunas casas fueron arrancadas de sus cimientos como consecuencia del tsunami posterior al terremoto del 1918, y aunque fueron arrastradas mar afuera, no se desarmaron (Fig. 6a). Estos informes al igual explican las virtudes de los bohíos más sencillos. No subestimemos los grandes conocimientos y apego a la naturaleza de las comunidades precolombinas y sus hábitats que les permitían construir con lo que hubiese en su entorno y reparar con el mismo material que estaba disponible en su medioambiente (verdadera sostenibilidad).

nativos son de construcción tan elástica que cede al movimiento sísmico sin romper; deben ser bien reforzadas, y las uniones tan fuertes que no se puedan separar durante los movimientos. Estas condiciones parecen estar bien cumplidas en Puerto Rico. Las casas de madera no sufrieron grandes daños, y los bohíos nativos quedaron particularmente inmunes. Los esquineros están bien enterrados como precaución contra los huracanes; los edificios son ligeros y elásticos y ceden sin romper...7

La Madre Naturaleza también ataca a través de plagas de insectos xilófagos. El agua estancada infiltra los muros y techos de los edificios y provoca destrucción desmedida, en especial a las estructuras de madera. Siempre que la madera se mantenga completamente seca o sumergida en agua, no se deteriora fácilmente. En el trópico, una vez la madera se pudre, los insectos la atacan y la destruyen rápidamente. Especies devoradoras de madera como la polilla y el comején (polillas voladoras y hormigas subterráneas) son particularmente conocidas en las Antillas por su gran capacidad destructiva, que pueden producir fallas estructurales significativas. Edificios debilitados e infestados por insectos o elementos arquitectónicos afectados por estas plagas, pueden fallar por cuenta propia al estar ya debilitadas, y, por ende, tienen más probabilidad de colapsar durante un desastre natural.

El informe del Ejército de Estados Unidos de 1919 aclara: “...no es factible utilizar madera sin tratar en los proyectos de construcción de Puerto Rico debido a los ataques y destrucción de hormigas las cuales destruyen rápidamente estos tipos de madera estructural. Las maderas nativas parecen ser inmunes a estos ataques de insectos, pero no están disponibles en grandes cantidades.”8 Los habitantes de estas regiones saben que la palma real es fuerte, resistente, y duradera en todos sus componentes (tronco, rama y hoja o yagua) que se utilizan para la construcción completa de una vivienda.

Mampostería y ladrillo

Los edificios institucionales del Gobierno de España en sus colonias en el Caribe Hispano, como los cuarteles, faros, alcaldías, y casas de caminero, entre otros, fueron en gran parte construidos de mampostería, habiendo utilizado tecnologías españolas continentales. Estas edificaciones subsistieron los terremotos de 1918 sin mayores daños. Las estructuras que eran propiedad del gobierno estaban edificadas utilizando innumerables documentos de construcción, y contaban con una inspección minuciosa durante las labores edificatorias de la Obra para proteger la inversión española en los proyectos de sus colonias ultramar. Tanto buen diseño, el manejo eficiente de los proyectos, como el empleo técnico apropiado de materia prima de la mejor calidad, resultaba en un edificio bien construido (Fig. 6b).9 Sin embargo, este no fue el caso de las estructuras privadas construidas con la misma tecnología para esa época. Esto se debe a que casi siempre, las estructuras no-gubernamentales se construían sin seguir especificaciones y sin supervisión. La siguiente cita lo confirma: El material mas generalmente usado en Puerto Rico es la mampostería que consiste de una combinación de piedra y mezcla de cal. El mejor de este material no es muy fuerte... Casi todos los edificios de mampostería examinados fueron construidos con la peor clase de mezcla de cal. La arena no era limpia [salitrosa o terroza] la cal estaba sin apagar y no estaba ligada por igual con la arena...solo los edificios de mampostería sufrieron gravemente durante los terremotos. Este es un material que no debía usarse para nada. La fuerza de las paredes de ladrillos depende de la fuerza de la mezcla... la mezcla de cal usada en Puerto Rico en todas partes resultó mala... algunas de estas mezclas no tenían mas fuerza que el barro seco.10

Los ladrillos fueron un importante componente íntegro a los muros de mampostería. Estos fueron utilizados para proveer el amarre estructural necesario a través de verdugadas horizontales ubicadas, casi siempre, a cada metro de altura. Además, estos importantes elementos unitarios proporcionaban las superficies rectas necesarias para definir importantes elementos arquitectónicos como las cornisas y los vanos de las puertas y ventanas. Textos históricos explican:

“…los ladrillos utilizados en Puerto Rico son manufacturados de modo casi prehistórico. Juntas de bueyes mezclan el barro con sus pisadas; los ladrillos están formados a mano y cocidos en hornos primitivos. Estos ladrillos son naturalmente muy porosos, de resistencia a la compresión baja y de calidad inferior... Casi todos los arcos de ladrillo fallaron... (durante el gran terremoto)”11

En los edificios de mampostería, el amarre lateral de la estructura lo proveen las vigas de madera del techo. Cuando se pudren los cabezales de estas vigas empotradas en los muros, esa sección es atacada por plagas xilófagas. Debido a esto, tanto los muros como los techos pesados, de dos a tres capas de ladrillos de espesor, pueden colapsar.12

