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Enoturismo en Entre Ríos: una región depura cepa
Apenas a unos kilómetros de la ciudad de Victoria, sobre la ruta 11 hacia Gualeguay, entre las cuchillas típicas del litoral argentino y un río que parece un mar, se asoma imponente el mayor emprendimiento vitivinícola de la región.
Los propietarios, Verónica Irazoqui y su esposo Guillermo, comenzaron a vislumbrar su sueño cuando, entre charlas y paseos, descubrieron la calidad de la tierra entrerriana, que supo ser apodada “La pequeña Burdeos”. Desde ese entonces, y luego de realizar estudios de suelo y expertos del mundo vitivinícola trabajando a sol y a sombra, es que comenzó a gestarse BordeRío Bodega & Viñedos. Han transcurrido varios años desde aquel incipiente deseo del viñedo propio y hoy la obra se ha convertido en la bodega y viñedos de mayor envergadura y crecimiento de la región. Una superficie de 18 hectáreas de viñedos y olivares, más de 1800 metros cuadrados construidos, una cava subterránea a 6 metros de profundidad con detalles que retrotraen a un mundo antiguo, y tecnología productiva de punta para la elaboración de sus vinos, convierten a este emprendimiento en un referente de la actividad vitivinícola en la región.
BordeRío y los Buenos Momentos
BordeRío no sólo es un emprendimiento enfocado en la elaboración de vinos de alta gama o aceites de oliva, sino que es un punto de referencia en el turismo. Cada mes, miles de turistas de toda Argentina, y del mundo, llegan a la bodega para disfrutar experiencias únicas que despiertan los sentido y genera esa emoción del buen vivir que tanto anhelamos.
El slogan “Buenos Momentos”, que le dá el sentido de ser a BordeRío, se nota en cada detalle. Desde un una degustación de sus vinos en la Sala de los Aromas, pasando por los “Music & Wine” bajo las estrellas, hasta las sofisticadas cenas en la cava, generan esos Buenos Momentos que tanto nos gusta disfrutar.
Las propuestas turísticas (o experiencias como le gusta llamarles a Verónica) son variadas y para todos los gustos, sin embargo todas tienen una meta en común, hacernos pasar un Buen Momento con amigos, familia o pareja. La gastronomía, la arquitectura, la historia, el paisaje, la cordialidad, y por supuesto sus vinos, confluyen para lograr ese objetivo.
Un poco de historia
Entre Ríos es un paraje absolutamente maravilloso y una joya escondida de la geografía Argentina. El río bordea y corona los viñedos, y las cuchillas del camino adornan cada espacio de la bodega. Ciertas vistas pueden incluso recordarnos a un paraje de la Toscana italiana.
Es justamente en esta provincia, donde hace muchos años, inmigrantes de toda Europa cultivaban sus propias vides y ponían a la región litoral como referente en materia vitivinícola, pero una ley en la conocida década infame truncó de lleno las ansias de progreso.
Así fue como bajo la Ley Nacional de vinos se dictaminó que, a excepción del cuyo argentino, todo el resto del territorio tenía prohibido cultivar y comercializar el producto de las vides.
Los años pasaron y la pequeña Burdeos cayó en el olvido para la industria del vino. Sin embargo, casi un lustro atrás, comenzaba a renacer la leyenda. De la mano de BordeRío, al fin Entre Ríos volvía a ser lo que nunca debió haber dejado de ser.
El enoturismo de la mesopotamia
Los amantes del vino son fieles, apasionados y entusiastas. Recorren todo el territorio en busca de degustar el manjar de uvas por excelencia y llegan a BordeRío movilizados por la curiosidad. Al final, se van extasiados por las vivencias que allí encuentran.
Es que a las extensas áreas de viñedos y a la arquitectura imponente de la bodega hay que sumarle las 100 hectáreas destinadas a una reserva de biósfera autóctona, la “Laguna de los patos” y un amplio circuito para pasear y divertirse.
Cabe destacar que, basado en la opinión de su comunidad, BordeRío ha sido catalogada por TripAdvisor como una de las 5 principales de la provincia de Entre Ríos.
Verónica, una de las propietarias, recalca que la bodega está pensada como un circuito completo, para que el turista ingrese al lugar, se divierta, conozca el proceso productivo de vino y pase un día grato y distinto. También nos cuenta que “el sueño” de construir una bodega y un emprendimiento turístico vinculado al vino, surgió después de visitar la finca de Donald Hess en los Valles Calchaquíes. “Esa maravilla la hizo un estadounidense en Argentina. Y yo me pregunté por qué un argentino no puede hacer una cosa así. De esa manera nos embarcamos en este desafío de revalorizar y transformar una región, demostrando que los argentinos también podemos hacer emprendimientos de nivel mundial”, afirma.
Cada visita a BordeRío, es un descubrir detalles que van develando los secretos que el lugar y la historia atesoran. BordeRío, lugar sorprendente y de Buenos Momentos!
Para más información visitá el sitio www.borderio.com