5 minute read
Alternativas de control para nabos resistentes en el surde Buenos Aires
Evaporación, deriva e inversión térmica, tres aspectos a tener en cuenta al momento de las aplicaciones para disminuir riesgos
El relevamiento realizado por REM en 2019 reveló que la superficie en Argentina afectada por nabos resistentes supera el millón de hectáreas. Esta familia de malezas cuenta con 5 especies que poseen resistencia a uno, dos o incluso tres herbicidas de diferentes sitios de acción, y la mayoría se concentra en la provincia de Buenos Aires. Con el objetivo de analizar y conversar sobre la temática, REM organizó una jornada el pasado 18 de octubre junto a la Regional Tres Arroyos.
Debido a que estas malezas pueden o no convivir en una misma zona, el correcto monitoreo y diagnóstico de cada caso resulta indispensable. El primer paso en cuanto a manejo, es lograr un buen reconocimiento. Para conversar sobre este punto, estuvo presente el especialista Ramón Gijón, quien brindó información al respecto.
Según precisó Gijón, en estado de plántula, Raphanus sativus (nabón) se distingue por sus cotiledones cordiformes (primeras hojas con forma de corazón) y más grandes que los del resto de las crucíferas. Además, posee algo de pilosidad y un color de follaje verde violáceo.
En estado adulto, el nabón puede diferenciarse fácilmente de Brassica rapa (nabo) e Hirschfeldia incana (nabillo) por el color de su flor. Mientras que el nabón posee flor violeta, nabo y nabillo tienen flor amarilla. Para poder distinguir estas dos últimas, el especialista recomendó tener en cuenta que el nabo no presenta pilosidad y posee una textura coriácea, mientras que el nabillo es muy piloso con una textura más blanda.
Todas las especies se adaptan muy bien al frío, por lo que compiten con los cultivos invernales y colonizan el lote rápidamente. Los flujos de emergencia se concentran en otoño-invierno aunque con adecuada humedad pueden extenderse hacia la primavera y verano, cuando compiten con los cultivos estivales. Girón explicó que Raphanus sativus e Hirschfeldia incana pueden comportarse como bianuales, pudiendo rebrotar al segundo o incluso tercer año. “Esto puede generar manchones difíciles de erradicar”, advirtió.
ENSAYOS DE CONTROL QUÍMICO PARA EL SUR DE BUENOS AIRES
Durante la recorrida a campo, se repasaron alternativas de control químico para tres situaciones: residuales para barbecho largo de cultivos estivales, postemergentes selectivos en el cultivo de trigo y postemergentes para barbechos tardíos.
En el grupo de tratamientos residuales para barbecho químico largo, la performance de algunos de los activos se vio influenciada por la escasa humedad. Mientras que la falta de lluvias favoreció la retención del metribuzin (FSII) y flumioxazin (PPO) en rastrojos y afectó negativamente su control. En atrazina (FSII) jugó a favor, ya que aumentó la residualidad del producto y elevó el nivel de control.
En una segunda tanda de tratamientos se buscó simular una aplicación de postemergentes dentro del trigo sobre rosetas de entre 5 y 8 cm. Si bien la falta de agua otra vez dificultó la penetración de los productos, los mejores controles se obtuvieron con los activos del grupo de los Inhibidores del Fotosistema II (metribuzin y bentazon) en mezcla con Auxínicos (2,4D y 2,4DB). También se evidenció el sinergismo que se produce cuando se mezclan algunos activos y se logra mayor control.
Para las aplicaciones en esta etapa, la competencia que ofrece el cultivo en pie facilita el control.
El grupo de tratamientos con postemergentes para barbechos tardíos se aplicó con un gran porcentaje de plantas en floración, lo que comúnmente se denomina rescate. La mezcla de Glufosinato + 2,4D fue la de mayor control, seguida por la de Glifosato + 2,4D, con y sin carfentrazone.
En aplicaciones de 2,4D únicamente, no hubo control y quedó en evidencia la resistencia de la población. Si bien el agregado de Paraquat a la mezcla aumentó el control, los mejores valores se lograron con el agregado de coadyuvante de calidad. Este último favoreció la penetración del activo en las plantas que, además de poseer una superficie serosa que dificulta el ingreso del producto, presentaban un alto estrés hídrico.
En líneas generales, el porcentaje de control por medio de tratamiento químico resultó indirectamente proporcional al tamaño de la maleza. Por este motivo son importantes los controles anticipados, y en ese camino, el uso de residuales es una herramienta fundamental.
Otro aspecto que reveló el ensayo fue la importancia de la buena calidad de aplicación, para lo cual los coadyuvantes son muy útiles, sobre todo en situaciones de estrés hídrico.
La jornada incluyó la presentación del Eco Sniper, un equipo para aplicaciones selectivas, muy útil para controlar las primeras colonizaciones de estas malezas, que aparecen en manchones que normalmente cubren menos del 1% de la superficie del lote. Además de reducir el uso de fitosanitarios, el impacto ambiental y el costo en insumos, la aplicación selectiva es clave para bajar el riesgo de aparición de nuevas resistencias.