Bloques de Cemento

Los primeros bloques de cemento, o aquellos más tempranos o primitivos, se construían uno a uno en moldes de metal que se traían al sitio del proyecto donde iban a ser utilizados. El agregado fino o arena disponible en cada lugar de un proyecto se mezclaba con cemento Portland importado y agua para preparar un mortero relativamente seco que se compactaba a mano dentro de los moldes. Las unidades se demoraban en secar 28 días, eran relativamente frágiles, no quedaban bien consolidadas, ni viajaban bien en el sistema rudimentario de carreteras de principios del siglo 20. Durante los primeros usos de este material unitario, no se proveían vigas ni columnas de amarre, ni vertical ni lateral. Tampoco se rellenaban los bloques huecos con varillas de acero y cemento para reforzar las esquinas o las vigas que sostenían el techo. El uso de un

mortero de cemento Portland defectuoso (de mala calidad) o el uso de poco mortero causó que las unidades independientes se desplazaran como resultado de oscilaciones sísmicas o azotes de fuertes vientos huracanados (Fig. 7a). En muchos casos, la instalación inadecuada de las unidades fue la razón para el colapso de los edificios de bloque. Una nota técnica explica: “Nótose que los bloques de concreto y la piedra no resultaban tan fuertes como el ladrillo, probablemente porque no se tuvo suficiente cuidado en la mezcla.”13

Otra razón para estos fallos se le atribuye al mal uso de materia prima: “Arena de río ha sido utilizada como alternativa en la región oeste de Puerto Rico, pero es sucia y no muy angular. Por esta razón, el uso de varillas de acero lisas no son deseables para trabajo de refuerzo en esta área de la isla.”14

Hormigón o concreto - sin armar y armado

En 1919, el hormigón armado bien construido, fue determinada la tecnología edilicia que podría resistir mejor los embates de la Madre Naturaleza. Los edificios de hormigón, debidamente reforzados, serían impermeables, a prueba de fuego, no los afectarían las plagas de insectos, y podrían resistir y soportar lluvias y vientos huracanados, además de movimientos telúricos de menor fuerza. Sin embargo, el siguiente texto lo deniega y acepta a la vez:

El concreto ordinario es bastante fuerte, pero la resistencia del concreto empleado en Puerto Rico no puede contrarrestar fuerzas ocasionadas por sacudidas severas, en algunos casos, quedaron arruinadas casas construidas de este material. En realidad el concreto armado de primera clase se tiene como el material mas fuerte disponible.15

Los edificios de hormigón armado que sobrevivieron el terremoto del 1918 estaban prácticamente acabados de construir, y la comparación con edificios de 100 o 200 años que emplearon materiales defectuosos y tuvieron un mantenimiento nulo, no es válida. Habría que visitar estos edificios hoy día para tener material comparativo y casi 100 años de uso y desgaste. ¿Verdaderamente es esta una tecnología superior a las otras?

Lo que subsistió en 1918 fueron edificios de una o dos plantas de altura construidos de hormigón armado reforzados con varillas de acero. Colegios, hospitales, y templos evangélicos, entre otros, sobrevivieron con el uso de esta nueva tecnología que importaron las comunidades como parte de su misión. Algunas estructuras fallaron porque estaban mal mezclados los morteros o el cemento y la materia prima eran de calidad inferior (Fig. 7b). casos reportados. Esta situación es similar a la ocurrida en Haití casi 100 años después del gran terremoto en Puerto Rico, cuando hasta el Palacio Presidencial del 1920 construido de hormigón, colapsó sobre sí mismo - ¿hemos avanzado tecnológicamente como región? Se puede argumentar que hubo mayores problemas en Haití que fallos a las normas y códigos de construcción. En realidad, ¿las más de 100,000 muertes y el caos causado por el terremoto del 2010 no son suficientes pruebas para insistir que se realicen pruebas estructurales de nuestro patrimonio construido cada 10 años al menos?).

Los desastres naturales y el cambio climático, que nos afecta son inevitables. Según los especialistas y científicos, estas reacciones adversas de la Madre Naturaleza van a seguir ocurriendo con más frecuencia, con mayor fuerza, y hasta de manera concurrente. Los humanos debemos desistir de actividades nocivas al planeta tierra como la deforestación de los grandes bosques para agricultura, ganado y desarrollos desmedidos, reducir la emisión de gases combustibles, evitar el desvío, control, y mal manejo de las fuentes de agua limpia, en adición a otros daños que le seguimos causando.

Los ingenieros profesores del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Puerto Rico, explicaron las razones para el colapso de los edificios más nuevos y construidos antes del 1918 en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez:

Varios edificios construidos del llamado hormigón armado colapsaron con el primer movimiento severo. Estos edificios estaban mal diseñados, utilizaron poco cemento y fueron construidos de forma descuidada...En los casos mas notables, los muros eran de 6” de grosor y reforzados con varillas redondas de acero de ½” de grosor espaciadas aproximadamente cada 12”. Luego del colapso, el concreto se desmoronaba con la punta de un pico sin hacer esfuerzo alguno. La arena utilizada era demasiado lisa y no había sido lavada. La ausencia de cemento era notable. El colapso de estructuras similares fue una señal de alerta para los contratistas quienes aprendieron cuan importante es la selección de un agregado adecuado para estas mezclas.

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Hierro forjado y Acero

Las armazones de estos materiales como aquellas utilizadas para construir puentes, mercados y los tinglados o almacenes de los puertos, sobrevivieron bien al igual. Cuando se abrió la tierra en las inmediaciones de estas estructuras, se desconectaron algunas juntas más bien debido al asentamiento o desplome del terreno. En los terremotos de Haití algunas de las estructuras emblemáticas como la colorida Plaza del Mercado de hierro forjado, además de colapsar parcialmente con los cambios geográficos causados por el terremoto, cogió fuego (Fig. 8).

