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Un mejor manejo de la información para una agricultura climáticamente inteligente

La disponibilidad de información agroclimática es cada vez mayor y mejor. ¿Cómo poder sacarle el mejor provecho?

Agua para la producción climáticamente inteligente

DISERTANTES D. Heinrich; L. Loyola; P. Valdivia.

En el marco del Simposio del Agua, uno de los paneles puso sobre la mesa la cuestión del “Agua para la producción climáticamente inteligente”. El Ing. Civil Luis Loyola (desde Roma, Italia) y el Ing. Agr. Pablo Valdivia (desde Nicaragua) fijaron posición sobre la agricultura climáticamente inteligente (ACI).

Lo hicieron teniendo presente que es un nuevo enfoque basado en la disponibilidad de más y mejor información, nuevas tecnologías de gestión de esa información y la posibilidad de diseñar estrategias de planificación de largo plazo. Buscan que los sistemas de producción sean más resilientes, disminuir los impactos ambientales y gestionar mejor los riesgos del cambio climático.

Loyola, quien desde 2008 trabaja en la FAO, subrayó que la ACI es clave para lograr objetivos de desarrollo sostenibles y, en particular, para las contribuciones determinadas a nivel nacional, con el acuerdo de París. “Su implementación permite aumentar de manera sostenible la productividad y los ingresos agrícolas, colabora en construir resiliencia y adaptarse al cambio climático, y es una contribución específica a la reducción de las emisiones de GEI”, afirmó.

El primer paso para comenzar el proceso de implementación de la ACI es ampliar la base de información a partir de la evidencia. Al respecto, Loyola presentó algunas de las plataformas que brindan información histórica de manera abierta y gratuita para elaborar análisis. Una de ellas es Hand in Hand Platform (FAO), aún en desarrollo, que agrupa información disponible proveniente de diferentes fuentes, y mostró el ejemplo de un mapa de producción de soja en secano, pudiendo trabajar con toda una temporalidad datos de evapotranspiraciones, precipitaciones, entre otros.

Otra de las plataformas que mostró fue Earth Map (earthmap.org), que también facilita el acceso a gran cantidad de información de clima, vegetación, temas de tierra, modelos digitales de terreno, precipitaciones desde 1981, y que llega hasta una escala por departamento.

Crear un mapa de evapotranspiración potencial, por ejemplo, permite traducir cuáles son las problemáticas de exceso de precipitaciones, los problemas de drenaje, conocer algunos indicadores de déficits, impactos productivos en relación al promedio histórico pero también futuro. “Para quien toma decisiones, es una herramienta sumamente útil”, remarcó el disertante.

Pablo Valdivia, economista senior en Agronegocios del Banco Mundial, afirmó que la comprensión de la información es fundamental para una adecuada gestión de riesgos. “Hace 20 años, una problemática era la falta de información. Hoy el problema es cómo procesar todos los datos disponibles y sacar el mejor provecho”, señaló.

Conocer la capacidad de los productores para hacerle frente a una misma amenaza que va a ocurrir hoy y siempre, permite definir las tecnologías más apropiadas y su financiamiento para reducir la mayor cantidad de pérdidas posibles. En esa línea, contó que el Banco Mundial lleva adelante un agro observatorio (Ag Observatory) en colaboración con aWhere, que tiene acceso a datos meteorológicos de millones de estaciones virtuales y que permiten ajustar al detalle las estrategias vinculadas a la gestión de riesgos.

Como reflexión final, Valdivia enfatizó en que los sistemas de información deben permitir una fácil comprensión, ser relevantes y dirigidos a atender una demanda específica. “Capacitar al usuario final y hacerlo partícipe implica mejoras sustanciales en los productos finales”, dijo, y apuntó a trabajar en la interoperabilidad de los sistemas de información.

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