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Del campo al tenedor: la estrategia de la UE

Especialistas analizaron las medidas de la Unión Europea para que la producción de alimentos sea más sustentable.

DISERTANTES G. Funes; T. García Azarate; A. Doring.

El Programa Aapresid Certificaciones, de la mano de su gerente Tomas Mata lideró un panel para debatir el alcance de la nueva estrategia de la Unión Europea “Del campo al tenedor” (Farm to fork/F2F) y sus implicancias para el sector agroexportador argentino. Los invitados fueron Tomás García Azcarate, especialista del Dpto. de Economía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, Gastón Funes, Agregado Agrícola en la UE, y Alexander Döring, secretario de la European Feed Manufacturers' Federation (FEFAC).

El F2F confirma los compromisos internacionales de mitigación y adaptación al cambio climático asumidos por la UE y define una serie de objetivos: reducir el uso de fertilizantes en un 20 %, de fitosanitarios y antibióticos en un 50 % y aumentar un 25 % los cultivos ecológicos, entre otras medidas. “Si bien estas cifras objetivo están sujetas a negociación, marcan un cambio de paradigma: ya no hablamos de política agraria sino de política alimentaria y territorial, poniendo a la agricultura, la alimentación, el territorio y el medioambiente al mismo nivel”, precisó García Azarate. Esto significa más exigencias ambientales a los agricultores europeos para acceder a ayudas comunitarias y más ligadas a resultados que a medios. También es un impulso a la agricultura ecológica y a la agricultura de conservación, esta última tal vez sin glifosato, teniendo en cuenta que su continuidad de uso será debatida en 2022.

Para terceros países, la F2F tiene dos caras: “La positiva es que una menor ayuda a los agricultores europeos hará caer su competitividad en los mercados de exportación, lo que abre la ventana a otros competidores. La negativa es el aumento en las obligaciones de trazabilidad e información al consumidor. Estas exigencias, inevitablemente, se trasladarán a países proveedores de la UE como Argentina a través de cláusulas de biodiversidad, derechos sociales, obligaciones de bienestar animal. Habrá mayores controles de niveles de antibióticos y residuos de fitosanitarios. Se generalizarán los embalajes sostenibles, aplicándose tasas a quienes no cumplan”, dijo García Azarate.

La F2F alentará además la mala prensa de los OGMs mientras que seguirá cayendo el consumo de carne, y por tanto la demanda de maíz y soja. Es posible la exigencia de estudios de impacto de los acuerdos comerciales sobre biodiversidad, acompañados de propuestas pertinentes.

En cuanto a los mecanismos de ajuste en frontera al contenido de carbono (C) de las importaciones, si bien el sector agroalimentario no está incluido, nada impide que lo esté en el futuro, en especial teniendo en cuenta que el tema será sometido a consulta pública.

A su turno, Gastón Funes advirtió que la F2F externaliza el enfoque de la UE hacia terceros países, lo que impacta en Argentina a distintos niveles. En lo que respecta a los límites de residuos de productos fitosanitarios (RMEs), mientras que hasta ahora se limitaba a sustancias con riesgo para el consumidor, la nueva estrategia puede ampliar las restricciones a aspectos ambientales en los países productores, lo que complica la situación. También reforzará el lobby en contra del glifosato, inclinando la balanza hacia su prohibición después de 2022. Habrá nuevos requisitos de etiquetado asociados a deforestación, los que, según Funes, afectarán a tres productos emblema de Argentina: carne bovina, maíz y soja.

En cuanto a OGMs, Funes adelantó que el Consejo Europeo solicitó un estudio del estado del arte de la edición génica como técnica de mejoramiento de cultivos y que la misma puede correr mejor suerte que los cultivos genéticamente modificados, abriendo nuevas oportunidades para la biotecnología. En el contexto de la F2F, Argentina prevé acciones concretas como el monitoreo de impactos de estas medidas sobre nuestro país y la externalización de las tecnologías y modelos argentinos a la UE, poniendo a la siembra directa como ejemplo. También se apuntará al reconocimiento de sellos de calidad y a fomentar el diálogo entre actores. En este último punto, el especialista destacó el acuerdo entre Aapresid y FEFAC que reconoce el estándar ASC de Aapresid como sello de sustentabilidad para materias primas con destino a la alimentación animal en Europa.

Para terminar, Alexander Döring expresó que la cadena de la carne depende fuertemente de países como Argentina, y que estas medidas de la UE afectarán la cadena de abastecimiento. Ante este contexto, la FEFAC diseñó un plan de acción que, además del vínculo con Aapresid, incluye lineamientos de economía circular, bioseguridad y producción de soja responsable.

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