Recomendaciones Generales presentadas en los Informes Técnicos de 1919 Las conclusiones presentadas en el informe de 1919 sobre los daños causados por el terremoto fueron: Que el arquitecto tuviera en cuenta la conveniencia de reducir fuerzas que serán ejercidas sobre el edificio por el terremoto; de hacer más fuertes aquellas partes del edificio donde las fuerzas serán mayores; y de ligar las distintas partes del edificio tan sólidamente que cada parte sostenga y refuerce a todas las demás.17

Esto es interesante, a pesar de que algunos análisis de ingeniería más recientes indican otros conceptos parecidos a aquellos utilizados en la ciudad de L’Aquila en Italia luego del terremoto del 2009. Destruido el pueblo en su totalidad debido a un terremoto de oscilación vertical muy cerca de la superficie del terreno, se especificó que las nuevas uniones deberían ser más flexibles para que acomodaran mejor las oscilaciones del terremoto en lugar de resistirlas (al igual que los bohíos antillanos y las estructuras construidas de adobe en América Latina).

Resultados presentados por el Comisionado del Interior de Puerto Rico en el 1920 Otro documento de suma importancia, hecho público en 1920, afectó de forma permanente los Reglamentos de Edificación en Puerto Rico. El mismo presentó los resultados y conclusiones de los años de estudio subsiguientes a los terremotos de 1918. Debe enfatizarse nuevamente que muchos de los edificios de hormigón armado que sobrevivieron ilesos eran nuevos para esa época. Los edificios de mampostería eran antiguos, y en muchos casos estaban tanto mal construidos como mal mantenidos. Por lo tanto, los daños causados a los edificios de mampostería no determinaron defectos del material constructivo o tecnología tradicional utilizada.

A continuación, se presentan las conclusiones oficiales en cuanto a las tecnologías edilicias que habían sobrevivido los movimientos telúricos de referencia:

El examen y la investigación de los edificios perjudicados por los temblores de tierra, demostró claramente que clase de materiales debe usarse en la construcción de edificios en Puerto Rico y como deben emplearse. Según el criterio del Arquitecto [del Estado], los materiales por el orden de resistencia a los movimientos sísmicos, siempre que se compongan de ingredientes adecuados y propiamente colocados, son los siguientes, por orden de preferencia: una armazón sólida de madera con tabiques del mismo material o de listones con empañetado de mortero; una armazón ligera de madera con tabiques de tabla; hormigón reforzado; ladrillos colocados con mortero de cemento (debidamente amarrados a los muros con tensores); piedra colocada con mortero de cemento; bloques de cemento; y ladrillos colocados con mortero de cal y arena.18 Los últimos tres métodos podían edificarse siempre y cuando tuviesen muros de bastante grosor y que fueran de una sola planta de altura.

Es de sumo interés constatar que durante la serie de terremotos fuertes y réplicas que han estado ocurriendo en la costa suroeste de Puerto Rico desde principios del año 2020 hasta el presente, colapsaron un gran número de estructuras (incluyendo colegios y edificios de apartamentos) de hormigón reforzado, que carecían de suficiente refuerzo de acero o que había sido mal instalado. Por lo contrario, las estructuras patrimoniales de mampostería y madera subsistieron, aunque sufrieron grietas y desperfectos (Fig. 9). La constante sigue siendo la recomendación de una inspección y un mantenimiento cíclico que se pueda asociar a una efeméride o tiempo del año, como hacían nuestros antepasados, o como hacemos aún nosotros cuando remozamos nuestros hogares para el periodo de fiestas navideñas.

Las Pandemias y nuestro Patrimonio Edificado

¿Qué papel juega la conservación del patrimonio arquitectónico ante una pandemia como el Covid 19? Parte de la filosofía antigua griega dicta que el ser humano entra al futuro de espalda. Por lo tanto, solo podemos mirar hacia atrás o en dirección del pasado, donde podamos buscar ejemplos que nos ayuden a resolver los dilemas del presente y el futuro incógnito. A eso se debe parte del título de este artículo: “Regreso al Futuro”. ¿Como utilizamos lo aprendido sobre la arquitectura del pasado para que nos beneficie nuestro futuro?

Cuando observamos los avances tecnológicos y proyectos a gran escala, no podemos olvidar que todo se origina desde la escala humana. El entorno construido del planeta ha seguido una densificación desmedida, que, ante la pandemia actual, representa un problema y el gran riesgo de propagación y contagio debido al hacinamiento general en nuestras ciudades y áreas suburbanas. Aunque a menudo el Patrimonio Arquitectónico fue edificado en periodos de menos densificación poblacional, no se deben descartar las lecciones aprendidas y que se han perdido en la memoria colectiva, como lo son las áreas abiertas, los patios interiores, y la debida orientación de nuestros edificios. “Desde la Edad Media, ha habido una estrecha relación entre la arquitectura y la gestión de las epidemias y pandemias.”19 Estos ejemplos del patrimonio arquitectónico sirven como soluciones y alternativas a los problemas presentes bajo las restricciones del Covid 19. Frente a una pandemia, el reto es buscar ejemplos entre las estructuras históricas que puedan servir como soluciones o alternativas al nuevo cambio de vida que se avecina.

de varias epidemias, pestes y pandemias a través de su historia (Fig. 10). Estas han servido como lecciones de lo que funcionó y falló en cuanto a las soluciones técnicas presentadas por sus diseñadores, los arquitectos e ingenieros, que basaron sus diseños en los análisis y resultados científicos de una crisis específica cuando detallaban las características de los contagios que habría que resolver, precisamente a través del diseño. Estos contagios numerosos de salud, algunos de los que han sido globales como el Covid, al igual, se han convertido en un problema de diseño.

Según el Arquitecto David García, fundador de MAP Architects en Copenhagen: “... quien ha estudiado extensivamente el concepto de cuarentena y sus implicaciones espaciales, (nos informa que) hasta que se logre encontrar un remedio a una epidemia, la única cura que existe es la arquitectura.”20 Los edificios, y en particular nuestros hogares, son nuestro refugio principal y mejor albergue. En cuanto al Covid 19 en específico, respirar se ha convertido en un problema arquitectónico y espacial, para el cual aún se busca una solución. No solo necesitamos mascarillas, sino que un distanciamiento social mínimo es requerido y necesario para evitar que se aumenten los contagios. En algunas urbes, la vida se ha hecho tan difícil, que algunos han optado por mudarse y abandonarlas por no existir alternativas seguras a corto plazo.

Durante el siglo 19, la Peste del Cólera ocasionada por los desechos animales, humanos e industriales tirados al río Támesis en Londres, incrementada por el olor putrefacto causado por el alza de temperatura durante un verano, ocasionó que los políticos a cargo drenaran y purificaran su agua, ya que se consideraba una epidemia respiratoria y no bacteriana (Fig. 11). “La teoría miásmica afirmaba que las enfermedades de ese momento venían de aire tóxico o (miasmas) pues contenía partículas de materia en descomposición suspendidas que producían un vapor viciado, el cual causaba la dolencia.”21 Sin haber cura para esta epidemia, la creación de los alcantarillados y acueductos salvó a los habitantes de la ciudad, al segregarse y canalizarse las aguas limpias y las insalubres. Esta solución tecnológica, al igual protegió el patrimonio edificado de Londres a los ciudadanos decidir permanecer en ella y continuar habitándola. Al igual, la resolución de este problema influenció el diseño para la cuadriculación de las tramas urbanas de ciudades más recientes, ya que este alineamiento rectilíneo facilitaba la introducción de los sistemas sanitarios de alcantarillado y los acueductos, resolviendo con más facilidad la problemática de colección y distribución de agua.

La Peste Bubónica, causada por ratas infectadas, implicó el análisis de métodos para eliminarlas, porque además de propagar la epidemia se convirtieron en un peligro estructural para los edificios con zapatas de madera. Para hacer sus nidos, las ratas socavaban debajo de las casas y afectaban su estabilidad. Por ende, estos contagios, influenciaron reglamentos de edificación que dictaban que los cimientos debían ser de concreto para evitar daños tanto a los edificios como a los humanos a quienes las ratas les trasmitía la enfermedad. Estos decretos de salubridad afectaron muchos países y cambiaron el rostro de la arquitectura tradicional al requerir elevar las viviendas del contacto directo con el suelo (Fig. 12) para que ventilaran mejor y para que se les dificultara el acceso a las sabandijas, según el Antropólogo Médico Chistos Lynteris.22

Al igual, a mediados del siglo 19 se consideraron varios materiales de construcción alternos que ayudaran a proteger a la población posibilitando su limpieza y saneamiento. Entre estos se encontraban las baldosas o mosaicos de cemento para pisos interiores y el cemento pulido para los muelles y puertos ya que eran fáciles de limpiar y mantener. Las calles donde hoy día se encuentra gran parte de nuestro Patrimonio Arquitectónico, fueron empedradas por estas mismas razones, para evitar, con nuevos declives y desagües, la acumulación de aguas sucias empozadas.23

Estos también fueron los momentos históricos cuando se demolieron las murallas de ciudades sobrepobladas para así lograr proveerles mejor ventilación y aire fresco; con calles más amplias, que permitieran la entrada de sol e iluminación natural a los edificios (Fig. 13). Innovadores diseños para estas urbes incluyeron amplias avenidas y aceras como fueron los casos de los diseños de Barcelona por Cerdá y el París renovado por Haussmann. Además, las innovadoras teorías de higienización del momento fueron aplicadas a estos centros urbanos. Los grandes espacios abiertos y jardines públicos diseñados a finales del siglo 19 proporcionaron las áreas al aire libre necesarias para la ventilación general de las ciudades y el esparcimiento urbano, modalidades que ayudarían a reducir y evitar los contagios respiratorios por Tuberculosis.24

Según el artículo “Medicina y Arquitectura”

La tuberculosis llevó un cambio radical en el modo de entender la vivienda y los espacios residenciales, a partir del conocimiento de las nuevas tecnologías, el hormigón y el vidrio. La Carta de Atenas, a principios del siglo 20, estableció los parámetros de materiales y ventilación en los nuevos diseños, para favorecer la salud, huyendo de la insalubridad y la falta de higiene de los centros urbanos existentes.25

La tuberculosis había sido una preocupación sanitaria que resultó en el auge para la construcción de hospitales y sanatorios que cumplían con las necesidades básicas de luz, ventilación y espacios abiertos, como el sanatorio de Paimío en Finlandia de 1928, y de la autoría del Arquitecto Alvar Aalto (Fig. 14). Estos conceptos, que representaron la arquitectura modernista, fueron importados a la vivienda. Las metas en estas edificaciones, enumeradas en el libro Light, Air, and Openness, eran la buena circulación de aire, la presencia de luz natural y las superficies fáciles de limpiar. La buena ventilación se convirtió en el eje de estos diseños para evitar el contagio.26

Agua contaminada en varios países del mundo, que fue la causa de la epidemia de cólera en Londres que casi destruye toda su población.

Excelentes ejemplos de edificaciones que nos han precedido, y que hoy día se consideran Patrimonio Arquitectónico, fueron las Escuelas al Aire Libre inauguradas en Alemania y Bélgica durante el 1904 como reacción a la tuberculosis (Fig. 15). Estos espacios abiertos, incluían todo el equipo escolar como pupitres y una pizarra, donde:

“...los estudiantes como los maestros ocuparon jardines y utilizaron la observación de la naturaleza para aprender sobre ciencia, arte o geografía...la idea era sacar a los niños de lugares insalubres, como viviendas superpobladas, y ponerlos en contactos con la naturaleza, con la intención de fortalecer su sistema inmunológico.”27

El hormigón y el vidrio se convirtieron en protagonistas de las nuevas estructuras tanto para hospitales como para colegios.

Hubo múltiples soluciones para resolver el hacinamiento y encerramiento y así evitar la propagación de la tuberculosis. Algunos de estos colegios fueron instalados completamente a la intemperie, otros estaban dentro de edificios donde una pared completa abría hacía un patio interior, o donde ubicaban grandes ventanales así logrando la entrada y el flujo de mejor ventilación y luz natural, no importa la época del año, ni el clima.28 Para 1907, en Estados Unidos se unieron a este concepto innovador promulgando la idea original, que había evitado en Europa los contagios de tuberculosis entre niños. Para el 1909, ya había 65 escuelas de este tipo en el país.

Algunas Escuelas al Aire Libre fueron instaladas en lotes vacíos, techos de edificios, en el medio del campo, y hasta en barcos ferries durante el invierno. Una imagen señala esta última alternativa durante la pandemia de la tuberculosis, cuando para 1915 un salón de clases fue ubicado en el ferry de la ciudad de New York, en pleno invierno (Fig. 16). Además del paseo acuático, esto implicó aire fresco, luz natural, distracción, y aprendizaje del área donde vivían los estudiantes.29

Una década más tarde, los diseños para las Escuelas al Aire Libre fueron importados a Puerto Rico por los arquitectos modernistas Richard Neutra y Henry Klumb, que hoy día formarían parte de nuestro Patrimonio Arquitectónico. Aunque su diseño y uso de materiales funcionaban a la perfección con el clima tropical, algunas solo tuvieron aproximadamente 20 años de uso activo suplantado por edificios encerrados y de poca luz o ventilación. En ese momento, al igual se propusieron unas clínicas abiertas al aire que fueron de gran uso y de las cuales no ha sobrevivido ni una.30 resolvieron en gran medida los problemas causados por las epidemias y las pandemias a los pacientes a través del mundo.31 Al igual que las escuelas, la ventilación e iluminación natural sirvió de terapia para mejorar la condición de vida de los pacientes tanto en climas tropicales como en climas templados como parte esencial de la sanación corporal.

Debemos considerar, que el concepto holístico sobre la medicina no existió solamente para el diseño de los hospitales modernos, sino que el gran dios de la antigüedad griega: Asclepius entendió, que había que sanar tanto el espíritu como el cuerpo. Estos fueron los conceptos presentados para el diseño y construcción del Sanatorio de Epidauro en Grecia. El antiguo teatro de Epidauro, conocido mayormente como un centro para el entretenimiento, era parte integral del complejo hospitalario que proponía sanar el espíritu humano.

La Gripe Española del 1918-19, considerada la primera pandemia global, se propagó durante tres etapas y ocasionó sobre 200 millones de muertes a través del mundo (Fig. 17). Según la revista National Geographic, esa cantidad implicó más muertes que las acumuladas durante las dos guerras mundiales juntas. A pesar de conocerse como la gripe española, los primeros contagios se originaron en soldados estadounidenses de la Primera Guerra Mundial, que, al unirse a las tropas europeas en unas trincheras abarrotadas, se propagó rápidamente. La censura militar de los países implicados en la Gran Guerra escondió su gravedad, pero cuando la pandemia alcanzó a la población civil en España, que no estaba envuelta en el conflicto bélico, los medios pudieron difuminar la noticia libremente. Injustamente, a esto se debe su nombre.32 Esta crisis de salud que duraría dos años se convirtió en la inspiración para una revolución en los diseños de las estructuras de la década del 1920-30, que hoy día consideramos Patrimonio Arquitectónico.

Uno de los lemas reconocidos del arquitecto norteamericano Louis Sullivan fue “la forma sigue a la función” (Form follows function). Estas palabras influenciaron grandemente a otros diseñadores de renombre como Edouard Jeanneret, mejor conocido como Le Corbusier. Encerrado en su casa durante la Influenza Española del 1918, estos momentos de cuarentena y su eventual obsesión por “...la relación entre el espacio y la enfermedad”, dieron paso a sus reflexiones revolucionarias sobre la arquitectura y planificación urbana. En su libro Hacia una Arquitectura de 1923, Le Corbusier reunió sus pensamientos y análisis sobre la limpieza, suciedad e higiene, y al igual, “...ideas sobre geometría, la plástica y la emotividad de la arquitectura.” Entre sus conceptos para obtener aire puro, estaba la demolición de barrios de las grandes ciudades que estaban sobrepoblados, hacinados y considerados los focos de la influenza y tuberculosis (cuando se pensaba que estos contagios se transmitían a través del aire). Sus propuestas incluían la sustitución de estos lugares de riqueza patrimonial, con torres

La Peste Bubónica y el efecto de las ratas que la propagaba, fue la causa no solo de la enfermedad, sino que al igual fueron responsables, de fallos estructurales en las casas de madera donde socavaban las zapatas para construir sus nidos. El efecto destructivo estructural resultó en cambios a los códigos de construcción para acomodar cimientos de hormigón, aunque las edificaciones fuesen de madera. Tanto las ciudades como los hospitales y viviendas evolucionaron para aumentar las áreas de espacios abiertos beneficiados por el aire y la ventilación natural, y así reducir el hacinamiento de las antiguas ciudades y sus edificaciones aglomeradas y cerradas.

esbeltas y lisas, con áreas verdes, a modo de sus “unidades habitacionales”, además de diseños para la ciudad del futuro (Fig.18).33

Como hemos señalado, las epidemias, pestes y pandemias trajeron consigo cambios a nuestra arquitectura en esos momentos particulares de la historia. ¿Qué le depara el futuro al Patrimonio Arquitectónico luego de la pandemia del Covid-19? ¿Como evolucionaran estas estructuras históricas, unas más antiguas que otras?

Evolución Necesaria

La evolución de los grandes imperios ya haya sido el Romano en el Viejo Mundo, como el Maya en el Nuevo Mundo, no se debió al colapso de estas civilizaciones, sino que fueron fragmentadas para convertirse en nuevos núcleos que fuesen más manejables y no tanto gigantes culturales. A través del tiempo, hemos logrado darles usos distintos a edificaciones históricas existentes de todo tipo para reutilizarlas de manera compatible, y eso continuará. La misma resiliencia de estas estructuras, que han perdurado a pesar del cambio climático y el tiempo, garantiza que seguirán evolucionando para poder subsistir, siempre que sus usos e intervenciones sean compatibles. Se deben emplear soluciones holísticas a través de colaboraciones interdisciplinarias. El patrimonio arquitectónico debe ser: “…sostenible, flexible, sensible, y que se adapte a los cambios en las vidas de los seres humanos que las usamos y habitamos…No olvidemos que la arquitectura trata sobre el aire, nuestros derechos, y sobre accesos equitativos.”

¿Que hemos aprendido o podemos aprender de las experiencias de nuestros antepasados? ¿Que nos dice el tejido o la fábrica de las edificaciones históricas, patrimonio construido Antillano, que a pesar de todo y aunque herido, ha subsistido, con más de 400 años de vida? No debemos subestimar las técnicas de construcción tradicionales que responden a conocimientos milenarios exitosos (tanto de materiales como de realidades climatológicas) como el uso de la cal, siempre y cuando el material se prepare y use de forma adecuada, siguiendo de cerca especificaciones correctas y que se realice la inspección/supervisión debida de la Obra.

Conclusiones obligadas

- Primero que nada, es necesario aprender la tecnología de construcción de nuestro patrimonio arquitectónico que varía según el país de donde provengamos, y puede incluir edificios o estructuras en madera, adobe, bahareque, piedra, tapia, mampostería, y más recientemente, acero, metal, bloques de cemento y hormigón armado (Fig. 19).

- Reestudiar las estructuras tradicionales locales para explorar los materiales y técnicas constructivas que pueden utilizarse cuando tengan que repararse o reconstruirse estos edificios como parte de mantenimiento preventivo y/o luego de un desastre natural, daño causado por seres humanos o una pandemia (Fig.20). “Tradicional” no debe estar asociado con algo fuera de moda, sino que debe entenderse que es precisamente tradicional porque ha sobrevivido con éxito a través del tiempo y por eso se ha convertido en una tradición.

- El único edificio verdaderamente “verde” es aquel que ya existe (Fig. 21). Debido a esto, el proceso de reciclaje de elementos de esta y otras estructuras similares o con la misma tecnología como técnica sostenible, es de suma importancia (Fig. 22). Estos procesos deben considerarse como un regreso al futuro y no como un regreso al pasado. Acciones como el reciclaje, la sostenibilidad, y la eficiencia energética, utilizados hoy día como conceptos contemporáneos, formaban parte integral de la vida de muchos de nuestros antepasados.

- Crear talleres prácticos donde se estudien y enseñen estas técnicas y procesos tradicionales tanto para dueños y administradores como para profesionales en la industria de la construcción (Fig. 24).

- Considerar la importancia del mantenimiento preventivo constante y consistente de una estructura existente con técnicas compatibles a su tejido. Regresar a las tradiciones cíclicas de mantenimiento preventivo, y rechazar el concepto de disposición fácil; reparar, remodelar, y restaurar, antes de descartar (Fig. 23). Esto es esencial para que la estructura en cuestión continúe existiendo de manera sostenible. Un edificio debilitado será causa de mayor peligro al ocurrir el próximo desastre natural con el impredecible cambio climático. Por eso es importante conocer a fondo la forma adecuada para realizar estos procesos, que si mal aplicados, aceleran, en vez de retardar, el deterioro del edificio patrimonial (Fig. 25).

- Es preciso que el público entienda las virtudes y eficiencia económica del patrimonio histórico construido, al igual que de aquellas estructuras más recientes y de igual importancia, como las de la modernidad, que ya son parte del patrimonio arquitectónico. Es importante mantener una diversidad arquitectónica en nuestras urbes y que prevalezcan estructuras de todo tipo, diseño y construcción (Fig.26). Esto es parte de la cultura y de la riqueza individual de cada país y provee continuidad a la memoria colectiva de un pueblo. Es una variante de modelos aptos para estudiar y/o emular.

Cuando ocurren catástrofes naturales como los huracanes, terremotos, inundaciones, grandes fuegos, cambios climáticos como calores o fríos extremos, y pandemias, siempre hay la tentación de introducir una nueva tecnología de construcción como solución para atender los problemas latentes. Proponemos que se revivan y se reinterpreten las técnicas “tradicionales” de mantenimiento e intervención, como primera

Tanto las ciudades como los hospitales y viviendas evolucionaron para aumentar las áreas de espacios abiertos beneficiados por el aire y la ventilación natural, y así reducir el hacinamiento de las antiguas ciudades y sus edificaciones aglomeradas y cerradas.

alternativa sencilla y costo efectiva (Fig. 27). Estas proveen alternativas para sanar una sociedad que ha recibido, y continuará recibiendo, fuertes traumas por parte de nuestra Madre Naturaleza y de enfermedades contagiosas. Después de todo, nuestra posición geográfica no va a cambiar.

El reto en el campo de la restauración del Patrimonio Arquitectónico no debe estar solamente enfocado en la conservación del entorno construido desde el punto de vista estético, sino que el reto del siglo 21 deberá incluir y reexaminar los elementos patrimoniales que nos pueden servir como soluciones a las realidades del presente y del futuro. No se deben descartar siglos de conocimientos sobre métodos y materiales tradicionales además de las costumbres sociales de mantenimiento preventivo, porque representan una alternativa sostenible real que también es viable económicamente (Fig. 28).

Utilicemos estos conceptos e incorporemos estos conocimientos colectivos como guías para el panorama edilicio de las regiones donde vivimos; de esta manera estaremos mejor preparados para enfrentar los embates de la Madre Naturaleza, los cambios climáticos, y las pandemias que nos depara el futuro. Al fin y al cabo, “al que madruga, Dios lo ayuda”.

Este texto formó parte de la Conferencia Inaugural del Master en Conservación del Patrimonio Arquitectónico de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, ofrecida el 21 de septiembre del 2020. Le agradezco a la Profesora Camilla Mileto, Directora de este programa graduado, su invitación para realizar esta investigación y presentación ilustrada para los estudiantes de este programa.

Beatriz del Cueto Socia fundadora de Pantel, del Cueto y Asociados en Puerto Rico, la Arquitecta Beatriz del Cueto es una autoridad conocida dentro y fuera de la Isla en el campo de la Restauración del Patrimonio Construido. Siendo una destacada Fellow del Instituto Americano de Arquitectos, la Academia Americana en Roma y del James Marston Fitch Foundation, sus proyectos e investigaciones han sido premiadas y publicadas en revistas profesionales de prestigio. Recibió el Premio Henry Klumb, mayor galardón otorgado a un arquitecto por el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico.

Del Cueto estableció y fue la primera directora del Laboratorio de Conservación Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico donde fue docente por 17 años. Fue Profesora Asociada del Programa Graduado de Arquitectura, Planificación y Preservación Histórica de Columbia University en New York. Ha estudiado a fondo y escrito sobre los materiales y tecnologías tradicionales de construcción en la región del Caribe, además de los métodos para la intervención, restauración/conservación apropiada y compatible de la fábrica histórica edificada. Sus investigaciones y publicaciones recientes están enfocadas al cemento Portland, el hormigón armado, y las armazones de acero en las estructuras del área. Es candidata a un Doctorado en Arquitectura en el Programa Doctoral de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Valencia, España.

Notas:

1 Fray Íñigo Abbad y Lasierra, Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico (Río Piedras: Ediciones Doce Calles e Historiador Oficial de Puerto Rico, 2002): 532. 2 Abbad y Lasierra, Ibid: 177, 529-530. 3 Google Earth publica imágenes importantes del fondo del océano donde las fallas tectónicas de nuestra región Antillana se ilustran claramente. En cuanto a Puerto Rico en particular, podemos identificar la Trinchera de Puerto Rico hacia el norte, el Cañón de la Mona hacia el oeste, y la Trinchera de las Islas Vírgenes hacia el este, ubicada entre las Islas Vírgenes Norteamericanas de St. Croix y St. Thomas. Cada uno de estos lugares ha sido el epicentro de grandes terremotos y maremotos que se han sentido y afectado a Puerto Rico a través de su historia. 4 La inspección de las iglesias católicas en Puerto Rico rindió la siguiente información como resultado: “...es fácil de entender que el terremoto de este año encontró a la inmensa mayoría de los edificios dedicados al Culto Divino en condiciones desfavorables de resistencia; pues tenían 51 años mas de vida que en aquella época (1867) y con las cicatrices de aquellas heridas no muy bien cerradas. No es de extrañar, pues, que todas ellas hayan vuelto a abrirse, y que se hayan presentado desperfectos nuevos...” J. A. Canals, Ing. Civil, “El Terremoto Ultimo - Informe Preliminar acerca de los daños causados a las Iglesias de la mitad occidental de la Isla por el terremoto del 11 de octubre de 1918”, Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Puerto Rico, Puerto Rico: Imprenta de Don Ignacio Guasp, Núm. 15, 1919: 180-181. 5 Walbridge, George B. (Lt. Col. Quartermaster Corps) “Report by the Construction Division of the Army on Damage to Government Property by Recent Earthquakes in Porto Rico ordered by Brigadier General Robert C. Marshall, Jr., Chief, The Construction Division of the Army.” Manuscrito inédito. Archivo General de Puerto Rico, Biblioteca General, 26 de febrero 1919: 83. Traducción del inglés por autora. 6 “La gran mayoría de las casas son edificios simples de madera, un tipo absolutamente seguro para las estructuras de regiones sísmicas. La casa de madera cruje, se mece y vibra, pero resiste de manera segura los terremotos mas severos.” M. L. Vicente and C. F. Joslin, “Effect on Structures of Recent Porto Rico Earthquakes”, Engineering NewsRecord 82, no. 17 (April 24, 1919): 807. Traducción del inglés por autora.

La Gripe Española, considerada la primera pandemia, resultó en la muerte de más personas alrededor del mundo, que el total de fallecidos durante la Primera y Segunda Guerra mundial. Debido a la tuberculosis, Le Corbusier propuso la demolición de las tramas urbanas congestionadas sin aire o luz natural, para reemplazarlas con sus torres tipo Unidad de Habitación. Con la altura de sus unidades, y el uso de materiales de fácil limpieza, las poblaciones podían aislarse en sus viviendas del mundo contaminado, y beneficiarse del espacio público abierto resultante en el terreno donde ubicaban las torres.

Es importante regresar a las tradiciones cíclicas de mantenimiento preventivo, y rechazar el concepto de disposición fácil; reparar, remodelar, y restaurar, antes de descartar.

En nuestra región siempre tendremos catástrofes naturales como los huracanes, terremotos, inundaciones, grandes fuegos, cambios climáticos como calores o fríos extremos, y pandemias. Está en nuestras manos el método que debemos usar para el mejor provecho tanto del proyecto, como de la materia prima resultante.

Mantener una diversidad arquitectónica en nuestras urbes donde prevalezcan estructuras de todo tipo, diseño y construcción, debe ser la meta. Durante el terremoto del 2010, colapsó la estructura de hormigón armado del Palacio Presidencial en Port-au-Prince, Haití. Estas experiencias deben servir como ejemplos para aprender las razones para el fallo y para mejorar técnicas de construcción existentes. 7 Reid, Harry Fielding y Stephen Taber, “Los Terremotos de Puerto Rico de 1918 - con descripción de Terremotos Anteriores”, Informe de la Comisión Encargada de la Investigación Sobre Terremotos, (San Juan: Negociado de Materiales, Imprenta y Transporte, 1919): 96-97. 8 Walbridge, Ibid: 83. Traducción del inglés por autora. 9 Este es el caso de edificios de gran escala como el antiguo Colegio de Señoritas (más tarde convertido en Asilo Orfanato de Niñas en Santurce, actual sede del Conservatorio de Música de Puerto Rico) y la Iglesia de San José, que, debido a su importancia y escala, fueron bien construidos a pesar del mal terreno donde se encuentran ubicados. Reparaciones oportunas después de los múltiples desastres naturales, han asegurado la supervivencia de estas estructuras hasta el presente. 10 Reid y Taber, Ibid: 97-98. 11 Vicente, M.L. y C.F. Joslin, “Effect on Structures of Recent Porto Rico Earthquakes”, Engineering News-Record 82, no. 17 (April 24, 1919): 807. Traducción del inglés por autora. 12 Representantes del Ejército de los Estados Unidos informaron lo siguiente: “En varias instancias, los cabezales de los maderos o vigas que habían sido empotrados en los muros de ladrillo o mampostería se habían podrido casi en su totalidad y solo quedaba de ½” a 1” de apoyo. Esta condición fue tan típica en las viviendas grandes, que se pensó que si el terremoto no hubiese puesto al descubierto estos cabezales podridos, en unos cuantos meses o años algunos de estos pisos o techos hubieran colapsado por su propio peso causando pérdidas de vida y propiedad.” “Donde se utilice viguería de madera en conjunto con ladrillo u otro tipo de muros de carga de albañilería, anclajes o tensores deben correr libres de muro a muro, con el uso de una arandela de placa adecuada u otro descanso o amarre que evite que los muros se desvíen hacia afuera dejando caer los pisos.” Walbridge, Ibid: 83. Traducción del inglés por autora. 13 Reid y Taber, Ibid: 98. 14 Reid y Taber, Ibid: 98. 15 Reid y Taber, Ibid: 98. 16 Vicente, M.L. y C.F. Joslin, “Effect on Structures of Recent Porto Rico Earthquakes”, Engineering News-Record 82, no. 17 (April 24, 1919): 808. Traducción del inglés por autora. 17 Reid y Taber, Ibid: 98-99. 18 Esteves, Guillermo, “Resúmen Histórico del Informe del Año 1920 del Comisionado del Interior, Sr. Guillermo Esteves. Trabajo Ejecutado en el Año Fiscal 1918-1919”, Revista de Obras Públicas de Puerto Rico, Año 1, No. 7, (Julio 1924): 260 - 262. 19 Ventura, Dalia, “Coronavirus: como las pandemias modificaron la Arquitectura y que cambiará en nuestras ciudades”, BBC News Mundo, (10 de mayo 2020). 20 Ventura, Ibid.

El reto del siglo 21 deberá incluir y reexaminar los elementos patrimoniales que nos pueden servir como soluciones a las realidades del presente y del futuro. No se deben descartar siglos de conocimientos sobre métodos y materiales tradicionales además de las costumbres sociales de mantenimiento preventivo, porque representan una alternativa sostenible real que también es viable económicamente. 21 Ventura, Ibid. 22 Engelman, Lukas, John Henderson, and Christos Lynteris (editors). Plague and the City. (London: The Routledge CRC Press, Taylor & Francis Group, 2019). Traducción del inglés por autora. 23 Engelman et.al, Ibid. 24 Ventura, Ibid. 25 Arabunzía, Enrique, “Medicina y Arquitectura”: Fundación Cultural de Arquitectos de Rioja (COAR), www.fundacioncoar.com/medicina-arquitectura, 9 de julio 2020. 26 Overy, Paul. Light, Air, and Openness: Modern Architecture between the wars. (London: Thames & Hudson, 2007). Traducción del inglés por autora. 27 Adamo Idoeta, Paula, “Coronavirus y Educación - la original idea de cómo hace 100 años se fomentó el regreso a la escuela en medio de una terrible enfermedad infecciosa”, BBC News Brazil en Sao Paulo, 12 de septiembre 2020. 28 Messy Nessy, “Classrooms without walls: a forgotten age of open-air schools”, 15 de marzo 2020. 29 Bellafante, Ginia, “Schools beat earlier Plagues with outdoor classes. We should too”, New York Times www.nytimes.com 17 de julio 2020. Traducción del inglés por autora. 30 Mignucci, Andrés, “Neutra in Puerto Rico: Antropofagia and Modern Architecture in the Caribbean”, paper presented at the 71st Annual Conference of the Society of Architectural Historians, St. Paul, April 2018, 9-11. Traducción del inglés por autora. 31 Kennicott, Phillip, “Designing to Survive”, The Washington Post, 13 de julio 2020. Traducción del inglés por autora. 32 Saul, Toby, “La Gripe Española: la primera epidemia global – Crisis de principios del siglo XX”, National Geographic, 25 de marzo, 2020. 33 Duncan, Veka. “La influenza española cambió la vivienda”, La Razón de México, www.razon.com.mx , 5 de agosto 2020. 34 Kennicott, Ibid.

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